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N°24 Diciembre 2000 | DIRECTORA ‘Awa Maria Garcia B. Faltora Junisico EDITORAS Puar ce leuaengaca Kare Durroo C. SUMARIO PUBLICACIONES 2 * Delos soaise 2 ‘Borecho Penal Tomo i 2 *Datecho det Trabajo y la Segudad Sect! LEGISLACION + Elruevo proceso penal ch JURISPRUDENCIA fond rechazac, Daman: ‘90 lapaxat conta @ Feo ‘5 Chile 8 Rees do opelae INFORMATIVO JURIDICO EDITORIAL JURIDICA DE CHILE Presentacion Editorial Juridica de Chile, consciente de la responsabilidad que trae consigo el hecho de ser Ia muds importante del pais en el campo juridico, ha creado este | informativo periédico, que tiene por objeto poner a disposicién de los distintos | profesionales del Derecho las novedades mits significativas en términos de publi- © caciones de nuestra Editorial, legislacién y jurisprudencia [7 PUBLICACIONES * LA FILIACION Y SUS EFECTOS. Tomos I y I René Abelink M. P edicién, octubre 2000 754 paginas La Ley N° 19.585, vigente a contar de octubre del aio 1999, introdujo una de Jas més profundas reformas al Codigo Civil chileno en materia de filiacién. Tal reforma afecto gran parte del Cé- digo Civil porque, como es sabido, la fillacion repercute en un gran nimero de instituciones y, naturalmente, en los ‘echos hereditarios. La presente obra es el resultado del estudio de la filiacion en general y de os derechos suicesorios, en todos sus as- pecios, es decir tal como estas institiicio nes han quedado reguladas después de la reforma generada por las leyes de fi- liacién y adopeién. Se divide en dos vohimenes, destinan- dose el primero al estudio de {a filiacion propiamente tal, y el segundo a los de- rechos sucesorios. El primer volumen, a su vez, se divi- de en seis partes. Estudia la filiacion y todos sus efectos y repercusiones, dan- do especial tratamiento a aquellas ma s LEGISLACION _ ~ Recogemos aqui el material legislativo més relevante publicado desde el Informativo N.° 23, de septiembre de 2000.2 esta fecha, "asi como otros temas de actualidad e interés fig EL NUEVO PROCESO PENAL CHILENO Debido a la entrada en vigencia del nuevo proceso penal chileno a partir del 16 de d iembre de 2000 en las regiones de Coquimbo y la Araucania, estimamos necesario incluir un andlisis descriptivo del mismo, preparado por la Directora del Centro de Estudios de la Justicia de la Universidad de 1. OBJETIVOS DE LA REFORMA La reforma procesal penal respon- de a la necesidad de adecuar este sector del ordenamiento juridico a los estandares internacionales del debido proceso, la que venti siendo una exigencia cada vez mas ineludible para el Estado chi- leno desde la suscripeién y ratifi- cacién de Tratados internaciona- les sobre derechos humanos, como la Convencién Americana de Derechos Humanos 0 el Pacto de Derechos Civiles y Politicos. Por ello, el eje del nuevo procedi- miento se encuentra configurado por la garantia del juicio previo, esto es, el derecho que tiene todo ciudadano a quien se le imputa un delito a exigir la realizacién de un juicio puiblico ante un tribunal ia imparcial que decida mediante una sentencia si concurren 0 no los presupuestos de la responsa- bilidad penal. El juicio oral y pui- blico, en que el acusado puede confrontar las pruebas de cargo y presentar las de descargo ante un tribunal que no se encuentra con- taminado con actuaciones previas del procedimiento constituye, pues, la piedra angular del enjui- ciamiento criminal en un Estado de Derecho. La plena separacién entre las funciones persecutorias y las propiamente jurisdicciona- ies son un elemento central para entender la légica del nuevo sis- tema y el papel de los jueces, com- pletamente desvinculada de las tareas de investigacién criminal y mas fuertemente comprometido con la tutela de las garantias pro- cesales y penales. Chile, Maria Inés Horvitz Lennon Otro objetivo politico funda- mental de la reforma esta cons- tituido por la necesidad de fle- xibilizar la persecucién penal, individualizando la respuesta para una adecuada solucién del conflicto que subyace al delito atribuido y posibilitando un em- pleo eficiénte de los siempre es- casos recursos disponibles. Las criticas se dirigen hacia la enor me selectividad del sistema de enjuiciamiento criminal vigente, agravada por la circunstancia de su irracionalidad, falta de trans- parencia y desigualdad. Existe la percepcién generalizada que los Organos de persecucién penal concentran sus pocos esfuerzos en la represiGn de delitos bagate- larios o sin victimas, muchos de los cuales debieran quedar al margen del control punitivo, en a realizacién de actuaciones bu- ocraticas sin un objetivo eficien- e. La desigual aplicacion de la ey penal determina que la clien- ela habitual del sistema esté onstituida por sujetos prove- entes de sectores vulnerables de a sociedad cuyas posibilidades le sustraerse del circuito penal on infimas por constituir la pri- vacién de libertad, con su secue- a de marginacién y estigma, su inica alternativa. La persecucién renal de los delitos graves o en [ue existe prevalimiento de po- iciones de poder quedan, por lo seneral, impunes por la incapa- idad estructural y operativa del istema de hacerse cargo de cri- nenes mas sofisticados. Finalmente, la reforma plantea in reposicionamiento dé la victi- na en el proceso penal, un reco- ocimiento de su importancia en 1 esclarecimiento del delito y la wecesidad de centrar como obje- ivo principal de aquél la satis- accién de sus intereses lesiona- los. De alli que el Cédigo le onfiera el caracter de intervi- tiente, sin necesidad de consti- uirse en querellante, establecien- lo una serie de obligaciones y leberes en su favor a fin de cau- elar su posicién dentro del pro- es0. Entre ellos, se encuentra el lerecho a ser informada de los esultados del procedimiento, a olicitar medidas de proteccién nte eventuales futuros atentados a ser ofda antes de procederse Ja suspensién del procedimien- © © a su terminacion por cual- thier causa (articulo 78 CPP). El modelo adoptado, de corte cusatorio, confiere la exclusivi- lad de la investigacién de los de- itos al Ministerio Puiblico, orga- tismo auténomo y jerarquizado que se crea por la Ley de Refor- ma Constitucional N° 19.519, de 16 de septiembre de 1997, y se regu- Ja y organiza en la Ley Organica Constitucional N° 19.640, publica- da en el Diario Oficial el 19 de octubre de 1999. La investigacién de los delitos es controlada por tun érgano jurisdiccional, el Juez. de Garantia, quien por imperati- vo constitucional debe autorizar previamente todas aquellas actwa- ciones que priven, restrinjan o perturben del ejercicio de los de- rechos constitucionales tanto al imputado como a terceros. La se- paracién de las funciones entre el fiscal y el juez en la etapa de in- vestigaciGn se asienta en el prin- cipio republicano de la division de poderes y en la comprobacién empirica de que no es posible re- unir en una sola persona dos fun- ciones tan contrapuestas, psicol6- gicamente incompatibles, como la ficiencia investigativa y la tutela de las garantias, pues necesaria- mente la primera prevaleceré so- bre la segunda ESTRUCTURA GENERAL DEL PROCEDIMIENTO El procedimiento ordinario por crimen o simple delito' esta cons- tituido por tres etapas: la investi- gacién, la preparacién del juicio oral y el juicio oral. Cada una de estas etapas cumple ciertos obje- tivos especificos dentro del pro- cedimiento aunque encaminados siempre hacia aquella que consti- tuye su pieza central: el juicio oral. En efecto, puede ocurrir que, en \ *Bxisten ciertas hipétesis de simple delito que pueden ser objeto de procedimiento sim plificado, previsto bésicamente para el enjui- ‘iamiento de las falas (vid. Arts. 388 y 8, CPP). 5 Sees cent aid la practica, un buen ntimero de casos termine anticipadamente, esto es, sin juicio oral. Sin embar- 0, no es posible entender la logi- ca del nuevo sistema sin una com- prensién cabal de la significacién del juicio oral dentro de él, al me- Ros como garantia de! imputado que puede ser renunciada por éste en determinados casos previstos porlaley. La investigacién preparatoria se erige sobre dos pilares funda- mentales: la constitucién de una organizacién flexible de fiscales que dispone de una serie de me- canismos para levar a cabo una investigacién dindmica, desforma- lizada y selectiva conforme a cri- tetios puiblicos, objetivos y raci nales, y por la circunstancia de que sus actuaciones carecen, por regla general, de todo valor pro- batorio. Un eficiente manejo de la persecucién penal requiere la per- manente adaptacién de los méto- dos de trabajo, la agrupacién de casos similares, la colaboracién entre equipos especializados de accién, la movilidad territorial de los recursos, el répido intercam- bio de informacién, la ausencia de obstaculos burocraticos para 1a toma de decisiones, etc. La trans- formacién de un sistema de ins- trucci6n de caracter judicial a uno administrativo tiene, en conse- cuencia, la ventaja de liberar al juez de la carga de gestionar la persecucién penal, funcién para la cual no se encuentra adaptado es- tructural ni organizacionalmente, permitiéndole dedicarse en forma exclusiva a la tutela de las garan- tias y a la resoluci6n de las cues- tiones que son sometidas a su co- nocimiento. La investigacién constituye, pues, una etapa del proceso pe- ice 2000 nal en que un 6rgano, el Ministe- rio Publico, con el auxilio de la Policia y otros érganos especia- lizados, debe investigar en el menor tiempo posible el hecho denunciado y reunir los antece- dentes probatorios que le permi- tirdn acreditar su acusacién ante el tribunal que debe dictar el fa- Mo. Dichos antecedentes sélo constituiran medios de prueba si son validamente introducidos a la audiencia de juicio oral. Esta fase del procedimiento es contro- lada por un 6rgano jurisdiccio- nal, el juez de garantia, quien debe -entre otras diversas funcio- nes~ intervenir en todos aquellos casos en que la actividad perse- cutoria del fiscal entre en conflic- to con los derechos del imputa- do o de terceros, 0 para resolver las formas de terminacién antici- pada del procedimiento, Laaudiencia de preparacién del juicio oral es para delimitar clara- mente el objeto del juicio, es decir, a través del control de la acusa- cién y de los medios de prueba ofrecidos. En efecto, en esta fase el Ministerio Publico presenta su acu- sacién y configura los hechos que seran materia de debate durante el juicio, lo que permitira al impu- tado preparar adecuadamente su defensa. El ofrecimiento de los me- dios de prueba puede dar lugar, a sui vez, a incidencias sobre su per- tinencia, cantidad, procedencia o licitud, las que deberdn ser resuel- tas por el juez de garantia. El juicio oral es, como se ha di- cho repetidamente, la etapa central del nuevo procedimiento y tiene lu- gar ante un tribunal colegiado, nin- guno de cuyos miembros ha podi- do tener participacién en etapas previas de aquél a fin de resguar- dar debidamente la garantia de im- parcialidad. Se contemplan, en consecuencia, mecanismos de inha- bilitacién de aquellos jueces que hu- biesen intervenido previamente en el mismo procedimiento. Esta fase procesal implica el desarrollo de un debate entre las partes de carécter ptiblico, oral y contradictorio,en que se presenta la prueba de cargo y de descargo en relacién a los hechos materia de la acusacién y culmina con la deliberacién de los jueces y la comunicacién verbal a los intervi- nientes de la decisién de absolucién ‘© condena, con los principales fun- damentos tomados en consideracién para llegar a su conclusion. Asimis- mo, debe dictarse la sentencia defi- nitiva, la que deberd hacerse cargo de toda la prueba rendida durante el debate oral. El fallo s6lo puede ser objeto de recurso de nulidad, recurso de de- recho que en algunos casos es co- nocido por la Corte Suprema y en otros directamente por la Corte de Apelaciones respectiva, y cuya pro- cedencia esté autorizada esencial- mente en caso de infraccién sus- tancial a garantias constitucionales © en Ia aplicacién errénea del de- recho. La consecuencia de un re- curso de nulidad acogido puede ser la invalidacién del fallo y la dictacién de una sentencia de re- emplazo o Ja anulacién de la sen- tencia y el respective juicio oral, lo que necesariamente determinaré la realizaciGn de un nuevo juticio oral ante un tribunal no inhabilitado. 3. LAETAPA DE INVESTIGACION La investigacién de un hecho que reviste caracteres de delito puede iniciarse de oficio por el Ministe- tio Publico, por denuncia 0 por querella (art. 172 CPP). Traténdo- se de delitos de accién penal pi- blica o previa instancia particular en que se hubiere efectuado, a lo menos, denuncia por parte de la victima, rige el principio de lega- lidad de la persecucién penal. No podra, en consecuencia, el Minis- terio Publico suspender, inte- trumpir o hacer cesar el procedi- miento penal sino en los casos expresamente previstos en la ley. Se faculta al Ministerio Publi- co para archivar provisionalmen- te todas aquellas denuncias cuyos antecedentes de investigacién sean insuficientes para desarrollar actividades conducentes al escla- recimiento de los hechos (art. 167 CPP). Se contempla un control ge- neral de la victima y del Fiscal Re- gional, cuando se trata de delitos graves, para evitar un uso arbi- trario de este mecanismo previsto basicamente para descargar la persecucién penal de todos aque- llos casos en que no existe una ex- pectativa razonable de éxito. El Cédigo prevé diversas hipo- tesis de terminacin anticipada del procedimiento, con o sin so- luci6n del conflicto. Ellas poseen distintos objetivos, pero en todos estos casos se parte del reconoci miento de la selectividad como una cualidad inherente a cual- quier sistema de justicia criminal, producida por la imposibilidad de manejo de grandes voltimenes de casos que plantean requerimien- tos que exceden la capacidad de respuesta de los érganos de per secucién penal. En un primer caso, se trata de efectuar un pronunciamiento pre- coz y oportuno de aquellos que deben ser abandonados por no existir 1a denuncia de un delito o en que la responsabilidad penal se encuentre manifiestamente ex- tinguida (archivo definitivo/so- breseimiento definitivo). Otro supuesto esta constituido por la aplicacién del principio de oportunidad, contrapartida del principio de legatidad y de am- plia recepcién en el derecho com- parado, que significa la facultad que se entrega al Ministerio Pti- blico para no iniciar la persecu- cién penal o abandonar la ya ini- ciada cuando se trate de un hecho que no compromete gravemente el interés puiblico (criterio mate- rial), excepto en los casos en que Ja pena minima asignada a ese de- lito exceda el de presidio o reclu- sién menor en su grado minimo © que se trate de un delito come- tido por un funcionario puiblico en el ejercicio de sus funciones (li- mites formales u objetivos al prin- cipio). El Cédigo contempla estric- tos controles por parte del juez y de las autoridades superiores del Ministerio Ptiblico en la aplicacién de este principio, el que debe res- ponder a criterios generales y ob- jetivos de actuacién, Ellos deben ser formulados por el Fiscal Na- cional en el marco mas amplio de sus criterios generales de actua- cin (art. 17 letra a) de la Ley Or- ganica del Ministerio Publico), de los que debera rendir cuenta anualmente, en audiencia puiblica (art. 21 LOCMP). En todo evento, cuando la victima manifieste de cualquier modo su interés en el inicio 0 continuacién del procedi- iniento, debera dejarse sin efecto Ja respectiva decisién del fiscal En ultimo caso, se introducen dos instituciones novedosas al procedimiento que constituyen formas de terminacién “alternati- va" al mismo. La alternatividad esta referida al juicio oral, la sen- tencia y la imposicién de una eventual sancién que constituya una reaccién punitiva tradicional del sistema penal, esto es, una pena privativa de libertad o una medida alternativa a las mismas, de aquellas previstas en la Ley 18.216. Se trata, en consecuencia, de evitar la aplicacién de una pena privativa de libertad en aquellos casos en que la solucién “alterna- tiva” aparece como socialmente més conveniente e, incluso, mas productiva y satisfactoria para los directamenie involucrados. El en- cierro, con su secuela de estigma- tizacion y desocializacién en el su- jeto que la sufre, ha sido objeto de una creciente critica especial- mente desde la segunda mitad del siglo XX, promoviéndose su evitacion particularmente respec- to de individuos que delinquen Por primera vez, con bajo com- promiso delictual o con importan- te arraigo familiar y social. En el segundo caso, se trata de adelantar la aplicacién de la medi da alternativa a todos aquellos en que muy probablemente ella sea la reaccién punitiva que se imponga concretamente en la sentencia defi- nitiva. Pareciera contradictorio po- litico-criminalmente en estos casos, esperar a la sentencia para aplicar estas medidas que suponen, en ge- neral, un fuerte contenido asisten- cial y socializador cuando ya en la fase del enjuiciamiento criminal se estén produciendo los procesos que dichas medidas pretenden revertir ©, al menos, neutralizar; piénsese, por ejemplo, en los prolongados pe- riodos de prisién preventiva que puede sufrir el imputado durante el curso del procedimiento. A partir de estos planteamien- tos se incorporan, pues, dos nue- MOCO roe Dicerond is vas instituciones procesales. Una es la suspensidn condicional del pro- cedimiento; la otra es el acuerdo re- aratorio 0 compensacién imputado- victima, La primera de las nombradas consiste en que el fiscal, con el acuerdo del imputado, solicite al juez de garantia la suspension del procedimiento sujetando al impu- tado a ciertas formas de control de baja intensidad por un lapso de observacién que no puede ser superior a tres afios. Una impor- tante ventaja de esta salida alter- nativa es que no requiere de acep- tacién de culpabilidad por parte del imputado. En consecuencia, cumpliéndose en forma satisfacto- ia con las condiciones en el plazo fijado judicialmente, el imputado puede reinsertarse en la sociedad sin que pese sobre sus actividades familiares, sociales y laborales el antecedente de una condena penal. Otro relevante efecto positive es que, al imponerse las condiciones de la suspensi6n, debe oirse al que- rellante, lo que permitira al tribu- nal considerar el interés de la vic- tima (vid. articulo 238 CPP). En caso de revocarse la suspensién condicional, por no cumplimiento reiterado, grave e injustificado de las condiciones o por la fofmaliza- cién de la investigacién por la co- misién de un nuevo delito, sera ne- cesario reiniciar el procedimiento hasta la dictacién de la sentencia definitiva, incluyendo, en este caso, el nuevo delito en la acusacién, Los acuerdos reparatorios for- man parte de una tendencia del derecho comparado a incorporar formas de terminaci6n del pro- cedimiento penal que reconocen el interés preponderante de la victima por sobre el interés es- tatal abstracto a la persecucién Srciene 200 penal y a la afirmacién de la vi- gencia de las normas penales. Actualmente existen diversas instituciones que poseen un fun- damento similar; asi, en el am- bito del derecho penal aduanero hallamos la denominada “com- pra de la accién penal”, que opera pragmiticamente, anteponiendo la satisfaccién de los intereses pecu- niarios del Fisco al ejercicio pleno del ius puniendi, La misma situa- cién encontramos en el ambito del delito de giro doloso de cheques 0 de los delitos tributarios. La recepcién de los acuerdos re- paratorios en el Cédigo se plan- tea, limitadamente, respecto de de- litos que afecten bienes juridicos disponibles de cardcter patrimonial © constituyan delitos culposos o el delito doioso de lesiones menos graves. El control del juez se cen- tra, en estos casos, en la’ verifica- cidn del consentimiento libre ¢ in- formado del imputado al acuetdo y en la comprobacién que éste haya recaido dentro del ambito de delitos admitido por la ley. El juez podra rechazar el acuerdo si exis liere un interés prevalente en la continuacion de la persecucién pe- «nal. Esta hipétesis deberia ser plan- teada al juez necesariamente por el Ministerio Pablico, pues es el 6r- gano que representa dicho interés dentro del proceso penal. Como se dijo anteriormente, las amplias facultades de investiga- cién del Ministerio Publico tienen como limite los derechos indivi- duales de las personas. Cuando di cha actividad afecte 0 pueda afec- tar esos derechos debe requerir la intervencién del juez, generalmen- te en audiencias orales con partici pacion de todos los intervinientes, donde se podra calificar la legali- dad de la actuacién realizada (v. gt. detencién en caso de flagran- Gia) 0 requerir la autorizacién para que se lleve a cabo la diligencia solicitada. Este seré generalmente el caso cuando se trate de pedir medidas cautelares respecto del imputado o diligencias de investi- gacién intrusivas (entrada y regis- tro, incautaciones, intercepciones telefonicas, etc.), aunque en este til- timo caso existe la posibilidad de solicitar la autorizacién judicial co- rrespondiente sin conocimiento del afectado, cuando la gravedad de los hechos 0 la naturaleza de la di- ligencia de que se trate permita presumir que dicha circunstancia resulta indispensable para su éxi- to (art. 236 CPP). También se re- querira la intervencién judicial para la realizacién anticipada de prueba en aquellos casos en que pueda resultar imposible su pro- duccién durante el juicio, circuns- tancia que deberd ser debidamen- te acreditada. En estos casos, la prueba se rinde con intervencién de todas las partes que tengan de- recho a intervenir en ella ante el juez de garantfa. En todas las hipétesis anterior mente indicadas, excepto la solici- tud de diligencias intrusivas sin co- nocimiento del afectado, seré necesario formalizar la investiga- cién. La formalizacién de la inves- tigacién o formulacién de cargos es Ia comunicacién que el fiscal efecttia al imputado, en presencia del juez de garantia, de que se en- cuentra desarrollando una investi- gacién en su contra respecto de he- chos que constituyen uno o mas delitos determinados (art. 229 CPP). Se trata de una institucién eminentemente garantista que tie- ne por finalidad asegurar el dere- cho de defensa del imputado po- niendo en su conocimiento la existencia de una investigaci6n pe- EBS nal en su contra y el hecho o he- chos que constituyen su objeto. La precision y determinacién de esos hechos son de suma importancia para la delimitacién del contenido de la acusacién y de la sentencia definitiva, pues por mandato del principio de congruencia s6lo po- dran ser objeto de éstas tltimas los hechos, circunstancias y personas incluidos en la formalizacién de la investigaci6n (art. 259 inciso final en relacién al articulo 341 inciso 1° CPP). Las diferencias con el actual auto de procesamiento son, pues, evidentes: la formalizacién de la investigaci6n no acarrea de forma automética ninguna privacién 0 restriccién de derechos. Si el fiscal desea solicitar una medida caute- lar, como el arraigo o la prision preventiva del imputado, debe- 14 solicitarla en la audiencia de formalizacién de la investigacion resolviendo el juez de garantia previo debate de las partes. El Cédigo contempla, asimis- mo, mecanismos de aceleracién del procedimiento o limites tem- porales a la persecucién penal ptiblica, dando de este modo una adecuada recepcién al derecho que tiene el imputado a ser juz- gado en un plazo razonable. La rapidez del procedimiento no sélo opera a favor del imputado sino que debe ser entendida como una cualidad deseable de toda perse- cuci6n penal en la medida que el transcurso del tiempo va deterio- rando la prueba y afectando su produccién en el juicio oral. Uno de los efectos de la for- malizacién de la investigacién consiste en el inicio del cémputo del plazo de dos afios que tiene el fiscal para cerrar la investigacin (articulo 233 en relacién al articu- lo 247 CPP). La no declaracién del cierre de la investigacién puede dar lugar a que se aperciba al fis- cal para que lo haga so pena de decretarse el sobreseimiento defi nitivo de la causa. Sin perjuicio de lo anterior, en la misma au- diencia de formalizacién de la in- vestigacién el juez de garantia puede, de oficio 0 a peticién de Parte, fijar un plazo inferior al se- Ralado anteriormente para que el Ministerio Publico la cierre, siem- pre que las caracteristicas de la in- vestigacién lo permitan (articulo 234 CPP). Del mismo modo, y en la misma audiencia, el fiscal pue- de solicitar que la causa pase direc- tamente a juicio oral (juicio inme- dato; articulo 235 CPP), solicitud que si es acogida significa la reali- zacién inmediata de las actuacio- nes que corresponden a la etapa previa a la audiencia de prepara- Gi6n del juicio oral (acusacién, ad- hesién o acusacién particular y contestaci6n a las acusaciones). La diferencia radica en que tales ac- tuaciones, de ordinario escritas, se realizan verbalmente en la mis- ma audiencia pudiendo otorgar- se al imputado un plazo no infe- rior a quince ni superior a treinta dias para efectuar sus solicitudes de prueba. Este mecanismo de aceleracién del procedimiento ha sido concebido, fundamental- mente, para ser utilizado en aque- los casos en que el érgano de per- secucién penal cuente con todos Jos antecedentes probatorios nece- sarios para fundamentar su acusa- cién en un tiempo muy cercano a la ocurrencia de los hechos (v. gr., detencién en caso de flagrancia) y no resulte indispensable la realiza- cién de una investigacién ulterior. Otra importante innovacién del Cédigo es la incorporacién de procedimientos simplificados 0 sumarios que pueden implicar al- gin tipo de acuerdo 0 negocia~ cién entre todos 0 algunos de los intervinientes, en virtud de lo cual se suprimen o simplifican etapas del procedimiento ordina- tio de manera de posibilitar una resolucién rapida del caso, con pleno respeto a las garantias y derechos del imputado. Es el caso del procedimiento abreviado, re- gulado en el Titulo III del Libro IV del CPP, que presupone que el fiscal requiera en su acusacién Ja imposici6n de una pena priva- tiva de libertad no superior a cin- co afios de presidio o reclusién menores en su grado maximo 0 bien cualesquiera otras penas de distinta naturaleza, exceptuada la de muerte, fueren ellas tinicas, conjuntas 0 alternativas. El im- putado debe renunciar a su de- echo al juicio oral manifestando su acuerdo con los hechos mate- tia de la acusacién y los antece- dentes de la investigacién que la funden y aceptar expresamente ser juzgado conforme a las reglas de este procedimiento. El juez de garantia, quien es el legalmente competente para dictar sentencia en este procedimiento -circuns- tancia que produce los mayores reparos-, debe verificar que el consentimiento del imputado haya sido prestado en forma li- bre y voluntaria y con conoci- « miento cabal de los efectos de su acuerdo, pudiendo rechazar el procedimiento abreviado y dar paso al juicio oral si no lo consi- dera asi. Aun acogida la tramita- cién del procedimiento abrevia- do, el juez de garantia podré absolver al imputado cuando los hechos aceptados por éste no sean constitutivos de delito o el conjunto de los antecedentes de la instruccién le parezcan insufi cientes para alcanzar la convic- cién respecto de su culpabilidad. orceeee 3080 Este procedimiento conviene al imputado cuando la pena solici- tada por el fiscal pareciere mas benigna de la que pudiere impo- nerse tras la realizaciGn del jui- cio oral. El fiscal lo promover o solicitaré cada vez que resulte conveniente concretar una solu cién répida del caso sin afectar el interés publico a la aplicacién de la pena que aparece como ne- cesaria, preventivo generalmen- te, dada la gravedad del delito. En la satisfaccién de ambos inte- reses cabe fundar la negociacién que debe presidir el acuerdo de las partes para la realizacién de este procedimiento. Otro procedimiento especial que comparte caracteristicas seme- jantes al anterior pero que no sig- nifica, en general, la renuncia al juicio oral, es el llamado procedi- miento simplificado, contemplado en el Titulo I del Libro IV del CPP. Este procedimiento esta previsto fundamentalmente para el enjui- ciamiento de las faltas; sin embar- go, en una etapa posterior de la tramitacién parlamentaria se am- plié al supuesto de hechos consti- tutivos de simples delitos respec to de los cuales el fiscal del Ministerio Pablico requiriere la imposicién de una pena no supe- tior de presidio o reclusién me- nores en su grado minimo, salvo que su conocimiento y fallo se so- meta a las normas del procedi- miento abreviado (articulo 388 CPP). Recibido el requerimiento, el juez de garantia debe citar a los intervinientes al juicio oral con to- dos sus medios de prueba. El ui cio no podré tener lugar antes de veinte ni después de cuarenta dias contados desde la fecha de la re- soluci6n, y a su inicio el juez debe explorar la posibilidad de que las partes convengan acuerdos repa- We 2 eBtae 00 ratori . Rechazada esta posibili- dad, el juez debe preguntar al im- putado si admite responsabilidad en los hechos atribuidos en el re- querimiento. En caso afirmativo, el juez debe dictar sentencia de inmediato, pudiendo imponerle sélo pena de multa; podré aplicar la de prision tinicamente en aque- los casos en que concurran ante- cedentes calificados que justifi- quen tal decisi6n. En caso que el imputado rechace toda responsa- bilidad en los hechos debe proce- derse al juicio oral tras cuya reali- zacion se dicta sentencia definitiva por el juez de garantia. Una modalidad especial del procedimiento anterior est cons- tituida por el denominado pro- cedimiento monitorio (articulo 392 CPP), aplicable sélo en aque- los casos en que el fiscal requie- ra la aplicacién de una pena de multa. Si el juez estima fundado el requerimiento y apropiada la miulta solicitada, debe acoger la solicitud y dictar una resolucién que debera ser notificada al im- putado. Dicha resolucién debe contener ciertas menciones que permitan al imputado aceptar el requerimiento y la multa impues- ta, pudiendo rebajarse su monto hasta en un 25% si ella fuere pa- gada en el lapso de quince dias desde su notificacién, o rechazar- los y hacer prevalecer su dere- cho a que se continue el procedi- miento conforme a las reglas del procedimiento simplificado. 4, ETAPA INTERMEDIA O PREPARACION DEL JUICIO ORAL Concluida la investigaci6n, el fis cal puede: a) solicitar el sobresei- miento definitivo 0 temporal de Ja caitsa; b) formular su acusacién, ©.c) comunicar su decisién en or- den a no perseverar en el proce- dimiento, por no haberse reunido antecedentes de investigaci6n su- ficientes para fundar una acusa- cién (articulo 248 CPP). Respecto del sobreseimiento temporal, se suprimen las causa- les existentes hoy en dia que signi- fican en realidad el reconocimien- to del fracaso de la investigacién criminal (articulo 409 N* 1 y 2 del actual Cédigo de Procedimiento Penal) . En consecuencia, se elimi- na la posibilidad de reapertura ge- neral de la investigacién, con su secuela de incertidumbre para el imputado respecto de la persecu- cién penal por lapsos mas 0 me- nos prolongados. Existe sélo una posibilidad restringida para reabrir la investigacién: se trata del caso en que los intervinientes hubieren formulado previamente diligencias precisas de investigacién y ellas hubieren sido rechazadas por el Ministerio Publico (art. 257 CPP). En tal caso, el juez de garantia po- dra ordenar que se reabra la in- vestigaci6n con el tinico fin de que se practiquen tales diligencias den- tro del plazo que él fije. El fiscal podrd, a su turno, solicitar la am- pliacién de la investigacién por una sola vez También existe la posibilidad del forzamiento de la acusacion, esto es, que el querellante parti- cular se oponga a la decisién del fiscal de sobreseer la causa. El fis- cal regional puede obligar al fis- cal adjunto a formular su acusa- cién si compatte el criterio del querellante; de lo contrario, sera este ultimo quien deba formular- la y sostenerla en lo sucesivo so pena de que se decrete el sobre- we seimiento definitivo del caso. La misma facultad tiene el querellan. te en el caso de que el Ministeric Publico decida comunicar su de cision de no perseverar con el pro: cedimient. Si el fiscal cuenta con suficien- tes antecedentes de investigaciér debe formular su acusacién por escrito, la que debe contener la: menciones que sefiala el articulc 259 CPP. Especial relevancia tie ne la obligacién de efectuar el se falamiento de los medios de prue ba y los puntos sobre los que deben recaer las declaraciones d« los testigos ofrecidos, exigenci: que dice relacién con la prepara cién de la defensa del imputad: y la prohibicién de sorpresa. Pre sentada la acusacién, el juez di garantia debe citar a una audien cia que cumple diversas funcio nes: el control judicial de la acu sacién y su congruencia con |. formalizacin de la investigaci6r (hechos, personas y circunstan cias), la depuracién del juicio ora de incidencias dilatorias 0 qu obstaculicen su normal desenvo} vimiento, la formalizacién de | defensa frente a la acusacién, y 1 preparacién del juicio, fijando s contenido y los medios de prueb que seran rendidos durante su de sarrollo. Si existe querellante particula: podra adherir a la acusacién de iscal 0 presentar una particula El imputado puede presentar s defensa por escrito hasta la vispe ra de la audiencia de preparacié del juicio o en forma verbal en « curso de la misma. La presenci del fiscal y del defensor constit. ye un requisito de validez de 1 audiencia. La ausencia del defer sor del acusado da origen al abar dono de la defensa, debiendo su: penderse la audiencia por un pla- 20 no superior a cinco dias, a fin de permitir que el defensor publi- co se interiorice del caso ( art. 269 cer). La audiencia de preparacién del juicio oral debe realizarse con la presencia ininterrumpida del juez de garantia y ha de desarro- llarse integramente en forma oral, prohibiéndose la presentacién de escritos. Durante la audiencia po- dra debatirse acerca de posibles vicios formales que presenten los escritos del fiscal o del querellan- te particuldr, debiendo ellos ser subsanados en la misma audien- cia o dentro de un plazo que no exceda de cinco dias. De no pro- cederse asi, las sanciones del Cé- digo son drésticas. Tratandose del querellante, se tendran por no pre- sentadas la acusacién y la deman- da civil. En el caso del fiscal, el juez podra concederle otros cinco dias al término de los cuales, si no se hubiere producido la rectificacién ordenada, decretaré el sobresei- miento definitivo de la causa, a me~ os que existiere querellante parti- cular en cuyo caso éste continuaré solo con el procedimiento. Otras posibles actuaciones durante la audiencia de prepa- racién del juicio oral estan cons- tituidas por el debate acerca de excepciones de previo y espe- cial pronunciamiento, las que se resolveran tinicamente en base a los antecedentes de la investi- gacién y los que aporten las par- fes. También cabe al juez pro- mover conciliacién sobre las acciones civiles deducidas, en su caso. Asimismo, puede resol- ver sobre la unién o separacién de acusaciones teniendo m- pre en consideracién el derecho de defensa del imputado, el de- sarrollo libre de interferencias graves del juicio y la evitacion de decisiones contradictorias. Asimismo, la audiencia interme- dia constituye la ultima opor- tunidad para dar lugar a sali- das alternativas 0 acordar el procedimiento abreviado. Con relacién a las pruebas ofre- cidas por las partes, los intervi- nientes pueden solicitar en con- junto al juez la inclusién en el auto de apertura del juicio oral de con- venciones probatorias, esto es, ciertos hechos no controvertidos que deben darse por acreditados Y que, por tanto, no podrén ser discutidos en el juicio oral (art. 275 CPP). Las convenciones probato- rias pueden ser extremadamente relevantes en procesos complejos © cuyo enjuiciamiento pueda te- sultar engorroso por la gran can- tidad de prueba ofrecida para acreditar los distintos hechos. El juez puede, en estos casos, cum- plir un papel activo en la audien- cia formulando proposiciones a los intervinientes pero cuidando de no forzar dichos acuerdos. En cuanto al control de admisibilidad de las pruebas, el Cédigo entrega Ia facultad al juez para excluir aquellas que resulten manifiesta- mente impertinentes, tengan por objeto acreditar hechos publicos © notorios, provengan de actua- ciones o diligencias declaradas nulas u obtenidas con inobservan- cia de garantfas fundamentales (prueba ilicita). También podré ordenar que se reduzca la prueba testimonial o documental cuando ella parezca excesiva para acredi- tar unos mismos hechos 0 no guarde pertinencia sustancial con la materia objeto del juicio (art. 276 CPP). Se trata, en consecuen- cia, de facultades judiciales tadas de control sobre la prueba 11 aoc pice 5900 y s6lo para el efecto de excluirlas del debate principal; en caso al- guno para decretar diligencias de investigacién que se estimen omi- tidas, Si el juez comprueba que el acusado no ha presentado prueba por causas que no le son imputa- bles y ello afecta su derecho de defensa, puede suspender la au- diencia hasta por un plazo de diez dias. Terminada la audiencia de pre- paracién del juicio oral o transcu- rido el plazo que sefala el articu- lo 278 CPP para que el acusado ofrezca prueba, el juez de garan- tia debe dictar el auto de apertu- ra del juicio oral. En esta resolu- ci6n el juez de garantia prepara el juicio fijando el tribunal compe- tente para conocer del mismo, las personas que deben intervenir en ély determinando las pruebas que deban rendirse durante su desa- rrollo. Esta resolucién solo es sus- ceptible de apelacién por el Mi nisterio Puiblico fundado en la exclusién de pruebas de cargo que hubiere efectuado el juez de ga- rantia. En efecto, teniendo el Mi- nisterio Puiblico la carga de pro- bar su acusacién més alld de toda duda razonable, parece logico que en el supuesto que se le excluyan pruebas relevantes se conceda este recurso, el que debera ser conce- dido en ambos efectos (articulo 277 inciso final CPP). 5. BLJUICIO ORAL El Cédigo evidencia la importan- ia de esta fase incorporando un catdlogo de principios que la ri- gen, constantemente destacados en los instrumentos internacio- nales de derechos humanos que contemplan normas sobre debi- CEM 2000 do proceso. Con ello se quiere evitar las distorsiones que se han producido en experiencias de re- forma del derecho comparado, especialmente en el ambito lati- noamericano, en que se llevan a cabo practicas incompatibles con tales principios, como la lectura de registros que dan cuenta de declaraciones testimoniales 0 pe- riciales, la interrupcién por lar- gos periodos de las audiencias del juicio o la ausencia temporal de alguno de los intervinientes. Por ello, el Cédigo prevé como sancién la nulidad del juicio en todos aquellos supuestos de in- fraccién grave al principio de in- mediacién y presencia ininte- rrumpida del tribunal, fiscal y defensor, 0 a los principios de continuidad y de publicidad del debate (articulo 374 letra d) CPP). Por su parte, se consagra, en forma perentoria, el principio de oralidad prohibiéndose 1a presentacién de argumentacio- nes 0 peticiones por escrito du- rante el debate (art. 291 CPP). La prueba debe producirse en el juicio en el orden que planteen las partes, debiéndose recibir pri- mero la de cargo y luego la ofre- cida por la defensa. La excepcién est constituida por la incorpora- cién al juicio de aquellos registros en que consten declaraciones an- teriores de testigos, peritos o im- putados, realizadas: a) en una au- diencia de prueba anticipada, b) cuando las partes asf lo acuerden, con aprobaci6n del tribunal; c) cuando la incomparecencia'de di- chos testigos, peritos o coimputa- dos fuere imputable al acusado, y d) cuando se trate de declaracio- nes de coimputados rebeldes prestadas ante el juez de garan- tia (articulo 331 CPP). En gene- ral, el Cédigo prohibe la invoca- cidn 0 incorporacién como medio de prueba de los registros que den cuenta de actuaciones o diligen- cias realizadas por la policia o el Ministerio Piiblico y, en caso al- guno, pueden incorporarse aque- los que contengan actuaciones 0 diligencias declaradas nulas u ob- tenidas con vulneracién de garan- tias fundamentales (articulo 334 cpp). Durante la audiencia de juicio oral, los testigos y peritos son in- terrogados por ia parte que los presenta y contrainterrogados por Ja contraria (principio de contra- diccién), facultandose a los miem- bros del tribunal para formular preguntas aclaratorias. El Codigo prohibe las preguntas sugestivas en el caso del interrogatorio di- recto del testigo o perito; no asi en el contrainterrogatorio. En nin- gtin caso se admitirén preguntas capciosas 0 engajiosas, las formu- ladas en términos poco claros 0 las destinadas a coaccionar ilegt timamente al testigo 0 perito. Los documentos deben ser exhibidos y leidos durante la audiencia, con indicacién de su origen. Los obje- tos que constituyen instrumentos © efectos del delito deben ser ex- hibidos y pueden ser examinados por las partes. El acusado podra prestar declaracién en cualquier estado del juicio, la que debe ser entendida como medio de defen- sa. En tal caso, podra ser interro- gado directamente por el fiscal y el querellante, si lo hubiere El Cédigo adopta el sistema de la libertad probatoria, sefia- lando que todos los hechos y cir- cunstancias relevantes del caso pueden ser probados por cual- quier medio producido e incor- porado en conformidad a la ley (art. 295 CPP). Expresamente ad- 2 mite que se utilicen como medios de prueba todos aquellos meca- nismos 0 instrumentos técnicos modernos aptos para producir fe respecto de los hechos de que dan cuenta. En cuanto a la valoracién de la prueba, la regia es su apre- ciacién con entera libertad, tini- co sistema compatible con la ne- cesaria autonomia del juez para adquirir la conviccién que funde su decisién de absolucién 0 con- dena. Las tinicas limitaciones ~pro- pias del sistema de la sana criti- ca- son los principios de la logica, Jas maximas de la experiencia y Jos conocimientos cientificamente afianzados. El Cédigo, siguiendo el mode- lo norteamericano, introduce un nuevo estandar de conviccién para los casos de condena, el que pateciera ser mas exigente que el existente hoy en dia. En efecto, se plantea que la decisién debe ser de absolucién en todos aquellos casos en que se presenten dudas razonables sobre la comisi6n del hecho punible o la participacion culpable atribuida al acusado (articulo 340 CPP). Existe, sin embargo, una limitacién absolu- ta a la libre conviccién, pues se establece que en.caso alguno se podré condenar a una persona con el solo mérito de su propia declaracién. La libertad del juez para la va- loracién de la prueba tiene como contrapartida la obligacién de ex- plicitaci6n del razonamiento uti- lizado para el establecimiento de los hechos a partir de los medios de prueba producidos durante el juicio. Por ello, el tribunal debe hacerse cargo de toda la prueba rendida, incluso de aquella que desestima, indicando las razones que tuvo para hacerlo. La funda- mentacién de la sentencia debe permitir la reproduccién del ra- zonamiento utilizado para alcan- Zar sus conclusiones, como tinico modo de garantizar el posterior control de dicha decisin, tanto por parte de los tribunales que co- nozcan de los recursos en contra de la sentencia como parte del conjunto de la sociedad. Con el fin de asegurar que la sentencia se dicte tinicamente so- bre la base de lo acontecido en la audiencia 0 audiencias sucesivas de juicio oral, el Cédigo prescribe que la decisién sobre absolucién 0 condena, con sus fundamentos principales, debe pronunciarse tras, la deliberacién privada de los miembros del tribunal que se ini- cia inmediatamente después de clausurado el debate. Excepcional- mente, el tribunal podra prolon- gar la deliberacién hasta por vein- ticuatro horas. La omisién del pronunciamiento de la decisién so- bre absolucién o condena en las oportunidades sefialadas produce la nulidad del juicio. La misma sanci6n acarrea la omision de lec- tura del fallo después de trans- curridos siete dias desde la co- municacién de la decisién sobre absolucién 0 condena, excepto en el caso que la decision previa hu- biese sido de absolucién del acu- sado. En efecto, las infracciones 0 faltas del tribunal no pueden ope- rar en perjuicio del acusado, y de- ben ser sancionadas disciplinaria- mente, 6. RECURSOS La reforma implica, especialmen- te, un cambio radical en el siste- ma de controles jurisdiccionales en el Ambito penal. El actual es un modelo de control jerarquico, sim- ple, intenso y burocrético, cuyos rasgos son herencia del sistema ju- dicial colonial. El control excesivo de las resoluciones judiciales que incluso es automético como es el caso, por ejemplo, de la consulta se transforma, en la practica, en una interaccidn entre tribunal in- ferior y superior perdiéndose de vista el gravamen o perjuicio even- tualmente causado a la parte. En efecto, el tribunal inferior remite las “compulsas” o el “expediente” al superior quien revisa Ios ante- cedentes en base a la narracién resu- mida de un tercero el “relator” — y el “alegato” de los abogados de las partes, cuando ellos se presen- tan, que en muchos casos es for- mal y nunea una interaccién dia- léctica de posiciones antagénicas. El “alegato” es un trémite pres- cindible de los recursos ya que la decisién se toma fundamental- mente en base a la relacién del ex- pediente escrito. Esta situacién ter- mina por incidir negativamente en el conocimiento y fallo de los re- cursos pues tiende a volverse un procedimiento rutinario y super- ficial que, en la mayoria de los ca- 80s, significa la confirmacién sin fundamentos de la resolucién im- Pugnada, efectudndose -a lo mas~ correcciones meramente formales. Las bases ideol6gicas del nue- vo proceso penal implican, pues, la transformacién del régimen de recursos en el Ambito penal. En efecto, el mantenimiento del ac- tual recurso de apelacién en sede penal significaba echar por la bor- da la centralidad del juicio oral, pues nada se obtenia con exigir oralidad, inmediacién, continui- dad y contradiccién en la audien- cia principal si luego, en segunda instancia, el tribunal debja resol- ver en base a la relacién de las actas que le hace un tercero y cuyo fallo podia diferir indefinidamen- te, Por lo demés, si el recurso de apelacién se justifica respecto de las resoluciones dictadas por tri bunales unipersonales, por el ma- yor riesgo de error que ello impli- ca, no ocurre lo mismo si el tribunal de instancia es colegiado y debe presenciar ininterrumpida- mente el juicio, De alli entonces que desapare- ce el recurso de apelacién como eje central del sistema de recur- 80s del nuevo proceso penal. Des- de luego, no procede en contra de las sentencias definitivas dictadas por los tribunales de juicio oral. Se mantiene tinicamente para impug- nar las sentencias definitivas dic- tadas por los jueces de garantia en el procedimiento abreviado, o las resoluciones de los mismos que pongan término al procedimiento, hagan imposible su prosecuci6n 0 lo suspendan por mas de treinta dias. También, para todos aquellos casos en que la ley lo admita ex- presamente (articulo 370 CPP). El recurso central, en conse- cuencia, del nuevo proceso penal es elrecurso de nulidad (articu- Jos 372 y ss. CPP). Procede en con- tra de la sentencia definitiva dic- tada por un tribunal colegiado de juicio oral en lo penal, y contra las sentencias dictadas por el juez de garantia en el procedimiento simplificado y por delito de ac- cién penal privada. El objeto de este recurso es invalidar el juicio oral y la sentencia definitiva, 0 so- lamente ésta, por causas legales (art. 372 CPP). Tiene dos causales genéricas de interposicién: a) cuando en la tramitacién del jui- cio o en la dictaci6n de la senten- cia se hubiere incurrido en infrac- cidn sustancial de los derechos y otha 2000 garantias constitucionales; y b) cuando en la dictacién de la sen- tencia se hubiere incurrido en error de derecho con influencia sustancial en lo dispositivo del fa- Ilo. Novedosa resulta la introduc- cién de "motivos absolutos de nulidad”, esto es, causales de nu- lidad que no requieren acredita- cién de perjuicio ni que el error de derecho haya tenido inciden- cia sustancial en lo dispositive del fallo. Estas se contienen en el articulo 374 CPP y, principalmen- te, consisten en infracciones a principios del juicio oral -como Ja inmediacién, la publicidad Ja continuidad- 0 ligados al de- recho a defensa o al deber de fun- damentacién de la sentencia. El tribunal competente para conocer del recurso es, respecto de la causal contemplada en la letra a) del articulo 373 CPP, la Corte Suprema, y la respectiva Corte de Apelaciones tratindose de las causales contenidas en la letra b) del citado precepto legal y en el articulo 374 (los motivos absolutos de nulidad). Se contem- plan, sin embargo, reglas que atribuyen competencia a la Corte Suprema para conocer recursos de nulidad de competencia de las Cortes de Apelaciones cuando exista jurisprudencia discordan- te sobre las mismas materias 0 cuando se planteen diversas cau- sales de nulidad y al menos el conocimiento de una de ellas co- rresponda a la Corte Suprema. ‘Manta Inés Horvitz LENNON Profesora Asistente Derecho Penal Universidad de Chile DERECHO 1988 al 2000. y jueces. PROCESAL CIVIL MODIFICACIONES A LA LEGISLACION 1988-2000. por Miguel Otero Lathrop * Estudia todas las reformas del Cédigo de Procedimiento Civil durante el perfodo * Combina el andlisis descriptivo con el comentario personal del autor. * Aporta valiosos antecedentes inéditos y elementos de apoyo para el razonamiento juridico de abogados

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