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" La @GIGFAIEIPEID antigua habia desarrollado un concepto muy poderoso de los esfuerzos imprescindibles PaFaliTaAtEHEReIMURGOEAFEHS. Eran (GGEZSIpredominantemente Ge\earActeR Fitwal VIESpinAl: La transmi- si6n de un sistema de saberes situado menos en los libros que en los ritos. Silos ritos no se realizaban correctamente, el mundo se resquebrajaba y el cielo se venia abajo. A su vez, la@f€aliZaciOneOHeeea de los ritos era una cuestién del saber a ellos vinculado, u@l@ficiaMMeMOHae, Puntos de vista similares aparecian también en China. También aqui se partia de los ritos y de que los responsables de su realizacién retuviesen el mundo en su ca- beza y no olvidasen nada. En eliidaism@eestas ideas se desligan de los ritos. y se asocian a lalifiterpretacion delostexto®) En palabras del judaista ber- linés Peter Schafer, la interpretacién de los textos garantiza «la armonia Con estas ideas descubrimos en el lenguaje de las fuentes y en la abstraccién propia de las culturas lo que aqui Ilamaremos (CBhereRea Re trata de una coherencia que €AMaaAG GUA China VEREBIBR se concebja y se realizabagritualmentely que en elGudaismolrabinied, pri- vado tras la destruccién del templo el afio JOMUNG) de todas las posibilida- des de una coherencia ritual, se desplaz6 totalmente a lalifiterpretAciond® entre el cielo y la tierra» al que servia y que en cierta medida lo realizaba en forma de recitaciones sagradas, sino la interpreta- Ci6n de los textos fundantes. Designamos este (@esplazaimiient®) absoluta- Mente tipico desde el punto de vista de la historia de la cultura, con el nombre de paso de la(@aMeFECa tilda ACONCPRCIAYERUAD En su poema 83 é Patmos, Hélderlin ineluye los famosos versos que parccen resumi cp precisién insuperable Hemos venerado a la madre tierra Y recientemente hemos venerado a la luz del sol, Sin saberlo, pero(@ipaare) Que reina sobre todas las cosas, Se interprete bien. No quiero decir que Hélderlin hable en estos versos del paso de lacoher. cia ritual ala textual, pero es indudable que piensa en un desplazamieny, del sentido, es decir, de los fen6menos hist6ricos y césmicos.a las escriturs sagradas y a su interpretacién, aunque no lo hace en el sentido de un can, bio propio de la historia dela cultura, sino en el de un credo poctligca, (asi lo sugiere la continuacién: «A ello se atiene el canto alemans) No obstante, estos versos iluminan prodigiosamen tra tesis sobre lain « El flujo de la tradicién es un rio vivo; modifica su curso y lleva unas veces mucha y otras veces poca agua. Los textos caen en él ol- vido, se les aftaden otros, se amplian, se abrevian, se transcriben, se antolo- gizan en diversas compilaciones. Poco a poco se perfilan estructuras cen- trales y periféricas.(DEtSHMinaAOSKERS alcanzan una posicién central por su iffiportaneialespecial) se copian y séjeitan con mas frecuencia que otros y finalmente, como si fueran una especie de clasicos,sejeonviertemenisins . En esta evolucién desempefian ‘un papel capital las escuelas de amanuenses. Constituyen el marco institu- cional de las actividades correspondientes a la copia, puesta en circulacién Base y archivo de los textos y de esta forma consiguen que sigan estando pre, tes y mantengan su capacidad de comunicaci6n tanto los textos como ef sentido normativo y formativo en ellos actualizado. Asi se forma po, poco tna @BaIEAIGIOMBDue abre a todo presente un horizonte dest, y, sobre todo, de formacién que se remonta a las profundidades de Ios silos primero y de los milenios después. La «casa de la tabla» mesopotim, cay la «casa de la vida» egipcia son los soportes d Con la aparicién de los textos la formialtemporalMelaewletra sufre y, Junto a la diferencia solenane entre tiempos primitivos y presente, aparece la diferencia entreppasadoyspresentey entre antigiiedad y edad mo. derna. El pasado es el tiempo de los clasicos, la época cldsica (NO es un jue se mantiene siempre a la misma distancia del pre. sente progresivo, distancia que no es temporal, sino éntica; es pasado his. t6rico, sobre cuya distancia creciente respecto del pasado no existen dudas, En Mesopotamia surgieron en el milenio I formas primitivas de historio- rafia relacionada con el pasado (J. v. Seters 1983) y en Egipto hubo interés por cuidar y archivar los monumentos y los textos antiguos, arcaismo y conciencia de una tradicién antiquisima.’ En torno a los escritorios de los GPUS PAMASESETELAD se desarrollaron slop tse ocscmeanene E\@mBIOMecisivo de la introduce la sel texto sagrado, sim: conv: tiéndose asf en el punto de partida de las culturas interpretativas. A conti ‘nuaci6n exponemos y justificamos esta tesis. Como ha sefialado C. Colpe, @l@ha a (C. Colpe 1987) . in Pe . Las restantes formaciones canénicas, con la canonizact alejandrina de | : ; 0s eldsicos griegos (que personalmente considero indeP? Cultura escrita 89 diente de la canonizacién judia de la Biblia), la Biblia cristiana y el Coran en Occidente y el canon jaing con el canon de los textos confucianos y taofs- tasen Oriente, dependen de estos chispazos iniciales. En el mbito de estos (GroKesosTeRcanonizaciOnyse desarrolla una icalliteraturalinterpreCaeiva que, a su vez, pasa a formar parte del canon. De este modo la @HGHHOH@ @@ileirallSeorganiza, por una parte, en de primera, segunda y has- ta tercera generacién y, por otra, € 1 momento més importante de la formacién del canon es el acto del «cierre» (jgtihad en drabe). Traza las dos fronteras decisivas entre lo canénico y lo apécrifo y entre lo primario y lo secundario. Los textos can6nicosi@)puc- den ser objeto de una escritura posterior, lo cual determina su diferencia fundamental frente al @AGjGTAeNaNiradiciOns® Los GERCOSTEARORIEDS son TTS ONURWSTSTER cot No pue; cambiarse en ellos absolutamente nada. «No afiadiréis nada a lo que yo mando, ni quitaréis nada al guardar los mandamientos de Yahvéh vuesti Dios», se dice en el Deuteronomio (4, 2). Esta cita pone de manifiesto q el canon hebreo procede del espfritu del pacto, de la «alianza», que el Se for ha establecido con su pueblo.’ El textocanénico tiene el cardcter firme- mente @bligatoriodelun pact. Para explicarlo recurriremos a la@iferenciajentre textosisagradosiyica- (GORIESB Existen textos sagrados también fuera de las tradiciones canoni- zadas. Los hay tanto en la tradicién oral (el mejor ejemplo son los Vedas) como en la escrita (por ejemplo, el Libro de los muertos egipcio). También los textos sagrados exigen una transmisién absolutamente fiel. Los Vedas, por ejemplo, no fueron consignados por escrito porque los brahmanes confiaban menos en la escritura que en la memoria. Un uuna especie de templo verbal, una actualizacién de lo sagrado a través de (@GiWoe E! texto sagradomorequierewunalinterpretacionySinolunalrecitacion de base ritual en la que se observen estrictamente las prescripciones en cuanto al lugar, el tiempo, la pureza, etc. POPRIGORERAHG) un texto CARGBI- (GEAR. son textos que pretenden ser tenidos en consideraci6n, secun- dados y convertidos en realidad viva. Para ello se necesita menos la recita- cién que la@iit@EpFEtACIOHDSe trata del corazdn, no de la boca o el ofdo. Ahora bien, el texto no habla directamente al coraz6n. El camino que va NAY oe Bases tebrica go 8 tray desde el ofdo que oye 0 el ojo que lee hasta el corazén que comprende ¢ tan largo como el que va desde la superficie gréfica o fonética al sentidy formativo y normativo. De ahi que el trato con lo: un tercero, ellifiteEprete, que se sitda entre el texto y los Feceptores y liber los impulsos normativos y formativos encerrados en la superficie del texto, Los textos canénicos tinicamente despliegan su sentido en la €@INGiOAFEN De este modo en el Ambito de la tradicién canonizada aparecen institu. ciones de interpretacién y, por tanto, s GA sofer israeli, el rabbi judio, el philologos helenistico, el sheij y el mullah islamicos, el brahmdn indio y los sabios y cultos budistas, confucianos y taofstas. La principal caracterfstica de estos nuevos portadores de la me- moria cultural es sulid@fazgoespiritual)su (relativa) independencia frente a las instituciones del poder politico y econémico (C. Meier 1987). Sélo desde esta posicién de independencia pueden mantener las exigencias planteadas por el canon, (@iMelaversacleRENFEVEISAATE n las primeras culturas escritas los soportesy guardianes del flujo de la tradicién eran al mismo tiempo funcionarios administrativos, médicos, intérpretes de suefios y adivinos y en cualquier caso receptores de érdenes (también emisores) dependientes de la organi- zaci6n politica. No existia ningtin lugar dentro de la tradicién, ningtin Punto de Arquimedes, desde el cual oponerse a dicha organizacién con la exigencia de una transformacién normativa y formativ. Deahiue el (QA 1a diferenciacién de una posicién independiente frente a las au- toridades politicas, administrativas, juridicas y hasta religiosas, Retoman- do las palabras de Hélderlin, la misién de esta posicin consistfa en obser var la letra firme»: La observancia de la «letra firme» consiste en la interpretacién o atencién al sentido. Como la letra es firme y no admite (GBREAEARBI)por minimo que sea y dado que, por otra parte, el mundo del hombre est4 sometido a un cambio constante, aparece una G@ieanca entre el i te que Ginicamente puede salvarse a través de la interpretacion. De este modo la interpretaci6n pas? a ser el principio central de la coherencia cultural y de la identidad. Los 'mpulsos normativos y formativos de la memoria cultural s6lo pueden ad- Cultura escrita or quirirse mediante la interpretacién constante y siempre renovada de los textos de la tradicién fundante de la identidad. La interpretacién se con- vierte en el gesto del recuerdo y elGifiRGepRERBen el que fEGEFSAVIRCELERED Sin embargo, con la produccién progresiva de textos no tarda en pre- sentarse la situacién que Aleida Assmann sefiala como un: Gimemoriareuleuraben primer plano y fondo o bien en @memorialfineio- (Gal yineroria GEUBLALMA. (A. y J. Assmann 1991). La masa de lo - primarios, secundarios y terciarios, de los escritos canénicos, semicanéni- cos y apécrifos, es muy superior a lo que una sociedad de una época deter- ada puede recordar y «habitar». Cuanto mas se hunden los textos en los materiales de(@FEHIVONMONIVIdOS, més se convierten en una forma de olvido, en la €Gitnibalaél\Sefitido que en otro tiempo se mantenia a salvo en virtud de su significacién vivida y su comunicacién. Asi se amplian paula- tinamente en la misma tradicién las reas de lo archivado y de lo no tenido en cuenta, Gifgenlampliasizonasidelisabenolidadey se difuminan las fronteras de lo extraiio. Es obvio que el G&8CUibrimiehtodelaleserituta supuso el €6Ftelmds pro- fundo en la historia de ldlesiructura eonechiva dellalsociedad, divisoria de estas dos fases salta a la vista y ha sido sefialada muchas veces, El ejemplo més conocido es el concepto de «época axial» de Jaspers, quien se refiere explicitamente a este cambio" (aunque sorprendentemente no advirtié laghanGIORT@SNANESEFEGFAD no obstante, otros han subsanado este descuido)."" 4a diferencia fundamental entre la coherencia textual y la coherencia ri- No se trata de una obviedad. le las narraciones miticas, _, i lizaci6n actualiza el "pues no existe un texto fijoy cada rea teX0 Suman, ra, mientras que en la cultura escrita el texto esté definitivamente esahy. cido y Gnicamente puede repetirse en cada copia y en cada lectura, Logue pensamos no hace referencia al texto, sino a su contenido, es decir, no ala comuniacin sino la informacién, GATELGRARTEE TATE) potencial de(inintoyaciomy, por tanto, de informacién de los textos es muy (GUA. Los textos permanecen en la memoria cultural Gnicamentecuan, do hablan de algo conocido. BnlelimundoTdenayeradicioneeie seq, (GREEMENIIGTCOREFAFIO, como nos lo indica la famosa lamentacion de Chacheperreseneb, autor egipcio del Reino Me Ojala hubiera tenido frases desconocidas, sentencias extrafas, nuevos discursos, todavia no pronunciados, sin repeticiones, aforismos no transmitidos de nuestros antepasados. Estrujo mi cuerpo y lo que en él hay y lo libero de todas mis palabras. Pues lo que se ha dicho es repeticién y sélo se dice lo que se ha dicho. No puede uno adornarse con las palabras de los antepasados, pues los descendientes las encontrardn. No habla aqui uno que ya ha hablado, sino el que primero hablar para que otro encuentre lo que dir. No un discurso del que después se dir «lo hicieron antes», ni tampoco un discurso que dir: «biisqueda vana, ¢s falso», y nadie mencionaré su nombre a los demés. He dicho esto de acuerdo con lo que he visto, empezando desde la primera generacién hasta quienes vendrin detras de nosotros: han copiado el pasado, Ojala supiera lo que los otros no saben, lo que no representa repeticién alguna."* Es una conmovedora lamentacién sobre la presién de la variacién € ian” vaci6n i fi . . Los dos tex- tos incuestionablemente més importantes de la literatura egipcia, Conversa- ciones de un cansado de la vida con su ba" y Canto al sol de Ajenatén (Hornung 1990, pags. 137 ss.), aparecen tinicamente en sendos manuscritos o inscrip- ciones contempordneos y desde luego nunca se integraron en el «flujo de la tradicién». En el Canto al sol este destino es perfectamente comprensible, pues fue victima de la persecucién que borré todo recuerdo de la época de Amarna. En El cansado de la vida no acaban de entenderse los motivos de su olvido. Una pasmosa cantidad de textos importantes desde nuestro punto de vista, que en nada se distinguen de los reconocidos como clasicos, entre ellos el Néufrago, el papiro Westcar y las Admoniciones de Ipuwer,” ‘anicamente aparecen en un solo manuscrito.'® Todo esto demuestra claramente quelliayp que el «enve- Jecimiento» de los textos, su incremento en el tiempo, su valor y su autoridad dependen de tales procesos de selecci6n y de sus criterios. La @SGHituFaHGgay> que es lo que aqui me interesa sobre todomomepresenta por si misma una , incluye Gesgostdelolvidowyidesaparicion, de envejecimi wad a : Hvejecimiento y de caducidad, ajenos a la tradici6n oral, y con frecuencia Signific 'ca més una ruptura que una continuidad.

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