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PAUL HINDEMITH ARMONIA TRADICIONAL Primera Parte Hercicios de Armonia para cursos superiores PREFACIO La Armonia, nuestra vieja amiga, considerada antafio como el método indispensable ¢ inmejorable de ensefianza, ha tenido que descender del pedestal sobre el cual e: respeto general la habia colocado, La culpa no es tanto de la actitud de aquellos estudiantes que sdlo consideraron su estudio como un mal necesario, Mas bien se debe a Ia conviccién creciente de ciertos profesores de que si bien uno debe seguir las reglas de la armonia por mero respeto a 1a tradicién, conviene sin embargo independizarse de ellas si se tiene In intencién de emprender tareas creadoras y aun teorias de orden superior, para seguir con seguridad nuestro camino. La practica musical se ha encaminado por sendas por Jas que la ensefianza de Ja armonia no la ha podido seguir. Principios constructivos. que abarcan solamente una pequefia fraecién de las posibilidades del material arménico; limitacién con respecto al estilo; dependencia excesiva de la notacién; fundamentos actisticos insuficientes: he aqui las razones que motivaron el atraso del estudio de la armonia en Ja carrera entablada entre la practica musical y la ensefanza tedriea. He escrito extensamente sobre ese ema, En el “Arte de Ja Composicién Musical” dediqué centenares de paginas a Ja critica de la teoria convencional de la armonia y a sugerencias para su mejoramiento, de modo que puedo ahorrarme aqui una discusion extensa sobre este tema. A pesar de la evidente pérdida de prestigio que ha sufrido Ia ensefianza tradicional de la armonia, debemos considerarla aun como la rama més importante de Ja ensefanza teérica, por lo menos hasta que no haya sido reemplazada por cuslquier nuevo sit tema: sistema generalmente reconocido, universalmente adoptado, mas amplio y mejor en todo sentido. Y aun después de la introduc- cién de tal sistema, la armonia conservard un alto puesto como método histérico que tuvu gran importancia en otro tiempo; y aunque ya no forme parte del programa de estudios del atormen- tado alumno de violin o de piano, sera de la mayor importancia en Ja educacién de los futuros profesores de teoria y de historia musical. En ambas situaciones: la actual, en la que la fe en el poder magico de las antiguas reglas de la armonia esta desapareciendo rapidamente, y la futura, en las que tales reglas tendidn interés solamente para el estudiante que analiza y que dirige su mirada hacia el pasado, dificilmente sentira alguien un gran deseo de emplear més tiempo que el absolutamente necesario en la adqui- sieién de los conocimientos arménicos. Por lo tanto et principio fundamental para Ja instruccién en este campo debe ser el siguien- te: dar al estudiante el matcrial que neccsita en forma condensada y eubrayaudo constantemente sobre la base puramente historica el valor préctico sélo relative del estudio de la armonia, para luego tratar de ponerlo en contacto con métodos mas avanzados. La ensehanza debe ser rapida, lo que no significa que deba ser descuidada. Brevedad y prolijidad pueden combinarse muy bien si se omite mencionar lo inseguro, lo excepcional y lo que esta basado en consideraciones puramente estilisticas y personales. Afor- tunadamente la situacién no es tal como pretenden hacernos creer muchos libros de texto que presentan a la armonia como una cien- cia profunda y dificil, casi como un arte secreto. Por lo contrario, la armonia es un arte sencillo, hasado cn unas pocas reglas empi- rieas derivadas de hechos histéricos y actisticos, reglas faciles de aprender y aplicar si no se las envuclye con una nube de ampu- losidades seudo-cientifieas. Puede, por lo tanto, ser presentada al alumno sin dificultad alguna, en forma sencilla y concentrads. En mi opinion, el hecho de que « pesar de Ia necesidad de una instruccién clara y breve sigan apareciendo grandes y gruesos manuales de armonia que encuentran lectores, no es de ninguna manera un signo de continua extension y perfeccionamiento del método. Como sistema tedrico y como método pedagdgico, monia ha sido explorada y perfeceionada eu todos sus vericuetos y escondrijos; su material ha sido examinado, desmenuzado y reor- denado cenienares de veces y, con Ia mejor voluntad de! mundu, ya no se descubriran camines que no hayan sido hollados. Me pa- rece mas bien que la mayoria de los misicos trata de aquictar remordimicntos cuando sigue leyendo y esiudiando las intermina- bles reagrupaciones y reediciones de ins viejas verdades. Nadie esta realmente satisfecho con lo que aprendio tiempo ha durante su estudio de la armonia Por anu parte el material le fué presentado en forma voco atrayente; por otra, iodax las demas actividades le parecian mis interesantes que cl estudio tedrico que, por lo gene- ral, tiene una intluencia tan lamentablemente pequefia sobre las realizaciones musicales practicas que deben ser aprendidas en 106 primeros anos. Es asi como mas iarde se compra el iitimo libro de armonia, tal como se habian comprade otros antes de él, para recuperar al fin lo perdido (generalmente la intencién es el fin de la empresa), descubriendo, quizi en Ultima instancia, algunos de los seeretos cuya presencia sospecha mie © menos todo musica por detras el velo de Ja teoria musica!, Es come si tan sdlo bastara are descorrer este obscuro velo para poder conteniplar el misterio del espiritu creador. Pero no importa cuantos libros de armon‘a une Jea; no traen nuevas revelaciones: y aun las mentes mas poderosas fracasarin al hacerlas si-por casualidad cmprenden la redaceién de un nuevo texto de armonia. Por qué entonces este nuevo intento, sien base a lo dicho seré tan imutil y de tan poco provecho como todos los demas? La respuesta a esta pregunta es que doy este paso atras consciente- mente, dandome cuenta cabal de su relativa importancia. Su fina lidad no es proveer una base tradicional a Jos principios expuestos en el “Arte de la Composicién Musical” (lo que no es necesario, puesto que para el lector inteligente Ia tradicién esta presente ‘en todas-las paginas de esa obra, sino facilitar eb rapido aprendizaje mencionado mas arriba, y este de la manera menos escolastica po- sible a fin de que se sienta continuamente una estrecha relacion con la misica viva. Es cierto que atin en este libro hay suficientes reglas, pero se las ha reducido a un minimo posible, mientras que por otra parte se ha dedicado especial ‘cuidado « proporcionar material para trabajos practicos. Trozos de mtisica de todas expe cies y estilos (en la medida en que un estilo puede estar repre sentado por el empleo por un conjunto especial de material arn nico) han sido provistos en gran cantidad, de modo que si un estudiante recorre, a fuerza de trabajo, este conjunto de problema: de todo tipo sin que se le imponga cl aprendizaje de demasiadas reglas, es muy probable que Iegue a un conocimiente mis pro fundo y concienzudo del trabajo arménico que después de haber esearbado muchos pesados, profundos y doctos tratados de armo nia. No se requiere del estudiante ninguna clase de talento par la composicién. Al limitarse estrictamente al procedimiento téenic de enlace de armonias, este libro hace posible que cualquier mi- sico 0 aficionado a la musica, desprovisio de la menor idea crea- dora, domine los ejercicios que proporeiona. Fsta dentro de la naturaleza de ta materia que atin el plan di ensefianza mas condensado debe seguir aproximadamente el de- arrolle histérico de la composicién musical, tal como se manifiests en la composicién libre, independiente de las roylas de los Tibros de texto. Esto es cierto a lo menos hasta este punto: que Jos ejercieios que emplean material arménico sencillo corresponden a una epoca mas primitiva de la técnica de la composiciou, mientras que a me- la que el estudiante domine mas acordes, progresiones y ycla- ciones tonales, se va acercando mas estrechameate a la préction de las diltimas décadas. Pero dado que nuestros ejercicios no sirven 2 fines histéricos ni estilisticos, esta correspondex cia muy esquematica con la evolucién de la umisics desde 1600

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