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UNIVERSIDAD AUSTRAL Facultad de Ciencias Empresariales MASTER EN CIENCIAS EMPRESARIALES NOTA TECNICA: “ETICA” “Talante ético del directivo: una vision panordmica de las virtudes humanas del directivo y del empresario” Prof.: Pbro. Jorge Palma. HEL 1S" Universidad de Navarra ail \ Darcelona-Madrid 0-393-084 TDN-100 Rev. 5/93 TALANTE ETICO DEL DIRECTIVO: UNA VISION PANORAMICA. £ LAS VIRTUDES HUMANAS DEL DIRECTIVO ¥ DEL EMPRESARIO falante ético y virtudes El talante del directivo ticne una notable influencia en su modo de ditigit. Es parte de su estilo de direccién, pero no es algo meramente externo, ni el resultado de aplicar determinados modelos de direccién mas 0 menos claborados. Giertamentc, el talante tiene manifestaciones exteriores, pero es, sobre todo, algo interior de la persona. Segtin afirma Julio Casares, en su famoso «Dicci leoligico de la Lengua espafiolam, talante es «el modo 0 manera de ¢jecutar una cosa». Segdn esta primera acepcidn, vendria a coincidir con «estilo». Pero, a continuacién, afiade otros significados {alante cs «semblante o disposicién personal; estado o calidad de las cosas; voluntad, deseon ! concepio de talante ético del directiva tal como lo entendemos en esta nota es afin a estos titimos significados. Es un directive con talante é€ico aquel que mantiene una inclinacién personal favorable hacia lo ético. Esto exige un conjunto de disposiciones estables del cardcter que facilitan actar bien. El directivo ético esti pendiente de sus responsabilidades morales intenta actuar 0 comportarse de forma recta. En realidad, al hablar de talante ético expresamos de modo global la calidad moral de una persona manifestada en sus disposiciones para la acci6n. El talante ético depende de las virtudes. Virtud significa «fuerza» del cardeter para actuar bien, esto es, con calidad moral. Las virtudes humanas son hdbitos operatives propios del ser humano, que se adquieren por repeticién de actos buenos. Al actuar mal también se adquieren habitos opcrativos que, a diferencia de las virtudes, dificultan actuar bien en los actos siguientes. Asi, a medida que uno actia con justicia, se va haciendo justo, a medida que se acta con lealtad aumenta en ef sujeto la virtud de la lealtad, ctc., y al revés. Para adquirir virtuces humanas es, pues, necesario un continuado esfuerzo para actuar bien en cada acto singular Nota téchica de la Divisisn ce Investigacién del IESE. Prepaala por los profesores Doménee Meté y Juan Carlos Vérquez-Dodero, Febrero de 1993. Copyright © 1993, 1ESE Prohibida la reproduccién, total 0 parcial, sin autorizacidn escrita del IESE. IESE 391-084 Universidad de Navacra ‘TDN-100 Las virtudes humanas necesarias pura la tarea directiva no son distintas de las que se requieren para otras profesiones y para la vida ordinaria, pero si tienen manifestaciones especificas En la presente nota, que va dirigida a un amplio abanico de-lectores ~cristianos o ‘o-, nos ocuparemos de las virtudes humanas, y no de kas especificamente cristianas (1) Il. Virtudes humanas ‘Tradicionalmente, las virtudes humanas se agrupan bajo cuatro grandes virtudes que, por ello desde Ia antigiiedud se Haman «virtudes cardinales», y son: templanza, fortaleza, Justicia y prudencia, Como veremos a continuacién, esta divisién no es caprichosa, sino que responde a la manera de ser de la persona humana. Tendencias basicas del ser humano En el psiquismo humuno se descubre una sensibilidad con reacciones esponténeas que se manifiestan en diversos estados emocionales (pasiones) que impulsan a la accién, La sensibilidad se manifiesta en dos tendencias fundamentales: la busqueda de aquello que produce placer o satisfacci6n, y la lucha por poseer o usar aquello que se presenta como valioso, y que dard lugar a su gace cuando se alcance. Las tendencias buscar lo comodo y placentero, y a disfrutar de los placeres sensuales de todo tipo, son expresidn de esa primer tendencia, que podemos denominar apetito placentero. La agresividad por poscer bienes externos (dinero, poder, éxito, posicién social, etc.), © por defender la propia existencia o la posicién alcanzuda, son manifestaciones de la segunda tendencia de ta sensibilidad que hemos citado, y que se denomina apetito irascible. El motivo que actualiza Jas tendencias o apetitos humanos se denomina «bien», A veces, «bienes» se toma como sindnimo de «bienes econdmicos», pero si «bien es todo lo gue se apetece (2), es claro que el ser humano tiende a un amplio abanico de bienes, Los bienes a los que tiende la sensibilidad se denominan bienes sensibles, Junto a esta sensibilidad, en el ser humano existe una racionalidad con dos facultades propias: el entendimiento y la voluntad. El entendimiento o razdn iende a conocer a verdad de las cosas, mas alld de los datos empiricos. Gracias a esta faculiad nos formamos Conceptos universales, por ejemplo, el concepto de hombre, que incluye a todos los hombres aunque no se identifica con ningtin individuo particular, La volumiad es la tendencia racional hacia la accién que empuja a realizar aquello que aparece como bueno, es decir, como valioso © conveniente para el individuo, La voluntad busca, pues, el bien ineligible que le presenta la raz6n. Bienes aparentes y bienes reales Estas dos tendencias racionales que inclinan al conocimiento intelectual y a la accién racional pueden estar en tensién con las tendencias de la sensibilidad, Bl bien inteligible (captado por la razén) a veces coincide con el bien sensible (captado por la sensibilidad), Pero no siempre. Asi, por ejemplo, la sensibilidad puede apetecer tomarse un «whisky», pero IESE 393.084 Universidad dle Navarra TDN-100 la racionalidad puede verlo como algo no conveniente, atendiendo a alguna «azn». Asi, Pues, no todo bien (algo apetecido) es un verdadero bien (apetecido intelectualmente por sex Conveniente para el desarrollo humano integral): hay, pues, bienes «aparentes» y bienes «reales». Es facil comprender que una actuacién ética no puede ser aquella que es guiada por los bienes sensibles, (por «lo que me gusta»), sino por los bienes inteligibles (por «lo que ex Conveniente»). Pero para que un acto humano sea ético ~que genere virtudes y no solo habitos operativos~ es necesario que sea realmente lo conveniente para mejorar como persona. Si en ver. de buscar lo objetivamente conveniente se acta por «lo que me interesam, Para conseguir ventajas sobre Ios dems, no es seguro que Ia actuacién sea ética. Ast, por ¢jemplo, cuando se trata a la persona como mero instrumento al servicio de los intereses el Sujeto, se esté «cosificando» a la persona. Se la trata como «algom (objeto de dominio), en ver de considerar que son «alguien» (seres conscientes y libres). Una actitud de este tipo es Jo que calificamos de egoésmo, en su sentido mas genuino, el cual connota una actitud radicalmente opuesta a la ética Una actuacisn ética exige que la voluntad quiera el auténtico bien. Esto exige querer, Por encima de todo, aquello que es valioso en sf mismo y por sf misma, y no sélo conveniente a mis intereses posesivos. Teniendo en cuenta la dignidad de la persona, su valor en sf misto ¥ por si mismo, hay que concluir que un comportamiento ético exige una intencién de verdadero servicio hacia las personas. . Virrudes humanas fundamentales En resumen, en el ser humano hay «tendencias de Ia sensibilidady: los apetitos placentero ¢ irascible, y «tendencias intelectuales»: la tendencia al conocimiento intelectual (raz6n) y la tendencia a ta actuacidn racional (voluntad). Las virtudes fundamentales viencn a dar fuerza para lograr una correcta actuacién de estas tendencias 0 apetitos. La virtud de la femplanza modera el apctito placentero; 1a fortaleza perfecciona el apetito irascible: la justicia facilita la actuaci6n de la voluntad para respetar a los demés y darles lo que les corresponde, y la prudencia ayuda al entendimiento a captar el auténtico bien del hombre. La prudencia tiene un papel directivo sobre las demés virtudes, por cuanto indica cual es el justo medio en cada situacién particular, determinando en cada caso qué es 10 bueno, y mas concretamente qué es «lo templado», «lo fuerte» y «lo justo». Para ser virtuoso 5, pues, necesario ser prudente, cs decir, tener facilidad para captar ef verdadero bien en cada actuacién. Sin embargo, para ser prudente es necesario cultivar las demas virtudes, empezando por ta templanza. De otro modo, es muy dificil tener la debida disposicién para descubrir el verdadero bien. Sin femplanza, las decisiones tienden a buscar lo mas Facil y emodo. De este modo, Ja fortaleza se ve dificultada. Sin fortaleza, es dificil afrontar los obstaculos que suelen parecer para dar a cada uno Io que le corresponde, y vivir la justicia. Sin ser justo, se va perdiendo la sensibilidad interior por buscar qué cs lo justo en cada situacién y, en definitiva, Se pierde prudencia. A su ve7, la lucha por mejorar la fortaleza ayuda a ser templado. Y el esfuerzo por actuar con justicia estimula a ser fuerte v templado, para tener mas soltura en dar a cada uno lo que le corresponde, y a buscar lo que es justo (pridencia). IESE 4 393-084 Universidad de Navaera TDN-100 La tendenicia racional no se picrde al no vivir las virtudes; pero cuando la racionalidad no esta bien ordenada, conduce a un progresivo empeoramiento del talante ético del directivo y, en consecuencia, de las decisiones que toma. Esto es asi por la tendencia racional que nos lleva a buscar razones a nuestra conducta y a «racionalizar» lo que hacemos. De aqui que, si ante una mala actuacién no reaccionamos y nos proponemws evitar acciones parecidas en el futuro, es facil que acabemos por autojustificarnos © que perdamos de vista en qué consiste el verdadero bien. Suele decirse, con acierto, que «si no se vive como se piensa se termina pensando como se vive». Es una expresién popular que tiene sus rafces en Jo que los filésofos morales denominan la «unidad de las virtues» Dentro de las cuatro virtudes humanas fundamentales —las que hemos flamado «cardinales»— se incluyen todas las demds. Vamos a citar algunas de ellas que, a nuestro Juicio, son més relevantes para forjar el talante ético del directivo, empezando por las ineluidus en la virtud de la templanz III, La virtud de Ja templanza o de la «moderacién» La virtud de la templanza modera la tendencia a dejarse arrastrar por aquello que se encuentra placentero, de modo que los placeres no destruyan otros valores superiores y se rompa la armonia interior del sujeto. De aqui que también se lame virtud de la moderacién Una persona moderada mantiene un efectivo dominio sobre sus instintos, de modo que sus deseos estin guiados por criterios 6 Justa aplicacién al trabajo: laboriosidad La laboriosidad es aplicacién al trabajo en su justa medida. La laboriosidad ayuda a superar la pereza, esto es, el rechazo del esfuerzo necesario para trabajar © cumplir 1a obligaciones del cargo o estado de cada uno. La virtud de la laboriosidad empuja a vencer la flojera, la lentitud de movimientos y la falta de eficacia en el aprovechamiento del tiempo. La laboriosidad ayuda a hacer lo mds conveniente en cada momento, y no lo que resulta més placentero. Esto lleva a hacer correctamente, con competencia y responsabilidad, 1o que se esti haciendo, sin prescindir del esfuerzo que exige acabar bien las cosas hasta el final, aun cuando Ja ilusién inicial pueda haber menguado. Para ello, hay que hacer lo que se debe y estar en lo que se hace, no ya por rutina © por Menar el tiempo, ni s6lo por la satisfaccién de trabajar, sino por espiritu de servicio. La laboriosidad no es activismo, entendido como una aplicacién inmoderada al trabajo. Activismo ¢s lo que podria amarse el «vicio del trabajom. Trabajar mucho, en ‘ocasiones, puede ser heroico; Asi ocurre cuando esto es necesario para servir a los demas: por ejemplo, para subvenir apremiantes necesidades de ta familia o de ta empresa. Pero, otras veces, la aplicacién excesiva al trabajo, aun a costa de la salud, es un desorden. Ocurriria cuando hubiese una biisqueda ansiosa del trabajo, no por servir, sino exclusivamente por vanidad 0 autoafirmucién personal o, tal vez, pura obtener agin tipo de gratificacién externa. Con el activismo, en vez de servirse del trabajo para mejorar, se puede acabar siendo esclavo del trabajo. Es la actitud de quienes se entregan a alguna actividad de modo tan absorbente y frenético que les impide escuchar y atender a sus semejantes, a veces incluso a su propia familia, en lo que serfa razonable, La obsesién por el trabajo que sigue al activismo IESE 393.084 Universidad de Navarra TDN-100 puede Hegar a oscurecer el sentido profundo de ese mismo trabajo, y aun de Ja vida entera, Por el contrario, una persona laboriosa trabaja duro, pero sin dejarse exclavizar por el trabajo, Trabaja de modo reflexivo, ponderando el significado y la finalidad de lo que esté haciendo, ¥ atmonizéindolo con los demas fines dc la vida humana. Es un probable sintoma de laboriosidad una agenda ordenada, e incluso «apretada»; pero no tanto como para que no quepan los necesarios momentos de esparcimiento o tiempos precisos para el cambio de actividad. En cambio, puede ser sintoma de activismo la falta de espacio temporal para la reflexién. Otras virtudes integrantes de la moderacién, y muy préximas a la laboriosidad, son la estudiosidad y la moderacién en las actividades hidicas. La estudiosidad leva a saber y a estudiar lo necesario, sin descnidar por ello otras obligaciones 0 el conveniente descanso, Las actividades hidicas, como la practica del deporte o de los juegos (ya sean juegos de azar 9 de otro tipo), y la asistencia a espectaculos, también requieren moderacion para evitar tanto el apego excesive a las actividades hidicas coma la infravaloracin de las mismas. Particular importancia tiene fa moderacién en ta visién de tclevisién, cuya adiccién lleva a algunos a perder mucho ticmpo (incluso robando horas al suefio) y, con frecuencia, también aun aumento de pasividad y apatia. La inmoderacién en juegos de azar (ludopatia), 0 incluso la adicci6n a algtin tipo de videojuegos, puede ser también un serio obstéculo para cl desarrollo humano de algunas personas. Moderaci6n en la autoestina personal: humildad La moderacién de la autoestima personal se denomina humildad. Humildad, en {érminos éticos, no es «bajeza de nacimiento o baja condicién». Tampoco es «complejo de inferioridad», sino una virtud de gran importancia practice. La autloestima personal es necesaria, pero debe estar apoyada cn la realidad, en la verdad de lo que uno es; Io contrario, Heva a grandes desatinos. La humildad surge del propio conocimiento y lleva @ reconocerse en la realidad de la propia condicién, con las cualidades y limitaciones propias de cade uno La humildad no es infravaloracién de ta propia personalidad, de la experiencia Profesional o del prestigio que se tenga, La humildad no es tampoco inseguridad personal ni falta de energia, sino base para lograr el equilibrio interior. La humildad se opone a los excesos derivados de la soberbia 0 exaltacisn desmesurada de 1a propia excelencia, El dircctivo soberbio vive pendiente de su imagen y reputacién; busca mas el Protagonismo que el logro de una auténtica competencia profesional; le interesa mas Conservar su posicién que preacuparse por el bien de Ia empresa. Su sobrestima dle lo propio le Heva a menospreciar a los dems. Cuenta poco con los talentos ajenos, infravalora las Sugerencias, los comentarios y lis aportaciones de los dems, pone escaso empetio en colaborar en las iniciativas de otros y en lograr un efectivo trabajo en equipo y una verdadera participacién. En el trato con sus colaboradores, el directivo soberbio tiende a imponer sus ideas de modo obstinado ¢ intransigente, no porque sean mejores, sino porque son suyas, En Ocasiones, valora el trabajo de sus subordinados en Ia medida en que sirve para resaltar més sus propios méritos. Con frecuencia, vive encerrado en si mismo y apenas tiene auténticos amigos. La soberbia hace que toda la actividad gire en toro a su propio «yo». El «yo» se convierte en la medida absoluta de la realidad y, en el extremo, se convierte en drbitro supremo del bien y del mal IESE 6 son-o84 Universidad de Navarra “TON-100 Por el contrario, un directivo humilde escucha a los demas; acepta lu critica verdadera; reconoce los propios errores y reconsidera su posicin; y leva con dignidad incomprensiones y ofensas. Sin embargo, Ia humildad no impide defender con fuerza las Propias ideas ni, mucho menos, lleva a una actitud condescendiente que dé al error la misma categoria que a la verdad. Precisamente por estar enraizuda en la verdad, la humildad afade, al conocimiento de la realidad exterior, el conocimiento propio, De este modo, las opiniones de una persona humilde tienen mayor realismo, y contribuyen a crear un clima adecuado para el didlogo y el estublecimiento de unas relaciones de trabajo durader La humildad ha sido considerada, y con razén, el soporte de todas las demds virtudes, ya que sin estar en la verdad del conocimiento propio dificilmente se puede descubrir cémo actuar bien. Un directivo humilde tiene conciencia de su propio valer y de su dignidad y, conforme a ello, busca y acepta cargos y misiones para las que tiene condiciones, pero rechaza ponerse en situaciones de incompetencia, aunque éstas den dinero o prestigio. La humildad ayuda a evitar «delirios de grandeza» y hace declinar la aceptacién de compromisos imposibles de cumplir. Pero, la humildad no impide acometer empresas grandes (magnanimidad) 0 asumir riesgos, ni invita a conformarse con ser un mediocre. Ms bien todo to contrario: una persona que se conozca a si misma esté en buenas condiciones para ser magnénima -con realismo- y de sacar el mayor partido posible de sus talentos en favor propio y de los demas, en su justa medida Control de la agresividad ante las contrariedades: mansedwnbre Ante las contrariedades y aquello que produce indignaci6n, se desata una pasién que se conoce como ira, la cual da lugar a lo que suele denominarse agresividad. Como las demis pasiones, la agresividad en sf misma no es mala; lo que es malo es dejarse llevar por la agresividad, perdiendo el control sobre ella. Reaccionar con energia, con genio, ante algin ucontecimiento indignante, puede ser bueno y necesario. Lo que se ha de evitar es perder el control, descargando en los demas el mal genio de modo injusto o desmedido, La virtud de la mansedumbre modera la ira conforme al dictamen racional, de modo que no acute sino cuando sea necesario, y en la medida en que to sea. La mansedumbre es la virtud del ebuen cargcter», de quien controla bien los enfados y enojos, sin «dejarse Hlevar por los nervios» La falta de moderacién en la ira puede Hevar al directivo a una inmerecida dureza en el trato con Jos dems, y aun a imponer sanciones excesivamente severas. La pasién de la ira incita a penalizar las actuaciones de los inferiores mds de lo justo. De aqui, la importancia de no tomar decisiones para condenar 0 penalizar a alguien sin controlar debidamente el enfado. La mansedumbre es sumamente conveniente para el directivo. Se opone a estériles violencias, a desgastes initiles de fuerzas, y a enfados que no tienen sentido (a menudo surgidos de una pequeitez). Cuando no hay mansedumbre, con frecuencia aparecen broncas malhumoradas y enojos desmesurados que debilitan los argumentos mis s6lidos, provocan reneores y rencillas, restan energias al trabajo, estimulan la irascibilidad de los ofendidos y provocan que ésios rumien los agravios y piensen el modo de desquitarse. La falta de mansedumbre en la empresa erosiona la cordialidad y la confianza y, en modo alguno, conduce a buenos resultados. ese 7 393-084 Universidad de Navarra TDN-100 Sobriedad en la bebida y otras formas de moderacién La sobriedad, en sentido estricto, es la virtud que modera la inclinacién a las bebidas embriagantes. Son bien conocidos los graves efectos del alcoholismo. Dificulta la madurez del caracter, © impide, al menos tmporalmente, la lucidez, en la toma de decisiones Disminuye el rendimicnto taboral, causa accidentes, provoca dificultades en la convivencia familiar, es ruina de muchos talentos jévenes y, cuando se exticnde, llega a ser un auténtico mal social. Todo ello sin olvidar fos trastornas que el alcoholismo ocasiona en la propia salud. El directivo sobrio es aquel que es capaz de moderar adecuadamente su inclinacién Por el alcohol, tanto en la cantidad ingerida como en la frecuencia con que se toman esta clase de bebidas. Es bien sabido que la suma de muchos «pocos» vasos 0 copas también puede crear alcoholismo. La sobriedad, como todas las demas virtudes, necesita de la prudencia en cada momento para determinar qué es lo moderado, «sin pasarse» en la bebida En sentido més amplio, la sobriedad pucde aplicarse también a fa moderacién en la comida (frente al vicio de la gula: comer de modo abusivo 0 perjudicial). En cierto sentido, ¢s también opuesta a los vicios del tabaquismo y la drogadiccién La virtud de la castidad modera la atraccidn sexual y ayuda a actuar con rectitud en el amor conyugal. Esta virtud ticne gran importancia en el dmbito de la familia y de la vida privada, pero también en fa empresa, La grandeza de la transmisi6n de la vida y, tal vez, el compromiso de fidelidad matrimonial, son motivos importantes para controlar los impulsos sexuales, y aun para evilar el riesgo de ponerse en acasion de provocar la pasién sexual que, 4 menudo, resulta diffcil de controlar, En este campo, la experiencia aconseja evitar cualquier riesgo, por lejano que parezca La modestia modera la compostura y la ostentacién en el porte exterior (arregto Personal, vestidos, automéviles, servicio, etc.), evitando Ia ostentacién vanidosa. La moderacién en los elementos de uso externo consiste en tener y utilizar aquello que sea adecuado al cargo y posicién ocupada. La modestia no consiste, por ejemplo, en mal vestir; ni en menospreciar aquello que sea adecuado para mejorar la eficacia en el trabajo, o la seguridad en los desplazamientos; pero se han de evitar excesos que solo se justificarian por vanidad o envidia (porque otros también lo tienen). Por lo demas, la osfentacidn es causa de recelos y malestar en otros que no se lo pueden permitir, especialmente cuando la ostentacién del lujo es contemplada por personas que apenas tienen lo imprescindible para vivir, La ostentacién es, sin duda, un grave perturhador social IV. La fortaleza en el directivo La virtud de la fortaleza o vatentia regula el apetito irascible o tendencia a buscar aquellos bienes estimados como valiosos y que todavia no se tienen porque su logro es arduo. La fortaleza empuja, segin los casos, a correr riesgos a a resistir las dificultades que se presenta para conseguir el bien. La fortaleza modera el posible fmpetu de arriesgarse més de lo que serfa prudente (refrena la femeridad) y, al mismo tiempo, empuja para contrarrestar la tendencia esponténea a retraerse ante los bienes dificiles de alcanzar, y que lleva a la cobardia. La fortaleza ayuda a luchar, a esforzarse por todo aquello que auténticamente «vale la pena», resistiendo las tentaciones y superando los obstéculos en la vida moral IESE 8 30t-oss Universidad de Navarra TDN-100 El directivo fuerte no bi 10 0 peligro como los aventureros temerarios, pero tampoco huye de él como la gente miedosa, Por el eontrario, acta con coraje para conseguir algo valioso hasta donde sea preciso, de acuerdo con 10 indicado por la prudencia. La Fortaleza tiene varias virtudes asoeiadas, algunas de las cuales revisaremos a continuacion Emprender con valentia misiones valiosas La magnanimidad es la disposicién de dnimo hacia las cosas grandes (de magnus, grande, en latin). La magnanimidad empuja a emprender misiones de gran valia, sin achicarse ante las dificultades que entrafian. Hablamos de valias nobles, es decir, de actuaciones movidas por un auténtico espiritu de servicio. De otro modo, no se distinguirfa una persona magnénima de un aventurero, de un jugador de azar, de un especulador sin escripulos 0, incluso, de un traidor a su patria o de un terrorista que arriesga sus bienes y aun su vida por motivos mezquinos. E] magnénimo no actia por vanidad 0 por la ambicién de buscar honores inmerecidos, sino con dnimo de hacer el bien. La magnanimidad supone espiritu emprendedor pata acometer iniciativas que puedan favorecer u las personas o a toda Ia sociedad A diferencia del pusildnime, persona de espiritu estrecho, el magndnimo no deja de hacer lo que estima conveniente y esta al alcance de sus posibilidades, evitando un excesivo femor al fracaso, El magnénimo es realista en las empresas que acomete, y no como el Presuntuoso que se lanza a acometer empresas superiores a sus [uerzas, Lo propio del directive magnénimo no es la estrechez, ni la cicaterfa, el cdlculo €gofsta, ni la trapisonda interesada, sino una entrega plena a las tareas valiosas que emprende E! directivo magndnimo valora a sus colaboradores, «tirando de» sus cualidades personales y Profesionales, y descubriendo nuevas posibilidades para su actividad y desarrollo. El directivo magnénimo presenta e infunde confianza y serenidad a su alrededor, superando miedos y temores. No calla la verdad por miedo, evita la adulacién y las posturas relorcidas, no se deja abatir cuando Megan las dificultades, no se pierde con quejas estériles, ni se doblega ante nada ni nadie en su esfuerzo por alcanzar la meta valiosa, En estrecha relaci6n con la magnanimidad hay otra virtud humana: 1a audacia, que Heva a enfrentarse a las dificultades con dnimo esforzado, La magnanimidad Mevaré en ocasiones a gastur grandes sumas, pero de modo Conveniente, sin despilfarros ni mezquindades, y también a realizar grandes trabajos. para hacer el bien a los demas a través de obras y empresas importantes, En este caso, 1a magnanimidad da lugar a la virtud de la magnificiencia. Resistencia y constancia ante las dificuliades La paciencia es también una forma de fortaleza que ayuda a quien la posee a resistir con buen dnimo las dificultades que se presentan, La paciencia no es dureza de corazén, 0 insensibilidad, ante las dificultades, sino luerza interior para alvontarlas y superarlas sin dejarse Hevar por la tristeza E 9 393.084 Universidad de Navarra TDN-100 La paciencia es necesaria, en primer lugar, para superar el desénimo que puede surgir ante los propios defectos y limitaciones. En segundo lugar, la paciencia ayuda a soportar las dificullades del entorno, especialmente las que surgen del rato con las personas con las que se convive, 0 de acontecimientos que contrarian, Todas las personas tienen defectos y, en la cmpresa, con frecticncia aparecen diferencias de caracteres, de ideologias 0 de enfoques que pueden dificultar cl trato. sas personas con las que se trabaja, en ocasiones, pueden acusar un problema familiar 0 personal o, simplemente, estar de ‘mal humor o desmotivadas por el trabajo. O, tal vez, pueden estar enfermas, o haber perdido capacidades por efecto de la edd, y mil situaciones mas a las que hay que hacer frente. La lista de contraricdades que no ticnen su origen en nosotros ni en quicnes nos rodean seria inacahable: a las pequetias contrariedades diarias (teléfono ocupado, falta de tiempo, ausencia de la secretaria, ete.) a veces se unen hechos mas relevantes (un negocio fallido, un cambio cn la coyuntura econdmica, cl anuncio de una huelga, la enfermedad de un ser querid6...). Por todo cllo, ta paciencia, tan necesaria en todo ambito de convivencia humana, es especialmente importante en ta empresa. Podrfa decitse que la paciencia es aun mas importante que Ja magnanimidad, ya que se reliere a mantener aquellas cosas valiosas que ya se tienen Un directivo con paciencia procura no perder la paz, manteniendo el estado de énimo y evitando reaccionar ante las adversicacles de modo mathumorado o desabrido. La paciencia ayuda también a llevar con espiritu de superacién los propios defectos y limitaciones, a ser comprensivo con los demas y a dar formacién a colaboradores y subordinados, Por el contrario, el directivo impaciente, al perder su propio control, causa grandes destrozos, pierde eficacia y, sobre todo, no mejora é1 mismo. Otras_virtudes incluidas en la fortaleza, y estrechamente relacionadas con Ia paciencia, son: Ia perseverancia para seguir con firmeza ent la meta propuesta, la constancia para continuar la tarea emprendida, y la tonganimidad para afrontar las dificultades que tienen larga duracién. V. Justicia y virtudes relacionadas La virtud de Ja justicia es la constante y firme voluntad de dar a cada uno aquello que le es debido. Con el paso del tiempo, ef concepto de justicia se ha ido empobreciendo, Para algunos, la justicia se reduce a dar lo convenido en los contratos y a respetar los derechos establecidos en las leyes consensuadas: eso es todo. Pero, para los clésicos, la justicia tenia tun sentido mucho mas amplio que conviene recuperar y, de hecho, se esté logrando en buena medida, Esta acepcién amplia de la justicia coincide con el sentido comin que reconoce derechos cn las personas, por el mero hecho de ser personas. Ser persona supone tener dignidad y poseer un conjunto de derechos innatos, con independencia de que lo feconozcan © no las leyes establecidas en cada pafs. Parece, pues, importante mantener un amplio sentido de justicia, dentro de! cual quepan diversas manifestaciones de la misma. En relacién con las personas, la justicia dispone a respetar los derechos de cada uno, a establecer las relaciones humanas con equidad y armonfa, ya promover el bien comin. La Justicia eure iguales reviste diversas modalidades, de las que nos ocuparemos a continuacién IESE 10 393.084 Universidad de Navarra TON-100, Dar a cada uno to suyo La justici 4 continuacién: en su «dar a cada uno lo suyo», adopta diversas formas que analizaremos Hablamos de justicia general para indlicar las exigencia de justicia que cada uno tiene con los demds, por ser personas y miembros de una comunidad. Se incluyen agui los derechos de la persona humana (derecho a Ia vida, a la buena fama, a la verdad, a Hevar una vida digna, a dar culto a Dios, etc.) y aquello que es necesario para el bien comin de la comunidad, En la empresa, el respeto a estos derechos se presenta en vatiadas situaciones: seguridad ¢ higiene en los puestos de trabajo, evaluacién del trabajo y de las personas con Justicia, respetar la buena fama ajena sin revelar defectos y fallos sin verdadera necesidad, evitar criticas negativas, etc. A la justicia general, a veces, se la denomina también justicia legal porque incluye las leyes que concretan los deberes a cumplir, aunque no se agota con las leyes que siempre son contingentes y limitadas. La justicia legal se interpreta también como lo que cada individuo debe equitativamente a la comunidad a la que pertenece. En la medida en que las leyes especifican deberes generales de justicia, hay obligacién moral de cumplir las leyes Justas. No se pueden incumplir tas leyes mercantiles, ni se pueden evadir impuestos, a menos que exista un s6lido y un recto juicio moral al respecto, por poner s6lo dos ejemplos. Sin embargo, las leyes humanas dejan de obligar -por ser injustas- si son contrarias a algdn derecho fundamental de la persona. En este caso, es licito resistir a la ley, por ejemplo, presentando objecién de conciencia. Mas ain, puede ser conveniente, en determinadas situaciones, una resistencia organizada a aleyes injustas» (desobediencia civil). La justicia entre particulares (individuos 0 grupos) se denomina justicia conmutativa y viene exigida por los intercambios (por ejemplo, una compraventa o un arriendo), La Justicia conmutativa exige igualdad relativa entre lo que se da y lo que se recibe. Esta igualdad requiere algiin modo de valoracién lo mas objetivo posible. En la prictica, suele determinarse mediante una negociacién enire las partes Hevada a cabo con verdadera libertad Cuando hay notoria asimetria en el poder negoctador, hay que estar especialmente vigilante para ser justos, ya que se puede Megara un acuerdo poco justo si la parte poderosa se aprovecha de la situacién de necesidad de la parte dgbil. Asi, en los monopolios y, en general, en las posiciones prepotentes, puede haber abuso de poder y'una libertad muy menguada para concurrir noblemente en bien de la sociedad y de uno mismo. La justicia conmutativa obliga a cumplir estrictamente los contratos y a dar lo libremente acordado. Todo contrato ha de ser hecho y ejecutado de buena fe, «fair play». En 'a compraventa, hay que servir lo convenido en las condiciones y plazos acordados y, a cambio, pagar o dar lo que se hubiese estipulado, Los arviendos han de ser pagados en Ja cantidad y en el plazo convenido, y conservar lo arrendado con diligencia. —- Los repartos tienen también sus exigencias de justicia: hay que distribuir lo que pertenezca a una comunidad, tanto las ventajas beneficios (remuneraci6n, «puestos», etc.) como las cargas 0 desventajas (responsabiidades, iributos, etc.), de modo propurcional a unos criterios objetivos, determinados con prudencia, que contemplen adecuadamente las capacidades, los méritos y.las necesidades de cada uno. A la voluntad de distribuir con equidad, evitando hacer acepcidn de personas (amiguismos, favoritismos, etc.), y dando a cada uno lo que le corresponde de lo comiin se denomina justicia distributiva. El directivo se encuentra con relativa frecuencia con problemas de justicia distributiva: tiene que repartir IESE " 392-084 Universidad de Navarra TDN. 100 algo comin entre las personas que integran la comunidad empresarial tanto lo que es ventajoso (cargos, gratificaciones, distribucién del VEA, ele.) como lo que es oneroso (turnos. ineémodos, reducciones de plantilla, ete.) A veces, el directive empresarial ha de aplicar sanciones ante indisciplinas 0 fal que vulneran cl bien comin de la empresa. Castigar con justicia es penalizar algiin delito de un modo proporcionado y medicinal, por cumplir el bien superior de la justicia 0 con la sana intencidn de corregir al culpable, y no por afin de venganza 0 por odio. Buscar ta verdad y manifestarse con sinceridad La veracidad Neva a buscar y decir la verdad, y a manifestarse externamente sin doblez ni engaiio, esto es, con sinceridad. La veracidad exige evitar toda mentira, entendiendo por mentira hablar w obrar contra la verdad para engarar al que tiene derecho a conocerta. La mentira es condenable por su misma naturaleza, ya que pervierte la palabra. Ademis, con frecuencia, afiade daiios y perjuicios a terceros al desviarles del conocimiento de la verdad a la que tuvieren derecho. Por lo mismo, a veces, puede haber una Mcita acultacién de la verdad, ya que la veracidad no obliga a decir todo to que uno sabe a cualquiera. Mas atin, en ocasiones, hay estricta obligacién de ocultar la verdad para guardar legitimos secretos (profesionales, empresariales, clc.) 0 para no divulgar la vida privada de alguien, lo cual es contrario al derecho a la intimidad. Ante preguntas de quien no tiene derecho a acceder a una informacion, hay que optar por el silencio, la vaguedad o el rodeo. Estrictamente hablando, se puede incluso recurrir a afirmaciones incompletas literalmente Falsas (por ejemplo, diciendo «no sé nada de esom y restringiendo «para decirtelo») a fin de ocultar licitamente la verdad a quien no debe conocerla, Sin embargo, el directive empresarial ha de tener la habilidad y gracia humana suficiente para salir airoso ante preguntas inconvenientes, sin necesidad de recurrir a la «restriccién mental» que es cosa impropia de la sencillez, virtud estrechamente relacionada con la sinceridad. Un aspecto importante de la veracidad es esforzarse por suministrar la informacién relevante-a la que cada uno (persona 0 grupo) tiene derecho. En este sentido, el directive ha de empezar por plantearse qué informacién hay que dar a cada grupo de interés relacionado con la empresa: los accionistas (Ia verdad sobre el uso de su capital y razonables expectativas que pueden albergar); los trabajadores (la verdad sobre la situacién de la empresa en relacién con su trabajo); los clientes y consumidorcs (informacién sustancial sobre el producto, medidas de seguridad a adoptar para usarlo, garantia en el suministro de repuestos, etc.); los proveedores (veracidad sobre la solvencia para pagar los suministros) y el piblico en general (cvitando la publicidad cngafiosa o subliminal, 9 dar informaciones sectarias para desacreditar la competencia, etc.). La veracidad es una de las picdras de toque de la honestidad profesional y empresarial. Por lo demés, un directivo veraz, genera credibilidad y confianza a su alrededor. En cambio, un ambiente en el que se permita el engaiio y la mentira se enrarece cada ver, mas y acaba por ser nefasto, para las personas y para su gobernabilidad IESE 12 393-084 Universidad de Navar ‘TDN-100 Cumplir ta palabra dada y los compromisos asumidos: lealtad La lealtad o fidelidad es la virtud que leva a cumplir la palabra dada, poniendo por obra lo que se ha prometido. La, lealtad incluye no s6lo lo que de modo explicito se ha prometido, sino también aquello que de modo técito se ha asumido al comprometerse en hacer algo. Asi, defender los intereses de la empresa por la que se trabaja (lealtad a la empresa), 0 cortesponder a la confianza depositada por alguien (lealtad a una persona), 0 actuar en el mercado respetando las normas establecidas (competir con lealtad), La lealtad ha de ser expresin practica de la verdud y, por tanto, no puede oponerse a si lo prometido fuera algo malo (contrario a la verdad moral), déjaria de obligar. ella. A: Tampoco obligan las «lealtades> contrarias a compromisos ya asumidos y no derogados (por ejemplo, no se pueden asumir compromisos con una empresa que se opongan a la lealtad debida a Ia propia familia; no se pueden establecer relaciones con la competencia que sean contrarias a las obligaciones de lealtad para con la propia empresa o con el sistema de libre competencia). En este sentido, cuando se planteen conflictos de lealtades, hay que descubrir cual es la verdadera lealtad y cudles son las «pseudolealtades». Hay que entender por «verdadera» aquella lealtad de mayor nivel para el bien o persona a que se refiere: y, en caso de similitud en el bien o relacién personal, la anterior con prioridad a la posterior. Gratitud, obediencia, respeto, amabilidad y equidad Junto a la justicia, la lealtad y Ja veracidad, hay otras virtudes derivadas de ta interdependencia con los demas y de su reconocimiento y valoracién. Son virtudes que facilitan enormemente 1a convivencia social y que contribuyen no poco al bien comin Vamos a citar algunas especialmente importantes en el Ambito empresarial, La gratitud leva a corresponder a los favores o beneficios recibidos de otro. La Bratitud se manifiesta de diversos modos. Lo mas elemental es reconocer el beneficio recibido y, si es oportuno, alabarlo y dar gracias al bienhechor. La mayor expresién de Bratitud es recompensar a su debido tiempo y lugar a quien corresponda, y de acuerdo con las propias posibilidades, No ha de confundirse la gratitud con el «amiguismo» o «compraventa de favores» con perjuicio de terceros. Esto no seria gratitud, sino un alentado contra la justicia distributiva, La obediencia lleva a cumplir inteligentemente, que no ciegamente, lo mandado por quien est constituido en autoridad, con diligencia y prontitud. La obediencia no obliga, sin embargo, cuando lo mandado es algo ilicito (contrario a la verdad moral), La obediencia no significa falta de diélogo (hay obligacién de asentir 0 discrepar) 0 sumisi6n servil a la voluntad de otro, ya que eso seria contrario a ta dignidad humana. La obediencia presupone reconocer y valorar la autoridad, necesaria en cualquier sociedad, y aceptarla con espiritu de servicio al bien comin. Con esta disposicién, un directive ha de esforaarse por llevar a cabo los mandatos recibidos, también en aquellos aspectos que de modo técito se incluyen en ellgs. Para saber mandar hay que empezar por saber obedect Un directivo que «manda bien» es, generalmente, un directivo que «obedece bien». Cualquier ser humano es merecedor de respeto, por la dignidad que tiene como persona. Cuando alguien esté constituido en alguna dignidad especial. (gobernantes, c In 293.084 Universidad de Navara TDN-100 directores, ete.) merece que sc le trate con especial respeto por razén del cargo que ostenta, Jo cual implica cierto honor y consideracién. Este respeto cn modo alguno significa proferir alabanzas exageradas 0 falsas a alguien para agradarle o captarse su voluntad (adulacién). EI respeto a los supcriores ts compatible con un rato franco y, en su caso, con la necesaria erflica constructiva realizada y debica por los subordinados a sus respectivos jefes. Ora cosa cs «la oportunidad» en la manifestacién y cl modo respeluoso de decirlo, Esta critica constructiva es también la justa corespondencia a la oportuna correccién que cl superior debe al subordinado en bien de la empresa, de Ia comunidad o de alguna persona en particular. La amabilidad en el trato, 0 afabilidad, Weva a poner las palabras y acciones adecuadas para hacer agradable el trato con los demas. La amabilidad incluye, entre otras manifestaciones, la cortesfa, cl buen recibimiento, la prontitud por disculpar, la comprension, Ja delicadeza en cl trato y la alegefa en el smblante. Todo ello expresado con naturalidad sin Fingimicnto, con cl propio (alantc y de acuerdo con las circunstancias de cada situacién La equidad, en el sentido de justicia natural por oposicién a la letra de la ley positive, conduce a la Hamada epiqueya, que consiste en interpretar las leyes y reglamentos en forma moderada y prudente, segin las circunstancias de persona, tiempo y lugar Hay circunstancias en las que cumplir la ley supondrfa una auténtica injusticia («summa lex, summa injurian teza el adagio romano). Aunque la ley, en términos generales, fuera justa, puede existir alguna situacién particular no contemplada en la ley. Un ejemplo tipico es ef caso del conductor que infringe una norma de trifico para evitar atropellar a un chiquillo que se ha eruzado en la calzada, En-la empresa, la epiqueya podefa Hevar a rebasar, momenténeamente, el nimero de horas extras permitidas ante una emergencia coyuntural de escasa duraci6n y de la cual se seguirfan gravisimos dafios. La cpiqueya leva, pues, a actuar atendienda mds al espiritu de la ley que a ta letra de la ley. La cpiqueya evita la rigidez legalista, valorando, con honestidad, aquellas circunstancias presentes en cada caso que no fueron previstas por el legislador 0 no son suficientemente consideradas en la materialidad de la ley. Es conocido como, con frecuencia, las sentencias contienen referencias a la «exposicién de motivos» de una ley, para su recta —justa, equitativa~ interpretacién aplicativa. Solidaridad Muy préxima a la justicia esté la virtud de Ia solidaridad, que se puede definir como la inclinacién a contribuir al bien comin en las interdependencias sociales, de acuerdo con la propia capacidad y las posibilidades reales. La solicaridad surge del descubrimiento de Nuestros semejantes, con quicnes tenemos interdependencias y a quicnes nos scntimos inclinados a ayudar en sus nccesidacles por ser personas. La solidaridad alcanza al mundo entero, el cual ha venido a ser como una «aldea global»: de algiin modo, todos dependemos de todos. Sin embargo, la solidaridad ha de ser ordenada, empezando con las interdependencias mas inmediatas. Un directivo empresarial ha de ser solidario, muy-en primer lugar, con sus colaboradores, con los accionistas, con los clientes y proveedores y con la comunidad local; y luego, en general, con la sociedad en su lest 4 393.084 Universidad ue Navarra TDN-100 Conjunto. Ser solidario exige ponerse en lugar del otro para descubrir sus nevesidades. A partir de aqui, conviene esforzarse por sutisfacer esas necesidades de acuerdo con las posibilidades de cada situacién y, lo que wna vex hecho el juicio esencial, es la mdy recta y operativa regla del actuar ético. Lo mas elemental es evisar acciones insolidarias (contaminacién medioambiental, erosionar la confianza o fomentar la corrupcién en los negocios, etc.). Después, la solidaridad empuja a buscar dar el maximo servicio posible a cada grupo interdependiente: esforzarse por mantener los puestos de trabajo, realizar inversiones pari crear nuevos puestos de trabajo; mejorar la calidad de! servicio a°clientes y usuarios; ayudar a la comunidad local; mejorar el medio ambiente; contribuir a iniciativas sociales y educativas, ete Amistad Mas allé de Ja solidaridad esta la Preocupacién y amor efectivo por los semejantes, buscando superar enfrentamientos y creando amistad. La amistad significa ayudar a los demas en sus problemas y necesidades, sembrar concordia y paz en las relaciones humanas, procurar que los otros ‘aprendan (lambién corrigiendo con benevolencia sus errores y Gefectos), emprender acciones benéficas y altruistas, evitando envidias, contiendas, riftas y escéndalos. Pablo de Tarso ha dejado escrito un texto muy elocuente en el que describe algunas caracteristicas del amor a los demés: «la caridad es paciente, la caridad es benigna; No es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se invita, no toma en cuenta el mal, no se alegra en 1a injusticia, se complace en la verdad; todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soportiv» (J Cor 13, 4-7) Recto uso de los bienes econdmicos EI recto uso de los bienes econémicos implica su utilizacién del mejor modo posible: es decir, con austeridad (evirancla gastos superfluos) y con liberalidad (gastando lo necesario cuando sea preciso). Estas virtudes se oponen tanto a la tacafieria, que Heva a no hacer los gastos necesarios, como a la prodigalidad o derroche de recursos sin ton ni son; fuera de su debido orden, tiempo, lugar y personas. La austeridad, que permite ahorrar para después «bien gastar», leva a evitar gastos innecesarios 0 supertluos, y a aprovechar razonablemente los recursos disponibles. Un directivo que no repare en gastos propios o de sus subordinados, simplemente porque «paga Ja empresa», no cumple con su deber de austeridad en el uso de los medios, ni de justicia en la educacién de quienes de él dependen En Ia préetica, hay que saber gastar lo que es razonable y conveniente a tenor del cargo ocupado y de las circunstancias del caso (imagen de la empresa, categoria de los invitados, etc.) en viajes, alojamientos, restaurantes y demds situaciones en las que es ficil ef despilfurro. Esta rectitud en el uso de los bienes se munitiesta también en la buena administracién de los bienes confiados, «con Ia diligencia de un buen padre de familia» (ahorro de energia; mejora de la gestién del cobro, por ejemplo, para disminuir gastos financieros, etc.) IESE 15 393-084 Universidad de Navarra TDN-100 La liberalidad, «libera» de un excesivo apego al dinero y, en general, de los bienes externos, Tlevando a desprenderse generosamente de él en bien de los demas y dentro de un recto orden. Las inversiones para crear puestos de trabajo 9 en formacién de las personas, cle. y los donatives y mecenazgos empresariales vealizados con’ buen tino, sin perjudicar el futuro o la seguridad de la empresa y contando con cl consentimiento (explicito 0 licito) de los accionistas, son muestras de sana liberalidad, La justicia en su sentide més amplio Por tiltimo, y no por ello menos importante, hay que subrayar que la justicia tiene unas exigencias primordiales, al menos cuando es entendida en sti sentido mas amplio. Supone corresponder a quienes nos han dedo gratuitamente todo cuanto nos hemos encontrado, empezando por el mismo don de la vids, y continuando, entre otras cosas, con [a educacién y con cl patrimonio cultural y civico del propio pais y de toda la humanidad. Se trata de una correspondencia relativa, ya que no es plenamente posible dar a Dios, a los Padres, a la patria y a toda la humanidad todo lo que se merecen. VIL. La virtud de la prudencia en el directivo La virtud de ta prudencia ayuda al entendimiento a captar la hondad moral en cada acto particular: Obsérvese que éste no ¢s ef sentido que muchas veces se da a la palabra prudencia al asimilarla con precaucién o cautela (asf, se recomienda «conducir con prudencian, «invertir con prudencia», etc.). La precaucién es parte de la prudencia, pero la prudencia es mucho mas: es facilidad para descubrir qué es «lo ético» en cada momento. El directivo prudente, que ha cultivado esta virtud, es fa persona sensata, con buen criteria para actuar bien La prudencia es la virtud de la rectind moral 9, segtin la clésica definicién aristotélica, es la virtud de fa «recta raz6n en el obrar» (3), que ayuda a discernir el verdadero bien y a clegir los medios adecuados para realizarlo. La prudencia ayuda a determinar, cn cada situacién concreta, en qué consiste «lo justo» (lo que corresponde a cada uno, ni mas ni menos), «lo fuerte» (ni cobarde ni temerario), «lo templado» (ni insensible, ni desmesurado en fo agradable) y, en general, el «justo medio» de todas las virtudes humanas operativas. Con raz6n, los antiguos Hamaban a ja prudencia «conductora de las demds virtudes» («auriga virtutum»), La importancia de la prudencia por el gobierno queda remarcada en unas palabras atribuidas al emperador Marco Aurelio, quien en su coronacién ors a los dioses de la Siguiente forma: «Dadme fuerza para cambiar lo que pueda cambiar; resignacién para aceptar lo que no pueda cambiar; y, sobre todo, clarividencia para discernir lo uno de lo otro.» Rectitud moral al deliberar, decidir y ejectar Prudencia es sabidurfa prictica para deliberar acerca de los acontecimientos desde la Perspectiva ética, analizando, ponderando, pidiendo consejo... La prudencia se manifiesta también en ta eleccidn de una allernativa de accién éticamente correcta (rechazando otras no IESE 16 393.084 Universidad dle Navaera TDN-100 Gticas). Finalmente, la prudencia ayuda a evar a la préctica con empuje las decisiones tomadas: lo que se ha visto claro que es bueno hacer, no s6lo ha de quedar como decision, Sino que ha de Hevarse a cabo en el tiempo y en los plazos adecuados, sin demoras, Por Io tanto, la prudencia esté presente en todo momento del proceso decisorio y de la accién. Un directivo pradente ejercita su talante en la deliberacién, que incluye la bisqueda de informacién objetiva y antecedentes relevantes; el anflisis de la situacién conereta; la generacién de alternativas viables, y la prevision de consecuencias y personas afectadas por cada una; y la peticién de consejo a quien pudiera darlo y cuando se viera conveniente, La prudencia se ejerce también en {a eleccién de la mejor alternativa o decision y, sobre todo, en la ejecucién eficaz del plan de accion elegido en el momento y del modo més propicios. Por el contrario, son manifestaciones de imprudencia: la inconsideracién o superficialidad al analizar los problemas; la falta de «contraste» con quien pudiere aportar un punto de vista experto y prudente; la precipitacién al decidir; Ia inconstancia en la ejecuci6n; la negligencia o desidia en hacer lo que se debe. La negligencia suele traducirse en descuido ¥ OmisiOn en las responsabilidades propias del cargo; 0 en una excesiva solicitud por los aspectos técnicos, econdmicos, politicos, etc. Cuando un directivo se polariza en estos ispectos y descuida su preocupacién por las personas, con frecuencia se valora mal por omisién— los uspectos éticos de los problemas. Es también contraria a la prudencia, la «astucia dolosa», es decir, la habilidad por encontrar medios engaiiosos o ilicitos para conseguir los objetivos propuestos. La prudencia, a diferencia de la astucia (4), ayuda a descubrir lo que esté bien, distinguiendo los medios licitos de los ilfcitos, para lograr buenos objetivos. VII. Takinte ético y mejora personal del directivo y del empresario En resumen, tener talante ético es estar dispuesto a intentar actuar rectamente en cada acto singular, Actuar «bien» en cada acto singular presupone esforzarse en estar Preparado permanentemente para elaborar y emitir un recto juicio moral y hacer lo que se pueda dentro de cada situacién, Una vez hecho lo posible, la persona con talante ético debe quedarse en paz, por dolorosa que debs haber resultado su accidn, Ahora bien, mejorar el talume ético (y probablemente, en este campo del ser todo lo que no sea avance es retroceso) exige mucho mis: crecer en las vistudes humanas cuyo Constante ejercicio es ineludible; y ello significa rectificar lus actuaciones iamorales cuantas veces sea preciso, y realizar actos deliberados y correctamente orientados hicia el bien; esto €s, adquirie virtudes. Y para empezar... el crecimiento en las virludes se facilita via su estudio y conocimiento, pero, sobre todo, a través del trato con personas que las vivan y las hagan atractivas, Como conclusién, podriamos proponer que si bien es cierto que no resulta ficil adquitir virludes, dada 1a condicién humana, tampoco parece razonable preseindir de ellas y No intentar vivirlas en la medida en que se pueda. Ese convencimieno es, precisamente, 2 nuestro juicio, disponer de un espléndido talante étivo personal y profesional. Ul (1) Sin embargo, debe quedar constancin que, para un directive cristiano, las virtudes humanas © naturales no son algo separudo € independiente de las virndes reologales, que permiten participar al hombre de una especial unién con Dios en todas sus actividades, sino que las virtudes humans arraigan en las teologales fen una estrecha unidad de vida. 7 293.084 te Universidad de Navarra TDN-100, (2) Segtin Arist6tetes. «bien es aquello hacia lo que todas Ins cosas tienden» («Bticn Nicoméquea», cap. 1, 1) nicién, apuntada por Aristétcles (ef. «lZtiea Nicomaqueam, cap. VI, 5). se pone de iv de Ta racionalidad para determinar qué es el hien, pero no se trata de cuutlquier aquella que se adecda can Jos. fi raturaleza humana, y a eso esta elfsien del nifiesio Fa importa racionalidad, sina d precisamente se llama recta razén (4) Se dice también que una persona es astuta cuando ticne habilidad para evitar el engato, lo cual nada tiene de reprochabte. al contratio, ¢s una facultad valiosa, Nos referinvos a la astucia como opuesta a la prudencia De aqur que hablemos dhe eastucin dats,

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