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LA RATA EN EL LABERINTO (se ese cay ae onenan oinoes de los experimentos y ceré el pequeio armario. Colgué la liave en luna esarpia y me acerqué ala puerta mis pasos resonaban con fuerza fen aquella bochornosaquietud, Cuando extend la mano hacia l pica porte, escuché un ligerosusurr, ale la cabeza y me dete. ‘La rata, se me paso por la cabesa, wa ata se ha escabalido de la jaula, Es imposible.» De un slo vstaro, podiaabarcar el Iaberinto despegado sobre as snesas, pero ls sinuosos pasilizas que se entrecruzaben bao la cubierca de cristal estaban vacfos. Pensé que debia de tratarse de una iisién, pero no me movi de mi sito. De nuevo, escuché un rumor procedente dd la ventana, Era evidente que unas ulias arafaban el erstal. Me di Ta vuclea y me agaché de golpe para mirar debajo de las mesas; nad, “segula sin haber nada, Sin embargo, vlvi a escuchar aquel murmullo, ‘ago ¢ insistente, pero esta vex supe que venta del otro lado, de deers elaestfa, Eché a corer y, cuando legué junto a ela, me quedé qui to Entonces fui giendo despacio la cabeza hacia un lado, mirando de soslayo. Silencio, Por segunda y por rercera ver, aque ruido se djs tescuchar, pero en esta acasion vena desde el lado opuesco. Aparté con brusque as mess, poo all empoco habs nada A. pocos cen rete de mi eaters, un sonia come de madera ada, Inmdvl como tna esatus, observ Ia habitain, De promt, eso cute dos fuer esalaron enc seni, sobre aque constant nuraulo que continaba ererberando bajo ls mess. Un esa de epugnania tne record espa “Bueno no rerrs miedo ds as hors, zea, me reread De proto, denzo del armaro que aeababs de cra, diving ngicorehinar de oos peer dental, ai que me balance conta Input, fences lla algo Bano se aia ingle Tite dl cerre yuna marata de plo gris choes directamente conta echo, Ahogado por un miedo espanceo sin leno, pres de un ssqierot clambe en I aringe, me deserté a durs peas, como Sipura hacerlo vise que kvastar in psa lpi co lt manos dernutas El coche eaba «oscars Apenas consegla diinguirl pail de Robert bj veer del cuadro de mando, Exe ech hai ais ‘eiadoy ero los brszos sabre cl wean: un gst, supe, qu le dei de copia a alin conductor profesional Que pas conga? Parce ue ce cesta guna send, ch Teanga, yx etamon legac. “Bl calor que hace dentro de et aa sfocante —murtmré smienerat jb a venilyexponaa cca al resco vient dl ext ‘ior Le ocridd Fe queda aris tan sol el trae de cate cera que tenaros dante vibra ah de os Fos. fasnos a toda pasta ‘Una curva, nego ota haces de a ava cles lagadas ence los cxoncos dels alos pines. Lassefaes qe indcaan los lier bro- tabun de omuridady se perdlan en cla como fueran pects y blancos fanasmas. De pronto, se recs el aslo. £l Chevrolet mena salar sobre los bach ys embal, danando «evs del sseecho camino frestal. Semi ps ape de galina ai pensar que porramastoparnos con agin tc ain sin atanci, peo no die nad. Poo a poco, basque ae fae haciendo menos epso abot Indo de salad hablamos lado «neato destino. Como era de espct Rober no desc bode del ley rnb en jas “we de apd ela de nesta ena de campata, Del ena, lao eva por eae las sss ue tne cura, Que Cate por ul inenster ero corde ue na ina noche une ye conte en elapuadodeconeo de Albans «Rober espertbala novia equ dba volt aa edacin ends da temp neces ara tre sca made de diac qu teptaban Or de Tage donde ees amps baba qt en coche hase ADe- sare habla coger un bc yg ver ala sop Robert me propse que ne quar sol li a Bias de sei trl conto tenfamosplaneado 7, por supe, me ag Teed mis abandonar paca ages te to in sl mmo. autoplon a fbtaos apelin cong. Ere ico foimal sales caus aca ue bir pai into tuctoboin decanter, Lo meinasendoce cuando lamas Slacenda nos spss prepara ncna Elconefocts sjoy porloquc eases muchos; meanoceconsegimes hi te al ie. a ucha con agua ae coo dnp un poco el {tient incre qu naa ene nosso, aad pore 1S gc purus el alo pas ose epee, como ec cabumosslfandnos. De epee, Robert acon de ox pedloy que bas tao del publ yfu a bsalon lace TEXrmonecin hoger pens iuminaba nas, x que enced close a apap el gt. Ei tomen = ao, y dopey las enorme pga de une de los pecs “PNo merecs permancer en ete har an ceptible —le di cocznlcado pj Ee demasiado birgul Pano Set mejor que ccc Faber inn sobre el psi, accra dl eco sbe equ sion seman pas dao Ha vow aparece, Men, » Bin absolut, escucha —ajo. Y se dispuso a leet en vor ata Hy por la mahana ( peribico era del dia anteioy ef miserioss metera se acercd a la Tierra por vercera ve 9, al entra on las egpas superiors dele aimisfera, se clentsen extreme pars, posteriormente, pagers a medida gues alejaba, Durante la conferencia de prema ofr. ida en Toronz, el profesor Merryweather, del obersatoro asrondmico local desminsb ls version difndid por le prensa exadounidense pin Ja cual se raccba de we nave epacial gue debs vuelae alrededor de mucra planet ante de realizar un bipadico aterizaje. «Se trata de un simple matoro,declaré ol profser, eam metear probablementeasalde por la gravedad tervesing, gue se ba eansertide on wna epeie de nueva ‘hay que gir aededor de nuestro planeta describiendo una trite celiptca Contestands ala pregunta de nuestra cormpantal —robre th ‘ena razonable esperar gue el meteoro cays sobre la Tarra, profor Mernyweather repondié que no se podia dewcarar tal extrema, ya gue al spraimarse a la Ter, eon eada wueles que dab, el meroro er someride na briscadeaceleracion a cause dela fecén con la asm. gk Lento cue ban mame abr rd SY aqu eno los pros de low Estados Union de ce ss dla. Hay qu ve qu seh mond Se ace nave ena ‘Cero eketrnicos dri eliioma dele sexes desonoi dons euspeesprcedetes del Cosmos». Butno, bueno aha dibcon un equ de remordimiento—, yo, nena at, perdido end bows Peo no cr mis qu un cuenta —dije—, page as ces in cao a lai par ei ee Pea ba saad eo de fanaa inl pena, Rober ots ala egut, ques habla comer yume de 7 sal ts fs sre Cann contain penn sn nla tba doen ‘vor baja: Ms “Peo. mia que ere una nave de ead. Por ques? 4 Porque sabia que nol as dejar eas come as Mec slog ets ec! srr Roereremovendo con eh plo la kogu en pani le, Hb un mon Ge edapsy emi unos hore crjdor-~ Die, porque nope fesecuna nave? Vga ime Eto Pee ants. onde vata? Del sub mi chon, parse que vais Varo ve, utd aig, arate ls tabi aos de eine dea cilantro ha Sedo velo paca uno pus lg sens abla dejo Sin {ds slguna hele sexi dels pubis qu on prceiron, $i embargo, no bemos encontrado nats. Resta qe probabil Za ques poden un aonecimia cali pued cles en fancan deb frecventn gene? Los grandes metcoros en + TT demo en ant ann dos ce ca siglo, de co. Peo jas hemos tno nos de uc haan ado aves espace En ‘omecuenea, i prbailad de que aque! cucpo de fuego que as Fel la Teta fuer en aad un eokeepocedente dl espacio peice igual ee Fife pes sabe ue. dod, recuprando el dno queen «lives eaen plantas bbitado Sea nus Sema Sl, seven agin ogo. Por nt tare o tempean,sguna nave ended eee haa nooo Oh acs my pole qu ocr, Dgamos qe. demo de dovmllones de ator © pure qu anes en sos ce i 30, por Sop. No que peoepart, como pds ve. rca ur aoe inacbl —Roboxt slab 2 woe so Ved, fas opiniones eta mac ein divides unos Consensus sent contacto con mundo aes bene tema ur een cambio upon uc wre cominzn de una Cape de gues de os manda zlgura de hs dos ops pe wesvible = Ningune. Sra an aro cmo carck er pot he cere una ta» sails, No habe communi pole Las ‘Senn cucrralesertan detente a suc del ebeo 6 —No solo ls del cerebro sino las estructurasvtales en general. In clus s poseyeran la capacidad de expresarse en alguna lengua (lo cual ho es seguro, jams conseguirfamos comunicarnos con ellos... Con el tiempo s, podria hacer, Le dude mucho, — Por qué? —Nosotros, los humanes, somos eminentemente visuales, por lo ‘que la mayoria de nuestos concepts provienen del ire del cerebro que se ocupa de las impresones dpticas, Loe sertidos de esos hipotécieas visieanes podrian basarse en algin otro tipo de percepeidn, coma la ‘olfativa, por ejemplo; o cal vex en otra distint, alguna que nosotros to podamos siquieta concer, una percepeidn basada en fh quimica {qué s€ yo! Oye, cadaver hace mas flo aqui, echa mas lea ala hogue- 1. Sin embargo, estoy de acuerdo en que las diferencias entre nuestros respectivos sentidos tampoco serfan tan determinants, podeian supe- rarse Pero una vez sorteado ese obsticulo vriamos que en realidad no tenemos nada de qué hablar con ellos. Somos extrardinarioecreadores 1 perfeccionadores de toda case de undas: para vvi, para eubrimos el cuerpo, para viajar... Aparte de es0, nos acupamos de aimentar y limpiat nuestro cuerpos, de movernos de una manera determinada (es deci, pacticamos deporte) en todos estos aspectos, al menos, no dispondriamos de un lengusje comin. Qué sugieres, Karol? No pensarés que vendtfan a vemos para hablar sobre moda o sobre deporte, zno? —Enonces, sobre qué vendrian a hablar? —Pues, no sé. sobre los problemas en general Que tipo de problemas? Menudo examen que me estis haciendo! Pues sobre ciencia, 0 sobre fiscs, o sobre tecnologia... Te demostearé que ests equivocado, No tendris& mano un to- 42 de alambre? Es que se me ha taponado Ia pipa. Gracias. Bien, en primer agar, imagina que su civlizacién est desarvollindose en una sireceién opuesta a a nuestra; en tal caso, el entendirniento seria extre- smadamente complicado, Pero incluso si suponemas que su desarrollo, ‘como cn nuestro case, est based en Ia perfeccién tecnoldgica, las 6 difcultades« a hora de convetsarserianinimaginables. Nosocros ain, ‘no somos capaces de recover la distancia que aos separa delasextellas, verdad? Ellos. con su legada, revearian que si pueden haceto, por la que demostarian ser supetiors a nosozos y ms adelantados en el plano séenico, pero también en el cienifico, puesto que ambas cosas van siempre de la mano. Ahora, imagina que un fisio contempordneo, sun Broglie o un Lawrence, se eopara con un colega nacido hace cinta incuenta © destientos afos. Seguro que ete disertaria sobre no sé qué ogistos, mientras que nuestro contémporineo habaria sobre la radia- cia césmica, sobre los drome. —Esti bien, pero nosotros, de hecho, ya tenemos informacion sobre tos domos. Informacion de soba, "—De acuerdo, pero ellos aban mucho més sobre ellos; puede que para dlos los dtomos repesentasen un cancepto anticuado, incluso podrian salvrselo ala hore de explicar ls realidad: es de suponer que habrian solucionado de otta forma fa cuestén de la materia, No, no creo que las conversaciones fueran muy fruciferas, ni siquiera en cl campo de las cencias exacts. Yen cuanto alos asuntas del dia a dia, ro creo que encontriramos un punto de coincidencia: as que, si nos bbemos comunicarnos sobre las cosas concretas, es obvio que no podte- mos hacerlo en todo lo reacionado con las generalizaciones derivadas cde aquellas. Otros planesas, ort fisiologi, otra vida intelectual... Ber teneceriamos,literalmente, 2 dos mundos diferentes. A no set qué. pero eso sera una fast, eA no ser que qué? Habla No, nada... —lo inteumpi—. Se me ha venido a la cabera ‘que, en apariencia, podeian parecerse bastante a nosotros, aunque te- presentaran, eso es cierto, un mundo que nos resuearia totalmente incomprensibe, No te sigo. 2A qué te refieres? —La cuestién... —¥ aqul golpeé con el mang de la pips contea la piedra— La cuestiin es que el hombre ha conseguido un nivel de dlsartolo intelectual inusiadamente clevado. Es perfecamente posi- ble que, en condiciones disimiles, pudieran estate desarrlland dos ‘especies intligenes, diferentes ent si ” = ects demars uralachs, 01 ee? TAS Es pnd sper un pe dei stops acacia ec lsdeVyae se lita Dem aoe! No tenes pl Mapp Din Enns urs ume pase que ie se metlots un ans ene Bune a ops Tes goats tnpinle pam mw sed de Se omnepor sos Met ema Ige Sra un nd ano Tins eee soe ‘caps ming choo uo cnadre d SoD eo eee sono geen liad ede re Cte nee gate Forma ori concn either ential qu lanarn sep dels ssc esr nn ps evade ae ac aos marr ola, nan ues: No bound qe psc vu tard ct! Pena ua ian deen Re cae com le deden ome mI Peo ahora ge amon tit Pore atan, drer ona a pordlige Qos epee ued pn sa “pine Tie et iage ibe olen sic den aE qua oe mo sen lb ato ns ur ngs as soso ch cto or bor ebm st mcetan on om a et aquest a? No ders fae. oa resplandor aument6. Al instante, los drboles mis cercanos co- anh cpm prints De pr itr dae dog a sy ue qu oe jut Geass nom toe Und seen etter dtc jo mya nue amc de var 2th armel, amen hue, Depts poe tg del mabe d pongo aide ew cn stumentabay disminua su fragor como una cascada. A través del er cliente estrépito, pude escuchar el crujido de varios deboles al dereum- barse. Como una oleada, un viento caliente nos golped el osto, yla hhoguera se apag6; un tiz6n se estell6 contra mi piernay el dolor me traspas6 la carne. Atragancindome en medio de ana nube de cenizas, rodé hacia un lado y esperé lo que me parecié una eteridad con la ‘cara hundida en la hierba. Paco a poco, se fue haciendo el silencio, hasta que solo pudimos escuchar el vento que, inquieto, murmuraba centre las ramas de los Arboles que hablan lograde sobrevivr.Sibita- ment, el cielo vlviéa recupera su negrura yl oscurdad lo envolvis todo de nuevo. Tan solo un resplandorrojizo quedé flocando sobre el, hhorizonte, alo lejos, en direccibn norte "Un meteoro! jl merzoro! — gris Robert. Paeciaentustasmado, Se dio la vuelta, se metié de un salto dentro del coche y encendis los fas. Pudimos ver enconces las los de la tienda de carpasa eiadas porel suelo, loslechos revuckos ycubiertos de brass apagads. Robert, cotriendo alrededor del coche, me informaba exctado: ira, haease ha toro el parabriss!Y ese abero ha sid arrancado de cusjo.... Menos mal que las rboles nos han protegido... Espers, voy a coger los prismaticos. Vamos ala ola, quads desde allfveamos mejor qué ha ocurtdo, Tluminados por ls faros del coche, avanzamos por un estrecho ca ‘minito que bajaba suavernente hassel borde de la pequefia bahia. A to lejos, en el tenebroso resplandor, se perfilaben débilmence las curvas de as oscuraspicdras que sobresallan dea superficie del agua, Robert cscrutaba la oscurided, mirando con los prismatic alo lejos, pero n0 descubrié nada, salvo un mondtono crepisculo escarlara que refulgla sobre el horizont, en direcidn al sur. —iNen! Acerquémonos all: Quiero verlo de cerca. ;Amigo, qué no- ticia can sensacional...! —gries Robert. Deslumbrado por su idea, se dirigié hacia el campamento, Para tu periédico, we refieres? —preguncé intentando ponerme serio, aunque por dentto estaba 2 pune de echarme ater —Por supuesto, —Sison mas de las dos. Es de noche, Vapimonos a dormie. » iQue exe diciendo! —Wmonos a dotmie! —insisti—. Coge a lona por e otro lado, vamos aestrarla, Eetaecolchonetas han quedado bechas un cola. “Tendremos que scat unas manta del coche Stha sido un mete0r0, no senos vaaescapar. dems, cuando se haga de dla, podlemos atravesar cl lago, en aquelladivecién, El coche no va a poder pasar. Paece ha- ber impactado en la orilla nore, sobre el pantano, 2Esti bien el coche? ‘unciona? “Si, salvo por el parabrisas, No esti mal. Yahora, vamenos a docrait, Robert se puso a murmurar algo sobre los pequefioburgueses que, incluso durante el fn del mando, lo tnicn que piensan es en ponerse las zapatlls de paso, Aun ast, me ayudé a montar la tienda y colocé Doce, los que nos tendeiamos que enfrentat: Roberedebia de pensar lo mismo que yo, pues acabé susurindome: —Tienen que esar por aqui, en alg sitio En el ugar donde ambas venas convergian, fundiéadose en una sola, of pasillo gieaba suavemente. Continuamos avanzando, con las caberas agachadas y los pies hundidos en el peyajoso suelo; se me fauti6 que quizés aquellos seres no tuvieran necesidad de caminae. Puede gue ni siquieraruvieran pirnas. Una vena mds, luego ot Su desarrollo sinusoidal sgeria una creacin orginice: si se watara de cables, supuse, estarian sects. Robert tocé con los dedos la vena que centelleaba encima de Est helada... —susurr6 antes de detenerse, La pared que tenia- nos delante se hallabs iuminada por un tilante resplandor. Sobre mi resto percibs un soplo tan leve que apenas era perceptible. Tal ver, 0 significara que al otro lado de aquel muro se abria un espacio diferente. Robert apres6 mi horabro. Creo que... tos han arapade! —me susureé al oido. No tiene sentido! —repuse en el mismo tone, —Te lo estoy diciendo, = :Cémo lo saber —Presta atencidn:jpodemos respira! ‘Aquellas palabras me urminaron. Robert estaba en lo cst. Ses sbamos en una nave extaterreste,resultaba poco menos que incoa- cebible pensar que estuviera lena, no ya de un aie parecido, sino del ‘mismo axigeno verrestre que sollamos respicar todos los dias. De he- cho, con sol inhala por la narz, pod percbirclaramente el himedo 1 fresco olor de echo del lgo, —Se han preacupado por nosowros —me susureé Robert al ofdo. ‘Un grueso cable de luz parpadeaba sobre nuestras cabeza. No estaba seguro de s sus palabras taslcian algo de miedo, pues yo mismo no seria Ja més minima congo} —Nen! —dije levamando a propésco la vox —2No estamos sonando, verdad? —pregunt, sin moverse del sitio, — Como van a existe ls sees compartidos? Ne agull rep 1 Uns ver pasads la euva, el pal se ensachaba y desembocaba én un vano bordeado por grace tertaplenes. Mas ali se exenda un espacio de dimensiones incalculable, sumergido en la semipenussbr, peo leno de luces que daban wuss, ana y abo, ado al ago de a estanci. Venas opalinas, del grosr de un tora humana, srgian cn todas las direccionesy se jantaban formando siavoss canals, por ere cues entclazasenosciculaban sin cesar sues yalargadas ie sminaras. Desde lo mis profundo, botaban pegoes dena eapecie de ‘materia oscur, bilan, recoeida por reljos laminas cay plo $2 smanteniaen ldistanca, Al mismo tesnpo la cstanciactera sala y se encogi de forma akena os blames conducts se olan mise bekosy’se estendian con una rai serpentins en el intrioe de as ues surgianrayas cade ver ma oscuras que se desntegraban en pequcis nubes para, pasdo un tempo, veer a uminersesomnolemamente seguir girando en medio del creceate resplandor. Mis ade, se jan- {aban en el iteror dl alo y gruso conduct, por encima de musstas cabens,y las alargada y aasladas hceias que flan en do acian sun me més ew. La gris osforescencis de nuestos cuerpo, como ensormbrecia, ra shora apenas vise, a que, inmévilesytekndonas con los hombres, recorrimos con la mirada el expacio que nos rodeaba. Mira! —susaré Rober Una suave sa luminosa, marada con oscuras yas, se aposima- baa gran velocidad hacia nosotros. Cuando nos aleanz6, eons bila pag del wdo la dbl luz de nuestosrston antes de pane hacia arc. Entonces se vlvié mis pequeta ys volt. Karol... —murmuré Robect—, Karol, quads... a... ellos. sls ces Si, nosis ambien... Al pares, est lgar poses propedades cxraias. los pee! Ellos cabin bilabaa,.. Tod lo que vive aqul crite et ue. Peemaneci en silencio, observando el defile de haces Borate. In- bay me len los pulmones de wn aie flo y impio. St, aquelo na podiaser un simple easualidad. Al convencerme de ello, mi cortedn ‘comenaé alate lene y pesadarment. 8B Karol... murmurd Robert de nev Que Qué vamos x hacer? La impotente pregunta desperté en mi el sentido comin, Sobre todo, deberiamos intensarrcordas, paso a pas, el camino por el que hemos llegado hasta aqui. —Miré por encima de mi hom- bro. Las bocas de los pasilos, similares 2 los que hablamos secortido para llegar aquel haga, se abr ante nosotras ascurs,iclindndose Tigeeamente hacia ars. ‘Nuesro® pail, sin embargo, destcaba por su tamafo, asl como por sus bordes, bastante caracteristios —Intentemos pasar por abi... —propuse, inernindome por las profundidades del coreedor. Robert, obediente, me siguié. En medio del mas absoluto silencio, diversas luces ocabun y giraban suavemen- te, ondeando oon ligereza en el interior de ls conduetos. Al mismo tiempo, todo lo que nos rodeaba pareca tesprarscmicamente, como si darmiera. Sabfa que Robert estaba pensando lo mismo que yo. — (Karol! Qué ‘Vi como intentaba vencer el miedo, Tag silva varias veces antes dehabler: —Quizds este mo sa el interior de una nave, sin. Sino gue? —De un organiono Me esremec. Quieres decir de un solo organismo? —La nave podia tener un nico... un tnica habitane, zno te das ‘cuenta? Puede que se trate de una simple ciscara de metal que dé cabi- dae un tinico y enorme orgenismo que, Si. Que ests durmmiendo como un bebé y que dent de un rato, ‘cuando le entre el hambze, se despertaréy tecomerd —me mofé-—. Asi ‘que nos encontramos en sus ensraias, no es as2 Se tata del vientre del leviatin acaso? Por qué no? —sDescartado! por qué De dnde saldsia el oxigena? De todas formas, basta ya, tienes cdemasiada imaginaciin Veo. ‘Mientras ceminabamos por debaj de los conductos entrecrurados, procurando esquivar unos extriostubos vertices que emeypian del ‘suelo, intentabs acoscumbrarme a la idea de que aquellas alargadas u- ‘es eran sees vivos, tunque no pudiers acepearla sin més, Al paceces, aquellos organismos no nos prestaban la més minima atencibn. Dis- ‘curiamos por un camino en extremo serpenteante ¥Tortuoso,y tas avanzaras{ durante casi una hora, el entorno, poco poco, comenas 2 ‘cambiar de aspecto, El suelo, hasea entonces liso, comenz6 2 ondula se ceando alargados y poco profundos repatos. Me di cuenta de que ‘me estaba mutienda de sed. Me scordé del abismo del lago en el que por poco nos hablamos ahogado y mis labios se tetorcieton en una ‘musce malciosa. Ob, miseria de la existenciz humana que oscila ‘eqernamente ene Ia excaser y el excesolx De inmediato, me reprend por filosofar de tan estipida manera y mivé de reojo a Robert, quien a ratos aceleraba el paso para huego detenersee inspeccionat el terreno vi que también él se lamia los labios esecos, En un momento dado se sentb, se le via agorado, Sin embargo, cuando fo miré, se levanté en silencio y vine hacia mi, Karol, eto no tiene ningtin senda, Regresemos —yAdénde? Als entrada. Alli hay... al menos alli hay pecs. Entendi perfectamente lo que queria decirme. —Tienes hambre? —Tengo tanta sed que apenas puedo hablar. Estoy harto de todo ‘so, Voliames. A lo mejor conseguimos abrienes paso con el cuchillo, a teavés de esas paredes de goma, —Regresaremos, de acuerdo, pero primero deberlamos examinar ‘esto. Quizis enconttemos una slida, y no creo que demos con ela 2 —Volvamos a donde antes, Karol. Ya no puedo mis. Yo. te digo tuna cosa: estamos siendo observados. —Observadar? Desde dénde? 30 Nolo sé. Es algo que presieno Robert, deja de inveatarte esas cos. Si queremor salir senos y salvos, deberiamos incentar. Deja de decieme lo que he de hacer! —grcd Robert can el geto roicido—. Lo sé o sé, tenemos que actuar con sensate, tenemos que see prudent yzalists, eso. Es inl que malgastes tus fuerza gritando —le sclané—. Hasta sora noha habido razén pata desesprarse; no nos ha acurtido nada malo. “Por supuesto, Si, ye lo sé esos seres, quienesquiera que sean, se estin preocupando por nosotros. Peto por favor, dale a entender {que sin ague y sin comida no podremos sobrevivit mucho tiempo. aDe qué va servir que nos iuminen con sus lucects si nos estamos ‘musiendo de hambre? — Robert! —Logré vencer I ra que se acurmulaba en mi incerior—. Entiende, Robert, que ellos no son iguales que nosoros. Ni siquiera parecidos. Es una tonteria imaginarse que ef Cosmos pueda repetir a mismo proceso evolutive que nosotres, que derive en ls mismas formas fos mismos cerebros las mismas cuencas oculares, labios, mis- culos... Tenemos que mantene la sangre fri —Entonces, que sEatonces, qué! —grité—. Te crees que yo pre- cenvdo que se nos parezcan? {Te eres que pretend eso Adelante: sé ‘azonable, sé por una ver un pensidor genial, an Newton, un Einstein, pero al menos hazles entender lo que es la dignidad. De epence, Rober se calls Sus labios temblaban, y los apreté. Con. ‘inué caminando sin mirar atris, como siya le ders lo mismo que yo no le siguera. Las luces, mientras tanto, continuaban Aayendo ene ‘ma de nosotros, Avanzsbamos por el interior de un largo canal cuyos hordes ascendian gradualmente en la distancia. Pero Rober se me iba adelantando més y mis, se iba alejando de mi, e incluso habia veces ‘que lo vi corre: no inteneé detenerlo, sabia que ea ind Pronto me ropé con una especie de luminoss excrecencia que des pedtabrillosy se inclinaba hacia abajo, espacio: gut comenzaban a dlescender unis enormes tubes, en los que bailaba un centellso azul «en cuyo seno aparecian trazas de un rojo tusbulento que se depositabe » eas profusidades de as vidriesas columanas. Pude ver con cavidad ‘mo, ante mis ojs, cujaba aquella acumulacén, iuminada en un tono rubs, hasta que sibitamente llegé una ols de luz y un movimien- ‘to:ms porente que arrasraba consigo algunos codgulos. Una blanca y livda clardad ard al fondo dela colurune. Absorto en aquel proceso de opackdadesescarlatasy de blancos desellos, por un momento perdi de visa a Rober, y cuando miré altededor, lo hallépecficado a unos pocos pasos de ml. De repence, coments 2 retoceder con lentitud, pues con la perma estrada habia tocado algo que estabe e sus pes % tgriando espantado, emprendi la huida, — Paral —griat—. Robert! Robert ‘Le aeapé de un salto, peo se liber6 con ral Fuerza que me hizo caer [En el momento del chogue, ecrev una vidriosa estupefaccién en sus jot. Cuando me incorporé, de rodilas, volvi a llamarlo sin esperar ‘que me escuchara. Su brillane y cada ver més pequefiasluet cotia cencorada a travis de le marafia de laces que, suaves como las nubes, psaban lentamente a ravés de los pasidizos. Una vez mas lo vi sale vando un obstéculo antes de desaparecer. Me quedé solo. En un primer momento, que slit correnda desris de , pero en seguda me detuve: podria acabar errando durante horas, buscindolo en vano en el interior ‘de aquel luminoso laberinto, Di media vuelta con la intencidn de dar con lo quel haba asustado,y cuando localic els, me acenqué. Enel Interior de un nicho poco profundo, formado por la pared del canal se scusrucabe una figura humana, Sobte el oscuro Fonde que nos rodeaba, bllaba igual de pda que yo, iamévil, con la caberaagachada y las rodillsy los brazos pegados al pecho. Una mast resplandeciente paso por encima y nos tmin6. Sin entender nada, con la gargantacerrada 4 casa del espanzosa miedo que me zahera, stud a inerteslueca por los horbros. Bajo los dedes,noté ua capa dura:jaquel hombre estaba reeubierto de una fina corzza de esmalee!jSeria una mora? Lo soleé Fnvoluntlamente, se incliné despacio y su espalda quedé apoyada conta la pared de Forma que su rostr, que emitia una débil luz en la penumbra, contemplé la mi {Qué conmecisn’ Yo conacia aquellos rasgos. No consegui darme cuensainmediatamente de a quién me recordaben, pero si era la cara 2 de Robert y all mismo tiempo, se parecia cambién ala mia. Una vex Inds, quel cuerpo... liviano..hueco... que ao eta un hornbre vivo, ‘pues jams habia estado viv: no era en absolut ua hombe, sino us ‘monigote. Un monigote muerto... ‘Me hallaba al borde de la histeria. Mi alrededor, als alargaas y sinusoidalesluces, como si estuviera buscando una respuesta... Y una ver mds examiné eceupulosamence aguela brillant yvgida figura. El aos hacia esallar mi mente, pero me incorporé y eché un vistaza en busca de alguna pista. De pronto, recordé que Robert no estaba. Pese a baber incentado tanquiliearme con las mismas palabras que le habia Aiigido ames, no logré dar con ningin pensamiento o palabra que ‘me calmasen, asf que me arasré por donde habia vendo ‘Me senria mal, como sila febre se hubieve apoderado de mi. Vela pasar las luce, apcetaba los dientes con codas mis fueras y me repeta smentalmente: ‘Tranquil... tranquil...» Lased rescaba mis enerahas, no podia lamerme los labios. A pensar ea la goa yfrexa came del pescado, sent un panzante dolor en la mandibula. Lo dno en lo que podla pensar era en encontrarlo. Caminaba cada vez mis deprisa, bajo Jos enormes y parpadeantes conducts, hasta que alan a desemboca- dura de un gran pasilo;segui corviendo bajo la aul ven del echo, tro- pezindome yjadeando. La respiracién me partis dolorosamenteen dos 1a Inringe y los pulmones. Cuando emper6 a rodearme la oscurdad, sme vi oblgado a pararme. Tan solo mi cuerpo despedta un leve tes" plandor. Prosegu con las brazos estirades, reborando de vez en cuando ‘conta las clisticas paredes, hasta nora, al final del pail, el borde cde un pequefio arifco. Tenia que estar cexca. Me hingué de roils, Hluminando el entorn con mi propia cara las manos mientras busca ba febvilmence, con el corazin ltiéndome desbocado, No babi nada. De pronto, di con algo resbaladizo y ovalado: jun per! Bra bastante grande, pero pleno, por lo que oftcis més ales y cola que care: ni Siquera noté la sangre en la Tengua, Segut buscando sin éxito, y aun- {que pensé que habrian cao al vacio que se abria mis all de aquellos redondos agujeros, continu hasta descubrir una mortecina lucecilla, Agarcé el per, que apenas refulea,y durante larg rato lo sujeté justo delante de ls ojos, como si estuvera pecificado. Después, prorrump B ce una rise horrible, Eea una parodia de per, un fancoche vidviso, al igual que aquel bumano que habia visto en el pasa de las luces gira torias. No podia contenerme, st que continué rend hasta que se me saltaron las higritmas. El cerrado expacio me devolvié un sonido bueco, haciéndome callar de golpe. Tras sentarme en la oscuidad, apretande la cabeza com las manos, comencé pensar con canta intensidad como sicstuveralevantando pesss. Sa sistematicidad a la hora de investigar eLhecho de calocas junto a los peces un simulaeco de estos yen nuestro ‘camino, une human, demastaban que ignoraban cémo ere el mundo terreste, lo cual no era, ni mucho menos, mozivo de alegsla. Adems, _dnde csaban Ells? Bajo los prpados, se me aparecié la imagen del torbellino de laces que habia visto antes, ;Realmence se eataba de un {nico organismo? Nos hallabamos en el interior de sus viseras? Re- sultaba increible. Sin embargo, z2on qué critero podia rechararse esta hipdtess? Muy sencillo: en vird de la presencia de oxigeno. Escba- ‘os en un organismo de otro muri lleno de aie ccreste, lo cual ro tenia sentido, Ademés, el parecide con unas enttaas era forzado y primitiv. Pensé que las analogs no me tban a llevar a angi Jado. Sin em- barge, tenia que comprender algo, empezar por algin lado, pues en ‘aso contrario me esperaba Ia muerte, no solo acompafiada de ham- bre y de se, sino cambign de la més completa ignoranci:etratia por aquellos ignotos lugares, en ef ricleo mismo del enigma, incapaz de ‘comprender nada. ;Qué burla! Morita igual que aquellos peces sac dos del agua y ahogados juno a su doble, que tan discretamente habia sida colocado ent ellos. "No obstante, ngeé encontrar una via de escape. Si fue a causa de ‘mi apaia o de la pétdida de toda capacidadlogjca, nolo sé, pero cabe decit que deduje, como si una extrlla me estuvieraguiando en aquella intelectual oscuided, que Ello hablan legado 2 la Tiera a boro de tuna nave que, obviamente se habia ealentado al atavesa a atmésfera + que, por tanto, rena que haber sido canseruida con ayuda de alguna Sustancia dure, resstente a las alas remperataras. Aquello no er, sin embargo, lo mds elevante, pero slo era, en carmio, el hecho de que, antes de ven, renin que haber desendo realizar aquel viaje. Taviron o aque legar sna conclusion, y aqul acto de voluntad conscience de- 1s de tomnarlas similares a wosotrs, pussea que tambien pkaneamos tales viajes interentlares. De modo que emptendieron un viaje. Con ‘qué fn? La investigaeion, probablemente. Desde dénde? No se sabe ¥y tampoco importa. 2De qué materiales adicionales dispontan? Los peleles podcian serun ejemplo. ¢Aquellohabria sido, quiass, un inten- fo por su parte de estblecer contact con nosotros? No tenfan eazén alguna para hacerlo, Como ya sabia, era necesario actuar con extiema autela a fin de no precipitarse a ls hora de sacar conelusiones. Para (qué servirian los monigotes? Para examinar suestas reaciones as de Fhumanos y peces? No obstante, no podrian comprendetas, no sabrian Jinerpretarlas, dade que no entendian nuesta league ni tampoco el significado de nuestros gesta y movimientos, esto comportamien- to en general. Nada. Ellos mismos no sabian con seguridad nada de nosotros, cosa ampllamente demostiada por aquel tao idéntico que ‘os hablan dado alos peces y 2 nosottos. Sin embargo, habia un Factor importante que habia que tener en cuenta la presencia de oxigeno.;Por ‘qué nos habisn garantzado su suministoy, en cambio, noel agua alos ‘pece? Tena Ia lgeraimpresin de que alli resi, sino la solucisn del enigma, al menos el cabo de un hilo del que podria ie tirando en busca cde mis espuestas. Una ver ris, sevst las fases de mi razonamienco El oxigeno... La respuesta mds sencilla levaba 2 lzconclusin de que lenaba aque espacio porque la nave estaba en contacto (habia entrado cn contacto durante un tiempo) con Ia atmésfera. Quizés se abrierz a esotlla para ventilar el incesior? No tenia sentido. Tl verse habia abiero po razones que nada tenan que ver con nucstte supervivenla Y claire irrurpié en el incecior dela nave y a lend por pura casualidad, Si hubiese sido at, podla aborrarme tan rebuscadas pesquisas. La presencia casual de oxigeno no me conduct 2 nada, al menos cen lo que se refere a la inceligencia y coscumbres de aquellos Sees Quizss no tespaban en absoluto, ye tipo de gas que llenaba su nave rendria que resultasles, por eanto, totalmente indiferente, cosa muy posible, No, no era aconsefable seguir con aquellaselucubraciones més tiempo, ofiecian demasiadas aternacvas y, a la vex se basaban en el szar para moldea oe acontecisientos, algo que acababa despistandome 3 ‘en exceso. De todas formas, gracias al deseubrimiento de los monigo- tes, tenia claro que aquellos Seres no eran omniscientes y que, ea ¢] iejor de los casos, poco sbian de nuestro planeta. Pero zpodeiamos fencontracnos en realidad en el viencre del leviacins,absorbides por [a coriente de agua que succionaba,o tal vez por aquella laces? ;Qué habia ocurrido con el aga? Si llenaba aque espacio, deberiailtrarsey gorear a wavés de los oifcios cireulares por ls que los mismos peces se preciptaban, :Los peceshabrian regresado al laga? Nuestros anfi- twiones se habrian preacupado tambien por ellos? Can un suapira de fruseacién, ceré exe capieul de mi andlisis. El dolor de cabeza iba en aumento y no sabia més que al principio ‘Ademés, segua tentendo sed. Entonces, vilumbré algo palido en la oscuridad y me levaneé de un sak: era una billane y alargadasiluera en la que recanodi& Robert, nmi, esperé x que se acercara. No de- Jaba de mira a su alrededor; enronoes comprend su comportarient, —No hay peces. Me comi el nico que quedaba. Los dems haa. ‘Sin embargo, no sent ied bajo aquella nea, caeaay aplastan- te, que se habia apodrado de mi. Yano er capa de pensar en nada 4. setado junto a Robert, seni los eres tds de mi corsa, que ‘haan exalar mi pecho mens a brillo que ns sobzevolaba aumen- tabs: agulla construccin ara entra, como abrazada pot el fuego Despus, empecéa volver en mi leatamente Eta empapado desu Yamilado bilaba la ear de Rober, que espitaba con abo abies, — Virus! ;Vémonos de aqui! —eaclam con vo onc, inorpo- indome eon gran esfuerzo, Mis miscues seguian temblando, pero a cra capa de carninat, Robert, en cambio, estaba més debi De que Se apeyaca sobre mi horbra y nos encaminamos hacia una empinada pared, Solo nos separaban unos metos dl lugar desde el quehabiamos Aescendido, pera no me vi capar de recor. Bl esplandor estaba menguando, corvicéndose en una lige ignicion, cuando escuché tun pasos devs de nosouos. Ua terible miedo se apoderé de ay tiréde Robert, que habia levatado a caberaytataba de escuchar. Escapes! —jades Echamos «cone, y los pasos a nuestasespaldas acelearon. Ya debian de estar muy ceca. Cogéndome de la ano, Robert se dio media vel de pont. Al giarme yo también, me ope con ds pet- sonas de pi. Anes de versus cara, adiviné que ta a vernos 2 noses mismo que el dable de Raber iba emprender a persecacin de mi compa, que toda a escena que acababamos de vivir ibaa repetie ‘,sungue con los papcls cambiados. Todo aquelo sere pasé pot

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