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La colonizaci6n agricola en Entre Rios: la experiencia de la colonizacién ejidal, 1870-1890 David Rodriguez* Soraya Flores** Resumen El proceso de colonizacién agricola en ta provincia de Entre Rios, entre 1856 y 1895, fue uno de los més singulares y de avanzada. Escasamenie abordado por el campo historiografico nacional, perdié protagonismo en el debate his- 6rico ante el dindmico desarrollo del proceso de colonizacién agricola de Santa Fe y su ajuste al modelo agroexportador. Tomando como eje diversos y heeterogéneos aportes, producciones y testimonios locales, este trabajo intenta rescatar la especificidad del proceso de colonizacién agricola entrerriano, ‘mostrando la serie de alternativas que debieron disenarse para poder resolver los condicionantes que obsiaculizaban el desarrollo agricola en Entre Rios, como la previa orientacién econémica, las caracteristicas particulares del ‘suelo, entre otros factores adversos. Palabras clave: colonizacién - efido - desarrollo agrario Abstract The agricultural colonization process in the province of Entre Rios, that ook place between the years 1856 and 1895. was one of the most outstanding and progressive in our country. Barely tackled by the National Historiographic field, it lost is prominent in the historical debate to the dynamic agricultural colo- nization process in Santa Fe and its adjustment to the Agro-Exportation Model. * Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, Universidad Auténoma de Entre Rios (UADER).. ** Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, Universidad Auténoma de Entre Rios (UADER), 138 _Dawid Rodrigues ~ Soraya Flores With the support of diverse contributions, productions and local testimonies, this work intends to recover the specific nature of the agricultural colonization development of Entre Rios, showing the alternatives that had to be deviced to. solve the different problems due to adverse circumstances that prevented the agricultural development in Entre Rios, such as the former economic policies and the characteristics of its land, among other unfavorable factors. Key words: colonization - ejido - agricultural development Introduceién Durante la segunda mitad del siglo XIX, el espacio rural rioplatense fue lugar de diversos cambios operados en as esferas socioeconémica y politica-institucional en ‘el mareo de la expansién del capitallemo agrario pampeano. fote presenté paulas y ritmos de transformacién heterogéneos, que se fueron definiendo segtin las mailti- ples experiencias locales y regionales. Sin duda, una de las claves cardinales para comprender este proceso de expansién regional y particularmente e! desempefio econémico de! mundo rural entrerriano durante este periodo fue el proceso de for- macién de colonias agricolas que tuvo lugar desde mediados de 1850 hasta princi- pios de 1890, momento en el cual el ciclo fundacional colonizador comenz6 a con- traerse. Existen numerosos estudios sobre el proceso de colonizacién del agro pampea- no, pero muy pocos de ellos aluden al desarrollo que tuvo la colonizacién agricola en Entre Rios, y menos atin a la experiencia de la colonizacién ejidal. Los avances en torno a la problematica agraria colonizadora tienen en la provincia santafesina los, principales estudios, mientras que Entre Rios - pesar de su cardcter de pionera junto a ésta- adolece significativamente de investigaciones sistematicas y globales ‘que den cuenta del proceso de expansién agraria a partir de la segunda mitad siglo XIX. Como sefiala J. Djenderedjian, la historiografia sobre la colonizacion entrerria- ha presenta numerosas dificultades, como la ausencia de estudios integrales y perio- dizaciones comparadas y la falta de una sistematizaci6n coherente de la informa- ‘ci6n que brindan diversas fuentes, entre ottos.! A esto se le suma la mirada negati- va de este proceso, debido al predominio de una interpretacién que reconoce resul- tados finales, 1o que llev6 a establecer paulas ordenadoras a priori que circunscri- bieron el proceso agrario a la provincia més exitosa: Santa Fe. Los trabajos més detallados provienen de las clésicas obras publicadas entre 1954 y 1968. Uno de los aspectos relevantes de estos estudios es que rescatan la con- | Un significativo desplazamiento interpretativo lo representa el reciente aporte realizado por Julio. Djenderedjian, “En la perieria de la pampa gringa. Algunas reflexiones en tomo al proceso de cexpansiGn agricola y colonizacicn en Entre Rios, 1850-1890", AX Jomadas de Historia Econdmica, Mar del Plata, soporte digital, 2006. Lacolonizacicn en nie Ries: la experiencia de la colonizacién ejidal, 1870-1890 139, dici6n pionera de Entre Rios en materia de colonizacién. Desde esta perspectiva de caricter global, s¢ analizé el proceso de colonizacién agricola desde su condicién juridica, vinculéndolaa la produccién ganadera y la distribucién de la tierra. Se puso particular énfasis en la descripcién de la evolucién de los nticleos agricolas, prestan- do atenci6n a las formas juridicas de acceso a la tierra con relacién a los diferentes sistemas empleados, las extensiones colonizadas y puestas en produccién y la vin- culaci6n con las principales vias de comunicacién. Esta linea argumental circunscri- bié su analisis a las experiencias realizadas a campo abierto, en las cercanias de rios y puentes, y més tarde, de los ferrocarries. De alguna manera, hicieron alusién indi- Tecla a las formas ejidales preexistentes, sefalando ademas que la situacién de la ‘economia entrerriana durante el perfodo anterior a Caseros mostraba una decidida orientacién hacia el desarrollo agricola, aunque posefa caracter inorgénico El pio- hero trabajo de M. Bejarano plantea una vision historica pesimista acerca del desemperio de los espacios ejidales en el marco del desarrollo de la colonizacién agricola en Buenos Aires. Segtin el autor, la primera etapa de este proceso, denomi- nada ejidal o suburbana, tuvo como objetivo “no entorpecer la posesion y el domi- nio de las mayores superficies de tierras consagradas exclusivamente a las estan- ccias, a la explotacién de la ganaderia.”S Luego, esta iniciativa no pretendia promo- ver la produccién agricola ni la radicacién de colonos, sino por el contrario formar nicleos poblacionales que dinamizaran el avance de la frontera ganadera. Para Bejarano, las tierras de quintas y chacras (reservadas por el recortado poder muni- cipal al cual el Estado provincial delegaba la accion colonizadora) aparecen “como una cosa subsidiaria, mientras el centro urbano, al cual debia rodear, presentase en ‘cambio como la finalidad mas genuina de la legislacién sobre la materia." Posteriormente, los estudios hist6ricos sobre la campafta bonaerense de los tilt ‘mos afios han puesto en cuestiOn la visiGn pesimista acerca del desempefio de los espacios periurbanos, dando cuenta de la importancia que tuvo el desarrollo de una temprana agricultura combinada con la ganaderia en el “cinturén” de quintas y cha- ccras existentes en los alrededores de los nticleos poblacionales y la campafia. Estos presentan al menos dos lineas de andlisis sobre la cuestiOn efidal. Siguiendo los 2 Ez institicionalismo tradicional, surgido en la segunda década del siglo XX, presté singular aten- ‘ion al égimen de latiera pica ylaformacion del latifundo, considerando que el desarrollo de la estructura agrara de gran propiedad fue resullado de un accionar estatal que operé como herramienta reproductora de desigualdades en manos de los sectoces dela elite drigente nacio- nal y provincial, nstancia que tuvo como correlato un uso irracional de! suelo. Esa perspectva, sibienatribuye un papel esencial alos “factors insitucionales” como dave explcativa, presen tados grandes vertentes interpretativas que olrecen diferentes cuerpos de pensamiento: la jurt- «dco-nsttucional ya estructural-cuantitatva. Sobre el abordaje del proceso de colonizacion agr- cola desde esta perspectiva historiografica: James SCOBIE, Revolicién on les pampas. Historia social del tigo argentino, 1860-1910, Buenos Aires, Sola/Hachette, 1968; Manuel BEJARANO, “lamigracién yextructras radicionales en Buenos Aires (1854-1930)", Torcusto DITELLA y Talo HALPERIN DONGHI (comp), Los fragmentos del poder. De la oligarqula a la poliarquia, Buenos ‘Aires, Jonge Alvarez, 1968; Ricardo ORTIZ, Historia Econdmica dela Argentina, Buenos Aires, Pus Uta, 1971, 1y2. 3 Manue! BEJARANO, “Inmigracion y estrucuras..” cit, p. 87. 4 id, p.89. 140_David Rodrigues - Soraya Flores aportes iniciales de J. C. Garavaglia,5 R. Fradkin analizé la relacién entre los proce- sos socio-productivos y el arrendamiento de quintas en el ejido portento durante los siglos XVIII y XIX. Uno de los aspectos destacados es la identificacion de determina- das estrategias de conservacién de esta forma de tenencia, en donde se da cuenta de la racionalidad imperante en las relaciones contractuales, en las cuales se defi- nen los costos y montos de los arrendamientos, asi como también la articulacion entre la localizacién de las tierras y los entramados mercantiles. Por otra parte, V. Ciliberto abord6 la dinamica del proceso colonizador de San José de Flores durante la primera mitad del siglo XIX. A través de la utilizacién de padrones y sucesiones, mostr6 la movilidad poblacional y las migraciones internas en este partido. Esto le permiti6 observar la diversidad de la estructura ocupacional, particularmente en la zona de quintas y chacras como “unidades agrosociales” diferenciales en términos productivos; siendo las primeras el tipo de explotacin mas numeroso y las segun- das las que incluyeron mayor nimero de poblacién. En ambos casos, la agricultura predominaba sobre la produccién pecuaria.‘ Otros estudios prestaron atencién a los procesos de distribucién, tenencia y acceso a la tierra focalizdndose en el analisis de la legislacién existente y sus resultados practicos, Entre ellos se destaca el aporte de M. E. Infesta acerca de la transferencia de las tierras puiblicas a través de ventas y donaciones (chacras y quintas ejidales y suertes de estancias) en Junin, como parte del desarrollo de una politica estatal provincial de poblamiento de la frontera bonae- rense. También el aporte de M. Valencia sobre la politica de ensanches de ejidos en la campafia bonaerense, en particular en San Pedro, San Nicolas, Arrecifes y Pergamino, en el cual se observa que a pesar de las iniciativas institucionales la defi- nicién de los derechos de propiedad implicé altos costos de transaccién, lo que obli- 6 al Estado provincial a arrendar las areas ejidales expropiadas. Recientemente, M. F, Barcos abordé el proceso de ocupacién, donacién y venta de tierras puiblicas eji- dales en Mercedes, en donde se pone de manifiesto que los ejidos eran espacios disputados entre los pobladores locales mucho antes de la recepcién de los flujos migratorios masivos, cobrando una significativa importancia debido a que eran un enclave de articulacién entre las ciudades ya campafia.? 5 Juan Carlos GARAVAGLIA, “Ecosistemas y tecnologia agraria: elementos para una historia social ‘de los ecosisteras agrarios rioplatenses (1700-1830)", Desarrolio Econdmico, vl. 28, nim. 112, 1989; Id, “Produccién cerealera y produccicn ganadera en la campafia portefia: 1700-1820, Juan Carlos GARAVAGLIA y Jorge GELMAN, EI mundo rural rioplatense a fines de la época coioni esiudios sobre produccién y mano de obra, Buenos Aires, Fundacion Simén Rodriguez-iblos, 1989, pp. 7-42; Id, “Los abradores de San Isidro (siglos XVII-XIX)", Desarrollo Econémico, vol. 32, nim. 128, 1898, pp. 513-542 6 Valeria CILIBERTO, “Los agricutores de Flores, 1815-18838. Labradores‘ricos'y labradores ‘pobres’ ‘en tomo a la ciudad”, Raiil FRADKIN, Mariana CANEDO y José MATEO (comp.). Tierra poblacién {yrelaciones sociales en la camparia bonaerense (sigles XVill y XIX), GIHRR-UNNP, Mar del Plata, 1999, pp. 77-101; Radi FRADKIN, “Las quintas y el arrendamiento en Buenos Aires (sighos XVIIly XD}, Rail FRADKIN, Mariana CANEDO y José MATEO (comp. Tierra, poblacién... cit, pp. 7-38. 7 Maria Elena INFESTA, “Venta de suertes de estancias en Junin (Buenos Aires): Ley de 16 de Mayo de 1881", IV Congreso Nacional de la Historia, vol. 'V, 1988, pp. 461-476; Marta VALENCIA, *Un aspecto de la politica de tiea en la provincia de Buenos Aires: los ensanches de los ejidos”, IV Congreso... cit, pp. 657-669; Maria Femanda BARCOS, “Ocupacién y propiedad legal de lastierras elidales. Cuestiones locales en perspectiva comparada: México y Argentina’, X Jomadas La colonizacién en Ente Rios: la ia de la colonizacion ejidal, 1870-1890 _ 141 Por otra parte, los estudios que abordaron el proceso de colonizacién agricola santafesino a partir de la tenovacién historiogréfica de las titimas décadas se cen- traron en otorgar una racionalidad econémica a los actores sociales (colonos, ‘empresarios colonizadores y el Estado provincial). Principalmente, se observ6 a los primeros como inversores capitalistas que buscaron beneficios a través de la maxi- mizaci6n de sus ganancias, involucrndose en operaciones de mercado y corriendo riesgos. También se analizé la emergencia, condicién y movilidad social de los nue- ‘os sujetos rurales en el marco de la expansién de la estructura socio-productiva de Santa Fe; la configuracién de nuevas y complejas relaciones sociales y su vincula- ‘cidn con las actividades productivas a través de la combinacién de las unidades de explotacién familia, la incorporacion de tierras de una “frontera abierta” y la dispo- nibilidad de cierto capital La diversificada literatura rural entrerriana sobre la colonizacién agricola ha man- tenido la vision pesimista acerca de la cuestién ejidal. En la mayoria de los casos, esta problemética ha sido pasada por alto. °El estudio descriptive de F. Reula es uno de los primeros en considerar la formacién de colonias agricolas en los ejidos de los principales nticleos poblacionales entrerrianos; sin embargo, slo menciona cir- ‘cunstancialmente la situaci6n. Propone una periodizacién destinada a dar cuenta de la relacién entre el régimen de la tierra, a colonizacion y el estado de la produccién cerealera y pecuaria. El autor antepone la impronta privada a la oficial (particular- mente municipal), estableciendo de esta forma un parémetro que lleva a circunsc: bir su abordaje a la primera de ambas experiencias por consideraila la “més impor- Interescuelas/Departamentos de Historia, Rosario, 2005, soporte digital: Id. “Las tierras pablicas ejidales: ocupacion, donacién y venta. Mercedes, 1823-1878", KX Jomadas de Historia eanémica, Mar del Plata, 2006, soporte digital 8 Sobre el proceso de colonizacién santafesino merece destacarse el importante aporte de Ezequiel GALLO, La pampa gringa. La colonizacion agricola en Sarua Fe (1870- 1893), Buenos Altes, Edhasa, 2004. Ademés. los trabajos de Marta BONAUIDO y Elida SONZOGNI, “Cuando disciplinar fue ocupar (Santa Fe, 1850-90)", Mundo Agrari, Revista de Estudios Rurales, CEHR-UNLP, nom. |, segundo semestre 2000; ld, “Estado, empresatios y colonos en pos de un proyecto de desarro- lo agrario (Santa Fe, segunda rnitad del siglo XIX)", Marta BONAUDO y Alfredo PUCCTARELL (comp). La problemiética agraria. Nuevos aproximaciones, Buencs Aires, Centro Editor de América Latina, 1993, vol. I, pp. 39-70; Id, “Viejos y nuevos colones. Su convergencia en un mundo en tansicién*, Ruralia, FLACSO, Buenos Aires, nim. 1, 1990. 9 Beatriz BOSCH, *La colonizacién de Entre Rios”, EI pais de los Argentinos, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, num. 35, 1975; Id, Historia de Entre Rios, 1520-1990, Buenos Aires, Plus Uta, 1991; Manuel MACCHI, Unguiza colonizader. La Colonia San José. Fundacién de la Ciudad de Colén, Buenos Aires, 1949; Id., Formacién y desarrollo de una colonia argentina. Caseros, Entre Rios-1874, Parané, 1915; César B. PEREZ COLMAN, La primera colonia argentina agricola. ‘militar de Las Coichas. Fundada por el General Urquiza en 1853, Memorias del Museo de Entre Rios, nim. 23, Parand, Pattarone de Sors, 945. En 1982, la Junta de Estudios Histéricos de Entre Rios publica su Revista nim, 2 dedicada a LA COLONIZACION EN ENTRE RIOS. Su Comision Redactora considers que era la primera ocasién en que aparecia una publicacién de esa carac- terfstica dedicade al tema. De esta publicacién cabe destacarse e! trabajo de Erich L. W. Edgar POENITZ, “Agricultura y colonizacion en Federacion”, Revista dle la Junua de Estudios Histéricos de Entre Rios, Parana, nim. 2, 1982, pp. 117-131. 142 David Rodriquez - Soraya tante, por su amplitud y resultados.”!9 EI renovador trabajo de O. Weyne sobre la colonizaciGn étnica, que representa un corrimiento anaiitico dentro del campo his- toriogrdfico entrerriano -centrado por entonces en estudios de caso o presentando al proceso de formaci6n de colonias subsumido en historia totales-, dio continuidad a lalinea argumental sostenida inicialmente por F. Reula. En su intento por definir el ciclo de colonizacién agraria local del perfodo 1870-1890, correlacionando la accion ‘gubernamental, las leyes agrarias y la formacién de colonias, Weyne sostuvo que la ‘experiencia ejidal “se trat6 del grupo menos préspero dentro de este tipo de coloni- zacién, salvo excepciones’,!! desconociendo la incidencia que la misma tuvo. Por otra parte, C. Varini indagé acerca de los procesos de distribucién y transferencia de la tierra en el noreste entrerriano, focalizindose en el estudio de la evolucién legis- lativa sobre la tierra de los espacios periurbanos, la creacién de colonias agricolas y sus resultados pricticos en el departamento Federaci6n durante la segunda mitad del siglo XIX.2 Los aportes realizados desde la historiografia local presentan un ané- lisis poco satisfactorio al momento de considerar un replanteo sobre la cuestiGn eji- dal en Entre Rios. Aunque efectuaron un importante aporte empirico y elaboraron algunas generalizaciones valorativas al respecto, estos estudios factuales no logra- ronestablecer la relaci6n entre las transformaciones institucionales y su implicancia ‘en el desemperio econémico entrerriano durante el siglo XIX. A esto debe sumarse- le su tendencia homogeneizante y/o rememorativa que desatendié las formas de interacci6n de las diferentes regiones. Este trabajo tiene como propésito realizar una aproximacién al ciclo de coloniza- ci6n agricola que tuo lugar en la provincia de Entre Rios entre 1870 y 1890. Pretendemos dar cuenta de la particular experiencia que significé el ensayo de un tipo especifico de colonizacion localizado en el inmediato hinterland de los princi- pales niicleos poblacionales entrerrianos. Fn tal sentido, esta iniciativa nos permiti- 4 reconocer algunos de los aspectos de la expansién agraria entrerriana durante la Segunda mitad del siglo XIX, que involucré procesos productivos e institucionales y diversos actores ¢ intereses convergentes y yuxtapuestos; que no sélo se desarroll6 en el Ambito rural, sino también en las zonas periurbanas de quintas y chacras de Jos nticleos poblacionales, en los cuales se llevaron a cabo una serie diversificada de actividades productivas. 10 Ftberto REULA, Historia ce Entre Rios. Poltica, Btnica, Econémica, Social, Cultwal y Moral, Sarta Fe, Castell, 196, fp. 58. 11 Olga WEYNE, “Colonias Rurales Alemanas (Entre Rios, 1870-1890)", Revista Histérica, Instituto Historico de la Organizacién Nacional, Buenos Aires, num. 13, 1984, p. 171; Id, El dtimo puerto. Del Rhin al Volga y del Volga ai Plata, Buenos Aires, Ediorial Tesis/Insttuto Torcuato Di Tella, 1987, 12 César M. VARIN, Nuestras Colonias, Chajasi, Publicacién del Museo Regional “Camila Quiroga”, Entre Rios, 1996; Id., “Politica e Historia. Problemas de ejidos municipaies", XVI Encuentro de Geohistoria Regional, IGH, Resistencia, 1£96, pp. 619-631. Lacolonizaciin agricola en Entre Rios: a a de la colonisacién efi, 1870-1890 143 El espacio ejidal: la permanencia de una estructura de tenencia Durante el periodo colonial, el espacio ejidal entrerriano estuvo organizado bajo las pautas establecidas por las Leyes de Indias, que regian sobre los aspectos funda- mentales para el delineamiento de las poblaciones.!3 Segin el derecho indiano, el ejido era un espacio constituido por tierras de aprovechamiento comunal, que fun- clonaban como salida del ganado de las villas 0 pueblos y no debia estar adscripto al dominio privado. A su vez, estaba destinado para ocuparse en caso de aumento de la poblacién y para el pastoreo diario de los animales de labor (dehesas). Periféricamente, se establecia una zona de quinias y chacras, tierras de huerta y siembra.'4 Un importante nimero de las actividades agricolas desarrolladas en Entre Rios tuvo lugar en chacras, pequeas explotaciones ubicadas en las cercanias de las villas, en los terrenos denominados “de pan llevar”.15 De Moussy sefala que Jas asignaciones fueron realizadas de la siguiente forma: ‘un solar 0 porcién de un cuarto de cuadra (85 metros) en una ciudad; un terreno o suerte de chacra de cuatro cuadas de superficie, cuadrado de 250 metros de lado, en el ejido o terreno circundante de la ciudad; v finalmente las suertes de estancia o campos destinados a la cria de ganado, fracciones de tie- a de media legua de ancho por 1 legua y “ de largo, es decir %de legua cua- drada, equivalentes a 1.200 cuadras 0 2.031 y /shectreas. Estos lotes de tierra eran sorteados, de ahi e! nombre de suertes que les han quedado.”!6 La organizacién del espacio ejidal parece haber presentado en sus inicios algu- nas dificultades. La fundacién de las villas de Gualeguay, Concepeién del Uruguay y Gualeguaychti en la segunda mitad de! siglo XVIl, por Toms de Rocamora, adole- cio del trazado de los ejidos y dehesas, asi como también de la distribuci6n de las chacras y campos de pastoreo entre los pobladores, compuesta mayoritariamente 13 Sogin BT. Martine, en este periodo las concesiones de errasdieron Iugar a numerosas ire ‘ularidades, ya que “fueron hechas sin el conocimiento previo de ls loalidades solictadas y su extension superficial dependia del grado de inluencias mis o menes eficaces que pontan ‘en juego le soleitantes”; 8. T. MARTINEZ, Historia de fa Provincia de Enire Rios, Buenos Aires, Imprenta de Martin Biedma e Hijo, 1900-1901, 1, p82. 14 Ver Oficio de Tomas de Rocamora al Virey Juan José Vériz, Gualeguay, 3de Enero de 1873; en: ‘Oscar URQUIZA ALNANDOZ. Historia Econémica y Social de Entre Rios (1600-1854). Buenos Aires, Banco Unido del Litoral S. A, 1983, p. 486. 15.4 Segura sehala que estas consistian en “i siembra de cereals |..| mediante procedimientos sencilos ybastantesanticuados. Se labraba la terra con arados de palo, con wna chapa de hie- ro 0 rela: se desparramaba la semillay se la tapaba luego con rastras de rama. La cosecha ‘aba lugar a una sere de labore: la siega con hoces; e! amontonamiento en gavilas, el aca- reo de las eras y la trilla mediante el pisoteo de las espigas por los animales: a su conelusién solian hacerse animadas fiestas familiares o de vecindarios"; Juan A. SEGURA, Historia de ‘Nogoyd, Nogoyé, 1972, |, segunda parte, cap. Vl 16 V. Martin DE MOUSSY, Descripcién Geomrfica y Estadistica de la Confederacién ‘Argentina, Buenos Aires, ANH-Eaitorial Dunken, 2005, I, bro X, cap. I, pp. 325-925. 44 Dovid Rodrigues - Soraya Fores por labradores y labradores-pastores de dichas villas. En 1805, el Cabildo de Concepcién del Uruguay se encargé de plantear este problema ante el Rey Carlos IV. Dentro de los puntos del petitorio, se encontraba un apartado que hacfa alusién a la istribucién del espacio ejidal y la asignacién de funciones parael mismo: sitios para edificaciones, delimitacion de elidos, dehesas, tierras de comunidad, suertes de chacras y tierras para pastoreo de ganado.'7 A partir de 1820, comienzan a definirse las primeras disposiciones tendientes a la ‘organizacion institucional de las labores agricolas en Entre Rios, que tenfan como referencia alos espacios ejidales de los principales pueblos y villas. Durante ese aio, se cictan tres Bandos regiamentarios (militar, econémico y politico) en un intento de promocién y control de las actividades agricolas por las autoridades militares y ‘gubernamentales de los diferentes departamentos, con el fin de autoabastecer a las familias y con el excedente comercializar la produccién, para lo cual los vecinas debian ‘poner por primer afio cincuenta plantas de Arboles frutales en sus respecti- vas posesiones”,!® bajo pena de sancién. Una iniciativa similar seré la emprendida por el gobierno de Lucio Mansilla. Con la finalidad de ocupar espacios despoblados © baldios a causa de la ausencia de los propietarios debido al exilio politico 0 sim- plemente al abandono, se sanciona la Ley del 23 de Enero de 1823, por la cual se asigna “suertes de chacras para la agricultura en las inmediaciones de los poblados, a distancia de dos leguas de ellos. Las suertes de chacras serin de doce cuadras cuadradas.”!9 En 1824 se sanciona la primera ley que establece la extensién del espacio ejidal, sefialando para el mismo “la distancia de tres leguas a cada viento en. las inmediaciones de los pueblos.”20 Las suertes de chacras otorgadas en las inme- diaciones de los pueblos debian, de acuerdo a lo establecido por la Ley del 23 de Enero de 1823, tener una extensién de doce cuadras cuadradas. Ademis, las perso- nas que se hacian adjudicatarias de dichas chacras debian obligatoriamente cult varlas segiin sus medios. Este emprendimiento respondfa, por un lado, al intento de promover la ocupaciGn efectiva del espacio, y por otro, a la puesta en produccién pormedio de la agricultura ola cria de ganado, intentando erradicar de! territorio de la campatia a ocupantes que no poseyeran titulos de propiedad ni tampoco estable- cimientos ganaderos. Este mismo afio se delimita el ejido del pueblo de la Matanza (Victoria), quedando prohibido el establecimiento de estancias dentro de las diez cuadras de terreno que establece el Decreto2! Entre 1832 y 1836 se aprueban las leyes de creacién de las villas Concordia, La Paz y el pueblo del Diamante (antes Punta Gorda); la Gnica referencia a una zona de chacras destinada a la agricultura 1 Ctr, Oscar URQUIZA ALMANDOZ, Historia Econémica... i, pp. 484-493. 18 ibid, pp. 124-125, 19 Decreto de 23 de Octubre de 1823, en: Martin RUIZ MORENO, La Prouincia de Entre Rios. Sus leyes sobre tierras, Parand,Tip.y Enc. Guitemberg de Mir y Fizzola, 1886, |, Libro Tercero, pp. 106-108. 20 Ley de 16 de Diciembre de 1824, en: Martin RUIZ MORENO, La Provincia... cit, pp. 115-116, 21 Decreto de 13 de Noviembre de 1824, en: Martin RUIZ MORENO, La Provincia... cit, tl, Fundacién de Puebios y Colonias, Capitulo Tercero, Disposiciones sobre Egidos, Solares, Chacras y Quinta, p.72. La colonizacién agricola en Entre Rios: ia a dela colonizacion ida 1870-1800 145 es en este tiltimo, al cual se le designa media legua de terrenos baldios para el cul- tivo, asi como también media legua mas para el pastoreo comin de animales 22 La cuestién ejidal comenzard a tener presencia en la legislacién entrerriana a partir de 1860, posteriormente a la elaboracién de algunos dispositivos juridicos que regularén los mecanismos de acceso y ocupacién de la tierra fiscal. A su ver, la ausencia de una reglamentacién que unificara los criterios organizacionales sobre los ejidos era notoria: si bien estaban establecidas las formas de acceso a la propie- dad, no estaba clara la extensi6n ni la distribuci6n de los espacios, asi como tampo- co el 0 los organismos institucionales que intervenian en este proceso Bl ensayo de la actividad agricola no era una condicion de acceso ni de conservacion de la propiedad ejidal, que sélo contemplaba el poblamiento, cercado y la edificacién ara tales fines. ‘Segtin la practica observada por De Moussy sobre la concesién de tierras en Entre Rios durante la Confederacién, ella se levaba a cabo de acuerdo a dos tipos espect- ficos. La primera, en las ciudades y sus alrededores, e incluia a los solares (fraccio- nes de cuadras para edificar) y el ejido (terreno comunal): la concesién de solares variaba segtin las dimensiones locales de las cuadras: en el interior del pais eran de 150 varas (129 metros), en Santa Fe de 130 varas (112 mettos) y en Entte Rios de 80 varas (69 metros); en el efido, terreno de una legua de radio en tomo de la ciudad, las concesiones eran de 260 varas por lado (aproximadamente 3 hectéreas, 0 sea 29.584 metros cuadrados), dedicadas a la edificacién rural y a realizar cultivos menores (terreno de quintas). La segunda, ena zona rural, comprendiendo las cha- ccras y estancias: las chacras, ubicadas en la segunda legua de radio alrededor de la ciudad, tenfan una dimensién de 16 cuadras de 150 varas (27 hectareas) y se desti- naban al cultivo de cereales, estando prohibido criar ganado sino se lo cercaba; las ‘estancias (estructura productiva pecuaria) comenzaban a partir de las zonas de cha- tas, debiendo estar amojonadas por sus propietarios, sus concesiones no tenfan una extensién fija24 A principios de 1860 comienzan a incorporarse al mercado las tierras ejidales de las principales ciudades de Entre Rios. Los solares, quintas y chacras (baldios) de Concepcion del Uruguay, Concordia, Gualeguaychti, Gualeguay, Victoria y Nogoya serdn vendidos a un peso la vara de frente con su fondo, 40 pesos por la manzana y or tasacién, correspondientemente. Mientras tanto, los de San José de Feliciano, Federaci6n, La Paz, Conchas, Diamante, Rosario del Tala y Villaguay se continuarén otorgando gratuitamente por el término de cuatro altos. La escritura de la propiedad 22 Ley de 6 de Febrero de 1832, Ley de 20 de Julio de 1835 y Ley de 27 de Febrero de 1836; en: “Martin RUIZ MORENO, La Provincia. cit, tl, pp. 74-77. 23 En una nota dirigida por el gobierno provincial al Comandante Militar de Nogoyé como respues- taa su consulta sobre las formas de concesién de terrenos, se le indica que los solares baldios de la ciudad y los suburbios, asf como las suertes de chacras, deben ser concedidas por el Juez de Paz del correspondiente distrto, Mientras que el Juzgado debe llevar el registro de los sola- res y suertes de chaeras concedidas. Ver Resolucién dol 11 de Julio de 1860, en: Martin RUIZ. MORENO, La Provincia... cit, 1.1 pp. 80-81. 24 Cf. V. Martin DE MOUSSY, Descripcién Geogréfca... cit, tI, bro X, cap. Il, pp. 347-348. 146 _ Dovid Rodriguez - Soraya Flores se concedia luego de comprobada la ocupacién del terreno, mientras que para las concesiones, después del cercado y la construccién de una casa 0 habitacién en el término de seis meses, que debia ser acreditado frente al Jefe Politico del Departamento. Hacia principios de 1870 esta medida seria rectificada, decretando- se la venta en remate pablico de los terrenos ejidales a causa del aumento del valor de la tierra en los principales ejidos de los nticleos de poblacién entrerrianos “para mejorar las condiciones de venta en favor de Estado, y sin perjuicio de los particula- res.”25 Lo cierto es que el sistema de concesién gratuita de terrenos ejidales, lleva- do adelante hacia ya tiempo en ciudades como Concordia, Concepcion del Uruguay y Gualeguaycho, habfa contribuido al crecimiento poblacional de las mismas a tra- vés de extranjeros que ocupaban este espacio; ademés, permitia al Estado provin- cial obtener cierto respaldo financiero por la venta de tierras fiscales. El proceso de control de las tierras pablicas seré generador de instancias de institucionalizacién de Jas acciones de apropiacion y distribucién de la propiedad fiscal, que se concretardn por medio de la conformacién de un cuerpo juridico y la creacién de organismos que atendiesen las especificidades del problema, como el Departamento ‘Topogréfico (1862). Entre 1861 y 1872 se iniciaré la designacién de los elidos de varias villas y ciudades entrerrianas; se delimitan los de La Paz, Nogoya, Concepcion. del Uruguay, Parana, Diamante, Colén y Villaguay. Las medidas iniciales de éstos, que establecian un érea de una legua cuadrada de terreno, seran rectificadas como en los casos de La Paz y Diamante, designdndole la extension de cuatro leguas.2¢ Esta accién introduce una novedad que hasta hace poco no se contemplaba: el ensanche del espacio ejidal con la finalidad de aumentar el terreno destinado a la agricultura27 En 1868 se celebra el contrato de venta de terrenos fiscales del ejido de Concepcién del Uruguay entre el Estado provincial y el doctor Juan J. Soneira y don Martin M. Castro, Si bien el mismo no logra concretarse (recién en 1875 se estable- ce la Colonia Perfecci6n), nos detenemos en él ya que represent6 uno de los ante- cedentes del proceso de colonizacién ejidal, potencial modelo de poblamiento y ‘ocupacién agricola de! espacio entrerriano. La experiencia colonizadora ensayada en Entre Rios durante la etapa confederal habia sufrido una larga interrupcién luego 25 Ley de 25 de Septiembre de 1860, Decreto de 4 de Diciembre de 1360, Decreto de 7 de Septiembre de 1871 y Ley de 23 de Marzo de 1872, en: Martin RUIZ NORENO, La Provincia... ci, ‘ull, pp. 82, 6-87, 102-103. E1Art.3 de la Ley de 23 de marzo de 1872 sefiala que los solares, quin- tas'y chactas de Villaguay, Diamante, Tala, Vila Urquiza y San José de Feliciano continuaran ccediéndose gratuitamente hasta el 30 de Abril de 1874 26 A principios de 1850, Thomas Page sefala que en La Paz pudo observar “un jardin... que] haba ‘conseguido llevar a la perfeccién el cultivo de verduras, entre las que se encontraban coiiflores, les mejores que habjamos visto; pero su empeo no habia servido de ejemplo ni de estimulo ppara que los vecinos lo imitaran*, en: Thomas J. PAGE, La Confederacién Argentina, Parand, “Nueva Impresora", 1954, p. 86, 21 Ver Ley de 28 de Abril de 1861, Ley de 22 de Febrero de 1862, Decreto de 6 de Abril de 1868, Decreto de 30 de Mayo de 1868, Ley de 13 de Mayo de 1889, Ley de 26 de Julio de 1871, Ley de 29.de Agosto de 1871, Ley de 4 de Septiembre de 1872, Ley de 23 de Abrilde 1872, I de Mayo de 1872, en: Martin RUIZ MORENO, La Provincia... cit, tll, pp. 99-109. La colonizacién agricola en Enve Ries: la experiencia de la colonizacisn efial, 1870-1890 147 de la fundacién de la colonia agricola-militar de Las Conchas, en el departamento Parand en 1853 (luego Villa Urquiza) y la colonia San José, en el departamento Colén en 1857, en la propiedad de Justo José de Urquiza. La primera de ellas respondia al modelo de ocupacién de la frontera bonaerense, mientras que la segunda plantea- ria los problemas y dificultades fundamentales que se debjan encarar para llevar adelante este emprendimiento productivo.8 Una de las condiciones fundamentales ‘que establecia el contrato era el poblamiento del ejido con “inmigracién agricola” cen el término de cinco afos. Por lo tanto, se debian establecer familias de cuatro personas, por cada suerte de chacra (siendo su dimensién cuatro cuadras de frente por cuatro de fondo), pudiendo modificarse la divisién y fraccionamiento del terre- no ante la aprobacién del Estado provincial. Dichas condiciones nunca legaron a ‘cumplimentarse. Aun ante la intervencién del Banco Entrertiano (primero ligado indirectamente a a empresa colonizadora enire e! Estado provincial y Soneira- Castro y segundo por la firma de un contrato que lo tenfa como agente colonizador directo), la colonizacién del ejido de la por entonces capital de la provincia no se lle- varia a cabo hasta mds adelante, cuando el mismo Banco se encargaria de insialar alrededor de cuarenta familias espafiolas.? Esta situacién evidenciaba la falta de experiencia de la empresa colonizadora enirerriana y los diversos obstaculos orga- nizacionales con los cuales se enfrentarfa este emprendimiento, Por otro lado, la ausencia de una frontera que permitiera la incorporacién progresiva de espacios marginales para ser ocupados productivamente a través de la colonizacion agricola (como ¢1 caso santafesino) iria definiendo parte del modelo entrerriano impulsado por el Estado provincial, que tendria como referencia a los efidos de los principales niicleos poblacionales para ese entonces. Como podré adventrse, desde la época colonial hasta la etapa confederal persis- 4i6 en los principales centros urbanos de Entre Rios una forma estructural de organi- zaci6n del espacio periurbano que, entendido en clave institucional y juridica, con- sistia en crear un rea aledafie a las villas, que en una primera instancia fue pensa- da para extender el predio urbano. En tanto esto se producia, podia ser ocupada por vecinos que asf a solicitasen con la reserva de que alli se practicase una “agricultu- ra menor”. AdemSs, se comenz6 con el cultivo de hortalizas, jardines ya plantacién de frutales. ,Cuél era la importancia de las zonas periurbanas o efidos de los princi- 2 sobre estos aspectos puede consuiarse el trabajo de CésarB. PEREZ COLMAN, La primer colo- ria... cit. Sobre la Colonia San José puede verse Manuel MACH, Urquiza Cofonizador..cit, ast comio también el reciente aperte realizado sobre el proceso de coloaizacién entrerrano por J. Djenderedan, itado anteriornente. 29 Segin Cayetano Ripoll, la mitad de estas failias se dispersaron debido a desieligencias con 1a Adminisracion del Banco Entreriano; Cayetano RIPOLL, La Provincia de Entre Rios bajo sus ‘diversos aspectos, rand, Tp, Lit. y Enc. “La Opinin, 1888, 1, p. 356 Por oto lado, Alejo Peyret sostiene que el encargado de rernitir las familias colonas “era soclalstay pretendia apiica el rmétodo de trabajo cooperative para la esplolacién de la colonia. Los municipaes de Uruguay y ‘tras personas combatieron laikeas el sefior Vives fue eliminado, la emisin de familias se sus- pendis"; Alejo PEYRET, Una visita a las colonias de la Reptblica Argentina, Buenos Aires, Iimprenta Tibunal Nacional, 1889, , pp. 130-132, Ver Decreto de 8 de Abril de 1868 y Contrato sobre colenizacion del Sjido de Concepcion cel Uruguay, en: Martin RUZ MORENO, La Provincia... 1M, pp. 95.98 y 126-131 148 _ David Rodrigues - Soraya. — ee pales centros urbanos? Como hemos observado hasta aquf, existié en Entre Rios una convivencia tradicional en las zonas aledafas a las villas y ciudades en lo que res- pecia a las formas de organizacién del espacio, su poblamiento y el desarrollo de actividades vinculadas a la agricultura. En relacién con esto, puede considerarse que no existié ninguna ruptura sino por el contrario una continuidad muy definida en dichos aspectos. La respuesta al interrogante planteado cobrard un. significado superiativo hacia 1870, cuando comience a configurarse el proyecto de desarrollo agrario entrerriano basado en la colonizacion; a la vez que la concepcién de este espacio, sus utilidades y fisonomfa comenzard a transformarse. Poblaci6n y agricultura: Jas pautas ordenadoras del proyecto clvilizatorio entrerriano A principios de la década de 1850, el mundo rural entrerriano comenzaba a dar sefiales de transformacién. El proceso sostenido de crecimiento econémico y pobla- cional de la primera mitad del siglo XIX, que tuvo como “locus” al oriente entrerria- no, comenzaba a redefinirse ante la apertura de una nueva frontera impulsada por la colonizaci6n agricola.% Hacia finales de la década de 1860, los departamentos localizados en las margenes de los corredores fluviales eran los mayormente pobla- dos, manteniéndose el patrén de ocupacién inicial del territorio: del 85% de la pobla- cién ubicada en ambas costas, alrededor del 40% se encontraba en la zona de anti- guo poblamiento del hinterland paranaense (Gualeguay 14,4%, Victoria 12,5% y Parané 13,3%) y casi un 37% en los departamentos en los cuales se hallaban los prin- cipales niicleos poblacionales de la nueva frontera oriental (Gualeguaychi 13,1%, Uruguay 10,6% y Concordia 13,1%). Sin embargo, los espacios interiores y la fronte- ra periférica local comenzaban a evidenciar un lento pero progresivo proceso ocu- acional. Para 1869, Parané continuaba siendo el departamento con mayor pobla- cién de la provincia (18.649 habitantes), siguiéndole Gualeguaycht (18.397), Concordia (17.262), Gualeguay (15.158), La Paz (11.614) y C. del Uruguay (11.307), entre los més importantes. De éstos, Gualeguaychii y Concordia eran los de mayor superficie (600 leguas cuadradas cada uno), a los que le seguian La Paz y Villaguay (500 leguas cuadradas cada uno), Parané (400 leguas cuadradas) y C. del Uruguay (200 leguas cuadradas).31 30 Sobre la gestacién de la nueva sociedad de frontera entreriana durante la primera mited det siglo XIX, ver Roberto SCHMIT, Ruina y resurrecciGn en tiempos de guerra: sociedad, economia poder en el Oriente entrerriano posrevolucienari, 1810-1850, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2004; i, “Fronteras oplatenses: Ocupacién del espacio y estructura socio-ocupacional en el Oriente enirerriano (1820-1850), Juan GELMAN, Juan C. GARAVAGLIA y Blanca ZEBERIO (comp), Expansién capitalista y transfornaciones regionaies. Relaciones sociales y emoresas cagrarias en ta Argentina del siglo XIX, Buenos Aires, La ColmenaEHS, 1988, pp. 45-73. 31 Cir, Michae! G, y Edward 7. MULHALL, Manual de las Replicas del Plata. Datos topogrificos, Iistércos y econémicos, Buenos Aires-Londres, E. Stanford, 1876, . 26. Lacolonizacién agricola en Entre Rios: a experiencia de la colonizacién ej, 18701890 149 Tabla 1 Distibucion espacial de la poblacién por tegiones, 1863-1895, Afio | C.del Unuguay* |_% | C.del Parand** | 9% | Centro*** | % | Total 1863, 40.149, 368 53.998 [495 | 14920 [13,7 | 109.067 1879 39.160. 365 73.866 | 45,8. | 28.362 [17,6 | 161.388. 1855. 3.124 | 354 24.107 | 42,6 | 63.867 [21,9 | 291.098, Euente: elaboracién propia a partir de Benigno T. MARTINEZ, Memoria descriptiva de la Provincia de Fntre Rios, sd; “El Entre Rios’, Paran, afo Ill, rim. 760, 1897, cit. en Mara E. RODRIGUEZ \VAGARIA DE ARCE, Aspectos Socio-Econémicos del Desarrollo de Entre Rios, 1868-1888, Parané, 1972, p. 30. Notas: * Costa del Uniguay comprende jos departamentos Colin, Concordia, Federacion, Gualeguaychi y Uruguay; ** Costa del Parané comprende los departamentos Diamante, Gualeguay, La Paz, Parand y Victoria; *** Centro comprende los depaitamentos Feliciano, Nogoy4, Tala y Villaguay. El deparamento Colén fue creado por decreto en 1869, poste- riormente se fjaron sus limites, dentro de los cuales se encontraban la Colonia San José y el puer- to Colén, Feliciano y Federacién se constituyeron como departamentos por la Constitucion de 1883, En 1887, una ley hizo efectiva la disposicién constitucional Entre 1879 y 1895, la poblacién total pas6 de 161.067 a 291.098 habitantes, inicién- dose una nueva etapa en el proceso de ocupacién del espacio entrerriano, en estre- cho correlato con la formacién de colonias agricolas y los intentos de captary recep- tar Jos flujos migratorios de origen europeo. Como puede observarse, las regiones lindantes a los rios Parana y Uruguay dan cuenta de una duplicacién de su poblacién en casi quince afios; mientras, puede verificarse un crecimiento mas acelerado en los espacios interiores y periféricos, en los cuales se triplicé la poblacién ante la abundancia y disporibilidad de tierras nuevas, representando alrededor de un 20% del total de la poblacién. Casi un 15% pertenecia a Villaguay y Nogoya, departamen- tos que se encontraban en el érea de influencia paranaense, mientras que la pobla- ccidn restante se localizaba en Tala y, en menor medida, en el recientemente creado Feliciano. A principios de la década de 1890, Concordia, Diamante, Parana y Gualeguaychti se habfan convertido en los departamentos de mayor recepcién de poblacién europea ingresada por medio de la Oficina Nacional de Trabajo a la pro- vincia de Entre Rios®? Durante la segunda mitad del siglo XIX, Entre Rios no solo experiment6 un importante crecimiento poblacional. Con el reinicio del proceso de formaci6n de colonias a partir de la década de 1870, se observa un importante incre- mento de la superficie sembrada y cultivada en el tertitorio. Durante 1875 y 1891 se crean 141 colonias agricolas, siendo 1888, 1889 y 1890 los aos en los cuales tuvie~ ron lugar el mayor ntimero de fundaciones; mientras, el total de hectéreas cukiva- das (trigo, maiz y lino) aument6 en proporcién al saldo positivo arrojado por el desarrollo del ciclo fundacional. En el afio 1887 el total de hectéreas cultivadas con cereales ascendia a 118.686, mientras que en 1891 se contabilizaba un total de 257.719, duplicandose la produccién en casi 5 afios. 32 Los datos por departamentos y ciudades pueden verse en Salvador MACIA, Memoria presenta- dda a la Honorable Legistatura de Erure Rios, Parané, Tip, Lit.y Enc. La Velocidad, 1892, pp.8-10. 150 _Danid Rodriquez - Soraya Flores Tabla2 Hectireas cultivadas de trigo, maiz y lino en Entre Rios, 1887-1891 “Tigo Maiz [Lino [Total Colonias fundadas 1887 67319 47.208 | 4.159 | 118.686 6 ise: ‘90.500 78.750 [2.350 | 171.600. =e | [isso jo2.477 zais7_| 10g [177.712 20. [800 129.360 912 | 1.453 {182.72 18 Tsoi 202.294 54280 | 1.45 | 257.719 9 Buente: elaboracién propia a partir de Salvador MACIA, Memoria presentada a la Honorable Legislatura de Gobierno, Parand, La Velocidad, 1892, pp. 1,18. Segtin los datos que presenta la Obra Descriptiva de la Provincia de Entre Rios, la produccién cerealera entrerriana mostraba un imporiante grado de localizacién pro- ductiva. Uno de los aspectos significativos es la presencia de un nticleo triguero con- formado por los departamentos Parana (317.500 Vc) y Diamante (318,000 lve), que representaba alrededor del 55% del total de las hectéreas cultivadas con trigo en Entte Rfos. Ambos se encontraban en la regién de la costa del Parand (146.365 lve), que para entonces concentraba el 64,3% de las hectéreas cultivadas con este cere- al. Mientras, la regi6n de la costa del Uruguay (57.387 h/c) representaba el 25,2% del total, siendo los departamentos Gualeguaychti 9,7% y Uruguay 69% los de mayor cantidad de hectireas cultivadas. También pueden identificarse dos nticleas maice- ros. El primero de ellos constituido por los departamentos Concordia (10.138 hic) y Federaci6n (10.684 h/c), que representaban el 28% del total de hectéreas cultivadas; el segundo por Parand (8818 h/c) y Diamante (8.489 h/c) con el 23,2%. A estos le sigue el departamento Uruguay con un 10,9%, que junto a los primeros se encontra- ban en la region del oriente entreriano, que concentraba el 54,2% de las hectéreas cultivadas con maiz de la provincia. Uno de los factores ecol6gicos a considerar era la composicién del sustrato de los terrenos. Numerosas publicaciones e informes daban cuenta del desequilibrio quimico del terreno, que presentaba condiciones fisicas impropias y diferenciales para determinados cultivos, especialmente el trigo. Los de Parana y Diamante se presentaban como los mas propicios para la siembra de trigos blandos, porque eran medianamente consistentes y de menor resistenci para un cultivo prolongado, en tanto que los de la zona de Villaguay eran mayormen- te arcillosos y propicios para trigos duros. Estos tiltimos se sembraban en pequena escala, siendo reducido su consumo y dificil su venta. Los trigos blandos se cultiva- ban en la mayor parte de la provincia, existiendo diferentes variedades, lo que pro- piciaba su consumo, comercializacién y exportacin. Con respecto a la preparacién de la tierra, los terrenos de la costa del Parana presentaban una composicin y pro- piedades que no exigian una labor preparatoria mayor, comparados con los del oriente entrerriano, que por su condicién arcillosa presentaban inconvenientes al momento de la preparacién de la tierra y la siembra39 331, BELLOCQ, “Informe sobre e! igo", en: Memoria presentada a la H. Legislatura de Entre Rios en 1882 por el Ministro de Gobierno Dr. Salvador Macia, Parana, Tipograia, Litografia y Encuademacién La Velocidad, 1892, pp. 131-147,

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