You are on page 1of 174
BHO SCARY CMU R CY ZV¥d ANOLOWONGA eh |? Mo Moria ee rT ane ‘DUCACION VY PAZ cal tag Maria i ontessori EDUCACION Y PAZ longseller Educacién y Paz Titulo original: Educazione e pace © The Muntessuri- Pierson Estates © Longselles, 2003 TrapucciON: Leandro Wolfson ‘CoarecciOn: Maria Rosa Orfila Diseic nF Tapa: Lucia y Daniel Vainstein Division Anre Loncsstusr Direccion oe Anre: Adriana Llano ‘CooRDINAcion General: Marcela Rossi DiseXe; Javier Saboredo / Diego Schtutman DIAGRAMACION: Santiago Causa / Marlela Camodeca CConneccion: Cristina Cambareri Longseller S.A. Casa matriz: Avda, San Juan 777 (C1147AAF) Buenos Aires Repablica Argentina Internet: wwwlongseller.com.ar E-mail; ventas@longseller.com.ar 370.114 Monteszor, Maria MON EducaciSn y paz.- 1" ed. - Buenos Aires: Longselier, 2003 192 p.; 20x14 cm. (Nueva educacién) Iraduccion de: Leandro woitson ISBN 987 550 355 x |. Litulo ~ 1, tducacién-Vatores Queda hecho el deposito que marca la ley 11,723 Impreso y hecho en la Argentina. Printed in Argentina. Ninguina parte de esta puiblicacién, incluido el disefio de la tapa, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningén medio, ya sea electrénico, quimico, mecanico, Sptico, de grabacién o de fotocopia, sin permiso previo del editor, Esta edici6n de 1000 ejemplares se terminé de imprimir en los talleres de Longseller, en Buenos Aires, Republica Argentina, en noviembre de 2003. PALABRAS PRELIMINARES Los incansables esfuerzos de Maria Montessori por abrir nuevos senderos eran tan irresistibles como las fuerzas naturales. Cuando, sicndo médica, se encontré por azar dedi- cada al tratamiento de nifios con problemas fisicos y mentales, trabajé con ellos con abnegaci6n absoluta. Siete afios mas tarde, la Providencia la puso en con- tacto con un grupo de nifios normales en edad prees- colar. El 6 de enero de 1907 inauguré para ellos en Ro- ma la primera Casa dei Bambini (Casa de los Ninos). Las manifestaciones psicologicas de esos nifios —los cuales revelaron caracteristicas de personalidad que hasta entonces no se habian tenido en consideracién y que evidentemente no habian salido a la luz debido’a la opresiva educaci6n tradicional en el hogar y en la escuela— le ensefiaron verdades insospechadas. Verifi- cO esas verdades por medio de reiterados experimen- tos y de su trabajo con ninos de diversos origenes cul- turales y sociales en todo el mundo. Su comprensi6n intuitiva tenia la impronta de la genialidad y arrojO una luz resplandecicnte sobre sus descubrimientos. Una vez que hubo establecido una base firme para sus tco- tias a través de la experiencia practica, sus ideas como educadora y filésofa abarcaron un campo mds extenso 5 y dieron a conocer nuevas perspectivas que, con el transcurrir del tiempo, parecen cada vez mas amplias. El objetivo de todos los escritos de Maria Montes- sori era generar una nueva comprensi6n de las poten- cialidades y necesidades de los nifos, en particular durante sus prituerus afius, y formular una critica pro- funda, aunque de ningan modo cstéril o negativa, a los errores y prejuicios del pasado. En 1932 se le hizo dificil proseguir con su trabajo en Italia y en 1934 las puertas de su patria se cerraron para ella. A partir de esa fecha, su reputaci6n, que pa- recia opacarse en Italia, comenzé a brillar cada vez mis en el exterior. Una vez fuera de Italia, la amenaza de la guerra, a la que todos en Europa le temian, comenz6 a inquie- tarla sobremanera. Su profunda preocupacion no se originaba en el problema politico de la guerra, sino mas bien en cl problema humano. La conmovia pro- fundamente, del mismo modo que el problema de los primeras afios de la infancia la habia obsesionado en su juventud. Una vez mas, habian sido convocadas sus admirables facultades mentales. Asi como su expe- ricncia con los nifios la habia inspirado para descubrir las leyes del desarrollo humano, el problema de la guerra la hizo embarcarse en una biisqueda apasiona- da de nuevas verdades humanas. Tomando como punto de partida su firme conviccion de que el nifio debe ser nuestro macstro y sus idcas sobre el desa- rrollo equilibrado, libre y armonioso del individuo, pa- s6 a examinar los problemas del desarrollo humano y social e inicié una cruzada en nombre de la educa- ci6n: “Establecer una paz duradera es obra de la edu- caci6n; lo Gnico que puede hacer la politica es librar- nos de la guerra”. 6 Sus ideas, como relampagos de luz esclarecedora, sembraron la esperanza en los paises europeos. Gru- Pos y asociaciones politicas acudian a ella abrazando su fe en la educaci6n y en la redencion que los nifios podrian encabezar. Cuando Maria Montessori recurrié a las palabras paz y guerra, csos conceptos se convit- tieron en blancos de un nuevo espiritu critico que rompi6 con la manera tradicional ya obsoleta de pen- sar en ellos y revelo un nuevo tipo de verdad, mas acorde al pensamiento moderno. Maria Montessori examin6 este nuevo problema con la misma atencion honesta y penetrante que sicmpre caracteriz6 su bis- queda de la verdad. En 1932, en un discurso trascendental que figura en el presente libro, analizo el problema de la paz en la Oficina Internacional de Educacion en Ginebra, que en csc momento era el centro del movimiento pacifis- ta de Europa. En 1936 se organizé un congreso pacifista euro- peo para tratar los aspectos politicos de la cuestién. En ese congreso, realizado en Bruselas, nuevamente Maria Montessori dio conferencias sobre la paz, juntp a otros varios representantes politicos ilustres. Cuan- do estall6 la guerra civil en Espaiia huy6 a Londres y pronuncié discursos sobre la paz en Inglaterra. En 1937, el gobierno danés le ofrecié al Movi miento Montessori la posibilidad de utilizar el salén del Parlamento de Copenhague para un congreso de gran importancia, denominado “Educar para la Paz”; en una serie de discursos, la doctora Montessori trat6 en él el tema de la defensa moral de la humanidad. En diciembre de 1937 dio tres conferencias ante la Escuela Internacional de Filosofia, hajo los auspicios de la Sociedad Cientifica de Utrecht. En julio de 1939, a medida que los nubarrones de la guerra se iban tor- nando mas oscuros en el horizonte, pronuncid una conferencia ante la Confraternidad Mundial de los Cre dos (World Fellowship of Faiths), una organizaci6n re- ligiosa internacional Maria Montessori ilumin6 con luz auténtica el pen- samiento social, politico, cientifico y religioso. Univer- sidades, organizaciones y asociaciones de varios pai- ses, unidas en su determinaci6n de reestructurar la so- ciedad humana, la propusieron como candidata para el Premio Nobel de la Paz en 1949 y en 1950 En 1939 comenzo a trabajar en la India con tenaz aplicacion durante varios afios para dar fundarmenta- cin cientifica a sus ideas sobre la reestructuracién de la sociedad y sobre la paz. Ello le permitié construir la s6lida y consistente filosofia que expuso ante sus lec- tores en su obra mas importante, The Absorbent Mind (La mente que absorbe). En el presente volumen hemos reunido las confe- rencias en las cuales por primera vez encaré el gran problema del futuro de la humanidad, y en las que dio fervorosa expresi6n a sus ideas en la materia. Todos aquellos a quienes les interese saber por qué Maria Montessori fue propuesta como candidata al Pre- mio Nobel de la Paz y recibid votos de todas partes del mundo descubriran, en esta seleccién de discursos, muchos de los eslabones que componjan la cadena de su pensamiento y su actividad tal como se fueron de- sarrollando, y veran aqui las primeras huellas de la pro- funda impronta que dejé su mente poderosa. Los cditores de la edicién italiana PREFACIO El tema de la paz no se puede discutir en forma adccuada simplemente desde un punto de vista nega- tivo, como por lo general lo considcran los politicos, en el sentido limitado de evitar la guerra y resolver los conflictos entre las naciones sin recurrir a la violencia. En el significado mismo de la palabra paz esta pre- sente la nocién positiva de la reforma social construc- tiva. La frase trillada de que debemos crear un hom- bre diferente para tener una sociedad diferente no es mas que una abstraccin. Si bien es cierto que el hom- bre como individuo puede mejorar y que la sociedad se puede basar en principios de justicia y amor, todos sabemos que esas metas no constituyen una realidad que esté a nuestro alcance, sino mds bien una aspird- cién para un futuro muy lejano. Sin embargo, hay un hecho concreto e inmediato que se deberia considerar desde el punto de vista de la paz: el hecho de que la sociedad humana ain no ha logrado la forma de organizacion necesaria para afrontar sus necesidades actuales. Por lo tanto, hay una razon de peso para que pasemos 4 centrar nues- tra atencién en las necesidades del presente antes que en la organizaci6n de un futuro mejor. Hoy la sociedad no prepara al hombre en forma adecuada para la vida civica; no existe una “organiza- 9 cion moral” de las masas. A los seres humanos se los educa inculcandoles que son individuos aislados y que deben satisfacer sus necesidades inmediatas com- pitiendy con otros individuos. Se requeriria una pode- rosa campafia de organizacién para hacer que el hom- bre entienda y cstructure los fenémenos sociales, pa- ra que proponga y persiga fines colectivos, y asi ge- nerar un progreso social ordenado. En la actualidad, lo Unico que tenemos es una or- ganizaci6n de las cosas, y no de la humanidad. Sélo el entorno esta organizado. El progreso técnico ha pues- to en marcha una especie de “mecanismo” aterrador que atrapa en sus redes a los individuos y los atrae del mismo modo que un imén atrae las limaduras de hie- rro. Esto se aplica tanto a los trabajadores manuales como a los intelectuales. Cada persona se aparta de los demas por sus intereses particulares; cada uno bus- ca solamente algGn tipo de trabajo que satisfaga sus necesidades materiales, y es atrapado por los engra- najes interactuantes de un mundo mecanizado y bu- rocratico. Es obvio que los mecanismos solos no bas- tan para hacer que el hombre progrese, porque el pro - greso depende del hombre y, eventualmente, deber4 llegar el momento en el cual la humanidad asuma el control del progreso y lo oriente en una direccion de- terminada. Esc momento ya ha llegado, O la humanidad en- tera organiza y domina el mundo mccanico, o el mun- do mec4nico destruira a la humanidad. Para alcanzar ese objetivo tremendamente dificil —la cooperacién universal del género humano a fin de lograr un progreso constante— la humanidad se debe organizar. Es menester que con urgencia todos 10 los hombres participen en la reparaci6n de un defec- to que pone en peligro la existencia misma de la civi- lizacion. La humanidad se debe organizar, porque la frontera mas débil, la que cedera en primer lugar y de- jara entrar al enemigo —es decir, la guena—, no es un limite fisico entre una nacion y otra, sino la falta de preparacién del hombre y el aislamiento del indivi- duo. Debemos desarrollar la vida espiritual del hom- bre y luego organizar a la humanidad para la paz. El aspecto positivo de la paz yace en la reestructuracion de la sociedad humana sobre una base cientifica. La paz. social y la armonia s6lo pueden tener un cimien- to: el hombre mismo. La reconstruccion —es decir, la creacion de un or- den social estable y bien estructurado— ni siquiera se tiene en cuenta cuando se considera a la socicdad des- de el punto de vista practico, porque esa visién es in- trinsecamente conservadora. Sin embargo, es evidente que los cambios repentinos y asombrosos que, a raiz de los descubrimientos cicntificos, han tenido lugar en la organizacién del entorno material del hombre en los ultimos cincuenta afios, generaron modificaciones tan sustanciales en las condiciones de vida que ahora ré- sulta absulutamente imperioso analizar con seriedad el lado humano de las cosas con Ia finalidad de ayudar a los hombres a cambiar para bien. Esta es la tarea de la educacién La educacién de hoy todavia se encuentra restrin- gida por los limites de un orden social que pertenece al pasado. La educacién de hoy no sélo se opone a los dictados de la ciencia sino que también contradice las necesidades sociales de nuestro tiempo. La educacién no se puede desestimar como si fuera un factor insig- nificante en la vida de las personas, un medio para 41 proporcionar a los j6venes unas pocas nociones ele- mentales de cultura. Se la debe concebir, en primer lu- gar, desde la perspectiva del desarrollo de los valores humanos en el indivicuo, en particular de los valores morales, y en segundo lugar, desde el punto de vista de ja organizaciOn de los individuos dotados' de esos altos valores para que formen una sociedad con plena conciencia de su destino. Esta nueva civilizaci6n debe estar acompafiada por una nueva moralidad. El pro- posito del orden y la disciplina debe ser lograr la ar- monia humana, y todo acto que obstruya el estableci- miento de una auténtica comunidad de todos los hom- bres se debe considerar inmoral y una amenaza a la vida social. Fste objetivo no se puede alcanzar sin realizar es- fuerzos practicos y concretos. No es suficiente predi- car un principio abstracto o intentar persuadir a olos. Se debe emprender un “gran trabajo”. Una actividad social de suma importancia se exticnde ante nosotros: dar impulso a los valorcs del hombre, permitirle que alcance el desarrollo maximo de sus energias, prepa- rarlo de verdad para generar un tipo de sociedad hu- mana diferente, en un plano mas elevado. No se pue- de crear al hombre social de la nada y de la noche a la manana. El individuo llega a la adultez luego de ha- ber pasado toda su infancia y adolescencia reprimido, aislado y aleccionado para que se preocupe sdlo de sus propios intereses personales, bajo la dominacién absoluta de adultos demasiado propensos a desaten- der los valores de la vida y que sélo le han fijado la meta mezquina y egoista de que se consiga un buen empleo dentro del orden social. 12 La educacién de hoy hace que el individuo se mar- chite y que sus valores espirituales se esfumen. El hombre se convierte en una cifra, una pieza m4s en el engranaje ciego que constituye su entorno. Esa prepa- racion para la vida, que ha sido absurda en todas las €pocas, hoy es un crimen, un pecado. La educacion que reprime y rechaza los dictadus del ser moral, que erige obstaculos y barrcras cn cl camino del desarro- Ilo de la inteligencia, que condena a la ignorancia a vastas sectores de la poblacién, es un crimen, Dado que todas nuestras riquezas provienen del trabajo del hombre, es absurdo que no se vea al hombre mismo como nuestra riqueza fundamental. Debemos hallar, cultivar y poner de relieve la importancia de las ener- gias del hombre, su inteligencia, su espiritu creador, su capacidad moral, de modo que nada de eso se pierda. En particular, se deben aprovechar las energias mora- les del hombre, dado que no es solamente un pro- ductor: también le corresponde asumir y cumplir una misi6n en el universo. Lo que el hombre produce de- be estar dirigidu hacia un fin que podriamos llamar ci- vilizacion o, en otras palabras, jla creaciou de una su- pernaturaleza como obra de la humanidad! Pcro el hombre debe darse cuenta de su propia grandeza; de- be convertirse en forma consciente en amo del mun- do que lo rodea y de los sucesos humanos. La relaci6n entre los individuos, que es la base misma de la vida social, es el terreno especial de la moral. La moral debe ser considerada como la ciencia destinada a organizar una socicdad de hombres cuyo valor mas elevado es su individualidad y no el rendi- miento de sus maquinas. Los hombres deben aprender como participar conscientemente en la disciplina so- 13 cial que ordena todas sus funciones dentro de la so- ciedad y cOmo ayudar a mantener esas funciones en equilibrio. Por consiguiente, el quid de la cuestion de la gue- rra y la paz ya no radica en la necesidad de facilitar a los hombres las armas materiales para defender las fronteras geograficas que scparan a las naciones, por- que la primera linea verdadera de defensa contra la guerra es el hombre mismo, y alli donde el hombre es- té socialmente desorganizado y desvalorizado, por esa brecha se introducira el enemigo universal. LA EDUCACION Y LA PAZ PARTE I: Bases para la paz LA PAZ* Parece extrano y, en cierta forma, discordante con el espiritu de esta era de especializacion que me inviten para discutir sobre la paz, tema que, si se convirtiera en una disciplina especial, seria el mas noble de todos, da- do que la vida misma de la humanidad depende de él. Quizds también dependa de él la posibilidad de que nuestra civilizaci6n evolucione o desaparezca. De hecho es bastante raro que todavia no exista al- go asi como una ciencia de la paz, teniendo en cuen- ta que la ciencia de la guerra parece estar muy avan- zada, por lo menos en lo que respecta a cuestiones tan concretas como los armamentos y las estrategias. Sin embargo, en su caracter de fend6meno humano colec- tivo, incluso la guerra esconde un misterio, porque to dos los pueblos de la Tierra, que se manifiestan an- siosos por alejarse de ella como si fuera el peor de los flagelos, son empero los mismos que se ponen de acuerdo para iniciar las guerras y los que voluntaria- Discurso pronunciado en 1932 ante la Oficina Internacional de Educaci6n, en Ginebra. 19

You might also like