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CONSTRUCTORES DE FUTUROS, LOS AUTORES DE CIENCIA FICCiON EN ABRIL DE 1926 APARECE EN LOS ESTADOS UNIDOS LA PRIMERA ). REVISTA TOTALMENTE DEDICADA A LA SF: AMAZING STORIES, CREA- CION DE HUGO GERNSBACK. LUEGO, CON UN PRIMER «BOOM» DEL | GENERO, APARECEN DIVERSOS TITULOS, COMO. ASTOUNDING STORIES, QUE OCUPA HOY EN DIA EL PRIMER LUGAR EN CUANTO A VENTAS: IN embargo, a_pesar de que 'Gernsback acuflara e. térmi- no de SF, eso no indica que la SF naciera en esa fecha de abril de 1926. Si tuviera que in- dicar la fecha exacta en que la SF © la proto-SF vio la luz en este planeta, me veria en un aprieto. Es muy probable que cualquier hombre de las cavernas. al ver un eclipse de Sol o de Luna, tu- viera ya ideas y creara tdbulas propias de la SF: el Sol tragado por un animal fabuloso, Ja Luna hundiéndose en un mar de in- comprensible negrura, etcétera. Podemos encontrar ideas de SF en cualquier libro antiguo sin es- forzarnos demasiado: desde los ‘Vedas hasta el Apocalipsis. La dl- vina comedia o La odisea' tienen pasties y alegorias propias do la F, y la radiante Beatriz pudiera haber sido el primer astronauta, para no mencionar otros ejemplos que serfan tildados de heréticos. La ciencia-fiecién del pasado Hay que tener en cuento, ade- ms, que los aficionados -“o fa- néticos— a la SF somos unos ver- daderos demagogos en lo que se refiere a apropiarnos de ideas o referencias que vayan a favor de nuestra causa. Insistiremos, so- lemne y firmemente, que el Mi- cromegne, de. Voltaire, es una obra ue los didlogos sa- opal ube Seen basados en ideas fantésticas, no son més que un ejemplo de la ig RAY BRADBURY, SE LE HA LIAMADO ¢EL POETA DE LA Sf FOR 1A SF de aquel tiempo, e incluso, en SONOCIDOS LAS CRONICAS MARCIANAS, FAHRENDETT STY EL HOMBRE UR aprieto, encontraremos justi- TRUSTRADO, AQUI LE VEMOS EN UNA ILUSTRAGION DE JOE MUGNAINI. ficaciones ‘dialécticas para decir EXTRA | © 1972 que los 120 dias de Sodoma, dei marqués de Sade, son una explo- racion del subconsciente y, por lo tanto, tiene connotaciones pro- pias de las obras de SF. Asi no €s extrafio que en multitud de ensayos sobre la SF se citen las obras Histoire comique des états et empires de la Lune y Histoire comique des états et empires du Soleil, de Cyrano de Bergerac, co- mo pertenecientes al género, cuando en realidad dichas obras no son sino una inteligencia sé- tira, que tiene muy poco que ver con’ la ficcién especulativa, ya que lo tinico que roza en su tema son los sistemas que emplea Ber- gerac para viajar: un cierto m mero de botellas con rocfo (que el Sol satrae») y la propulsin por cohetes. Lo cierto es que, en forma len- ta y esporddica, a lo largo de los siglos, la literatura va cesarro- lando temas que ahora designa- mos como pertenecientes al cam- po de la SF: Les livres de falctz et dicts hérolques du Noble Pan- fagruel, Los viajes subterrineos de Niels Kim, Micromegas, Ere- ARTHUR C. CLARKE, DE SF, GRACIAS A 9 NAVES PERSONALES DE. ‘CONOCIDAS SO: ES, QUIZA, EL MAS SU’ PARTICIPACION (DURANTE CUYO RODAIE FUE HE TA GRAN ASTR( iL FIN DE LA INFANCIA, LA CIUDAD Y LAS ESTRELLAS. whon, Los viajes de Gulliver, y otros, hasta los lamados «clési- cos» de nuestros dias: La guerra de los mundos, 1984, Un mundo feliz, Mercaderes del espacio. El nexo que une las obras de, diga. mos, Luciano de Samosata con las de la SF de hoy en dia es co- mun para todas ellas: sus auto- res utilizan el sistema de trasla- dar las tendencias y problemas actuales a un futuro, préximo o Tejano, o a otro planeta y, una vez establecido el escenario, extra- polar o exagerar los problemas, a fin de someterlos a un andlisis © escrutinio, con el cual nos dan el grito de alarma sobre cémo estén las cosas 0 cémo podrén le- ar a ser si las tendencias o pro- Bremas ‘contindan sin que se ha- ga nada por cambiarlas 0 solu- cionarlos. Los autores de SF empezaron a ritar angustiados en la era de fa industrializacion, cuando. la maquina fue instalada en un tro- no y el hombre se conurtié en su sirviente, y desde entonces hhasta ahora los gritos de angus- tia han pasado a ser alaridos. No CONOCIDO DE LOS AUTORES EN LA GRAN PELICULA 20001 EN ONAVE). SUS OBRAS MAS €s que los autores de SF se mos- traran contrarios al progreso que pudieran aportar las méquinas y la industrializacién, sino al uso que de todo ello pudiera hacer el hombre, La ciencieficcién, y de ah{ su nombre, siempre ha’ sido una gran partidaria de la ciencia y la técnica en lo que se refiere a Su uso para el ennoblecimiento del hombre y la conquista de nuevos horizontes, no pare su embrutecimiento. Asi, mientras autores como Julio Verne se de- dicaban a exaltar la técnica y la magquinaria en obras como De Ia Tierra a la Luna, Velnte mil le- guas de viaje submarino, Robur el conguistador y Amo del mun- do, otros, como H. G. Wells y Thea von Harbou, no lo conside- raron en forma tan optimista y escribieron novelas tales como La méquina del tiempo, La gue- rra en el alre y Metrdpolis. En descargo de Verne hay que afia- dir que, aunque sus novelas Los 300 millones de la Begum y La isla flotante fueron escritas como la apoteosis de la industrializa. cién, Verne, tal vez, empez6 a du- dar sobre la bondad de la civili zacién industrial. La ciudad de La isla flotante es una utopia, el templo de la ciencia y, aunque esta ciencia es perfecta, la gigan- tesca isla esté condenada al de- sastte, debido a que sus creado- res no pueden controlar las fuer- zas que ellos mismos han puesto en marcha La primera guerra mundial dio la razén a Wells e hizo cambiar radicalmente las ideas de muchos autores. En 1920, el escritor che- co- Karel Capek escribia la obra de teatro R. U.R. (Robots Univer- sales Rossum), en la que los ro- bots se apoderaban del mundo, al igual que posteriormente ha: rfan_las salamandras en su nove- la Guerra con las salamandras. La obra R.U.R. fue un ataque contra el ebarbarismo cientifico», gue Capek, presagio en Ja subi la del nazismo y fascismo. Después de la primera guerra, muchos autores se inclinaron por el pacifismo y escribieron obras en las que se consideraba impo- sible la posibilidad de nuevas guerras. H. G. Wells, que sabia mucho de historia y tenia una vi- sién més profunda de la estupi- dez del hombre, escribié la no- vela The World’ Set Free, en la que profetizaba nuevas guerras el arma definitiva, la bomba at: mica. Sus lectores no tuvieron que esperar mucho para todo ello. trinnfo ti La La SF moderna, la que nos vie- ne a la mente cuando decimos estas dos palabras magicas, es, como ya he dicho, la que se ini- cid en’ 1926 con Hugo Gernsback. Gernsback, un_ luxemburgués que llegé a los Estados Unidos en 1904, era un amante de lo que entonces era el nuevo y misterio- so campo de la electrénica. Tanto fue asf que pronto publicé una revista, Modern Electronics, Ia cual, ademas de informar sobre los tiltimos inventos y aplicacio- nes, pronto se vio enriquecida con secciones de SF, escritas por el propio Gernsback, quien. tenia multitud de ideas sobre el futuro de la electronica, ciencia que, en aguel tiempo, progresaba en for- ma un tanto vacilante. Al final dadas las limitaciones que ofre- cfa la revista a sus propias ideas, Gernsback empez6 en 1926 la pu- Dlicacin de Ia revista Amazing Stories. A partir de ese momento, en el A.D. 1926, podrfamos decir’ que florecié a SF, siendo incremen- tada al cabo de pocos afios por publicaciones como Wonder Sto- ries y Astounding Stories. Asi, en un tiempo, en. qué los «gangsters» se iban aduefiando de Chicago y otras ciudades, la nueva genera- cién se dividia entre los que lefan las aventuras del «cow-boy» gua- po y heroico que se dedicaba a tirotear a los ladrones de gana- do, rescatando a la heroina de las garras del bigotudo bandido, al que metfa seis balas en el cuerpo (aunque Hollywood ya habia in- ventado la pistola dé héroe a la que nunca se le acababa la mu- nicién), y los sofisticados que lefan con deleite las aventuras del héroe guapo y valeroso que se dedicaba a desintegrar con su atomizador a monstruos verdosos con ojos de battacio, rescatando a la heroina de los tentdculos pe- galosos de alstin diabélico ser de feptuno. No es extrafio que, en aficionados Josién de la SI algunos hogares, I al «western» recibieran subven- cién de sus familias para adqui- rir més libros de héroes monta- dos en sus jacos, recorriendo las Manuras del Colorado, revélver 0 ue los reci- rifle en mano, mientras nuevos aficionados a la S| bieran sobre cuestiones tan imposibles ¢ imbéciles como héroes usando bombas atémicas, rayos desinte- gradores, satélites artificiales, co- EXTRA | © 1972 hetes sores. Esta SF (que los no iniciados laman, a veces, ficcién cientifica © fantaciencia)’ se preocupé mu- cho més en sus comienzos por la parte clencia que por la fic- clon, Los editores no tenfan gran interés por los méritos literarios de los autores; los argumentos jodian ser absurdos, los persona- jes estereotipados; nada importa- ba mientras la imaginacién se desenfrenara y los inventos del sabio loco tuvieran algo de credi- bilidad o los lectores estuvieran dispuesto a creérselos. Aparecie- ron las pistolas desintegradoras; Jas heroinas eran bellas y siem- pre habia algin monstruo volun- tarioso dispuesto a arrancarles las ropas con quién sabe qué fi- nes inconfesables, ya que los alienigenas acostumbraban a ser reptiles asexuados de piel verde y ojos protuberantes; los extra- terrestres forzaban al _méximo Jos motores de sus naves hipe espaciales para conquistar la Tie- ra con todo jolgorio, y el héroe se preparaba para el zafarrancho de_combate. Esta fue la época dorada de los «pulps» (asi Mamados por el pa- pel que empleaba en su confec- cidn), la época dorada de una SF jue, en 1938, alcanzé un «boom» més conocido, gracias a la emi- ‘sion radiofénica efectuada por ‘Orson Welles de La guerra de los mundos, que provocé la histeria ‘en los Estados Unidos y ocasio- 1nd varios suicidios. ‘A partir de entonces, la SF eché raices profundas, salié de su infancia y se convirtié en un pénero que, siendo especializado, lo abarcaba todo. El perfodo de los epulps» sirvié’ para que la SF creara su propio lenguaje, su tra- dicién y sus escritores. De entre los nombres que figuraban en sus cubiertas vividamente colo- readas, destacaron una serie de escritores que se convertirfan en gigantes del género, y alcanza- rfan fama mundial. interplanetarios y televi- Los autores de SF En Espafia, la SF siempre ha sufrido de raquitismo, en Io que se refiere a publicaciones y difu- sion. Las razones que han aduci- do sobre esta falta de populari dad son varias y diversas: falta de publicaciones sobre el tema, insuficiente desarrollo tecnolégi- co del pais, public lector dema- siado conformista que no desea esforzar su mente ante nuevas posibilidades que se le ofrecen, etcétera, Tampoco las publicacio- nes que existian en su tiempo se yrestaban demasiado a que el pi- lico se aficionara a esta litera. tura: Doc Savage, Diego Valor, Flash Gordon y las inevitables novelas de «a duro», Afortunada- mente, llegé un momento en que en el mercado espafiol hicieron sul aparicién las publicaciones Mas Allé, Nebulae, y, mucho més recientemente Nueva Dimensién, que salvaron a los po- cos aficionados de hundirse y ahogarse en la infima calidad de las publicaciones de aquel enton- ces, El impacto que estas colec- ciones causaron en los aficiona- dos a la SF fue algo memorable Y que, seguramente, ya no se re- petird. Los nombres de Bradbury, Asimov, Heinlein, Van Vogt, Bes- ter, Sturgeon y Simak eran los inicos que se ofan mencionar los circulos de lectores de SF. Las exclamaciones de asombro, estupor y admiracién que se es- cucharon después de la aparicién de Los monstruos del espacio, Cronicas mareianas, Cludad, El hombre demolido, Puente entre estrellas y Mas que humano ya han pasado a la historia, pero es- tos titulos causaron en’ su tiem- po una asombrosa revolucién en- tre los iniciados y atrajeron a mu- chos neéfitos, que se convirtieron en adeptos. Quince afios més tarde, estos adeptos, que atin contintian sién- dolo, pues la SF es una de la drogas més potentes y_ téxica que existen, todavia hablan de Jos mismos ‘autores, como si el mundo se, hubiera ‘detenido ‘en aquella época. A qu es to? Podria justificarse diciendo que las publicaciones citadas des- aparecieron, lo cual es cierto, pe- ro Nueva Dimension sigue publi- cAndose y ofrece relatos de auto- res consagrados y nuevos y, a pe lo, sar de ello, los adeptos Siguen prefiriendo a Jos autores que co- nocieron en su Es mas atin, Nueva ‘ha publi- cado mimeros dedicados a auto- res consagrados, que no eran co- nocidos en Espafia y, aunque los lectores reconocen su valfa indi D ELTON VAN VOGT SE HA cutible, siguen aferrados en su preferencia por los autores que ocuparon desde el primer dia el pedestal que erigieron los aficio- nados, ¢Cudl es la razén? Mu- cho me temo que la respuesta sea que la SF y sus autores han evolucionado, y los lectores, no. tal vez es que atin ha de tran: currir algin tiempo para que los nuevos nombres suenen con la fuerza de los que han sido repe- tidos durante quince afios. Ante este fenémeno, considero intere- sante examinar a media docena de los autores que ocupan un Iu- r preferente en la aficién de fos tectores espatioles de SF. Ray Bradbury, al que se le lla ma «el rey de la SF», es un au tor cuya obra ha sido mitificada, pues, esencialmente, sus relatos tienen muy poco de SF, en el sen- tido propio de este término. Bradbury es un escritor de fan- tasfas. Hasta el momento, Brad- bury ha estado tratando de imi- tar a otros autores, entre los que destacan claramente Heming- way y Edgar Allan Poe. El libro de Bradbury que més se aproxi- ma a la SF, Cronicas marcianas, hoy dia un clasico, no tiene nin- guna base propia del género; su planeta Marte ni siquiera tiene hada que ver con dicho cuerpo celeste. Bradbury es un pesimista en lo que concierne al futuro. Fahren- CLIFFORD D, MIO. HUGO, SIMAK (CON UN PRE: “EL DE LOS CONCED) REAU DE LA SF. ENTRE SUS OBRAS CONOCIDAS: CIUDAD, ES. TACION DE. TRANSITO Y EL PRO. YECTO DEL HOMBRE LOBO. helt 451 es una prueba palpable de ello, aunque sea una extrapo- lacién ‘de a quema de libros efectuada por fos nazis en los dias del Tercer Reich. Bradbury desconfia de la ciencia, de la tec- nologia y de la compiejidad del mundo industrial. No le faltan ra- zones, por cierto. Sus obras re- flejan la melancolfa de la sole- dad y abogan por el retorno al sistema de vida del pasado y a Ja inocencia de la infancia. El estilo de Bradbury, tan glo- rificado, es esenclalmente de tipo emocional, que puede gustar 2 muchos lectores, pero que deja bastante que desear en lo que concierne a la ldgica. A veces, co- mo en su novela El vino del es- tf 0 en relatos donde se exaltan las virtudes de la infancia, su pro- sa se convierte en pura sensible- rfa y destruye todas las cualida- des inherentes a la obra. Bradbury es, en sintesis, un reaccionario aceptado por los cfrculos literarios y cuya prosa, de innegable mérito, cayé en gra. cla, Su obra es un vasto artificio de palabras chispeantes y fluyen- tes, tras las cuales no hay gran Cosa, excepto una vaga insatisfac- cidn acerca de todo lo que pueda traer el futuro. Sin embargo, hay que reconocerle como el autor gracias al cual la SF fue acepta- da literariamente por la «cultura oficial El hombre al que realmente po- dria darsele el titulo de «rey de la SF» seria a Robert A. Hein- Heinlein, un gigante Heinlein, un verdadero gigante de la SF, tiene un ojo clinico y agudo para el mundo. Su narrati- va es clara, brillante y dinamica, y acostumbra a estar escrita en primera persona, lo cual hace Que el lector se identifique con el protagonista y «vivay emocional- mente toda a trama de cualquie- ra de sus novelas, que en general suelen ser de aventuras. Como anécdota, puedo sefialar que, cuando se publicé en Espafa su serie de obras juveniles, en la co- leccion Nebulae, casi ninguno de sus lectores adultos se apercibié del hecho de que dicha serie hi bia. sido escrita para los quince: afieros de los Estados Unidos. El futuro que Heinlein nos pre- senta en sus obras es prdctico, comiin, leno de detalles y enor: memente convincente. Las ideas politicas de Heinlein son un tan- to demasiado conservadoras y se le ha acusado de derechismo y militarismo, aunque Heinlein siempre advirtio a la gente que no [uzsaran sus opiniones persona. les por las actitudes y didlogos de los personajes de sus obras. Quizé sf 0 quizé no, pero lo que no se puede negar es que Hein- lein tiene una mente abierta, Es tipico de Heinlein el utili- zar el «tito de iniciacién» en casi todas sus obras juveniles e inclu- so como una parte integrante del sistema politico y social de al- gunos de sus libros sobre civili- zaciones futuras. En el caso del héroe juvenil, el erito de inicia- cién» consiste en que tos adoles- centes han de pasar alguna prue- ba de supervivencia antes de ser considerados plenamente como ciudadanos integrantes de la so- ciedad en que viven. Si el «rito de iniciaciény se aplica a adultos, éste puede conferir la ciudada- le primera clase, el voto y el derecho a llevar armas, No hay que confundir este «rito de ini ciacién» como el machismo. A fi nal de cuentas, gel servicio mil tar no es una especie de «tito de iniciacion»? Heinlein es un hombre de nor- mas estrictas, Dios, la Patria y, sobre todo, ei individualism. Ei socialismo debe ser combatido, el patriarcado es digno de alaban- zas, el militarismo es digno de exaltacién, Su obra Tropas del es- > triunfo {f pacio cred una terrible contro- versia en el mundo de la SF, de- bido a que en la misma proponia que los soldados profesionales debian ser la base del gobierno en una nacién, que los ciudada- nos debian ganarse el derecho a votar sirviendo a su pais durante Gos afios en las fuerzas armadas. E] que no lo hiciera, no tendria derecho a las actividades politi- cas en su patria. La tesis alega- ba que, puesto que las fuerzas armadas ensefiaban que el indi- viduo tiene menos importancia que, el grupo, los ciudadanos dis: ciplinados tenderfan a compor- tarse bajo este principio en sus decisiones a la hora de votar, lo cual seria para el bien de todos. ‘Como contrapartida a la idea que uno pueda hacerse respecto a lo antedicho, Heinlein escribis Forastero en tlerra extrafia (obra publicada en Espafia por Edicio- nes Géminis, y que fue secues- trada y destruida), una antitesis de casi todas sus obras. Narrati- vamente, este libro adolece del defecto de que su primera mitad fue escrita hacia varios afios, siendo completado més tarde en un estilo bastante diferente, El libro, que es un ensayo filoséfico, trata sobre un ser humano nacido y educado en Marte, que viene a la Tierra a ofrecer sus puntos de vista originales y chocantes. Es, en realidad, la historia de un su- per-shippy» predicando y practi- cando el amor, la paz y'la liber- tad sexual, todo ello mezclado en. una nueva forma de religion. La novela es una obra maestra, que se convirtié en un «best-seller» under; Y que consiguié el Premio Hugo de aquel afio. Se le podrén imputar muchos defectos a Heinlein, pero nunca el de la falsedad. Su futuro es luna consecuencia del presente; es un mundo peligroso © inseguro, muy poco parecido al nuestro, pero con posibilidades ilimitadas para aquellos que estén dispues- tos a enfrentarse con él, Heinlein cree en el futuro de la Humani- dad y en una expansion del hom- bre que conduciré a una civiliza- cidn galactica. Es algo digno de tener en cuenta frente a la facili- dad de pesimismo de otros au- tores. Asimov: La leccién del pasado Otro de los constructores de futuros, verdaderamente a escala galactica, es Isaac Asimov. De las EXTRA | © 1972 cien obras publicadas de este profesor de Quimica de la Uni- versidad de Boston (algunas no son de cienciaficcion, sino de ciencia a secas), hay muy pocas que puedan calificarse de medio- cres. Los aficionados recordarén con agrado y nostalgia Ia prime. ra vez que leyeron Las cavernas de acero, Yo, robot, El fin de la eternidad o los tres volimenes de Fundacion. Fundacion es uno de los mo- mentos cumbres de la SF. A par- tir de su aparicion, la SF toma ‘otros rumbos y se transforma en Jo que podriamos llamar la SF «moderna, ¢Por qué es tan im- pottante la serie de Fundacion? ‘or Ia simple razén de que esta obra se ocupaba de algo tan tri- vial como las causas y problemas que llevarfan al Auge y Cafda del Imperio Galéctico... ¥ su recons- truccion. La SF se habia preocu- pado hasta entonces de la con- quista del espacio, del encuentro y luchas con otras razas, de la th mida colonizacién de aigin pla- neta que otro, pero muy pocos se habian atrevido a escribir una obra tratando politica y social- mente lo que ocurrirfa si la con- quista galictica llegaba a ser ver iad _y existian cientos de mun- dos habitados por la Humanidad. Asimov se atrevid a eso y a més, declarando que esos’ mundos constituirfan un imperio, y que ese imperio tendria su esplendor y su caos, sus barbaros y sus lu. chas, su edad del oscurantismo y sus nacionalismos disidentes. Inspirado por Gibbon e influen- ciado por Toynbee, Asimov apl 6 a la futura historia las leccio- nes del pasado y creé la ciencia de la psicohistoria, una ciencia casi exacta, que a los marxistas les gustaria utilizar si ello fuera factible. La setie Fundacion es tan com- plela que no puede exponerse en reves Iineas. Es la historia del hundimiento del imperio, de un millén de mundos, del caos del comercio y la informacion, de alianzas y rebeliones, corrupcién y supersticién, y de maniobras y manipulaciones’ politicas. y_reli- giosas. La trilogia de Fundacion 8 una obra eminentemente cere- bral y no la recomiendo a aque- los.que esperan encontrar aven- turas y accién en gran escala. La aventura galactica, la space- opera, lo extraordinario, los monsiruos siderales, los superhé- roes, las guerras interplanetarias, tienen su mejor exponente en A. E. van Vogt. La primera novela que se pu- blicé en Espafia de este autor, en la fenecida coleccién Nebulae, fue Los monstruos del espacio. Tuvo el mérito de expurgar del campo de la SF a los lectores cuyo verdadero fuerte era real- mente la novela de +a duro» y no la literatura. La obra consiste en una serie de cuentos sobre la nave Space Beagle (en honor a Darwin), que efectia la primera exploracién de las estrellas, y los subsiguientes peligros a que se halla expuesta su tripulacién, que siempre logran -vencer gra- cias a la ciencia del nexialismo. El nexialismo no fue més que el primer indicio que tuvimos acerca de la superciencia y los superpoderes que aparecen en los relatos de Van Vogt. Los hé- Toes de este autor siempre son invulnerables y omniscientes. En El mundo de los no-A, que inten- taba ser una exposicién de la Se- méntica General de Korzybski, el héroe, Gosseyn es un superhom- bre gracias a su entrenamiento mental, que le permite pensar claramente y comprender cual- quier situacién en forma instan- ténea. En realidad, la novela era tan confusa como’ su fuente de inspiracion, Ia Seméntica Gene- ral. En Slan, hoy dia un clasico, se nos presenta, no a un superhom- bre, sino a toda una raza de su- erhombres. El protagonista, jonny Cross, es un muchacho ‘lan, un mutante telépata, que ha de luchar para sobrevivir en una sociedad que organiza cacerias contra los mutantes. Van Vogt no acepta las fronte- ras del espacio y del tiempo, y cree que la evolucién del hom- bre no tiene Itmites. Sus obras reflejan una constante busqueda del avance de la raza humana y de su inteligencia. Por ello, sus novelas son dignas de ser leidas, fa pesar del inherente confusionis- mo que impera en muchas de ellas, confusionismo que es de- bido’ a la técnica narrativa del autor, que cree firmemente que hay que introducir una nueva idea a cada setecientas u ocho- cientas palabras. En contraste con la violencia de las aventuras de los super- hombres, la complejidad de las guerras interestelares y las intri- gas politicas del imperio, existe una serie de relatos de tipo pas- toral, de acercamiento del_hom- bre a la Naturaleza, de pacifismo, cuya lectura es tan agradable y confortante como el sentarse en una mecedora al lado del fuego en un frio dia de invierno, Estos relatos son la obra de un solo autor: Clifford D. Simak. La obra mas representativa de Simak es, sin lugar a dudas, Clu dad (un ‘titulo bastante engafio- 50). Cludad es una coleccién de ocho episodios que representan la historia de una familia, desde el tiempo presente, més o me- nos, hasta diez mil afios en el futuro. Los episodios son narra- dos en forma de leyendas o fabu- Jas por los herederos y_descen- dientes del hombre en la Tierra... los perros. Los perros, que el hombre ha conseguido mutar, logrando su in- teligencia, van ocupando gradual- mente las ciudades, mientras los seres humanos se lanzan a la ex- Ploracion del Universo, Asi, el jombre pasa a ser leyenda, des- pués de haber construido robots para atender a los perros. La ra- za humana conquista nuevos mundos, nuevas dimensiones, € incluso cambia de forma, alején- dose para siempre de su hogar, la Tierra, en la cual quedan sus serviciales robots, siempre fieles, y los perros, siempre reverentes hacia sus creadores, ‘Ciudad es, de hecho, un grito de protesta contra las’ matanzas Ia guerra. En el ultimo capitu- lo, Jenkins, el robot guardian de la civilizacién canina, consulta al hombre sobre la forma de dete- ner a las hormigas, cuya civili- zacién amenaza con finalizar el reinado de los perros en la Tie- tra. El sistema mas simple, dice el hombre, es envenenarlas, La solticién es rechazada, porque eso significarfa matar. En el mundo no ha habido un asesinato, ni si- quiera de pulgas, durante cinco mil afios, y los robots y los pe- rros prefieren trasladarse a otro mundo antes de recurrir a la vio- lencia. ‘Simak es un agnéstico, que bus- ca en los limites de la’ imagina- cién una respuesta a la incégnita de la vida. Sus obras revelan una tendencia hacia el misticismo, una inclinacién hacia una religio- sidad fundamental. Simak es el gran humanista de la SF. Clarke: **2001°° En la actualidad, el autor de SF mas conocido ‘para el gran pliblico es, probablemente, Ar- thur C. Clarke, debido a la publi- cidad que se’ le hizo como el ‘i MEDIO VIVE, ¥ LE SIRVE COMO DE PROTESTA Y ADVERTENCIA $O- ‘SOCIED: BRE LA SOCiEDAD QUE PRETENDE. DESINDIVIDUALIZAR AL, HOMBRE. LOS AUTORES DE GIENCIA FICCION hombre que escribié 2001, el film que todos los fandticos de la SF han visto varias veces, y cuya par- te final deja, como minimo, per- plejo al espectador de ese gran piiblico. Al igual que Asimov, Clarke no es solamente un escritor de SF, sino que es autor de varias obras populares sobre la astrondutica y diversas ciencias. En 1962 recibid el Premio Kalinga, concedido por la UNESCO, por sus obras tanto de ficcién como de ciencia, lo cual le situé en la compafifa de personales tan ilustres como Fu- lidn Huxley y Bertrand Russell. ‘Sin embargo, las mejores obras de Clarke son ‘aquellas en que se aparta de la tecnologia. La clu- dad y las estrellas es virtualmen- te un poema en prosa de los ulti- mos dias de la Tierra y de la fe en la inmortalidad del hombre, El argumento, que se sittia a mil millones de afios en el futuro, cuando el imperio del hombre se ha expandido por el Universo y el tiempo lo ha destruido, es un acto de fe, al enviar un mensaje, desde la iltima ciudad de la Tie- rra, al Universo, donde atin de- ben quedar otros hombres, con la promesa de que la Humanidad volverd a renacer. El fin de Ia infancia es, sin du- da, la obra més conocida de Clar- kke, y trata de la nueva evolucién de’ una generacién de nifios hu- manos que se transforman en algo superior, bajo la tutela y me nipulacién de unos seres extrate- rrestres que aparecen en la Tie- rra a fin de asegurar la paz mien- tras esta transformacién tiene lu- ar. Bl resultado final, en el que la nueva Humanidad ‘se unifica en una inteligencia unica y as- ciende un nuevo escalén én la evolucién, tiene connotaciones misticas z, religiosas, Algunos ven en esta obra un signo de esperan- za, pero otros no aceptan la in- terferencia y manipulacién de Ia Humanidad por mediacién de se- tes alienfgenas, Paradéjicamente, a Clarke pue- den atribufrsele muchos fallos co- mo escritor. No es ningiin innova- dor en el campo de la SF. Su téc- nica literaria y su estilo acostum- bran a ser lentos y un tanto ba- rrocos. Aun asf, és uno de los autores més leldos en todo el mundo,

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