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CARLOS RINCON / SARAH DE MOJICA/ LILIANA GOMEZ {CONOS, LUGARES DE MEMORIA Y CANONES DE LA HISTORIA Y LA LITERATURA EN COLOMBIA ENTRE EL OLVIDO Y EL RECUERDO Iconos, lugares de memoria y canones de la historia y laliteratura en Colombia Carlos Rino6n, Sarah de Mojica, Liliana Gomez Editores DEPARTAMENTO DEL SUR, DE NARINO, DE LA INMACULADA CONCEPCION DE MARIA © DE AGUALONGOF SOBRE UN EFECTO COLATERAL DE LA INDEPENDENCIA DE PANAMA* Maria Teresa Alvarez Hoyos Preferimos morir bajo la bota yankee 4 agonizar bajo la alpargata bogotana ‘me dijo el sefior Juan A. Henriquez uno de los hombres intelectuales de Panamd, Donaldo Velasco, De Panama a Pasto Introduccién Jin 1904, a raiz de la secesién dela Provincia de Panamé del territorio colom- blano para constituirse en Republica independiente, internacionalmente reconocida, los poderes ejecutivo y legislativo colombianos se vieron obli- jiudos a tomar medidas de urgencia ante las tendencias que amenazaban doslegitimar todavia més al Estado centralista. Las invocaciones ala gran- dora de la patria no habian Ilevado al pais a ninguna movilizacién popular Inientras los deseos separatistas proliferaban. Son documentables estos doseos en regiones que venian exigiendo, desde décadas atrds, la reforma del régimen politico-administrativo, mayor participacién en la vida publica clonal” y reconocimiento desus singularidades culturales, como sucedié en la region de Pasto, También, se observan en el llamado Gran Cauca, con ¢picentro en Popayin, que iba desde la frontera con el Ecuador hasta el océa~ io Atlintico € incluia parte de la regin antioquefia, e incluso en regiones pauperizadas, reducidas casia economias de autoconsumo, como Boyaci, Vale la pena destacar, con todo, la reaccidn que suscité la separacion dle Panam en Luciano Herrera, quien, el 10 de noviembre de 1903, realiz6 ‘on Pasto una disquisicién pormenorizada sobre los hechos que rodearon la va ‘el trabajo de tnventh: pe pels Ente el olvido y el recuerdo {Departamento del Sur de Nariéo, de la Inmaculada Concepcién de Maria 0 de Agualongo? ina nueva divisién administrativa territorial, la cual, sin cambiar en nada J yeografia humana dela desigualdad en Colombia, modificé por lo menos Ja vigencia de aquélla, que con leves modificaciones habia sobrevivido desde Jos tiempos del Virreinato de la Nueva Granada, Entre los nuevos departamentos creados estuvo uno en la frontera sur,en el limite con el Ecuador. Pasto era su centro comercial, ajeno ala in- lustria, la urbanizacién y el desarrollo del capitalismo, pero con un micleo ile fuerzas modernizadoras. En principio iba a Iamarse Departamento del Sur, En Bogota se convino después bautizarlo Departamento de Narifio. Bl liltramontano agustino recoleto espaiol fray Ezequiel Moreno y Diaz —re- {ibid la y ennoblecedora, como era de uso con los obispos en la Colonia, al \sumir ese cargo en Pasto—, canonizado por el Papa Juan Pablo Il en 1992, Jepudié airado ese nombre y propuso en su lugar el de Departamento de la Jnmaculada Concepcién de Maria. De haberles consultado, jes de suponer- 40 que los habitantes de la regidn habrian favorecido mayoritariamente el jombre de Departamento de Agualongo? ‘Tanto Pasto como Panama compartieron durante gran parte del siglo XIX la situacién geografica de frontera y los esfuerzos por conseguir una \utonomfa administrativa o politica, lograda por la primera sélo cuando se lesencadenaron los hechos que llevaron a Ja Independencia de la segunda, {in la Provincia de Pasto, el logro dela autonomia se convertira en el leitmo- iv de las élites dirigentes y en ese proceso descubrirdn que sélo se alcanza Jn nutonomfa cuando éstas consiguen apropiarse de la regién. El istmo de Panamd, que se habia unido libremente a la Gran Colombia en 1821, tuvo varios intentos separatistas en el siglo XIX. El objetivo maximalista de su dite comercial era lograr la total independencia. 1 minimo reivindicaba un régimen federal, mediante el cual pu- : Ge Rasta ilieran ejercer la funcién que le hab/a otorgado la naturaleza en razén de reas dace Se 1 pa ena una gran preoclp na ubicacién geografica privilegiada: dinamizar el comercio en el mundo, ee uae ae a a evades ‘hacer ante el mul mediante la unién de los dos mares. El hecho de que Panama podria con- ee a a a inconsistente, Vortirse, segtin ellos, en “el centro del mundo”, lo que resultaba claro para Chena’ a fee en una palal concierto de las naciones”, no tenfa cabida en la visi6n geopolitica de los Tee eee heed clos gestores de un jobernantes colombianos, ni siquiera después dela iniciacién de los trabajos ibn ydtteasonte la denise tra Gee i re I cio ag es qual para el futuro canal, la quiebra de Ia sociedad francesa del Canal y la deci- clatiedo pot vaca aan a im ot oe ‘catdstrofe’ hil ibn de los Estados Unidos, en 1892*1893, de asumir las concesiones para su adoptades para superar daiot EA Se lonal ni que las medi eonstruccidn, o del hundimiento dela flota espafiola en la bahia de Santiago reaultaran da ungeaiael pontineos y poco organiaad dle Cuba por acorazados norteamerieanos, ely de julio de 1898, 4 clonal, Tampogo puede hublarse de wna Las condiciones naclonles ue rodearon 1a crencién del nuevo de- gubernamental para eta gra Welk, Hin embargo, Ww de Pantows, en ap04, entdn La dexipembrisién de tas mnciomalida des & quienes unié ana lagga Tiatorin. de erie y deste. yvineal ls eae ee eee areas a AGN secsnlosdincotedeigy fecteiieds Weta ts cate | nla no hu side de dingrogucion,! sina as EE sedan Ae Retuton de gras: janine Se caeeeat ‘Puetbe por ia neconidad de propia const Lasts porla sxpantnee Al Somes So atl ae nae de la prensa norteamericana; todo ello, si se tiene en cuenta la partleul situacién de aislamiento geogrifico de Pasto. nte ligaday tanto a 1h weparnclon de Panamd como al procera fraccionamiento de los territoriox de los departamentos de Colombia, wnt M108 Estados soberanos, Sin embargo, a escala regional, las peculiaridgd de los esfuerzos para la creacién del “décimo” departamento hacen de un proceso de trascendencia, tanto para la gente del sur del pais como pal el examen de los vericuetos por los que transcurrié la historia del pals eis eb siglo XIX. La reconstruccién dela creacién (“fundacién”) del Departaneyp to pone de presente el papel de las historias regionales y locales proplas lit coordenadas topograficas y geograficas, ylo étnico y racial en los intenton de aflanzamiento del Estado colombiano, al igual que la cuestidn de la loculiv: clon real —relaciones con Washington, el Vaticano, Madrid, Londres, Patt Jos pafses centro y suramericanos— y la orientacién cultural del pais, En pos de una esquiva autonomia La lucha por la autonomia en la Provincia de Pasto se remonta a la prior década del siglo XIX, cuando los pastusos recibieron, en 1809, la invitncldy) dela Junta de Quito de adherirse a ella, en el momento en que se consider que la soberania del monarca espaiiol habia caducado y revertia a lox “pug bios’. Desde el punto de vista de los historiadores decimonénicos, y, hie de la historia patria del compendio de Henao y Arrubla que llega hasta Ii segunda parte del siglo XX, la actitud de los habitantes de la Provinela y de sus élites, entre 1809 y 1824-1825, s6lo era comprensible en términos de “traicién” a la “causa de los patriotas”. Algunos intentos revisionistas, como eldel sacerdote Rafael Gomez Hoyos, llevaban, cuando més, a referirse a low habitantes de la region en la época de la Independencia como “una poblacidn herida en su economia, desangrada en sus cuerpos, amargadaen sus almas, solitaria en medio del odio circundante” (659-60). En todo caso, el hecho dé que los notables de la Provincia de Pasto encontraran que convenfa mucho ‘mis a sus intereses ser sibditos de una monarquia catélica unitaria antes y después de establecida en Madrid la Junta de la Regencia, 0 de la abolicion por la Constitucién de Cadiz de la “Reptiblica de los Indios”, se reducia una cuestién de mal entendida “lealtad” o “fidelidad” a la Corona. La movi lizacién en Pasto contra fuerzas militares “venidas de fuera” mezclé senti- inientos patridticos de pertenencia al territorio, con sentimientos religiosoy ¢atélicos para la defensa de un estatus al que ni los notables, nil clero ni los indigenas estaban dispuestos a renunciar. La comparacién con a actitud “eal” della élite criolla del Virreinato del Peri, bajo el régimen del virrey José Fernando de Abascal, que hubiera 3H tiles Jos notables de Pasto intentaran cobrarleal rey Fernando VI las sorias militares sobre los ejércitos comandados por Antonio Narifio, en que solicitaban el establecimiento de un Tribunal de la Real Audien- , 0 al menos la residencia de la Mitra, un colegio de estudios mayores y 1 frontera fortalecida con un cuerpo de tropas, incrementaban el des- cierto ante la “traicidn” de la “causa patriota”, Cuestiones de control {erritorial y sumisién de la poblacién ante el derecho de movilizactén no yntaron. Lo que si se destacé una y otra vez es que el ejército realistalogré 1e pasaron a ser guerrilleros y soldados (Pérez 102-7). / Del contingente de indigenas hay que mencionar a Agustin Agua- 0 (1780-1824) ir Ngo... 27; Muioz, Manual Historia Jo (Ortiz, Agustin Agualongo... 27; Muitoz, Me a longo (1780-1824) ( igus i ihanclo, en junio de eve afo, fue Hevadd como prisionero a Popaydn, don- {ue juzgado y condenado a morir fusllado, Curlosamente, la figura de juualongo, a pesar de haber aetuado a contrapelo de la causa independen- {{ala, se mantiene en el imaginario popular como la deun luchador por las ‘alisas regionales, con una importancia equivalente o incluso mayor que Ja de figuras como Simén Bolivar’. Para el imaginario popular, el hecho tle que Agualongo hubiera actuado contra las tropas de Narifio o Sucre no ‘dosnerece en absoluto el sitio de importancia que conserva como héroe Jocaly su nombre se registra en el de hoteles, asociaciones, colegios y hasta ‘en el de un barrio popular en Pasto. Imagen 3, Retrato imaginarlo de Agualongo, de autor desconocido, acombatir en 1811y de quien no se sabe siera aguateroo pintor. Sus hazaiiat contra las fuerzas armadas “invasoras” se convirtieron en leyenda, tanto en el territorio del actual Departamento de Narifio como en el norte del Ecuador, Participé en la rebelién antirrepublicana dirigida por el coronel espaol Be nito Boves, en septiembre de 1822, reprimida a sangre y fuego por las tropas del general Antonio José de Sucre, el 24 de diciembre de ese aiio, lo que dio origen al saqueo de Pasto en la “Noche de los Rifles”. Aligual que los llaneros de José Antonio Péez, ansiosos de botin, de los que dependié la guerra en la Nueva Granada, las tropas llegadas del sur tenjan experiencia en acciones de ese tipo. Agualongo intenté nuevos Jevantamientos en 1823 y 182.4. Capturado por tropas del general José Maria 42 Entrelas anécdotas que se solian repetir, se cuenta que al tratar de tomarse Barbacoas, con el fin de captnrar el tesoro almacenado para Bolivar, Agualongo se enfrenté al general Tomis Cipriano de Mosquera ye fracturé la quijada, causdndole una large convalecencia yet mote de Mascachockas. 346 Armando Martinez Garnica refiere que en los afios treinta del siglo ‘XIX, pastusos, caucanos, socorranos, cartageneros y samarios intentaron cuperar la soberania, como un sintoma de la lucha entre las soberanias riginarias de las provincias, cuya suma habia constituido el nuevo Estado Jwhegemonia del poder encarnado en el “gobierno superior” de Bogota: La Ilegada del general José Maria Obando a Pasto, al frente del Batallon Vargas, conjuré la anexién de esta provincia al Ecua- dor. Pero la posibilidad de formar un ‘cuarto estado’, de cara al Océano Pacifico, fue acariciada por los istmeiios, los caucanos y hasta por los pastusos. Esta opcién politica exigia la neutrali- zacién del general venezolano Juan José Flére7, el autor intelec- tual de la formacién del Ecuador, quien calculé la posibilidad de extender su territorio a toda la zona del Pacifico colombiano, incorporando todas sus provincias —incluida Popayan— hasta ‘Veraguas. Su correspondencia con la elite panamefia da cuenta de este proyecto del “Pacifico”, asi como del esfuerzo que realizé contra el Peri por el control de la provincia de Guayaquil [,..] los pastusos contaban con el apoyo de Fldrez para constituirse ‘en el cuarto estado, separandose del viejo dominio que Popayan habia hecho pesar siempre sobre ellos (Martinez Garnica 52). nte a estos intentos pesé mas la urgencia de constitucién del Estado ogranadino y el general Obando pospuso su proyecto del cuarto estado | Vale a pena mencionar que el: de octubre de 1983 se cumplieron los: “Actos conmemora- tivos del traslado de los restos del procer pastuso General Agustin Agualongo de Popayén a ‘Pasto, actos que involueraron a las Academias de Historia, las autoridades civiles, militares y ceclesidsticas,entidades educativas y culturales dela ciudad y poblaci6n en general” (Revista “de Historia 3-2). neracén se vio obligada a autorizar la ereacién del nuevo departamento, pueblo para “consultar la voluntad” sobre tres puntos: 1", La creacién de un Décimo Estado Soberano compuesto por los Municipios de Pasto, Tiquerres, Obando, Barbacoas y el te rritorio del Caqueta. 2°, La refusién de los partidos politicos que han dividido el pais y servido de rémora a la prosperidad y 3°. La instalacién de una Sociedad Reparadora, con el fin de trabajar directamente afin de llevar a la cima las dos primeras ideas. Pre. gunt6 a toda la concurrencia que si aceptaba la 3+ y manifestada de una manera espléndida, la voluntad de todos los concurren tes, se procedié a la instalacién de la Sociedad (Guerrero 29). Los habitantes del sur reiteraron la solicitud de formacién del nuevo Estuda durante las décadas siguientes y, en repetidas ocasiones, se enfrentaron col) os opositores a la divisién, Un arma fundamental para ganar opinién ef torno a esa causa fue la utilizacién de la prensa, tal como lo expresé en toni apologético Sergio Elias Ortiz: Sin duda alguna si Pasto conservé su fe en el porvenir y si mar- ché adelante en busca de su destino por sobre vallas imposibles como la de su total incomunicacién con el mundo exterior y si ha realizado una gran faena histérica, en gran parte debemos atri- buir esa superacion de esfuerzo al estimulo y al impulso que supo imprimirle la prensa en el siglo pasado (Ortiz, “El periodismo en Pasto...” 64). Después del inicio de la Guerra de los Mil Dias, los dirigentes regionales, conservadores y liberales independientes tomaron medidas de hecho, coli ¢l fin de apresurar la obtencién de la autonomia administrativa. En 190) os jefes y oficiales de las tropas se reunieron en Funes, en la hacienda Li Palma, y declararon de hecho la separacién, que quedé plasmada en un acta firmada por los delegatarios de las provincias de Pasto, Tuquerres y Obando (Guerrero 50). Tanto esos esfuerzos de cuatro décadas en favor del décimo Esta do, como las realidades sociales, econémicas, politicas y culturales que lov alimentaban fueron simplemente ignorados, Frank Safford ya llamaba |i 350 La iden “decimniata” habria intelado, ani, un trinalto de mas de cuarenta aon, que se prolongaria hasta 1904, cuando finalmente la clase politica de la Royo En ese interregno, los liberales del Concejo Municipal de Pasto 4 decidieron a favor de la autonomia de la regién, en 1865, y convocaroi) il Jn hace treinta afos, en wy entiidio weeren del siglo XIX en Colombia, tox dos hechos, Lin primer ligar, exeribla Safford: En las relaciones sociales, en Bogoté, en Cartagena o en Popa- yin los atributos de clase siempre eran considerados mucho mas importantes que las identidades regionales. En todas partes de Colombia se identificaron [,..] segtin su riqueza y, careciendo de esta, su educacién, EI origen regional no importaba (93). otro hecho se refiere a que tanto liberales como conservadores de la cla- alta eran, ala vez, comerciantes y terratenientes, de modo que “no hubo ores conflictos de intereses ni mucha divergencia entre la clase alta so- politicas concretas”. En esas condiciones, los grupos que manejaron el ludo de la Regeneracién, a finales del siglo, no alcanzaban a concebir que srtitorios de los patses vecinos*, Por ello, la aprobacién del décimo Estado parte del Congreso se retrasard hasta cuando las condiciones politicas En cuanto al nombre que hoy lleva el departamento creado en 1904, 1 sedalarse lo siguiente. El nombre de Nariiio —posterior a los estados de vary Santander, y anterior a los departamentos de Caldas, Sucre y Cor- — sele atribuye a Bartolomé Calvo, gobernador del Estado de Panama 8 del gobierno respecto ala cuestion decimista. Mientras jfes regeneradores como Rafael Niiez y Guillermo Quintero se expresaban en contra, El Teegvanna,interpretando a Miguel ntonio Caro, se expresaba a favor (Valencia Llano 30} Bartolomé Calvo nacié en Cartagena, en 185, y murié en Quito, en2889, Polftico,diplomtico ‘yestadista, considerado un magistrado probo, tleranteiustrado y concliador. Fue tipégrafo, bogado y periodista, colabord en los periédicos La Civilizacién y La Reptblica,y dirigis, en Panama, Bl Correo del Istmo, Ocupé los cargos de diputado, secretario de la Gobernacién y _gobernador del Estado de Panam, y candidato a le Presidencia del Estado de Bolivar. Ele- “ido procurador general de la nacion en 1859. Durante la guerra civil contra el gobierno de "Mariano Ospina Rodriguez no pudieron verificarse ls elecciones, porlo que Calvo asumié el poder ejecutivo el de abril de 1861. Ocupé este cargo hasta el 18 de julio de ese aio, cuando _ entraron triunfantes as tropas del general Tomas Cipriano de Mosquera a Bogotd, Calvo fe Panttino que mantenia wriistad ean Calvo por medio de los escritow que le publicaba en el periéico Lox Andes, Galvo habla dicho en 1886: BI Sur serd libre, Colombia entern decretard el décimo Depart mento, ¥ bien poded ese Departamento llevar el nombre del Ils tre General Narifio, & quien salvé Ia vida el respetable Dr, Don ‘Tomas Santacruz, ilustre hijo de esta ciudad (22). Una década més tarde, Bl Eco Liberal (1897) registra la presentacion heel por Bernardo de la Espriella, presidente del Directorio Liberal de Past le hombre de “Departamento de Narifio” para las siete provincias city del sur de Colombia (Ortiz, “Noticias sobre la imprenta...” 184), El santo varén y la Inmaculada El gobierno de la Regeneracién present, en el sur de Colombia, un oNee lente agente de su posicién antiliberal en lo politico, del dogmatisma wh lo religioso, del centralismo en lo administrativo y de lo excluyento oy ly Social. En 1896 fue nombrado obispo de Pasto fray Ezequiel Moreno y Hiss (0848-1906), confidente y amigo personal de la familia de Miguel Antoiilt Caro (Valderrama), quien emprendié la tarea de orientar todos los tei ue, consideraba, podian poner en peligro la acendrada religiosidac dle ip pastusos y ser el mejor vocero de la politica regeneracionista, Se trata de ik prelado que practicaba la mortificacién exterior e interiormente. Como iis trumentos de penitencia o, més bien, de martirio utilizaba varios ciliclobile punzante malla para los brazos, las piernas y la cintura, cadenillas de hier yabundantes canelones cuajados de garfios y pias (Minguella y Arne) 437-8), Previno alos feligreses contra la seduccién de las nuevas palabras (id caldeaban los escenarios de la politica nacional y, con base en la histori ile un siglo, se propuso demostrar estos postulados: In 6, Pray Ezequiel Moreno y Diaz conciencia, ni deber alguno, ni vergiienza siquiera; y que progre- 40 es llegar a ser iguales al bruto, sin pensar en otra cosa que en multiplicar los goces, poner toda la felicidad en disfrutar de la materia, y desterrar toda idea de espiritualidad’, [fragor de la Guerra de los Mil Dias, Moreno y Diaz convirtié el pélpto ‘nds activa trinchera, al reafirmar el derecho de los catélicos eélome 1a defenderse y “llevar su defensa hasta donde sea necesario, a fin a izar al enemigo y quitar el peligro” (Martinez Cuesta 398). Se apoyaba argumento de que la Iglesia siempre habia recurrido a las, armas pare ider la fe, pues “el mismo Pio IX habia bendecido las bayonetas de los s pontificios” (Martinez Cuesta 401-2) Que el nombre de la libertad no significa otra cosa que corrupcién de costumbres; que el de igualdad es la negacién de toda auto- tidad; que con el de fraternidad se ha derramado a torrentes la sangre humana; que ilustracién es no tener Dios, ni religién, ni enviado a prisién en Bocachica, junto con los hermanos Ospina Rodrigues, De alls hh Ytecorrié las Antillas; jercid, entonces, la tipografia yla abogacta, Pas luego a Guay donde dirigié una empresa periodistica llamada El Globo, Fue nombrado por el gobierno de Rafael Nitiez envindo extraordinario y ministro plenipotenciario ante el Ecuador, Primera Carta Pastoral que el lustrisimo sefior D. Fr. Ezequiel Moreno Diaz, obispo de us lrige ol venerable Clevo y files de su didcess, reproducida en Minguella cltada a su vez po Martine Cuesta (286-7) 352 Tmagen 7. Monasterio de la Candelaria. Boyacé, Colombia. ilicios dela celda de Fray Ezequiel Moreno Los argumentos del obispo de Pasto contrast cetante con ls del obispo de bra, monseior Felereo Const nnn quien, en el folleto Cuestiones palpitantes, reafirmaba sus ideas sobre la absoluta neutralidad politica del clero, la fidelidad a los gobiernos de mero hecho y su apoyo incondicionado al general Eloy Alfaro, la virtud cristiana del patriotismo y la desconveniencia de “: pa nncia de “sacrificar la patria para sal religiGn” (Martinez Cuesta 399), ert a El obispo Moreno y Diaz. mantuvo su posicién radical aun después de la rendicién de los generales Rafael Uribe Uribe y Clodomiro Castillo, efectuada mediante el tratado de paz suscrito entre ambas partes, por el cual se comprometieron a disolver las fuerzas revolucionarias de los depar- tamentos de Magdalena y Bolivar. En dicho doc re ‘umento, Uribe hizo constar: ae La capitulacién es inspirada por sentimiento patriético; pues @ esar de tener amplios recursos para continuar la Guerra, no la 354 : Panama de tas guar: niclones de lox Hugues ‘norieamerioanos y de las pork: bles usurpaciones par parte de los Hatadoy Unidos, no queriendo que se lo culpe mas tarde, y preflere entregar las armas, ‘onviene recordar que en esta época era frecuente que los marinos norte “gmericanos desembarcaran tropas, so pretexto de proteger a sus naciona, Jes, velar por sus intereses y ejercer actos de soberania; el Departamento ile Estado en Washington tenia el cuidado de manifestar oficialmente que los Estados Unidos procedian asi “en virtud del tratado celebrado” (Mallarino-Bidlach) entre las dos naciones, en 1846. Una vez se callaron los cafiones de la guerra surgié un clamor ge~ jeral, no por la reconciliacién, sino por la concordia, como estrategia para superar las nefastas consecuencias derivadas del conflicto. El pais necesitaba 1econstruirse, organizar la convivencia entre las fuerzas para prevenir que allara una nueva confrontacién, Pero para Moreno y Diaz ese espiritu ‘contribuia a minar la presencia y el sefiorfo de Cristo sobre la sociedad y ‘sobre los individuos, la conciliacién entre liberalismo y catolicismo no era mds que una amalgama repugnante y anticatélica, aunque la pregonen gentes _ que pasan por catélicos. Al iniciarse 1903, el centro de atencién nacional lo constituyeron las clecciones, convecadas para marzo, donde se elegirfan la representacién a Congreso, asambleas y concejos; Moreno y Diaz entendid lo crucial del mo- mento y fijé las instrucciones sobre el tema para su clero, para que fueran transmitidas al pueblo, Puso en el espiritu de la enciclica Sapientiae Chris- tianae, de Leén XII, el peso de la argumentacién: “No puede haber causa alguna que haga licito preferir a los mal dispuestos contra la religion”. En “consecuencia, exhorta al clero a que recuerden a los fieles el deber de dar su ‘oto alos candidatos catélicos (citado en Martinez Cuesta 453). La lucha por la Presidencia se dio entre dos conservadores: los ge- nerales Joaquin Fernando Vélez, antiguo representante de Colombia ante "el Vaticano, y Rafael Reyes, antiguo representante de Colombia ante Was- hington. El periodista y dirigente liberal Luis Eduardo Nieto Caballero se expresaba en estos términos, veinte atios después, sobre ambos personajes: Era el primero un severo vardn, de aspecto patriarcal, muy celoso en el manejo de los dineros piiblicos y en la observancia de las leyes, pero de pasiones feroces. El segundo, gran sefior de los sa- ones, de una actividad portentosa, de un irresistible dén de gen- tes, con grandes dotes de mando, grandes amistades y un sentido politico mas fia yen de permanecer alejade dela ausencla habla regresado al pais en el momento en que se hacia preciso restafarle Jas heridas, y habla aeeptado la jefatura de In misién diplométien que fue a Washington a protestar contra lo que los colombianos continuamos llamando “el robo de Panam desde mucho tiempo antes de que Roosevelt hubiera dicho “I took Panama” cinica y jactanciosamente. Para los liberales significaba Reyes un respiro, De esa suerte, aun sin tomar parte en el debate, algunos jefes no ocultaban las simpatias por su candidatura (607). Habla tenido ta suerte Ambos tuvieron en Ja ‘Concordia Nacional’ la base para su gobierno, pero Vélez, anunciaba claramente un acuerdo con los liberales que les daba par ticipacién en su administracién; el programa de Reyes no era tan explicito, pero se crefa que sus preferencias por los aspectos técnicos y administrativos mucha administracién en poca politica, segiin el lema de Porfirio Dia on México, desde 1879— y lo atractivo de su temperamento lo empujaban tan bién por el camino de la negociacién y el pacto politico, Moreno y Dia. se incliné por la candidatura de Reyes, pero con la reserva de que tampoco él transitarfa por sendas enteramente ortodoxas. Llegé a expresar: Reyes me parece menos mal, pero también piensa algo raro en muchas cosas, por no haberse cuidado en sus viajes por Euro- pay Norteamérica, No nos perseguira, hasta nos hard muchos bienes, [...] pero tampoco serd muy enemigo de los enemigos de Jesucristo, a no ser que hubiera perturbacién del orden publico [..] Por aqui daran los votos por quien yo diga (Moreno, Carta al P. E. Pérez)’. Las relaciones de los vecinos de Pasto con Antonio Narifio no pueden haber sido més pugnaces y tumultuosas. Narifio habia emprendido, en 1813, la Cam- aria del Sur, con el fin de enfrentar el fortin realista de Pasto, a sabiendas de que eran “gentes ind6mitas en extremo, durisimas de pelar, un enemigo excelente, el que se necesita para un gran ensayo militar contra el realismo y también para un inmortal lucimiento” (Montezuma 105). Inicié con una batalla epistolar ditigida al cabildo de la ciudad y culminé con la derrota 8 Asf,vierte los mismos conceptos en carta a Arteaga, ela2 de enero de 1904, y ahiade que, en Cali, BI Conservador y el grupo de José A. Pinto, gobernador del Cauca, apoyaban la candi datura de Vélez (citado en Martinez Cuesta 501). 356 {da al llegar a Pasta, en Jas autoridades y « presentarse ante 1a multitud eon la famosa frase; "Yo joy cl general Narifio”, Permanecld preso por trece meses, en Pasto, hasta que fue enviado a la cdrcel de Cadiz, lo que dejé en los pastusos el sentimiento ‘de haber actuado con humanidad’, Las actuaciones de monsefior no se limitaron en ningtin orden y, como era de esperar, cuando se iba a hacer realidad la creacion del nuevo epartamento, Moreno y Diaz hizo oft su vor; propuso que se llamara De- partamento de la Inmactlada, en ver de Departamento de Narifio. A través “desus pérrocos invito arespaldar la iniciativa con firmas. La oposicién logré que estos deseos no llegaran a materializarse: Esta ya sancionado el nuevo departamento [...] Se llamaré De- partamento de Narifio, el primero que publicé en Colombia los Derechos del Hombre y volteriano neto, segtin Groot historiador [.] Por esto, y por las fiestas que se hacen a la Inmaculada, yo y el clero quisimos que se Hamara Departamento de la Inmaculada, pero muchos de los mismos catélicos se han opuesto de un modo feroz (Moreno, Carta al P. E. Pérez). _ fi] tema siguid caldeando los animos, pero la posicion de Moreno y Diaz aca- 6 por ser muy minoritaria. El petiddico El Adalid Catélico, en septiembre ‘de 1904, sostenia en la columna “Insensatez”: Con esta palabra se debe calificar la conducta de ciertos perid- dicos liberales, que se han exhibido inurbanos y furiosos contra 1 Imo. Sr, Obispo Moreno por haberse mostrado anheloso de {que llevara el nuevo Departamento el nombre de la Inmacula- da, El atrevimiento y osadia ha Iegado al extremo de que dan & tan digno Prelado, en sentido irénico, muestra de condolencia por haberse denegado el Congreso 4 variar el nombre que tiene el Décimo Departamento en el proyecto de Ley (296). El nombre propuesto por fray Ezequiel para el ya no décimo, sino noveno departamento, tenia como trasfondo politico el objetivo de reforzar un 19. Lacjecucién ordenada desde Quito por Toribio Montes fue suspendida por temora las re- presalias conta los realistas apresados en los combates de Palacé y Calibio, en cuyo favor se realizaban gestiones para negociar un canj. 10 También, Circular ss, en Minguella y Arnedo, citado a su vez en Martinea Cuesta (458). proyecto de naeién y de regi cldn en la Gonatituelén de ine, nacional-regional, La élite renuncia al mantenimiento de la unidad territorial A diferencia de la visién centralista y hegeménica de la élite capitalinng, ie dlites locales de Panama y Pasto habian construido una visibn estraldle de sus respectivos territorios. Los panameiios consideraban el istmo vom) un territorio privilegiado que lograria unir los dos mares a través del (or carril, construido por los norteamericanos en la época de la fiebre del or en California, y del canal interocesnico, obras que convierten al pais en i) lugar fundamental para el comercio del mundo: EI Canal de Panamé abierto, hard revolucién universal: trans- formar el comercio, todas las industrias, crear ideas nuevas, vigorizara vinculos entre los hombres, fortificaré las nociones del deber y del derecho, y acaso hari que al confundirse los dos grandes océanos, se confundan también en estrecho abrazo todas las almas (“Ratificacién de un tratado”). Por su parte, las élites de Pasto consideraban fundamental la construccién) deun ferrocarril entre la ciudad y Tumaco, que era el puerto sobre el océano Pacifico, con el fin de conectar la regién con el mundo exterior. Los con- servadores modernizantes que constituyeron la generacién de 1904 fueron conscientes dela ubicacién del departamento en la confluencia de la llanury del Pacifico, la selva amazénica y la region andina, y de los recursos naturales que podian intercambiar con los dems paises, dentro y fuera del continente, Estos dos territorios, con visiones muy definidas sobre sus expectativas de comercio y contacto con el mundo, no tuvieron reconocimiento de la clase politica del interior del pais, que manipulé los procesos electorales de esas regiones y designé persistentemente funcionarios y personajes bogotanos para regir o representar a Panama, Por otra parte, con la posesién de los territorios que logré Estados Unidos en 1898, sus fronteras maritimas se expandieron en el Caribe y en el Pacifico. Entre Puerto Rico y las Filipinas se hizo necesario constituir un centro simbélico que permitiera el manejo expedito de las nuevas fronteras; este centro seria Panama, una vez lograra separarse de Colombia, Todavia hoy no acaba de aclararse qué ambiciones econémicas, qué ignorancia crasa en el campo politico internacional y qué incapacidades intelectuales 358 do norteamericanos. Lo que es todavia més interesante, en todo caso, es incapacidad para escuchar lo que informaban los propios representantes gobierno colombiano en Washington sobre las negociaciones del minis- [La participacién de Estados Unidos en el envio de barcos de guerra para impedir el desembarco de tropas colombianas fue el toque final con el que ‘miné el malentendido permanente, esa comedia de equivocaciones que se hhabfa iniciado desde el momento en que Panam se unié voluntariamente a la Republica de Colombia, en 1821, Como lo resume Enrique Santos Molano, "con una analogia en parte orginica, este brazo que se implanté a Colombia "en i821, jamas prendis (1903 Adiés Panamé...). Después dela Independencia de Panama, los grupos gubernamentales " trataron de promover el olvido de aquel hecho, al dar a entender que el terri- torio de Panamé nunca formé parte del imaginario colombiano. Pero, con el 359 finde evitarque Je produjenon i " del territorio colombiana, aprewuraron el fracclonamiento de k mentos en unidades administra: Hivas mas manejables, As! ocurrié con el Caves, Tolima, Magdalena, Bolivar y Santander, A un siglo de distancia, puede afirmarse: B] nuevo esquema territorial que dominarfa seria el de los de partamentos de tamaiio mediano y pequefio, Las entidades territoriales fuertes aparecian como un gran peligro para la unidad territorial nacional y lo mismo ocurria con cualquier iniciativa descentralizadora. Pasarian casi cien aftos para reto mar un proceso de descentralizacién, esta vez de caracter muni- cipalista, continuando la tendencia de evitar la fortaleza de los departamentos y regiones (Montafez 150). Por suparte yen tono polémico, Sergio Elias Ortiz, medio siglo atras, llama la atencién sobre la actitud de los detentadores del poder en ese momento en Colombia: Para ocultar la vergtienza publica los responsables de la separa- cién del Istmo se escudaron en los sofismas de distraccién y se volvieron dadivosos y comprensivos. Aprovechando tales cir- cunstancias, Julién Bucheli, Manuel Marfa Rodriguez y Daniel Zarama, en el Congreso de 1903, hicieron valer su condicién de senadores y plantearon el proyecto decimista. La asesoria del doc- tor Samuel Jorge Delgado, colaborador del gobierno de Marro- quin, facilité el empeiio (139). Pues, lo cierto es que los deseos separatistas empezaron a cundir en diversas regiones en los meses siguientes a los sucesos de Panama. Esos propésitos legan hasta departamentos como Boyacé: “El mas pobre, el que menos re~ cursos propios tiene y cuya sittacién topogréfica es la més inadecuada para una anexion 4 un pais extranjero, ha pensado en su separacién, si la actual situacién politica no cambia” (“El separatismo”). El Relator de Bogota des- ctibe, igualmente, el estado de opinién en departamentos mas extensos, como el Cauca: ‘Tiene algo més que simpatias la idea separatista de Panamé, en todos los diversos partidos en que estin hoy divididos los dos antiguos partidos historicos del pais; y todavia més, bulle en la mente de todos ellos, si no una anexién a Panama separado, por cuanto no pudiera obtenerse que los istmefios la aceptasen, otra 360 ide se comenta que los departamentos de Cauca, Antioquia y Bolivar jrmardn con Panamé la futura Repdblica delos Andes. Cuénteme bien —dice el corresponsal— cémo ha sido la cues- ti6n de los panamefios; no sabemos nada cierto, ni sabemos cémo marcha ese asunto, Aqui no ha causado impresion y alar- ma, Eso ya se esperaba desde algunos dias, y todos deseamos que se abra el Canal [...] Espero ver si van fuerzas para alld y entonces alli me voy y me quedo alla. Aquila miseria toca la mds alta cima. El hambre nos rendira (“El separatismo en el Cauca”). Sombreros, ferrocarril y desencanto sce algunos aftos atrds, el Departamento de Narifto habia empezado a iportar sombreros de paja toquilla hacia Panama, elemento vital para en- rentar las altas temperaturas, hasta el punto que se convirtié no sélo en un {tamento indispensable en el atuendo de trabajo, sino que, debido a su uso sivo, se conocié en todo el mundo con un nombre propio: el sombrero Para garantizar la produccién masiva de este articulo, a goberna- mn del departamento dispuso que se declarara obligatoria la ensefianza tejido de sombreros de paja en las escuelas de nifias y varones que incionaban en las capitales de las provincias: “ensefianza que se dara por stt0s hdbiles conocidos que oportunamente contratara la Gobernacién” egistro Oficial 11). Fue tal la acogida del sombrero que: jt Comunicacién drigida alos senores Diego Mendoza, Carlos Arturo Torres, Lucas Caballero, Paulo E. Bustamante, Nicolis Fsguerra, Rafael Santos V, ee. y suscrita por Belisario Zamo- rano de Cali Enel informe que presenta el primer gobernador de Narifio, julian Buchel, en 1907, constata quela industria del sombrero, con la apertura del Canal de Panamé, ha logradio ubicarse como segundo renglén exportable después del oro (Bucheli 20-1), 361 Imagen 9. La industria del sombrero de paja toguilla, Pasto, 1925 Grandes talleres de apresto, seleccién y empaque se establecieron en Pasto, La Uni6n y Sandoni, y grandes casas exportadoras, copa: ban las bodegas de uno o dos barcosal mes con los cajones sexago- nales forrados en tela de costal, caracteristicos del transporter cada caj6n contenia cinco o seis “atadas” de diez docenas cada uno, cla- sificadas con impecable prolijidad (Montezuma 294). Unas décadas después, el sombrero de paja toquilla, cuyo mayor florecimiento {uvo lugar en el Departamento de Narifio, ya no produjo otra cosa que peque fas esperanzas yel desdén de os tecnécratas. Otro proyecto que consumié las energias y esperanzas de esta regién fue la obra del fetrocarrill de Narifo, De conformidad con a Ley8.de 1890, el gobierno colombiano adhirié al acuerdo internacional firmado en Washington sobre la construccién de un ferrocart il que ligara la mayor parte delas naciones representadas en éste. La linea férren cruzarialacordillera occidental delos Andes, pasaria por Popayén y seguiria hasta Pasto, Tulcén, Quito, Cuenca, Loja yentrariaal Perii(Zamara itado en Buendia).Sucesivasleyes consideraron esta obra le fundamental importancia Para: “salvaguardar la soberanfa nacional ycon el propésito de incorporar este trozo de territorio patrio al cuerpo del pais a fin de formar una sola unidad homogénea, fuerte y respetable” (Delgado 1-3). Sin embargo, el trayecto que acaparaba la atencién de los habitantes del sur era el que uniria a Pasto con Tumaco, pues se esperaba que la aper 362 Ingen ro. El ferrocarril de Naso, Estacion terminal “Mejia-Villa” en El Diiso, 193 {ura del Canal de Panama desarrollara un gran movimiento en esta ciudad del Pacifico narifiense: Ahora mismo, con el solo comienzo de los trabajos del Istmo, hemos visto duplicarse en el corto espacio de veinticuatro meses su poblacién y comercio y sanear su moneda, hasta el punto de que casi no circula otra que las libras esterlinas (Bucheli 29). Sélo hasta 1925 se inicié la construccién del primer tramo del ferrocarril =#] Diviso-Tumaco—, con dinero de la indemnizacién pagada por lega~ lizar el “asunto Panama”. El ferrocarril se convirtié en la m4xima ilusién dela comarca: Cada uno de sus habitantes lo vefa como una estrella en su parti- cular horizonte, y creaba su propia escena para el dia en que por fin corrieran sobre el suelo anhelante las ruedas de la hermosa ilusién. Con varios dias de fiesta se celebré la sancién de la Ley 62, Hubo bailes populares y de sociedad, corridas de toros en el barrio de San Andrés de la ciudad capital [...] y los poetas le hi- cieron versos al ferrocartil. Ademés aparecié la primera edicién de un semanario bautizado con el nombre de “Ferrocarril de Na- rio” (Montezuma 309). 363 La voluntad de ios carril de Nario ys "lox 400,000 colombh advenimiento del progreso en los confines dela Patria” (Hinestrosa 4) vieron cémo se tomaba la decision de cancelar elservicto. La historia del errocaryil termind en 1959, cuando el experto Lauchlin Currie recomendd al gobierno no continuar la obra y levantar los rieles instalados (Bastidas Urresty a1), En compensacién, el gobierno oftecié construir una carretera en la antigua calzada por donde corrieron las ilusiones de las gentes del sur en las sei Jo comotoras fabricadas por la United States Steel Products Co. (Montevina 306). Esta promesa de la burocracia s6lo se cumpliria 30 afios mas tarde, Los panamefios, por su parte, consiguieron el canal que siempie anhelaron, pero que no pudieron manejar sino hasta después de 96 altos, mis esquiva hacia el ferro: os i meridionales que esperaban el ferencias g satis Urresty, Jullin, Historia urbana de Pasto, Pasto: Ediciones ‘Testi monio, 2000, Impreio, heli, Julidn, Memoria que el Gobernador del Departamento de Narifio presenta al sefior ministro de Hacienda y Tesoro de Colombia sobre las oportunidades para la inversién de capitales extranjeros en esta seccién de la Reptiblica, Pasto: Imprenta del Departamento, 1907. Impreso. lia, Jorge. Extensién cultural de la Escuela Normal de Institutores de ___ Pasto, 1923-1929, Pasto: Editorial de Diaz del Castillo, 1929. Impreso. |gado, Rafael. “Mensaje de Narifio a la primera autoridad de la Nacion’. Ilustracién Narifiense 90 (marzo 1945): 1-3. Impreso. Til Lapiz 96 (diciembre 1903). Impreso. separatismo”. 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