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EL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN COMO TRASCENDER LOS ROLES DE PERSEGUIDOR, SALVADOR O VICTIMA Establece relaciones personales saludables Gill Edwards 1. El drama comienza... + El Perseguidor + El Salvador . + La Vietima .. 2. ELtriéngulo dramédtico en la prictica .. 3. Las reglas familiares y su dindmica ..... Reproduccién de emociones del pasado ... 4, La respuesta de estrés y el triéngulo dramitico ... 5. sCémo puedes evadirte del eriingulo dramético? * Sanacién del Perseguidor que llevamos u 7 26 39 45 51 37 61 o7 70 75 EL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPHAN + Sanacién de la Victima que llevamos dencro 6. El iéngulo del amor + Masculinidad fuerte y asertiva (M) sn + Feminidad célida y protectora (F) + EI Nifio Magico (N) .. 7. Bl fancionamiento del tridngulo del amor ..... 8, Laentrada en el tridngulo del amor ... 10 80 87 89 92 95 99 105 El drama comtienza... OR QUE ALGUNAS RELACIONES SON FELICES y armo- Pires por doin sas y portadoras de conflictos? Por qué algunas per- sonas tienen relaciones cflidas, afectuosas y entrafiables, y sin embargo otras s6lo pueden mantener relaciones distan- tes y superficiales que las hacen sentirse vactas, solitatias € insatisfechas? ;Por qué incluso la mis dichosa de las rela- ciones a veces deviene en confusién y caos, 0 te deja eno- jado, furioso 0 con la sensacién de no ser comprendido? Por qué alguna gente saca lo mejor que hay en nosotros y otra, por el contrario, lo peor? Las respuestas las encontra- mos en el triéngulo dramético*. “Tanto en clésicos dramas shakesperianos, de los que son cjemplos Hamlety Macbeth, como en peliculas y libros mo- * Hanglodramiico fa espns copier lag por Stephen Kernan, ps _uittr 7 prof de ands eanszconal orl que aces tambign sel connce come tcngulo de Karpman DL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN dernos de los que son representantes Harry Potter y Shrek —asi como también en dramas de la vida real como el del principe Carlos, Diana y Camila, los protagonizados por politicos opositores, los originados por los vertidos de pe- tr6leo 0 los que se dirimen en los tribunales de justicia—, el mundo esté lleno de triéngulos dramticos. Y aunque a ve- ‘ces pueden ser apasionados, no son sitios ageadables para es- tar. Un tridngulo dramatico es siempre un campo de una batalla de la que nadie resulta verdaderamente vencedor; y aunque al final tenga una resoluciém —Carlos termina ca- sindose con Camila 0 Harry Potter sobrevive una vez -més—, todos los implicados salen de esta batalla seriamente perjudicados y dafiados. Lanorma es que toda interaccién disfencional tiene agar en torno al tridngulo dramatice. Dicho de otro modo: si te suce- de algo con otra persona que hace que te sientas dolorido, enfadado, culpable, ansioso, temeraso, rescntido, exaspera- do, avergonzado, celoso, inerte, helado, atrapado, compro- metido, confuso, desesperado 0 inadecuado, o con la sensi- cién de haber sido utilizado, traicionado, controlado 0 incomprendido, entonces, no hay dudas, puedes estar seguro de que estés atrapado en un tridngulo dramdtico. De todos ‘modos, reconocer esto es un primer paso para desenganchar- tey evitar, por tanto, el dolor que dicho proceso conlleva. Cualquier cosa que te haga sentirte mal lleva anexio- rnados elementos daftinos de tu personalidad que repien 12 EL DRAMA COMIENZA, -viejos patrones familiares y ereencias negativas de tu infan- cia; de ahf que toda interaccién ingrata te oftezca una po- sibilidad de desarrollo y cambio, Sin embargo, mientras petmanercas en un tridngulo dramdtico, tu desarrollo que- da bloqueado, ya que adoptas una acticud defensiva, ala par que las heridas cel pasado se hacen incluso més profundas, El triéngulo dramético contribuye a reforzar las creencias negativas del pasados algo que limita tu vida y te mantiene atrapado, Algo también que erosiona lentamente tu pro- pia estima, Asimismo, el hecho de estar inmerso en un Uiéngulo dramético constituye una amenaza a largo plazo tanto para cu salud mental como para tu salud fisica Y puesto que el drama llega a convertirse en un cfrculo ‘én por tu parte sélo conse- vicioso, en el que cualquier 2 guiria empeorar las cosas, podrias muy bien estar ensefian- do a otras personas a seguir repitiendo contigo los mismos dolorosos y autodestructivos patrones de antafio. La gente normalmente piensa que se requieren tres per sonas para formar un triéngulo draméticos pero, en realidad, todo lo que se necesita es una relacidn como la existente entre madre e hija, jefe y empleado, doctor y paciente o marido y mujer. Asimismo, podrfa ser la relaci6n existente entre ti y una enfermedad, o entre al y una familia 0 una organizacién, El triéngulo también puede formarse invernamente, es decit, entre ls diferentes partes del yo. De hecho, a no ser que ten- gas un tiéngulo dramético interno en plena actividad, no puedcs ser senganchador por otras personas. EL TRIANGUIO DRAMATICO DE KARPNAN ‘Tener conciencia de cémo uno representa estos roles y de cémo los demas intentan engancharte al tridngulo es el primer paso para evadirte de un tridngulo dramatico; y esto lo consigues observando tus propios pensamientos ¢ inter- acciones, no juzgéndote a ti mismo y apercibiéndote de tus paucas de conducta. El segundo paso es ser honesto y sin- cero contigo mismo y con los demés, asi como despren- derte de los sentimientos de vergiienza, culpabilidad y vic- timismo, que son los que manticnen activo el triéngulo. Asi que echémosle una mirada a los tres roles que pode- mos asumir dentro de un triéngulo dramético. PERSEGUIDOR, SALVADOR ¥ VICTIMA Las tres situaciones que se dan dentro de un triéngulo dramatico entrafian diferentes estados del yo o subpersona- Tidacles, Estas situaciones se corresponden con los tres roles que podemos representar conocidos como Perseguidor, Sal yador y Vietima. Dos de estos roles tienen un cardcter pa- rental —el de Perseguidor y el de Salvador—, mientras que él tercero —el de Victima— es de naturaleza filial. En otras palabras, en un triéngulo dramético no hay adultos. No exis- te una relacién madura, sana y adulta que emane de un sen- timiento de sinceridad, de fortaleza interna, de valentla, de feanqueza, de amor incondicional, de confianza y de respe- to mutuo. ‘Todos los implicados se dedican a «patticipar en juegos» aprendidos en la nifiez, aunque lo hagan de una ma- EL DRAMA COMIENZA nera inconsciente y a menudo se sientan muy enganchados yatrapados. cl triéngulo dramatico todo el mundo se considera tuna Vietima, lo cual crea una siuacién de constante estrés y tensién que imposibilita la més minima intimidad y carifio sincero. Hay familias desestructuradas que casi él nico me- dio de interacci6n que conocen es giar alrededor del tedingulo dramatico, Es extrafio que una persona no tenga un rol preferi- do —una posicién de partida familiar 0 un rol prede- terminado— en el que se refugia cuando se siente casti- gada por el esteds. Una vex que estés «enganchado» en el tridngulo dramatico, pasarés de un rol a otro con suma facilidad, a veces en cuestién de minutos, lo cual te brin- da la posibilidad de identificar aspectos de ti mismo en todos y cada uno de los tres roles. No obstante esto, tu posicién natural o predeterminada sera para ti el rol mas familiar y en el que te sentiris mas cémodo; esto hard que probablemente te reconozcas con més fidelidad en las descripciones de este rol que en las de los otros. (Los tres roles del tridngulo dramético puedes contemplarlos cn la figura de la pagina siguiente.) FFjate en que tanto el Perseguidor como cl Salvador apa- recen en lo alto del tridngulo dramitico, Esto se debe a que se encuentran en una situacién privilegiada (parental) y, 15 BL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN P s Persegudor Salvador (€lpadre sombre) (anade soma) ELTRIANGULO DRAMATICO v Vietna (Eitij sora) por consiguiente, se crcen poscedores de la verdad y tan fuerte y més protector e imprescindible el uno como el otro, La Victima, por su parte, se encuentra en una situa- cién inferior y més debil (filial). En el triéngulo deaméi- co no existe una relacién equitativa ni tampoco adulta. El hecho de estar inmersos en un estado de drama da rienda suelta alo peor que hay en nosotros, obstaculiza nuestra intimidad individual y destruye nuestras relaciones. Ade- més, por desgracia, también tiene consecuencias pernicio- sas de un marcado matiz. neurético, como, por ejemplo, sentirse necesitado por los demés o creerse superior a ellos, asi como buscar la seguridad a toda costa o buscar con afin cualquier tipo de proteccién; por consiguiente, puede decirse que el drama crea una situacién peculiarmente en- gatiosa. EL DRAMA COMIENZA, EL PERseGuipoR (También conocido como el «padre sombra», el «padre critica», el guez» o el «critico interno»,) Tanto si eres hom- bre o mujer, se trata del lado oscuro de tu energia masculi- na Es esa parte que se afirma a si misma arremetiendo con mma el projimo, ya sea criticando, protestando, juzgando, culpando, apodando, humillando, amenazando, insultan- dlo, hostigando, sermoneando, interrogando, tachando de enfermo, paralizando o ejerciendo poder («Si no lo ha- ces como yo quiero, verds lo que te exe encima», «Eres un nifio malcriadols, «Por qué no puedes hacer nada como es debido?s). Un Perseguidor (o Perseguidora) esté siempre pendien- te de los demés, pero con talante negativo; esto es, sefialan- do su culpabilidad con un dedo acusados, avergonzindoles © desaprobandoles y queriendo que los demas cambien 0 se comporten segiin sus descos. Un Perseguidor te hace ver con toda naturalidad que él estd en posesién de la verdad y que el equivocado eres ti. De ahi que se atribuya el derecho a cambiar alos demés y de obligatlos a que adapten su con- ducta a sus pretensiones; a veces incluso se cree que tiene la potestad de imponer castigos (qMe debes muchos, «Eres mi maridol», «Soy tu madre, asf que haz lo que yo te digo). En ocasiones, el Perseguidor recurre a terceras personas para reforzar més su postura («jVerés cuando llegue a casa tu pa dre. . «(Todos mis amigos son de mi misma opinién'») "7 FL TRIANGULO DRAMATICO DB KARPMAN En el fondo, los Perseguidores se sienten incranq los, inseguros, frigiles ¢ infantiles, si bien desde nifio aprenden a no exteriorizar estos sentimientos. Cuando atin son jévenes creen que la vulnerabilidad es peligrosa para ellos. No es raro que los Perseguidores hayan sufrido abusos (de tipo emocional,fisico o sexual) en su infancias y que, en consecuencia, hayan aprendido a sobrevivir identificindose con la figura (0 figuras) de un pace crf tico propenso a mangonear, avergonzar o controlar a los demés, Este mecanismo de defensa se conoce como siden- tificacién con el agresor» y les proporciona un resistente caparazén externo. Como secuela de estos abusos, el Perseguidor suele te- ner acumulada una buena cantidad de rabia, que puede ex- plotar en la cara de aquel que esaque los pies del tiesto> 0 que simplemente esté presente en el momento de produ- se el arrebaro de célera. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que debajo de esta rabia, fifo desdén o farisaica in- dlignacién, existe una bien asentada capa de sentimientos de vergiienza y falta de méritos, Puesto que temen ser aban- donados, los Perseguidores pueden ser también celosos y posesivos. Con el fin de esconder su dolor, ansiedad y ver~ gtienza detris de una pantalla, intentan controlar o castigat alos dems y hacer que la gente se sienta mal. Si encuentran a alguien que se doblegue a sus exigencias e imposicio- nes, procuran por todos los medios que se sienta ansioso, culpable o insignificantes esto les da a los Perseguidores 18 EL DRAMA COMIBNZA. una sensacién de poder y control. A pesar de esto, la cues- tién subyacente de vergtienza ¢ inseguridad no queda re- suelea, por lo que el ciclo sigue repitiéndose con caricter indefinido. Los Perseguidores suelen ser intimidadores, aunque ra- ras veces lo reconocen. Al contrario, se consideran victimas del mal comportamiento de los demés y nicgan sus précti- «as de acoso y detribo. Creen que tienen derecho a que los clemds satisfagan sus necesidades, si bien no dudan en acu- sar al préjimo de egoista cuando éste se empefia en com- portarse a su manera; ahora, eso sf, en muy contadas oca- siones perciben cl egoismo que supone sus ticticas dirigidas a controlar la actividad de los demés, Muchos «Perseguidores» son maestros en verter acusa- ciones veladas y comentarios descalificadores, como tam- bién en lanzar indirectas, dar informacién sesgada y emitir amenazas sutiles. Un ejemplo de esto lo tenemos cuando tuna persona te dice ¢Har. lo que quieras», pero dicho en un tono que indica muy a las claras que si lo haces Jo lamen- tards; esto da por zanjada la cuestién ¢ impide cualquier discusién posterior, puesto que te ha dado verbalmence «permiso» para hacer lo que tt quieras. Una situacién pa- re mna da un manotazo so la se produce cuando esa per bre una mesa o se encoge friamente de hombros a modo de respuesta a una cuestidn dificil que se le haya planteado. Los Perseguidores son proclives a darse ellos mismos la razén y 19 BL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN defienden y justifican su comportamiento con la mayor rotundidad, haciendo ver que son los otros los que han he- cho el desaguisado y que ellos estén ahi para arreglar las cosas; siempre y cuando, claro esta, que todo esté bajo su control. Muchas personas que son Perseguidores declarados en Ja intimidad del hogar, son puiblicamente considerados como «pilares de la comunidad. Estas personas reciben una buena dosis de adrenalina por el simple hecho de tener tun enemigo contra quien barallar; y no faltan Perseguido- res que van de un lado para otro buscando causas que de- fender y por las que hichar. Aunque, en principio, esto pue- da parecer loable e incluso provechoso, lo cierto es que la actitud dc los Perseguidores siempre seré la de que alguien (que no son ellos) es quien ha metido la pata, Esta actitud no deja de herit a los demés, siendo incluso indignante cuando sc comprueba que los Perseguidores raramente lo- gran los resultados que prometen. Y, desce luego, no son vi sionarios que abriguen bonitos suefios para el futuro. De hecho, es gente que esté a la caza de las faltas y los fllos aje- nos y; por consiguiente, ningtin conflicto puede en realidad resolverse en medio de un ambiente de ganadores y per- dedores, Pata los Perseguidores, ef mundo es dicotdmico, o sca, que esté dividido en dos partes de las que una es blanca y Ja otra negra, o bien una buena y otra mala, una correcta 20 EL DRAMA COMIENZA, y otra errénea o una amiga y otra enemiga, Por lo visto, en Ja mente de un Perseguidor no caben los tonos grises. Toda vex.que tienen la fuerte necesidad de ser considerados seres perfectos y de estar por encima de cualquier tipo de repro- che, son dados a verse a sf mismos como portadores «de lo que es correcto», lo cual significa que la otra parte no tiene mis remedio que ser la portadora ede lo que es erréneon; esto Jes da pie para atribuirse la catitativa misidn de sacar de su error la otra parte, ya sea persona u organizacién. Para los Perseguidores, el mundo es un lugar lleno de peligros, por lo que siempre estén @ la defensiva. Estn convencidos de que son victimas inocentes y exentas de toda culpa, que lo tinico que hacen es «defenderses. Para un Perseguidor por naturaleza, el ataque es la mejor forma de defensa Cuando hablas con un Perseguidor tienes la sensa- cidn de estar en un campo de batalla, bien porque eres considerado como un enemigo, bien porque te ves com- pelido a defenderte o justificarte, 0 bien porque el ene -migo es una tercera persona y se espera que tienes que ponerte de parte del Perseguidor, ya que, si no lo haces, hay muchas posibilidades de que te conviertas tt también cen enemigo («jPor qué no me das la razén2, yo crefa que me tenias aprecion). Asimismo, Ilegas a tener la sensacién, de que estis atravesando un campo minado, ya que tienes que andarte con pies de plomo para no decir «algo im- procedente» que podsfa poner al Perseguidor en tu contra. ‘Los Perseguidores nunca admitirén que estén equivocados, 21 BL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN puesto que una cosa ast les haria vulnerables, algo que in- tentan evitar a toca costa. Si el asunto en que estuviesen metidos tomara el cariz. de que podrfan perder la batalla dialéctica, 0 pusiera de relieve que habian contribuido de alguna manera a la agravacién del problema, entonces Jo més seguro es que se encolerizaran todavia mis, se ba- tiesen en retirada bruscamente, o se negaran a seguir ha- blando. Veamos cual es el proceso psicolégico que todo esto conlleva. El Perseguidor proyecta su propia ansiedad sobre el mundo exterior y busca un «enemigor con objero de echatle la culpa de lo que él siente. Este enemigo puede ser su pareja, el perro, un empleado del ayuntamiento, un diag- néstico médico, 0 alguna noticia que haya escuchado en el tclediario. Mientras pueda externalizar a su enemigo, se evita mirar dentro de si. En efecto, no tendria entonces ne- cesidad de mirar detrés de su c6lera para determinar la cau- sa por la que se siente avergonzado, vulnerable, preocupa- do o inseguro, ni tampoco el asumir la responsabilidad de haber originado 4 mi no la sit Por naturaleza, el carifio de los Perseguidores esté Fuer- temente condicionado, Estar enojado y adoptar un talante critico son postutas confortables (0 al menos més confor- tables que plantarles cara a sus propios temores, bochor- nos o inseguridades y poner ast de manifiesto su vulnera- bilidad). Sin duda alguna se han percatado de que 2 BL-DRAMA COMIENZA. representando este rol pueden controlar a los demés y no sienten el menor reparo en obligarlos a que se dobleguen a sus exigencias 0 a que comulguen con sus ideas. Los «Perseguidores» proyectan su lado oscuro —los as- pectos inconfesables de su ser— sobre los dems; y asf cuan- do tachan a alguien de «egofsta c irresponsible», estin arro- jando sobre d su propio egoismo ¢ irresponsabilidad, Cuando acusan a su pareja de infidelidad, la mayoria de las veces se es- tain negando a admitir su intimo deseo de dar por finalizada la relacién, o bien estén pasando por alto su personal con- cribucién que ha movido a su pareja a traicionarle, Cuando reprochan a una persona que trabaja poco, no es de extrafiar que sean ellos los que tengan un intenso deseo de trabajar menos, es decir, de llevar una vida mis regalada y compla- ciente; lo que pasa es que sus propias voces rfticas internas no le permiten hacerlo. Vemos, pues, que su falta de ganas de trabajar, su manfa, 0 lo que sea, permanece oculta en su intimidad, si bien esto no obsta para que sea proyectada sobre los demés. Cuando la voz perseguidora se dirige hacia dentro de tuno mismo, se convierte en el xertico interno». (Y asf euan- do alguien utiliza su voz perseguidora en su contra, es més que probable que sc active su critico interno y le haga sen- tir que de alguna manera vestés equivocedo».) Los Perse~ guidores son estrictos consigo mismos y también con los de- més, Estén equipados con esa mentalidad perfeccionista BL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN que les hace pensar que nunca alcanzan los niveles de eali- dad exigidos. Puesto que habitualmente adolecen de an- siedad, siempre estin en estado de alerta—aunque con fre- cuencia parezcan confiados ¢ incluso arrogantes— con el fin de detectat posibles amenazas y evitar la critica o el aban- dono. En su fuero interno, el abandono les produce wn au- téntico terror, si bien esto no es dbice para que traten ast cényuge y a sus hijos como pertenencias més que como petsonas, ya que estén convencidos de que tienen el dere- cho de controlarlos. Es muy raro que los Perseguidores reconozcan que son opresivos, criticos, condenatorios y abusives, Procuran jus- tificar su conducta, bien dando —tanto para sf como para los demés— una imagen de victimas que sélo pretenden de- fenderse o de personas que tratan de arreglar el mundo, o bien siendo convenientemente exigentes consigo mismos, A veces, también se reservan el papel de wingeles vengadores» y acttian —sin el mds m{nimo escrépulo— contra aquellos que les han hecho dafio o les han defraudado («jMerece que se le condene al ostracismola, «(Esa mujer abusé de mi confianzal», «(Ya le advert de las consecuencias!»), El buen Petseguidor puede convencerte de que lo negro es blanco, o viceversa, y hacer que te sientas mal, egofsta, disparatado, inadecuado y sobre todo irremisiblemente equivocado. Ser honesto consigo mismo y asumir la responsabili- dad de sus propios sentimientos son actitudes muy ame- 24 EL DRAMA COMIENZA, nazadoras para el Perseguidor, toda vez. que podrian acer- carle peligrosamente a sus vergiienzas més intimas. Hay ocasiones en que el Perseguidor siente de golpe la vergtien- zay la inseguridad propias del papel de Victima, algo que, segiin sus palabras, es tremendamente doloroso para él (Por ejemplo: un hombre le pega a su esposa y, a renglén se- guido, rompe a llorar avergonzado y le suplica que no lo deje.) Sin embargo, al Perseguidor por naturaleza le es mu- cho més cémodo manifestar en todo instante un talante iracundo ¢ irritable, as{ como sefialar con el dedo a los de- mis, Cuando surge un problema, su reaccién instintiva es encolerizarse y adoptar una actitud acusadora, abochorna- dora y controladora; ahora bien, si esto fallase, no tendria reparo alguno en erigirse en Victima y presentar una ima- gen débil, enojada y llorosa. En resumen, los rasgos distintivos del Perseguidor son: * Actitud condenatoria, critica, abochornadora y acu- sadora. + Justa indignacién, + Ver en blanco y negro. + Proclive al control. + Atrogancia o complejo de superioridad. + Atribuirse el derecho de hacer que los demés actien, segtin sus deseos. + Interés por ser visto como un ser perfecto y libre de cualquier tipo de reproche. + Rechazo de su propia vergiienza y vulnerabilidad. 28 EL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN EL SALVADOR (También conocido como la «madre sombra», el «mér- tir-héroe», el ecomplacedor de la gente» o ef «progenitor responsable»,) El Salvador denota una preocupacién exce- siva por los sentimientos y las necesidades de los demés, incluso en detrimento propio. En nuestra sociedad, se le daa esto la falsa consideracién de afecto o espiritu caritati- vo, cuando en realidad estamos ante un mecanismo de de- fensa. El Salvador cree a pie juntillas que si se compadece de los demés y se sactifica lo suficiente por ellos, ser una per- sona alabada y querida, No obstante, dado que raras veces hace puiblicas sus propias necesidades y sentimientos, y me- nos atin los hace prevalecer, lo normal es que termine s tiéndose agobiado e inapreciado, Sin embargo, al creer que sus acciones hacen de él (o de ella) una «buena persona» de ideas altruistas, en el fondo se siente orgulloso de su sa- crtificio y de su desvelo por el préjimo. Los Salvadores se sienten responsables de la felicidad y del bicnestar de sus semejantes; por consiguiente, si alguien esti furioso, dolido o harto, el Salvador se pondrs al ins- tante en accién para reconfortarlo y calmarlo, haciendo suya la tarea de hacer que la persona se sienta bien de nue~ vo. Los Salvadores tienen un nivel de tolerancia bajo con respecto a las agitaciones emocionales o conflictos y harin cualquier cosa en pro de la paz. Si para conseguirla es ne- cesario fingie que las cosas marchan bien, estar de acuerdo 26 EL DRAMA COMIENZA. con lo que otros dicen, transigir con lo que otros desean 0 incluso convencerse de que ellos desean lo mismo, no tie- nen inconveniente alguno en hacerlo, Prefieren sacrificarse antes que enfrentarse al conflicto. Para un Salvador es casi imposible tomar una decisién que satisfaga sus propias necesidades pero que moleste a los demds, por lo que la demorard sine die o simplemente se avendri a hacer lo que de él se espera, esto es, complacer alos demés, Con harta frecuencia manifiestan un compor- tamiento camalednico, puesto que dicen y hacen lo que en un momento determinado se espera de ellos. De aqui que a veces este rol reciba el nombre de «complacedor de la gentes. Los Salvadores se andan con pies de plomo en sus rela- ciones personales, especialmente cuando interactian con personas que puedan dar un giro hacia el rol de Perseguidor; para ello, suclen evitar temas escabrosos, procuran adap- tatse a los demés, y sélo hablan de aquello que estiman ceptable e incontrovertido. En un decidido afin por no al- terar el orden de las cosas o por evitar cualquier posible crf- tica o rechazo, son personas dispuestas a transigit, a ocultar la verdad y-a ahogar cualquier sentimiento o necesidad que pudicra dar lugar a polémica. Para evitar situaciones de indole emocional, son dadas a hacer cosas y a estar ocupa- das la mayor parte del tiempo. Este comportamiento hace que sus relaciones sean a menudo distantes y superficiales, ” BL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN ya que no les permite llegar al fondo de los asuntos ni tam- poco resolver los conflictos. ‘Huir de la confli ividad y no exteriorizar el enfado cons- ticuyen para los Salvadores un comportamiento tan normal y natural que no se dan cuenta siquiera de que «no pinchan ni cortan» Jo més minimo en sus relaciones personales; a esta situacién contribuye también la circunstancia de que en muy contadas ocasiones dan a conocer sus necesidades y sent mientos; no es de extrafiar, pues, que terminen con la sensa- cién de ser un don nadie. Muchas veces su sentido de la lealtad les hace seguir vinculados a relaciones anémalas y co- dependientes que no les hacen ningtin bien y en las que no se sienten verdaderamente apreciados. Con frecuencia tra- tan de convencerse de que las cosas irin mejor en el futuro y dad. no reconocen su propia inf Muchos Salvadores se comunican de un modo vago, confuso ¢ inditecto; y ello, porque temen mucho decir algo inoportuno e improcedente que moleste a sus inter- locutores. Por su parte, estos interlocutores suclen que- jarse de que nunca saben a qué atenerse con este tipo de personas. Esta comunicacién indirecta también perju- dica a los propios Salvadores, toda vez que perjudica la labor de «adivinacién» que éstos acometen con el fin de enteratse, a través de indicios y pistas sutiles —y no me- diante preguntas clarificadoras y directas—, los que los otros desean 28 EL DRAMA COMIENZA Puesto que los Salvadores gustan de desentenderse de los problemas personales, © cuando menos quitarles impor- tancia, corren el riesgo de convertirse en «encubridores pa- sivos» al soportar en silencio pautas de conducta inadecua- das (alcoholismo, laboradiccién, ludopatia, y otras) por parte de su pareja o de cualquier otra persona. Idéntica ac- ticud adoptarian si su pareja, o un familias, incurriese en un comportamiento infantil y caprichoso, se negara a valerse por s{ mismo, evidenciara sintomas depresivos o agorafs- bicos, 0 incluso fuese abusivo violento. Los Salvadores son remisos a enfrentarse con las dificultades en la con- fianza de que los problemas desaparezcan o se resuelvan de alguna manera por s{ mismos; esta postura la mantienen aunque la situacién dure algunos afios. Es corriente que los Salvadores saquen de apuros, pro- tejan, justifiquen 0 encubran a las personas de su entor- no en vez de impulsarles a que se enfrenten de manera abicrta con sus problemas; no se dan cuenta, pucs, de que esta forma de actuar fomenta la adopeién por parte de estas personas de estrategias defensivas y de depen- dencia encaminadas a favorecer sus particulares intere~ ses, Puesto que tienden a responsabilizarse de los demés, pueden llegar incluso a echarse ellos mismos la culpa del ‘mal comportamiento de éstos. (X, como no podria ser de otro modo, fos Perseguidores se complacerin en estar de acuerdo con ellos en esto.) Asimisme, los Salvadores suelen declararse culpables de las dificultades que surjan BL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN en cualquiera de sus relaciones, algo que permite desen- tenderse a la otra parte; y dado que culparse a si mismo es tan inefectivo como echarle la culpa al otro, el con- tencioso queda en el aire, esto es, no llega a resolverse por completo. Por qué se conoce también al Salvador como la «madre sombrav? Pues porque representa una forma desvircuada de «querer». El yo superior que todos tenemos respeta siem- pre nuestro yo y el de los demas, mientras que el Salvador hace dejacién de sus propias necesidades y pone en primer lugar a las de los otros, Nuestra cultura es proclive a enco- miar al mértir y a Ja persona que se sactifica por sus seme- jantes —ces maravillosa, nunca piensa en ella mismar pero sactificarse por el projimo no ¢s quererlo, Cuando re- ‘nunciamos a nuestros propios sentimientos y necesidades y hacemos concesiones a los demds, no hay duda de que se debe a nuestra baja autoestima. En este caso, lo que pers gue el Salvador es ser merecedor del carifio ajeno por ser ebueno» y «afectuoso», en detrimento propio, con los que le rodean. Otra razbn por la que el carifio que dispensa el Salvador ‘no puede considerarse sano, sino desvirtuado y distorsio- nado, cs su naturaleza epaternalista», Podria decirse que ese afin por avolcarse» sobre los demés tiene mucho de com- pulsivo. El Salvador es un espécimen puro de la codepen- dencia, Puesto que st «catifioy esta basado en el hecho de ser necesitado, precisa que los demas mantengan su condi- cidn de personas menesterosas o dependientes. Incluso si el otro es un adulto o un nifio mayor, el Salvador tiene ven- dencia a protegerlo en exceso, haciendo suya la responsa- bilidad de chacerlo feliz». Se cree més listo, més fuerte con més recursos que la otra persona, dando por sentado que ésta, al ser en cierto modo débil o incompetente, no puede salir adelante por s{ misma o necesita ayuda para abritse paso en la vida. Una conducta asf incapacita al otro en ver de fortalecerlo. El Salvador no considera a los demas como seres iguales —provistos de facultades y recursos que les son propios—, sino mas bien como seres pucriles y de- pendientes, Lo malo es que esta apreciacidn corre el peligro de convertrse en lo que en psicologia se lama una profecfa de autocumplimiento. Los Salvadores creen que sélo son valorados por lo que puedan hacer por los demés, por lo que les conviene que é&- tos sientan necesidad de algo. Cuando sus hijos crecen, el Salvador recalcitrante buscaré a un sustituro a quien cuidas, ya sean unos padres ancianos o un gato extraviado. Dado que no concibe que pueda ser apreciado y considerado por s{ mismo, procura hacerse indispensable a los demés en la ereencia de que, si no lo es, ser4 rechazado y no querido. ‘Los Salvadores se mueven bajo la influencia del miedo y la ansiedad y ereen, ademés, que los que les rodean son in- capaces de enfrentarse con el infortunio 0 de asimilar la 31 HL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN, verdad cruda de las cosas, de ahi que quieran protegerlos de posibles peligros y de situaciones penosas, como asimismo cvitatles cualquier revés, disgusto o enfermedad. No con- ciben que los demés tengan la entereza necesaria para su- perar las dificultades de la vida, por lo que intentan impe- dir a transicién de étos a la adultez, Esta cs la razén por la que los Salvadores scan también denominados «ptogenito- res responsables». Desean que todo transcurra sin sobresal- tos y parezca perfecto y, para conseguirlo, no tienen repa- +08 en ocultar Ia verdad a los demas o en evitar cambios que pudieran soliviantarlos. Puesto que una accién como &ta, aparte de ser ittespetuosa o artificiosa, despoja de autoridad a la persona en cuestién, pucde ser causa del eno- jo de ésta; si éste es el caso, el Salvador se sentirla entonces totalmente desconcertado, ya que esté convencido de que ha hecho todo lo posible por ser «servicial» y por «hacer las cosas bien». Cuando la relacién primaria de un Salvador se hace dis- ‘ante, superficial o controladora —cosa que normalmente ccurte al no estar dispuesto a abordar los astntos, a expo- her sus propias necesidades 0 a dar a conocer sus senti- micntos—, recurre con frecuencia a un paternalismo exa- cetbado a modo de situacién compensadora, Se centra, ues, en la relacién «desigual» que impone el paternalis- mo, ya que se siente mas cémodo asf que aftontar una re- Jaci6n igualitaria ¢ intima; y también porque necesita ser ne- cesitado y porque cree que no puede despettar carifio como 32 EL DRAMA COMIENZA persona en si, Los Salvadores saben cémo cuidar al pr6jimo, pero raramente saben cémo establecer una verdadera rela- in intima; esto hace que prefieran «desaparecer> o darse por vencidos en vez de ser francos y honestos. Puesto que poseen un gran interés para que se les con- sidere intachables, tanto los Salvadores como los Persegui- dores suclen desear tener chijos perfectos» a base de pro- porcionarles una preparacién esmerada que, en la mayoria de los casos, les supone una presién por parte de los pa dees para que destaquen en todos los aspectos de la vida. ‘Muchas veces estos nifios renuncian a muchas cosas con tal de que sus progenitores estén «orgullosos» de ellos. Hay. que sefialar que los patrones de ostentacién, renuncia y per- feccionismo se transmiten de una generacién a otra. Asi- mismo, los Salvadores se sienten responsable de las clec- ciones que hacen sus hijos, interfriendo y dificultando con ello la creciente autonomia que éstos requieren. Una con- ducta de este tipo puede distanciar a los padres de sus vis- tagos, al sentirse estos titimos atosigados y controlados en exceso. Al igual que el Perseguidor, el Salvador suele dedicarse a buenas causas, si bien lo més probable es que lo hiciese para servir al préjimo y no para luchar contra el statu quo, que serfa la finalidad preferida del Perseguidor. Haré cual- quicr cosa que sca necesatia sin proferit queja alguna, aun- que esté cansado o haya algiin inconveniente, Es el rol del 33 EL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN «mnirtir-héroe», Para el Salvador, las necesidades de los otros siempre tienen preferencia, Se desvive por arreglar sus pro- blemas o sacarlos de apuros y, a menudo, evidencia un fer- viente deseo de cambiar el mundo y hacerlo mejor. El Salva- dot suele ser adicto al crabajos y puede llegar incluso hasta la extetnuacidn si su labor implica sobre todo servir alos dems, Muchos de los trabajadores sociales y cuidadores pro fesionales son Salvadores por naturalcza que proporcionan a los demés el cuidado, el apoyo y Ia atencién que secreta- mente querrian para si. A estas personas les cuesta trabajo decir uno» o fijar un limite que acote claramente cl alcan- ce de su labor profesional. Al rol del Salvador se le ha lla- mado tambien el del «sanador herido», por ser persona dis- puesta a sanar a los demas pero no a sf misma; su decision de convertirse en sanador, cuidador 0 consejero esté casi siempre movida por esta dinémica infantil, En el plano del subconsciente, el Salvador ha aprendi do desde nitio a hacerse responsable de la felicidad y del bienestar de sus congéneres y a sentirse culpable si comete el desliz de tener en cuenta sus propias necesidades. Al no set satisfechas sus necesidades de dependencia, empieza a verse menos importante que los demas. Esto podria deber- se a que uno o ambos padres no quisieran 0 no pudieran asumir el rol parental, que Llegara un nuevo hijo cuando 1 era todavia un nifio de muy corta edad, o que le asignasen la tarea de cuidar a sus hermanos més pequefios. A esto 34 FL DRAMA COMIENZA, también contribuirfa que sus padres le hicieran responsable de imbuir (0 heric) ciertos sentimientos en el énimo de los que le rodean («(Mira lo que has hecho, has enfadado a tu mamily, «No hagas que me enfadels, «Haz. que nos sinta- mos orgullosos de ti», «Partirfas mi corazén si tu.. Es corriente que los padres de un Salvador clogien abiertamente cualquier conducta cooperadora o solidaria de su hijo y, por el contrario, desaprucben cualquier pos- tura de éste que denotara un sentimiento negativo o fir- meza de cardcter. No es raro, pues, que esta forma de ac- tuar por parte de los padres fuese Ia causa de que el hijo (© la hija) se acostumbrara a conseguir la aprobacién aje- na siendo bueno y servicial, ahogando sus propias senti- mientos, y haciendo lo que otros desean. El Salvador sue- le ser también producto de una cultura familiar en la que se concede una gran importancia a la accién de ayudar y cuidar a los demas; y mds atin, si esta accién supone un sa- ctificio considerable para quien la realiza. Estas situaciones se dan en familias en las que uno de los padres (0 ambos) €5 un consejero profesional, un alma piadosa de arraigadas creencias religiosas, o una persona dedicada en cuerpo y alma a las buenas obras, Fueren por las razones que fuesen, las necesidades personales del hijo se desecharon por sistema 0 no se tu- vieron en cuenta, por lo que crecié en un ambiente pe- renne de estoicismo y falta de consideracién hacia si mis- 35 PL TRIANGULO DRAMATICO DL KARPMAN ‘Mo; Fasgos estos caracterfsticos del rol de Salvador. Todos tenemos la tendencia subconsciente de tratarnos de una forma idénsica a como fuimos tratados de nifio; y, de igual modo, buscamos en nuestra pareja a la persona ¢2- paz de reproducir nuestros antiguos patrones familiares, de aqui que los Salvadores se sientan con frecuencia atrat- dos por parejas necesitadas de algo 0 por aquellas otras de cardcter perseguidor que les hacen poco caso o los hu- milan. Los Salvadores se han aclimatado a interesarse por asuntos que estén fucra del ambito de su ego y a guiarse por lo que quieren los que estén a su alrededor. Piensan obsesivamente en los otros y en sus problemas, y aunque su proceder tenga de bueno su gran empatia, su vida est supeditada a la agenda de los demés. Cualquier persona Jes importa mas que ellos mismos. Ayudar y cuidar al préjimo se convierte en una adiccién; para el Salvador es como si la vida pasase por su lado sin rozarle. Sus sen- timientos y sus necesidades se han convertido en algo tan secundario, que incluso tiene dificultades para apreciar lo que realmente siente © quiere; y mas atin para expresar- lo, sobre todo si puede chocar con lo que otros sienten 0 desean, Los Salvadores son incapaces de expresar enojo, lo cual significa que por regla general se sienten atraidos por Per- seguidores que pueden manifestar su célera (por esta razén BL DRAMA COMIENZA. el Salvador puede proyectar y renegar de su propio enojo). Suelen ser también muy abandonados en cuanto a cuidar- se y protegerse a s{ mismos, Piensan que «no tienen dere- cho» a darse gustos que podrian perjudicar a los demés. Por consiguiente, convertirse en egocénttico y satisfecho de si mismo, as{ como aprender a hacer valer sus propios sentimientos y necesidades —incluso en circunstancias de fuerte oposicién—, son las principales tareas que el Salva- dor tiene que abordar para llevar una vida més normal, Hasta que no consiga lo anterior sin titubeos y sin sentirse culpable, no es probable que pueda tener unas relaciones sa- nas, afectuosas ¢ {ntimas, como tampoco encontrar paz. in- terior y una felicidad verdadera. Aungue la mayorfa de la gente prefiere representar uno solo de los roles del tridngulo, una vez metidos en el drama, somos propensos a representar los tres. Habré veces en que tn Salvador tipico se convierta de buenas a primeras en Victima y se sienta martir («Después de todo lo que he he- cho por ti..», Por mucho que uno haga, nunca es suli- cientes). En estos casos, el Salvador tipico se sentir ago- biado, incomprendido ¢ inapreciado, una dindmica que lo eve a la depresién. Orras veces, el uudiendo entrar en Salvador tipico se colocaré en el lugar del Perseguidor («Muy bien, que conste que ésta es la iltima vex que te ayudo!), antes de reprocharse a sf mismo su salida de tono y de regresar al rol de Salvador. 37 EL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN En resumen, los rasgos caracteristicos del Salvador son: * Volearse en los demés, aunque sea en detrimento propio, + Responsabilizarse de la felicidad y el bienestar de sus congéneres. + Bvitar cualquier tipo de conflicto tratando de cal- mat o apaciguar a la otra parte. * Ser merecedor de carifio o gandrselo a base de ser bueno, amable y servicial. * Despojar a los demds de autoridad al practicar con ellos un paternalismo protector. * Ocular o evitar las situaciones escabrosas y preten- der que todo va como la seda. * Sentirse mediatizado por la culpa, fa obligacidn y la responsabilidad. * Ser incapaz de expresar —o incluso estar al tanto de ellos — sus propios sentimientos y necesidades. La VicriMa (También recibe el nombre de «nifio sombray 0 de «nifio heridos,) El rol de Victima es una postura infantil que hace que te sientas indefenso y vulnerable. Si estés metido cn este rol, no cesards de quejarte y Hloriquear. ‘Te ves a ti mismo Victima de las circunstancias y de los manejos de los demés, asi como Victima de eu pasado, de unos genes de- fectuosos o de unas decisiones malas, lo cual, como es na- 38 poe EL DRAMA COMIENZA tural, hace que te sientas maniatado ¢ indefenso. Cuando estés en plan de Victima, te consideras de algiin modo dé- bil, fil o imperfecto y, por consiguiente, necesitas cual- quicr tipo de ayuda o apoyo ajeno. Incluso podrias tam- bign manipular a otros para que te prestasen cuidados o Pproteccién. Siempre que te sientas dolido, traicionado, utilizado, manipulado, abandonado, incomprendido, controlado, 0 tengas pena de ti mismo, estas en el papel de Victima («El/ella/ellos me hicieron la faenax). De los tres roles del ttidngulo dramatico, el de Victima es el peor. Es la posicién en Ia que te encuentras més indefenso, més desamparado, més vacio y peor tratado. Aunque los tres roles estén in- fluidos por el temors, en el de Victima la persona en cuestién soporta la sobrecarga de su propio miedo y de su propia ansiedad, con lo cual se siente intranquila y aterrorizada la mayor parte del tiempo. Mientras representes el rol de Victima, estarés muy susceptible, es decis, que te mostrards herido u ofendido por motivos a veces baladies, lo cual dard lugar a que la gente te evite o te oculte la verdad. En los casos més gra- ves, la Victima podria evidenciar signos de desesperacion ¢ incluso inclinaciones suicidas, Asimismo, podria reve~ lar sintomas de aletargamiento, bloqueo y paralizacién —Ia reaccién normal al estrés— y ser incapaz, por tanto, de tomar decisiones o incluso de pensar con lucider so- 39 [BL TRIANGULO DRANATICO DE KARPMAN bre el futuro. Puesto que el rol de Victima tiene mucho de penoso y angustioso, mucha gente se «escabulle» de él refuugidndose en el rol de Salvador, esto es, dedicandose a atender las necesidades de los demés o tratando de calmar y aplacar a.un Perseguidor que, sin ningsin escripulo, intenta sumirla en Ja voragine del temor y la humilla- cién, Otras veces, el rol escogido por la gente es el de Perseguidor, ef cual le da la oportunidad de dirigir un dedo acusador hacia aquellos que la defraudan, que les hace dafio o que hacen que se sienta tan infeliz, Otra via de «escape» es vivir en un mundo fantéstico —leyendo novelas de evasién, navegando por internet, dando tien- da suelta a Ia imaginacién, o iniciando una relacién a distancia— con el fin de cludir la realidad y no verse en la tesieura de tener que tomar decisiones, En estos casos, la gente recurre también a las adicciones —comer en exceso, darse a la bebida, practicar juegos de azar, con- sumir drogas, alquilar favores sexuales, gastat sin control © trabajar en demasfa— con la intencidn de llenar el va- efo que tienen en su interior. Fsté claro que optar por esta ultima via supone enerar en una dindmica de auto- destruccién, Las Victimas son personas que mantienen una alta de- pendencia con aquellos que estén a su alrededor y que, ade- ‘més, suelen tener relaciones perniciosas de codependencia en vireud de las cuales reciben cuidados y proteccién (antinica, fisica y financiera). Sin embargo, a pesar de ello, sienten un 40 i ; , EL DRAMA COMIENZA, secreto resentimiento hacia sus cuidadores, toda ver que no les gusta ser tenidas por incapaces o necesitadas. Puede dar- se el caso de que alguien ayude econdmicamente a su ex cényuge o siga haciendo trabajos en Ia casa de ésta —o éte— (rol de Victima); y la persona beneficiada todavia le ctitique y le culpe de «portarse mal» y de no estar haciendo lo suficiente por ella (rol de Perseguidor). ;Hagas lo que ha- asa favor de una Vierima natural, nunca seré lo suficiente! La Victima puede mostrarse pasiva 0 agresiva. Hay Victimas que impiden cualquier intento de ayuda por parte de los demas jugando al «sf, pero...r; 0 bien, estan- do en principio de acuerdo con un plan de accién y hue- go no llevandolo a cabo; esta forma de actuar hace que los que estén a su alrededor se sientan impotentes y frustra- dos. A veces, el proceder de las Vietimas —ya sean hom- bres o mujeres— consume el tiempo y la energia de sus benefactores, por lo que a veces se les llama «wvampiros chupadores de energiav. En muchas ocasiones, las Vietimas naturales recurren a la ayuda profesional, y aunque no pueda decirse que la ayt- da bien intencionada funcione a la perfeccibn con este tipo de personas, por lo menos sirve para que se identifiquen con su condicién de Victima. Esto da lugar a que numero- sas Victimas vayan de un profesional a otro en. busca de tuna solucién mégica para sus problemas de origen externo, ala par que son reacias a hacerse cargo de sus propios asun- 41 BL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN tos y a responsabilizarse de ellas mismas. Es entonces cuan- lo pueden transformarse en Perseguidores y tachar de win- competentes» a estas profesionales por no haber sabido sa- narlos 0 resolver sus problemas. (El mismo reproche pueden. hhacerles a su propia familia.) Las Victimas estén ancladas en el pasado, siguen sin despojarse de su espititu infantil, y codavia se ven como se- res indefensos e inexpertos incapaces de cuidar de s{ mismos ode hacer algo «a derechas». A menudo, los Salvadores re- fuerzan esta pauta de conducta de las Victimas intervi- niendo y haciendo las cosas por ellas; mientras que, en es- tos casos, los «Perseguidoress no dudan ni un dpice en denunciar su incompetencia y falta de habilidad. Ambas actuaciones, como es natural, incensifican la humillacién y el sentido de ineptitud de la Victimas y lo que realmente ne- cesita ésta es darse cuenta de que posee energias, talentos y recursos internos para ejercer su propio poder y recobrar su autoestima. He aqui algunos de los rasgos que caracterizan a las Vic- timas: * Sentirse indefensas, débiles, frigiles y defectuosas. * Verse a si mismas como productos de las circuns- tancias sobre las que no tienen control alguno. + Sentirse incapaces de tomar decisiones y de cuidar de sf mismas * Buscar ayuda, cuidado y apoyo en otras personas, 2 EL DRAMA COMIENZA. Decir asf, pero... Vivir a veces en un mundo fantéstico. Sentirse aterrorizadas, aletargadas, bloqueadas 0 pa- ralizadas. Scntirse insignificantes, ansiosas ¢ infantiles, Poseet un profiundo sentido de la vergiienza y de la inadecuacién o de lo inoportuno. 4a 2 El tridngulo dramdtico en la prdctica + UN ADOLESCENTE DE QUINCE ANOS se nicga a reali- zar en casa cualquier trabajo escolar, pasa la mayor parte de su tiempo en la calle, y regresa a cualquier hora de la noche, Esta conducta es, a todas luces, una reaccién al he- cho de sentirse controlado por sus padres (Perseguidor y Salvador) y de tener miedo de hacerse mayor. Su padre se pone en plan Perseguidor y se empefia en hacerle entrar por su vereda («Mientras estés bajo este techo, tendrés que acatar mis notmas»); el problema estd en que el hijo tam- bién asume el rol de Perseguidor y ve a su padre como un cenemigo. Cualquier cosa que diga su padre es «descabella- da» y warente de sentido», por lo que no existe una com- prensién mutua. Su madre interviene asumiendo el rol de Salvadora con respecto a su hijo, y trata de calmar las aguas revueleas, si bien esto crea una situacién tirante en su ma- trimonio, ya que su esposo dirige entonces sus diatribas de Perseguidor también hacia ella, por lo que Ia esposa trata 45 BL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN asimismo de aplacarlo, fuegos. ndose atrapada entre dos + A lo largo de veinte afios, una mujer (Salvadora y Victima) estuvo soportando ua régimen matrimonial con- trolador y abusivo, hasta que un dia retine la fuerza inter nna necesaria para decirle a su esposo (Perseguidor) que quie- re separarse de él. El marido entra en célera y la amenaza a stitos de que si lo deja, pondrs a sus hijos en contra de ella. Cuando se da cuenta de que su antigua téctica de meter miedo ya no funciona, recurre entonces a fa tictica de to- car las fibras sensibles del corazén de su pareja («No te acuerdas del juramento que hiciste en la iglesi puedes hacerle esto a tus hijos?s) y sugiere que ella es la culpable de sus problemas maritales («{Después de todo, quien estd tomando antidepresivos cres wis). Esta reaccién de su esposo hace que se sienta confusa ¢ indecisa una vez mis y, después de varias semanas, Ilcga a la conclusién de que no tiene derecho a desordenar la wvida de sus hijos> porque ella quiera encontrar su propia paz y felicidad, Se dice a st misma que, al fin y al cabo, las cosas no estén tan mal y que quizé deberia poner mis de su partes al final, acaba otra ver, integrandose en su penoso y forzado matti- monio, », «gCémo * Durante muchos afios, un hombre habia estado ayu- dando econdmicamente a su hermana enferma. Por esto, fue maydscula su sorpresa cuando de repente su hermana se 46 BL TRIANGULO DRAMATICO EN LA PRACTICA enfada con él y deja de hablarle («Después de todo lo que yo he hecho por ella..»), La realidad era que, aunque de for- ma bondadosa y con buenas intenciones, todos esos afios habfa representado con ella el rol de Salvador con el pre~ texto de que ésta presentaba un sindrome de fatiga cré- nica (SFC), obligindola de este modo a asumitr el papel de Victima. Sin embargo, llega un momento en que la her- ‘mana se siente capaz de gobernarse por sf sola, citcunstan- cia que él no reconace putesto que sigue tratindola como si fuese una nifia, Esta falta de comprensidn por parte de st hermano la pone furiosa y le hace adoptar frente a él el rol de Perseguidora. Una vex que logra deshacerse de la in- fluencia de su hermano, nota una apreciable mejoria en su estado de salud. * Una trabajadora social recibe una llamada telefnica de su anciano padre —persona exigente—, quien le anun- cia que no puede valerse por sf mistno y que se va a vivir con ella. Siempre habia temico que llegara este momento. Durante muchos afios, su padze la habfa sometido a una es- pecie de chantaje moral basado en el remordimiento de conciencia y en las obligaciones de los hijos para con los pa- des («Si un dia no tengo noticias tuyas, me embargaré el te- mor de que te has muerto», «No es mucho lo que pido!) Siempre que dedicaba algin tiempo para su propio solaz, cesta actitud paterna le amargaba la fiesta y hacia que se sin- mal, Como Salvadora natural que era, vela que no te- nia otto remedio que acceder a la exigencia de su padre; "7 EL TRIANGULO DRAMATICO DE KARPMAN asi que, con gran dolor de su corazén, se resigné a destinarle el cuarto de huéspedes. * Un joven es invitado por unos amigos a pasar unos dias esquiando, aunque a su novia, con la que vive, no le entusiasma nada [a idea, Entre lagrimas y reproches, le dice que puesto que a la mas mfnima ocasién no duda en dejarla sola, lo mejor seria que diesen por terminada la relacién, Bl se siente culpable de la desagradable situa- cidn que se ha originado y reconoce que ha sido egofsta ¢ irrazonable, por lo que desiste de hacer esa excursién a la nieve. Su novia queda encantada con su decisién, hacen el amor y él se siente aliviado unos dfas. Sin embargo, este Proceso se repite cada vex que él quiere hacer algo por su cuenta y a su novia (Perseguidora) no le hace gracia y, como era previsible, el joven cmpezé a sentirse atrapado y limitado. Queria dejarla, pero no se atrevia a darle ese dis- gusto, puesto que ya sabfa cémo actuaba ella en tales oca- siones; lo mds seguro cs que se las arreglara para que ter- minara leno de ansiedad y sintiéndose culpable y avergonzado. Mientras él la complaciera, las cosas iban como la seda; pero, en cuanto la contratiaba, se declara- ba en chuelga de silencio» o se quejaba sin parar hasta que el joven daba su brazo a torcer. Ast que él, como buen Salvador, se acostumbrs a dar marcha atris, por lo que sus propias necesidades quedaron relegadas a un segundo término. El se decfa a sf mismo que «estaba haciendo todo lo posible para que Ia relacién funcionara», aunque, bien EL TRIANGULO DRAMATICO EN LA PRACTICA mirado, lo que hacia era entrenar a su novia en la tarea de controlarlo y manipulaslo; algo muy parecido a lo que su madre hacfa con su padre. Cuando su prometida comen- 26 a presionarlo para que contrajesen matrimonio, él se re- sistié durante una temporada, pero al final acepté pata no romper la paz. Empezé a tener ligeros impulsos suici- das, pero, a pesar de ello, sigue adelante con los planes de boda. + Una sefiora mayor, cuyo espaso cada vex est mas dé- bil, no cesa de arremeter contra los doctores y las enferme- ras que lo atienden. Para ella, no hacen las cosas lo bastan- te bien, se equivocan continuamente, no atienden a las necesidades de su marido, le dan muchas (0 pocas) medi cinas, o se presentan tarde a su trabajo. (La sefiora ve a su esposo como una Vietima de unos Salvadores inadecua- dos.) El verdadero problema esti en que ella teme que su matido muera pronto y tenga que gobernarse por si misma. {Cémo se las arreglaré un ver que esté sola? ;Seré capaz de dispensarse los cuidados apropiados? ;Habré alguien que la cuide? El talante mordaz con el que se manifiesta exter- namente (Perseguidora) no tiene otra finalidad que encubrir la ansiedad y la vulnerabilidad de las que no se atreve a ha- blar a los demas —quiz4 incluso a ella misma—, como también marginar o aparcar de si a aquellas personas que de algiin modo podrian mostrarse setviciales y compasivas con ella, 49

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