critica (por e contrario, eviténdola), para la concepcién himanista lo
fundamentalesté en este despertar que debeir siendo més y mas de-
sarrollado.
Laconcepcién problematizadora de la ecucacién sabe que, sila
esencia del ter de la conciencia es su intencionalidad, sudespegar-
se hacia
Enel maico de asta “visién de fondo”, sin embargo, nc todos sus
elementos se hacen presentes ala conciencia como “percbidos des-
tacades en s™. La concepcién problematizadora, al desafiar los edu-
candos através di jaciones existenciales concretas, intanta su mi-
rada crttica racia ellas, con la cual lo que antes no era un percisido
destacado, rasa a serlo.
De esta forma, la educacién se constituye como verdadero que-
hacer humaro. Educadores —educandos y educados—, mediaiza-
dos per el mundo, rcen sobre él una reflexion cada vez mas
ca. Identificados en esta rsflexién —accidn y esta accién—, reflexion
sobre el mundo mediatizedor, se hacen ambos, auténticanente se-
tes de la praxis.
42
La alfabetizacién de adultos
Paulo Freire
“S/analfsbetismo como.un reno al plano gjercicie de
Jos corachos de! hombre’, ‘La alfabetizacién como pr-
‘mer paso que dete ser dado con vistas ala integraién
el incividuoal eireutonacenal,trrando conciencia do
‘sus derechos"!
Dependiendo de la visién que teng uno del hombre, dal murdo,
jones homibre-mundo, hombres-hombres; del concepto
n. de suinstrumentalidad” y de hasta donde va esta ns-
\como un acto creador 0 no, se (es-
merte” a estas cuestiones,
iniroductorio, estaremos siempre ‘efi
\genua del analtal
en si” o una “hierba dafina” que necesita ser“
—4de ahi a expresicn corriente “erradicacién del aneltabetismo"—. O
también lo mira como si fuera ura enfermedad, que pasaré de uno a
otto por contagio. A esta concecién deformada del anata
‘como enfermedad lamamos irénicamente “concepcién bi
ca" del analfabetismo. El enalfatetismo aparece como una llaga 0 le-
pra que urge ser curada.
Dentro de esta gama de ingen
todavia, como marifestacién de
poca inteligencia’, Je su ‘innate ap:
Laconcescién eritica del analfabetismo, por el cantrario, love co-
‘mouna explicitacié1fenoménicc-refleja de la estructura deunasecie~
jueraun
-vestores nos fueron propuestas por el Dopartament de LEucation
dos Acilios ot dos Actitée dela Jeunesse —UNESCO—, Parls, para que los con-
testéramos sogin nuesra vein dl prcblema ce la alfabeizacin y de nvestra sxpe-
Fieneia en este campo.
43dad en un momento tistérico dadk
Laprimera, que nopuede, pi facién de su viualizasion del
problema, tomado en su complelidad, darle respuesas covrectas,
propone ¢ intenta necesariamente soluciones puramente mecanicis-
tas.
La alfabetizacién, para ella, se reduce al acto mecanico de“depo-
sitar" en los anafabetcs palabras, silabasy letras. Este depdsito, se-
gin la corcepcién ingenua de la altabetizacion, es suficente para que
el Fombre analfabeto se afirme, ya que “dejé de serio’.
Esta concepoién rrecanicista del “depésito de palebras” anvuel-
presta a a pal
nos a que 2n este
amuleto. Aigo independiente del hombre cue la cice, six reladén con
el mundoy con las cosas que nomora,
De ah que, para esta visién distorsionada de la paabra, que im
plica la distorsién del rombre mismo, la allabetizacién se trarsforme
enun actc cone cual el alfabetizador va “‘lenanco” a los analtabetos
conus palabras. Del sentido magico prestado a la palazra se prolon-
‘gav origina otra ingenuidad —el mesianismo—. El anelfabeto es un
ido. Es imperioso “salvarlo’, ysu “salvacién” estden que
ue s¢ le vaya “llenando” con estas "palabras'—meros so-
nidos milagrosos, que k son regalados 0 impuesios porel alfabetiza-
dor, que es mucho mas un mago o hechicero que un educador.
Los silabarios, por auenos que sean, desde el puno de vista no
‘s6l0 metodolégico, sino hasta sociolégico, no pueden liberars2 de su
*pecado criginat’, en cuanto son el instrumento a traves del cual se
van depositando” las palabres del educacor, como también sus tex-
tos, en los alfabetizadcs. Lo:
tos “domesticadores”, 2asi siempre
en la medéfa en que qutan.
Y aun suando las palabras del slabario, los textos con ells ela-
borados fo que raras veces ocurre—coincidan con la ealided exis-
tencial de os alfabetizendos, son pelabras y textos regalados, como
44
lisés, y no creados por aquellos que deberian hacerlo. Engeneral,
sin embargo, tanto las palabras como los textos de los silabarios na-
nen que ver con|a experiencia existencial de los alfabetizados.
Y cuando lo tieven, se agota esta.
attamente pat
que no osamos
istancial y tod el cimulo de conocimientos em
que esta experiencia le ha dado.
‘Como seres pasivos y diciles, deber ellos —los analfatetos—ir
recibiendo aquelia “transfusién’ por ello mismo,
no puede resultar ningunainstrumentalizacion para la ransfermacion
del mundo.
En verdad, qué significacién pueden tener, para nombres, cam-
pesinoso urbanos, que pasanun dia duro de trabajo, o m: r
sin trabi ‘La casi
huerto’; ‘Elalaes del ave"; Pedro y Rose, Elena y José quieren y cul-
dan mucho a sis animales’ ,Qué pueden un campesino oun obre-
ro urbano sacar del positivopara su quehacer en el mundo, para su-
perar el reno zl ejercicio pleno de sus derechos de persona con un
proceso de alfabetizaciénen el cual se les dice entaticament2 que “El
ala es del ave"o que “Eva dio la uva’, y, lo mas absurdo ain, en re-
giones en que no hay muches Evas y en que el hombre sencilo no co-
me uva, 0 porcue no hay 0 porque no puede?
Qué signiicacién puece tener para alguien un texto ccmo este
que sigue, y que, ademés de plantear una pregunta aosurda, da una
respuesta mas absurda atin: "; Ada dio el ded al cuervo?’; "Duco,
‘Ada dio eldedb al ave". En frimer lugar, no sabemos la existencia de
ningin sitio delmundo en que uno invite alcuervo a posarse enunda-
do? En segundo lugar, al contesta’ el autor a esta preguntaextrana,
dudando de que Ada haya ¢ado su dedo al cuervo, puesto que lo ha
dado aleve, afima que el cuervo no es ave. Deesta forma, enun so-
*Este texto esde un slabario braslofio, En Brasil hay una costumbre popular do
‘al papagay¢ (loro) abajar d» sujaula en el dodo de uno. “Me de o ge, meu l-
alloro. Nunca supimes, sin embargo, donadie que
invtara a un cueno a posarso on su ded.
45lo texto dice dos dispaiates. Pero como el educando, que esié sien-
do alfabetizado, en lugar de estar alfabetizandose, asume ura pos-
tura décil de mero recentor de los “dep
eee een ee ener
madiza de alienacién
2Qué suede uno esperar, entonces, de una labor como ésta —
desgraciadamonte gereralizada—como el primerpasoque debe ser
dadb con vistas a la integracién del individuo a su realicad, como su:
jeto de la ransformacisn?
indudeblemente, en esta concepcién
cién, adems de todas estas dimens:
esta su “rriedo alla libertad”. La alfabe
do en el educando esta
bra-—, sino como un regalo que los que saben hacen aquienes “na-
da saben’, Empezando, de esta forma, por negar al pueblo
ccho de desir su palabra (una vez que la regula o la prescribe aliena-
damente), no puade ccnstituirse en un instrumento de cambio de la
realidad d2 lo que resuttard su afirmacién como sujeto de derechos.
De ahique esta concepcién ingenua de la alfabetizaciéncon su
.do a la libertad’ sea un “hacer de cuenta” de la biscueda del ple-
To ejercicio de los derechos del hombre.
Parece ya enparte jsstificada la obviedad queafirmemoserelco-
en la cual se encuentra el
del nombre en sus relaciones
fe la educacién; del compromiso
que tengao no el educador con la liberacién de los hombres concre-
tos.
‘Ahora dien: para una concepeisn oritica de la alfabe‘zaci6n, tam-
bién del hombre-mundo, el analfabetismo, como ya dijimos, no es al-
tampoco una “enfermedad” o una hierba dafiva que
ida, sind que es un epitenémeno, Sélo es un f'eno al
ejercicio pleno de los derechos del hombre, en cuanto ya es una ma-
nifestacién extensiva de derechos postergados.
Por esta razon es for lo que, para la concepsién ciitica ds la al-
fabetizacién, no sera apartir de la mera fijacién mecdnica de pa-pe-
i-o-pu, ‘a-le-lito-lu, que sumados entre s{ hacen pab, pale, pelo,
etc., come se desarrollard en el hombre, de un lado, la conciercia cri-
ticade sus derechos; yde otro, su insercién en larealidad pare trans-
48
formaria.
Laalfabetizacién séto es auténticamente humanista, s6lo es el pri-
mer 9aso que debe ser dado con vistas a la integracién del incividuo
en su realidad nazional, cuanco, sin temer ‘a libertad, se instaura co-
mo un proceso de busqueda ce creacién, de recuperacién desu pa-
labra por el alfabetizado. Palabra que, en le situacién concreta, obje-
tiva, ena cual é!se encuentra, le esta siendo negada. En el ‘ondo,
negar la palabra es algo més —es negar el derecho de decirla—. Pe-
ro decir la palabra no es repetr una palabra cualquiera. En esto con-
siste el equivoce o, peor atin, el sofisma de la concepeién ‘ingenua”
criticada,
Es preciso no contundir de la lectura y dela es-
ra core alge que fuera paralelo ala existencia
del hombre con la aprehensién que 61 haga de la palabra en su sig-
nificacién protunca. Solamente en el segundo caso, la altabetizacién,
que se hace concomi
‘Eiala es del ave", el hombre aprende lo
‘su vida, que necesita exisienciar
7a —la de humanizarse, a Je ser
nocerd que la solicién del analfabetismo, somo un de:
enla simple donecién de palabras muertas o semimuer:
mo, para que pueda, corr sueto
uscar su ttansfo"macién.
te, enfatizamos que no es posible confunair
elaprenctzajedelalecturay dla escuracomo aig ‘paraet"o ca.
siparaleloa la existencia del hombre, con la aprehensién
bra en su significacién profurda, nos impenemos una ex
La expicacin de este significado profundo de la
dad, si nos acercamos fenomenolégicamente a la palabra para bus*
‘car su esencia, descubrimos que no puede haber palabra verdadera
47que no sea ur conjunto so idario de dos dimensiones indicotomiza-
bles: relexidny acciin. De ahi que la palabra verdadera sea pravis.
re sobre el munco paretranstor-
ido, pues, decir la palabra es transformar la rea-
también que el decir |a palabra noes privlegio de
fundamental y basico de todoslos hombres. Si
ingenua la atfabetizacion es ensefiar una pala-
za, de lo que resulta que el alfabetizendo sim-
icamente, para la concepoién
hombrede su pa-
tos como los que henios citado antes es, precisamente, palabreria,
verbalisro
Lo que pretence desarrollar una concepcién critiza de la alfabe-
tizacién en el 2ducardo asi come en el educador, esun pensar ciar-
to la reclidad. ¥ estono se consigue mediante verbaismo, sino me-
dante palabra verdadera
La primera condisién que esta concepcién se impone es que las
palabras generadores con \as cuales los alfabetizacos empiecen su
aifabetizacién como sujetos del proceso sean buscadas en su “uni-
verso vocabular mfrimo”. Solamente a partir de la investicacién de
este universo vocabular minimo puede el educador crganizar el pro-
grama cue, de esta forma, viene de los alfabetizandos pare volver a
ellos, no come disertacién, sino como problematizacién.
Res2ecto a esto,en la concepcién criticada, el edcado’, arbitra
riaments, por lo menos desde el punto de vista sociocultural
aca las palabras ganeradoras con las cuales “fabroa” su si-
cual se rezonoce vali
1z a nivel de toda una nacién...
, de importancia tu
@eccidn de las palatras generadoras, éstas no pueden serseleccio-
nadas taj el criteric puramente fonético. Una palatra puede tener
43
fuerza en un dtea y no tenerla en otra y siempre dentro de una mis-
\ismo con las palabras creadas redacta textos como los,
la concepeicn oftica las palabras generador
's que exigen respuesta de ios alfabetizendos—. Y por-
‘que la palabra verdadera es reflexion y accién sobre el mundo, pro-
bier palabra que viro de!gueblo 8s problematizar st.relacién
indiscutible con la realidad.
Y esto impia anelizar crticamente la realidad. Implica el desve-
lamiento del mundo de lo cual resulta la superecién del conpcimien-
to preponderartemente sersible de la realidad por la razdnde la r2-
alidad. Ast, el elabetizando percibird paso a paso que, aunque, co-
‘mo hombre, hable, esto no significa todavia decir su palabra.
La alfabetizacién asi encamada, inocmpatible con donaziones o
prescriociones de palabras;|a alfabetizacion como un acto sreadcr,
es ya la pedagegia en si misma. Y no podria dejar de serlo sila alfa-
betizacién asi concebida y asi existenciada es lab'squeda, eslacon-
quistadelapalabra, del derecho adecirla Este es un derecho primor-
dizl del hombre. El hesho de decir ia palabra, en el sentido aqui ana-
lizado, no depende de si el hombre o los hombres son o noaltabe‘-
zados. Pero si esto es una verdad, verdad también es que solamen-
te enunapersp2ctiva deshumani izacién puede ser un
haser mantenedor del silencio alienador del hombre.
En verdad, si decir la patabra es transforma’ el mundo, si decir la
palabra no es
hombres, nadie puede decirsolo la palabra. Deci
para los ofos, una forma de det
los. Decirlapalatra exige, porello,
Este encuentro. que no puede darse en el aie, si
debe sertransformado, es eldidlogo en que la realidad concreta apa-
rece como meciatizadora de los hombres que dialogan. Pero, ade-
mas de no poder darse sino en el mundo, este encuentro dialégico no
puade existencarse entre contrarios antegGnicos. Por esta razén no
49puede varificarse el cidlogo, en la concepoién mecancista ce la alta-
betizacién, entre el afabetizador yel alfabetizando mientrasaquél se
reconozza su altabetzador. En estas circunstancias, al alfabetizador
dice su palabra al alfabetizando, para él, sin él, manteniéndslo en si-
lencio.
Nada, entonces, se puede esperar de una labor como ésta en el
‘sentido de ser el “primer paso que debe dar el individuo para su inte-
gracién 3 la realidad e su pais", como sujeto de derechos. En nada
Contribura en el sentdo de la profundizacién de la toma de concien-
clade sts derechos tna vez que su derecho primor
mar el mundo coma sujeto—, no solamente se le sguen regando,
lo que es peor, queda mistiticado por el esfuerzo alienacodeuna
izaci6n equivecada o mal intencionada.
io reconocer que e| analtabetismo noes en sfun fre-
fesulla de un freno anterior y pasa ‘a hacerse" fren.
beto por eleccién, sino como consecuencia de las
jones objetivas en que se enouentra. Enciertas irounstancias,
“el anaiabeto es el hombre que no necesita leer; en atras, es el hom-
bre a quien fue negaio el derecho de k
Enambos casos ro hubo eleccién.
‘ye comunicacién y ctya memoria son
teponoerantes. En este caso, la palabra esciita no tiene significa
ccidn, Para que se inttodujera la pzlabra escrita y conella laalfabeti-
zacién e1 una culturacomo ésta, con éxito, seria necesario cue, con-
Ccomitantemente, se operara una transformacion capaz de cambiar
cui amente estacultura, Muchos casos de anaifebetismio regre-
sivo 0 por desuso tencrén suexplicacién ahi. Sonel recultadode cam-
pafias de alfabetizaciin mesidnica o ingenuamente cancebidas, pa-
ra éreascuya memotia es preponderante o totalmente oral
segurido Cato, el anaitabeto es el hombre que, vivendo en
ura letrada cya comunicecidn y cuya memotia, ademas de
8, son también escritas, no tuvo oportunidad de altabetizarse.
lado en este derecho basico, quiso y no pudo.
Esta es la razén do que solamente através de unalabor concien-
tizadora2n que el alfabetizando le sea problematizadc el propio anel-
ra into: Conscienca realidade nacional, lo, 1950, Instiuto Supe-
ior de Estudios Braslerr, ISEB.
50
a conciencia critica de que, porque es persona humana, debe serun
‘sujeto de derechos. %
‘Silo que caracteriza al hombre es su capacidad de admirar e!
facién del mundo, que no
cién del mundo por su desvelamien-
Fel ireno al pleno ejercicio de los "dere-
hos".
‘Solamente la ora —la que problematiza el hombre mundo, le que
concientiza, la que supera la cortradiccién educador-educandoy al-
iz:no mas educador del educando, no masedu-
‘educador-educandh con educando-educa-
solamente ésta instaurard como “el primer paso que debe car el
yracénalz realidad nacional, tommando concien-
llanipuede cesa
cién defendida él va per
‘composcién de la tolalidad, Y solamente en la medica en
Habetizand> va organizando, a través de la problematizecién
de su munde, una forma critica de pensar, iré pudiendo pensar y ac-
tuar seguro sobre el mundo.
Laalfabetizacién, entonces,se hace un quehacer global que en-
‘vuelve el hombre en relaciones.con el mundo y cor los hombres, re-
faciones que son igualmente quehaceres.
Pero alhacersela alfabetizacién este queracer global, contribuye
para que el allabetzando se descubra, porque es hombre, cormo un
serdeiquehacer —lo que equivale a decir—,comoun ser que, trans-
formando el munde con su trabejo, crea su mundo, Este mundocre-
‘ado por la transformacién del mundo que él no ha creado y que cons-
tituye su dominio es el mundo dla historia y el mundo de la cultura,
51Ahora bien, a percibir el signiticado de su trabajo trensformador,
Percibe que operar el mundo tvansformandolo es hacer cultura. Des-
cubre un significado nuevo en su accén, por ejemolo, decortarun ar-
bol, de trozarlo, de trabajar su tronco, del cual resulta algo que ya no
es ¢ arbol. Percibe que este algo, producto de su sstuerzo, es unob-
fo cultural.
fectamente con el de quererle quitar el derechode contribuir
ala humanizacién del mundo que opera con su aczién transtormado-
a;
) que, aun siendo anatfabeto, su trabajo envuelve un conoci-
ialmente, descuore que entre los hombres no hay absolutiza-
ciénde la ignorancia ni absolutizacién del seber. Nadie sabe tooo, na-
die ignora todo,
En nuestra exoeriencia en Brasil, asi como en Shile, siempre fue-
hora sé que soy ccierta vez un camnpesino al discu
elconcepto antropolégico de cultura, através de “codificaciones”, an-
tes del proceso msmo de la lfabetizacién. Y alpreguntarsele por qué
se sabia culto, contest6, seguro: “porque trabajo y trabajando, trans-
forma al mundo” Esta afirmacién, muy com.n también en Brat
la superacién que estos hombres sencillos van Facies
imierto preponderablemente sensible de su presencia en el
mundo por la razénde su estaren e| mundo, que hace que el hom-
bre sea. Saberse culto porque trabaja y trabajando cambia el mundo
yno nemorizar que “Elala es delve" es realments —ésee si—el pri-
mer paso que dete dar el individuo para reconocerse sueto de dere-
‘chos. Saberse cuto porque trabajar es prepararse para,conscente-
menie, percibir que trabajo es palabra, que palabra es praxis y alla-
betizarse no es rremorizar palabras donadas, sino concuistar el de-
recho de decirias
“Descubro ahora—dijo otro campesino
sele > hombre-mundo— que no hay mundo:
tarlee| educador en nuevaproblematiz
mundo murieran yquedaran los arbole:
no al problematizar-
dbs los 1ombres del
lospajaros, los enimales, las
52
estrellas, 40 ser'a esto munco?, contests este Sartre chileno, des-
conocido y analfabeto: "No; faltarfa quien dijera: esto es Mundo
Conestacontestacién, este “ildsofo" campesino, quien ser
que ve en el analfateto ur
Un “ignorarte absoluto”, planted, precisamente, la rel
mizable hombre-mundo, Plantes tanto la critica al subjet
0 al psicologismo, que implicaun hombre sin mundo, como la critica
in mundo sin hombre. Afirmé la reacion
ividad.
dialéctica sabjetividad-
“Elhombre sedistingue de. animel—dijo otto— porque su epren-
dizaje es por medo de la palatra’. A estos hombres la concepcén in-
genua de aaltabetizacién “donéstica" les propone textos com«
py mamé fueroricon Juan a pasar sus vacaciones en le casa
Pedro’.
Me gusta discutir sobre esto —dijo una mujer chilena, aptntan-
do ala *codticacién” de una situaciénexistencialde su érea— porque
vivo asi’. Pero mientras vivo no veo. “Ahora si, observa cémo vivo" *
Desstiada por su situacién existencial, especie de “emersién’ de su
forma de existir, la admira y percibe oémo se hace presente su con-
ciencia intencional. Y como hacerse presente su conciencia, su for-
deseribirla, significa desvelar su realidad, se inseta en
Entonces emrez6 el grupe, como ocurre siempre —y nurca el
‘educador—, a orear sus palabras. Después que una mujer, juntando
““Tuvimos oportundad de escuchar idéntca afmacién de un hombre en Wueva
York (mayo de 1967) «ne» fectomente por el hs
te for Human Developnent en las éreas pobres de aquolia cudad
53Gio tito, e! hombre reerido, mirandola emocionado, afirms:
Tu a le*(en portugués correcto: tu ja les, y en espafcl: td ya lees).
Ahora,si comparanos este texto —creado pcr el hombre mismo,
Que busceba su palabra, nacido el texto bajo la emocicn de asistir a
‘Sus compefieros creando también—con elotro texto, “Eva vio uv",
Percibimos obmo la corcepcicn ingenua de la alfebetizacion es man.
{ener elfrero al pieno eprciciode losderechos y no al prmer peso pa-
ra la efectvacién de los derechos,
Pero sila comparacion se hace ahora entre “Ada ¢lo el cedo al
cuervo" y "El pueblo vaa votar conscientemente’, texto esorite en la
Pizarra porun alfabetizendo brasilefio, la critica que venmos hacien-
do hasta arora se hace mas objetiva.
Hay tocavia algo més que considerar. Es que estos textos iedac-
tados por les alfabetizardos, que vanexpresando la claridad cracien-
te de su visién de! munco, son y deben ser problematizados al grupo
‘odo. En cuanto en la conerecién criticada, el hombre lee, re
dos, tres veces para memorizar que “Elala es del ave", ep-
cién que defendemos, demas de ser el hombre mismc el que crea
Su texto, tiene en su texto el objeto ce una discusién crtica
Imaginemos el alcarce de una indagacién al autor del texto, aun
‘miembro del grupo sobre el exec icado de la palatra “vots". Lo
que representa suparticpacién en el proceso
las relaciones entre este proceso y otras dimer
la cuestién de los derectos civicos, etc.
Imaginemos ahora, como contrapartida, i que ocurrira si seplan-
tearacomo problema “Aza dio el dedo al cuervo", si se panteata co-
‘mo problerra la contestacion del autor, como su “duda"nada carte-
siana en tomo de su propia pregunta
Por este razén solanente ta alfabetizacién como problematiza-
Cién del honbre-mundo, como busqueda de Ia palabra, 2n su signi-
ficacién protunda, es liberadora. Y porque e: ,@S Capaz de
arse como “el prirrer paso que debe dar el individuo para su
‘egracién” a proceso de sonstruccién de su sociedad. Y, de esta for-
ma, decir st palabra.
54
ANEXOS
Vigencia de Paulo Freire
José Oliva Bit
9
iencia flotante del
ssumirse en algunas
ni
bre es creativa y transtormadora. Esto supo-
fhe que son los hombre los que, ¢ través de los resultados de su pra-
Xs (universo simbélizo y somprerisible en el que los hombres actian
como seres consciertes), bean su propia cultura como superacion
2 un extranamiente.
2. La accién comunicay
larealidad. Los hombres
transforman, se ot .
‘nados por su propia zuttura, Entorcessgu
cardcter desalenag{r debe llegai a ser
educacién es un|
tural para la dope:
n transtormadora se
proceso permanente. .a
8 profesor itular de Didéctica de I Universidad Compltonse
55