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26 | phere Trigo | | ——————$ Violencia en los barrios Los barrios son actualmente un mar de problemas. Pero el que més se siente y Golpeaes eldelaviolencia. Parecieraque es ¢1 sumidero do todos os problemas, su resultado olla evidencia de tantas anor- malidades, 'de tantas injusticias juntas. Trataremos do mostrar sintéticamente tanto las calisas que estén a la ralz de la Violencia como sus manifestaciones y las alternativas'on ciernes. Y de entrada hay que insistir|que la mayor parte de los pobladores de los barrios no pertenecon al mundo de fa violencia; son gente de paz. Y prefieren seguir padeciéndola ar tes que meterse en su macabra espiral Hay que dejar asentado que la violencia 8 sufrida, hasta extremos intolerables, {9s bebida hasta las heces, por la mayor arte de los vecinos de los barrios. Para ellos es un! problema externo, aunque est6 tan prokimo a ellos que los salpique y ahogue. Pero ellos siguen siendo gente acttica, latoriosa y qué, en medio de tanto horror, alin saben celebrar la vida, 1. CAUSAS ESTRUCTURALES 1.1. La madre de las violencias on Auestto pais'es que el pueblo sigue doles vencidos, Laemancipacién consists fen que los ‘espafioles americanos (los ctiollos) expulsaron a los espafoles eu- ropeos y desde entonces se impuso sin contrapeso él ‘colonialismo interno”. Los criollos y actiollados son los sujetos de derecho, talcomo de hechofuncionaen el orden establecido en el pals. En estas condiciones la democracia se legitima por los servicios que graciosamente otorga el Estado al pueblo; a0 porque el Estado sea laexpresiéndelavoluntadgeneraly dentro de ella del pueblo organizado, Las orga- nizaciones ilamadas populares (partidos, singicatos, organizaciones de vacinos...) ‘Ro son expresiones de la organizacion del pusbio sino éxtensiones hacia el pueblo do la organizacién estatal con miras a servir de intermediarios respecto de la masa popular .encuadrandola en sus lineamiontos y proporciondndola sus servicios. Pero el orden establecido en la democracia no aspira al reconocimiento del pueblo sino que por ol contrario esté encaminado, como las anteriores conti- ‘quraciones polticas, a mantener al pu blo en su minoria de edad y de derechos. Hoy el pusblo (pracipitado histérico de indigenas y negros y sus mezclas y do blancos de orilla) sigue siendo los venci- dosycomotalesno sonsujetosde derecho ni soles reconoce como seres cutturales. La esperanza que so les brinda es que, suicidndose cuturalmente, es decir re- ‘unciando a su identidad cultural popular (indigena, afrocaribe, campesina, subur- bana), puedan llegar un dia por ascenso ‘econémico, a formar parte dea repablica criolla, como -actiollados, coma ‘occidentalizades, como blancos honora- fios, como clase popular en ascenso o incluso como clase media, asimilados al ‘orden establecido y sujetos por tanto de derechos, . 1.2. Los barrios actuales surgen por oleadas sucesivas de campasinos que ‘configuran una época que podemos lla- ‘mar de “las grandes migraciones", que cambian la geografia humana que se ha- bfa configurada a lo largo de cuatrocien- tos afios, Estas migracionesno son, como en Europa o en Amerindia, de puoblos sino de plebss. Y las ciudades no los raciben, ni siquiora los reconocen. Tam- Poco pueden asumirlos ni asimilarlo: ‘década del 60 evidencié el fracaso promocién popular tondente a integrar a {a ciudad a los marginados de olla. Y ahi Viven: ni llamados ni deseados ni acepta- dos. Esta es la sogunda fuente de viole la estructural: la saida de los lugares de tigen (pprque nc era posible vivir ya en ellos y porque la ciudad ofrecia una os- eranza) y ol hacerse un lugar en contra de la ciudad y en competencia con los Otros migrantes, on el ancnimato y la soledad, hostigados, lleva consigo una ‘remenda dosis de violencia que muchos nohan podido soportar, y que ha cobrado en otros, para medio establecerse, un precio altisimo en niveles de existencia {que han sido amputados 0 quedaron pro- fundamente heridos, En todo caso la con- vivencia bruscaentregentes tan diversas, el cambio de piel acelerado, la existencia do un verdadero segundo mestizaje, la Construccién de un mundo material y hu- AB enero-febrero 1992 ‘mano sin direccién ni organizacién y a Parti del caos, cuesta mucha violencia, en gran parte violencia de vida, durisima Pero positiva; pero también acarrea no Poca violencia de muerte 1.3. Hay ademas una terrible violencia €n la falta de raconocimiento por parte de laciudad de la cultura que emerge en los barrios. Para la ciudad, ellos no tienen entidad propia, son sélo ecos apagados y deformados de Ia ciudad: en los barrios viven los que ain no son o los desecha- dos en la lucha por la vida, no os que son ‘@ su modo. Al erigirse la ciudad como . Metrépolis se incapacita para percibir ia alteridad. Siclia esa medida, sélo cabo la Wasuncién de sus patrones o la descaifica- Sion. Durante al menos dos décadas s- tos patrones eran propuestos como bus- ‘nas costumbres, como buenas modales, como el procader de la gente decente y ‘como ol modo de hacer de los que saben Se esfuerzan y tianen la lave del éxito. Los del barrio eran, por contraposicién, groseros, balurdos, vagos, ignorantes, fracasados. Ahora la violencia es mayor porque yael nico paradigma de la ciudad @s 6 éxito an la empresa econémica, oncebida como una lucha con los com. petidores, No hay una cultura sino un mercado de bienes culturales abierto al que tenga poder adquisitivo, Lo que no entra en el mercado no es reconocido. Y 1 que no entra en 6! para vender y com- rar no tiene existencia social, Esta com- Pulsién a entrar en ol mercado es profun- damente distorsionadora al desconocer lacondicién de creadorcultural delagente de los bartios en aquellos aspectos va- liosos que no pasan por el mercado. 1.4, La cuarta fuente de violent tructural en los barrios @s ol cambio im- uesto en los patrones de desarzalo, un Profundo cambio estructural para poner Todos los recursos del pais en funcién de entrar en las raglas de juego del Occiden- te mundializado plegéndonos a las cond clones que se nos imponen. Si todo debe fen funcién do la privatizacién de la economia y de la reconvarsién empresa- tial, oso significa que hay que ustraer la ‘mayor cantidad posible de los recursos Que antes se destinaban a los servicios Populares y que hay que eliminar las tra- bbas a las ganancias y los controles al mercado. El efecto de esta politica es que 8 parti dal afio 79 s0 dorrumba el poder adqusitivo de las clases populares. Y avanza la pobreza estructural. Respecto de los pobladores de fos barrios signtica que disminuyen drésticamente los puos- 10s de trabajo, casi se quedan sin agua, sin salud sin educacién, la vialidad es un desastra, y ala vez todo lo que tienen que ‘comprar Sube por las nubes. ElEstado se uolve autoritario, aumenta la represién y DPE NH A 27 desaparece la seguridad. Nadie puede sofar en salir del barrio ni en entrar on el mundo publicitado. La violencia es el re sutado de la conjuncién de una disminu- cién dréstica de los recursos de os pobla- dores y un abandono de los servicios del Estado con laintroyeccién de un ima tio que pone el valor de fa persona en el consumo y la lucha de la competencia ‘como el camino para llegar a él. El bom- bardeotelevisivoy publicitario encandilay desvaloriza, y nohay esperanzade alcan- zar ol paraiso que entra por todos los medios masivos. 1.5. La droga es ya una causa estruc- tural y ondémica de la violencia on los barrios. Es claro que el consumo de dro- {gas es efecto de todo lo anterior, ya que ‘es un modo ospireo de dar salida a ten- siones insuttibles, de lograr alguna expe- rienciaintonsa y si es posible gratiicante, de estar en algo, cuando uno no es nadie, esté de sobra y hostiizado y no puede pensarrazonablemente enun futuro. Pero no s@ puede sostener que la droga os efecto necesario de las causas susodi- chas. La droga entré en los barrios desde fuera de ellos. Antes de que metieran la droga en los barrios todos los problemas ‘acumulados se procasaban o descarga- ban demodos a veces violentos, peroque ‘en comparacién con la violencia actual, parecen hasta inocuos @ inocentes. La droga es la causa préxima de casi toda la violencia actual. Sino hubiera droga, se- guifla la violencia, pero en una medida muchisimo menor y més proporcionada, previsible y procesable. Si no hubiera droga, la actuacion de la policta seria més trasparente; y no habria modo de finan- ciar nila tenencia de armas ni modos de Vida absolutamente arti Ladroga es hoy por hoy la causa préxi- ma mas importante de la violencia en los barrios, en eldoble sentido de que asaltan consumidores paraobtenot recursos para

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