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ETIENNE GILSON LA UNIDAD DE LA EXPERIENCIA FILOSOFICA Tercera edicida A Ediciones Rialp, $. A. Magnd ‘Titule original inglés: The unity of philosophical experience. (Charles Seribnes’s Sons, New York) Tragseekin de Camis Sarat Batikas Fewndsuen Deposite fguats Hi 2564978 1S, BONS suaatnae Impreso per ClotasQicaven, §. Martinez Paje, § Madrig.29 CRISANTO MARTIN: PROLOGO mucho La historia de la Filosofia esté en relacté nds estrecha con la Filosofia que Ia historia de la ciencia con la Ciencia, Fs posible en efecto, llegar @ ser buen cientifico sin tener muchos conocimien fios sobre la historia de la Ciencia; en cambio. nadie avanzard muy lejos en sus reflexiones filoséficas si antes no ha estudiado la historia de la Filosofia De “hecho, el libro primero de la Metalisica de Aristé- teles es también la primera historia de la filosofia griega que se conoce, y conslituye, por cierto, un ejemplo consumado de cémo debe realizarse tai his toria, Yes que, electiv Filosdfica de la, Filosofia, ilosofia estin escritas de séfico. Porgue sino se huce ver que lg cadena infinita de sistemas opuestos que va de de Mileto a Carlos Marx presents cierta inse- Etienne Gilson ligibilidad intrinseca mds bien sugiere ella desalien- fo que esperanza, Precisamente_constituye_el_ prop dad de este Wbro_mostrar_que lasofia tiene sentido si]ica_misino,, } diversas doctrinas, asi como las partes se de en esle_volumen se estudian, como fragmentos sofia _medieval_y moderna, sino como series perimentos jiloséficos concretas que _presenlun una importancia dogmédtica. Cada uno representa wn intento determinedo de dirigir el ci sGfica_segin ciertg_nétedo; to rados enc constituyen Una experiencia The Giue todos estos experimen: avan resultado justifica, segiin creo, la 6 onal Tos siguientes anal @ a sabe, gue hay riencia secular de lo que el conocimiento flosdlic cs) aie tal experiencia presenta notable anillad~ Tas conviceiones Jundamen: re que desan-” sa este libro se tallan profundamente enraizadas en el pasado fileséjico de su autor, Sin embargo, tal vez no luubjeran encontrado nunca expresisn piibli ca si el miedo @ desdecir del prestigio de una cele- braila cétedra no hubiera mnovido al historiador projesional de la filosofia medieval a invadir vsta vee el terreno del filésofo. Quiero, por eso, expresar aqui mi gratitud al departamento de jilosojia en Har- a La unidad de ta experiencia filosbfica vard por haberme encargado generosamente un cicio de conferencias euya finalidad es honrar le memoria de Willian James, Sean cuales sean los motivos que puedan haberla determinado, lo cierto es yue esta eleccién demuestra al menos el acierto de James al describir a J. H. Palmer, en 1901, el espiritu de Har vard en Filosofia con estas palabras: «Lo_nuis deli close _de este departamento_filosdjico, donde cada fo es Genidino rial y.nodogmatismon Lo que era cierto del Harvard ‘de Tames, Rayce y Palmer no lo es menos del Harvard de Perry, Whitehead, Hocking, Lewis y Shelfer,Cuan. do el_novdogmatismo es lo suficientemente géneroso ara dar la bienvenida incluso al dogmatismo, es que realmente ha Hegado a su punto de perfeccis ‘Las canjerencias que companen el presente volu: men fueron dadas en la Universidad de Harvard en la primera mnitad del aiio académico 1936-1937. Estoy particularmente en deuda con mis amigos el profesor Ralph Barton Perry, de la Universidad de Harvard, y el reverendo Gerald B Phelan, presidente del Ins lituto de Estudios Medievales (Toronto), por haber leido el manuscrito de este libro y haberme sugerido numerosas correcciones, 1o mismo en el pensamiento que en la expresién, Mi gratitud también al projesor 9 Deitel Co Walsh le de Nueva York) y de la Unive quien, adencis de heber revisado mi manuscrito 9 de Haberme hecho valiosas sugerencias, en orden @ la cloridad de expresisin, también he corregido las fanliattavatllé College (ciudad idad de Columbia, pruebas. Enews Guson. CEHASANTO MARTI PRIMERA PARTE EL EXPERIMENTO MEDIEVAL | I, LOGICISMO Y FILOSOFIA En et prélogo ® su Fenomenologia del espiritu ad vierte Hegel con acierto que conocer un sistema filo ‘éfco es més que conocer propésito y sus resul tadosy Bn efecto, el propésito, por si mismo, no pasa de ser una ides vaga y abstracta 6, a lo sumo, la indicacién de Ia ruta que va a seguir una actividad mental todavia irrealizada; como el resultado os, se gin las propias palabras de Hegel, wel cadaver de! sistema que su tendencia conductora ha dejado tras de sin, En atencién 9 eso, me enfrentavé ya disec- tamente con el asunté mismo, Dejando, pues,-todas las consideraciones externas, pasaré ya al anilisis del’ primero de estos experimentos filoséficos, cuyo con junto constituye lo que propongo lamar experien fl 1 Hegel, Phanomenologie des Geistes, en Hegels siimtliche Werke, tomo M, pdg. 11. Leipeig, Félix’ Meiner, 1928 * ha sinks 8 Ve Ae ~\ fm la enheeeede ge el 9, Ae ef aallsé. Btienne Gilson {A_menude han dicho los historindotes-y no_sin st¥lag_sarones—que la filosofia medieval apenas fue hien: pa se roquiere larga refiexidn para conprobar que, en efecto, tales ideas constituyen tema suficiente para la especulzciin filossfica. No es sélo que los conceptos sean cl material de que esté hecho nuestro conocimionto; es que, alemés, en cuanto intentamos definir su naturaleza, nos encontramos enfrentasos con eso problema capital que se ha estudiado, con tanto acierto, bajo el titulo general de El entendimiento al orden césmico*.,Qué telacién se da entre pen y, cosas? Mad-air-partiéular, y haciendo Ia misma’ pregunta on términos especificamente medic. vales, Zesmo es que_en un mundo donde todo Je’ particular ¢ individual, pucde el entendimienta “istribuic lo miltiple de la realidad en clases las cosas particulards?jEs un hecho eviy posible; constantemente que ineluy.n dente que tal operacién estamos pensando en términas de géneros y especies. Pere, en cambio, la explicacién de la posibilidad del hecho ha sido siempre, y sigue siendo todavia hoy, Precisamente la gran un problema may compbised sporteneie de Peo. Abelard en la historia "de 2 Alusién a la obra del profesor Cf. Lewis, de Je Uni versed de Harvard, (Nota del eraductor) MARTEN E7| CRIS: ANTO La unidad de la experiencia filosofica Filosofia medieval se_debe_a que fué el primero en ceupaise por extenso de este problema capital: qué ezuna dao de cosas? Bn oiras palabras: Zoudl es 1a | esencia de Ia universalidad? Ta respuesta mis obvia a tal pregunta es ésta: puesto que las cosas en si mismas son esenclaluente particulares, sdlo_al_entendimiento puede deberse el origen de Ia ‘iniversalidad propia de nuestros con ceptos, Est respuesta és) sift duda, ex ' delecto es no abarcar todo el caso. Si la genetalidad propia de nuestros conceptos es por completo y exclu. mente producto de nuestra mente, nada hay q Togiea. TTS verdad que se podria con generales son un artifcio del entendimiento para ma. ajar con mas facilidad y, por asi decisio, con escaso esluerzo, Is enorme multiplicidad de cosas particule res; pero quedaria ain en pie lo de ser un artificie sar que las ideas funcional, ¢Como y por qué funciona? Puesto que elf entendimiento humano es capaz de aplivar_un mismo cepts a dos abjetos diferentes, algo di e50s_objetos que hese posible ol conc ung, Incluso si se dijese que los Hamados conceptos © ideas generales no pasan de ser metas palabras. el problema seguiria en pie: N sirles com geémo_es que demos 10 nombre a_cosas diferentes? tho haga mde més que datles nombre, pero al menos deben 5B fu le geclidad sels & Ia comevete uy le nortrerter x be sertite Pvt — Btienne Gilson ser eso que pueden ser denominadas. Dicho mas bre vemente:t ng es posible que le_generalided propia de nuestros concoptos provenga exclusivamente del_en- ‘endimiento; ha de estar fund: nado © de ciray en Tas cosas misinas, {ual es, entonees, la na turaleza dela generalidad? Pera comprender las diferentes respuestas que « esta pregunta dieron Abelardo y sus sucesores e8 muy conveniente saber en qué las fundsban. El tema era esencialmente Slossfico. por blemas fandamentales con que tropieza le mana en cuanto _intenta _comprender, todas las clencias_particulares,_las_coud ijacen posible el conocimieato mism Jamente, cuando el cientificg se cleva a_un problema come éste, 1o ordinario es que no leg. 86 cu fa de que pertenece ¢ un orden, de cvestiones 0 ¢ tifeas. Lo mejor que puede suceder es que quiera Gescartarlo como una cuestin fitil, no susceptible de respuesta positive, Sin embargo, en algin caso se ha intentado, con mas 0 menos éxito, tratarlo por vie cicntifica, como si fuera un problema cientifico. Des pués de todo, nade més naturel. Como los problemas de este tipo surgen en la frontera de alguna ciencia particular, no resulta fécil distinguirios de 1a ciencia que es, de hecho, su suelo nativa. Y al cientifco, al fo darse plena cuenta de que lo que él ve son meros reflejos de problemas que se hallan mas acd y méx alli de Tos que su ciencia puede plantear. piensa, na: tncalmente, que esté simplemente Mevando el estudio La unidad de 1a ezpertencia filoséfica do su ciencia particular hasta sus dltimas implica- ciones. Tal {ué Ia aventura—luego repetida bajo muy di- versas formas—que acaecié a Pedro Ahelardo en la primera mitad del siglo xii. Todo el mundo sabe que eseribié una Historia de mis calamidades y cniles fncron éstas, Pero los novelistas que han creido iti escribir esa historia han pasado por alto, de ordi nario, lo que, segin el mismo Abclardo, fué su comin origen. Como é eseribié a Helofsa: «Soror Heloisa, odiosum me mundo reddidit Dialecticas, «Hermang Heloisa, Ia Dialéctica me ha hecho odiosy al mundoy se fue, al menos, el origen de sus desgracias filosé ficas, asi como también de las innumerables dificulte- des que ocasionaron le muerte de la filosofia me dieval. (La grandoza_de(Nbelardo) adica en su aguda’ sensibilldad para Tos problemas. fio giacla, on Hatarlos como problemas meramente log: gS. AV procurar, segin @ ‘mismo dijo, moldear el ‘orden filoséfico en conformidad con principios pu mente ligicos, era obligado que, en definitive, fra casara en su empresa y cnredase a sus sucesores en dificultades. insolubles.. WQuisiera dejar en claro, ya desde el principio, que al eriticer—como haré—a grandes hombres estoy muy lejos de olvidar su grandeza. No se puede ser victima del genio sin ser penlal; pofo quienes” no To son obran_muy razonablomenté si del_genio ajono Cuando no se han hecho, descubrimientos matemsticas de(Descartesty de Leib 7 Btienne Gtison niz, no puede uno dejarse Mevar de todas Ins cuestiones a ye excuse més que suficiente_para_ se ng best en tel alguno no tipo que hemos de tralar. La Lgiee’¢ oncia conoeida_y_enseiada oh Te oon revue fi siusmo ye de sus primeros dis- espulos cuande descubrié que el persa estaba sometidn a ieyes necesarias—susceptibies, in: 0, de formalacién exacta—euyo conocimiento se cil adivinar so en! nto Jmmane ria suficienie para distinguir en todas los casos lo verdadero do lo falso, Tan_px pronto como hizo este nelusion de que. nde la nueve, vienciz ada que estuviese en cl cami dia ser dejado a ta bi ica Ta cioncia que nos ense igué_Oi | puede escapar a sit jurisdic clin? De_aqui dl atrevide mode como le aplicé a la Teologia, con conscouencias que desbordan el pro- pésito del presente estudio, y a lu Filosofia, con resultados a los que, por el contrario, vamos a dedi ! car la més concentrada aten Do hecho, ng estoy tan seguro de que el genio legico de (AbelardS” fuese adecuada excusa para st desacierto;’ en el mismo likro donde hallé la cuestion 18 La unidad de la experiencia silosdpica filoséfica que iba a discutir como légico se le preve- nia que era algo més que cuestién légica. En efecto, en la famosa Introduccién a las Categorias de Aris tételes, el comentarista reso Ponisi habia. ce- raclerizado como un problema subsidiario que surge dle Ja Logica, pero cuyo estudio dejaba provisional mente para otra ocasién debido a exceder de Ia com petencia del Iogico.geEn cuanto a los géneros y espe ros —cscribia Ported) rehusazé en este monionto decidir si subsisten en si o si estin colacadas [sole- mente] en los desnudas entendimientos o si son sch sistentes corpéreos 0 incorpdreos, y si estén separa: dios de los sensibles o si estén colocados en ellus y en ellos consisten. Tales euestiones son asunto elevado y requieren inguisicign muy diligente» 4) Por su parte, Boccio, el traductor y comentator latino de Porfirio, sintié_la tentacién, seis siglos antes de le época de Ghelardo.) de poner su mano en estos prohibidos jefas Guestiones —dice Buesio--concerni Guestiones—dice Buecio--voncernien- tes_a lo que Porfirio promete_pasar_en silencio. son extraordinarianiente atlles y recénditas, y aunque bor bres _sabios hen _intentado resolverlas no han side los afortimadosy ‘.ySegiin al, Tos géneros y decir, ues en ser ideas. generales especies, considerndos como entes incorpérees, puesto que sez concepeiones de nuestra mente; pero, por otra parte Citasle por R. McKeon, Selections from Medien! fe losophers, Sevibers, ueva Yoek, 1929, vol. I, pig. 5D ¥ Ibidem, pag. 9 Etienne Gtison —aiiadia Boecio—, estin unidas a las cosas sensibles y subsisten en elas, puesto que son algo independien: te de la mente, Respuesta ésta clara y simple. pero Efecivamente, os muy lieil decir_que el jades_sensisles?) te af que Boevio no haya sido mis exphcito sobre este tema sc debio ‘a que en su interior el comentarista no estaha de acuerdo con el #6sofo, Como intéxprete de Arist Jes, sentia la chiigacién de expresarse on el lenguaje aristotélico y desir, por tanto, qué géneros y especies existen jinicamente en nuestros entendimientos y en las cosas. Pero, como filésofo independiente, habria preleride decir cue estas ideas subsisten rimeramen: te on el Entendimiento divine. Y es que el comenta- rista_de Aristéte! oma mismo dice: «Hemos sezuido la opinion aristoté. Tica_muy_fielme i no porque la_compartamos, sino porgue este libro ha sido escrito como Introduccion alas Categorias de Aristételes» “Pero, cuando Abelardo abord6 a su vez el proble ma, se engontraba en una situacién totalmente dife reate, No era platénico; de hecho, no conocia préc- ticeniente nada de Platén, Pero tampoco ora aristotéli- Ibidem, pig. 98. La unidad de ta experiencia fitosstica €o, ya que el famoso tratado dle Avistiteles Acerca del alma, cn que hubiers encontrado una respuesta completa a la pregunta, no habia sido traducido to davia al lating 1 Miclardo] se_hallaba on ese ielizyestade ia que con tanta face Tidad hace que cl hombre inteliyente sea originalyEn- ima estaba en posiciim mucho mas favorable que Bocefo para abordar estos intrineados problemas, por la sencilla razén de que, al no ser nada mis que un profesor dr Légica, nada habia en él de metafisicn ahi para avergonzarle de no'ser mis que légico. De * Ja impaciencia y la andacia de inteligencia con que intents responder a las preguntas de Porfirie o in. troducirlas en el curso de su propia ensefianza. Olvi 6 por completo In sugeroncin de Porfirio de que era éste an wasunto muy elevadon y muy alojado del al cance normal de un légica, y ya desde el comienzo mismo de lo que lomé su «Ligica para principian- tes», comenzé a explicar a sus diseipulas eémo es que nuestros coneeptas y definiciones pueden ser aplicados a ts cosas resles. fe_permito Hamar Ia ateneién sobre Ja naturaleza_ ae del fendmeno_ que estamos sus esaes premio, Se $e z vente _dotado para trate de“un hombre extraordin eLestudio y la onsefignza de Ja L ee que, en calidad de tal, es conducido profesionalmente a Ia tarea de clasifcar nuestros iferenel pecileas y determinay sus os une defnicign? Qué uw ttea especie? ;Qué es an género? Estas y ofras cues diferencia? [Qué & a ar Etienne Gilson tiones similares eran la materia peculiar de que debia ccuparse como légico. Pero, precisamente porque es: taba interesado on Ie clesificacién de nuestros con- adiciones de ceptos y en ta ceterminacién de las sus diversas combinaciones, era de esperar que tro yeaase con exe otro problema flosiico particulars os la nal ‘ies relaciones de. ue 65 un lemma que surge © 2 Tegiva y filosofia, Linea, p dvettirs tay enguenisacy un terreno entoramente, diferente, y_si no se peveata de ello, esti peidido. 5 Precisamente 1a_desgi Abelarde_radica en haberla_eruzade_sin_gex_consciente_de_ clio. Cuando ioy6 Ia famosa frase de Porfirio: «Con respecta a los, géneros y especies, rehusaré en este momento deci dir...» la tomé por une mera precaucién del autor griego al dirigirse a los que Abelardo Wamaba «lec- tores incultess, incapaces de penser esos problemas © de percibir su verdadero significado. Por eso él se dispuso tranguilamente a discutir estos temas filosd ficos como si se moviese todavia en un campo pura. mente ligico,(staba legitimade que Abelard se pre: guntase, segti sus, propias palabras, «com9_ puede aplicarse una defnicién amiversal_a las cosas pero © Citado por R. McKeon, Slections fram Medieval Phi Insophers, Seribner, Nweva York, 1929, val. 1, pig. 222. La unidad de ta experiencia filosdfica noes a la Légica a quien conciermen directamente Wales_problemas, Como ciencia apart, Ta Ligice s& Sefiere primari@mente al aspecto formal de! pensi miento, no a la natursleza u origen de nuestros cor: ceplos, y menos ain a la existencia y naturaleca de sus objetos externos. $i se exige de le Légica respuesta “A_una_cuostién filoséica, se puede esperar une res puesta Togica, pero no una respuesta flosbfica; y ade inde con la inevitable conscouencia de que Ta cuestion aparezea como insoluble y como una pseudo-cuestion Tal_fué el _desacierto de Abelardo.p En adelante, como hombre presuntuoso gue era, no advirtio 18: Tune ea que s¢ hallaba cruzando una lines peligrosd dig cra todavia mu v ove. Sus coridiseipuos le retaron en_una ocasiér _Teologia sin“saberla. A. le maiiana, aa siguiente volvi ot gou_ung_de los textos mas uificiles que se pueden encontrar en aren Euequiel_y le lo oxplico sin olv@ recurso que el silogiomo, Para 6 tunca hubo temas insolubles y_«asuntos muy dos» él sabia Lixgica y nada habia sobre la Lévicu. Vekmosle on su tarea y observemos los resultados de su aventura filoséfic versal es—responde Abelardo-—lo gue yuede. p carse de varias cusas_individuales_tomadas..ina_por una, -Hombrey—por ejemplo—es universal, porque Be términa puede ser aplicado a cada hombre indi ial. He aqui wna definicién lgica. Pero la Filo sofia entra en_escenia_tan_pronto como Abelardo s¢ antea esta otia cuestion: jcudl es la naturaleas de Etienne Gilson lo_que_puede predicarse de_muchos? {Pose una na: iuraleea peculiar? 78s una cosa? El profesor de Lo. gica de Abelardo en Paris, {Guillermo de Champeaux,) se habia inclinade siempre al puato de vista de que los géneros y especies no son meras concepciones de nuestro entendimiento, sino cosas reales actualmente < existentes fuera de la mente. En_ung palabra, Guiller- mno_de Champeaux yera lo que los filésofos medieva- les Hamarian_un_vealista, no en la 2 ng de esta palabra, sino en al sentido medieval de tir Ta existencia real de cierto elemento que responda en las cosas mismas a la generalidad de nue: ceptos He ‘aqui algunas de las razones en cue apoyaba su tesis. Damos nombres diferentes a Sécrates y a Platén porque son distintos como individuos; en cada uno de ellos hay algo que no se encuentra en los ites, pongamos por caso, sus respectivas cuespos, Al mismo tiempo, no hay difcultad en decir de tudos que son hombres, Abora bien: por razén del mismo principio, podemos decir que, si chombre puede predicarse con igual verdad de Socrates y de Pletén, debe existir cierto elemento comin entre ambos. Lo que se halla en fos dos y explica el que uno y otro sean hombres, tendré que ser tan real como lo que constituye a cada uno en su ser particular individual. Mas atin: puesto que este elemento comin es lo que que Sécrates y Platén sean hombres, debe cons- tituir_su verdadera sustancia. Digaros, pues, que la naturaleza humana o, por asi decirlo, Ja vhominidady % La unidad de ta experiencia filoséiica es una sustancla real que, aunque enteramente presen. teen cada ser individual, e3, sin embargo, comin a todos los hombres” (Ya cuando Abelardo era simple clumno en la cle se de Guillermo no tard on descubrit una falacia en dU razonamicato del macstro. Si Ja naturaleze huma na_sdlo_esté_pareialmente presente _en Platén y on Socrates_no so puede decir en rigor que Socrates y Platén scan hombres. Si, por cl contratio, la natura leza_hamana esti _onieramente presente en _uno_de Jo alguno estar_prosente on el en ellos ni_par- Gono es nada, se tomase esta controversia como mero hecho histérico, se la podria creer con azn un ejemplo de la mis inutil exqueologia mental; en cambio, re: sulla altamente significativa tan pronto como se co- mienza a examinar las razones por las que aquellos dos hombres se enzarzaron en su interminable dis cusin.|Guillermo y Abelardo estaban convencidos por” igual de que un método puramente légico aportaria, a fin de cuentas, adccuada respuesta a la pregunta. Ahora bien: la légica—especiaimente Ta Tégica dieval—esta regulada por el principio de contradic cidn, y este principio, que funciona siempre cuando se lo aplica a conceptos, no siempre funciona cuando se lo aptica a cosas. Por muy correctas que sean inis_, + bidem, pig. 228. Blienne Gilson combinaciones de vanceptos, mis conclusiones no puc den ser mis validas que mis conceptos. En_otras_pa- labras, el Anelardo ya Guill im pare te recta: y Hlosilicamnente orréneos,,Cuande digo que Platén ce hombvo y que Séerates es también hombre, la palabra xhombre» puede referirse légicamente a algo que es 0 a algo que uo es Io mismo on ambos casos. Si no as lo mismo, gpor qué le doy el mismo nombre? Si ot lo mismo, gcdmo puede encontrarse en dos costs diferentes? Nw podenios descubrir el més ligero defecto on esos razostamientos. Por eso uv pudo ninguno de ellos deseubrislo en el razonamiento del otro, De aytti cl fallo para convencerse mutuamente en una diszuta en que silo cl mas obstivado podia triunfar. Elvis obstinado fué, por supuesto, Abelardo, Gui- lermo de Champeaux era, mas bien, hombre timido y pacifico,Como tal, intents poner fin a la contro versia concediendo algo a su enojoso discipulo. He di cho intencicnadamente «intenté» porque en una dis- eusién como ésta, en que imperaha la légica, no he bia lugar para una tereera posicién entre la primera de él y la de Abelardo, Por una parte,Guillermo sixuté convencide, como siempre, de que genres y especi estén doterlos de wna peculiar seslidads por otra per Jirle de que “todas te, habia verido Abelarde « pot % Lo wnidad de la experiencia ftlosiriva Jas cosas son tan diversas unas de otras que ni puede participar con otra esencialmente ei Ix misma materia o en la evcontrd Guillermo empefiado exf“la dificil tarea de & asi edna se admitir la existencia real de los géneros y especies sin coaveder, por eso, su presencia sin rios individuos distintos. Para salir del apricto. deci id simplemente que no se debe decir que los generos y especies —es devir, realmente—. sino indiferentemente. otras palabras, Guillermo esperé eludir el criticisuiw d Abelado _poniendo simple falta do diferencia cute dos cosas, en lugar de presencia de un elemento co- min entre ellas, La razon de que Plalon y Socrates Sean hombres no es, en definitiva, el que la misma naturaleza humana esté presente cn ambos, sino el gue «no difieren en Ja naturaleza de humanidadp *. Dicho mas brevemente: gla_dnica_razén_de_que Sd. Gates y Platéu sean lo mismo es que no sun dife. rentes: Hay que conceder que la de Champoausfué de ly més desaforunu, Corn Abelardo_replicd inmediatamente, la_mera_falte de Gifeceucia entre dos cosas uo es sulcionte para tuidal su semnjatiza, Por ejemplo, es verdad que Sicrates 5 Paton no se difecencian camo hombies—cosa que nte exact decir que nes Jkinea en va in presentes en las cosas esenciulmente sspuesta de Guillermo son—, pero es igual diferencian eomu piedras—cosa que no son—. * Titeon, yin, 28. Etienne Gilson usted objeta: «Si, pero Sécrates y Platén son hom bres y, en eambio, no son piedrasy, la respuesta seria facil: «Usted se esté volviendo inconscientemente a Ja primera posicién del problema» Si la rexén_ de que Sécrates y Platén scan semejantes c unk ausen- Dpuramente negativa de diferencia, resulte que dos hombres no son més semejanies en lo que son que en To que no sop. De hecho, en ese caso, no son realmente Semejantes, son meramente no diferentes, Pero si, al coatrario, dos indiyiduos son éxactemente similares, en definitiva, en ser hombres, If razén de ello no pue- de residir en una mera falta dé diferencia entre ellos; el que no difieran se debe a la razén positiva de que ambos participan por igual cn la misma naturaleza humana, Pero entonces suzge la misma dificultad: si la_naturalera es la misma, ja gué se debe que se pueda decir que Sécrates y Platon son dos hombres ¥ Do que Platén sea Séerates_o que Socrates sea Pian? “Guillermo de Champeaus, derrotado dos veces pot usio de sus diseipulos en su propio terreno, perdié por completo el animo, Abandoné la partida y suspend la ensefianza—irreparable desacierto en la carrera de un profesor de Filosofia—. Desacierto, porqueiAbelar do habia demostrado ciertamente que Guillermo es. taba equivocado, pero no habia probado, en defini tiva, que & mismo tuviese razén,j Después _de_todo, si Guillermo _hubiese conservado la paciencia_y_hu: biese esperado, un poco més, habria acabado por Comprender faciimente que los dos estabun plantean- 8 jdimiento, el problema para La wiidad de fa expervencia filoséyicu dio la cuestién cu_un_camino_ervado, Al desvibar_a si maestro en a segundo asalto, (AbelandO)se encon traba_shora_en Ta posivion siempre prevaria_de_ua campeon mundial. Su tarea no era decir lo que no Son los_géneros y especies, sino lo que son. En otras palabras: después de haber prohado ie que no ge puede considerar a Ia waluralent lninana como tna cosa veal que exista actuabuemie fuera del fundamento adscribe dl entendimiento la misma na traleza a diferentes Individuos. “Ta respuesta que Abslardo dié a estu pregunta ilustra de modo tan notable el punte en euestion que Voy a permitirme un comentario uiés detenido sobre ella.,Mi opinién ce que Abelardo confundié la Logica can Ya Filosli; pero gqué ligica? Abelardo fue un logico metide en terreno filoséfico, dehidlo a que la ilosofia, para los muta normal de acercamiento a Is hombres cel siglo xtt—por ser la ituiea que practice mente conocian—, era la Logica. Pero, a su ves, antes de estudiar Logica, habian estudiado ya Gramitica, 2 el inevitable resultado de yue ésta fuese In ruta normal de su acorcamiento a wpuélla, Como conse cuencia de tal proceder, cays Abelurdo ‘en fir fa Cramatica con la Lépiea, como lame confundiria 1a Logica con la Filoso Ahora bien: goudl os el objeto de In Cramitica El lenguaje. Pero el lenguaje estd heeio de palabras. Precisamente la tarca peouliar del grimitivo consiste en clasificar lus vuriados géneros de palabras que clin: de coulun » ‘era preeinar con quel aj Xoseclinte Etienne Gilson componen cl idioma usual, definir sus respectivas funeiones y formular las leyes que determinan sus conexiones. La Gramitica, como ciencia especial--la més fundamental do todas para sores dotados de la facultad de hablar——, no admite més que pala bras, Si se propone una euestign a un graméticn re dueiri inevitablemente el problema a mere cuestién ia_de Abe de palabras De east Ja famosa _sentene ta ahora se lia demostrado que no se «Si ni tomadas 6° particular weit Ia universalidad a las cosas mismas, 15, no ce sina, tea Jas palabrass * iiablar de palabras ‘universales? Si-cumo escribié Claudio Bermard)ea_un_pasaje de su_Introduccién @ ta medicing experimental ex: perimento e «una olervaci6n_ provoca: paia_compevlar yaa hipbtesise, puede rarén_de la respuesta_de(Abelardo}com tipico de experimento en Filosofia, Antes de su disps- ta con Guillimo de Champeaux, habia estudindo ya Légiea con otro maestro cuya doctrina era total: mente divers, poto igualmente opuesta » propio pensamiento, Rasexline—-que tal eva el nome de 1 meres flaius vocis, es decir, meras verhales, En otras palabras—y os ésta “niversales ‘cxpresion 2 Thidem, pig. 232 2 2 que los La unidad de ta experiencia fiiosofica tuna doottinn que volveremos a encontrar en el si- glo xiv—-,ftoscelino convertia los universales en cosas particular concretayi yhombre, por ejemplo, no era para Tae “que el sOnido particular, el desplaza. ico de aire que producimos cuando deci. most hombve.(Ggn_s_precon_perspiegcin, Alglardg adivind muy pronto lo que ich de error en esta teorig, Cuando pronunciamos la palabra hombre la: cemos mucho mas que expresar un sonido, hablamos, y_hablar es expresar sonidos dotados de significado. Gada _uno de los sonidos significativos es una vor o palabra. Cuando _nos preguntamos como Ja palabra chombren puede significar, a la vez, dos individuos radicalmento distintos, le cuestién en juego tiene poco que ver con la naturaleza fisica de la palabra: Jo qu se discute es se discute es su significado. ¢Como puede una misma palabra significar algunas veces varias cosas rentes?, ‘Al_formular Abelardo esta progunta, planteaba_un problema flos6lico muy importante, pero un problema por_el que, en cuanto Tégico, no tenia razon para sentirse interesado, Una vez que le era patente ol he- cho de que hay palabras cvyo significado permanece idéntico, aunque sean aplicadas a toda una clase de individuos, sabia ya todo lo que en cuanto lgico necesitaba saber sobre su naturaleza. Algunas yala bras 0 formas~ por ejemplo, Séorates—sirven para un solo individuo; otras—como, por ejemplo, hom bre~-sirven para un grupo Una vez que se han establecido estas afirmacionss miento inido “de individucs u Ettenne Gilson fundamentales, ya debe el légico cedirse a su eampe Pero Abelardo, en lugar de hacerlo ast, leno como estaba su pensamiento de la controversia con Gui- llermo de Champesux, se preguntd negligentemente: ja. qué nos veferimos cuando usamos no sales? Sabemos que, fisicamente hablando, todo lo que existe es individual; sabemos, por otra parte, que lésicamente hablando, nuestras ideas genezales 0 uni versales ticnen un significado. Pero lo significado por ellas no puede ser una cosa, puesto que es universal. {Qué es, pues? Quien se plantee como ligico_esta + cuestion pucde ester seguro de la respuesta: lo que Gris Wha coed ne bs nade, Eh coneerencl, Gedy [faz ex lerrealided” que responda_a_ FY ceoeralos: en otras palabras, los nombres universales \ no significan nada, Si Guillermo de Champemux hu Biese leido alguna vez ostas lineas *, deberia haberse sentido ampliamente consolado de #1 propio fracaso con las perplejidades de Abelardo, Pero, una vez que sto hudo dado a la cuestion una respuesta de tipo légico, se dispuso a levarla al mejor fin y a mante netla, a pesar de todas las dificltad. soncebibles. La _mis evidento de tales difcultades ere ésta: si logy | Sombres “univereales_no tienen un objeto deh \é qué sentido es exacto decir de ellos icado? Lo dicho era a propésito lo misi demoatrar @ Roscelino que las palabras tienen signi-~ ficado, que para demostrar a Guillermo que lo que 19 Tbidem, pig, 235. La unidad de la expertencla fHloséfica las palabras comunes significan no existe. Por eso sur- ge inevitablemente una tercera pregunta: jqué se en. Unde por sianificacion? : Ta auténtica grandeze de_un filésofo esta en proporeign a su honestidad intelectual. Por eso no @& extraio que soa precisamente aqui, en el centro mismo de sus difcultades, donde se muestre d Ter Ja grandeza de Abelardo, Obligedo a ingeniar alguns Tespuesta pata disimular tales dificultades, él mismo destruy6 sistematicamente cada una de las que po: dian servitle. Después de haher demostrado que hom bre no puede designar_la_naturaleza hurnana, porque no hay tal cosa en el mundo, afiadié que, cuando ex cuchamos tel nombre, no entendemos ninguno de los signa; porque, si asi fue sno habria diferencia entre nombres comunes y nombres _propios. De este _modo—segin palahras del 4 propio( ‘Abelardol—, ‘Wesa’ mista ‘corti |sicidn (que es tpica de palabras com | pide que pueda designar_a_un hombre ualquieren| Pero si esta palabra no puede designar a ningtin' hombre en particular, menos puede todavia designar a una colecoién de individuos. De agui la ¢ Abelardo de que eni Sécrates ni ning’ bre, nile coleccién total de los hombs zonablemente ser entendida bajo el eleance del bro comin hombre» ', $i nuestro lgico hubiese sido fan prudente como honesto, habria acabado por pre- lust 11 [bidem, pig. 236. Etienne Gilson guntarse qué puede ser una significacién cuando es nada lo significado. Pero jeontaba tan poco la pra dencia entre las vittudes de Abelardo que, aunque climiné todas las pesibles respuestas, nunca lees a dar una positiva,y Resnité lo qué se podia esperar. Segin Abelard, la palabra hombre puede referirse a Séctates y a Plotin, debide a que, por distintes que puedan ser estos indivicos cn sti esencia y propiedudes, coin ciden, no olstante, en ser hombres comprender presente Ia_nat i sguntg, Tal camo Al To veia 0, mejor, tal como él mismo hizo que fuese, el proslema consistia en encontrar una causa positiva para la existencia de péneros y especies, pero tuna causa pasitiva que no fuese una ensa, Por otra parte, no_puede olvidarse que era, 1, camo Hain dialéctico paca contrada ea la sutilisima distincién que el entendi- miento puede establecer contre la realidad individual de ux hombre, que es un ser existente en concretn, y et helio dle yur sea hombre, que ex algo pos pero no una cosa, Para entender su _posicidn es. des- de_lugge, necesario haber comprendido ‘antes lo que a Tamaria uel ser hombren. Li amas, por sil- Duesto, augue soon excasas las esperanzas de ‘éxito Thidem, pig. 237. La unidad de ta experiencia filoséfica En realidad, no estoy siquiera totalmente cierty de que Abelardo mismo lo hubiese logrado por com> pleto. Su_primere_aproximacién a Ja dificultad fué_a través de la_mocién de identidad, «El coincidir de diferentes cosas es el ser lo mismo 9 no ser lo mismo los individuos, como ser hombre o blanco 0 no ser hombre y no ser blanco» "*, Totalmente exacto, pero Za qué se debe el que dos hombres sean hombr ei que doc cosas blancas sean blancas? Si lo enten digsemos en el sentido de que participan de una va turaleza comin, seria un triunfo para Guillermo d Chamneaux. Por supuesto, Abelard no era partidario de tal interpretacién y se cuid6 de aclarar su sentido lo mas posible, afiadiendo: «No queremos decir sino ue esos individuos son hombres y que en esto de ser hombres no se diferencian, « fin de cuentas, aun. que no Haraemos a eso esencian **, Una ver mis, hay cue decir que la contestacién es totalmente exacta: pero si no llamamos 2 eso esencia, jqué respuesta positive damos a la cuestién? No equivale esto a rettoceder simplemente a la segunda posicién de Gui Iermo de Champeaux de que fo que hay ahi es una mera falta o ausencia de diversidad entre dos indivi duos pertonccientes a la misma especie? Abelardo no pensaha asi. En cu opinién, wal ser hombre era algo» Y.si_no eta una cosa, era un estado o condicidn; digamos que, mis que un ser, era_una clerta manera 12 bidem, pég. 237 14 biden, pig. 238, Eitonne Gilson de ser. En frase suya, sllamamos estado de hombre ‘al ser hombre, lo cual no es tina cose, y a eso Tle mamos también earsa comiin de la imposieién de la nalabra a Ins individoos segiin que coincidan entre sin, Entendemas. desde luego, cada una de les pala bras que Abclardo usa en este pérrafo, pero si real mente quiere decir que hay algo que, no siendo cosa, es causa, deho confesar, por mi parte, que me siento ineanaz de comprender sti pensamiento Sin_embargo, parece que Abelardo_no_tenia real] monte mis que decir sobre el aspecto floséfieo le la{ fn. Es posible elaborar juicios euyos términos ‘io sean aplicables a sustancias realmente existentes, fa posar de ser légicanente correctos. Pero no se vé qué podria ganar Abelardo con recurrir a tales arti- ficios légices. «Con {recuencia—dice él—designamos con el nombre de causa a Ic que no es una cosa, como cuanda se dice: Fué castigado porque no quiso com- parecer a juicio, No quiso comparecer a juicio—que ha servido de causa—no es esencian. Pero yo pregun to: chabri muchos entre los lectores de estas pala- bras que quieren comparecer ante un juez? Y, sin embargo, espero que no sean castigados por clloy La objecién que Abelardo puso a Guillermo en el primer estadio de la polémica se vuelve ahora contra él. Si se trata de una falta de deseo puramente negativa, no se la puede considerar como causaSLo que pasa fs quo, si este hombre «no quison aparecer en la cor- te, e8 porque «quiso no» aparecer, y ello en circuns taneias en que debia no quererlo. Lo mismo puedy 36 La unidad de la experiencia filosética decirse de In cuestién que traemos entre manos: no vale, en definitiva, dectr que Sécrates y Platén estén en In misma condicién en cuanto hombres, porque no se diferencian en esta condicién; lo que desearios saber es justamente lo contrario: si no se diferen- cian en chante hombres es parqne, en cuanto hon bres, son lo mismo, Para esta precisa obje nao tuvo Abelarde otra respuesta que ésta: «Podemos lamar también estado de hombre a aquellas cosas fundadas en la naturaleza del hombre. cuva semejanza concibié el que las impuso tal palabra» Por medio sinicamente de la Véaica tal dia haber hecho mas, El mismo debié de de un modo mas o menos claro, puesto que puso fin repentinamente al problema, si bien para caer en una dificultad no menor y para cuya solucién no estabe mejor equipado: si se admite que tenemos dos cle. ses diferentes de conocimiento. el que se expresa en nombres comunes y el que responde a nombres co: munes, Zeuél es su respectivo valor? Era ésta une cuestign muy importante y filosificamente significa tiva por eso llegé # preguntarse si la Ciencis es co nocimiento de lo que es universal o de lo que cs particular. Por desgracia, la jiniea ayuda eon que podia contar para responder a este senunda cuestién era la que habia constituido su perdicién al enfren- tarse con la primera. Al ser incapaz’de decidir si ln semejanza de objetos similares era algo real o ne. Te 1 Pbidem, pig. 238 Etienne Gilson results natuselmente imposible estimar el valor de les ideas generales, Sin embargo, lo intentd y, segin era habitual cn , por cl camino més inteligente. o_pude engontrar en las cosas un funda: Imposicion de nombrés comu: snfendimiento. Esto significaba; tituir In Logica y la Filosofia reguntd, pues, por Ta_natura:{ leza de esas pretentaciones mentales «que_el_entendi inientn cnnetrive por si cuando y come doscay, tales como. por gjemplo, el concepto, de hombre, Abelars 7 podia olvidar, a la hora de responder a esta los. univer nada menos que sustituir la pregunta, su conclusidn anterior de que pregunta, sul c¢ If sales no son eneas. De acucrdo con alla, des 1 ‘ongepins como, seniejanzas evistentes, ero jetos ales 0s en_sucios o la imaginarias 7 feticias. de_sus iudades imaginarias_ qu 1 de un edificin en, proyecto, a las cual ne ni_sustancia ni accidenten **, En_oltas. pa: abras, annguelo.representado en_el concepte, puede ral smo, 19 que, Jamamos concepto tiene_més realidad que cl reflejarse de algiin, ob: mas, entre nuestros concepts ynes_mentales de alguna cosa ina, Cuando oiga Ia’ pale: bra Sd lo imaginarme el ty peculiar y. 1a figura de Sferates, son todas las A le diferencian de Platdns mi coi raves. por ejemplo, pu © Diidam, pig, 299 8 La unidad de ta experiencia filosdtica cepto_tione entondes un objeto definido, Cuando oigo la palabra hombre sucede lo contrario: no puede penser en_un individuo particular que represente la haturaleca humena en su _universalidad, Lo que em tonees ocurre es, segin las propias pal: lardo, que «surge en mi entendi que se tefiere 2 los individues bu: sea comin a todos sin ser propia de nin, ‘Hay en esta respuesta una sorprendente antivipa. cién de lo que mucho més tarde diria(. Lox el mismo tema; pero mas notable es todavia que, si bien por una ruta, en definitiva, equivocada, Abe lardo tuvo incluso. algin_presentimiento de lo que tica de(Berkeley] aLocke,) y que ia acepts je, que no viese la dificultad que se escondia tras de su descripcién de las ideas generales. En primer tu gar, puesto que la naturaleza humana “hoe simisma, claro eS gue ningan objeto corresponde a gas_ideas, En sogindo lugar, ni siquiera es cierto que tengamos tales ideas. Segin la explicucién del propio Abelardo, la idea general ledn, por ejemplo, seria_omo una pintura hecha para _indicar lo que lamamos dla uaturaleza de todos los Teonesy. ¢Coma es posible compaginar_esto con una _doctrina cuyo principio fundamental es que todo lo que existe ¢2 TY, DOF consiguiente, cada Teda tiene sv we propia? Abelardo aiiade que tal pintura men: Be exisle por Ktieune Gilson tal soria hecha «para representar fo que nv es propio do _ninguno de ellos» *. Ahora pregunto_yo: js puede imaginar una cola de ledn que no se pueda ‘usta a tu espalda de ningén lebn en particular y que ‘ucua, sin envargo, sjustarse a la de todos en gene Talf Di pienso en _un leon con melena, jcomo ome _podrian Jos que no la tienen estar representados o incluso sign Seados por &e 0 los que la wsado en un leon sin_melena? +E "[Aidlardo mismo Lego muy pronto a la conclusion ds gue no tenia ideas generales. Sélo Dios las tiene, y ésa es la razn de que pueda crear y conservat en ja existencia una mutiplioiled de individuos distri- buidos en variados géneros y especies, En cuanto creador, ¢s como ua ettista «presto a componer alg: qué preconcibe en su mente la forma ejemplar de la cosa que va a sor compusstar, De aqui que pueda Dios crear um mimero indefinido de individuos dis. lintos, hechos todos a semejanza de la misma idea y. por ello, perlenecientes a una y la misma especie Pero Dios es Dios y los hombres somos los hombres. Nosotros somos incapaces de hacer Io que Dios hace tan ficilmente, a saber, como dice Abelardo, cies esas «palabras generalesy, que son los géneros, 0 e305 westados especiales», que son las especies.\De hecho, no pademos crear un orden natural y general; sola mente podenios Aacer cosas artificiales y particulares, Todo lo que necesitamos—y que afortunedamente te * Ibidem, pig, 24, oe edad La unidad de la experiencia filoséficu rnemos—son imigenes patticulares, sobre todo las imé- genes compuestas y conlusas que resultan en nosotros de 1a superposicién de las particulares.@De_aqui la Gltima conclusion de Abelurdo: los hombres pudemos tener exacla inteleccion de fo que alecta a los senti- dos, pero de todas esas formas generales que no son pereibides por los sentidos, To que tenemos os mas Lo verdaderamente notable de la epistemologia de Abelarde es que constituye por si sola_un_exporr eulo Wosolico perfectamente acabado, Se trata de ‘ino. de los mis bullantes eutendimientos Je la Edad Medi j_por_imerpretar Ia Tégica_en 6 nos de gramatica; pasd _entonces @ interpretar la Fi Tosofia en kérminos de Logica y, como Tracasd en el iallazgo de una respuesta positiva_a su problema, le iemos visto reducide, por ultimo, a una solucié Gplogica. yPero era, en realidad, una solucion? Si nada Tay, en realidad, que responda a nuestros con. ceptos comunes o, mas exactamente, si la identidad no es nada real en las cosas, Zedmo es posible fun: damontar la semejanza en nuestras ideas de las cosas? Era tan real la dificultad que Abelardo inismo la ad- virtié, pero incluso su iltima alusién a un orden de ideas divinas es, més que una respuesta, una nuta casual que le fué sugerida por um breve texte de la Gramitica de Prisciano**. Si, conto dive Prisciano, 1 Ibidem, pig. 242, 4

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