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La educacion y el cambio social Uno de los debates mas insistentes y manidos en torno a la institucion escolar ha sido siempre el de si su papel era “repro- ductor” 0 “transformador , eS decir, Si contribuia a conservar la sociedad 0 a cambiarla. Hasta cierto punto era trivial, pues, por un lado, ninguna sociedad podria subsistir sin formar a sus miembros en ciertos valores, habilidades, etcétera, por lo que toda educa- cion es reproductora; pero, al mismo tiempo, ninguna sociedad actual seria sin la escuela lo mismo que ha llegado a ser con ella, por lo que toda educacién es transformadora. Sin embargo, y sal- vo algunos doctrinarios, nadie se pregunta en realidad si la insti- tucién escolar pretende petrificar la sociedad de una vez por todas 0 darle la vuelta como se le da a un guante, sino cual de los dos componentes, continuidad 0 cambio, predomina en su accién. Después de todo, hemos aprendido a distinguir —jpobre de quien todavia no lo haya hecho!— entre, por ejemplo, las escuelas del Fanquismo y las de la democracia, o entre el cura Manjon y el anarquista Ferrer y Guardia. Notese, no obstante, que la escuela Sie fie tanto mas transformadora cuanto mas instrumentaliza- Siohetiar: Por fuerzas ajenas a ella. Asi, en los procesos aa ranstorm, a puesta por el poder politico al servicio de aa aie trolada Hs Ores claramente determinados y estrictamen e nl de| Castrig, Su funcionamiento (por ejemplo, en escuelas Cu . : ti MO 0 las nicaragiienses del sandinismo); por el contra UNA oF oe i @ Orientacion denodadamente conservadora puede derivar © Ediciones Morata, SL | Escaneado con CamSc: en la sociedad en torno a ella. Las escuelas son 0 tien Pvreverre vee veeerseeee ere oe de la falta de controles externos o de la simple infly comunidad inmediata (por ejemplo, en las ofensivas tas locales —a favor de no ensefar la teoria de la las especies o de ponerla en pie de igualdad con la mi ol [preJcristiana sobre Adan y Eva— que fueron una Plaga para f® escuelas norteamericanas —y aun colean). ag Quiza, podriamos sugerir, la clave no esté en la esc a eel, | lencia \ Creacig A ig, evOluci6n gp Uela, sing : den a g conservadoras, reproductoras, cuando la sociedad es estable estatica; y progresistas, transformadoras, cuando la sociedaq 6s cambiante, dinamica. De hecho, ésta es la hipdtesis que defends. ré aqui. En las sociedades predominantemente estaticas, |; escuela no es ni una cosa ni otra, pues simplemente no es, ya qu: (casi) nadie tiene necesidad de ella. En las sociedades que cam. bian y, ademas, saben o creen saber en qué direccién lo hacen, |: | escuela se convierte en un potente (y manipulado y controlado instrumento de transformacion. Por ultimo, en las sociedades que cambian pero lo hacen de manera erratica o simplemente impre- visible, la escuela se ve inmersa en un desconcierto que deriva facilmente en una crisis que supone tanto la insostenibilidad de le dinamica previa como el despliegue de nuevas oportunidades. ~ Estas distintas situaciones tienen que ver ante todo —aunqué no sdlo— con el ritmo del cambio social. Ahora bien: ,como sé mide ese ritmo? Podrian ingeniarse formas diversas: desde © | numero de patentes registradas por dia hasta el valor relativo de: los artilugios tecnolégicos en la economia, pasando por la du cién media de las innovaciones o cualquier otro indicador. Pero U" indicador mas parsimonioso y razonable puede ser (recogiendo ke vieja maxima humanista: ef hombre es la medida de todas cosas) la propia experiencia humana, considerada de una form’ global. Piénsese que no se trata de, por ejemplo, comparat ¢ Snamismeteenoisaico de diversas sociedades, lo cual requer aS sensibles —y menos significativas—, sino de Pe” sar los efectos del cambio sobre la educacidn, 0 las relacion® re entre ésta y aquél. Podemos, entonces, postular tres posibilid® te des, mas o menos correspondientes a tres épocas en la histor? Pp: de lah i i aa ) inire, mos ee (si bien de muy distinta duracion), que defini" 4 ei ae Escaneago con vase eaucacion y e! cambio social a ——_ placién, b n sea por su lentitud, bien Porque atect 5 minoritarios. ; Cambio intergeneracional. El cambio es Claramente percepti- ble de una generacion a otra para sectores relevantes de la pobla. gn, aunque sea en distintos momentos y generaciones, 2 Cambio intrageneracional. El cambio es perceptible, de mane- eneralizada, dentro de una misma generacién y en los aspec- tos fundamentales de la experiencia humana: economia, politica, cultura, familia, ciudad... ta slo a sec- Naturalmente, nos referimos a cambios sustanciales en las formas de vida, trabajo y convivencia. No pretendemos en modo alguno que el paso. de un periodo a otro sea claramente fechable, nique no haya periodos, incluso largos periodos, de transicién, o deindefinicion, pero si que ciertos periodos caen claramente den- tro de una u otra categoria. Ademas, no excluimos, sino que damos por sentado, que distintos sectores sociales pueden estar pasando, dentro de una misma sociedad —por ejemplo, de una misma nacion—, por las distintas fases mencionadas (siendo, como decia Ortega, coeténeos pero no contemporaneos). Dicho esto, pasemos a analizar algo mas detalladamente los diferentes periodos y sus implicaciones para la educacién'. Elcambio suprageneracional, o la sociedad sin escuelas En la fase del cambio suprageneracional la sociedad es, para bon 0 para la inmensa mayoria, un contexto estable, invariante. au la fiabilidad del retrato haya sido puesta en cuestion?, éste i amente el caso en el tipo de sociedad descrito por Margaret ’d (1947) en Adolescencia, sexo y cultura en Samoa, un libro = 5 cet esto con mayor detalle en FenNANDEZ ENcumTa (20002). : ‘2dr 08 pasos” Por Derek FREEMAN (1983), quien, siguiendo como fiel admi- 'eria mcho os 0° Mead unos decenios después, se encontré con que ni la realidad a abi my ver con lo por ella descrito ni las condiciones de su trabajo de cam- 24 Vino a ded @o'8amMente ejemplares. Pero eso no importaba mucho, porque te . mttasy ambient a Que, en ese momento y en medio de la polémica entre heredi- 6 ea alistas, se quoria ofr, en particular por los educadores: que la for- f Wucaci¢y A re fetter pe uci. ¥ también que una educacion mas placida, mas tole- '€ bene trovang. oi Mejores efectos. Como reza el refran italiano: se non é © Ediciones Morata, S. L. Escaneago con vamSc ie que se hizo especialmente popular entre los educadores, sin du debido a que la autora defendia la idea de que los adolescent? samoanos, conducidos sin la menor vacilacion a ocupar tan Drone fuera posible papeles sociales adultos y largamente estableci ae se evitaban las crisis ¢ incertidumbres de los norteamerican, “ —como si hubiera sido siquiera pensable trasladar los procesos samoanos a las condiciones norteamericanas—. La incorporacién temprana a posiciones y papeles estables, y probablemente here. dados, es lo que espera a todos en las sociedades primitivas y ala gran mayoria en las civilizaciones preinustaies Ql ce) cada generacién debera incorporarse a un mundo que es 6sencialmen- tel mismo al UE Se incorpord y ya dgmina Ta generacion anterior, gi Oi ri Tal estabilidad propicia una vision del mundo como algo estatico o, tal vez —reproduciendo y ampliando la experiencia mas elemental del entorno, la del tiempo atmosférico— ciclico, sin.nada que pue- da recordar a la idea de progreso tan intensamente asociada a la escuela en la cultura de la modernidad. Puesto que todo lo que necesita, debe y puede aprender un nifio lo saben y pueden ensefiarselo los adultos, no hay necesi- dad alguna de una institucién ni de un cuerpo especializados que se ocupen de la educacion. En otras palabras, no hacen falta ni escuelas ni maestros. En una sociedad primitiva, o prehistorica, cada individuo sabe mas o menos lo que la sociedad sabe, y las destrezas sumadas de hombres y mujeres —la primera y mas ele- mental forma de division del trabajo— resumen practicamente el saber social total. Por consiguiente, los nifios aprenden con los hombres adultos y las nifias con las mujeres adultas, sea indivi- dualmente —con los padres— o de forma colectiva —en fratrias: etcétera—, sea con la generacion inmediatamente anterior 0 con otra con mayor experiencia y con menos obligaciones laborales —los ancianos—. La transmisién es esencialmente oral centrada en un reducido numero de mitos, comportamientos y habilidades transmitidos mas 0 menos idénticamente a cada nueva genera’ oy Puede haber algUn saber especializado, como el del cha man, pero también aqui se produce una socializacién directa, sif un cuerpo intermediario dedicado por la divisié j especifica tarea de educar?. elie EN ee eee Escaneado con CamSc: y el cambio 60 La educ' En las sociedades de la Antigtiadad, jos sabores oage y mas o menos esotéricos se multiplican, dar do) a menos numerosos de funcionarins, rr ribas, sacerdotes y similares, pero se trata en tode tores claramente minoritarios y con condiciones de vid tadas de las del comun. Estos son los tinicos grupas gue llegar a Me precisar de una educacién institucionalizada, sor, wagon tabu, norma 0 prohibicion les impide reproducirse oc) camente y heredar por via familiar su privilegiada posician (A- demas, incluso hasta los albores de la industrializaci6n, sig. viviendo procesos de socializacion indiferenciados segregados de su participacion progresiva en la vida a de luego, los campesinos, pero también otros sectore: piénsese, por ejemplo, en los artesanos medievales, ban a sus hijos como aprendices al taller de otro maes taller, al fin y al cabo (y a su familia, pues aquél Jo s: mesa, lo ponia a su servicio y asumia la responsabilidad de sus for- macién moral), no a una escuela de formacion profesiona! fi los nobles, que ponian a sus hijos al servicio de otros nobles olos enviaban al palacio del rey. Para la mayoria, pues, la institucidn educative es. en periodo de cambio suprageneracional, la familia o la comuricad inmediata; es decir, no existe una institucién educativa di da. El proceso de aprendizaje es el proceso mismo de incorpo! Cion al trabajo, vale decir que no existe un Ambito dedicade a! @prendizaje de modo especifico. Los agentes educativos so’ mas, los adultos, o los mas adultos entre los adultos: no hay uw ae Singularizados. La base del papel de éstos cy 2, No una formacién profesional al efecto. ElG or frente al educando se basa en su edad y en 5 Cgnbate con sus. costars. y no enn formac ——.2.Ni en nombram urocratico alguno. 7 ropes contexto, tine la.educacion es claraments la ccién. De la es' ura social en las sociedaces prime fal, en todas las preindustriales. De las tecnolog/as entre los campesinos y, sobre todo, los artesancs. De Clones ios a y el esprit de corps entre la nobleza. De las Face s acion ones del saber esotérico o la palabra divine y su bio, y ta one los sacerdotes. Nada aqui, por tanto, invita al tag ora, UCaciOn es cualquier cosa menos una fuerza vans- > (ipstantes 8S tradicig © Exiciones Morata, SL Escaneago con LamSc =... Ofog o la 6poca dorada ciona I, pnere Jor \lamar en un 9 result ranvergadula yp ited U8, pg eyi08 00 14 ing de allos ©! PASO A UN tung, go camer yan cada Ue oy paso de la agricultura 4 1, eprese entre Ol"OSs do subsistencia a ta ja “ ntre oll grit aqricultura 1 1 ti | antes, de 14 AON Gg subsistencia © por cur, 4 antes: it 4, antes del ed asalariado; del campo ala ih co ajo 6" 00} a analtabetismo generalizado ala oy Hy Gn masiva; de las creencias magica: ala cultura escrita, cientifica y facionaj tradiciol ntido de una articulacion medios-fings) enel oeridades y los poderes sefioriales a jac eras co modernoS y la ciudadania. Lo comin 2 ced a en general, representan alteraciones de $ na o varias generaciones han de incorporarse a ae ae istinto del de las anteriores que éstas ya no pue- 7 eee su recortido (lo mas probable es que, ademas, ta generaciones anteriores vean See l ee que conocieron bajo sus pies, y éste es uno de los factores de crisis de la vejez)*. . : : Cuando las viejas generaciones ya no pueden introducir a las nuevas en el mundo que les espera, pierden en gran parte sus funciones educativas las instituciones naturales, concretamente la familia y la comunidad inmediata. Se necesitan, por el contrario, ‘nstituciones nuevas y agentes especificos, y esto es precisamen- te lo que van a ser, ante todo, la escuela y el magisterio. Una y oto fepresentan en ese momento (un periodo que abarca a numero eon profesionales) el progreso frente a la tradicion, & Vente a nye pPaS300, Ia cultura frente a la barbarie, la razé0 Gioriosa, aaa Es, por decirlo de algun modo, su @poct de creacién deny volveran a conocer, pues son el instrumen® nacién homogénea, del mercado didtano. 4° mos * La reciente m ; 7 ore : £2: abel os one ania as excolencias de que los niftos sean educa nanda doe 2° Plo deseo tan irroal como interosado 8 sje 2 4 el mayor act es S@*¥iCl08 com 8 Ser nomporanoa de los abuelo: Por lo demas, es ieakza ta don 10 canguros, avitando su crudeZ8 8 85 la experiencia, pero SU exPe 0s © Ciertamente, hay abuelos y abu © g, hay 8 Morata, § 1. Escaneago con CamSc ~ —_— La educacion y 0! camtic wn. jército de CONBETIPCION jn) ciudadania fiable. De hecho. yo! lta, 9 anciada en esta época In rit OMORie gee No quiero dectt con eat, Que Merah ANG do yooamente de mejora (riqueza, derars fv de 10 contrario, de la pérdida do pang 2® “ttura jacidn, opresiOn, asimilacion. ) hs 90 (Olotarizary gis mas Matizado —aunque, tambien," "8 gitivo—. Pero lo importante ®S que imbuida de la idea de progreso, Y Que es oat reso, avance, desarrollo histérico ja a. de a escuela y del magisterio. Por eso €8 UN perc ei magisterio se siente investido con una mis a rodo en @ sito comin que le ha sido asignado y es reconockic UR prope. dad. Puede que las condiciones de vida No sean ce 7 sn habla de pasar mas hambre que un maestro), que ela ae (se justrador sea menos dulce de lo que pretende (la letra cortean: gre entra) 0 que cada cual pueda llevar a cabo esa mision de una manera distinta (cada maestrillo tiene su librillo), pero ta sociedad, de buen o de mal grado, percibe y proclama que ei maestro representa algo distinto, nuevo y necesario, tanto en el ambito colectivo, politico (recuérdese los maestros franceses tueron tiidados a finales del xix como los sacerdotes de la Repu blica, 0 que el breve interregno democratico espariol de 1931- 1936 se llamé a si mismo la Republica pedagdgica), como en el ambito privado e inmediato (el maestro actuando in loco paren- tis, en el lugar y con la autoridad del padre). La docencia se percibe casi en términos de apostolado: maestro-misionero, pro- fesi¢n-vocacién, escuelas-templos del saber, misiones pedago- gicas, la noble tarea de ensenar, la ilustracion como evangeliza- OWON... y asi sucesivamente. : Otto elemento a considerar es que, en este lapso, el maes- oe definitivamente en un plano superior (mas culto, Mas tomar oetera) que la comunidad en la que se — parte ¢ icamente y por mera razon del cargo, entra a formar Ciales : had fuerzas vivas. Su formacion y su acreditacion : : Mas poe para ello, sin necesidad de demostrat ya ie mn , Su pies ni de revalidar su posicion. Rot con te clevad Nn le asegura por si misma un sfalus MO Hi el nivel de lo al menos, en relacién inversa con el tama y Modernizacion de la comunidad en que se inserta. 8@ trata ¢ Opa la expa Escaneago con UamSc E : P Boe buena medida, el trampolin hacia el futuro, el vinculo Con Nas alla terrenal, la ventana abierta al mundo. éSe puede Pedir mas 5? : El cambio intrageneracional, 0 la crisis del sistema educativo __ Pero no hay bien que cien afios dure, y la aceleracion del cam. bio social, que estuvo en la base de la universalizacion de la escuela y de la época halciénica del magisterio, pasa a Convertir. se en el detonante del cuestionamiento de aquélla y el descon- cierto de éste. Esto sucede cuando, al tornarse mas rapido, gene- falizado e intenso, el cambio no sélo exige a cada generacién incorporarse a un mundo distinto del de la anterior, sino pasar ella misma, si se me permite decirlo asi, por varios mundos distintos. Las transformaciones en la organizacion del mercado de trabajo y de la organizacion empresarial, en las formas de comunicacién y de acceso a la informacion, en la estructura y la vida urbanas, en las configuraciones y las relaciones familiares, en las expectativas y los modos de ejercicio de la ciudadania, suponen alteraciones de gran calado cuya percepcién como tales queda clara en la faci- lidad con que se difunden los diagnésticos tremendistas, general- mente exagerados pero no carentes de fundamento: globali- zacion, fin del trabajo, sociedad del riesgo, mundo desbocado. imperio ie io eHmer, aldea global... Estas alteraciones obligan @ aa = ce la ace adulta, al menos en las sociedades a 1 y, en todo caso, a una proporcién creciente de |é poblacién en cualquier sociedad—, a readapt corr Ce i Mate ee trabajo y de socialidad ptarse a nuevas arte di: Paneare . lo que afecla al pence gana una reestructuraci6n, & secuencia en la que, a un periodo i lo de vida. Se rompe la viel@ Periodo inicial de educacién y aprend 5 Aunque s '@a UN caso disti icar: i into, del i fi : dicarse algo parecirin dal mrt’ 42! que luego diremos alguna cosa, podria pie” Escaneado con CamSc: seguia un periodo de vida activa basa trabajador, del ciudadano, del co; s constantes en las tecnologias y las f tee am- DWS C 2 ree Storm, - be en los modos de relacionarn 8S de organizacign 0 en |; @ on de la vida util o salpicandola €n cualqui > nuevo aprendizaje, actualizacién, reciclaje, puesta al dia, stacién, formacion continua. Permanente, rec ty Sar por el retorno a la edu- le formacién ocupacional o miento sobre el terreno, autodidaxia con Manuales, tuto- , publicaciones profesionales o cualquier otra formula. Pero, caso, implica seguir aprendiendo a lo largo de toda la ida. Sin necesidad de dramatizar esto, ni de suponer a todo el mundo dividido entre el aula y el lugar de trabajo, basta pensar en fo que, por diversos procedimientos, tiene que aprender un ofici- nista sobre nuevos programas informaticos, una abogada sobre as normas, un vendedor sobre nuevos productos, una meca- nica sobre nuevos motores, un amo de casa sobre nuevos elec- tredomésticos y alimentos, una médica sobre nuevos farmacos y sonicas, etcétera. La formacién inicial pierde peso relativo en contraste con la formacién permanente, y, mientras que en ésta reside, cada vez en mayor medida, el aprendizaje de los conoci- misntos finalmente utiles y aplicables en el trabajo y la vida social, @ aquélla le corresponde, en contrapartida, la formacién y desa- ollo de las capacidades generales para poder aprovechar, pos- frormente, las posibilidades de ésta. Es su fesponsabilidad, por pias asegurar a cada alumno la oportunidad de aprender a render. Peto seria absurdo pensar que todo el mundo va a verse obli- vine s chrender durante toda la vida... menos el profesor. Efecti- fen ae de los escenarios donde mas se hace notar la insu- iene fa formacién inicial es la Propia ensenanza. See Brocedahye (LM@eStF0 0 el profesor, que antes tenfan un publi tran ais © de familias sin apenas nivel educativo, se encuen- | Sates Igg Be alumnos y estudiantes en muchos de cuyos ho- SUpetiorg ae €ducativos de los padres son similares 0 Padres estan oes Profesorado. Pero, ademas, estos mismos cimiegn os mons @ aprender en o para su trabajo no slo Uy especificos del mismo sino también a adquirir j | a Escaneago con varnSc capacidades y habilidades transversales, como la informatica o los idiomas, que desearian ver a sus hijos adquirir en la escuela. Como cualquier profesional, o como cualquier trabajador, los docentes se encuentran con que tienen que seguir la evolucién constante sea de lo que ensefian, sobre todo entre los especiali- zados en un area, sea de como lo ensefian, especialmente los que tratan con los nifos y jovenes en las edades mas dificiles (unas por su importancia seminal, a pesar de su aparentemente facil manejo, otras por su caracter de encrucijada, a pesar y tam- bién por causa de la mayor madurez personal), sea de ambas cosas. Pero, mientras que, en otros oficios y profesiones, las sefiales de inadaptacién son inequivocas y surgen de la simple comparacion entre el producto o el trabajo propios y el del colega © el competidor, y, si no se ven directamente, se hacen ver por la comparacién que establecen el supervisor 0 el mercado, en la ensefanza las indicaciones son siempre confusas, pues cual- quiera puede tener su opinién sobre como se reparten las res- ponsabilidades entre el profesor, el centro, el “sistema” (educati- vo), la familia, el entorno, la calle, las condiciones de vida, los medios de comunicacién, el otro “sistema” (social), alguna que otra “crisis” (de valores, de modelos, religiosa, econdmica...), etcétera. Como todo grupo profesional, entonces, el de los docen- tes se ve necesitado de y empujado a una adaptacion permanen- te, pero, a diferencia de la mayoria de ellos, puede encasillarse y encastillarse en el saber y el saber-hacer inicialmente adquiridos, en los métodos de siempre, en su particular /ibrillo; 0, alternativa- mente, en el seguidismo hacia algo que lo saque de modo incon- dicional del mar de dudas, normalmente el libro de texto. También puede, por supuesto, tratar de seguir el ritmo del cambio, tratar incluso de anticiparse a 6! y de dominarlo, en el sentido de pre- ranecoena cial fer geo Mace no tan, donde bs sillos, CPRs piDgamae coneaad que no son pocos (cursos, cur sabido todavia que se hay eee Sanaa Oa nee 7 ta la infinidad de otros ace sista Gespordada Si capacidad), has: pero es facil que el ralesor | ae 8 avis de a ah nee ii ‘ prometeicd que mira hacia delante. choque de inmediato con su(éélega epimeteico) el que sdlo mira atras, bien sea en forma de réaccién Rost, de falta de apoyo 0 dé simple indiferencia, y lo mismo por parte de elie comparier0s como individuos que del centro escolar como institucion o de !4 administracion educativa como autoridad, © Ediciones Morata, S. L. Escaneago con vamSc La educacion y 0! cambio ovis! yomcintateld Esta pérdida de pie on ref, es también una pérdida de tebe formacion es ahora practicament |, misma, Migntras yna diplomatura corta, aunque Convarti¢s: fos maestros, y una licenclatura para Ir ria), el il ltd bh ee a6 lar. De un Modo U otro, las familias, bo preys, gares de trabajo menos encasti ados que on prol ir escuela, perciben, sea de una forma critica 6 de unis forms \ : chista, que la corriente social no 86 datieng y que éllos, ee segun el caso, sdlo logran mantenerse en alia con gran estuerzg (corriendo para lograr permanecer en el miso sitig y tenien 7 que correr mucho mas para ir a alguna parte, como an el pais de las maravillas) 0 Se ven apartados de ella por falta de medion ylo de capacidades personales, y se interrogan, ¢ in efrogan 2 los ensefantes, sobre sila escuela camina 0 no ala par de la socie- dad. Surgen entonces las mil preguntas: por qué no aprenden ya aleer?, cy el inglés?, cy la informatica?, ghay actitudes sexistas?, gse refuerza su autoestima?, etcétera, etcétera. El docente puede entonces ver su labor revalorizada, dado el mayor interés del entorno por lo que hace en ella, pero también —y, por desgracia, esto es lo mas frecuente— puede considerarla cuestionada, sen- tir que estan it i . AION CON tise typ a IGS t¢ Gn Unive 5 8 Profesores de secu, * blovade ds farms gag Diversos alumnos y diversos profesores Y, una vez mas, por cierto, el cambio en el tiempo se vive también ‘mo cambio en el espacio, lo longitudinal como transversal: el publi- © dela escuela es comparativamente mas diverso, porque la socie- €s mas diversa y porque sectores mas amplios de ella acceden Por mas tiempo a la institucién, porque colectivos distintos nacen en Medios y Condiciones diferentes y porque el proceso de cambio agu- 72 6888 diferencias, El ensefiante se encuentra entonces con que, Que, mie @ unos es demasiado, para otros es insuficiente; con lias oa unos no comprenden el sentido de su labor y algunas '0, a otros a2 /@ escuela el apoyo individual y colectivo ne- Salistechog ea diria que todo les parece poco, que nunca estan 5 Huelga decir 0 valoran e incluso que menosprecian su labor. dia, sing ue fo ae los cambios sociales no sdlo no llegan en un cen antes en unos paises que en otros, en unas © Ediciones Morata, S. L. Escaneago con vamSc tTegiones ae oe ae ee eee Sto hace’ a £N otras, para unos gru i - una mig le, en un moment Grupos sociales que para otros, disti Ma sociedad gru 0 dado, puedan coexistir, dentro q : intos del Proceso asia que se encuentran en estadios fiat @corrido este Procesi Modernizaci6n, 0 que recorren o han muy diversas commese,on formas muy dispares, dando lugar los documentales— deta —o simbiosis, como decian antes esencialmente longit ith radicion y modernidad. Esta desigualdag momento dado die acergh el tiempo, se manifiesta en un paises, regiones, zon iversidad transversal, en el espacio, entre en el conjunto Sch i barrios 0 grupos sociales. Es muy visible ebi6{ centre ois istema educativo y puede llegar a serlo en un mi C nun solo grupo-clase, sobre todo cuando las igraciones traen a las ciudades y las politicas sociales incorpo- ran a las escuelas o mantienen en sus aulas a grupos que, de otro modo, se habrian tomado algo mas de tiempo para llegar ellas o bastante menos para abandonarlas. El profesorado no es menos diverso. En algunos casos nos hemos referido al profesorado o a los docentes de forma indife- renciada y en otros hemos distinguido entre maestros (de prima- ria) y profesores (de secundaria). Pero no debemos cerrar este capitulo sin atender a la distincion de mas calado. Al seftalar las diferencias entre la larga época de cambio suprageneracional y la relativamente reciente (y, en muchos lugares, recién llegada) de cambio intergeneracional, sefialamos que la mayoria de la huma nidad habia vivido largo tiempo en unas condiciones en las que no habia necesidad de escuelas ni, por tanto, escuelas. Al mismo tiempo, sin embargo, apuntamos que, para un pequefio grupo de sacerdotes, escribas, funcionarios, etcetera, la escuela era un ins trumento esencial, pues el colectivo se producia y reproducia as! través. Podriamos sefialar casos como los escribas egipcios, |0s mandarines chinos, los funcionarios del Bajo Imperio, los curas equivalentes a lo largo de toda la historia de las religiones 0 libro, os missi dominici carolingios y, por supuesto, los funcion rios y, en numerosos casos, los militares de la Edad Moderna) Contemporanea. Pues bien, los centros de ensefianza en que s° formaban estos diversos cuerpos profesionales burocraticos e'@" los que hoy llamariamos secundarios (los /ycées franceses: 0: gymnasia alemanes, los institutos italianos 0 espafioles, las 9747" mar schools britanicas, etcétera), y durante mucho tiempo coex® tieron, pero sin mezclarse, con las escuelas elementales, prima rias, o con la simple inexistencia de escuelas para las clas® © Ediciones Morata, S. L. Escaneago con LamSc een reerrerrrr ery rr lares. Es un lugar comin, por ein ~d oeeran el vivero de la purser fig MPO. que tos alemanes lo fueron de la oficialidad bismarclanny” En consecuencia, lo dicho sobre ol papol de la : ion con el cambio social debe entenderse como fh oda ©n rela reterida esencialmente ala educacién basica y primaria ion ja escuela propiamente dicha, lo que se ha tlamado instruceién t teala ensefanza, escuelas frente a institutos y alumnos jl : estudiantes, maestros frente a profesores), etcé! A, para dis quirla de la secundaria. Pero el problema de ésta, y de su protese, rado, es MAS bien el contrario, pues su origen esta en la escolariza Principio licoos tr, 1 Napolodnies 8 gimn, a es » acién decir, 2 cin de los estratos sociales que lo fueron desde un (aunque tuvieran distinta amplitud), la llamada noblesse de r6be frente a la noblesse depée. El problema, entonces, es bien distinto para primaria y secundaria, maestros y profesores (y que cada cual ubique la ESO donde le apetezca, a estos efectos). El problema de la primaria y del magisterio es que, si la aceleracion del cambio {intergeneracional) los encumbr6, su nueva aceleracién (intragene- racional) amenaza con dejarlos en la cuneta. Por el contrario, el pro- blema de la secundaria y su profesorado es que es ahora cuando les llega radicalmente ese cambio (con la comprehensividad), des- pués de haber sido durante mucho tiempo la ensefanza exclusiva de un sector reducido y claramente asociada al acceso a posicio- nes sociales privilegiadas, y aunque tanto la exclusividad como los pnvilegios hubiesen sufrido ya una lenta pero notable erosion. El cambio en el cambio ha traido también consigo importantes raphael en la base social del profesorado. El magisterio, en par- aa ae recluta menos entre los varones de las clases populares is producto de esa apertura al mundo traida por la medida, ys mas entre las mujeres de las clases medias; en menor otra mae ee Puede decirse del profesorado de secundaria. acon) : que antafo fuera sobre todo una manera de salir los maestros sa ie y de asociarse al sedicente progreso, para Ura, para log es principales instituciones de difusidn de la cul- ® 6n casi dos pete hoy, cuando la ensefanza no universitaria Pita 8 ser en buen publica y en casi otro tercio semipublica, ha bh Uesto 96 trabajo Aled una manera de buscar estabilidad y erg Mnerado, en contran endioiones ventajosas y relativamente Qe anne? anhelaba e| cane el sector privado. Asi, un tipo de @ Séguridag, Volv '0 deja paulatinamente paso a otro ’remos sobre esto en el tiltimo capitulo. “eStaneaad’cbh LamSc:

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