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LOS TRES PERONISMOS Estado y poder econémico 1946-55 /1973-76 /1989-99 RICARDO SIDICARO BIBHUMA i Biblioteca de Humanidades 4 “Prof. Guillermo Obiols" ‘| 3 apr itn i evils edu.ar at bibhumat a Tel/Fax Scan giz Hee a 5 Ms i Argentina > Siglo vel juno editores Argentina s. a. TUCUMAN 1621 7? N (C1050AAG), BUENOS AIRES, REPUBLICA ARGENTINA Siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. CERRO DEL AGUA 248, DELEGACION COYOACAN, 04310, MEXICO, D.F. 306.26 Sidicaro, Ricardo SID Los tres peronismos. - 1*. ed. 24. reimp.- Buenos Aires : Siglo XXI Editores Argentina, 2005. 264 p. ; 21x14 cm.-- (Sociologia y politica) ISBN 987-98701-6-6 I Titulo - 1. Partidos Politicos-Peronismo FAHCE fibiicteca Central Nro. lav. 4ie@\> »RAARIOG.. Portada: Daniel Chaskielberg Tlustracion de portada: Daniel Chaskielberg, Laberintos © 2002, Siglo XXI Editores Argentina S.A. ISBN 987-98701-6-6 Impreso en Artes Graficas Delsur 1 2450, Avellaneda es de agosto de 2005 Hecho el deposito que marca la ley 11.723 Imprevo en Argentina = Made in Argentina Indice Agradecimientos Introduccién Vartidos y dirigentes politicos y gubernamentales 1s actores socioeconémicos predominantes Campo politico y campo econémico Vstado: economia y sociedad 1, La construccién del Estado intervencionista: politicos conservadores y actores socioeconémicos predominantes 1930-1943 Politicos conservadores y actores socioeconémicos predominantes: las lineas de fractura Las corporaciones empresarias y el gobierno de Castillo 2, El Estado peronista y el cuestionamiento de los predominios de los principales actores socioeconémicos 1946-1955 I'l gobierno militar 1943-46 y la prefiguracién del peronismo I'l gobierno de Perén y los principales actores empresarios Los intereses de los grandes empresarios rurales Los intereses de los propietarios de la industria 1a Confederacion General Econémica: los empresarios peronistas? I! Estado organizador y los politicos peronistas 4, La crisis del Estado y el gobierno peronista 1973-1976 Los cambios del peronismo (1955-72) Los cainbios de la economia y de la situacion social y estatal (1955-72) i 14 17 19 22 25 32 38 55 56 63 64 74 88 93) 103 103 108 El segundo gobierno peronista El programa econémico y social Los conflictos con Ja gran burguesia agraria La beligerancia politica de actores socioecondémicos predominantes 4. El peronismo contra el Estado: el gobierno 1989-1999 Las transformaciones del peronismo 1976-1989 La crisis estatal y los actores socioeconémicos predominantes 1976-1989 La década de Menem Primer subperiodo: ensayos y fracasos Segundo subperiodo: desarticulaci6n estatal y extranjerizacién de la economia El Estado y el “modelo” La extranjerizacién del poder econémico El “modelo” y las corporaciones rurales tradicionales El “modelo” y la Unién Industrial Argentina - Perdedores y ganadores 5. Conclusiones generales Los tres peronismos y las transformaciones estatales El poder econdémico Los apoyos populares Bibliografia 112 114 124 129 143 145 155 161 166 174 174 178 189 204 213 219 219 229 240 249 Agradecimientos El presente libro es el resultado de varios trabajos de investi- acion y adquirié su version semifinal en mis Informes del Conse- jo Nacional de Investigaciones Cientificas y Técnicas y de los pro- yectos UBACyT desarrollados en el Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Discutido en distintos 4mbitos académicos, son muchos los agra- decimientos a formular. En el punto de partida se encontré mi te- sis de doctorado sobre el Estado peronista (1943-1955), realizada en Francia en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, ba- jo la direccién de Alain Touraine, cuyas sugerencias y observacio- nes influyeron notablemente en mi primer acercamiento al tema. Ein el mismo sentido contribuyé Daniel Pecaut. Para mis andlisis del peronismo de los setenta y sobre el poder econdmico fueron valiosos los comentarios de Silvia Sigal y de Alain Rouquié. Por las discusiones acerca de los actores socioecondmicos predominan- tes de nuestro pais, agradezco a mis colegas del Centro de Inves- tigaciones sobre el Estado y la Administracion (CISEA) y en espe- cial a Jorge Schvarzer, En diferentes congresos y seminarios, y en irticular en las reuniones del Grupo de Estudios de CLACSO tado y empresarios en América Latina”, encontré aportes que me resultaron de suma utilidad. Cabe un agradecimiento de al- cance colectivo a mis amigos y colegas de distintas universidades nacionales y a alumnos de grado, posgrado y grupos de investiga- cién cuyas opiniones sobre algunas perspectivas conceptuales aqui expuestas y sus lecturas de partes ya publicadas me permitieron mejorarlo. Ricardo Sidicaro Introducci6n El peronismo desempené un papel preponderante en las re- luciones politicas argentinas de la segunda mitad del siglo XX. Sus. yobiernos nacionales impulsaron transformaciones de la sociedad y del Estado con proyectos lo suficientemente disimiles como pa- 1a generar importantes controversias y preguntas en las ciencias sociales. Si se compara el namero de anilisis sobre otras fuerzas politicas y sus experiencias de ejercicio gubernamental con los de- ilicados a los peronistas, se constata el desigual interés al respec- to, Puede afirmarse que el movimiento creado por Per6n dio lu- yar a una verdadera especializaci6n en los estudios socioldégicos, politolégicos e histéricos sobre la Argentina. Por causas faciles de imaginar, el tema del peronismo se encontr6 atravesado por con- {rontaciones ideolégicas y por juicios de valor de los mas diversos signos € incluso no pocos investigadores extranjeros se sintieron tentados a tomar partido. Los anilisis de “historia inmediata”, sin mayores preocupaciones por la definicion de los conceptos em- pleados, fueron los mas abundantes y ofrecieron respuestas incli- nadas a satisfacer sensibilidades ciudadanas 0 politicas. En cierto modo, la debilidad de las fronteras del campo académico de las ciencias sociales con relacion a las ideas de los protagonistas les jest especificidad y relevancia a muchos estudios. La falta de dis- tancia, que segtin se suele afirmar perjudica la objetividad, no fue \na cuestiGn cronolégica: el peronismo parecié estar situado en un presente permanente. Para las ciencias sociales, el atractivo de los origenes del pe- ronismo no fue ajeno al hecho de considerarlo un fendmeno que sec apartaba de las modalidades supuestamente normales propias de un desarrollo politico igualmente normal. Un singular enfoque comparativo, cuyos presupuestos tedricos no terminaban de expli- citarse, se hallaba detras de muchos esquemas interpretativos so- 12 RICARDO SIDICARO bre las causas de la desviacién general y de la de los distintos secto- res sociales que de un modo u otro la provocaban. Asi, no falta- Fon estudios sobre las anormalidades de la clase obrera o de los principales sectores empresarios. Desde esa matriz, aun después de pasados muchos afios de la situaci6n fundadora, el efecto sor- presa de los cuarenta no se extinguié y permanecié obturando la enunciacién de nuevos planteos e hipétesis. Sin embargo, luego de medio siglo, las numerosas evidencias de que el peroniiing se convirtio en un partido tradicional del sistema politico argentino permite analizarlo con mas soltura con los mismos instrumentos conceptuales y preguntas empleados para indagar sobre cualquier otre agrupamiento electoral, situandolo en las caracteristicas del campo politico en el que se desempenia. esd investigacién sobre las relaciones entre los gobier- nos peronistas (1946-1955/1973-1976/1989-1999) y los actores socioeconémicos predominantes fue abordada primero conside- rando por separado cada una de esas de esas tres experiencias de poder, para establecer luego una serie de proposiciones concep- Gnelles de caracter comparativo. Esta manera de plantear el es- tudio implicé indagar en aspectos del conocimiento histérico 0 Economico, sin pretender producir aportes originales en esas dis- crphines, y solo destacar los observables y evidencias empiricas per- tinentes para elaborar un andlisis sociolégico. Al respecto, bien vale evocar el planteo de Max Weber cuando tomaba distancia de las escuelas que, con un dejo de ironia, denominaba de los “bus- cadores de materiales” y de los “buscadores de sentido”, para pa- sar a defender luego la “sabiduria para crear algo ioe median- te la relacion de hechos conocidos con puntos de vista también conocidos”!, Esta valoracién de los conocimientos empiricos acu- mulados y de las conceptualizaciones fundadoras de las ciencias sociales la combinamos en nuestra labor con las contribuciones tedricas surgidas en el estudio de las grandes transformaciones de Max Weber: “La ‘objetividad’ cognoscitiva de la ciencia social y de Ia social (1904)”, en Max Weber, Ensayos de met ia sociolégi é » 5 ‘odoloy nos Aires, Amorrortu, 1990, p. 101. : Selina 9 ons polit jwrRODUCCION 13 jun sociedades industriales contemporaneas. Con respecto a las ‘omparaciones que realizaremos en. nuestra indagaci6n nos situa- yemos, igualmente, en una perspectiva que coincide con las es- irategias analiticas weberianas, prolongadas en €pocas recientes, entre otros, en los trabajos de Barrington Moore, Charles Tilly o Theda Skocpol?. En nuestra investigacion consideramos que a partir de Jas di- {erencias registradas en la comparacién de las tres gestiones gu- hernamentales peronistas se puede establecer una situacion de “experimentacion racional” distinguiendo y ponderando la im- portancia de las distintas variables que intervinieron en la produc- clon de cada uno de los casos estudiados para luego formular un conjunto de interpretaciones y de explicaciones causales sobre la significacion especifica de las practicas de los actores escogidos y acerca de los efectos derivados de las estructuras institucionales en las que éstos se desempenaron. La hipétesis inicial puede re- sumirse del siguiente modo: Las orientaciones de los gobiernos peronistas fueron el resultado de la combinacion entre: 1) los pro- yectos e intereses, materiales y simbélicos, de quienes dirigieron cada una de esas tres gestiones gubernamentales; 2) las situacio- nes o condiciones en que se hallaban las capacidades estatales (bu- rocraticas, politicas, técnicas y econdmicas) en los distintos perio- dlos; 3) las caracteristicas e intereses de los grandes actores socioeconémicos con los que establecieron. relaciones de cooperacion y de conflicto en cada una de esas experiencias, y4) los tipos de vinculaciones que los dirigentes gubernamentales peronistas mantenfan con sus apoyos sociales, fundamentalmente, si bien no de manera exclu- siva, situados en los sectores populares y en las organizaciones sin- dicales. Las disimiles relaciones de poder estudiadas condicionaron la seleccion de las fuentes empleadas. En todos los casos se trato de comprender o interpretar el sentido de la accion de los actores 2 probablemente la obra de Charles Tilly, Grandes estructuras, procesos am plios, comparaciones enormes, Madrid, Alianza, 1991, es la que provee las ideas y conceptualizaciones mas importantes en términos metodolégicos. 4 RICARDO SIDICAR —gubernamentales, partidarios, corporativos o socioeconémicos= recurriendo a los corpus discursivos por ellos producidos y a lo que en términos de Anthony Giddens se denomina la concien= cia practica®, refiriéndolos a las relaciones estatales y sociales de los respectivos campos en los que se desempefiaban. En la tradi- ci6n sociolégica, las vinculaciones entre las estructuras estatales, las orientaciones de los dirigentes partidarios y gubernamenta- les y los intereses y estrategias de los actores con mayor poder econémico, han sido el objeto de andlisis de importantes estu- dios que permitieron acrecentar los conocimientos de las cien- cias sociales y, por ende, la capacidad de las sociedades para ac- tuar sobre si mismas. En nuestra indagacién recurrimos a los aportes tedricos de Max Weber en virtud de su potencia heuris- tica para abordar las orientaciones del tipo de actores seleccio- nados y los efectos de los entramados estatales. Este punto de par- tida clasico no supone ignorar las contribuciones de autores contemporaneas, ni, menos atin, la necesaria productividad con- ceptual propia del trabajo de investigacién. Al respecto, de par- ticular importancia nos resultaron los aportes de Alain Touraine, tanto aquellos de caracter tedrico general como los referidos a Latinoamérica. Partidos y dirigentes politicos y gubernamentales Los andlisis de Max Weber sobre los partidos politicos mo- dernos y los objetivos buscados por sus dirigentes proveen de conceptos importantes para pensar el sentido de su accién, We- 3 Giddens resume la idea de conciencia practica: “Lo que los actores sa- ben (creen) acerca de las condiciones sociales, incluidas en especial las con- diciones de su propia accién, pero que no pueden expresar discursivamen- te; sin embargo, ninguna barrera de represién protege a la conciencia practica, a diferencia de lo que ocurre con lo inconsciente”, Anthony Gid- dens, La constituciin de la sociedad. Bases para la teorta de ta estructuracién, Bue- nos Aires, Amorrortu, 1995, p. 394. py rhopUCCION 15 jw distingue dos tipos ideales de partidos: “Los partidos (que) «i exencialmente organizaciones patrocinadoras de cargos (...) ») cuyo caso su objetivo consiste sencillamente en llevar a sus je- {es por medio de elecciones al lugar director, para que éstos dis- ‘ibuyan luego cargos estatales entre su séquito (...). Carentes en {al caso de programa propio, inscriben en el mismo, en compe- ‘ecia unos con otros, aquellos postulados que suponen. deben »jercer mayor fuerza de atraccién sobre los votantes (...). O bien jos partidos son principalmente partidos de ideologia que se pro- jonen, por consiguiente, la implantacién de ideales de conteni- ‘ly politico (...). Por lo regular, los partidos suelen ser ambas co- sw a la vez. O sea que se proponen fines politicos objetivos \;ansmitidos por tradicién y que en consideracion de ésta solo se ‘an modificando lentamente, pero persiguen ademas el patroci- aio de los cargos”. Con una economia de lenguaje admirable, la ‘\uda caracterizacion resume las dimensiones centrales de la ac- ‘ion de los partidos y acota un campo de indagaci6n distinto al le los argumentos formalistas. El interés por encumbrar a los je- {ey distribuir cargos entre los miembros de los séquitos, combi- yado con la inercia y recreacién de las tradiciones ideolégicas, | 4pta aspectos centrales de la dinamica de los partidos moder- js, Los criticos de los sistemas de partidos suelen enfatizar la di- ‘wension utilitaria, en tanto que las visiones apologéticas resaltan jon ideales y estiman como una desviacién las recompensas ma- jriales. El mérito de la éptica weberiana reside en unir ambos \spectos. El enfoque de Weber tenia como fuente de inspiracion |) observacion de la realidad de su época, ¢ incluia las diferen- ‘jas entre tipos de partidos segtin la importancia asignada a las \leologias, En ese sentido, las investigaciones sociolégicas sobre jos partidos de finales del siglo XX han coincidido en constatar \y relativizacion de los programas y doctrinas en las orientacio- j\es estatales. El partido moderno se puede pensar como una or- yinizacion flexible en materia de respeto a las tradiciones y mu- ‘Weber, Economéa y sociedad. Hsbozo de sociologia comprensiva, México, Fon- iy de Cultura Econémica, 1999, pp. 1078-79. 16 cho mas concentrado que los de la primera mitad del siglo en la obtencidn del control de los cargos para los jefes y sus s quitos®. La manera objetiva y libre de valoraci6n ética con la que We ber plantea las funciones de los partidos en relacién con los int reses de sus integrantes no agota su caracterizaciOn, pero introd. ce cuestiones ausentes en las definiciones de sesgo normativo. tanto asociacion para la promocion de sus jefes a posiciones esi tales de dominio y de reconocimiento social, en unos casos co! mas principios doctrinarios y en otros manifestando una casi € clusiva preocupaci6n por los cargos, y si bien las aspiraciones teriales se combinan con las simbélicas por los ideales alcanzado: en la definicién weberiana las actividades partidarias quedan de: pojadas de buena parte de las presentaciones mistificadas tan ¢ ras a los actores que intervienen en ellas. Parece pertinent? seni lar que aunque en las definiciones propuestas los cdlculos de lo actores ocupan una posicion central, dichas evaluaciones se di ben encuadrar para su mejor comprensién en lo que Pierre Bou: dieu denomina sentido practice’. En los partidos, segin sefala We ber, aun aquellas orientaciones mas utilitaristas se combinan co! “la existencia de los fines politicos objetivos transmitidos por tras dicion” cuya modificaci6n es lenta. Esa dimensié6n, en la que el p: sado moldea las expectativas de los dirigentes y de sus bases di apoyo, y los inscriben en valores y tradiciones cuya logica y fuerz: no siempre es registrada en la conciencia de dichos actores, se pi ne de manifiesto en los rituales y las celebraciones y, se revela en la manera de definir a los adversarios fundacionales a los que sé recrea al narrar la propia historia. En el plano del sistema de p: tidos, el “otro” no sélo contribuye a asegurar la permanencia dé 5Angelo Panebianco ha planteado una serie de actualizaciones conc] tuales para él andlisis de los partidos politicos modernos que abren temas de fundamental importancia para la comprensién de su accién y para relativi zar el alcance de sus diferentes definiciones, al respecto, véase Angelo Pane: bianco, Modelos de partido, Madrid, Alianza, 1990. 5 Pierre Bourdieu, Le sens pratique, Paris, Minuit, 1980, pp. 88-89. c VW syrhODUCCION wy “nosotros”, sino que ademas alimenta la autopercepcion vir- iti interesadas son un ras- {joua al permitir pensar que las conductas inte! asi exclusivo de los adversarios. , Las definiciones propuestas por Weber incluyen los nexos en- we los intereses de los dirigentes partidarios y las formas con que ey la lucha por alcanzar posiciones de poder se construyen las re- jaciones con los intereses de los distintos sectores sociales. Esto suele ser més claro en aquellos partidos doctrinarios que postulan explicitamente la reivindicacién o defensa a grupos‘o clases S ‘jules especificos, y en la perspectiva weberiana el ejemplo era €l juirtido socialdemécrata aleman. La tradicion que ligo a Tas orga- jimciones politicas con los intereses y con con de ciertos stores sociales suele tener como consecuencla gus; aun cuando dichos partidos modifiquen sus proyectos y doctrinas, oe esos apoyos concitados en circunstancias precedentes. La elal ora: ‘ion de los simbolos y de las referencias de jdentidad de los parti- ‘los que tienen o tuvieron vinculaciones con sectores ee fw acotados le acuerda a las definiciones del es contenidos de tipo social, cuestion que se reconoce también en la definicion sel “otro”. Lox actores sociceconémicos predominantes La perspectiva teérica propuesta pot Touraine para seer jus relaciones de dominacion sittan adecuadamente una defini- eral del problema que inspiré uno de los puntos de par- Hon gen g : H “La dominaci6n social no tendria (ida de nuestra investigacion: L ; sentido concreto si no se tradujera en una influencia predomi- ante, Los intereses de los grupos dirigentes que dominan tanto jy escena politica como el campo de las relaciones de fiaigue jay ‘poder compensador’; la accion de los sindicatos pe eas i Ha jy de la patronal. Pero esta afirmacion, que retoma simp omens le js idea de sumisiOn del sistema politico al modo ae dominacton social, no significa en absoluto que el sistema politico deba ser considerado solamente como el agente de la clase dominante. En

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