You are on page 1of 88
vs La Risa del Cuervo Pai) - LN ehusen? a ‘Thomas de Quincey titores Ltda 1 EA Mame 1 0 Aira Mind 1992 "lnman de Quam Bor da, Aparad 0307 Sst a Bog D.C ASST Condado Adib Grom ‘Sigrid portads Peo Sire ‘Arms cesta lunpnsa por Conor rae Bed, nanaB ae de Rota D.C. Caensia sepa sn aon Itapeoen Cslowtia ein Coton * PREFACIO SOBRETA RISA DEL CUERVO 112 ana pagina suya sobre Walt Whitman, José Evbtert habia de le trenecio con que. aquet ‘ecompants in myerte & Abraham Lincoln y al Sentirque las palabrdsde Whitmuin cubren de luto le tierracy que ésta es casi el.inmenso feretro de Linesin, decide que esté ante algo "mads hermase, extranoy profunde que Eleusrvo” de Poe, Bs bien ‘claro que el Into por Lincoln y la expresion poética die Whiunan interesaion mds a Murti on sw ‘oneepcivn dela vida, quealereadar de atiteratura polietaca, eventista deinpacto inotidable,con st inieBla funerad y una sabidurta artistica que exlinularia graniies eonteraporinvos del posta Rbertudor Marts, como Baudelaire y Mallar. in Larisa del cuervo de Alvaro Miranda encontramgs yet un eomienzo de tierra firme para Ja ponsta, donde convergen sin decretomiprograma ‘lguno las ensofaciones delartey las pasiones de Te lucha, sin desconfianza por el arte gue pone en luca ta historia enteracomo Poeo Rimmbaud:yang Aabré lejanta entre el mundo herdico de liberta- ores grandes maestros americanos que intoresé aMartiy elereador de“Elcueroc”, del estribillode Ja melancatta de “El coraztn reveladdor”, de fa Pavoroea “Cela de la exon de Usher”, de “El tonet Gz cmontillado”y de La verdad sobreel easocdeM. Valdemar”, Eista enumeracisn viene & cumto porque ios aqut nombradas relatos de Edlgar Allan Poe son del mundo donde las tumbas paipitan sabre los vivos, la muerte se deshorde sobre el da, kay Duontes entre la vida y la miterte que no por artificiates serian menos impresionanies, como e! hecho de gue M. Valdemar hase muvrio hipnstico J ésto lo mavstione inovrruptible: deshipnatizarto seria asistir o tas etapas espanduvas de descor osicidn hasta el polvo. Deantros ast vienen las voces que componen La uisudlel cuezvo dea lbare Miranda, pero guecon si danza estremecen sisticamente muchos asuntos Que interesan af continente eolectividad, ¥ no son Ge Peo, aera mas bien proxinas « las danzes de chirimias y jaripeos entre ios esquetetos de Joss Guadalupe Posada, menos metanediicos aicrmentados que tas aimas en pena de Pedro Paramoy levienen muy bien ios detatles relatados ex el capitulo séptimo det libro segundo de tos Comentarios rectes cet Inca Garcilasa de ta Vega, donde se habla de ia eonducta de fos pernanos aborigenes averce. de sus objetos, aiin cabeline y Wflas, quasecuidahan poraeidiadela resurrecetn; elles euidatan de que iodo fo correspondiente at 6 : 2 ! i : yuedard en alguna parie en cierto orden, Jura ndsegporar on lus prises do ee pri BL dullicia y las fanfarrias que salen de las tumbas dende ha pugnado con su palpitacién caguda ef corezén. revelador, ing fiestas de los esqueletos que buscar sts carnes en el dia de lx reauireccidn, bailan en las pdginasde Miranda la cucaracha @ toda vela, una cuccracha que %0 se nombra, aunque eso sf, camoen loa fempes cuando cadaigeha wito et gran Pancho Villa, eon todo et zapatiao y las cananas puestes. Pero son més defini, mds nuestras, son eimbatos de nuestra guerra de tiberiad, una alquimia que ircta de revinir para solar eentza por evniza la anatomia dinémioade lo que tanto fuepara nuestrahistoria, dela Expedicisn Botanica, que Miranda nos hace civiren pleno trabaja cizntifica x hueror cote can las imagenes de Humboldt y Banpland, La expediaiin en ésia imagen insuperable de ta vide ‘intelectual de aqellas tempos narra ta novela en contragrunto con (a cabeza de José Kélix Ribos, pariente politice del Libertador Simin Bolivcr y ‘glerrora famoso de {as tiemapos Bolivarianos de ta Guerra @ muerte y que usaba gorro frigio en st calvza que fee expuesta en Caruces en una joule yen cuye crineo anide wn pdjare, segin cuenta istoria, pera que es para Miranda como la cabeat iticade1 Popot Vuh, Jacabeza donde std revivido teedo aguetia, donde ia danza macabre de tos luchas entre las primezas hogueras de la indpen doncia amerivana tienen una vida verbat ges capita sin duda la tatercia en el inconseiente co- eivo, Ribas anda por todas partes como un capantapdjaros enloguecide porque se le ha dado' _pensamientoy movimiento; esaigo camo un stmbolo de la materia genética fundamental de: lo que significa Siradn Boltour, Manuela Stene ensure suerte de reine de los muertos, deseos elementales 9 violonios turbanen éste libro el suelio de eu Inuerte, pero es verdad que esta entredarmida, como 19 esta en muchos de nosotros ia imagen de toda aquella: lucha de libertad, mds tnsistente mientras mas anacrénica se. vvelve frente. ¢ la uerra moderna, oo Esel libro de un poeta, puede llamarse novela 4 puede estar relocionado con fa historte de la. Independenciay con el Romanticismo anericano, tanto como el de Bolivar como et de Edgar Allan Poe, pero no tiene un rengién. de historia ni un ‘parrafode prosa; tado es erencién, est en el reino dela poesiacomo laentendieron Grecia yeichileno moderna Vicente Huidobra. Agué viven muertos gue en nosotros viven come pensamientos, agué ierscin cabezas decapitadas. Esto no se parece’ loshechon reales pero si ala verdad, porque estin ppresentes por lo menos trespersoias para las cuales la pasion’ par to que fe la libertad Bolioariana era incorruptible: e insobornable: Ribas, Humboldt y Manuele Sienz; aparccen figuras desmemivadas euyos pedazoa pueden todavia entendarsecomopersencsientesauncuerpe, uedex pensar y no.en aquellos hechas, sinw en to ‘que les pase ahore que estén deseuartizados come Tipac Amaru o Antonio Galdn, que son otros irreductibles simbolosde aquetia causa, presentes y ritwalizados en su resurreccion, Bn éste libro 5 gaydne-éomno -marionetas -vivas vestidas de slamandra para seporterelfxego de tida guerra: a ‘comin, su vida cotidiana, peroagutla guerra esta piste come undt carnicer i eircence entre hogweres yin muerte como wr incesante buscarse de niembros deseuartizadas y partidiarios puros de caquella causa. | ; 2m exsombrecer ek humor nn romani in yiler por una palabra ese ‘enti esta Prroguiberoe queaeconnaturalaartede Miranda. Gate libro busea férmulas de salida de la muerte, de Hominiossobre las claves de ios cementerios para Iosseressimbélicos,escdlecir,losde videstotalmente identifieadas con una causa que crea 0 cred sentimiento comin, Buscan esas formulas con la Iniensidad. de! Libro dle los muertos, aunque préfiera'la risa a la incomparable solemnidad facerdotal de nquel tivo egipcio. Con todo, pese & Ja diferencia de tono con el Libro de tes muertos, Larisa del euervo tiene gran calidad rituai, emo bro de poeta y sus recursos puramnente noesie0s. ¥ tan fascinados por lo Bolivariana y Humbatdtiane tomo por eé destino del gran sonedor de temperamentos y ertmenes sutiles, Rdgar Allan Poo, perniten erear una. arquitectera fanidstiea de ‘vltraiumbe, une red comienicante como un acueducto 0 como un taberinto 0 como un sistema de caminos cambicntes 0 une geogrssfia donde en etdad: los muertos continusran ta vida y las peragrinaciones, como querts ei antigua. Egipto. Bex rid. comuniea et pats de los mitertos con ei mundo de tos gudcharos, que son aves de ioe rents de tas eacernas donde noentra la wey que fueron estudtadss por Humboldt El pudcheon ne ma baitro elo ta oseuriiad menos funeral gue ol Srureidlage, parvee mids hacia la lux que havéa la muerte, El hechode que ese mandadela ultratumba de ia risa del cuervo Zo suche un poeta qu no tune gue Ver con fa guerra Dolivariana y que maria Fimloads y delirante un dia de eleascinnee on Rallimore del siglo XIX, después de mumrtar Ye Bieratura con wn ests 3 un munderirrepotlog Hantes distintos del styo. La mesa donde hidaes oe ascribe al final de La visa del cuervo, la moe onde se encuentran af suatio de Edgar Poo s ine muertos resuettables de la historia de Amerion t wravts de la eseritura y ge entra y se sale por la ache de las tumbas a pesar del tanel de ta maiamorjosis, es como ta mesu de cirugia de tng enctuntras sorprrendentes de Tetromont, Pseplicabicgue para un poctacomo Miranda, Pee, eh insustituible, ef escritor mas extraanPing, rio de América, ef maestro supreme de grandee Rodtasconto Baudelaire, Mallarmé JeetAsunotan Ailea se encucnire on relacion ide ereador ike mundos con tos personajes de mayer signipeacion 0 spective en gran parte de la historia politica Paani Eh Ubrodelsamatin Manda dexinde of caruine inieiado en {a ciudad de Santa Marta donde murie Bolivai follewaa un acuerda con fa ran Literatura Ronitntica den la muertsy ta bi son uatmonte bites, Hratura 9 els por la libertad iguatmente aparentes.” Aaut fa literatura mésterioea » exrepoional de os rarosde Rubin Dariay lasctudades indigenas que se erguen en cada pagina de Marit, coer ennuestra identided ain contradiccitnatewna Fl “cur de mune ms’ de Poe puede toner rain, ‘mds la tiene ahora et cuervo de Ta risa, 2 Eaevaielmiatero ene ual die fa tur gue resite ol Rey Arturo encanindo, el cuervo que suarda ia inmorialidad de Arturo 2b euervo que on lop tradactos y las historias del fenguaje Figure como uno de tos anumates oapaces ds hablar en aigunas casos y, finalriente, of cuerta det Fopot Vth, que tray ai hombre la notsia de la exsien- a del mais, Esa noticia 2s of inicio det ‘muna indigena de Guatemala del hombreameriearo, e siritodo permanente de ese arigen. Augusto Pinilta sBteAncentre los pastizales del Llano, Dela noche ‘urgié. Gan plaga de mosquitos que comenzd a ‘zumbat schre fos hilos de sangre gue corrfan por a Bspalda. “5 Puchi -repitié -sf a lo menos apareciera ‘Bolivar para que espazte el cuervo Se tamboloaba ea su andar sin rambo con ta cibous déteaida enire sus manos, como siel norte ‘quedara alla donde le parecia escuchar Ios cascos ab los caballos aue galepaban entre las piedras del a {¥ si‘son lon hombres de Morales? -Pregunté. Rhél cielo, evervo extendiasus alas ¥se deiaka Mlovat porel viento que loalzass sobre ta Hlanura ‘De'rspeiite un geaznide, un rapido aletazo yuna ceafda sobre los hombros de Ribas. ibas!—Oyo decir —jRsbast "Lt vor lo liamaba de todas partes, Giré vasias ‘veces el enerpo para precisar ins gritos que se oblaban tens el goipe de sus pasos. Apitada, detuyo su marcha, Entre sus plomas el brine de una lagartija estuva a punto de hacesle soltar la cabeza, Se aourruve en la noche, e medio de la llanasa que se hacia iaffaite a los enatro lados del horizonte. Los sintibllegar, bajarsedesuscabalze Guras. Pisaban fuerte y oo: las hojas de les machetes apartaban los matorrales, Maldeciaa y se aproximabaa cada vez més ab Ingar done shora se habia oceltade. El euervo eatre tanto estirabael pico para fjar su mirada sobre Ribas, De salto en snito legé hasta sus hotus y ae que aya lade con la raamsedumbre de un ser apesa- Gumbrado, Ribas puco vor de cerca aquellas alas que tantas veces ‘0 acompanamn, Algo le hacia pensar que sequel gnimal le perscymain desde toda sm vida. Posde in rama de un arbol, desde Ja acequia, desde los playones, 6} animal lo espiaba, Saliaba en sus dos patitas o volnba a medias, como si se tratara de us pichsn recién salico dal huevo. Derepente,ennodiodelabisquedaave hecian Joy hombres de Morales, el animal chills. Los soldadoagiraronalesencharel grazsidos hiieren fuogo. Los fogonazs cruzaron la cscuridad de la noche, Ribas, ante la descarga de la fusileria , acroyé Ai avele la sebera que die algunos bates enixe los pastizgles. A tientas la bases cen i ta quepude de nueso-cogeela deles “Cruse, enae’, grazné el euervo, Detnie de ou vueloelag da su rise seagité ccmounacaaspanada soa. —Ahtva Ribas -tritaron los hambresde Morales, ence varcennei irene eee aj empe que eoSalaban ol rumbo que tomabae: gve, Nuova careajadae repercutiron er Ie Geouridad, Bran les sldadas los quefestejaban eu Geurvoncia. Aquella algarabia preci moatane Galas cabalgaduras para irse ean ellos ai galope, flss profundidacies del Llazo. Slo cuando estovo seguro die su partida se atrevié a salir de su tsooadite. Sobre el viento permanecia la misma fnube de moequitos, Aturdido por los insistentes gambidos de los insectns, comenzs a mataxlos a menotazes conta su rostro, Yn wedie de las Headnrasrecordé la querte le Boyeseneleombate Ge Urica. Pensé ex su propia derrata, en aquella hruida apresurada por Tumanaco, acompafiade lo de um nogro que se ompedaba en heblarie de Tiricacomo sa Ultima batalla. Veneido, sin ejéreito, miraba hacia el harizonte que oe le atrevesaba prcsiso pero inaleanzvblo. ~sPucha’ -Repetiay de naevo,enlomas perdide Ge dus gus fos cerrades, vein al nogro que se agazapaba entre la espesura, a la espera de entrogario asus enemigos cuando se Gurmiara. Sohé con un Morales, casi voldtil que Legaba eo Ja intenci’n de apresarlo, pero 8], niomtade en wa carvuaje que conducfan doncellas, gansos plascados ¥ Antinoo el ceballo de su enewige Boves, ealudaba oon su gore frigio a los cara quefios “Simin”, gritaba Ribas, y Bolivar, desde%os, evolteata el rosiro, “!Que le corten la cabeza”, le precié escuchar. Desperté Nadie estaba a 50 alrededor, Il viewio dal Llano soplaba sabre su ensangrentada charretora, H'staba de nuevo abi. ‘eousu cabeza cortada entre las matioa “Es tiempo do partir’, se decfa entre dientes, pero sus pics| soguian fijos a.la terra. Sélo ahora, cospués de} ‘es horas de Ia ejeenci6n orenada por Morales, entendia de verdad quelehabsancortadolacabera -yue con ella, debajo del brazo, st ballaba perdido 0 la inmensided de aquella estepa del trépico. Mrs con rovelo a au alrededor. El poso dé le cabeza coments a maleatario. No sabia si oral major dajarla en of pastizal o seguir adelante slo con su cuerpo. La soledad. sia ruidos de guerra, interrumpida por los piquetes de las insectos, lef hizo pensar por primera ver en la necesicad de ceuparse deo que min quedahades!, Recordé.cue} hacia mucho tiempo no s¢ miraiza en un eapeja. “Ya habrd tiewpode llegar ala puarta del aspejo’, se dijo, la vez que intenteiba cilocar le cabeza en| ‘otto sitio, sobre las horabros. Algo le faltaba. No} encajaba'un lugar eon otro. Los bordes mache- teados comenzacon a nrderle, Mardié ans labios a la espera de aliviar of dolor. “Estan reresos’, muro) con le Jengua afuera, como si buscara aminorar la sed con aquel gesto. A cada instante! Jo erneian loe deseoa de engranar aguellas partes ‘que el machoto habia logrado soparar de un solo! taja, Alzaba Ta cabeza y Ja dejaba caer sobre el ‘mufion delevello,ala espera de colocar los ojos de; frente, enconcordanciacon su pecho, ex ls misma ircecién de Tos pies. Desesperado, dacidid hacerla| irar de! todo, pero Ia eabera quedé vuelta hacia: su espalda, Una vez on esa posiciéa la retorns espacio para escuchar el ebirrido que haeian las duspariesalencajar. La cabeza nsistiaentorcorss, Le eafiitise hacia los lados. Con una de las manos: fofdoson lugar conde podene seniar. En ee perepresupa que loque mds aeceaitaba noara un espejo sizo uns silla, “Solo unes nalgas seniadas idozqve haa caminade los pres sobre 1a Hermydijoy elsileacioloapabn!lhastaempujarlo Bermilge sobre el suelo. Tomé aire por la nari, pero no le pasaba a los pulmooes. Entraba a !as fosas nasales y salia por ct agyjero dol cuello, Un. Titinuento de desespernnzase le atraganté ena garganta rota. Quiso gritar, Hamar a aus amsizos Aglalogia, pers de segure los unicus que oirian sus geitos sorian los hombres de Morales, sus propios Yerdggus. Opt6 por quedarse.es silencio, Cercade aif se essuchaba un arroyo. Se dej6 guiar por el soriido del agua. Tenia sobresielcansanciode una garea movena que padece por el paso de la vids. ‘Los pies n0 le obedecian, tropecaban contra todea jas‘piedras del camino, Ya.cerea del agua se dejé caer sobre la tierra. Con lentitud y precisién se Rodich a arzojar manotadas de agua sobre las partes cnrtadas. Aquella limpieza lo hito sentir fresco ysegura. Oficioso, con lacabezabien tenida, alzé la mirada alcielo, Elsoniée del agwatoatrass ‘Sus pasos locncaminaron a] centro dela carriente que hajebe sonore entra Jes piedvas. Por un momento los mufones s¢ acoplaron. Su primezos: radviznlentos fueron lentas, uoompasados. A cada paso alzaba las rodillas sobre la superficie del agua, Con los brezas abjertor quardaba el equi- librio. Habla comenzado a suspirar de emocién invadide por un temblor repentino de alegriz, ‘cuando sintié que su cabeza s¢ iba de braces, Gon vardpidomovimientede manos logr6suspenderla ‘de los cabelios antes de que cayera al arroyo, Sus ojos, ala altura del ombligo, tenfan ahora ctra Gmeusidn de) mundo. Su os:émayo so convirtis porequelinstanteencleentrodeluniversy, aunque ids las Yarzas sobre los morichalesestuvieran masaltas quo aunca. Nosabia con exactitud siera ellatir desu corarsn oe] gorgownde ses intestines Jos gue ahora ie pedian alge de comer. & medida aque pasaba ol tiempo aquelios ruices comenzaron | aescucharse eon mayor fveuensia y ciandad, hasta queexpios:onaron.con une furiaineontanible entre sus nalzas. Llegé a erver que pensaba a través de aquellos ruidos interiores como si se tzatare de un tocke que no padia dejar de cantar, De su garganta emergié un auilido de rabia, Ales ] Ja cabora mds allé de olla misma, por encima éa aquel luger vario donde solo corzia el viente ya | arrejoa lacoriente. Se esetach6 primcro un golpe seco, un ehapalen da derrumis y de inzsedizte al resonar do lode su cuerpo que caf alagua, Ba, Ja corriemte, de ore a erilla, Ribas observ ld noclig que le venfacneians Ba lyallo transcuerian Jas estrellas. Embarcads en su peosio ener, empon6 a repetir el nombre de tas constelaciones die todas agueliag que enumerahe y seRalaba ante su trope, @ la eapara de ser regonocido en auloridad y sabidurfa por aquel mervo, su nico testiga, Poco a poco gus parpadca ae cerraron bajo el ratilar de la hor de Venus y la constelackin de} Barco. Per sus mejillas eomenzaron a rodar as, iserimas y 0) Liano a su alrededor dejo oir ol cantar de grillos y chicherras, Ya para entonees el is efio le impidié ver al cuervo que planeaba sobre 2 snl aa deseo ath poradejar coor Sus garres sobre les eabellos.Y asi, furante horas, cabeza, tronco y animal bajaron yr el FOV, _ ‘Solo cuando Lubo cespertado supe Ribas que, cabeza pendia a mas de tres metros de altura 2 op une lea, den Orga eu desde aguel Ingar el Llane se pudiera diviser en aetna soar tomas oe laguna gel Morales- Con gu urifurme realista, cor Ta piel Yronceada por el sol, Morales, eseachaba las ‘exphicaciones del pardo, Bi oficial, com dfeuitad entornaba Jos ojos para mirar aquelia eaboxa mojada que no dejaba de escurrir agua por los filos de unos cabellos desalitiados ¥ rubios. ogc ina bogus Moe, EEE cin enone cre Enel euelo cl evervayacia gon las ales mojadas ee ae In y que se io coma Bolivar ~grité 01 ean, ~{Le mandamos el cuerva # Bolivar? -Repeso el scldado. No, animal, 1a caters de? general Ribs | Ribas fingta dormir. Cerraba fos ojos eequre de que asi los soldados no to verfan. “No estoy aqut, ame he ido para siompre”, se repetia una y otra vex Soret ney Got omvener 2a pass pensamientos de cualatier esa, menosde saberse de quevo prisionero de sus enemigos. Entonces decidié morirse, Buscabs la mus ‘en sa cabeza, pensaba sdlo en clla, poro la muer se negaba a venir para llevéivelo dé una ver todas. Records la historia que Siméa Bolivar contaba allf en Cmané sobre Condorearqui, indio peruano que se hecia lamar Tépac Ams ¥ que resistié varias veces los empujones de I muerta sobre el calslzo, Veta 2 Bolivar venta: Junto al fuego con une guerrera do hnisar inlet ‘pantelones’ escarlaia de to mismo, ancho gal de ore x ambus lados, un sombrero de capil general con una phuma prusiana muy grande’ ‘unas botes onormes de dragén con osu pesadas decrodoun largoineomodisimo. Hable ¥ riszelo, Bl Jibertedar eaminaha entre la troy que yacia a sus pies, atenta a sus palebras fig de ou boca como ssetrataredeuns cata “Lo aporrearon, le arrastraron metido en unos surranes, lo escupieron, leataronde piesy manos Ye cortaron Ie Jengus y nuevemenie se le dh tarrotey asido de Jas extremidades como estaba, quisieron que cuztro cabailos iopartieran, pues a} cads une de les bestias las empujaban a hitigo bbacia una direceidn diatinte de los ramtos cardi nales. ¥ of indio aguanté y entonces decidieran| cortarle I cabeza”. ‘Ribas quer‘a morinee y no podia, Cexreha bien} Jos ojas, mucho, como Io hacia de niSo para ver| estrelitas amarillas 0 gusanitos azules adentro} @e los pérpados. Llamaba una y mit veces a Ja muerte la muerte no venie. Sabre ia noche al cucrve refa, od jasy el onimal revoloteaba de neve 2 eects earn A Plaaciontecomenzaba a subir con Sigg Basta we oot pee mere No aque hacer fuerza cua aguel ealor que fine ‘abrasar. Al26 los ojos para ver e? ued’ amarillo e hirvionte, cuando el cacrvo vole Buimpedic.con, gn everpe gue la luz dol sol le ule gal abeicisslaajustocobee pisaray se quedaba inmovil, euspondido ex Je tad goUeielo para ampararlo hajo su sombra. ealié,lanzar un grite de degesperanion. El Sa asi doiameciot, Abvia sabe le oe mia podia para que sas gritos 5 asparciera Gengra\el Horizonte, pero les palabras se des: flor abag sin fuerza contra sus labios ome si ce Hrataraede’in mureaullo, FuAbajo, cerca del otro extrema de la lanza, plzunoe de les hombres de Morales hactea-uns hoguera, otros dormian oslistaban suspertrechos Be guorra. Nadie pareci escucharlo, Estaba en realidad ciuerta, Bi nadie Io escuchaba ne perte- pécia a este mundo. El siempre gustd de ser cide pare contizee vive, “Murmmalios’, murmur, hasta ‘que’ mna sensaciéa de sod le Hend lu boca. Bstaba sedienta da tanto hablar. “Teugosed”, dijoy nadie Je guntast6, Con-su masilar inferior desgonzado ita Tengua escurvide, capers e) paso del viento ppara que lo refreseara, Las moseas, sin embargo, fueron las sinieas que Hegaron para ponerse al interior de su boca. Las pocas que loge6 escupi le ‘confirmaron sus sespecha: estaba seco de salive. Cansado de ser quien era decidid cerrar sus 908 pars sofiar: Ethombrecaminabe sobre ia Lune. La coledad loaienazaba hastaguepudaesctcharel graznio | del euervo. Quiso mirar hacia atrds, vero records que enios suencs oscuervorno tienen importancia | Peru algunos hombres, Avanzé varios pases sobre fe buna y el euerva insistia en. lanzar oon faria sus | gritos sobre la humanidad. Desesperado ante ios | Hamades del ave decitis voltear tn cabeza pare er que sucedie sobre las secas huselias que cl tiempo habia dejada sobre el desierta dé ia Luna, 4 EL cuervo ahom reia porque era un animal | impoctance ef cunt todos los hambres prestaban tencién en sus suetes. Pasé el tiempo yel homize que caminabu sobre Ja Luna comensd a buscar ou cuerpo, Tocaba el lugar doade debian estar sus piernas y las mismas manos no Jas yels, Descubrro qui el cuezve habia, eepertado y que al hombre ni adentio mi afsora de Tos suetios existia, _ Hi29 wn esfuorzo por despectar, por abrir los ojos escapar de cqueiloquelo rodeaha, Sélologs6 comprobar que no dorm v que tamzoeo estaba sauerto Habia perdido su cuerpo. Je vela abajo hhaciqueaiioyy mardido por les perros. Les hombres de Mores le arrojaban piedras y palos que Febotaban © quedaban atrapades enira sus} extremidades. Las pruebas do punteria anmen. taban a cada iostanie con la Heguda de nuevos competicoves. Las lansxevolaban sobresu pechera aul, levantaban ta tierra de loa alrededoves 0 se ‘éavabaa con precisiGaen sn casiadn, Lo arrastra: { ! i % yon de wn lado a otre del campamento, Inrifaron uaa y mil veces con dacos de enernos de vaca, hasta que exliaustes lo ebandons.oa al ledo ce ana mata do peingamazn, La mirada do Ribas sequie sobre s& propio cuerpo con une eomapasién que lo esizesDecia oosro si se tratara de un dolor por otra ser. Ansiaba ser st. propio sepeltarero, bojar su catieza de Ta lanza y enterrarse con sus brazos de une vex por todaa, Intenté en varias ‘ccasiones descender, pera al girar la eabeza silo consegufa maltratarse em cl Al de ia lanza. “Ojala venga oi euervo" y se corprendia de llamar al animal y no a Bolivar como Yo hizo en otras oporsuntdades. Otealael horizonte ale espera de tener de nuevo ayuella negea eompatfa sobre sus aipellos, Le parecfa ofrle cantar entre los azboles, crazar asaltos la raya de] horizonte, alatear sobre Jos pardos, nara detevesse por iltimosobre agin palmiche, Susoidos fueron los yrimeros en escuchar ubos Jadridos lastimeros gue ventan revoleados por Lae brisescesdela lefania yque poce a poorae posaran con toda claridad sobre sus eahellos. Alit 4 estiraron hasta yolverse uy finos, casi ieiper ceptibles, Ribas, al fival, aeogid aquellos ladridos somo si se tratara de musicales arrullos, Detrds de los Sltimos quefidos aparecis wna manada de perros enjutos ¥ sarnosos a cuys eahoza sha un sétter irlandés. Con salts y graviidas et anicaat {Jefe organiz6 1a invasién al ecrupamento. Desde lo alte de Ja Iara pudo observar sino vunas patas larga y pelucas se encaminahan acu cnerno. Bl perro jaded oon su boca abierta eobre quel bulla uniformado. A tirones comens esprender loshotcies dela casaea, De wa fuse taragcdn ling a rnorder el alfier de la racdall euya punti le atravesé el labic. Bntee ledsi Tastimeroa, Brtos y risotadas, el perca se dio 2 fuge haste perderse entre In maleza, al tien aque sobre Ribas cafa un tropel de patas que tasgeban 0! uniforme y Te trozahan las carn Ante la ausencia del aditer los otros perros habian apidlerado de aquel cuerpo para eubril on sus battizas y pechos enlodados. Sis hoi ¥ nariexs frias hurgaron los brazos y piera capernaneadon, como si buscarann asf asepuray tranguilidad del refugio consesuido, Desde loalto de la lanza Hibs costemplaia aueva noche que cercabe los alrededares, ‘perros que habfan decidido buscar en él un lug segure donde concilier Ios sueiios perdidos y de por unca hos aquelta fatign de vagabundos q Jes hacia Nbtes sobre el Llano, Log papa earrados y en:noviniento, leconfimarce 2 Rt: que el suet babia toraado posesién de aquell anfznales,hastaaue,conel transcurrir del terme Jostemues queiidos queen un princiaarculla Ta pracera, crecieron de tal forma que £0 conv tieron en eitordecedores auilidos qua g9 estrella ban contra we cielo yuna tierra apretados bao peso de la misona oscuridad. Aquella algarani terming por meterse en los oides de Tos sodas que no fueron ora alternative que salta de sus hamacea yfvstigar con sus aurviagos. Bl orden se! impuso en et eumpamente. El silencio retomd! ara inatalase, como siempre, coma un ave d 4 : §lamnegras sobre hombres y perros que entraban, -auinticos a! suet. Ta-orilla .dol pastizal ruidos exirafos fomenzaron a dosharata: lacaims lograds. Sobre Jephgjaracca se escucharon algunos pases que ‘alentarou'a la guardia, Los ojos de los yardos se abrieron pera adivinaraniresombresla presencia del enonsigo. El cucrvo sacudis varias veces sus alas. “Bolivar”, pensé Ribas ylafantasraal insagen del caraqueno go alaé ecbre su cabeza como un ray0 dé suodios resultados que se negaba entre flores a desaparecer del horizonte. Bajo el {ifeendio de Iss antorchar lag lanzes de los pardes jeigoieran en pie do germs, En medio de la BEGtaciin que anticipaba el combate aparecis, 8éiter con la cola en ristre, Los bianeas dientes de-los horsbres rieron en Ia oscuridad cone #4 thubieran hallado la vida an aquel blancoirlendés 46 manches rojas que reyresaba airoso de la noche, Tranquiles de ao tener sobre ellos una nueva batalla, buscaroa sus hamecas para entrogure al descanso, Bl sétter fue el nico que permaneciSdespierte, Ceminaba de un laos otro con una prise jaconteniole que o obligaba a alzar tuna de sus palas sobre los mmoatfeulos de bierba, Sus ansias eran detenidas s cada instante comes buscara el momento propicio para orinar, Con aio fine se acoraé al cuerpo sobre el cual Reposabeusus companteros dewaenadaparascltar sobre elles un fuerte chorro que propieid de nuevo I atgarabia. Con la cervix enerespada se atrastrs para morday y halar una de las extremnidades de] ‘Cuerpo, La jeuria seunié alos esfuerzos de su jefe. Mandibulas ycotmillos g9 entrecruzaron an aque) 4 arrastrede pochera ybotasdestrozadas. A tirones, se alsjaron eon su press dei campamento, Kibas, | ead Yo alto de la lanes quiso grilar, pero para entonees cuerpo y perros se habian perdido para J siempre entre los frondoscs samanes de giicre o | bales de Humboldt que ge alzabin como reyes ela vegetacién en la Iojanta, ad Parecia una taazorca, Tenia ronchas por todo eleuatpo. Inelinadosobre elewayéhaciaestuerz0a por rasearse la espalda con una phuma de gaaso. Deteis deel corria Altagracia Bustamante con un bovella en la mano para hacerle snbos de alcohol alcanforady . 21 baria, cos prudencia, le apartala le mano sir. perder de vista tna réplica en madera de la eslera armilar de Santucei de Pomerance, que a pecar da sus ovidadios habia sido atace‘la por el comején. toe repetidas comer: farios de Altagracia, las ronchas de los piquetes, las laceraciones provocadas por Ia razquita, hicieron que abandonsra sa preocupasiéa por el estado de la estera armilar y'se diryiera al expojo que repodaba ai lado del aguamunil. Sus utias le aban provocado encrmes pristalas en Jus urazos venlas piernas,quede vezeacuandocspolvereaba rou sullacida. Tabia olvideda su osteo. En el espejaupareeia ahora una piel enronchada que no roschecis como proyia Altagracia insistia en regatarle porsudeseuido zon las valoe del dosel. Ella misme, antes de Yetirarse a las habitaciores de la servidambre, oe p | | aprisioneba ¢i mosguitero con el colehén y la amarrabe por debajo de la cama, de extreme extremacon un corde. Peroal otro tin anecntrabal ai barn co los beams y las piernas enrojecidas por lus picaduras de los mosquitos, aAltagrac Aecidié recursir 2 obros métodos para lbrar al Alejandro von Humbelét de la plaza. Con unat aguja cosfa ol condal a los bordes de Ie cama Humboldt, ai final de eada costura reatizada no] tenia otrazlternativacuemeterse pore dimimatoj espacio ache lacabecara yesperara que] ausa d aves pasara denuevola aguja con c&‘iamo poral abortura de entrada, Plbarén, impaciente durante| la noche par Ia suerte de Ia esfura armilar ds} antucei de Pomeranee, intentaba sale por debs) de les telas del dosel, con tam mata suerte que terminaba por arrastrar al suelo, enredado entre sus piernas, todo aquel velamen de hilos fin Altagracia quemaba entonees petriles erudo ent hhojas de matarratén con e! objeto de bear al ‘lustre visitente do tan crecida molestia, pero ls ‘Unico que fograba com aquellas humaredas era -provoexzle una tos que casi lo ahogaba. Humbol2 no tania otra altgrnativa que paar la naches en: vela, ala cazade los innumorbles mosquitoes quo’ se eolabaa por entre el velito, Cada ver que las! pelmas de sus manos se estrellahan contra cara, brazosy piernas, Altagraciz Busia ante sparecta' ‘oon un fraseo carzado de lavandula y durante horas se dedicaba s esparciy aquella fragancia: ppor todos los zincones. Las paredes, puertes : ‘muables do Ja cata terminaron por impregnarse con es hontigentes aromas que-nbocanadas saiian 23 encondide, Aguellas extravagandias san emia ri ‘orsiid los vecinos, quienes, sin may eine hoard on rem seotGa' a Bebro amaritla: Avia hora de los Heahumérios, Humboldt, recubierto del volAtil ego, tombaba su sombrero yapasoapresursde je su casa para respira, eth es uss fon}a ayuda de Aimé Roaplend, surcompaiero de Gdsje, vishumbrar Ia necesidad de escribir una ‘Riotorin ucva w prueba de poillas, Por eco Sealizdha con insistercia toe riegos de sulfato Goble de aliminasy polasto, alhacema y aleanfor ‘pabrebaied replatasdeinstrumentos, documentos ibe, Coan gue Iss proetades ar Te ayudaran en buena parte a desterrar la ‘eat pera ores maser inteles y jambus de puertas y ventanas. Sin prestar-niayor atencion a los decisives enfren- Famiontos que Altagracia Bustamante a Giario ‘gcomstia contra macsquilos y eomejenes, el bar6, Tecostadosubre el eanapé,oyrisha eélo por sonreir. Bonpland, entretenio, continuaba al frente desu mesa ded:cadoal estudic de Ins plantas que habia ‘reeogido aqualla tarde. Entre las pulpas y los holes de daties seoos y Jus espinas de Opaintia oricola florecida, se dedicaba a escribir sin descanse gus notae de trabajo. Pantualizaba ios aszecios mas importantes & seguir dol programa de actividades, en medio de un halo invisiile qve pasosia. proiegerlo de los atagues de 1a plaga. Hhumboldé envidisba aquella gracia de su axnigo, 2 ‘quien podia trabajar o dormir ain ser inquietado | ‘Por insecto algung. Los tos eran europeos, habian Eegado el mismo dfa a las.tieras de la: Nueva Andaluciaamericana, compenetradosdestmisiin sin ema, parects cu et francés eseviera inmunizado ante Ins picaduras, Sobre el cue inetinado do Doesland eu su meen de ana rovoloteatssn los mosquitos 2 prudente distancia, con un zumtbido apacible que parecta acailarss en el mamento en que él alzaioa la vista, —Bstoy bendite’ por la lavandule de Aitagracia-respondia Bonpland slosincerrogantes | de Humbeldt, Fl barén reiaants las palabrasda stt ‘amigo y procuraba matar a los intrusos que llega: bat has sue cactes pars pct Sa toe en cada raanotazo era tal qzze muchas veces peri al tcuttteio.y ae tha contra consoles, forercs y ‘oldtilos. Altagracia, apanas oja e] estrépita, cosria slahabitacién a socorrer a Humboldt que parm necia enredado entre las telae sin poderse zafay pore! ainque de risa qua le heotube juvenil entre Ja bora. Ella, dentro del mas estricto onmpurtae miesto, seguia seria sin apartar su vista de enronchada cara, " we ~Culdese seiur barénte deeia-. Mi marido veurld de mal da mosquitos soplade como un coroncaes, Bi joven barin preguntoba quo era aquello de coroneorny kemujer seltaha im poea su rictus ante les deseonocimianios del sabi. Alejandro Humboldé se hallaba despierte y asomado a la ventana, cuaade la hor de Venus y la constelacién de Barco, que tanto destacaia por sa 30 | | \ | i nebulosa, desaparccieron en los rayoe de! fevante. Sobre ol cielo volzha una bandada de ‘ierwos. “Cuervos”, pens, Al0 lejos, lasalasde los ‘querves 62 [lenatian de tomoa violetavdel aroaneces. or lacalle vio a im deseonceido que se dirigia ‘5a casa con un cuervo metido en una jaula. ‘—Joo, Antinoo~gritabs el hombre e su caballo. La‘ beiosa cahalgsdura bajaba y alzsba Ia cerviz gon norviosismo, Sua menos delanteras rastriJlahaa con fuerza el piso, at tiempo que cartes trasers se estrellaban contra ef antes jartte. El hombre, sin apearse bamboleb varias vyeces la jaula enel aire para que Humboldt desde sa ventana padiera ver el euervo quo Tlevaba addontre. ‘His un regalo —€ijo en vor alta el desconocide —Sabemos que a usted esto ie interes Por orden de Humbeldt, el ama de liaves salié arcibie del extratio aquel anitaal qus lecia joven pera maltreche, Altagracia, una vec lo hubo yecibido, retornd a la eRéa y cerré eon fuerza la puerta, B? caballo relinchd asustads. ~jAntinoo! —repitié el hombre y ln bestis, aminoré aus impetus. Después de hacer algunas ‘cebriglas, en an toro masnyads que Altagracia considers agreste, alas, miQué lo distrute! Cusnde jinete y caballo dieron media vuelta pare alejarse por e! camino polvariont, al barn, sinsalirdol todo desu seepresa, sacheucuerpo por Ta ventana, Sus palabros Hlegaron eo” precisian shasta loa eidos del deseonseido: ~zDonde'lo enconted?~ st oe En los monies de Tumancea, después de baialia-respondié el hombre que hucia esfueray por controiar al animal que galopaba enardeck #1 barén, una ver dentro de la habitacts commen} a palmotearse los brazns y las pierag con laclara intencikm dematar todostos moscui del mundo. Por mucha memoria e indagaci que hizo no pudo estabiscer si cn verdad, Joo ultimos nas habfa sueedido una batalla en monies do Tamanaco. Ratre las colosfaa <0 al cana} a escuchar e?ronea vuelo de las alas de insecios. La brisa los eavalvia en un torbellivo polvo para arrojartos por ttimo sobre una yapay ‘madura que reposabs en el marcodewna venta Altagracia, después de eortarle al cucrvo k pontas de Ins alas, le abrié a jaula para qa caminara sobre una percha que se encontal fendidaen el patto, Con cantos comenz6asiraert hhacia ella para que comiera de su mano u pulposa chirimoya. 3 ~A €l tamporo fe pican Ios mosquitos ~

You might also like