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Miniatura de un manuscrito del siglo 1X que representa a un grupo de cristianos excapando por mar de la persecucién de los arrianos (Biblioteca Nacional, Paris). La huida de la sociedad fue una solucién que adaptaron con freeuencia los hombres de los prim iglos para librarse de la justicia o de mayores molestias. Algunos eristianos huyeron al desierto en busca de mayor perfeccién. Anacoreta quiere decir, precisamente, “el que sube al desierto”. Los primeros monjes cristianos. San Basilio. San Jeronimo. San Benito Los comienzos de la vida monistica en el cristianismo estin envucltos en una neblina dificil de des 0 fluye espontin consejos evangélicos, suprema de Jesiis a la perfeccién espiritual; pero el Cris to no fue un asceta ni dijo que el a fuese la sola manera perfecta de vivi lo predied el Buda. No se concibe mo sin la vida conventual; en cambio, pasa- ron para el cristianismo mas de dos siglos sin que se sintiera gran necesidad de orga. nizar el retire monastico. No quiere esto decir que el cristianismo aprendiera nada del budismo, ni que la vida monastica ni el principio de renu tiandad desde la India lejana. Es cierto que cen Alejandria y en Ai hablaba ee los monjes budistas y de la India iis de lo que nos figuramos, pero no hacia falta el ejemplo del budismo para estimular a los cristianos del siglo 1v a retirarse al de. sierto para hacer vida de anacoreta. Leyen das indias se infiltraron en el santoral cris tiano: San Jerénimo habla del nacimiento del Buda de una virgen-madre; habla de los monjes budistas, gimnosofstas, que quiere decir anaeoretas, fildsofos del bosque; pero 29 Una tabla bizantina del si- glo AVI que representa a San Antonio, el hombre con quien el monacato entra en la his- toria (Museo Bizantino, Ate- de morir a me- vida centenaria pasada en la soledad del desierto. De hu- tilde campesino egipcio pas er el punto de ‘mocimiento religioso que mas titalidad ha dado ala Igles 30 todo esto no trascend riosidad ni esp sgentes Mas derechos endrian a. present hasta provocar cu gw de emulacién entre las como antecesores de los monjes cristianos los esenios y terapeutas judios, Estos sili mos sobre todo se habian establecido al otro lado de la laguna Mareotis, detras de Ale- jandria, y en aquella comarca apareeen las primeras colonias de anacoretas cristianos de la montafia de Nitria; Eusebio los tavo por monjes de la primitiva Iglesia de Alejan. dria. Pero no hay que buscar antecedentes hist6ricos al monasticismo cristiano; el af de soledad, el goce en la contemplacién lejos del bullicio mundano se mani espontaneamente en los individuos que se hallan dotados de una mediana capacidad spiritual. El alma insiste en imponer el retiro y la quieuid, mis favorables pata cle varse hasta el Esposo, imagen de Jestis, y que en la mistica cristiana ha servido siem pre para expresar las mis altas relaciones espirituales de la unién con Dios por el Jess lo habia explicado claramente en la paribola de las virgenes fatuas y las prude tes; recordé a Marta, la hacendosa, que Maria del celibato cuando dijo que hay quienes se nia la mejor parte, ¢ hizo el el hacen eunucos a si mismos por ganar el rei- no de los cielos, n Pablo insiste en la su perior condicién de la virginidad ‘mo hacen Origenes, Tertuliano y I de los Padres de los siglos Ly 1 Asi ya no es de ext {que las actas de los martires nos n tantos casos de jovenes santas que rede de su virgi proteccién que el retiro que imismas se procuraron en la casa paterna. En el concilio de Elvira (afio 806) se del acerca de las “virgenes consagradas al Se San Atanasio las llama ninfas © esposas de Cristo y, a lo que parece, vivian en comuni dad en Alejandria. Pero no se h: todavia de monjes asociados para la vida en La pasién por Ia vida monastica no se manifest6 en el cristia de la paz de ka Iglesia. Mientras dur persecuciones se creia cobardia eseapar al desierto. En las gr los eristianos estaban i, sin haber ten no hasta después on kas les capitales era donde is vigilados y perse guidos, y alli debian permanecer las perso- josas para dar testimonio de su fe, al lado del obispo. ‘Gon las donaciones de Constantino y con las disputas teol6gi Jsfera de las iglesias se hizo irrespirable para muchos. Los cargos eclesiasticos, acom cas del arrianismo, Ia at- pafiados de honores publicos y donativos, no eran siempre a propésico para m ‘a los beneficiados en una piadosa dad. E entre clérigos y laicos este mal humor que en algunos as pectos perdura hasta nuestros dias. San Pa: ‘comio, el fundador de la primera regla de monjes, aconseja a sus discipulos que eviten cl trato de las mujeres, asi como el de los obispos. En cambio, San Agustin afirma que tentxe los monjes ha encontrado los mejores y los peores cristianos. La historia de los monjes cristianos se hace siempre empezar por San Pablo, ermi taflo, y San Antonio. EI ps egipcio, se supone que huyé al desierto ‘cuando la persecucidn de Decio, el afio 250. {Ali fue a visitarlo, el aito 340, San Antonio, clérigo de Alejandria. Pese a su soledad, de casi un siglo, el ermitano mostr6 su curio: sidad pre} recién Megade “eQué hacen los hombres? ¢Hay todavia Giudades? gQuién gobierna el -mundo? ‘éQuedan alin gentes para ser presa del de intindole al {emont. Bro ta Isa sc: amse y okicororapaces. i MONAQUISMO ORIENTAL Y ESTADO BIZANTINO aveseeket esate ‘quem ool or desde SAE ater on sata a papas eter monio?...". Un euervo tajole aquel dia doble racion de pan y, confortados por una larga conversacién, San Antonio se despidié de San Pablo. Cuando volvia a visitarle, por 1 camino tuvo la inspiracion de que habia muerto. Hallé helado su cadiver, pero con las manos extendidas avin hacia lo alo; ‘unos leones excavaron la fosa, y San Anto= rio se Hevé como reliquia ki et nitasio, Esto ¢s ct del e San Pablo. San Antonio, en cambio, es una perso- nnalidad de gran relieve, Nacié de fas poderosa del Alto Egipto; solo hablaba la lengua copta ni queria libros, pero se sabia de memoria los textos biblicos. A los que le reprochaban su ignorancia, les contestaba: “7Qué fe ero, la intcligencia 0 a ciencia?... Mi . que puedo leer siempre nje ciego lo consolaba diciendo: “Hasta las moscas pueden ver con los ojos de su cuerpo; pero con los ojos del alma, s6lo nosotros y los angeles, que ven a Dios”. San Antonio repartié sus bienes entre los veeinos de su pueblo y se marché de alli para instalar su morada en uno de los sepul- ros tallados en la roca que tan abundantes son en la Tebaida, Después pasé veinte aiios solo, en las ruinas de un 0 egipcio, De alli marché al arido desierto entre el Nilo y el mar Rojo, comiendo dates y pan, qu Te daban de limosna los beduinos. Hasta alli iban los demonios, para tentarle con image- nes obseenas o amedrentarle con dragones y fieras; pero “el demonio acaba las fuerzas si se le combate con oracibn, penitencia y ayuno”. Dos veces fue S No tuvo educacion liceratia J Antonio a Alejandra: la primera el aio $11, para consolar y dar nimos a los que sufrian la persecucién de Maximino. La segunda ver, que bajé por el Nilo hasta la capital, fue el aio 351. Quiso confortar a San Atanasio en su contienda con- tra la reaccion arriana, Tenia entonces San ‘Antonio mis de cien afos; San Atanasio sa~ 1i6 a recibirlea la puerta dela ciudad, y euén- Una miniatura bizantina det iglo XI que representa a dos monjes (Bodleian Library. Oxford). FL monje, entendide ala manera de San Antonio, ces ante todo un cristiano que toma en serio los consejos del evangelio y se dispone a cum- pliclos a costa de todos los sacrificios. 31 250-956 300 348-420 360-361 370 372-400 295. Detalle de una pintara sobre tabla, de Starnina, titulada “Tebaida”™ (Galeria Ufizi, Florencia). Elewadre representa el desierto de Tebaida, ‘donde se retiré San Antonio ‘acompariado de muchos seguidores ‘que se establecieron individualmente ‘en pequetias moradas construidas ‘por cada uno en la desierta montaia. Este detalle representa a uno de los muchos monjes imitadores del santo. tase que alli varios milagros. Con todo, San Antonio no ra propiamente un taumaturgo: “No os alegréis de que los espiritus os obedezcan, sino de que vuestros nombres lleguen a estar escritos en el cielo”. Lo esencial para San An tonio era la vida contemplativa en la soledad siempre: "Como mucre 1 pez fuera del agua, perece el monje fuera del desierto” San Antonio no llegé a organizar una co- ‘munidad, con su regla monistica, pero ya no vivi6 completamente solo. Tenia a su alrede- dor varios disefpulos y comunicaba con ellos, y aun celebraban juntos los divinos oficios, ‘el monje centenario realizé del desierto, De rvando para ia Pascua y Pentecostés kt tuinica de hojas de palma que heredara de San Pablo el ermitaio. El primer organizador de las sociedades monasticas, el verdadero padre de la vida cenobitica, es San Pacomio, otro egipcio nacido en 292) que habia sido soldado, Aca so el recuerdo de la disciplina militar le es ulé a organizar a los monjes. La palabra ‘monje viene de la griega menacit, que quiere decir solitario. Pero Pacomio comprendié ya que el retro perfecto slo podia obtenerse EL MONACATO OCCIDENTAL (360-743) Vida soltada de Sea Antonio en Esipto. San Pacomio: las primeras fundaciones de corventos en Eaipto San Jerérimo, propagsdor det ‘monequismo rental on tala San Hilario funda ol monasterio ‘de Potions. Difusion de los ideale del mo- aquismo orlental en Oceiden- te: Vita Antoni, de Evagtios {de Antioguia San Martin, obispo y fun \dor_de dversos monasterioa fn Tours. Nimiand, discipulo de San Mar 431 451 529 563 tio, funda en tng sa Candice Ros, San Patricio organiza le vida ‘eclesidatica de Wanda en to fo alos monssteros, see del obispo ¥ centro de formacién {els sacerdotes 1 conelio de Caledonia ord los obispos de sus respect San Bonito funda Montecassi- roy redacta Ia regia bene- Extension de los monasterios de Giscipina iandess por Eseociay Northumbria. ralaabo- 590 Gregorio , monje benedictino, 3 elegido paps, 597 Misién bonewictina 9 Kent: fundacion de Canterbury 600-650 Alemania {Saint-Gall, 645). 1680 Primeros_monasteroe bene: sictinos on Frisia, 716-754 Bonifeci, monje benedicine ¥ obispo, dirige 1a evanget 2acién de Germonia: distin {ela regia. benedictina on 743 Loe monasteries rancesos odo tan fa regia benadictina, en comunidad. La leyenda supone que un Pacomio su regla, que es la -ntacién de la vid a, los postul ‘dias de esperar jun- to a la puerta del monasterio © vivienda comtin. El noviciado duraba wes aiios; en cambio, los votos no eran estrictamente irre- dictd primera re mondstiea cristiana. Seg mitidos después de vocables. Los trabajos manuales eran los pro- pios del Alto Egipto: labra y estereria, Los monjes vivian tres en cada celda, comfan juntos, pero con la cabeza cubierta por la capucha, quit para demostrar que les disgustaba verse for ‘audos a comer para vivir, y, desde luego, a fin de barcas, cester de que sus mortificaciones no fuesen cono. das de los otros. También est hablar; s6lo en casos excepcionales los mon: jes de San Pacomio debian expresarse con 1a prohibide signos. Los monjes contumaces de rebeldia recibian golpes, rior. A pesar de su rigider espiritual, la orga nizacion cundi6 rapidamente; antes de morir Pacomio se conta de su regla en La Tebaida, y un siglo después ra de cin- inistrados por el supe- ‘ya nueve monasterios sus monjes habian Hegado a la c En cambio, no two se fuera de Egipto. La regla de San Pacomio tiene algo de rudo y violento que causa ex- trafieza en otras regiones de clima espiritual mis templado, Por esto el Oriente mira a San Basilio, La vida de San Antonio ha tentado la inspiracién de mu- chos artistas. Las “Tentacio- nes", por coleccién particular, Bruselas), son la plasmaciin de la tucha del tanto consigo mismo para privarse de toda comodidad ‘material y Negar al perfecto dominio de las pasiones. 33 Relieve del siglo V1 que re- presenta a San Pacomie en ‘oracién (Museo Briténico, Londres). Con este santo, eb retire al desierto adopta la forma de cenobitismo, es de- ‘cir, de vida en comin. Al sur de’ Egipto funds una comu- rnidad regida por reglas con- eretas que agrupaba a una veintena de hombres bajo su autoridad de super muerte, en 346, dej nucve comunidades de hombres dos de mujeres. glo v1 (Museo de Arte e li toriay Ginebra). Del Fg ‘Medio, cuna de San Antonio, ‘monacato pronto se exten. é hacia el Sur, en el des toy y hacia el Norte, por todo el deta. amado ef Grande, como el fundador monis: tico por excelencia. San Basilio es algo pos. or a San Pacor Gapadocia, en las tierras altas del Asia que lindan con el mar Negro. A la edad de vein tidds afos fue enviado a la universidad de Atenas, que se hallaba ya en el o¢aso, pero sgozaba todavi encontré con San Gregorio Nacianceno, sit naci6 el aio 329 ¢ reputacin, Alli se compaiiero entrafable desde entonces, y 34 otro condiscipulo suyo en la umiversidad fue 1 propio sobrino de Constantino, que des- ia que ser Juliano el Apdstata. Ter- dos los estudios académicos, que im- primieron profunda huella en su earacter Basilio acabé su preparacion viajando por Palestina y Egipto. Alli vio a los monjes, la gran novedad de la época, cuya vida estu- di6 a fondo, y los clasificé en cuatro clases, a saber los anacoretas solitarios; los que 1 grupos; los que viven en comunidad, ys por fin, los aseetas itinerantes, sin morada hija, célibes y en peregrinacién constante de iglesia en igle monistica perfecta (qu os recuerdos de la Academia de Para San Basilio la vida, Pla tuales, cuyas relaciones han sido fijadas de antemano por medio de reglamentos perpe twos, razonados, hoy di San Basilio empez6 por redad paterna, en Capadoc fen estos términos: “Una ) era la sociedad de personas espiri bierta de bosques, nos envia varias corrientes de agua fresca y tranyparente. Estas aga cenriquecen el llano, embellecido por grupos de espesos arboles que superan en bellera a los dela isla de Calipso, cantada por Homero”. Hasta en sus escritos mas piadosos, Basilio recuerda con gusto a losclisicos, poetas, dra maturgos y fildsofos. Continuando la des cripcidn de su heredad afiade: “El lugar pa rece una isla, porque esti encerrado entre barrancos, y el rio, después de precipitarse cen eascada sobre el valle, forma una corriente imposible de vadear... Alli yo soy el dueio y seflor, Detris de mi casa, una cafiada va su biendo hasta la cresta, desde donde severodo 1 llano. El rio, después de correr desboca do, acaba en un phicido lago... ¢Cémo enca recer el perfume de la tierra, las brisas det aire, la multitud de flores y el canto de los pajaros? Sin embargo, el mejor clogio del lugar es que, siendo a propésito para pro- ducir toda clase de frutos, produce el mas dulce para mi, o sea la quiewd”, En este lugar predilecto, a las margenes del Irs, implant San Basilio su primera colonia de monjes regulires, Su hermana Macrina se reservé la casa paterna, al otro lado del rio, para un monasterio de religiosas, Alli amigo Gregorio y algunos otros que s¢ les fueron asociando. Demasiado promto, tanto 41 como San Gregorio, fueron arrancados de aquel retiro para servir a la Iglesia como obispos. Pero, a pesar de sus ocupacioi episcopales, San Basilio supo disponer de tiempo para escribir las dos colecciones de ‘Regias que rigen todavia la vida monistica en Oriente. Y recordemos que el propio Basilio dice que por Oriente hemos de entender las 18 Basilio s6lo tes afios con su Gierras que van desde la Dalmacia hasta Egipto, Las dos colecciones de Reglas de silio no guardan la codificae que encontramos mas tarde en la Regle de San Benito. Las denominadas Regla larg, de San Basilio, estan eseritas en cincuenta y tres pr citas de las Sa Ba nas y respuest radas Escrituras, Las Tham Feglas eortas vesuelven trescientos trece casos que pueden presentarse monje que vive en comunidad. Aunque re sulta bien claro el espiritu de las Reglas, yen Oriente han servido hasta hoy, alos oceiden: tales nos soxprende la falta de organiza y método de aquel ¢ a vida diaria del smo monastico. Sin ‘embargo, una vez mis se comprucba que lo {que importa ¢s la sinceridad, la fe, el buen deseo, que no le faltaban a Basilio. La vida ascética menos 4) El mone es el monje procurar toles hasta en las mis pegu njes deben estudiar las Escrituras, pero s6lo los que estén preparados y debi cescogidos por el superior. Estos monje y puede Aceste cristianismo en toda su pureza, jor cristiano, Por tanto, el immitar a Jesis ya los apos- was cosas, Los sados en los textos biblicos, for sejo, que es el que elige al supe jo en caso de error grave mismo consejo puede apelar el monje que injustamente tratado por el superior Pero este consejo no es ejecativo: “Debemos impedir ~dice Basilio (Regla larga, 81)~ que se desarrolle un régimen democratico”. Cu do falta el superior, uno de los monjes le obierna en st lugar. Hay que combat “a tendencia a la turbulencia”, dice San refiriéndose a los mo: rast nia importancia al cargo de superior; ya San Pacomio, en Egip {o, habia experimentado visiones en las qu Jos dingeles ayudaban a los superiores de sus Gregorio Nac Por esto se d Los monjes basilios debian siempre hu- mildemente obedecer al superior. Los casos de indisciplina se tataban_prime na enfermedad, enviand los al hospital. El superior era como un mé- dico para los que sulren, mente 1 guia; escoge uno que virtudes, que ame a Dios y esté versado en fas un hombre asi, obedécele sin diseutir.” “En realidad, todo terio proviene del superi niento dela enfermedad de rebeldia do alm mio un miembro corrompido ¢inti- lo del cuerpo de ka comunidad” seri, expulsado del. monasterio, las Escrituras... Si enc sil y extiep Esto es, porque “insubordinacién y desconfianza son consecuencia de una multitud de pecados, fe dudosa, esperanca escasa, orgullo y mala conducta” ‘Ocho veces al para la oracid mente el color ‘ocho horas. Pero no por esto los monjes es taban dispensados de trabajar y los oficios los eran las faerias del hacer zapatos, obras de sia herreria. La Regla 10 Pablo: “EL Gregorio, el ¥y que ya hemos dicho que a se reunirian losmonjes San Basilio describe poética- stico de cada una de estas ‘mis apropiados pa campo, tejer lai alb larga repite las palabras de que quiera comer, que trabaje amigo de Basi cestuvo a sut ado en los primeros meses de ka Fundacion de su monasterio, le recuerda ‘como ambos trabajaban en el huerto. “;Ab, si pudiésemos volver a aquellos dias en abajabamos de I ces cortando lef do sillares, plantando arboles, © arrastrando juntos la pesada carreta, legibamos a la noche con biel Ave: Detalte de un cuailro sobre la muerte de San Efrain f Si log que. mucsira algunos monje agrapedas en el tra- Iraj 0 cn fe oracion ya un tollte procurdndore'el sus. Tento déade lo alto de 20 o- tamna (Pinacoteca Vatican). a forma mds elemental de eoamee nomena festa imple agrupacién para rea tisarenctoatn trabajos, resis penitencias. Asi navieron 1 apres horarios mo-

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