La bruma y la penumbra despiertan {a j
las imagenes visuales sean poco claras yenneonal hacer
china de un paisaje de montafia envuelto en eatin Pinturg
rastrillada del jardin zen de Royoan-ji originan a una m Ola areng
enfocada de mirar que evoca un estado meditativo, co ae deg.
ce. La mirada con la mente ausente penetra la superficie ve
imagen fisica y enfoca el infinito. ela
En su libro El elogio de la sombra, Junichiro Tanizaki sefala que
incluso la cocina japonesa depende de las sombras y es insepara-
ble de la oscuridad: “Y cuando nos llevernos a la boca esa materia
fresca y lisa [el yokan], sentiremos fundirse en la punta de la len-
gua algo asi como una parcela de oscuridad de la sala”.” El escritor
nos recuerda que en tiempos antiguos los dientes ennegrecidos de
la geisha, sus labios negro verdosos, asi como su cara pintada de
blanco tenian la intenci6n de enfatizar la oscuridad y las sombras
de la habitaci6n.
Asimismo, el extraordinariamente poderoso sentido del foco yde
la presencia en los cuadros de Caravaggio y Rembrandt surge dela
profundidad de la sombra en la que esta embebido el protagonis-
ta, como un objeto precioso sobre un fondo de terciopelo oscuro
que absorbe toda la luz. La sombra da forma y vida al objeto en la
luz. También proporciona el reino del que emergen fantasias y sue-
fos. El arte del claroscuro también es una habilidad del arquitecto
Magistral. En los grandes espacios arquitectonicos se respiran
Constante y profundamente sombra y luz; la sombra inhala luzy |
época la luz se ha
4 pentansiha Perdido
eon 4 Bie
vuelto una simple materia cuantita~
abel como mediador entre
ado y toanuestros edificios de intimidad, el efec-
‘ado los arquitectos de todo el mun-
decir, de ventanas 0 de espacios abiertos hacia el
‘e ha perdido, se ha perdido por la gran
fuera de su casa’.”*
Jresta
tanale’