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Wilcock a dos tiempos y dos voces Paso GasPARINI persdade de So Paulo 1.Ds &: A Venus aw leng de sav ascendencia inglesa eit parte de su 1926, la familia de J. R. W aby suas en una geografia que no, lengua que supondsfamos en el sentido de Gobard) fen lengua extranjera ya que 9: Lo se figuea aqui o ies, Ese espacio 26 + Pablo Gaspasini verniculo, por contzato, parece estar ocupado porla lengua francesa (*Comencé a hablar en francés”), aunque en su Buenos Aires natal —de inicios del siglo x0-~esa lengua estaria fundamentalmente dada a cierta vehicularidad cultural que Wileock, de todos modos, no reconoce al filiaria no a su centro lterario historico (Paris) sino a una petiferia cultural y ingistica: Ia regién francesa de la rulilingie Suiza. Por otro lado, una Jengua que podtiamos suponer paternalmente familiar a Wilcock, el inglés, se revels al igual que el italiano, como una lengua aprendida escolarmente en Buenos Aires. Finalmente, como si esta riqueca lingistica que reine en un mismo syjeto el francés, el castellano, inglés y el italiano no fuese lo suficientetnente hiper. -ock confiesa haber aprendido el alemin durante su adolescencia. Mis allé de la justicia de estas declaraciones de Wilcock, lo verdadero es que el recorrido intelectual de este autor no lo revela solamente como un habil ‘raductor del inglés, del italiano y del alemdn al espaiiol(y viceversa), sino también del inglés y del espafiol al italiano, lengua en que, como sabemos, producirs estéticamente desde su arribo a la penfnsula* ‘Anterior a ese desplazamiento transatlintico, debiéramos ‘preguntarnos, con todo, si el hecho de que Wileock posicione la lengua castellana como una lengua no verndcula y aprendida institucionalmente (es decir, aprendida relativamente como una lengua exttanjera con la inherente necesidad de autocontrol, de cuidado de no incutrit en contaminaciones con la leagua nativa que esa extranjerfa supone como riesgo)‘ podria explicar algunos tazos de su poesia argent precisamente aquellos que se refieren a cierto ideal clésico de “pureza”, recusrentemente atribuidos por la critica a cuestiones generacionales. De hecho, la poesia de Wilcock escrita en castellano (anterior a su conversién en “autor caracteriza, como es afirmac de tzabajar Guillermo demuestra en su poesia anteric “un romntico, con una devociéa por las formas clisicas Freidembeg (1995), yendo todavia més lejos, afirma que esta poesia cestariacaracterizada por su “conservadurismo formal” (19) y,entre otros aspectos, por su “vocabulasio incapyz de admitir palabra gueno cuente con un rancio abolengo en las letras hispani Wikock a dos tiempos y dos oces © 27 1 Ia conclusién de que la ides Titetaria descansa en la “concepcién de que la poesia ya esti hecha y ia que sustentaria esta experiencia sélo se tat “Mastronatdi (1944) sobre el tect libro de poesia de Wileock, Pertesuin de las masas reores, a poesia argentina de Wilcock, es imprescindible rescatar que al menos por lo que deja intuir la fortuna critica tradicional, entendida como conscientemente propensa a aquello que Herrera (1988) llama una “regresién drfica”(60), concepto que en palabras de Freidemberg (1995) puede ser entendido como una (edénica) “confianza cen que las palabras dicen lo que esti establecido que dicen” (19) genetando textos que, como afizma el contemporineo César Rosal ‘en wna resefia sobre Pareo sentimental (1946), parecen suscitados a partir de una voz poética que “parece haber buscado sin violencia, més bien con apacible naturalidad, una forma, un molde clisico {...] como si el oscilante ardor que suele caracterizar aquel temperamento buscase tuna quietud, un sosiego y una norma en la fra tigidez de 32). Un ejemplo paradigmatico de la poesia eserita por Wilcock en ‘Argentina podsia constitair el poem: resefiado por Rosales: AVeous Sentado en este banco, reverencio f Venus que retoena con eli; centres labios yace atmo, 1 en sus ojos eettados el silencio, cis sobre a ageadecere, oh diost, ders concha de or, gue as cambies la era donde imploro cen a imagen profunda y delicosa 28 + Pablo Gasparini del furor que esta invocacin a Venus manifiesta poema (dividido, a minuciosa estructuracién de las rimas (todas ellas de forma general su limpida transparencia seméntica (os vocablos utilizados parecen sugerir aqui una lectura literalmente Texicogeifica) colocan este poema del lado de! antiprosaismo radical y ‘como la consecucién acabada de la “armonia” que el yo litco reclama y reverencia desde los primeros versos, Considerando que, en el ambito 0, esta poesia es contemporinea al rescate que el popular verso de la tradicion oral raturas hispanoamericana yespafiola trabajaban en posibilidades que habjan sido abiertas por la rev del surrealismo,® queda claro el caricter asumidamente conservador de la propuesta poética de Wilcock, De este modo, aunque algunos trazos de las corrientes poéticas predominantes aparezcan ocasionalmente en sus libros de poemas argentinos;' podria conchuirse que el primer ideario pottico de Wilcock se quiere, como sefiala Herrera, francamente restausador y como un regreso (aada irdnico) a la época de la ingenidad y de la confianza cisamente esta especie de somanticismo d manera lateral, aparece en otros autores argent leva a que la historia lteraria argentina dela misma époce, lo recurrido al le generaci6a (se hablara asi de “generac del 40”) para explicar una serie de autores que escribirfan como si la Primera Guerra Mundial y las vanguardias no hubiesen suc ‘como si hubiesen sucedido apenas para operar un convencido retorno Wteock a dos tiempos y dos voces * 29 ‘la época en que la reticencia frente a la palabra o la sospecha frente a Ja tarea poética fueran fenémenos desconocidos. ‘Mas allé de la justia o no del concepto generacional, lo significativo puesta de lectura es rescatar la manera en la cual un endiendo por esto, principalmente, la paradigmatica, elideal cisco francés'~no s6lo puede colaborar para una propuestaestética de restauracién (de regreso de alguna manera~ ala pretendida puseza de un orien), sino ambién apuntaal rechazo de todo quello que podria causar cualquier tipo de extrafieza a la tan deseada diafanidad. Entre ot0s tazos podslamos apuntat: el rechaz0 que podeia causar imprecisién y, jento de un registro lingistico ya consagrado. En te ideal de lengua parece siempre Oximo a los gr 8 (0 monumentos) literarios del rendidos por el estudio y por la lectura) que alos registros de al clisico como sintomas de la degradacién y de la impureza contemporineas. Elideal clisico se quiere asi asumidamente anacrOnico y fuera del flujo de la toria:un modelo fijo que se oftece como lengua establecida de una vez y para siempre para ser ufilizado por cualquiera que se exija la ovigilancia” que implica su férseo sistema de exclusiones, que Wilcock confiesa tener para laespeculacidn, pezo lo cierto es que ese fue el imaginario que escogid para su primera poesia en espafiol, a pesar, incisive, de las suchas voces elias en contra (especialmente de cit como H. A. Murena’) y aquel que, como veremos, sobreviv del cambio de lengua (y ain de convieciones estéticas) en ss scrinara cn italiano 30 * Pablo Gasparini 2. Di. tao DE ALLA: It TEMPIO EN Sobre el fondo de otros libros de Wileock bajo la marca de una cscritura fragmentaria y de una tendencia a exear organicidad enumeracién que por el desarrollo narrative, Il mpioetrwsco destaca por su trama relativamente lineal, a pesa ar el absurd como motor de: consecuencias que sobrevienen a la sorprendente da por una pequefia ci atzaer el erigido por uno de los pueblos anteriores al romano y que habit en la parte central dela habia mandado a buscar) no podian ser hallados. Fl problema: ser resuelto por la mujer de uno de los consejeros quien, harta ya del impés que retrasaba sus ansiadas vacaciones y apelando a sospechosos pragmitica. El templo, que debia ser erigido lh “pureza” de su oxigen, seria consteuido pot un puel el turco. Qué diferencia habria, en fin, entre “turco: ,tertitorio que hoy en ia? Con todo, esta propuesta surgida, como rrador, dela falta de instruccién de la ‘i, truchi o turchi”, I/empioetrsco 20) ‘a que por dedicarse a lucrativas tareas de compra-venta los turcos residentes en la ciudad no estaban dispuestos a ‘tabajar como albaailes. Ante ese fracaso se erigita entonces otra teoria «que, asentindose ahora sobre el supuesto color dela piel de los etruscos, permite que un “brillante” fancionasio pablico, Atan: Wilook a dos tempor y dos vaces © 34 Esta afirmacién que se basa en las al por los representantes del consejo c de coincidencias entze los etruscos y los “Atanassim: las genealogias elaboradas 7") no harin otra cosa que arruinar de someterse a la pulcra planificacién de Atanassim, De e ‘matanzas, desmoronamicntos, explosiones ¢ inundaciones (entre otras calamidades) suceden intermitentemente dutante el relato convitiendo inmenso criter por donde Atanassim inici descenso a los infiernos, Imente, un verdadero ca” (84) giro que, segiia Herrera de I/ car incluso, de forma forma finalmente adoptada 1 desastr) parece apuntar hacia ese desplazamiento

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