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8 QUE ES EL DEBIDO PROCESO Sumario: 1. Elconcepto de debido proceso 1. EL concerto oe nemo proceso ‘Ya adelanté bastante sobre el tema en el Capitulo §, don- de mostré la vinculacion que este concepto abstracto tie- ne con los sistemas de enjuiciamiento conocidos como acusatorio @ inquisitorio 2 Insisto ahora en algunas de las ideas entonces verti- das, como forma de remarcar su importancia en este lugar, pues aqui toca hacer la precisa explicacién de este punto, Desde el siglo pasado la doctrina publicista reflere insis- tentemente al debido proceso como un claro derecho constitucional de todo particular y como un deber de Inrestricto cumplimiento por la autoridad. La frase lucid novedosa en su época pues, no obstante ue la estructura interna del proceso —que ya he mostra- ‘do como una serie consecuencial— aparece natural y 16- ‘gicamente en el curso de la historia con antelacién a toda idea de Constitucién, la mayoria de las cartas politicas del continente no incluyen la adjetivacién debido, concre- tandose en cada caso a asegurar la inviolablidad de la defensa en juicio 0 un procedimiento racional y justo. Recuerdo ahora que ya mencioné que el origen general- mente aceptado de la palabra debido se halla en la Quin- ta Enmienda de la Constitucion de los Estados Unidos de ‘América y que este mandato figura nuevamente en el texto {de la Decimocuarta Enmienda (ahora como resticcén al poder de los Estados) Aligual que las de otros paises, la Constitucién argentina ‘no menciona la adjetivacién debid, lo que ha generado la idea de que es una garantia innominada. ‘Tal vez por esa razén 0 por la imprecisién terminological ‘que sistemticamente emplean los autores que estudian el tema, la doctrina en general se ha abstenido de definir €en forma positiva al debido proceso, haciéndolo siempre A.‘ extese ozpoopnoctso nogativamente: y asi, se dice que no es debido proceso legal aquél por el que —por ejempio— se ha restringido ‘el derecho de defensa o por tal o cual otra cosa, Esto se ve a menudo en la doctrina que surge de la juris- prudencia de nuestros maximos tribunales. Una idea clara de lo que sucede respecto de la impreci- sién apuntada puede encontrarse en frase de distinguido magistrado que, para definir al proceso, afirmaba en el afio de 1951 “A diferencia de algunas reglas juridicas, el debide pro- ‘ees0 no es una concepcidn técnica con un contenido fj, sin relacin al tiempo, al ugar y alas circunstan- clas imperantes, pues la nocién de debido proceso no puede aprisionarse dentro de los limites traicioneros de ‘cualquier formula. Al representar una profunda actu de Justicia entre hombre y hombre y, mas particuar- ‘mente, entre hombre y gobierno, el debido proceso est Consttuido de historia, de razén, del curso pasado de las decisiones y de la profunda confianza en la fuerza e la fe democratica que protesamos", Retéricamente, la frase es bellisima. Técnicamente, no s6lo dice nada sino que constituye la negacion misma del proceso y de la ciencia procesal La actitud no es aislada: prestigiosa doctrina de este siglo hha definido al proceso como drama 0 como misterio 0 ‘como algo que se sabe exactamente dénde esté pero no qué es. No obstante todo ello, pasando a afirmativa las concep- ciones negativas y haciendo un minimo inventario de las A. cuteserceanornoceso frases hechas acufiadas por a jurisprudencia local, po- dria decirse que el debido proceso: + supone el derecho @ Ja jurisdiccién, que os imprescriptible, irrenunclable y no afectable por las causas extintivas de las obligaciones ni por senten- iat ‘+ implica ol bre acceso al tribunal, ‘+ la posibilidad plena de audiencia (lo cual leva ancja na efectva ctacion que permita total conacimiento dela ‘acusacién o demanda cursada), ‘+ la determinacién previa del lugar del jucio y ‘+ el derecho del reo de explicarse en su propia lengua; ‘+ comprende el derecho de que el proceso se efecte ‘con un procedimiento eficaz y sin dilaciones, = adecuado a la naturaleza del caso justiciable * y piblico, + con asistencia letrada eficiente desde el momento ‘mismo de la imputacién 0 detencién. Especificamente en cuanto a a confirmacién, comprende * el derecho de probar con la utilizacién de todos los ‘medios legales procedentes y pertinentes * Loque viene a querer signs a afrmacin conten ania Deiarecion| de Derechos Hurancs de ls Nactnes Unis de 148: «Tota persona {one derecho de ser ole on pana igual, pobscament con usta or un ural ndepencieneparala determina do sus detechosyost- a + yel de que el juzgador se atenga sélo a lo regular y legalmente acreditado en las actuaciones respectvas. En cuanto atafie ala sentencia, comprende el derecho de ‘+ que sea dictada por un juez objetivo, imparciale inde- pendiente, ‘+ que emita su pronunciamiento en forma completa: re- {erida a todos los hechos esenciales con eficacia deci- siva y al derecho aplicable, ‘+ legitima: basada en pruebas vélidas y sin omisién de las esenciales, + logica: adecuada a las reglas del pensamiento légico ya la experiencia comin, + motivada: debe ser una derivacion razonada del dere- cho vigente con relacién a la pretension esgrimida y ten funcién de los hechos probados en el proceso y ‘+ congruente: debe versar exclusivamente acerca de lo pretendido y resistido por las partes. La sentencia que no cumple tales condiciones es califica- dda habitualmente como arbitraria, cuyos parametros ge: ‘neradores también constituyen frases hechas, inteligen- temente acufiadas por la jurisprudencia, Y asi, una sentencia es arbitraria cuando ‘+ no decide acerca de cuestiones oportunamente plan- teadas, 0 ‘+ decide acerca de cuestiones no planteadas, 0 ‘+ contradice constancias del proceso, o ‘= incurre en autocontradicci6n, 0 ‘+ pretende dejar sin efecto decisiones anteriores fir- ‘© el juez se arroga en ella el papel de legislador, 0 ‘+ prescinde del texto legal sin dar razén plausible algu- na,0 ‘+ aplica normas derogadas o ain no vigentes, 0 ‘+ da como fundamentos algunas pautas de excesiva la- titud, 0 ‘+ prescinde de prueba decisiva, 0 ‘© Invoca jurisprudencia inexistente, 0 ‘= incurre en excesos rituales manifiestos, 0 ‘+ sustenta e!fallo en afrmaciones dogmaticas 0 ‘+ en fundamentos que sélo tienen apariencia de tal, 0 ‘+ incurre en autocontradiccién, = etcétera, Como se ve, se trata de una simple enunciacién mas 0 ‘menos detallada de vicios contenidos en las actividades de procesar y de sentenciar que, ademés, son aglutinados fen una misma idea no obstante que ostentan obvias y profundas diferencias légicas y materiales, Si se intenta definirtécnicamente la idea de debido pro- eso resulta més facil sostener que es aquél que se AL cucese cenwornoceso _adecua plenamente a la idea l6gica de proceso: dos suje- tos que discuten como antagonistas en pie de perfecta Jgualdad ante una autoridad que es un tercero en la rela- isn itigiosa (y, como tal, impartial, imparcial e independien- te). En otras palabras: el debido proceso no es ni mas ni me- nos que el proceso que respeta sus propios principios. Esta concepcién, que no por sencilla es errada, convierte €en estérl a todo el inventario que he hecho precedente- mente, 9 QUE ES EL GARANTISMO PROCESAL Sumari 1. Revision 2. Elgarantemo procesat 3. Condlusiones y aleccion 1. Rewsion Ya se ha visto en Capitulos anteriores que la justicia me- didtica que se ha impuesto en nuestro tiempo por la re- currente y tenaz actuacién de alguna prensa amarila y de ciertos programas televisivos de inexplicable vigencia, ha originado en la poblacién una decidida vocacién po- Pular (claro producto de fa inseguridad reinante en nuestros, paises) —sostenida por numerosos medios de informa- cién’— que pregona la necesidad de castrar al violador, ‘matar al homicida, cortar la mano del ladrén, aumentar las penas de los dalitos de moda, hacer que no haya ex- carcelacién, etcétera. Ya se sabe que esta posicién filosdfica se conoce en el derecho penal con la denominacién de solidaria, genera- dora del solidarismo penaf y éste, a su tuo, del solida- rismo 0 decisionismo? procesal, y que se caracteriza por " Convertdos hoy en juses dttvos do ls conducts de los hombres 3 ‘pare de ta noble nelcencia dl Poder Justi cays ponunanien- tos, ademas, conscionan graves Ya soha vo onl Capo 5 qu so ntonde por or solvaro ol mostrar o| restr edhesino apoyo ana causa ena Ke de cul uel sald. inscerado como una cortnie destiess a ayaratisurenta aos de. ‘nie. a noc se ha empuesto hace aos ono derecho penal paar ‘mania, n ol ceocho process pan donde easton sures umoroos Ho {Gis arimados de les mejores muencones que, sarandowe can a viania ‘en Slo, tan co ovr oa en eta Se roviizacon que pain ‘por por eee, con serra veamar ste movimiento decay jada so he extend también hate tos rocesasas qv opera ene campo doc, dons ha ganado ramerosos YYapasionasos aden. FReconsico qa a le y la bandera que clos desplegan son resimente ‘secre: c tata nada manoa-— uo de mjd a i po, (quo se hala malo por dofendea, tetra ero cuando un use adopia esta postra en el proceso no avi aut ‘slomatcamente, deja e lao lo que siompre ha do sor iesticto ‘umplmiono es propio ceber de imparcaldea ¥. de eta oma, wunara 1S uaa procera > Yas vitamin ques conoce come decisontie al novia ema par carts oces salts que reauoven sigs quetau son prevents ‘oe pores itreeado ano exc do sus propo santmionos orga. {tashecie une las pare, sn sence viclados cone ordon egal gers A. cuecse canmmsuopnacts, la tendencia doctrinal que procura denodadamente que los jueces sean cada mas activos, mas virles, més com- prometidos con su tiempo y decididos a vivir peligrosa- ‘mente’, con la Verdad y con la Justicia, En contra de esta posicién existe otra linea doctrinal afe- rrada al mantenimiento de una irrestricta vigencia de la Constitucién y, con ella, del orden legal vigente en el Es- tado en tanto ese orden se adecue en plenitud con las rnormas programaticas de esa misma Constituci, En otras palabras: los autores asi enrolados no buscan {un juez comprometido con persona, idea o cosa distin- ta de la Constitucién, sino a un juez que se empefie en respetar y hacer respetar a todo trance las garantias cconstitucionales. ‘esto se conoce con la denominacién de 2. EL cananrisuo PRocesA Se colige de lo ya expuesto que esta posicién filoséfica ‘que se muestra antagénica con el solidarismo procesal {no quiere ni admite castrarni matar ni cortarla mano de nadie sin el previo y debido proceso lega);tampoco pretende que no hhaya presos sino que los que lo estén se encuentten en esa ‘calidad por razén de una sentencia judicial), se le da el nom- “Esa aso, an ropoia actuatmont en el pocessisme procive ainta= ‘arin uote deasioismo juceal on In Argentina, perenece ang ‘Verda a Bonito Mssoin yuo ala en una arenga a sus camias ogra ‘ue, eatanco La giounezz, sa lanaban «omer Etopa A. aucesa cxmumeuornocesn, bre de garantistao libertaria (por oposicin a a antagénica, laramente fotaltaria La voz garantista 0 su sucedéneo garantizador proviene el subtituio que Luigi Ferrajoi puso a su magnifica obra Derecho y Razén y quiere significar que, por encima de la ley con mindscula, esta siempre la Ley con mayuscula (a Constitucion), En otras palabras: guarda adecuado respeto a la grada- cién de la pirémide juridica, 'No se me escapa que las banderas que levanta el solida- rismo (la Justicia, la Verdad, el compromiso del juez con su tiempo, con la sociedad, con el litgante mal defendido por su joven o ignaro navel abogado, etcstera) ganan adeptos ra- pidamente, pues zquién no quiere la Justicia? ,Quién no ‘uiere la Verdad? Pero no se trata de abandonar o de susttur esas banderas Para siempre sino —asi de simple— de no colocarias por ‘encima de la Constitucién (ruego recordar que los eign pro- ccesales nazi fascista y comunista sovitco pretonden un juez ‘attamente comprometido con la flosofla polfica imperante en {gobiemo del Estado. Y ruego también recordar en qué y cdma terminaron los palses que todo ello proclamaban...)* *Eltema hae ya argament expieato eno! Captso 3 * Hay autres que ionizan con esa aman y me inpstan av, con ala, pretend nsauarla mira ya inusicio onolproces. Neda mas lado de Ibveaad. Lo qo afro es goo ez. por busca eval purer sube- ‘ode austen qu Sempre ha de roca no dob doar de camp ‘undamenta rio qv bon razr eco os juecos, que casi en te lrefecivamor ls derechos ramet enls Consshsonyen Ley, c20 lo, petit of mardenimiete dea paz en a convene soca Reouerde el lector que la Inquisicién espatiola, por ejem- blo, procurando la Verdaa y con la confesada vocacién de hacer Justicia a todo trance, institucionaliz6 la tortura ‘como adecuado método para lograr los fines que se pro- pusiora. El garantismo procesal no tolera alzamiento alguno con- tra la norma fundamental (que, en el caso, prohibe la tortura fe cualquiera de sus manifestaciones); por lo contrario, se contenta modestamente con que los jueces —insisto que ‘comprometides sélo con la ley— declaren la certeza de Jas relaciones juridicas conflctvas otorgando un adecuado derecho de defensa a todos los interesados y res- {guardando la igualdad procesal con una clara imparcial- {dad funcional para, asi, hacer plenamente efectiva la tu- tela legal de todos ios derechos. ello, particularmente en el campo de lo penal, pues las la libertad; > la garantia del debido proceso A. cvtesecxnmnsuormocesn, > y el goce irrestricto del dia de audiencia previa en la Corte de Justicia, > donde todo ciudadano tiene derecho a ser juzgado imparcialmente por un juez > y colocado por él en pie de perfecta igualdad frente a u contradictor, > con absoluta bilateralidad de la audiencia > sin a asuncién por eljuez de actitudes paternalistas coon las partes 0 de tareas que no le incumben conforme ‘con lo normado por la Constituci. Esto es —a la postre ¢ iterativamente— lo que hoy se ‘conoce en la sociologia judicial con la denominacién de garantisme procesal. La trascendencia de la eleccién garantista es obvia en ‘Ruestro mundo y, particularmente, en la asignatura pro- ‘cesal: hay temas estudiados en ella que son eminente- mente técnioos (preclusién procesal, par ejemplo) en tan- to que hay otros que son decididamente politicos (si los jueces pueden o no, por ejemplo). Y todo lo politico tiene ue ver con el ejercicio del Poder, condicionado desde siempre por un cumulo de factores conocidos: la econo- ‘mia, la sociologia, el derecho, la iglesia, las fuerzas ar- ‘madas, los sindicatos, los medios de comunicacién, etcé- tera, etcstera, odes ellos son medianamente controlables, cual se ha ‘comprobado en la Argentina en las utimas décadas. Pero aceptar sin mas un nuevo factor desconocido hasta hace poco —el solidarismo judicial— parece realmente peligroso para la vigencia de la Republica pues, soste- nigndose al socaire de la interpretacién de Ia ley, es ma- terialmente imposible de controlar por inexistencia de or- ‘ganos con competencia fijada al efecto. Ya sufriendo en nuestros paises el fenémeno desvasta- dor que ha dado en conocerse como globalizacién, nos tencontramos inmersos en un nuevo estatismo imperia- lista diferente a los conocidos hasta ahora: el del dinero, rnotablemente més importante que ol del puro abuso de la fuerza sin logica, Y la tranquilidad ciudadana, al amparo de las garantias prometidas desde la Constitucién, no puede aceptar des- preocupadamente la existencia de un factor incontrolable {que puede llegar a poner en juego nada menos que el valor libertad. De ahi a importancia de conocer el tera, alo cual aspira Contribuir el texto de este libro.

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