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Boletin det Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. E. Ravignani* Tercera Serie, nim. 2, ter. semestre de 1990 HACER POLITICA EN BUENOS AJRES: LOS ITALIANOS EN LA ESCENA PUBLICA PORTENA 1860- 1880! HiLDa SanaTo - EMa Cipori? Agosto 1988 LA REFLEXION acerca de la relacién existente en nuestro pais entre el fendémeno inmigratorio y la formacién del sistema politico es de vieja data. Ya Sarmiento vefa en el rechazo de los inmigrantes a la nacionalizacién una de las causas principales de los problemas que presentaba el desarrollo politico argentino. Inauguraba asi una tradicién destinada a perdurar cn las interpretaciones sobre cl pasado de nuestro pais, la que encucntra una de las claves para comprender su historia politica en la exclusién de una parte importante de los habitantes —los inmigrantes— quienes al no nacionalizarse, renunciaban al papel de ciudadanos, marginandose asf de toda participacién politica. Desde diferentes Spticas, este enunciado ha sido repetido una y otra vez por socidlogos, analistas politicos, historiadores, y se apoya en un dato incontestable, la bajfsima tasa de nacionalizacién que se observa entre los inmigrantes en la etapa cn que estos constitufan una proporcién muy importante de la poblacién del pafs. También se basa en un presupuesto: el ejercicio de la ciudadania, y en particular del derecho al voto, es la forma por excclencia (la Gnica, Ta adecuada, la descable, scgiin las diferentes interprctacioncs) de participacion en la vida politica, y también lo cra en cse periodo de limites variables que se reconoce como de formacién del sistema politico argentino y que se ubica entre mediados del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX. A partir de este supuesto, de la baja tasa de nacionalizaci6n se deduce la falta de participacién, la marginacién de los inmigrantes de la vida politica. Queda pues, ocluida la pregunta refcrida a otras formas posibles de intervencién de los inmi- grantes y, cn Lérminos mis gencralcs, de todos los habitantes del pais, en la escena Politica. Esta es la pregunta central que nos formulamos cn este trabajo, dedicado a explorar algunas formas y mecanismos de intervencién politica de la colectividad italiana en las décadas de 1860 y 1870 en la ciudad de Buenos Aires, en el marco de 1 Agradecemos a los compaiicros del PEITESA los comentarios y sugerencias que hicieron a vna versiGn preliminar de este articulo. 2 Respectivamente investigidlara y becaria del CONICET en el PEIIESA-CISEA. la problematica mas gencral de las rclaciones entre una sociedad civil que estaba sufricndo cambios profundos y un sistema politico en formacién. En esc sentido, observamos que no cra necesariamente a través del ejercicio de la ciudadania que la mayor parte de los habitantes de Ja ciudad se vinculaba con la politica. Y si las elecciones eran un mecanismo aceptado para garantizar la sucesi6n en cl ejercicio de los cargos de gobierno, no cran sin embargo la Gnica vfa de expresin politica, ni siquiera la principal. Por cl contrario, existian caminos informarles, legitimados por la accién y la costumbre, para intervenir en la escena politica local, y los inmigrantes desde muy temprano transitaron esos caminos. Cuales cran las carac- teristicas de esa participacién, cudles sus alcances y también sus limites son las preguntas quc intentarcmos responder cn las paginas que siguen, atendicndo al caso particular de Ia colcetividad italiana. En primer lugar, cl trabajo se detiene a analizar los textos que han tenido mayor peso cn la formulacion de la interpretacién que sosticne la marginaci6n de Jos inmigrantes a la vida politica del pais, sefialando sus puntos de partida, resu- micndo sus argumentos y marcando sus Jimites. A continuaciéa, se plantea el problema general de las relaciones entre sociedad civil y sistema politico en la Argentina, para centrar cl foco en la ciudad de Buenos Aires durante los aiios de la Organizacién Nacional. Finalmente, cl trabajo se interna en su tema central, el de las formas de intervencién de la colectividad italiana en la vida politica porteiia. La ciudadania como tema El tema de la ciudadania ha constituido una cuestidn central cn el andlisis de los aiios formativos de nuestro sistema politico. Toda una zona de la literatura contem- pordnca preocupada por cl desarrollo politico argentino ha buscado rastrear el proceso de conformacién y ampliacién de la ciudadania, a partir del momento en que cl derrumbe del régimen rosista inaugura una ctapa nueva en la historia politica del pais. Para esta literatura, desde entonces y hasta cntrado el siglo XX —atn después de la universalizacin cfcctiva del sufragio en 1916— uno de los obstaculos principales al proceso de ampliacion de la ciudadanfa fue ta presencia masiva de inmigrantes no nacionalizados, que no tenfan derecho a voto y quedaban asf al margen de los mecanismos formales de vinculacién con cl sistema politico, Esta constatacién ha derivado cn una interpretacién més general, que afirma la falta de participacién de los cxtranjeros cn la vida y en la escena politicas del pais en esa etapa crucial de construccién de! sistema. Esta imagen de un sistema politico viciado de origen por ta exclusion de una parte importante de la poblacién de) cjercicio de fa ciudadania, desarrollada en interpretaciones contempordneas, remite a preocupacioncs ya vigentes en el siglo XIX. La voz solitaria de Sarmiento anticipaba cn la década del cincuenta esta temitica, que solo trcinta afios después cncontré un lugar cn cl debate ptiblico. Més tarde, hacia fines dc siglo, Juan B. Justo contribuyé a cambiar los términos de ese debate, pero ambos trazaron los pardmetros dentro de los cuales —como veremos— se fue desenvolvicndo la discusion posterior. L Sarmiento y Juan B. Justo: tos diagnésticas militantes “Si (los extranjeros) tienen intereses en el pais y quicren influir sobre su destizio y situaci6n, las leyes les abren las puertas, permitiéndoles hacerse ciudadanos, y elegir magistrados que dirijan la politica, y ser cllos mismos representantes... Si prefieren conservarse extranjeros, cntonces renuncian a entender en la politica...” Sarmiento planteaba asf, en 1857, las opciones que tenian ante si los inmigrantes; los invitaba a incorporarsc formalmente a la vida institucional del pais, pero se oponia a otorgar los derechos politicos a quienes no hicicran el gesto activo de solicitar la ciudadania y se enojaba frente a quienes protendéan tencr ingerencia en la politica local sin transitar por el camino de la nacionalizacién3 Treinta atios mas tarde, diagnosticaba "...los extranjeros, absteniéndose de ser hombres, ciudadanos... son la causa tnica de la destruccion de las instituciones republicanas, que son sin embargo, la garantia de esas mismas riquezas que acumula cl trabajo material, pero que solo la libertad regida por instituciones conserva’4 Aquellos inmigrantes, que habfan logrado acumular riqueza y propicdades en el pais que los habia recibido sin discriminacién en su sono habian optado y, segdn Sarmiento, habian optado mal, al negarse neciamente a completar su tarea y asumir la responsabilidad de convertirse en ciudadanos, para intervenir de manera activa en la vida politica ¢ institucional de la Argentina. Sarmicnto no se resignaba a aceptar que quienes él vislumbraba como la picza fundamental de un cambio en las costumbres politicas del pais, fucran tan indiferentes a ese destino histérice y no cejaba entonces cn su intcnto de convencerlos —acusndolos unas veces, exhortan- dolos otras— para que de una vez asumicran su papel. Este diagndstico-condena formulado por Sarmicnto sera retomado algunos afios mds tarde por Juan B. Justo, pero con un sesgo que estaba ausente de la formulaci6n sarmientina: la preocupacién por la falta de representaciGn de las masas populares de origcn inmigratorio. Esta dimension del problema sera el centro de los planteos socialistas dc fines de siglo, modificando sustancialmente el contenido del diagnéstico de Sarmiento. Para Sarmicnto, el problema ccntra! era que ”...sucede en Buenos Aires lo que no sucede en parte alguna de la tierra, y es que los comerciantes, duefios del comercio que paga las rentas, no votan en las elecciones’5 La solucién era pues, gue *..e1 voto sea una realidad en Buenos Aires, votando aquellos que teniendo propiedad y mancjando capitales propcnderan sicmpre porque prevalezcan las ideas de orden, honradcz y economia cn el manejo de los caudales pablicos’.* Otro seria 2 _D.F. Sarmiento: "Opinion Etrangbre" en £1 Nacional 25-9- 1857, citado en Sarmiento (1928). En este reclamo solitario, Sarmiento vinculaba cl problema de la participacién politica con el de la ciudadania on los mismos términos en que Io reformularia hacia el final de su vida, Para un andlisis de las posturas de Sarmiento en este tema ver Tulio Halperin Donghi (1976). Sarmiento: "El por qué y el para qué de las emigraciones a América" en El Diario, 12-9-1887. Citado en Sarmiento (1928), pp. 299-312. 5 Ibid. Sarmiento: “Siempre la confusin de lenguas" en EY Diario, 15-9- 1887. Citado en Sarmiento (1928) p. 327. el sesgo de las preocupaciones de Juan B. Justo algunos afios mas tarde, Para los socialistas, la estructura social y cconémicamente injusta de la Argentina finisecular se apoyaba en un orden politico arbitrario que podifa y debfa ser transformado. Para logrario, se requerfa universalizar efectivamente el sufragio, y, en un pais en que los sectores populares eran masivamente extranjeros, la nacionalizacién se convertia en el paso previo indispensable para garantizar la participacion politica: s6lo el ciudadano podta integrarse de manera activa al tipo de lucha politica defendida y practicada por el Partido Socialista, la lucha por ganar espacios de representacién en las instituciones, la lucha electoral.’ Mientras Sarmiento se habia opuesto terminantemente al otorgamiento automético de 1a ciudadania a los extranjeros pues “cud serfa la suerte de una repiiblica como la nuestra... dando la ciudadania... a las muchedumbres de todas las lenguas, a los palurdos pobres € ignorantes de las campafias, a la espuma de las ciudades, a los descchos humanos de todas las sociedades?*® los socialistas bregaban por el sufragio universal y convertian a la campafa por la naturalizacién masiva en uno de los cjes de su programa politico? Estas diferencias acerca de quiénes debian ser los ciudadanos y cuales los limites de la ampliacién de la ciudadania no alcanzan para ocultar una dimension compartida por ambas formulaciones. En efecto, las dos se apoyan en el presupuesto de que la ciudadania os la via adecuada y deseable hacia la participacion politica, y Ja preocupaci6n por lograr la nacionalizaciGn de los inmigrantes (de algunos 0 de todos) se inscribe en la certeza de que ése cs el camino tinico y legitimo para incorporarlos al sistema politico, asi como el paso indispensnable para la necesaria y deseable transformacién de ese sistema. Més atin, en ambos casos, el diagndstico de los males que acusa el sistema politico es sélo una introducci6n al propésito mas militante de transformarlo, segin patrones que no parten en realidad de ese diagnéstico mismo sino de concepciones previas acerca de cémo debe darsc la relacién entre ese sistema y la sociedad. Cuando Sarmiento escribfa sus articulos en la década del 80, esta relacién comen- zaba a aparecer como un tema en cl debate pablico y pronto, la cuestién de la ciudadanfa se convertiria en cl nucleo de las discusiones en torno al sistema politico. 2. Ciudadania y modemizacién: ta interpretacién de Gino Germani Muy lejos del protagonismo militante que impregnaba el diagndstico de estos contempordneos, muchos de quicnes desde nucstro presente han refloxionado acerca de! pasado politico argentino han retomado esos diagnésticos en los que se pone el acento cn la presencia masiva de inmigrantes no nacionalizados, y deallfse 7 Ver, por ejemplo, Juan B. Justo (1933). Para un andlisis de las posturas de Justo en este tema ver, entre otros, Tulio Halperin Donghi (1976) y Ricardo Faleén (1984). ‘Sarmiento: “La institucién municipal” en Ef Diario 14-9- 1887, citado en Sarmiento (1928), p. 313. 9 Sobre las discrepancias que surgieron en cl seno del Partido Socialista en torno a esta cvestion ver Falcén (1984; 1987). 10 infiere su falta de participaci6n cn la politica, su marginacién, en fin, su exclusin del sistema politico que, en consecucncia, habria resultado viciado de origen. Esta tesis se encuentra ya cn los trabajos de quien fuera, a la vez que introductor de la sociologia en la Argentina, uno de los mds brillantes analistas de la estructura de nuestra sociedad, Gino Germani, En su conocido esquema sobre seis etapas de transicién desde la sociedad tradicional hacia la democracia con participacién total, Germani clige para su estudio especifico sobre la Argentina comenzar precisamente por la etapa de la inmigracién masiva, pues "..la Argentina contempordnea no podria ser comprendida sin un andlisis detenido de (ese proce- s0)".!° Proceso esencial en la transicin a la modernizaci6n, produjo ademds una renovacion fundamental de la poblacion del pais. El impacto inmigratorio fue de tal magnitud que Gcrmani descarta toda po: lad de absorcién de esos extranje- ros en et cuerpo de la sociedad nativa, sostenicndo en cambio la hipétesis de la emergencia de una nueva estructura y de un nucvo tipo social, producto sincrético de los diversos componentcs nativos y cxtranjeros que se conjugaron en esa Argentina "crisol de razas". Ensu andlisis, dos son los momentos en los cuales le interesa reflexionar acerca de las relaciones entre los inmigrantcs y el sistema politico. En primer lugar, la participacién politica aparcce como "parte del problema ms general de la asimila- cién 0, mas precisamente, de la fusidn de tos distintas componentes argentinos y extranjcros cn una unidad nacional rclativamente integrada."? En este punto, parte de la observacién de los contempordncos a la inmigracién masiva que destacaban la completa falta de esa participacién entre los inmigrantes, Percibe la decepcién del Sarmiento del 80, cuando descubre que esos cxtranjeros, cuyo trasplante se esperaba que entre otras cosas fucra una picza fundamental de la transformacion politica del pats, no parecfan estar dispucstos a jugar esc papel y se resistfan a adoptar la ciudadania. También lo sigue parcialmente en sus razonamicntos cuando enumera aquellos motivos que parecen explicar esas reticencias: los amplios dere- chos que —salvo cn el campo estricto de la representacidn politica— otorga la Constitucién a los extranjcros; la Icaltad al pafs de origen, y aun un desinterés genuino por Ia politica, que no tiene que ver con su cardcter de inmigrantes, sino con su escasa educacién y su falta de practica politica en sus propios paises de origen. Tomando luego distancia con las lamentaciones de la época, subraya la ambivalencia de esa clite que si "...deseaba de mancra explicita un funcionamiento teal de la democracia prevista cn la Constituci6n y para cllo habfa fomentado la inmigracion...”, en realidad no parccia dispuesta a la extension efectiva de los derechos politicos, ni a esos extranjeros recién Ilcgados, ni tampoco a los nativos que en proporciones abrumadoramente mayoritarias no tenfan ninguna ingerencia en fos procesos clectorales. Esta rcticencia de la elite se convertiria mas tarde en franca resistencia a la participacién politica de los inmigrantes cuando ésta tomé la forma de activismo contestatario y los extranjcros, junto con los argentinos, como 10 Germani (1968) p. 239. AL Ibid, p. 274, 2 Ibid, p. 272. 11 integrantes de unos sectores populares rcnovados, se organizaron de manera diversa para resistir al orden oligarquico. Germani marca asi un doble movimiento: por una parte, en una primera etapa, falta de participacién politica de los inmigrantes que no buscan la nacionalizacion y por lo tanto, no se integran por esa via a la sociedad nacional —aunque sflo hacen por otros caminos. Por otra parte, en un segundo momento, la creacion de canales propios de participaci6n, de origen ¢ integraciGn clasista, que contribuyen ala fusion de extranjeros y nativos de los sectores populares urbanos. En este punto, su preocupaci6n inicial por la asimilaci6n y por el proceso de formaci6n de una cultura sincrética, se entronca con una segunda cuesti6n: su interés por analizar la transicion hacia un régimen politico de participaci6n total. En este sentido, segan el esquema te6rico de evalucién de las socicdades en el camino cierto de la modernizacién, la etapa de la inmigraci6n masiva, con sus transformaciones sociales radicales, debfa implicar "... e] ingreso a la vida nacional de los grupos que se iban diferenciando a partir de los antiguos estratos tradicionales, es decir, la posibilidad (y la necesidad) de que el funcionamicnto de la democracia... incluyera también a las clases de formacién reciente’. Ese transito de la democracia representativa con participa- ci6n limitada a la de participacién ampliada se produjo en las elecciones de 1916, tr4nsito que seria, en la expresion de Germani, "particularmente traumatico". El problema central: la marginalidad politica de una parte importante de la poblacién, inmigrantes no nacionalizados ubicados ademas en la franja a la que debia corres- ponder el mayor peso cn la vida de un pais en camino hacia la democracia plena: varones adultos de las regiones mas “modernas”. He aqui la peculiaridad del caso argentino que lo desvia del modelo de transici6n sin traumas de un régimen tradicional a uno de participacién total. Desde ese modelo, que no es cl de Sarmiento ni el de Justo, pero que también se apoya en un esquema de evolucién de las sociedades cn el que fa ampliacién de la ciudadania representa un paso decisivo en cl proceso de cambio, Germani en principio no duda de que Ja falta de nacionalizacién de los extranjeros se traducia en falta de participacién politica, aunque sf llega a percibir que la ciudadania formal no era garantia alguna de participaci6n cfcctiva, Descubre también lo que denomina una participacién indirecta de las clases medias y populares de nueva formacién en la vida politica de principios del siglo XX: las primeras, creando el clima para la expansi6n del partido por excelencia de esas clases medias, la Unién Civica Radical; los sectores populares, alimentando los movimientos contestarios que surgicron por entonces en el pais. Pero para Germani csa participaci6n indirecta significé "... un retraso considerable en la formacién de organismos politicos adecuados para el proletariado urbano que apoy6 al radicalismo....en lugar de formar un partido propio suficientemente fuerte’.!* Nucvamente cl desvio de Ja senda esperada lo rei al origen: la poblacién inmigrante, su falta de participaci6n primero, su participacion indirecta luego, pero nunca el camino sin traumas hacia la ciudadania y la repre- sentacin. > 3 Ibid, pp. 298-299. 14 Ihid, p. 303, 12 3. En clave "germaniana” Cuando Germani desplegaba estas ideas, las hipdtesis centrates de su trabajo circulaban profusamente en cl campo académico. En particular, la paradoja de una masa inmigratoria integrada social y econdmicamente, pero marginada cn términos politicos aparece de mancra reitcrada cn los anilisis de la época como una de las claves para entender distintos aspcctos de la realidad argentina presente y pasada.!> ‘También por entonces, algunos autores simplifican los argumentos y, recuperando una de las vetas del Sarmicnto tardio que ya habia inspirado a ensayistas ¢ historiadores cn las décadas antcriorcs,'® encuentran en la avida pasion por lo material y por cl asccnso social que descubren cn los inmigrantes, una de las causas centrales del escaso atractivo que sobre cllos parecia cjercer la politica. La realidad habria respondido asi al ideal alberdiano de una repiblica de habitantes que desdefaban cl rol de ciudadano.” En investigaciones mas recientes, cn cambio, se ha retornado a algunas de las hipétesis mas complejas de Germani, tanto cn cl terreno restringido de los estudios sobre el proceso de asimilacién o integracién de los inmigramtes, como en trabajos mas gencrales sobre sociedad y politica cn la Argentina, En este dllimo campo, es sin duda cl articulo de Torcuato Di Tella sobre el sistema politico que retoma de manera mas clara esc conjunto de hipétesis. También con resonancias sarmicntinas, Di Tella se preocupa centralmente por la falta de una adecuada representacion de la burguesfa... debido a la existencia de una clase capitalista burguesa casi totalmente extranjera y por lo tanto, con poca paticipacin politica durante los afios formativos de la nacionalidad”."* Su trabajo €n principio desconcicrta: se inicia con una minuciosa descripcidn de la efectiva participacién de los inmigrantes italianos cn la vida politica local; en tas luchas civiles y en los conflictos facciosos primero, cn 1a construccién del movimiento obrero luego, destacando la influcncia ideolégica pero también la predisposicion ala accion concreta por parte de distintos sectorcs de clitc de esa inmigracion. Sdlo mas tarde se descubre que no cs esta la participacién que podia servir de base para atacar "la enfermedad politica argentina’.!? Lo que Di Tella busca y no encucntra son esas “adecuadas conexiones orginicas entre los partidos y las clases posecdoras"®* que hubicran permitido el desarrollo de un sistema politico menos enfermo. El problema cs pues, de representaci6n y de relacién entre sectores sociales ypartidos politicos: en esc terreno decididamente la Argentina parece haber seguido una via hetcrodoxa. Vacio de participaci6n significa entonces desvio de las formas esperadas de participacién en una socicdad claramente encaminada en la senda de la modernizacién y —por lo tanto— de la democratizacién. Como a Germani, a Di 45 Ver, por ejempio, Cornblit (1967) y Cortés Conde (1965). 16 Notoriamente Ezequiel Martinez Fstrada. José Luis Romero también incorpora esta imagen en su_muy atractiva interpretacion de la Argentina “aluvial”. Por ejemplo Diaz Alejandro (1970) y David Rock (1977). 38 TDi Telta (1981). p. 193. 19 did, 20° Ibid. p. 186. Tella le intercsa mas este desvio a partir del cual se pucde explicar la Argentina contemporanca, que las formas que cfectivamente adopts la vida politica y Ia participacion cn el periodo en cucstin Otro es el punto de partida de quicncs han procurado comprender las formas de organizacién y accidn de los sectores populares exptorando el surgimiento del socialismo y del anarquismo hacia fincs del siglo XIX, como manifestaciones iniciales de ‘una actividad quc lucgo encontraria otros canales politicos para expre- sarse. Claro que también en este caso sc ha buscado relacionar ese surgimiento con el fenémeno de la presencia inmigratoria, y una tesis clasica cn este sentido ha sido la de verla como resultado det trasplante de idcologfas en la persona de algunos inmigrantes.! Un articulo recicntc cucstiona scriamente esta tesis para atribuir la difusién de esas corricntes y sobre todo cl éxito rclativo del anarquismo en los afios anteriores al Centenario, rcfiriéndolo a tres aspectos: las caracteristicas det régimen politico, la cuestién Gtnica y la cuestidn social. Para explicar el atractiv que ct anarquismo habria cjercido sobre los sectores populares, Ricardo Falcén vuelve asi sobre algunos de los temas centrates al pensamiento de Germani.? En primer lugar, la marginacién de los inmigrantes —extranjcros que encontraban pocas razoncs para nacionalizarse— del sistema politico formal, cl que a su voz, demostraba franca resistencia a la ampliaci6n real de la participaci6n, Pero tambicn, la ercacién de formas propias de organizacién en el seno de los sectores populares, con preemincncia de las propucstas que privile- giaban las medidas de acci6n directa por sobre Ja participacién institucional (movi- mientos de protesta, los Hamaba Germani). Finalmente, la propension de los inmigrantes a mantener solidaridades étnicas que los Hevaban a agruparse por nacionalidad o regién de origon, aun dentro de organizaciones de tipo gremial (Germani hablé de estructuras pluralistas). Son estos tres rasgos “germanianos" de Ia sociedad argentina los que cn este esquema le permiten a Falcon explicar de manera convincente por qué en la primera década del siglo la participacion politica popular adopté privilegiadamente una via, la que mareaba cl anarquismo. 4. Ciudadania ¢ integracién: crisol de razas versus pliralisnto cultural La cuestién de los inmigrantes y la politica ha encontrado también un espacio de discusin cn los trabajos dedicados al anilisis del proceso de integracién de Ia poblaci6n cxtranjera a la sociedad local. Tanto en la perspectiva ya cldsica de la Argentina como "crisol de razas", como cn la mas reciente que sc inscribe en la linea del “pluralismo cuttural’, se onfatiza la falta de participacion de tos inmigrantes en la politica local, uno de cuyos sintomas claros sc cneucntra cn la baja tasa de naturalizacién que exhibe la poblacién cxtranjera. Pero mientras cn el primer caso se retoma la tesis —ya mencionada mas arriba— que postula que los inmigrantes 21 Para una version revisada de esta postura ver José Panciticri (1967) © Hiroschi Matsushita 1983) Bs Ricardo Faledn (1987), 14 no se habrian inclinado por la nacionalizacién porque tenian muy poco que ganar con ello, en tanto se cncontraban en un rapido camino de integracién econémica y social y en la bisqueda del éxito material, cn cl segundo se sosticnc la hipétesis de que la fuerte adhesi6n de los inmigrantes a su origen étnico habria contribuido al rechazo a la naturalizacién y al mantenimicnto de una actitud de prescindencia con respecto a la vida politica local. Esta dltima hip6tesis aparece incluida cn varios trabajos recientes dedicados al estudio de lt inmigracién italiana en nuestro pais2? Ponicndo el acento sobre la conservaci6n de Ja identidad étnica de los italianos cn la Argentina, en general estos trabajos exploran aspectos de la realidad del siglo XIX y comicnzos del XX que se vinculan mas con la preservacién de las solidaridades nacionales que con su disolucidn. Asi, por ejemplo, se ha pucsto cn cl centro de la discusi6n un tema que aunque adclantado por Germani, no merccié luego demasiada atencién por parte de los estudiosos, el de las asociacioncs de ayuda mutua organizadas segin bases nacionales, Consideradas en estudies anteriores como instituciones mediadoras entre la sociedad nacional y los grupos inmigrantes, que habrian facilitado la integracién, estas asociaciones son vistas por autores como Baily y Devoto bajo una luz del todo diferente. Para cllos, estas institucioncs habrian operado mas bien como barreras a la asimilaci6n cultural y étnica de los extranjeros, contribuyendo a la conservacion de sus identidades y de sus lazos de solidaridad de origen. Junto con esta discusién, va adquiricndo visibilidad un problema que también ya fucra tratado por Germani: cl de la significaci6n de la llamada "colonia" italiana (y mas en. general el de las colectividades y comunidades inmigrantes)4 El énfasis puesto en las instituciones organizadas por italianos para italianos, estos trabajos descubren y analizan los problemas planteados en el interior de esos grupos, en los cuales se protende desarrotlar y luego preservar el sentimiento de “italianidad”. En su mayoria, cllos se inspiran en un estudio muy agudo realizado hace més de veinte afios por Grazia Dore, sobre la formacién de una clite italiana en Buenos Aires a partir de 185025 Ella postulé la consotidacion de un sector idcolégicamente mazziniano que habria procurado concitar la adhesin de la masa de inmigrantes, organizando asociaciones, publicando periddicos, y asumiendo la represcntaci6n de la anidad cuando adn no existia un estado italiano unificado. En sus relacioncs con la sociedad argentina, esta clite habria desarroltado buenos vinculos con las elites locales, pero en materia politica habria predicado la prescin- dencia, haciendo de Ja apoliticidad una de las banderas de su liderazgo. Con la Mogada de la gran inmigracién a partir de la década de 1870, habria comenzado también la lenta decadencia de ese lidcrazgo, poco adccuado a las necesidades y aspiraciones de los que por entonces legaban a Rio de la Plata. Como vemos, la preocupatién por cl tema de los inmigrantes y la politica atraviesa parte importante de la litcratura sobre socicdad y sistema politico en la Argentina, 23 F, Devoto (1984), (1986): ly (1983). 24 Otro enfoque sobre la vinculacidn entre cl asociacionismo y la politica en Ema Cibotti (1987), (1988). Grazia Dore (1964). 15 ast como de aquella que atiende mas especificamente a la historia de la inmigraci6n, Desde ambas perspectivas en gencral se sostiene ta hipdtesis de la prescindencia de Jos extranjcros en materia politica, por lo menos hasta el surgimiento de los "movimientos de protesta” de fines de siglo, en que la forma que adopta esa acién se explica también a partir de la marginacidn anterior. En los dos casos cuando se habla de participacin se cntiende que se trata del sistema politico formal: los inmigrantcs cstaban cxcluides de la categoria de ciudadanos (la ley no les permitia votar sin previa nacionalizaci6n, y esta compro- bado que csc paso lo dicron muy pocos), Para quicncs estudian cl sistema politico argentino, lo que importa cs hasta qué punto esa realidad pasada afecté el desarrollo del proceso de modemizacién, desvidndolo del camino tomado como modelo, Por Jo tanto, mas que explorar las formas que cfectivamente adopté la relaci6n entre sociedad civil y sistema politico cn ct pasado, sc cnfatiza como esas formas diferfan de lo esperado y estuvieron en el origen de muchos de los problemas detectados en el presente. Por su parte, para quicnes se dedican a la inmigracién, desde la 6ptica de la Argentina “crisol de razas’ sc trata de subrayar la paradoja integracién econémica- marginacién politica y de scfialar sus consccuencias cn términos sociales. Desde la perspectiva del pluratismo cultural, en cambio, sc busca mostrar el aislamiento politico como una de las dimensiones que habria contribuido a consolidar los vinculos internos de fa comunidad inmigrante, desarrollados a partir de solidarida- des étnicas y culturates de origen, pero alimentados a través de una dindmica de diferenciacién cn la sociedad receptora criolla, En estos dos casos, pero sobre todo encl scgundo, al tomar como objeto de aniilisis a los inmigrantes italianos se procede a desgajar para su cstudio a los extranjeros de ese origen, presuponicndo una sociedad con una dindmica independiente, previa tal vez, a la cual no quieren o 0 pucden integrarse. Como consccuencia de tos objectives que gufan a todos estos trabajos, al descartarse la participacién (entendida como ciudadania) se postula ta marginali- dad, cs decir la no relacién entre inmigrantes y sistema politico. Queda pues, ematicamente de lado ta pregunta acerea de la existencia de o/ras formas posibles de relacién, pregunta que orienta en cambio las paginas que siguen Sociedad civil y sistema politico en Buenos Aires En una sociedad que desde muy temprano estuve abrumadoramente compuesta por extranjeros, y que por csv mismo no pucde concebirse sino en su compleja 26 Una excepcidn temprana a esta tendencia ha sido cl excelente trabajo de E. Gallo (1977) que cuestiona Ia hipétesis mismas de la no participacidn de los inmigrantes en politica. También resultan muy agudas las observaciones de [lalperin Donghi referidas a esta tematica y que aparccen incluidas en varios de sus trabajos (ver en particular 1976; 1983; 1985). Ln otros trabajos mas recientes se analiza particularmente el fensmienode la participacién politica de los extranjeros y de tos italianos, en especial en Ia vida de los municipios urbanos, ver Gracicla Malgesini y Norberto Alvarez (1983), Carina Silberstein (1988), Eduardo Miguez (1988). 16 integracion, la cuestién de los inmigrantes y la politica debe verse como un aspecto del problema mds general de las relaciones entre una sociedad civil en répida transformacién y un sistema politico que sufre profundos cambios entre 1850 y 1930. Por lo tanto, es con esta 6ptica que iniciaremos nuestra indagacién, refiriéndonos en primer’término a esa dimcnsién global, para luego explorar cl tema de los inmigrantes y, cn particular, cl de la colectividad italiana y sus formas de relaci6n con la vida politica local. Ello nos obliga, cn primer lugar, a precisar nucstra ubicacién en el tiempo, distinguiendo estapas cn cl proceso de transformacién que expcrimenta el orden politico argentino: aquellos treinta afios que Halperin llama de discordia y que son los del nacimicnto, expansién y caida del Partido Liberal y de conformacién de una altcrnativa que Hevara a una scgunda etapa, la del Régimen, la de la formacién de una nueva clase politica y de consolidacién de un orden oligarquico dentro del cual, sin embargo, se gesta su propia decadencia, acclerada hacia la segunda década del nuevo siglo con el dictado y la aplicacién de la Ley Saenz Pefia2? Estas etapas representan momentos distintos en la rclaci6n entre sociedad civil y sistema politico, y por ello, mas que resaltar las continuidades que ofrece ¢] periodo cn términos de inmigrantes y participaci6n politica, como ha sido frecucnte, preferirfamos sefialar las diferencias. Por ello aqui s6lo nos referiremos al primer perfodo mencionado, centrandonos cn ese polo de poder que fuc entonces la ciudad de Bucnos Aires. Los treinta afios que van desde la caida de Rosas hasta la asunci6n de Roca a la presidencia fucron testigos de cambios profundos en la sociedad portefia. Crecimiento econémico, expansidn territorial, aumento de la poblacién; en todos los campos las cifras no reconocen precedcntes. Miles y miles de inmigrantes Mlcgaron a una ciudad que los incorporé cn todas las capas sociales, cllas mismas en redefinicién, sus limites variables, difusos y permcables. Ya para 1869 la ciudad contaba con 88.000 extranjeros, que representaban casi un 50% de su poblacién distribuidos cn todas las clases y en todas las actividades. De cada diez habitantes que trabajaban, sicte eran inmigrantcs. Los sectores populares sc expandfan, conformando una masa heterogénea de gentes de distintos origenes, tradiciones y culturas, con condiciones materiales de existencia muy diversas, con historias laborales diferentes... Crecfan también los sectores medios en una ciudad que ofrccia cada vez mas lugar para los comerciantes, empleados, profesionales, pequeiios patrones. Todos ellos, como trabajadores, compartian la esperanza del ascenso, la vista puesta en los escaloncs de una carrera posible, pero conocedores también de las caidas y los fracasos, de tos frecuentes retrocesos. Las clascs altas, ampliadas y parcialmentc renovadas, se enriquecian como nunca, firmemente ascntadas sobre actividades productivas, financieras y mercantiles, cn conexién con la exportacién. En csos escalones més altos, la clite econémica dejaba la politica en otras manos mientras que ésta tampoco parccia preocuparle a los sectores populares?® Ricardo Falcén cia una carta de 1873 de Wilmart a Marx cn la que, refiriéndose a 27 T Halperin Donghi (1980). 28, Daireaus (1888), U1, p. 361, 7 las posibilidadcs de expandir las actividades de la Internacional en la Argentina, decepcionado le dice: "hay demasiadas posibilidades de hacerse pequefio patrén y de explotar a los obrcros recién descmbareados como para que se piense en actuar de alguna mancra’? iEra, pues, que la historia estaba dando fa raz6n a Alberdi, que la virtud se alejaba del interés, que los habitantes desdefiaban el rol de ciudadanos? La imagen nos parece de} todo incomplcta. Tanto si obscrvamos la dindmica de la politica portefia como si atendemos a las relaciones cntre socicdad civil y sistema de poder, veremos que la participacién en la escena politica se desarrollaba a través de diferentes vias, entre las cuales cl cjercicio de la ciudadanfa todavia no ocupaba el lugar privilegiado que mas tarde habria de aleanzar.® Teéricamente, en cl ejercicio del sufragio (en cl acto de clegir representantes © de ser clogido para represcntar) sc condensaba la esencia del sistema politico establecido por la Constilucién. Pero en verdad, cl sistema politico funcionaba con rogtas de juego en las que cl tema de la representaci6n y la ciudadania tenfan un rol més bien secundario, Las cleccioncs cumplian un papel importante como mecanis- mo establecido y aceptado para la rcnovacién de autoridades, que debfa garantizar la sucesiOn pacifica en los distintos niveles de los poderes ejecutivo y legislativo, dentro del universo reducido de fa clase politica, En los hechos manipulables y manipuladas, las clecciones daban lugar a cucstionamicntos —en ocasiones violen- tos— que en general provenian del seno mismo de esa clase, de sus sectores desplazados en cada ocasiGn, y que apuntaban a denunciar cl fraude que, aunque se cometia de mancra sistcmatica, sicmpre cra descubierto por las partes perdedo- ras. Como tema de debate publico, la sucesién presidencial, la renovacion de a Camara de Diputados, 0 las clecciones municipales no solo ocupaban un espacio privilegiado cn la prensa portetia, sino también preocupaban a la prensa Gtnica local, que definéa en general en forma muy explicita sus adhesiones 0 rechazos. De la misma manera, el fraude 0 los conatos de violencia pre y posclectoral aparecian tratados en esa prensa de mancra 1 » Y con una actitud que se proclamaba imparcial pero que traslucia sicmpre posiciones a favor y cn contra de los bandos en pugna. Pero estas discusiones de clecciones y de fraudes en general no incorporaban el problema de la representacién y de la ciudadanfa. En efecto, si bien cada elecci6n en teoria significaba la designacién de represcntanics por parte de los ciudadanos, en realidad se trataba de un momento cn el cual tas facciones politicas ponian en Juego sus clientelas —mas o menos ampliadas segiin las circunstancias— pero que siempre resultaban en una proporcién muy menor de ta potenciales votantes. Este problema de la fimitacién cicctiva de la ciuda no aparece sin embargo tematizado en cl debate ptiblico hasta bicn entrada la década del ochenta. No es que 29 R. Faledn (1984), p. 44. 30 Para un andlisis muy sugerente sobre ¢! (ema de la ciudadania y ta participacién politica en Rio de Janciro a fines del siglo X1X ver José Murilo de Carvalho (1987). 18

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