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ANCAP decidió no renovar el convenio colectivo y

reorganizar actividades logísticas

El directorio de ANCAP tomó importantes resoluciones en lo que hace a la


gestión logística y a las relaciones laborales.

Luego del análisis de los efectos del contrato vigente, el directorio de la empresa
resolvió dar por finalizado a partir del 31 de agosto el alquiler del barco Malva
H, propiedad de un armador extranjero. Dicho contrato fue firmado en 2019
luego de un proceso altamente conflictivo causado por la baja del buque ANCAP
IX y negociaciones entre el sindicato y el gobierno de la época, en una serie de
decisiones que no contaron con informe favorable de la estructura gerencial.
Con esta medida se asegura un ahorro de más de USD 2 millones por año. El
suministro de combustibles a las plantas del litoral (Juan Lacaze y Paysandú) se
mantendrá reorganizando la operativa de las barcazas y el empujador de
ANCAP, complementada con operativas de camiones cisterna que alternarán el
transporte de gasolina hacia el norte del país y etanol al sur.

Por otra parte, se resolvió mandatar a la Gerencia General a efectos que negocie
la salida de ANCAP de la empresa Talobras, una sociedad creada en 2012 entre
el operador del aeropuerto de Carrasco y la distribuidora Petrobras, hoy DISA.
Esta empresa, que nunca llegó a operar y ha generado una controversia entre
sus socios, tiene por objetivo gestionar la logística de abastecimiento a aviones,
actividad que, por sus características y volúmenes involucrados, no es de interés
prioritario de ANCAP. En el mismo sentido, se mandató a la Gerencia General
para que negocie el alquiler de las plantas de aerocombustibles actualmente
operadas por personal de ANCAP.

En ambos casos se dispuso comunicar las decisiones al sindicato de funcionarios


de ANCAP y negociar la reubicación de todos los empleados involucrados para
reforzar otras actividades logísticas críticas para el abastecimiento a la
población.

Finalmente, el directorio resolvió no renovar el Acuerdo Marco para un


Convenio Colectivo del año 2000 (que se basara en el firmado en 1993) y
acuerdos complementarios, convocando al sindicato a negociar uno nuevo que
incluya la reglamentación de la carrera horizontal para los funcionarios.
La Administración entiende que el espíritu y metas propuestas en esos
documentos no se están cumpliendo. En efecto, las relaciones empresa-gremio
no se ajustan a lo oportunamente acordado, evidenciando un conjunto
importante de planteos sindicales que rápidamente escalan de los ámbitos de
negociación a posiciones de conflicto, contrarios a las decisiones que
legítimamente corresponden a la empresa. Se constata una aplicación
frecuente y excesiva de medidas distorsivas, que decididos en ámbitos
sectoriales impactan a otras áreas e impiden la normal y eficiente operación,
generando importantes sobrecostos en un entorno cada vez más exigente y
competitivo.

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