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Judith Butler Marcos de guerra. Las vidas lloradas CAPITULO 2 La tortura gla Gica de la fotogafaspensar con Stag Las fotografiasafirman la inocenca y vulnerabilidad de unas vida que ae encaminan bacia su propia desruccién, 1yestarelacon entre fotografia y muerte persigue insiten temente a todas ls fotografia de personas. ‘Susan Sona, Sobre le fotografiat En Vide precaria, bordé las cuestiones: quésignifica volvernos éticamente receptives, considerar y atender al sufrimiento de los demés y, més generalmente, qué ‘marcos concretos permiten la representabilidad de lo bbumano y qué otros no, Dicho trabajo de investiga cidn parece importante no sélo para conocer emo po- ddrfamos teaccionar eficazmente al sufrimiento desde cierta distancia, sino también para formular una serie de preceptos con el fin de salvaguardar las vidas en su fragilidad y precatiedad, En tal contexto, no me es- toy preguntando sobre las Fuentes puramente subjet vvas de este tipo de capacidad de respuesta més bien, 1. Susan Sontag, On Photogrphy, Nueva York, Farrar, Sera and Giroux, 1977, pig. 6t (ud ast: Sobre le ororafie, ‘Madi, Sorga de Letras, 2006) 2 Jad Butles, Dar events des! mismo, Maid, Amorror, 2008, 96 Mancos De cuenes estoy proponiendo considerar Ia manera cémo s© nos. presenta el sifimiento, y cémo esta presenitacion alec: ta.a nuestra capacidad de respuesta. En particular, me gustaria detenerme en cémo los marcos que asignan reconocibilidad a ciertas figuras de lo humano estén asociados a unas normas mas amplias que determinan ‘cul serdy cul no ser@ una vida digna de duelo. Lo que pretend decir, que no es nada nuevo pero que vale la pena repetir, es que saber si y cémo respondemos al sufrimiento de los demas, cémo formulamos eriticas ‘morales y c6mo articulamos andlisis politicos depende de cierto ambito de realidad perceptible que ya esti ‘establecido, En dicho émbito, la nocién de lo humano reconocible se forma y se feitera una y otra vez contra lo que no puede ser nombrado 0 considerado como lo humano, una figura de lo no humano que determina negativamente y perturba potencialmente lo reconoci blemente humano. ‘En Ja época en la que escribt Vide precaria las tortu- ras de Abu Ghraib no habian salido ain ala luz. Yo tra Daié s6lo com las fotografias de los cuerpos aherrojados y-encorvados de la Bahia de Guanténamo, sin conocer detalles de tortura ni otras cuestiones representacio- rales asociadas, como, por ejemplo, los debates sobre Ta conveniencia de mostrar 0 n0 4 los muertos en la guerra de Irak o el problema del denominado «perio: dismo incorporado». A lo largo del régimen de Bush, hemos asistido a un claro esfuerzo por parte del Esta: do de regular el campo visual. El fendmeno del perio- dlismo incorporado salié a la palestea con la invasién de Irak en marzo de 2003, cuando pareci6 definirse ‘como un acuerdo por el que los periodistas aceptaban informar sélo desde la perspectiva establecida por los LATORTURA Y LA ETICA BELA FOTOGRAFIA.) 97 militares y las auroridades gubernamentales, Los perio dlistas «incosporadose viajaban sélo en ciertos medios dde transporte, miraban s6lo ciertas escenas y s6lo envi. ban imégenes y narrativas de cierto tipo de accién, El petiodisma incorporado implica que los informadores {que trabajan en tales condiciones aceptan no convertir climperativo della perspectiva como fal en un tema que hhay que comentar y debati; por eso a estos informado. 105 slo se les permite el acceso a la guerra a condici6n, de que su mirada se limite a los parémecros estableci- dos de la accién designada, El periodismo incorporado se ha dado también de ‘una forma menos explicta. Un ejemplo claro es a acep- tacién, por parte de los medios de comunicacién, de la recomendacién de no mostrar forografias de fos muer tos en Ia guerra, ni de nuestros muertos ni de los suyos, sobre la base de que tal cosa socavaria cl esfuerzo bélico y pondria en peligro als propia nacién, Asi, se denun. 6 sisteméticamente alos periodistas ya los periédicos «que mostraban los ataides, envueltos en una bandera, de americanos muertos en la guerra, Estas imégenes no debian verse por miedo a que suscitaran algiin tipo de sentimiento negativo.? Semejante prescripcidn sobre lo 3. Bill Carte, «Pentagon Ban on Pictures Of Dend ‘Troops I Brokens, en New York Times, 28 de abril de 2004; Helen ‘Thomas, Pentagon Manages War Coverage By Limiting Col fin Petures, ex The Boston Chennel, 29 de octubre de 2003, Pateick Bars, US TV Blackout Hite Litany of War Dead tn The Guardian, 30 de abril de 2004, ; National Security Archive, sReturn of The Fallen», 28 de abril de 2003, ‘trap were gn edu sarchiv/NSAEBB/NSAEBBI32/in ‘dechtn Dana Milbank, «Curtains Ordered foe Media Cove 98 ancos DE cuEREA ‘que se podiaver—semejante preocupacién poregularel contenido— iba acompafiads del control de la perspec: tive desdela que podia verse ia acci6n yn destruccidn de Ia guerra. Al regular la perspectiva, ademis del content do las autoridades estatales estaban mostrando un claro interés por regular los modos visuales de la participa: ida nia guerca. Verse entendiatécitamente como algo associado a la ocupacién de una posicién, por no decir también a cierta disposicién del sujero como tal. Un segundo caso en el que existiéimplicitamente periodis- :mo incorporado fue en las fotografias de Abu Ghraib. EL Angulo de la cémara, el enmarque, los que posaban, todo sugeria que quienes hacian las fotogralias estaban activamente involucrados en la perspectiva de la guerra elaborando dicha perspectiva, asi como pergefiando, comentando y validando un punto de vista, En sulibro postrero Ante el dolor de los dems, Susan, Sontag observa que esta pricti del periodisma incorpo: ado empeaS hace unos veinteafios,conla cobertura dela ‘campatia britinica en las Malvinas en 1982, cuando sélo se permii6 a dos reporteros gréficas entrar en la zona y seneg6 el permisoa todas as eadenas detelevisién *Des- de entonces, los periodistas han aceptado cada vex mis plegarse alas exigencias del periodismo incorporado, « fin, sobre todo, de asegurarse el acceso al teatro de ope- ‘age of Recuming Coffins», en Washington Port, 21 de octubre 14¢2005; Shani Gay Stolberg, «Senate Backs Ban ea Photos Of GL Coffins», en New York Times, 2 de junio cde 2004, . 4. Susan Sontag, Regering he Pin of Others, Nuces York, Farrar, Seraus and Girous, 2003, pig 5 rad. cat: Ante el do. lorde ls demas, Madi, ule, 2003), LATORTURA VLA ETICA DELA FOTOGRAFIA L199 raciones de la guerrs. Pero ga qué tipo de accién bélica setiene asi el acceso asegurado? En el caso delas gueseas recientes y en curso, la perspectiva visual del Deperta- ‘mento americano de Defensa permiti6 a los medios de ‘comunicacién, activamente estructurados, nuestra apre- hhensién cognitiva de la guerra. Y aunque limitar como ‘0 qué vemos no es exactamente lo mismo que dictar el auidn, sf es una manera de interpretar por adelancado lo {que se va a incluiz, o no, en el campo de la percepcién, Se pretende que la accn misma de la guerra, con sus prlctcas y sus efectos, sea establecida por la perspectiva, que el Departamento de Defensa orquesta y permite, lo ue ilustra el poder orquestador del Estado en cuanto a ratifcarlo que se va a lamar realidad; es decir, el aleance delo que va a ser percibido como existente. La regulacién de la perspectiva sugiere, asi, que el marco puede dirigic ciertor tipor de interpretacién, ‘A mi modo de ver, no tiene sentido aceptat Ia afima. cidn de Sontag, repetida varias veces a lo largo de sus escrito, de que la forografia no puede de por si ofrecer tune interpretacién, de que necesitamos pies de fotos y andlisiseseritos que complementen la imagen disereta y puntual. En su opinién, la imagen sélo puede afec- tamos, pero no ofrecernos una comprensién de lo que vvemnos. Sin embargo, aunque Sontag lleva a todas luces sn al sostener que necesitamos pies de fotos y anali- 5g, afirmaci6n de que la fotografia no es de porsiuna Ttexpretacién nos conduce a un problema diferente, Ella escribe que, mientras que tanto la prosa como Ia pintura pueden ser interpretatvas, la fotografia es me- ramente «selectivan, sugitiendo con ello que nos ofrece tuna eimpronta» parcial de la realidad: «Mientras que tun cuadro, ineluso uno que haya aleanzado el nivel del

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