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Tratas, esclavitudes y mestizajes Una historia conectada, siglos XV-XVIII Rafael M. Pérez Garcia, Manuel F. Fernandez Chaves, Eduardo Franca Paiva (coordinadores) Coleccién: Historia Nam. 367 Hi (irectora de la Editorial Universidad de Sevilla) ~ Blena Leal Abad _ (Subdirectora) Jos derechos. Nila totalidad ni parte de este libro puede re- nitirse por ningiin procedimiento electrénico 0 mecini- grabacién magnética 0 cualquier almacenamiento de recuperaci6n, sin permiso escrito de la Editorial \T Mercados y tratas de esclavos en el Atlantico Ihévico 8 P), financiado por el Ministerio de Economia, d del Gobierno de Espafia. 9s Julio (1740-1811): Escravas pedintes, s. XVIII. Janeiro/BN Digital. Disponible en dominio publico. INDICE Introduccién RAFAEL M. Pérez Garcfa, MANUEL F. FERNANDEZ (CHAVES Y EDUARDO FRANGA PAIVA .. i PARTEI TRATAS NEGRERAS EN EL ATLANTICO 0 trifico de escravos na costa ocidental africana nos séculos XV e XVL Primeiras viagens, estratégias de exploracao, papel dos arquipélagos de Cabo Verde e de Sao Tomé e Principe ARLINDO MANUEL CALDEIRA ..... 19 La figura del «negrero total» en la trata atlintica de esclavos: Pedro de Murueta, Juan de Echagoya y los navegantes vascos del siglo XVI JAVIER ORTIZ ARZA... 943: Bajo el sollado: traslado de esclavos de Tenerife a Indias (segunda mitad del siglo XVII) MANUEL DE Paz-SANCHEZ Y CONSUELO NaRANJO OROVIO... «Debiendo ser gravosa esta negociacién, por tener que comprar negros de 1iltima mano». Cartagena de Indias en la primera época del comercio libre de esclavos, 1791-1797 José Luis BELMONTE Postico... 89 PARTE II TRATAS DE BERBERISCOS Y MORISCOS La ruta berberisca. Cabalgadas, comercio y redes de la trata de entre el norte de Africa y el sur de Castilla (1550-1620) ae RaFAkL M. GrrON Pascuat. 8 —TRATAS, ESCLAVITUDIS ¥ MENTIZAIEN a atlantic La esclavitud en las fuentes fiscales seforlales de la Andalucia athinticn (sighos XV-XVII) Juss Garcta AYOs0 w... El Almirante de Castilla, don Fadrique Enriquez ces 7 reclamacién del medio quinto del valor de una cabalgada realizads por armadores malaguefios Luts PAREJO FERNANDEZ Compradores, vendedores, propletarios, Los apace esclavistas del reino de Granada tras la rebelién morisca de 1568: de la «democratizacién» a la «oligarquizaclony CARLOS JAVIER GARRIDO GARCIA «1. Mercados almerienses de esclavos moriscos y procesos de dispersién eografica tS patees F, FernAnpez Cuaves ¥ RAFAEL M. P&REZ GARCEA........... PARTE III LA ESCLAVITUD EN LAS SOCIEDADES DE LA PENINSULA IBERICA Vivéncia social escrava no interior portugues quinhentista; Evora, uma primeira abordagem comparativa ANA Sorta RipEro ... La situacién juridica del esclavo tras la muerte del dueiio: los testamentos en la Cérdoba de Felipe II (1556- 1598) Vicor Jost Ropero Martin. La esclavitud ante la Justicia del rey: el caso de | Chancill : Gus 3 € la Chancilleria de JAVIER FERNANDEZ Martin Una aproximacién ala blacié; : i ‘a Ana de ee (1626-145 Poblacién esclava: la collacién de Santa Ana de Maria Grove Gorptto... Lebrija en la Primera mitad del si "ARA JARANA Vipai oe emografia y esclavitud 303 INDICE PARTE IV ESCLAVITUD Y DINAMICAS DE MESTIZAJE EN AMERICA Y ASIA De los «Engleiz de la Terre» alos «Anglo-Indians». Representaciones de alteridad e identidades propias de sectores mezclados en los mundos coloniales (siglos XIV al XIX) ALEJANDRO E. GOMEZ... £329. Permanencias y continuidades de las ideas fisonémicas en los criterios de identificacién de los hombres de camino, Minas Gerais. Brasil. Siglo XVIII IsNARA PEREIRA IvO.. Los mestizajes y las mediaciones culturales en los espacios de la India Portuguesa (siglos XVI y XVII) ANA PAULA SENA GOMIDE... +2 369 Entre invisibilidades y dinémicas de mestizajes: Negros, mulatos y zambos en la Audiencia de Charcas - Potosi y la Plata - siglos XVI y XVII Luis Gustavo Mouinart MunpIM.... en Minas Gerais, Brasil Esclavitud, dinamicas de mestizaje y famil EDUARDO FRANGA PAlV. La esclavitud y las dindmicas de mestizajes en la capitanfa de Maranhao (siglo XVID MARcI0 DE Sousa SOARES 417 El capitan indio Leandro Francisco Pires Farinho. Dindmicas de mestizajes en Minas Gerais, Brasil (1767-1793) ADRIANO TOLEDO PAIVA Mestizo, pero indio: dindmicas de mestizajes y movilidades en la capitania de Pernambuco Davip Barsupa G. DE M. FERREIRA. Fuentes y Bibliografia.. “DEBIENDO SER GRAV NEGOCIACION, POR TENER NEGROS DE ULTIMA MANO”. CARTAGENA DE INDIAS EN LA PRIMERA EPOCA DEL COMERCIO LIBRE DE ESCLAVOS, 1791-1797 OSA ESTA QUE COMPRAR José Luts BELMONTE Postico Universidad de Sevilla Nunca habria podido imaginar Antonio de Ulloa la Posterior instrumentali- zacién de su descubrimiento. Mientras realizaba su famosa expedicién cien- tifica, vino a revelar que en la r ‘egion del Pacifico Neogranadino, desde hacia aos, los mineros cohabitaban con un nuevo mineral, la platina (platino), que era de una resistencia inusitada. Dificil de quebrar a golpe de yunque, a pesar de haber sido expuesto a altas temperaturas, este mineral se adheria al oro, lo que dificultaba extraordinariamente su amalgamacién, provocando que la ren- tabilidad de muchas minas auriferas cayera a niveles minimos', La descripcién de Ulloa interesé al mundo cientifico europeo, que comenzé a estudiar con in- terés el nuevo mineral. El interés cientifico, y de buena parte de las cancillerias europeas durante los afios siguientes, incrementé notablemente la demanda de mineral por lo que las autoridades neogranadinas solicitaron, en 1787, per- miso para organizar una expedicién para la compra de esclavos como medio Para fomentar las minas de platina, y de manera aledaiia las de oro. Coaligado con los mineros chocoanaos y los comerciantes de Cartagena, el Obispo Vi- rey D. Antonio Caballero y Géngora orquesté un método para obtener los esclavos que los mineros estaban demandando. Para la maxima autoridad ae Borucki la atenta lectura y cometaris reaizados a versiones cmulotes de este texto. Sus reflexiones mejoraron, sin duda, el resultado final. Investigacién englobada en el Proyecto del Programa Research and Innovation Staff Exchange (RISE) H2020- MSCA-RISE-2018; ‘ConnecCaribbean-823846, 2019-2022, y en el proyecto del MINECO Merca- dos y tras de esclavos en el Atlantico ibérico del siglo XVI, HAR-2016-78056-P. 7 ARISTIZABAL-FGQUENE: desde a siglo xviIr, “Bl platino: contribuciones sociohistéricas y cientificas Educacién Quimica 26-2 (2015), pp. 146-151. 2 sTi6 gxTe POST qs BeNon ey Je los € obtencion a Real Hacienda cas de la reas se propon utili cha, Desde aqus I zar los palos de brasilete que cy, embareaciones debian gcgig ° an eee eras’, donde p. : ~ olonias extranier Ne Podian ag, eramente 2 ALTE ias para el fomente ge : ni Jase Fr 0s los y trasladados al Choco, se gay cen Be aier0s con mayor s capacidades y necesidad de Mano de i los ‘ por el eCO! AO) py. repartir entre 200 pesos de oro la pieza, 180 por el mulecon y 160 pe 50% por ‘obra, a razon de 2 podria realizar a pla: n los que el minero no deb, se 7 adel . mee ite el primer 3 0, y una cuarta parte del valor del esclayy Santas: Jos siguientes cuatro aitos. La garantia de pago la constituirian y las minas 0 la fianza entregada por avaladores solyentes Jos propios esclavos sejo de Indias informs pos 2 ojos de la Real Hacienda. El fiscal del Consejo Positiva ‘mente sobre a peticion del Obispo Virrey, sefialando como la Nueva Granada habia mejorado sensiblemente su economia, gracias a las nuevas producciones del Darién, al incremento de la marina mercante, a la reactivacion de la pesca deperlas, el aumento de las labores en las minas de plata de Mariquita, al des cubrimiento de las minas de azogues y al incremento de la cosecha de “selecta quina’®. En buena medida, esta reactivacién econémica habia sido posible gra iasal fluido contacto comercial del Nuevo Reino de Granada con comercian. tes extranjeros que, a cambio de palo brasilete, ofrecian todo lo necesario para afrontar i tan costosas empresas. Estos comerciantes, radicados en las “vecinas alzami allentos de ARELL ANG: So VOS €N los pga NDOSER GRAVOSA ESTA NEGOCLACTON OI FENER QUE COMPRARNEGROSDE ULTIMA MANO” va Granada para conseguir la habilitacion del puerto de Cartagena de Indias al comercio negrero. El sector comercial de Cartagena pretendia relan- sar, nuevamiente, St papel como centro redistribuidor de esclavos, coaligado, al 2a ir del continente, con el sector minero del Choed, Popayain y Antioquia ‘Tras la liberalizacién del comercio de esclavos de noviembre de 1791, expedi- ciones organizadas con destino a Jamaica, San Eustaquio, Saint Thomas, Saint Croix o Curagao, nutrieron al puerto. Y fueron comerciantes espafioles los que, de manera determinante, hicieron posible el crecimiento de este comercio®. ‘demids, el puerto de Cartagena fue un centro redistribuidor de esclavos de tipo intra-caribeito, convirtiéndose en la piedra angular del intento de revita- lizacion de la denominada “via de Guayaquil’, ruta comercial que conectaba elistmo panameni con los puertos de la costa del Pacifico de Nueva Granada, Reino de Quito y Costa norte del Peru. Intentos de revitalizacién del comer- cio esclavista que terminarian colapsando a fines de 1796, cuando se declara- sen las hostilidades entre Reino Unido y Espaia en una de las tltimas fases de Ja lucha por la hegemonia en el espacio atlantico. s hispanos, la conflictividad entre espafioles y briténicos paraliz6 el comer- .o esclavista cartagenero, sin que los intentos de comerciantes espafioles, o de i i feamericanos, daneses...) fructifi- ccién de la En buena me- de Nue inter’ dida por la dependencia que, en materia de comercio esclavista, tuvo el puerto de Cartagena de los dominios britdnicos ¢: s centrales de nuestro trabajo sera mostrar cémo este puerto estuvo inse! sntro de redes comerciales de tipo intra-caribefio que, por encima del com: Atlantico, permitieron la modesta i i iberalizacién comerci 1, TRATANDO DE SOLVENTAR LAS DEFICIENCIAS DEL COMERCIO NEGRERO La entrada de Espafia en la Guerra de independencia de los Estados Unidos en 1779 tuvo un efecto fulminante el comercio esclavista. Los intentos de revitali- zar la Compaiiia de Negros de Cadiz, desde 1773, habia permitido de un lado, eltraslado de la sede de la compaiiia de San Juan de Puerto Rico a La Habana’. 4. J. JARAMILLO Unipe: “Esclavos y sefiores en la sociedad colombiana del siglo XVII, Anuario colombiano de Historia Social y de la Cultura 1 (1963), p- 18. F 5. Coincidimos, en este sentido, con los postulados de Adrian Pearce. A. PEARCE: British rade with Spanish America 1763-1808, Liverpool University Press, 2014. a aa P.Tornexo Trnajeno: Crecimiento econdmico y transformaciones sociales. Esclavos, ha- Saados ycomerciantes en la Cuba colonial (1760-1840), Ministerio de Trabajo y Seguridad So- Madrid, 1996, p. 38. a 92 JOSE LUIS BELMONTE POSTIGO io del comercio e fifa, que tena el monopolio de ‘ mercio ese : ue ‘i ero Significat; : De ee eae introducir un niimero significative gy regidn del Caribe, comenzé aii . Blinicio de in, aica hog iy. ; desde Jam: ye NOsti, dos que llegaban, principalmente, ara Jos intereses de los tratantes nm por tanto, supuso ui menos tedricamente, ¢ al suspenderse todo contacto come al, al fa de ene t fa permitiO Ja entrada de e bareaciong, at torios briténicos. La Monatt litando, ademas, una serie de permigg, : a it » habt » aber penera pany en sus puertos eerie a plazas caribefias, Peareemeret Francesas, ae bse d re i" wos Este sistema de perm no mas tarde en 784 : ecerse de esclavos. in afio en 1784 corks finalizacién del conflicto en 1783. Us Fa pring: ica del moment pal casa esclavista britanica el avig Vey to, la Baker Dawson, COMSIgUI6 fin, J abastecimiento de esclavos. Utili,,,, i Ando arae! ‘ctribucién para I: Ola ages mn P a eae ee transito y redistribuci6n para las embay. isla de Trinidad co d Dawson introducir; hes que cruzaban el Atléntico, ee ietmancra exclusiva. los puertos de La a ee se tradujo en un incremento no,,4), ae pe a Viejo Calabar y Nuevo Calabar*. Alex Borucki sehiala lies”, provocada por el régimen monopolistico del que gozaba la compania bri- tanica y a que ésta operaba, principalmente en la costa de Biafra”. La Hegada de grandes cargazones de esclavos otorgé a la Baker and Dawson la credibilidad solvencia suficientes para que, en 1786, lograse firmar una nueva contrata po; dos afios en términos similares a los suscritos dos afios antes, De manera pa ralela, la monarquia revocé todos los permisos otorgados a particulares pary la introduccién de esclavos en 1786, lo que de facto otorgaba un papel heg ménico a la casa britdnica y, al mismo tiempo, centralizaba la entrada | gal de esclavos en los puertos de La Habana y La Guaira". Para los comerciantes de 1 ee Puertos caribeitos, la consecucién legal de escl ‘aVOS Se encarecid notable te al one que acudir a los puertos habilitados Para adquirirlos, © bien Ps Poniestosel Proyecto presentado por e| “DEBIENDO SER GRAVOSA ESTA NEGOCIACION, POR TENER QUE COMPRAR NEGROS DE ULTIMA MANO™! Dawson como mejor forma de reactivar el co: el sector minero, El proyecto fue ampliamente amparado por la Corona, das las facilidades y personal para su realizacién, mercio cartagenero y, sobre todo, que ofrecié to- si bien se establecieron al- gunos cambios. En lugar de recurrir a las colonias caribefas briténicas para conseguir esclavos, se opté por lanzar la expedicién directamente a la costa occidental africana. Este hecho venia Provocado por la necesidad de obtener el maximo margen de beneficios posible, por lo que era preferible prescindir de los intermediarios europeos. En este sentido, podemos vincular este pro- yecto al inicialmente fracasado intento de incorporar Fernando Poo como eje del comercio de esclavos entre la costa occidental africana y el Caribe his- pano. Los intentos por crear vinculos comerciales estables que comunicasen ambos lados del Atléntico como medio de fomentar el esclavismo, fue anhelo tepetido en diferentes proyectos borbénicos. La decisién de orientar la expe- dicion a la costa occidental africana trafa aparejada otra, y es que en lugar de financiar la expedicién con la venta de palo brasilete en Jamaica, se decidié la venta del tinte directamente en Europa. El puerto elegido fue el de Amster- dam, donde en principio se podria dar salida al producto con relativa facili- dad y a buen precio", Para ello, se instruyé al Cénsul general espafol en la ciudad, D. José del Mas, para que se aprestase a realizar todos los preparativos para realizar la venta de palo brasilete que una fragata particular nombrada el San Antonio (alias el Beaumon) depositaria en el puerto neerlandés. Para ello, se proveyeron 30.000 pesos fuertes para que pudieran sufragarse todos los gastos que exigiese la expedicién. La embarcacién estaba comandada por el francés Olivier Daniel, quien era presentado como veterano en la navega- cin negrera atlntica. Sin embargo, al poco de iniciarse los preparativos, co- menzaron las incertidumbres. La primera de ellas procedia de Amsterdam, donde los precios del tinte habjan bajado considerablemente. Si en un principio consideraban que el pre- cio de mercado de un quintal de palo de brasilete podia establecerse en 20 flo- ‘ines, la abundancia de este producto gracias a las entregas inglesas y a las cargas remitidas desde Curacao lo habian hecho descender hasta los 16 flori- nes. Desde América, tampoco llegaban noticias alentadoras. La embarcacién cargé en Santa Marta 1200 cargas de palo de tiente, en lugar de las 1500 previs- tas’. Tras abandonar el puerto neogranadino, la embarcacién fue sorprendida Por un fuerte temporal que la obligé a buscar refugio en la rada de Saint Mare, én Saint Domingue. Para aliviar su peso, y hacer la navegacién més segura, el capitdn Olivier decidié trasladar 400 quintales a una embarcacién francesa que , 2821. Carta Reservada del Obispo Virrey al Consejo de Indias. Turbaco, 12- 12. AGI: I, 2822. Carta de D. José del Mas al Consejo de Indias. Amsterdam, 7-1-1788. 93 94 postiG e se dirigia a] Puep wis BE jsma rada, y qu lle: —— eto dey os ada en lam) acerse a la mar, Ileg; demn ter ba eee ont pudo mbates sufridos por la embarea, onl in los € se enc el Sa bargo, cae Sin Final ues. Si Cig) Ce asc endi ore & araciones, que ascendieron , : desp' profundas ite verificarse la venta de] Unte iempo jizaran rr tiemP' realizar pitada. cor cio de escle se ex el comer i n que + duda Ps ara ‘ados en \. ros, cifra sin $s neces dos negreros radicados en Nan, d 0s CO! aa un de la costa africana donde fuera m, i el lugar iol ion sobre 4S bx cto importante, ya que la compa un aspe' jar, Este e@ erciar. Est d ustos, las costumbres, 0 las Necesida, choso comercial. ia de los 8 sta afric, ; dores de esclavos en la co: ta africana Desa por los vende jafra era la que ofrecia Mejores re, eran impuestas la costa de Biaft ‘a buena noticia, ya ‘i Prancia,se inform que Del Mas, ésta era un: ) Francia, Para iz 0. 2 de Brasil, que, en mientos en ese nee comerciar con tabaco enesa era costumbre boa, lo que reduciria en un mes |g i isboa, i ‘ habia previsto conseguir en 1 éneros comerciables fueron adg de Is expedicionlt Cashiodaa a fe, iles, que el consul ordené f = le fusiles, eee Amoterdath rest a, ne resultar mas baratos. Tras firmar los segu i de Sorlingen, es a . —— cui ee donde el capitan Olivier tenia una bu 7 mee ey ito, mas asequible encontrar el aval de una asegurad lor Tareelén sai dam rumbo a la costa occidental african barcacién salié de Amsterdam mayo de 1788, es Ul 0) ‘De dj. Ue no Principiy duracig, Witidos ey, abricar en}, Putaci6n a, la em a el 30 de En el puerto de Bonny, mientras se Procedia a la carga de esclayos embarcacién, el Capitan Daniel, toda la Oficialidad, seis marineros yun mero indeterminado de esclavos, murieron victimas de una epidemia desai abordo. La embarcacién quedé fondeada enel puerto, hasta que tres barcos ae ap se) Filipinas le prestaro, auxilio. Esta companiia, que 1 © constituida y que en Principio, Pretendia mono oli. - i ; izar el con 7 sirecto cnlre Manila y la peninsula, habia obtenj, P nao eghCOMerio dizecto con ndo la encomiend caciones de la a real, 7 Baker Dawson, esclavos al Rio de la Plata! traba la embarcaci Para remitir a “entratando Para ello emba; nte la gj rc cin d costa Occidental africana Me la exp Perada en la que se encon me © de las tres frags oP €staba ampliament confirms que en las D. Joaquin Amadeo. en lugar de Jog 400 “Perados, os San Antonio ppeBIENDO SER GRAVOSA ESTA NEGOCIACION, POR TENER QUE COMPRAR NEGROS DE ULTIMA MAN: iO". transferir 46 que el mismo transportaba. Adem4s, nombré a D. Luis Ferrer y Bonis, miembro de su tripulacién, como capitan del San Antonio, recomen- dandole poner rumbo, a la mayor brevedad posible, a Cartagena de Indias. La embarcacién cruzé el Atlantico, pero cuando se encontraba cerca de su destino final, naufrag6. Sobrevivieron al naufragio el capitan, toda la marineria y 158 esclavos"*, Estos tltimos fueron entregados al Gobernador de la plaza para que procediera de inmediato a su venta. La expedicién resulté ser un notable fra- caso, que se tradujo en la introduccién de un niimero muy limitado de escla- vos, produciendo ademas un notable perjuicio al Erario, ya que fue la propia Corona la que terminé financiando la mayor parte de la expedicin, sobrecos- tes incluidos””. ‘Antes de que llegasen noticias del resultado de la expedicién, el virrey de Nueva Granada presenté una nueva solicitud al Consejo de Indias. En ella, Jamentaba la prohibicién que impedia el comercio con las colonias extranje- ras, lo que imposibilitaba la obtencién de productos como las harinas de trigo que eran altamente demandadas en plazas como Cartagena de Indias". El vi- trey sefalaba que tal prohibicién se fundamentaba en la presunta fertilidad de los campos del interior, y en las medidas que se habjan tomado para el fo- mento de la agricultura. Sin embargo, el Virrey objetaba que tal fomento sdlo podia ser posible si eran introducidos esclavos que pudieran trabajar la tierra, por lo que sugerfa que se firmase una contrata con los ingleses, los franceses 0 los portugueses para que pudieran éstos introducir directamente, a través del puerto de Cartagena, los esclavos que debian proceder de la costa atlan- tica africana. De esta manera, se prescindiria de los comerciantes radicados en colonias como Jamaica que, a través de la redistribucién de esclavos intra- caribefa, obtenian notables beneficios, redundando en el incremento de los precios en primera venta”. La carta fue firmada el mismo dia en el que la Monarquia decidié liberali- zar el comercio de esclavos para los puertos de La Habana, Santiago de Cuba, 16. AGI: I, 2822. El Virrey de Santa Fe avisa de la perdida de la fragata negrera el San An- ‘onio en las costas de Cartagena. Santa Fe, 15-VI-1789. 17. AGI: I, 2822. El Presidente de la Contratacién de Cadiz pasé a VS de orden de SM la adjunta factura de los géneros y viveres que en ella se expresan 92047 florines y 17 sueldos, com- prados y cargados por disposicién de nuestro Cénsul General en Amsterdam D. José del Mas. San Ildefonso, 6-IX-1788. 18, A. MONzRA cavapia: El fracaso de la nacién. Regién, clase y raza en el Caribe colom- biano, 1717-1821, Bogota, Banco de la Republica, El Ancora editores, 1998. Minera sefiala que la escasez de harinas en Cartagena venia determinada por la incomunicacién con la regién pro- ductora, la zona de Bogota. Esto provocaba que los comerciantes cartageneros trataran de con- Seguirla, via contrabando, en otras partes del Caribe, lo que ocasionaba frecuentes fricciones con los hacendados radicados en Santa Fe. ar ighGle #2822. Carta del Virrey de Santa Fe al Consejo de Indias. Cartagena de Indias, 28-11-1789, 95_ 96 JOSE LUIS BELMONTE POSTIGO de Puerto Rico, terminando co, lh Puerto Cabello, La Guaira y San Juan y period del comercio libre. p" trata de la Baker Dawson y dando Paso alp su peticion se veria tinge Aly, desde Madrid se insté al virrey a senalar si de los puertos han! a, Ja inclusién de algiin puerto neogranadino dentro P ability, a lo que se dio respuesta afirmativa, sena’ J4ndose ademas que existj Una yy erciantes de Carta, chage predisposicién ante tal medida tanto por los conte ng por el cuerpo de mineros del Choco”!. Sin em! Hy a eocisncrerct Bana ili ne} 0. Las q i ‘i habilitado ott duddas 0, a de las reclamaciones, fue einato”. a 5 a {es en torno a la demanda real de esclavos ee vloimpidien Ml existentes bando lo impidieron. ¢),, aA smotéti te del contral 2 i Men, revencién ante un hipotético repun' inas desistiera;, ., argo esto no significd que las autoridades neogranading AN, Si bie, i" i" i notablemente. los argumentos que esgrimieron cambiaron oa 2. EL COMERCIO DE ESCLAVOS COMO INSTRUMENTO POLITICO na, en la peninsula de la Guajira, la 5, i i i vartage} a etal Dae eee tado serias dificultades. Desde 6 iti 16 Timen' tuacién politica de la regién estaba expe! : eu : los inicios del siglo XVIII se habian lanzado varias expediciones misionera, con objeto de asentar y reducir a la poblacién waytiu, algo que conté con enor. mes dificultades. Coincidiendo con un levantamiento general de los waytu en Rio Hacha, el virrey decidié remover de su cargo al gobernador de la provin- cia, D. José Alvarez de Verifia poniendo en su lugar al Teniente de Goberna- dor de la plaza de Cartagena de Indias D. Antonio Narvaez y Latorre. Narva ya habia ocupado este cargo afios atras por lo que se le consideraba un experto en las cuestiones de gobierno de la provincia. Ya en 1750, y posteriormente en 1769, algunos clanes guajiros se rebelaron contra las autoridades espaio- las, civiles y eclesidsticas, sumiendo a la regién en un grave conflicto”’. La cre- ciente presién fiscal de la Corona y la lucha contra el contrabando, medio de intercambio econémico utilizado por las comunidades indigenas con merca- deres ingleses y holandeses, motivaron el estallido. La resistencia militar gua- jira frente a las diferentes campaiias de “pacificacién” del territorio provocaron 20. AGI: I, 2822. 2822, Cart: i 21. AGE I, arta al Virrey de Santa Fe. Madrid, 25-V-1789, ». Carte 5 19.X0-1785, del Virey de Santa Fe al Consejo de Indias, Cartagena de Ind 22. Sergio Paol S ieens lo que la aljaba nari enna aco el escaso niimero de esclavos en Ia ciudad de Car dose, mas acertadamente, en rn 1a consideracién de “sociedad esclavinny’ alogan- censos de poblaci N lad con escl; a avis fa Tia? (2018) presen, el Nuevo Reino de Granada a Ae, Weer SOLANO: * La construccién de 23. L Povo Ace finales del siglo XVIIP, Taller de la His . OLO Acun, . . 7 Hispano-Wayuie ‘Una mediacién falli enla Guais mn fallida: el Caci _ *Ciah9, 1750-17707 Fistorta Canes Celio Lopes Sierra y el confit? ibe 2 (1999), PP. 67-76, 7 (AMANO 97 -pEBIENDO SER GRAVOSA ESTA NEGOCIACION, POR TENER QUE COMPRAR NEGROS DE ULTIM. que las autoridades espafiolas, con Narvaez a la cabeza, cambiara de estrategie tratando de establecer canales de comunicacién y vinculaciones Pea econémicas entre las poblaciones hispanas y waytu™. Esta politica ees ; i apaciguamiento de la regién, posibilitando que entre ambas sociedades, a : gozaban de un alto grado de autonomia, comenzasen a establecerse vinculo: aparentemente estables por la interdependencia econdmica que recién comen: aba a implementarse. , Sin aaa el incremento de la presién fiscal, que traté de subver- tir algunas de las formas de trabajo de los wayitu, provocé una nueva insu- rreccién, que motivé la Hegada de Narvéez y la posterior separacién de Rio Hacha de la provincia de Santa Marta como medio de buscar una mejor go- bernanza del territorio’’. Tras su llegada, Narvdez escribié una misiva el 16 de febrero de 1790 sugiriendo una nueva estrategia. Ante la hostilidad de los indios guajiros, sefialaba que el mejor medio para obtener la pacificacion de la provincia era realizar un activo comercio con éstos, retomando la misma politica que él habia impuesto en el afio 1778. Asi, se podrian introducir “ne- cesidades y gustos de nuestros alimentos, vestuarios y demas comodidades’, lo que facilitaria notablemente su pacificacion y reduccién. Era el comercio la piedra angular en la que debfa descansar toda la estrategia de pacificacion del territorio, debiendo adecuarse las necesidades de las comunidades wa- yuu con las posibilidades de los vecinos espafioles de introducir géneros ha- biles para el mercadeo”*’, E] asunto esencial consistfa en proveer a los wayau de las herramien- tas necesarias para que pudieran cortar palo de tinte brasilete dada la abun- dancia de este género en la region. El escaso valor del brasilete vendido por los guajiros habia provocado que muchos vecinos decidieran no comerciar con ellos, lo que habia sido aprovechado por los holandeses para adquirir el tinte a precios muy bajos. Para Narvdez y Latorre era esencial aprestar a los vecinos a realizar este negocio, posibilitando que los mismos pudieran ven- der el palo obtenido en las colonias extranjeras. Pero la propuesta de Narvaez no quedaba aqui y, pensando en el retorno de las embarcaciones que deci- dieran realizar este negocio, sugeria que aceptasen esclavos como medio de Pago. Los esclavizados introducidos debian ser orientados a una de las mas lucrativas, aunque en ese momento abandonada, actividades econémicas de la provincia, la pesca de perlas. Hasta unos diez afios atras, esta actividad _ 24. S. Satur: Identidades e independencia en Santa Marta y Rio Hacha, 1750-1850, Bo- Rot, Instituto Colombiano de Antropologia e Historia, 2005, pp. 128-140, 25. M. RESTREPO OLANO: XVIIL Historia de una sublevacion de Historia de América 39 (2013), p. 26. J, Povo Acusa: “Contrab zolana de la Guajira, in ejemplo de relaciones simbiéticas en la Guajira del siglo bajo el liderazgo del Cacique Cecilio’, Revista Complutense 183. La separacién se hizo efectiva el 1 de julio de 1790. ando y pacificacién indigena en la frontera colombo-vene- 1750-1820", América Latina en la Historia Econémica 24 (2005), pp. 87-131. MON 7, LV jos LUIS BEES . puzo” quienes sallan en Pe «indios ; ej ; " tiembre ‘ha endo realizad’ POF 4, mediados de sep’ al mes de din by, yenia sie erias des! les Se acercaban a comerciar, Obten en * ienZ0s de Castilla, anzuclos Y Otros peor ri aralizada por la Od) argo, la actividad aued? Pregicaban a la mm tag snores. Si wayuu 4 MA acy, Shy See dos comuni ae las ‘en Cabo de Vela). La escalagy ag, gida ev le jy zal y 1a 0 ead arrizal y @ bastimentos y aparej a (una radicada en C destruccion de los bas dei Y aParejos gy iy Jencia, que incluy? a ces mero 20 determinado de individugs, haps ere de un nume™’ sandonar la zona costera come mets rte asi como la mue! dades @ abi ~ 7 pujado a las dos comuni nas montafiosa donde se dedicaron a |, dig snternandose en ZO i Ban, defensa, internando: sibilidad de dedicar esclavos a la peg, td ‘ a a la po: ett jel ery, . Narvaez nie ‘todo el afio siguiendo las viejas ordenan,.."! jan as, mh actica. ban esta prac’ e glal con entusiasmo la propuesta, senhalando dos Aspectos enta para permitir la habilitaci 6n al comercig de sa de Rio Hacha. La primera, que el hecho de retettvar & somerco con indios guajiros permitiria que éstos Prescit ie ae Micaciones ¢ mercaderes extranjeros. Estos proveian a “0S way “ aa Y Municio, que, posteriormente, eran utilizadas para el hostigamiento de los esparioles segundo aspecto, muy relacionado con el punto anterior, sefialaba que quier intento por acabar con la accién del contrabando en la region tenia efecto contraproducente para la provincia, y aunque la mejora de la eficacig la represién del contrabando impedia a los waydu dar salida a su producg por lo que de no activarse el comercio con los vecinos espafioles era de espr que el conflicto se radicalizase notablemente. Ante el nuevo escenario cre por la liberalizacién comercial de febrero de 1789, la habilitacién del pu de Rio Hacha al comercio de esclavos interesaba a la Corona no sélo por re nes de indole econémica, sino por la propia seguridad de la provincia. En Scie cag orden gular que podia permitir la pacificacién de los in ria perlas, que ser! nicipales que reglab El virrey acogiO habria que tenerse en cu bulictivd — | ; duien distingue dos ioe Wayau ha sido estudiada parcialmente por tos, los waytiu-guaji waytu-guajiros y los waytiu-cocinas, la aceptacié €ptacion o no, del trato con los espa 8tupo de los way ; waytiu-puai ™mismos . 'U-guairo, BrUp os étnicos, * lo que muestra la diversidad de estratei9 ipensnno sexcenuin - + saves ve UUM KAK NEGROS DE ULTIMA MANO. j3ajit0S> ademas de activar eo econdmicos altamente productivos y de svrés para la Real Hacienda”. int [os resultados de la liberalizacién cumplieron con creces las expectativas Monarquia y de las oligarquias esclavistas caribefias de los puertos habi- Jitados, especialmente dela habanera”. Por ello, desde inicios de 1791, desde Madrid se establecié la necesidad de prorrogar Por seis afios esta media, plan- teando la necesidad de ampliar el numero de puertos habilitados. La amplia- cién se realizaria permitiendo el comercio esclavista en un mayor numero de uertos cubanos (sumando los aportes de Trinidad, Nuevitas y Bataband), y venezolanos (incluyéndose ahora los de Maracaibo, Cumand y Nueva Barce- Jona). Los virreinatos de Rio de la Plata, con los puertos de Montevideo y Bue- nos Aires, y de Nueva Granada con Cartagena y Rio Hacha, también quedaron incluidos dentro del proyecto esclavista borbénico. A Cartagena, llegé la no- ticia de su habilitacién en junio de 1791, poco antes de que la irrupcién del proceso revolucionario de los esclavos de Saint Domingue, en agosto de ese mismo aio, paralizase su puesta en marcha definitiva®. Tras meses de delibe- raciones, y gracias a la iniciativa tomada por la oligarquia esclavista habanera de mano de su principal vocero, Francisco de Arango y Parrefio, el proyecto fue aprobado. Ante la disyuntiva de paralizar la entrada de esclavos que pudie- ran rebelarse y los beneficios que el trabajo de los esclavizados podia ofrecer, Arango opté por esta segunda opcién, recordando a la monarquia que el gran levantamiento de esclavos de Saint Domingue era en realidad una extraordina- ria oportunidad que no se podia perder. Esclavos, capitales y personal cualifi- cado abandonarian la colonia francesa huyendo de los fuegos revolucionarios, siendo posible para la monarquia espaftola captar esta enorme masa critica, lo que podia permitir un trasvase del esclavismo desde la principal colonia fran- cesa,a las colonias hispanas”'. El discurso de Arango fue decisivo, y pocos dias més tarde la Corona prorrogé y amplié Ia liberalizacin del comercio escla- vista, Los puertos de Cartagena y Rio Hacha quedaron habilitados al comercio dela 28. AGI: I, 2822, Carta del Virrey de Santa Fe al Consejo de Indias. Santa Fe, 19-X-1790. El Virrey confesaba haber otorgado dos licencias a vecinos de Rio Hacha para comenzar a desa- rollar este ramo de comercio. 29. J. L. Bemonte Posrico: “Brazos para el azticar, esclavos para vender’. Estrategias de comercializacién en al trata negrera de Santiago de Cuba, 1789-1794", Revista de Indias 70 (2010), pp. 445-467, H. Kuzin: “North American Competition and the Characteristics of the African Slave Trade to Cuba, 1790-1794”, The William and Mary Quaterly 28 (1971), pp. 86-102. apy, AGE I 2822. Real Orden al Virrey de Santa Fe previniéndole haber ampliado S. M. Puerto de Cartagena de Indias la Real Cédula de 28-11-1789. Madrid, 23-11-1791. El virrey la Publicé el 19-V1-1791, Ripon dag A: PiauERAs: “Los amigos de Arango en la corte de Carlos? "LL & I. ALvaez Cuartero (eds.): Francisco de Arango y la inven theme Universidad de Salamanca, 2009; A. FERRER: Freedom ‘s Mi "a of Revolution, Cambridge, Cambridge University Press, 2014. IV”, en M. D. GoNzALEZ in de la Cuba azucarera, irror. Cuba and Haiti in 99 100 BELMONTE POSTIGO nee 1 | puerto cartage, de esclavos con una diferencia notable. Mientras el Puerto cartagene,, s espanoles Y extranjeros, el de Rio Pog. bilitaba la Hegada para comerciante: iM di . gues in 5] les, que podian adquirj ‘c| solo quede habilitado al comercio de espafioles, ue Ps Wirir gg he , hana” ay, en las colonias extranjeras caribefias™. 05 3. Los RESULTADOS DEL COMERCIO DE ESCLAVOS EN CARTAGENA Desde los primeros instantes de la liberalizaci6n, las autoridades Reogranag nas establecieron serias dudas sobre el alcance real de la habilitacién a} com, cio esclavista de Cartagena y Rio Hacha, asi como de los efectos que PUdien, obtenerse. El 19 de diciembre de 1791, apenas un mes después de la defini," aprobacién de su habilitacion, el nuevo virrey de Nueva Granada, D, José gt Ezpeleta, mand6 un informe en el que alertaba de una serie de peligros y 5;.° g0s derivados del comercio esclavista. En dicho informe, el virrey sefialaba se habia verificado la existencia en los puertos de Cartagena y Rio Hacha de oe neros de indudable origen extranjero. El virrey sospechaba que, al abrigg fs comercio esclavista, los niveles de contrabando se habian incrementand, ‘ tablemente. Como habfa sucedido en otros puertos, la habilitacién al con me a de esclavos habia significado, para Cartagena, la legitimacidn de las eden merciales que, con frecuencia, transgredfan las disposiciones legales cx... tes, vertebrando y uniendo, desde el punto de vista y econémica y hye la plaza con otros territorios caribefios de soberania extranjera™ nan Las diligencias promovidas por el Vi at cartageneras realizar las pesquisas necesavize peng nent 8 8 autor one naa emeas een Para esclarecer el asunto, . La persecucién del contrabando era abso canti ; los comercantes descargeban gens sureideros y parajes existentes i antes de su Hegada . al puerto. Sdlo jades reve- oluta- donde se ha- ‘anjeros con las re, Caracas e islas de Santo Do ‘4S que se expresan. San 10 Aen el tragc4- | PP. 119.139, Pel tried esclaus (1789-1845)” R, — -pEBIENDO SER GRAVOSA ESTA NEGOCIACION, POR TENER QUE COMPRARNEGROS DE ULTIMA MANO", _ 101 tan bajo de esclavos que hacia sospechar al virrey que dichos esclavizados ser- vian para enmascarar actividades de contrabando, Por ello, el virrey solicité Ja suspension del comercio libre de esclavos, prohibiendo toda comunicacién con las colonias extranjeras. En caso de que se verificase su peticién, el pro- pio virrey emitiria licencias sueltas siempre y cuando existiese la demanda su- ficiente, poniendo todo el cuidado para evitar el contrabando*, Para cimentar atin mds su posicién, bastante conservadora y distante de las medidas liberalizadoras protagonizadas afios atras por el Obispo Virrey, comentaba que la suspensién de actividades con las colonias extranjeras era de vital importancia para la seguridad de la plaza, como lo atestiguaban la gran cantidad de pasquines que habia requisado el Gobernador de Cartagena propagando el ideal revolucionario que habia comenzado a asolar al Caribe francés, especialmente Saint Domingue. El marasmo revolucionario francés impulsé una serie de medidas por parte de las autoridades espafiolas. Su obje- tivo era evitar el contagio revolucionario a los territorios hispanos, por lo que trataron de establecer un “cordén sanitario” que evitase tal posibilidad®’. En este sentido, ya en 1790, la monarquia habia cambiado su tradicional politica de asilo a los cimarrones trans-imperiales que Ilegaban a dominios espafio- les. Si hasta entonces, y especialmente para los esclavos llegados desde el Ca- ribe britdnico y holandés, las autoridades optaban por reconocerles la libertad y ofrecerles la posibilidad de asentarse en sus dominios como hombres libres, ahora la monarquia opté por no aceptar su inclusién en sus dominios, de- biendo ser expulsados en cuanto se verificase su identidad y circunstancias del viaje. El control sobre la movilidad de personas se extendié a los esclavos, pro- hibiéndose ya, en 1792, la llegada de esclavos procedentes del Caribe francés al ser reconocidos como potenciales revolucionarios. Esta prohibicién se exten- dié, posteriormente, a los esclavos procedentes de las colonias en las que se hu- biera producido algun tipo de rebelién de esclavos”. Incluso se intenté evitar Ia llegada de personas libres de color, que debian ser confinadas a su llegada a Puerto hasta que se estableciese sin lugar a dudas tanto su condicién juridica como su no participacién en los hechos revolucionarios. Ante el volumen de la 34, AGET, 2823. Carta del Virrey de Santa Fe al Consejo de Indias. Santa Fe, 19-XII-1791. 35. C. NaRaNjo Orovio: “Represién, miedo y raza en Puerto Rico y Cuba, 1789-1839", eC, Naranjo Orovio (ed,): Esclavitud y diferencia racial en el Caribe Hispano, Madrid, Doce Calles, 2017, pp. 111-129, 36. J. L. Beamon Post1co: “No siendo lo mismo echarse a la mar, que es lugar de li- bertad plena. Cimarronaje maritimo y politica transimperial en el Caribe espaftol, 1687-1804", €2C, Naranjo Orovio (ed.): Esclavitud y diferencia racial en el Caribe Hispano, Madrid, Doce Calles, 2017, pp. 43-70, 37. M, Zeuske: “The French Revolution in Spanish America’, en A. Forrest & M. Muopte (eds.): The Routledge Companion to the French Revolution in World History, London & New York, Routledge, 2015.

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