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Coleccién “Ciencia, tecnologia y sociedad” Dirigida por Pablo Kreimer Salomén, Jean Jacques Los cientificos : entre poder y saber. = 1a ed. ~ Bernal Universidad Nacional de Quilmes, 2008, 520 p. ; 20x15 em. - (Ciencia, tecnologia y sociedad / Pablo Kreimer) Traducido por: Lelia Gandara | isan 979-987-558-158-6 1. Teoria de la Ciencia. I. Gandara, Lelia, tra. 1. Titulo DD 501 Titulo original: Les Setentifiques. Eutre pouvoir et savoir © Editions Albin Michel, Paris, 2006 ‘Traduccién: Lelia Gandara © Universidad Nacional de Quilmes, 2008 Roque Séenz Peita 352 (81876BXD) Bernal Buenos Aires htip:fiwww.ung.edinar editorial @unq.edu.ar Diseiio de tapa: Hernin Mortese ISBN: 978-987-558-158-6 Queda hecho el depésito que marca la ley 11.723 Los cientificos Entre poder y saber Jean-Jacques Salomon Universidad Nacional de Quilmes Editorial Bemal, 2008 10. El triunfo de la biocracia No hay una explicacién racional para Ja barbaric, Jamas dejaremos de preguntamos cémo el pais que produjo a Kant, a Goethe y @ Heine pudo Hegar ala escala de la masaere industrial masiva con el acompa- jiamiento de tantas buenas conciencias. Podemos partir, obviamente, del pintor fracasado, gaseado durante la guerra, cuya histeria antise- rita alimenté el resentimiento de la opinién publica alemama trauma- tizada y humillada por Ia derrota de 1918 y el Tratado de Versales Pero zbasta la adhesién de la mayoria de los alemanes a las ambiciones nazis para explicar la capacidad de destruccién, de estragos, de ani- uilacién de todos aquellos a los que el regimen consideraba no sole como adversarios, sino ante todo como subhumanos de los que “la raza de los seftores” debia y podia deshacerse? No hay una explicacion satisfactoris, racional, para esa adhesion de una gran parte del pueblo alemin a las condiciones en las que se condujo la guerra contra las iuidades y los civiles desde Ia ofensiva contra Polonia, ni para el si- Tencio cast undinime frente a la deportacién y luego la testrucetén de fos judios fy gitanos y homosexuales, sin hablar de fos que formaban parte de la Resistencia. Las razones para combatislos como un mal absoluto no fenian {que ver solamente con et antisemitismo que llevé a la masacre siste- mitica de los judios. El uso de las palabras nunca es neutro, es cierto, y hablar de Shoah, de holocausto o de genocidio remite inevitablemente a diferentes presuposiciones. Por efemplo, al forjar el término judeo- cidio para calificar cientificamente al. genocidio de Jos judios, Amo Mayer parece exciuir, 0 al menos minimizar, ta parte de locura que, desde la naturaleza misma de las violencias reivindicadas y ejercidas 23 Jean-Jacques Sateman por el nazismo, no considerabe solo a los judios como sub-humanos liquidar:' Esto no impide ni oculta de ninguna manera la especificidad de la organizacién a la vez cientifica e industrial del exterminio de los judios Ia aspiracién a “ta solucién final” inscrita en algunas mentes ‘desde el programa de Mein Kanipf Sin embargo, podemos plantearnos, como Hannah Arendt, que la esencia del nazismo era el movimiento de violencia y de terror mas que su idcologia misma: “Lo importante sel movimiento en si mismo; el antisemitismo, por ejemplo, pierde su contenido en la politica de exterminio, porque el exterminio no hubie- 1a cesado si no hubiera quedado ni un solo judio por matar'? EI terreno, es decir muchas mentalidades, estaba de hecho prepa~ rado en Alemania, mucho antes de Ja toma del poder por Hitler, para Ia idea de que se podia y se debia separar de la sociedad, si no de la vida, a todo ser humane considerado como “no apto”. Pero si bien la eugenesia como ideologia cientifica encontré en Alemania el terre- no no poco preparado después de mis de un siglo de antisemitismo, seria totalmente inexacto concluir que fue este ultimo el que le dio ‘origen, Sin legar & avalar las generatizaciones de Daniel Goldhagen, todos los historiadores estin de acuerdo en el hecho de que las raices hhist6ricas del antisemitismo alemran vienen de larga data y han tenido aspectos especificos. Seguramente el tema de la degeneracién de la raza y su necesaria purificacién tuvo, en ese contexto, una influencia mucho més significativa que en otros paises, El tema de las “taras” que habia que eliminar det tejido social encontré en la superioridad de la raza aria la forma de volver a cobrar actualidad a partir de la toma del | A. Mayer, La “Solution fnoe” dane histoire, Pris, La Décowert, 1990, 211 Arend, Carta a Mary McCarty de 20 de sepliemire de 1963, x Les aristus 4 rorattarisme, Paris, Gallia, "Quart, 2000, p. 1379. Vease en particulate tine ‘apie de ee ibe, “Ideologie tterceur , pp. 815-838, 2 Hay un debate interminable sobre el nimero de clemanes que por adhesin y apoyo al nezismo, por fuera de las Sy las SA, patciparon en masactesorganizadss, ‘mientras que el tier de os apositors, més ai os sue se eitan al mazismo repre ‘sentaba une pequeta minoria. Vase D. Godhagen, Les houresur plone de Biter: les Alleman ordinates et Vholoccuste, Pacis, Seu, 1997; véase también E. A. Johnson, La terour nazi la Gestapo, les Jif eles Alleman ordinaires,Alsin Michel, 1999 278 Hl riunfo de le biocracta poder por Hitler, y el desprecio que se mostraba por todo lo que consti- tuia una “sub-humanidad” llev6 muy espontineamente a las practicas colectivas de exterminio. Con la derrota de 1914-1918, con su parte de resentimiento, empobrecimiento y frustraciones nacionalistas, se precipit6 sino la adhesin de las masas, al menos su pasividad frente al ejercicio del fanatismo y de la violencia nazis. \VELANDO LAS ARMAS: Rajo Ia Repiiblica de Weimar, el proyecto de leyes y de précticas eu- aenésicas tomé forma independientemente del antisemitism. El paso a la accién no condujo a los excesos que conocian por entonces otros paises, en particular los Estados Unidos, Suecia, Dinamarca y Suiza. Si consideramos la audiencia que tuvieron las concepciones euggenésicas en los medios médicos alemanes mucho antes de 1933, lo que sorpren- de, en cambio, és ta cantidad de médicos, psiquiatras y bidlogos judios que adherian a ellas. De hecho, Ia idea de una transformacién de la sociedad mediante la biologia no tuvo que esperar el triunfo del an tisemitismo institucionalizado para propagarse en la élite inteletual Desde antes de Ia guerra de 1914, el genetsta Goldschmidt, el médico Lowenstein y el psiquiatra Kallman se encontraban con colaboradores de origen judio en la revista proeugenésica de Alfred Ploetz, Archiv ‘firr Rassen und Gesellschafisbiologie y en Ia Politish-Antrhopologische Revue de Ludwig Woltmanr. Como muestra el libro de Paul Wein 1, que hace un recorrido notable de la complejidad de las escuelas en ese campo y su evolucién en aquella época, la covriente “hereditarista” comprendia, por enton- ces, a tres grupos de origen judio; un primer grupo, mayoritario, cuyos miembros no se diferenciaban en sus posiciones a favor de la eugene sia de sus colegas no judios; un segundo grupo que reunia en simetria inversa a los pattidarios de la eugenesia sionistas que reivindicaban 2 “Ta raza judia con planteos muy cercanos a los que hablaban de la "raza nordica”; un tercer grupo que abarcaba a los defensores de Ia euge- 275, Jean faeques Salomon nesia neotamarckianos, como Kammer ticamente identificados con la izquierda.* Hasta Freud dio sa aval en 1911, con casi todos tos sexdlogos de la época (Elis, Hirschfeld, ete) ¢ intelectuales socialistas como Eduard Bemstein, @ un petitorio a favor de la cugenesia de la Asociacién Internacional para la proteccién dela madre y la reforma de la sexualidad, que preconizaba “la evolucién de la humanidad hacia un perfeccionamiento fisico y psiquico de a raza,” El medio privilegiado para lograro era “Ta seleccion de la reproduccién de la especie’, De hecho, la idea de mejorar la raza, propia de toda la ideologia eugenésica, no implicaba fatalmente la adhesién al racismo ni al antisemitismo, aun en la Alemania prehitleriana. Curlosamente, el concurso lanzade 1 1° de enero de 1900 sobre la aplicacidn de las leyes de la evolucién a la sociedad hubiera podida ccoronar a un partidario de la eugenesia a la vez nacionalista y racista, Detiés de Fricdrich Krupp, el hijo del magnate del acero, que subven- cionaba el concurso con una serie de premios de 30.000 marcos, se en- contraba una cohorte de defensores de la eugenesia nacionalistas, pero si bien todos sofiaban con basarla politica en fundamentos cientificos, pocos de ellos eran de hecho racistas, Los ganadores, premiados en 1903, iban del sionismo de un Ruppin al racismo ario de Kublenbeck, pero el primer premio fue otorgado a Wilhem Schallimayer que, inspi randose en Darwin y la teoria del plasma germinativo de Weissmann, se oponia decididamente “al oscurantisno de la raza” y consideraba que “Ia pureza racial en el sentido en que Ia entiende Gobineau y su escuela no pudo ni podra existir jamas.” Su aporte, Herencia y seleccién en el proceso vital de fos pueblos, a mayor parte de ellos pol correspondia perfectamente al espiriu del tema el concurso: "2Oue “

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