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CAPITULO 1 LA VIOLENCIA DE GENERO COMO VIOLENCIAS COTIDIANAS La violencia en sus diferentes manifestaciones es un tema que nos atraviesa a todas ya todos. Tanto las mujeres como os varones suelen ser objeto y sujeto de violencia, aunque la situaci6n de subordinacién social de la mujer favorece que ésta se transforme, con mucha mayor frecuencia, en la destinataria de violencias estructurales y coyunturales. Escuchar y pensar sobre las violencias ejercidas contra las mujeres, (de distinto sector social, edad, religién, etnia, etc.) produce males- tar, estremecimiento, estupor, indignacién. Podemos enterarnos de la violencia cuando invade el ambito piiblico mediante la crénica policial o cuando se impone como espectéculo en los medios grafi- £08 0 televisivos. En éstos se establece una norma de visibilidad de los hechos violentos, considerados como “naturales”, en la que se entre- cruzan lo piblico “la violencia como realidad que padecen las perso- nas y lo privado -la intimidad de las personas violentadas-. La narracién ~escrita, radial y televisiva- la vuelve ostentosa, casi obsce- na cuando promueve una hipertrofia del escuchar y del ver, una ten- dencia voyeurista de fascinacién de quienes asisten “pasivamente” a las violencias padecidas y ejercidas. El auge de los reality shows 0 talk shows, 0 la tendencia de ciertos noticieros televisivos y radiales, cambia de lugar a la violencia y la in- troduce en la vida de quienes la miran o Ta escuchan como un hecho més. Asi, domesticada y convertida en objeto que se puede tolerar y consumir, la violencia queda neutralizada, anulndose, en muchas Personas, su carga negativa y la censura. O se recurre a mecanismos de evitacién y rechazo (cambiar de emisora 0 de canal) como forma de ludir el malestar que provoca ver y escuchar sobre hechos violentos. 24 VIOLENCIAS COTIDIANAS, VIOLENGIA DE GENERO La resistencia a conocer o a escuchar sobre las violencias es un mecanismo defensivo que se utiliza cuando no se tolera el displacer. Se niega o disimula una realidad inc6moda y amenazante que dif cultard el reconocimiento de ciertos comportamientos como violen- tos y la asuncién de una actitud critica frente a los mismos. La evitacién y el rechazo se manifiesta por sensaciones de incomodidad y de ataque a la intimidad, posturas corporales defensivas, expresio- nes verbales encubridoras o silencios cémplices, Un hecho violento ~golpes, violacién, abuso- genera diversos tipos de expresiones tanto en la comunidad como en la vietima y en el agresor. La comunidad, qué suele decir? “B30 le pasa a ciertas mujeres. “No es para tanto,” ‘Esté: mat hablar de cosas éntimas, no nos tenemos qute meter en eso.” “No tienen vergiienza ni prdor, no vamos a meternos en problemas ajenas.” “¥... algo habré hecho... por algo habra sido “A esos degenerados hay que matarlos.” “Eso no see hace a nadie,” “Las mujeres tienen que denunciar lo que les pas6 para que se sepa cémo son las cosas y evitar que se repitan.” Por su parte, la victima suele decir: SgPor qué-a mi “Nunca vay a poder contarlo,” “A lo mejor me lo merezco.” “Yo siento miedo de provocars gcimo tengo que vestirme para salir a la calle?” “Ustedes no saben lo que es esto, no podré olvidarme.” “Yo no to provoqué ni quise que esto me pasara.” “Necesito que me crean y que me ayuden.” Y el agresor suele expres “Los hombres somos asi.” 1 spara qué provoca?” “Se la estaba buscando,” 1A MIOLENCIA DE GENERO COMO VIOLENCIAS COTIDIANAS 25, “A las mujeres les gusta.” “Yo lo hago por su propio bien.” {A ela te viene muy bien que yo le haga entender como deben ser las cosas.” “Cuando una mujer dice ‘no’ en realidad quiere decir ‘i ‘Las mujeres son fantasiosas, exageradas y también mentirosas.” “Bueno. jse me jue la mano! jPero ella hace de todo wun drama” Estas expresiones de protagonistas y testigos de hechos violentos van desde Ia aparente indiferencia, las explicaciones rapidas, las jus. tificaciones, los deseos de venganza y las posturas reivindicatorias hrasta la eritica y la censura directas. Los mitos y estereotipos que ex. Pesan estas ideas conforman el imaginario social acerca de los he. Chos de violencia contra las mujeres. Este imaginario, sefiala Eva Giberti (1989), “Responde a la dindmica de complejos procesos so. ciales que, en forma de ideologias, privilegian determinados valores, opacando o postergando otros, proponiendo o defendiendo distin. fas éticas que se autodefinen como las tinicas y las mejores”. Este imaginario social actiia sobre el imaginario personal, transformando la ideologia que lo promueve en pensamientos y acciones inmuta. bles y excluidas de todo cuestionamiento. Estas creencias persisten a través del tiempo, se reproducen por consenso social y perpettian una eficacia simbélica que opera como la verdad misma, La conse. ‘uencia es que se minimizan o se niegan los hechos de violencia considerindo. fos “normates” o “habituales’, se desmienten las experiencias de las mujeres y 4 decuia ta responsabilidad de los agnsores. Pero, cuando la presencia inobjetable del hecho no permite poner en marcha esos mecanis. mos de rechazo y evitacion, ya no se puede permanecer en una posi- cién neutral: el conflicto planteado entre el agresor y la victima va a cexigir de los testigos una toma de posicién. La victima quiere olvidar Pero no puede y demanda compromiso y censura por lo ocurrido, El atacante convoca a no hablar y pide complicidad y que se olvide Io sucedido (Eitenger, citado en Herman, 1962).' Por su parte, la co. munidad toda desea olvidar lo displacentero y generalmente lo con. 1. En su estudio sobre fos sobrevivientes de los campos de concentracién, el Psiquiatra Leo Eitenger dice: “La comunidad quiere olvidar la guermy ls victims; Extiende un velo de olvido sobre todo aquello que le es doloroso 0 displacenters, Encontramos a ambos, la comunidad y las victimas, cara a ears: por tn lado, lag itimas que quizd quieren olvidar pero no pueden yen el otro todos aquellos com 26 \VIOLENGIAS COTIDIANAS, VIOLENGIA DE GENERO sigue, aunque las formas de olvido supongan Ia reiteracién del es- pecticulo o Ia inexistencia de la violencia, como si conocer y actuar Sobre la violencia fuera tan peligroso como la violencia misma.

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