You are on page 1of 222
gnos del goce ete eae eee ee ems tenn eg Lee TeL Oss , o _ & is a (ep) @ 2 3 ae av ass JACQUES-ALAIN MILLER Los signos del goce TRADUCCION Y TRANSCRIPCION: GRACIELA BRODSKY PAIDOS Buenos Aires + Barcelona * México Revisién de la traduocin: Nora A, Cubierta de Roberto Gareia Balza y Dlarcela Gonzalez © 1908 de trae as eiioncs torial Paid SAICF Defensa 599, Busnos Aires ‘email: paidolitsinternet siscotsl.com aiciones Paidés Thevien SA Matiano Cubi 92, Barcelona aitorial Pails Mexicana SA Rubén Dario 118, Méxion DE. Queda hecho el depssita que previene la Ley 11.723 Impreso en la Argentina - Printed in Argentina Improso en Verlap S.A Comandante Spurr 659, Avellaneda, en junio dé 1999 ISBN 950.2.5451-8, L 1 M1. IV. v. VL VIL VIM. x. x XL XI. XL aay) XV. XVI. XVIL XVII. XIX. XX. XX. XXIL XXIIL XXIV. XXV, XXVI. Referencias bibliogrétficas de los textos citados... Indice «porque la rana revienta. [086 si a ustedes les produce al mismo efecto, a mi me explica por {qué el libro Historia del psicoandlisis en Francia es tan voluminoso. No erean que me quedaré todo el afo en estas distracciones. Por el contra- rio, vamos a concentrarnos en los matemas. Pero también hay fébulas, apslogos, anécdotas, y esté el dicho del paciente de Godin. Por otra par- te, entre el matema y las anéedotas hay més relacién que lo que se pien- a. Las anécdbotas y las fabulas son matemas animados. Por ejemplo, en. Jo disciplina zen no tenemos matemas porque no pertenece a la época dela ciencia, pero tenemos historistas que son como matemas y que se ‘gonocen como kaart) La historia del psicoandlisisen Francia en sus tiltimos cincuenta aiios hablo de la historia misma, no del volumen- es un verdacero cemen- {orio de ranas reventadas, No es un cementerio de elefantes, donde hay esor0s, adonde se van a buscar esos enormes colmillos de marfil. Aun- que... colmillos hay. Incluso no hay mas que colmillazos contra Lacan. Pero no son colmillos de marfil, y con colmillos de rana mucho no pue- dle hacerse. EI libro es muy grande porque mete a todo el mundo en Tistras. En este sentido, es divertido. Alli todo el mundo ocupa su lugar ile cebolla. El indice es una ristra interminable. Reconozeémosto: Hlisabeth Roudinesco, para llamar'a por su nombre, no ha sido mezqui- Ina, Escribir todo eso en cinco aos... Yo digo: ;Bravo! 4 >| JACQUE! Insigne Lacan Pero de todos modios es un fracaso por una razén bien simple que no tiene nada que ver con no sé qué sacrilegio. Por supuesto que es una difamacién contra Lacan, pero no un sacrilegio. ‘Su fracaso consiste precisamente en no demostrar lo que hace insig- nia, lo que hace insigne a Lacan, lo que lo hace inolvidable. Y sia pesar de todo tengo cierta indulgencia pot Elisabeth Roudinesco es porque a su manera -0 sea, bajo el sesgo de la difamacién- también contribuye a hacer inolvidablea Lacan. Aclemés, tenemos que reconocer que con gran frecuencia se pasa a la historia por la difamacién. De nadie unose acuer- da més que de aquellos a quienes difama, a quienes ha difamado. La infamia, de la cual Borges hizo tna historia, es uno de los resortes prin- cipales de la notoriedad. En lo que hace a lo unario, al rasgo distinti- vo, les aseguro que vale tanto como el Mérito Agricola. Se entiende por qué Lacan no 0 recibi6. Pero no haberlo recibido lo hace atin mas distinguido. Elisabeth Roudinesco no demuestra qué hace a Lacan insigne, de- muestra, quizé, lo que hace a Lacan ensefa. Noten que entre insigne (in- signe) y ensefia (enseigne) s6lo hay una letra de diferencia, y que son, ademés, una misma palabra. Enseila es diferenciar pot usos diferentes. Insigne es lo que se distingue ees eee tne ead pe eerpeeeraetos Eainte- resante observar, como indica el Littré, que cuando el adjetivo insigne se utiliza sin que se precise por qué alguien es insigne ~por sus virludes, por ejemplo-, cuando se lo utiliza de manera absoluta con un sustanti- Yo, es para ofender, es para difamar. Y las frases que el Littré toma dela literatura francesa Son muy ilustrativas: «Insigne briban», «lnsigne la~ drén», «Fue en su tiempo un tonto muy insigne» (La Fontaine); «sos insignes corruptores del pudor» (Bossuct). Est4 claro que Elisabeth Roudinesco hace de Lacan un insigne bribén...No hablemos més de eso. Diré unas pocas palabras sobr sna como sti nsignia como sustantivo) Es nota- ble que en el Liftré figure en plural. Asi, por ejemplo, las insignias de la realeza. En el Robert encontramos que el uso en singular de este sustan- tivo es propio de nuestro siglo: «llevar la insignia de su asociacidn» es tipico del siglo XX. Tenemos la gloria de ser el siglo en el cual insignia pudo decirse en singular y seguramente esto esté en relacion con el auge delslogan. ‘No hablemos més del libro de Elisabeth Roudinesco porque tengo que comentarles otro, que no es un best-seller. Fue escrito hace quince si- silos y todavia se lo puede traducit. Pero, en fin, una iltima palabra so- 20 LOS SIGNOS DEL GOCE bre Lacan insigne bribon, Roudinesco nos explica que a Lacan le preocu- paba el ascenso social. En el fondo, nos sugiere que Lacan querfa ser un puerto. Ella hubiera podido leerlo, ya que él mismo dice que pas6 su vida queriendo ser Otro pese a la ley. (Los remito a la pagina 21 de su. seminario «Un Otro falta», que encontrarén en Escansiét N° 1, nueva serie.) Uno puede decir que esto es ser un bribon. Pero, evidentemente, Jo queno se le perdona es haberserehusado a ser puesto en fila. En efec- to, un delincuente también quiere ser Otro a pesar de la ley; sin embar~ 0, uno podria tomarse el trabajo de saber cual era el modo propio de Lacan, quien ademés prometia-en ese mismo seminario- después de su. muerte «ser Otro como todo el mundo». Y bien, eso result6, Gracias a Roudinesco es Otro que é1 mismo. Debo decir que no se le parece en absoluto. Ahora bien, ella no s6lo piensa que Lacan aspiraba al ascenso social sino que también le gustaba el dinero. Esta escrito y, aunque no sean mas ‘que una o dos lineas en setecientas paginas, es lo que repercute en los ‘medios. Es lo que fueron a buscar entre setecientas paginas y se abalan- zaron encima porqué allf se reconocieron,)Es un consuelo saber que a Lacan le gustaba el dinero como a todo el mundo! ¥ en el fondo, como esto los capture hacen que se plea la diferencia entre Lacan y Berard apie. Para hablar de la relacién de Lacan con el dinero Roudinesco hubie- ra hecho mejor en leer La ética del psicaandlisis, donde en el tiltimo capi- tulo habria encontrado esta frase: «No hay otro bien més que el.que puede servir para pagar el precio del acceso al deseo». Es verdad que Lacan hacfa pagar el precio, pero también es cierto que él mismo lo agaba. Se puede hacer pagar el precio en la medida exacta del precio que_uno paga._ Dicho esto, hay que reconocer que Lacan y Bernard Tapie tienen algo ‘en comin, No me molesta en absoluto. Lacan lo dijo-y en la televisién, para todo el mundo, para los medios: «Soy un self-made man». Pueden encontrarlo en su escrito «Televisién». Por supuesto, «self-made mar» lo ponemos entre comillas porque justamente nadie es sef'made. Eso per- tenece'a Ja cultura del mercado. Lino no es self-made, uno esta hecho a partir de lo que hace insignia, De todos moclos, self made significa no ser un heredero. Se puede serlo, pero, si uno lo es, hay que poder soportarlo. En este sentido, Lacan, como anu, era ids bien del tipo esclavo, es decir, de los que trabajan, que es lo contrario del privilegio del amo. Habra que entender entonces qué tipo de amo era Lacan que trabajaba, De aquf mi indulgencia con Flisateth Roudinesco: ella trabaj6. Su tra- bajo no es un entretenimiento. JACQUES-ALAIN MILLER Del mito al matema Evidentemente uno puede relamerse con la anécdota, con la vida de Lacan. Pensamos, sin embargo, que la vida no es interesante y que es la obra lo que cuenta. Se piensa esto con las mejores intenciones del mun- do: lo importante es la ensetanza; no voy a ser yo quien diga lo contraro. Es cierto que su ensefianza es lo que hace a Lacan insigne. Les hago no- tar que ensenarza, enseha e insignia son una misma secuencia de palabras. Una ensefarva es lo que da signos, No diré que es ace Sh Porque eso, segtin el dicho de Heraclito ~que no debe eee eldel paciente de Godin-_ es propio del ordculo. La enseftanza de Lacan noes tn oréculo. Sin duda se puede decir que la vida no es nada comparada con su ‘ensefianza, Pero es demasiado tarde, mis queridos amigos, ahora cargan ‘con eso sobre sus espaldas. Tienen la vida de Lacan sobre sus espaldas. Y tendran otras, ya que todas las cebollas que andan por ahi buscan su rasgo de distinciGin. Entonces de Lacan y yo tenclrén a montones. Y yo. y yo.. y yo... Una insurrecciGn de cebollas para ser perros, gracias a lo ‘tial se las pondré en ristras. Luego, responder que la vida de Lacan esta muy por detrés de su enseftanza es algo perdido de antemano. Hay que irmés alld. As{ pues, afirmo que la vida de Lacan es una enseftanza para el analista, que hace signo y que es una verdadera lecei6n. No la separo de sus anécdotas. Agrego, incluso, que no rechazo ninguna. Todas son verdaderas, aun as falsas. Pienso también que evidentemente asisti- ‘mos~lo que no es poca suerteal nacimiento de un mito. Yo, por supues- to, y algunos otros hacemos todo lo que pocemos para que Lacan no sea tun mito, Hacemos todo lo que pademos para que Lacan sea matema. Pero al mismo tiempo que aqui hacemos matema, afuera se hace el mito. Y estan en camino de crearlo mediante la difamacién. La difamacién no tiene ninguna importancia, estén creando al divino Lacan, la consagra- ‘cin de Lacan. Volveremos sobre esto puesto que entra en el capitulo Lo ‘que hace insignia, Cuando algo hace de alguien insignia, se asiste a una ‘consagracién. Los fomanos lo hacian; se dedicaban a una operacién Ha- mada(la consecraii9, Cuando moria alguien que ia distingui yecialmentee en el orden de la maestria, ellos pensaban que no era eciar lea dusecd aga a ca ato biren el Pantedn. Y bien, estamos asistiendo a eso, estamos asistiendo a la consagracién de Lacan. Excepto nosotros, los mas cercanos, es a como se considera que Lacan domina la historia del psicoanslisis en Francia. Y es verdad. LOS SIGNOS DEL GOCE Entonces, zqué hacer ante esto? Justamente, de ese mito hacemos matema, Consideto que todas las anécdotas sobre Lacan responden al Inismo principio, Todas las anécdotas, hasta las més tontas, ponen en ay fescena a un hombre con un deseo decidido, Por e56, auinque sean falsas, figuen siendo verdaderas. Volveremos también sobre las anécdotas de os maestros de la sabiduria, de los santos, de los sabios, que tienen, Quidrase o no, una gran funci6n en la historia de las ideas, Piensen en Diogenes: sino tuviéramos su vida, no tendrfamos gran cosa. Y es que Jen esa época no se eseribia, algunos sabios se honraban de no escribir, ‘Sus ensenianzas nos llegan ante todo por el ejemplo de sus vidas. Yo co- loco a Lacan en esa linea, porque en definitiva asisto al hecho de que es alli donde se lo ubica. Y veo a Lacan como una especie de Didgenes. Un Didgenes con abrigo de piel, puede ser. Sigue siendo un Didgenes. No voy a continuar asi todo el afi, se los aseguro. Lo particular y lo universal Retomo, por el contrario, el punt» en el que dejéel afio pasado cuan- slo formulé que\et Otro es Ta Cosa) Fara precisar lo escribi ast: Oto Cosa Hay una sustitucién, una metafora, que no deja de presentar cierta Ulicordancia, Esa falta de correspomiencia entree Oto yin Cosa sees @ con la sigia de Lacan a: Oto —a Cosa Lo que haremos este afio es medir, para decirlo en nuestro lenguaj fifrado, Ja distancia entrea y S.. ane 5, JACQUES-ALAIN MILLER Considerar la extimidad nos conduce a esto. S, es un operador de alienacién, y como tal, es colectivizante. Freud lo llamé ideal del yo y Lacan, en su primera formalizacion, lo escribié con una I Més tarde, enla segunda formalizacién, propusola escrituraS, y, de este modo, lo generaliz6, ya que se refiere sin duda a ese ideal del yo, pero ademas al Nombre del Padre y a muchas otras cosas. Ahora bien, ese §, ta simplemente de lo qué, POF th Tado, es colecivizante, idealizante, incluso universalizante, y, por el otro, de Jo que es particular Avanzaremos a partir de(lo Und, Lo. ea mos confundir con lo par~ ticular, pero esté, de hecho, def lado de lo universal. No digo quese iden- tifica.con lo universal sino que estd de ese lado. Tenemos asi, del lado wd lazo social y, del lado dél z, el goce en tanto desocializado. En est Punto la referencia es Didgenés, Recuerden lo que desarrollé sobre sinismo y sublimaci6n. De eso se trata, aunque retomado desde otro Sesgo. Tenemos, entonces, de un lado, la idealizacién de las insignias y, del otro, el goce cinico, Es miestro pr igo desde ahora—nuestro punto de legada. De aqut que lo desarrollado el aro pasado sobre la extimidad requie- ra ser invertico. Y sostendria que esa inversién redobla, copia la que puede observarse en la secuencia de los seminarios de Lacan, entre su seminario sobre la identificacion y el que versa sobre la angustia. Noso- {ros haremos aguf el mismo camino pero al revés, puesto que es también tuna problematica de la identificacién lo que recorreremos este afio. Ade- més esté en el programa el concepto dé semblantéyque marca en Lacan. el pasaje de lo imaginario a lo simbélico ya ibdlico alo real Para ermirarlesindicaré eT Htulo de un ‘no es un best-seller. Antes de comprarlo fijense si verdaderamente los tienta. Se trata de una ‘obra de Damascio el Diddoque, traducida por primera vez al francés. El Diadoque es su titulo. Nacis en Damasco. La obra se titula Traté des premiers princiyes, y su subtitulo es Apories et solutions. En lo que a mi respecta, este afio lo trabajaré de manera inversa: soluciones y aporias. Ellibro Ise denomina «De! ineffable et de'Un», titulo atractivo porque _muestra que en esos tiempos lo Uno sefialaba aquello de lo que no se podia hablar, Damascio fue el tiltimo de los que encabezaron la escuela neoplatGuica, que se inici6 con el Parméntdes de Platon. Durante algunos siglos, el Parménides ~y més precisamente su primera hipotesis- sirvic de apoyo para pensar. ‘Compren entonces el libro de Damascio. Compren sobre todo -les seré de mayor utilidad-el Parmnides de Platn, que es el libro que Lacan. 24 LOS SIGNOS DEL GOCE Jomendaba a su auditorio. Y parece que albergaba pocas esperanzas fu lectura. Yo corro con ventaja puesto que pas6 bastante tiempo. A tir del Parménides y «De 'ineffable et de I'Un» nos ocuparemos de la ilentificacion en psicoanalisis. Hasta la semana que viene. 5 de noviembre de 1986 w La sustraccign del sujeto Me han dicho que en el Japén la relacién de lo patecido a lo mismo no serepresenta con la ayuda de la cebolla sino con la del glande. Sicon- fio en mi informante, habria en esa lengua una expresi6n que, con algu- hos matices, puede traducirse por ser como glandes que comparan sus tamaifos. Parece que alli las personas se entregan a esta comparacién a porfia (2 qui mieux mieux), es decir que se dedican alo que Freud ~y lue- po Lacan-llamé el narcisi Jas pequeitas diferencias: el glande se <==) regocija por ser imp: ‘Con la exp: ‘qui mieux mieux la lengua francesa nos muestra un curioso redoblamiento, En este caso, la etimologia nos ensefia poco: des- cubrimos que la 2 que precedea la expresisn es de aparicién tardia, pero nada se nos advierte acerca de la duplicaci6n. El redoblamiento de me- jor nos conduce, por otra parte, al ms (plus), y es que también se decfa {qui plus plus. Bse mejor mejor y ese més més, que tienen un valor de emu- Jacién, suenan bien en la lengua para expresar el atropello humano por ==*— salir del monién, por hacerse notar, por resaltar. Y resaltar ya supone un redoblamiento, porque esté el re. Resaltar, hacerse notar.. Podriamos vyernos tentados a elevar esto al rango de pulsién. Lo deslizo como al pasar, pero tendremos que retomarlo. Habré que ver, més adelante, si Jacerse notar puede ser colocado entre las pulsiones fundamentales como pulsiin cuyo objeto seria el fonema, oel nada(El fonema y el nadd son dos {érminos que figuran en la lista de los objetos a dada-una-vex,por Lacan, ¥y que no han sido hasta el momento retomados ni valorados; es decir, 7.A gut ius niu, Weralmente, ‘a quien mejor mejor’. [N. del) 7 JACQUES-ALAIN MILLER. no lograron hacerse notar més que como problemas. (Encontrarén esta a en «Subversidn del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano», paginas 797 y 798 de los Escritos.) Este aft, bajo el titulo Lo que hace insignia, hablaremos de lo mis y de 10 mejor. Mejor es un término evocado por el nombre que Lacan dio a su seminario sobre lo Uno, ese curioso nombre .. ot pire. No hace mucho propuse remplazar los puntos suspensivos por padre -padre 0 peor (pere 01 pire)-, pero ahora también podria sustituirlos por mejor. Todos menos yo! Esta semana me dijeron algo interesante sobre fo mer. Fue alguien a quien le record, a titulo de rectficacién subjetiva, el lugar que podia tener para él el sintagma mejor; alguien que evidenciaba, sino su posi- cin, al menos su temor a ser un fracasado, y de esta manera expresaba correlativamente su anhelo -como todo anhelo de ser un puerro-de ser el mejor. & partir de lo que le seRalé se vio levado a corregi la palabra imejor, que le parecfa quizé demasiado ambiciosa. ¥ cuando uno cortige, Jomas probable es que se enrede, es elinfierno, Cuando uno se equivo- a, es mejor continuar. El corrigié entonces esa palabra diciendo que sélo queria serel mejor en su clase. En ocasiones, se quejaba de no tener cla- se, y es por eso que se consideraba un fracasado, Asi, lo que hubiera podidio ser sélo un rasgo entre otros de aspiracién a ser el mejor encon- traba su valor de paradigma: lo que uno quiere, lo que quiere cual ett eee ie Siendo el iinico en su clase, uno puede pensar es la opinién corsien- te-que es necesariamente el mejor. ;De ninguna manera! Este sujeto:nos aporta la prueba: siend (~%e ser el mejor o un fracasado. Tenemos una proposicién que merece ser considerada como el paradigma del sujeto. El sujeto es especial. Ese es su anhelo, o su anhelo secreto, que a ve- ces conoce y que lo avergiienza: El anheld da c es, de su funcién por fuera del conjunto. Y como glan para, no esta nunca a la altura del otro, ya por més, ya por menos, De aqui esa actividad infantil que consiste en la comparacién a porfia de los rganos genitales: que puede hacerse con relacién a los progenitores de ambos sexos, a los amiguitos 0 a los hermanos y hermanas, y siempre cestacard ese estattto originario de excepcién que tiene el sujeto. Es el .* Cabe agregar que nose trata de algo inconsciente sino ce algo que se expresa, que se dice y que constituye el fundamento misrio del sentimiento de existir del neurotico, Este afecto puede Ilamarse fundamental y se tra- 16 de maneras divetsas, ya.con-la exaltacion, ya.con-la.depresicn. El adjetivo nano, ola vanidad, tiene, por otra parte, sus resonancias. Es tuna palabra biblica: vanidad de vanidades. Se podria escribir lo v'U? Ia vanidad del Uno. Sin embargo, el adjetivo vano no debe hacernos ol- vidar que en fo mis ano rencontramos los superletivos fo mis y 1o mejor. Ser lo mis que existe, podemos vanagloriarnos. Bs incluso la raiz. del anhelo de gloria, no éclipsado por lo vano en lo que cae. Sin duda tendré que retomar esto. Y veremos que es justamente sobre lo mis que exist, sobre lo mus ms mas para salir de lo dual-, que se esperd demostrar la cexistencia de Dios. Existir merece entonces, a veces, ser escrito con la grafia que propu- so Lacan¢ ex-sistir, mantenerse afuera)Asies como hay que leer a Lacan, palabra por palabra, También es util leerlo a porfia. Digamos al pasar que para eso debe servir el cartel Lacan lo introdujo para que los sglandes comparen sus lecturas, Esa ex-sistencia puede remitise tanto al débito como al exceso,a ese plus que Ilamamos exceso, falta en ser o de mnds, como dice Lacan de un modo s6lo aproximedo. El patito feo En el pasaje que comentamos ~donde Lacan afirma que sentirse lo més vano que existe no es una raz6n para que se sacrifique la diferen- 8. La version castellana dice: Sients en el fondo de sflomés vano que hay en exis- tir, «Subversién del sujeto ydialéctica del desco en el inconseiente frvkiana», en Ese ns, pig. 806. IN. del] 8. VUn, homéfono de ean (ano). [N del TZ] 29

You might also like