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phere Trigo
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Violencia en los barrios
Los barrios son actualmente un mar de
problemas. Pero el que més se siente y
Golpeaes eldelaviolencia. Parecieraque
es ¢1 sumidero do todos os problemas, su
resultado olla evidencia de tantas anor-
malidades, 'de tantas injusticias juntas.
Trataremos do mostrar sintéticamente
tanto las calisas que estén a la ralz de la
Violencia como sus manifestaciones y las
alternativas'on ciernes. Y de entrada hay
que insistir|que la mayor parte de los
pobladores de los barrios no pertenecon
al mundo de fa violencia; son gente de
paz. Y prefieren seguir padeciéndola ar
tes que meterse en su macabra espiral
Hay que dejar asentado que la violencia
8 sufrida, hasta extremos intolerables,
{9s bebida hasta las heces, por la mayor
arte de los vecinos de los barrios. Para
ellos es un! problema externo, aunque
est6 tan prokimo a ellos que los salpique
y ahogue. Pero ellos siguen siendo gente
acttica, latoriosa y qué, en medio de
tanto horror, alin saben celebrar la vida,
1. CAUSAS ESTRUCTURALES
1.1. La madre de las violencias on
Auestto pais'es que el pueblo sigue
doles vencidos, Laemancipacién consists
fen que los ‘espafioles americanos (los
ctiollos) expulsaron a los espafoles eu-
ropeos y desde entonces se impuso sin
contrapeso él ‘colonialismo interno”. Los
criollos y actiollados son los sujetos de
derecho, talcomo de hechofuncionaen el
orden establecido en el pals. En estas
condiciones la democracia se legitima por
los servicios que graciosamente otorga el
Estado al pueblo; a0 porque el Estado sea
laexpresiéndelavoluntadgeneraly dentro
de ella del pueblo organizado, Las orga-
nizaciones ilamadas populares (partidos,
singicatos, organizaciones de vacinos...)
‘Ro son expresiones de la organizacion del
pusbio sino éxtensiones hacia el pueblo
do la organizacién estatal con miras a
servir de intermediarios respecto de la
masa popular .encuadrandola en sus
lineamiontos y proporciondndola sus
servicios. Pero el orden establecido en la
democracia no aspira al reconocimiento
del pueblo sino que por ol contrario esté
encaminado, como las anteriores conti-
‘quraciones polticas, a mantener al pu
blo en su minoria de edad y de derechos.
Hoy el pusblo (pracipitado histérico de
indigenas y negros y sus mezclas y do
blancos de orilla) sigue siendo los venci-
dosycomotalesno sonsujetosde derecho
ni soles reconoce como seres cutturales.
La esperanza que so les brinda es que,
suicidndose cuturalmente, es decir re-
‘unciando a su identidad cultural popular
(indigena, afrocaribe, campesina, subur-
bana), puedan llegar un dia por ascenso
‘econémico, a formar parte dea repablica
criolla, como -actiollados, coma
‘occidentalizades, como blancos honora-
fios, como clase popular en ascenso o
incluso como clase media, asimilados al
‘orden establecido y sujetos por tanto de
derechos, .
1.2. Los barrios actuales surgen por
oleadas sucesivas de campasinos que
‘configuran una época que podemos lla-
‘mar de “las grandes migraciones", que
cambian la geografia humana que se ha-
bfa configurada a lo largo de cuatrocien-
tos afios, Estas migracionesno son, como
en Europa o en Amerindia, de puoblos
sino de plebss. Y las ciudades no los
raciben, ni siquiora los reconocen. Tam-
Poco pueden asumirlos ni asimilarlo:
‘década del 60 evidencié el fracaso
promocién popular tondente a integrar a
{a ciudad a los marginados de olla. Y ahi
Viven: ni llamados ni deseados ni acepta-
dos. Esta es la sogunda fuente de viole
la estructural: la saida de los lugares de
tigen (pprque nc era posible vivir ya en
ellos y porque la ciudad ofrecia una os-
eranza) y ol hacerse un lugar en contra
de la ciudad y en competencia con los
Otros migrantes, on el ancnimato y la
soledad, hostigados, lleva consigo una
‘remenda dosis de violencia que muchos
nohan podido soportar, y que ha cobrado
en otros, para medio establecerse, un
precio altisimo en niveles de existencia
{que han sido amputados 0 quedaron pro-
fundamente heridos, En todo caso la con-
vivencia bruscaentregentes tan diversas,
el cambio de piel acelerado, la existencia
do un verdadero segundo mestizaje, la
Construccién de un mundo material y hu-
AB enero-febrero 1992
‘mano sin direccién ni organizacién y a
Parti del caos, cuesta mucha violencia,
en gran parte violencia de vida, durisima
Pero positiva; pero también acarrea no
Poca violencia de muerte
1.3. Hay ademas una terrible violencia
€n la falta de raconocimiento por parte de
laciudad de la cultura que emerge en los
barrios. Para la ciudad, ellos no tienen
entidad propia, son sélo ecos apagados y
deformados de Ia ciudad: en los barrios
viven los que ain no son o los desecha-
dos en la lucha por la vida, no os que son
‘@ su modo. Al erigirse la ciudad como
. Metrépolis se incapacita para percibir ia
alteridad. Siclia esa medida, sélo cabo la
Wasuncién de sus patrones o la descaifica-
Sion. Durante al menos dos décadas s-
tos patrones eran propuestos como bus-
‘nas costumbres, como buenas modales,
como el procader de la gente decente y
‘como ol modo de hacer de los que saben
Se esfuerzan y tianen la lave del éxito.
Los del barrio eran, por contraposicién,
groseros, balurdos, vagos, ignorantes,
fracasados. Ahora la violencia es mayor
porque yael nico paradigma de la ciudad
@s 6 éxito an la empresa econémica,
oncebida como una lucha con los com.
petidores, No hay una cultura sino un
mercado de bienes culturales abierto al
que tenga poder adquisitivo, Lo que no
entra en el mercado no es reconocido. Y
1 que no entra en 6! para vender y com-
rar no tiene existencia social, Esta com-
Pulsién a entrar en ol mercado es profun-
damente distorsionadora al desconocer
lacondicién de creadorcultural delagente
de los bartios en aquellos aspectos va-
liosos que no pasan por el mercado.
1.4, La cuarta fuente de violent
tructural en los barrios @s ol cambio im-
uesto en los patrones de desarzalo, un
Profundo cambio estructural para poner
Todos los recursos del pais en funcién de
entrar en las raglas de juego del Occiden-
te mundializado plegéndonos a las cond
clones que se nos imponen. Si todo debe
fen funcién do la privatizacién de la
economia y de la reconvarsién empresa-
tial, oso significa que hay que ustraer la
‘mayor cantidad posible de los recursos
Que antes se destinaban a los servicios
Populares y que hay que eliminar las tra-
bbas a las ganancias y los controles al
mercado. El efecto de esta politica es que
8 parti dal afio 79 s0 dorrumba el poder
adqusitivo de las clases populares. Y
avanza la pobreza estructural. Respecto
de los pobladores de fos barrios signtica
que disminuyen drésticamente los puos-
10s de trabajo, casi se quedan sin agua,
sin salud sin educacién, la vialidad es un
desastra, y ala vez todo lo que tienen que
‘comprar Sube por las nubes. ElEstado se
uolve autoritario, aumenta la represién yDPE NH A 27
desaparece la seguridad. Nadie puede
sofar en salir del barrio ni en entrar on el
mundo publicitado. La violencia es el re
sutado de la conjuncién de una disminu-
cién dréstica de los recursos de os pobla-
dores y un abandono de los servicios del
Estado con laintroyeccién de un ima
tio que pone el valor de fa persona en el
consumo y la lucha de la competencia
‘como el camino para llegar a él. El bom-
bardeotelevisivoy publicitario encandilay
desvaloriza, y nohay esperanzade alcan-
zar ol paraiso que entra por todos los
medios masivos.
1.5. La droga es ya una causa estruc-
tural y ondémica de la violencia on los
barrios. Es claro que el consumo de dro-
{gas es efecto de todo lo anterior, ya que
‘es un modo ospireo de dar salida a ten-
siones insuttibles, de lograr alguna expe-
rienciaintonsa y si es posible gratiicante,
de estar en algo, cuando uno no es nadie,
esté de sobra y hostiizado y no puede
pensarrazonablemente enun futuro. Pero
no s@ puede sostener que la droga os
efecto necesario de las causas susodi-
chas. La droga entré en los barrios desde
fuera de ellos. Antes de que metieran la
droga en los barrios todos los problemas
‘acumulados se procasaban o descarga-
ban demodos a veces violentos, peroque
‘en comparacién con la violencia actual,
parecen hasta inocuos @ inocentes. La
droga es la causa préxima de casi toda la
violencia actual. Sino hubiera droga, se-
guifla la violencia, pero en una medida
muchisimo menor y més proporcionada,
previsible y procesable. Si no hubiera
droga, la actuacion de la policta seria més
trasparente; y no habria modo de finan-
ciar nila tenencia de armas ni modos de
Vida absolutamente arti
Ladroga es hoy por hoy la causa préxi-
ma mas importante de la violencia en los
barrios, en eldoble sentido de que asaltan
consumidores paraobtenot recursos para