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ELESPIRITU SANTO COMO FUERZA MOVILIZADORA DE LOS PROFETAS Escuela Biblica 22. de mayo I. LAFUERZA DEL ESPIRITU MUEVE A LOS PROFETAS Por medio de este tema, del Espiritu Santo como fuerza movilizadora de los Profetas, queremos presentar de modo general también al Profeta Isaias, quien movido por el Espiritu Santo actto en un momento preciso de la Historia del pueblo de Israel Isafas es ubicado en tiempo de Ozias, Jotin, Ajaz y Ezequias, Reyes de Juda. Ellos actian con de manera equivocada, segin su propio parecer, traicionando el deseo de Dios. El profeta, en esta situacién actiia denunciando la injusticia (de esta parte nos hablaran en la exposicién el grupo que escogié el tema). Sin embargo, sabemos que la denuncia no es lo nico que hace el profeta. El también propone un camino de restauracién, Desde la Pneumatologia que nos presenta Isafas y Gilatas, vamos a descubrir cémo la accién del Espiritu Santo se realiza en la historia. Primer momento, cémo la fuerza del Espiritu moviliza a los profetas, en este caso a Isafas. Isafas, como vimos anteriormente, fue un profeta que se formé en torno a la cultura religiosa y politica de Judi, vivid en Jerusalén y sirvié como profeta del Templo y consejero del Rey. Este tipo de educacién lo marcé en su predicacién y en la manera cémo va a comunicar el mensaje, es mas en as opciones que defiende y en los caminos que propone para vivir la justicia que viene de Dios. Gran parte de su predicacién se basaba en la eleccién de Jerusalén y la dinastia davidica como medios que Dios tiene para liberar-salvar a su pueblo. Es decir, su experiencia esté marcada totalmente por este ideal que ha conocido en torno al Templo. Recordemos que el Templo significaba que Dios estaba presente con todo su poder y gloria en medio del pueblo. De esta presencia estaba convencido Isafas, tanto asi que en el Templo se da su llamado. Leamos Is. 6, 1.8. (Breve explicacién). Esta fuerza divina que habita en el Templo llena al profeta y lo moviliza a comunicar el mensaje. Mensaje, que como hemos dicho, tiene matices esperanzadores, presenta cursos de accién para corregir el mal. Leamos Is. 11, 1-2. La fuerza del Espiritu mueve a los profetas, regala dones y cosecha frutos” Saldré un vdstago del tronco de Jesé, y un retofio de sus raices brotard. Reposard sobre él el espiritu de YHWH. Este texto nos habla de la legada de un Rey Mesias, un tiempo ideal en que como dice el texto, renacerd un vastago, saldré un renuevo. Recordemos que Ezequfas, a quien anuncia Isafas fue un rey bueno, sin embargo, el profeta anticipa que no ser4 un monarca perfecto. Por eso aparece esta elaboracién del reinado ideal fundamentado en la paz, que establece la justicia y la equidad y que logra una armonfa con toda la creacién. 2Re 20, 1-25 21,16. Este reinado ideal esta conducido por el Espiritu Santo, quien actua primero en el profeta, quien debe estar leno del Espiritu para poder transmitir con parresia el mensaje que Dios le ha comunicado. E1 Espiritu Santo orienta a la persona de una manera nueva, hace que se cumpla en el hombre la obra de YHWH. Esa fuerza hace que el hombre esté en comunién con Dios, con el projimo y con la creacién no viviendo para si, sino revestido del Espiritu Santo, Recordemos dos hechos. 1. Dios se hace proximo en el desierto, cuando toma posesién de la Tienda del Encuentro. “La Nube cubrié entonces la Tienda del Encuentro y la gloria de Yahveh llen6 la Morada” (Ex. 40,34.). 2. También cuando toma posesién del Templo en la tierra prometida. “La nube lend la Casa de Yahveh. La gloria de Yahveh llenaba la Casa de Yahveh” (1Re. 8, 10-11). ‘Ahora, el profeta nos dice que en el Mesias “reposard sobre él el espiritu de YHWH’, este acontecimiento se hace historia en Jestis, ya que en la encarnacién el Espiritu se presencia sobre ‘Marfa, la encarnacién habla de cémo acta la fuerza el Espiritu Santo: «El Espiritu Santo vendré sobre ti y el poder del Altisimo te cubriré con su sombra” (Le. 1,35). Hay ahora un cambio radical, el Espiritu Santo presente en el hombre. Esto se podria definir como la inhabitacién del Espiritu Santo, la cual no lleva a una absorcién de la vida en Dios, sino a una mayor realizacién de la vida del hombre, pero en Dios. Siendo cada uno quien es, pero abierto a la accién de Dios. Es decir, que el Espiritu Santo no disminuye en lo minimo nuestra humanidad, sino que busca planificarla con su fuerza movilizadora. El Espiritu reposard sobre el Mesias. Esti de manera permanente, es decir que una vez se recibe siempre permanece. Para nosotros como cristianos es el Bautismo y la Confirmacién los momentos sacramentales que nos recuerdan esta accidn de Dios en nuestra vida. El Espiritu Santo es el don-regalo de Dios, y el Espiritu Santo no viene sin sus dones. Dones queel hombre no podria generarlos por si solos. Son producto de la divinidad. Estos dones actuan en el hombre capacitindolo segiin el querer de Dios. El Espiritu Santo actita en su morada, es decir en cada uno de nosotros y nos hace emprender el camino hacia el Padre. Il. LOS DONES DEL ESP{RITU SANTO. Segundo momento, los dones que da Dios como caminos para restaurar la justicia y el derecho. Is. 11, ab-3a Espiritu de sabiduria e inteligencia, espiritu de consejo y fortaleza, espiritu de ciencia y temor de YHWH. Y le inspirard en el temor de YHWH (este segundo temor de Dios es entendido como “Piedad El gran don es el Espiritu Santo, de este gran don provienen los demas dones. Los dones, como regalos de Dios, crean el ambiente divino que se necesita para que se desarrollen la plenitud que Dios quiere. Estos dones tienen cada uno, una fuerza particular: Sabiduria: El primero de los dones es la sabiduria, la cual es luz que se recibe de lo alto: es una participacién en ese conocimiento que es propio de Dios. Lemos en la Sagrada Escritura:"Supliqué, se me concedié la prudencia; invoqué, y vino a mi el espiritu de sabiduria, La preferi a cetros y tronos, y, en su comparacién, tuve en nada la riqueza! (Sb 7, 7-8). Esta sabiduria superior es la raiz de un conocimiento nuevo, un conocimiento impregnado por el amor, gracias al cual se adquiere familiaridad, por asi decirlo, con Dios mismo. Recordemos, por ejemplo, la experiencia del discipulado en el cuarto evangelio donde es el discfpulo amado el que es capaz de entrar en intimidad con el Padre y conocer, pero no para saber solamente, sino para vivir mejor. Inteligencia: La palabra "inteligencia” significa "leer dentro", penetrar, comprender a fondo. ‘Medianteeste don el Espiritu Santo, que “escruta las profundidades de Dios' (1 Co 2,10), comunica al creyente una chispa de esa capacidad penetrante que le abre el corazén a la percepcién del designio amoroso de Dios. Se renueva entonces la experiencia de los discipulos de Emais, los cuales, tras haber reconocido al Resucitado en la fraccién del pan, se decian uno a otro; "No ardia nuestro corazén mientras hablaba con nosotros en el camino, explicandonos las Escrituras? (Lc 24, 32). Maria también tiene esta experiencia, ella a la luz del Espiritu supo escrutar sin cansarse el sentido profundo de los misterios realizados en Ella (cf. Le 2, 19 y 51). La contemplacién de las maravillas de Dios sera también en nosotros fuente de alegria inagotable: "Proclama mi alma la grandeza del Seitor, se alegra mi espiritu en Dios mi Salvador" (Le 1, 46 s.). Consejo: Se da al cristiano para iluminar la conciencia en las opciones morales que la vida diaria le impone. Una necesidad que se siente mucho en nuestro tiempo, turbado por no pocos motivos de s y por una incertidumbre difundida acerca de los verdaderos valores, es la que se denomina “reconstruccién de las conciencias’. Es decir, se advierte la necesidad de discernir algunos pensamientos destructivos que facilmente, movidos por las pasiones e impulsos y que pueden derivar en actos negativos, en la violencia, por ejemplo. Debemos empefiarnos en restaurar la ética, ante lo cual, d Espiritu de Dios sale al encuentro mediante el don de consejo, con el cual enriquece y perfecciona la virtud de la prudencia y nos guia desde dentro, nos ilumina sobre lo que debe hacer, especialmente cuando se trata de opciones importantes. Fortaleza: En nuestro tiempo muchos exaltan la fuerza fisica, Hegando incluso a aprobar las manifestaciones extremas de la violencia. En realidad, el hombre cada dia experimenta la propia debilidad, especialmente en el campo espiritual y moral, cediendo a los impulsos de las pasiones internas y a las presiones que sobre él ejerce el ambiente circundante. Precisamente para resistir es necesaria la virtud de la fortaleza. La fortaleza es la virtud de quien no se aviene a componendas en el cumplimiento del propio deber. Cuando experimentamos, como Jestis en Getsemani, "la debilidad de la carne" (cf. Mt 26, 413 Mc 14, 38), ¢s decir, de la naturaleza humana sometidaa las enfermedades fisicas y psiquicas, tenemos que invocar del Espiritu Santo el don de la fortaleza para permanecer firmes y decididos en el camino del bien. Entonces podremos repetir con San Pablo: "Me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte’ (2 Co 12, 10) Ciencia: graciasa este don se nos da a conocer el verdadero valor de las criaturas en su relacién con el Creador. Sabemos que el hombre de hoy, gracias al desarrollo de las ciencias, tiene muchos caminos para ayudar a los dems, pero esta expuesto particularmente a la tentacién de dar una interpretacién naturalista del mundo, reducida a la manipulacién, a la produccién, al mercado; desvalorizando la multiforme riqueza de las cosas, de su complejidad, la variedad y belleza. Cuando nos centramos en la biisqueda de las riquezas, del placer y del poder materializamos la belleza de la vida. Estos son losidolos principales, ante los que el mundo se somete a menudo. Para resistir esa tentacién sutil y para remediar las consecuencias nefastas a las que puede llevar he aqui que el Espiritu Santo nos ayuda con el don de cien: Temor de Dios: La Sagrada Escritura afirma que "Principio del saber, es el temor de Yahveh’ (Sal 110/111, 10; Pr 1, 7). Pero de que temor se trata? No ciertamente de ese «miedo de Dios» que impulsa a evitar pensar o acordarse de El. Aqui se trata de algo mucho més noble es el sentimiento sincero que el hombre experimenta frente a la tremenda grandeza de Dios. Piedad: Mediante este don, el Espiritu sana nuestro corazén de todo tipo de dureza y lo abre a la ternura para con Dios y para con los hermanos. La ternura, como actitud sinceramente filial para con Dios, se expresa en la oracién. La experiencia de la propia pobreza existencial, del vacié que las cosas terrenas dejan en el alma, suscita en el hombre la necesidad de recurrir a Dios para obtener gracia, ayuda y perdén. El don de la piedad orienta y alimenta dicha exigencia, enriqueciéndola con sentimientos deprofunda confianza para con Dios, experimentado como Padre providente ybueno. La ternura, como apertura auténticamente fraterna hacia el projimo, se manifiesta en la mansedumbre. Con el don de la piedad el Espiritu infunde en el creyente una nueva capacidad de amor hacia los hermanos, haciendo su Corazén de alguna manera participe de la misma mansedumbre del Corazén de Cristo. El don de la piedad, ademas, extingue en el corazén aquellos focos de tensién y de division como son la amargura, la célera, la impaciencia, y lo alimenta con sentimientos de comprensién, de tolerancia, de perdén. Dicho don esti, por tanto, en la raiz de aquella nueva comunidad humana, que se fundamenta en la civilizacién del amor. Ill. LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO. Los dones hacen parte de la fuerza del Espiritu que se hace presencia en nosotros, pero esta experiencia vital no se queda ahi. En este tercer momento, queremos reflexionar sobre la respuesta del hombre a través de los frutos. El don anida en el corazén y hace que el hombre actie de otra manera, Los frutos nacen cuando el hombre corresponde décilmente a la mocién del Espiritu Santo, entendiéndose mocién como ese instinto divino, que nos mueve a hacer el bien. El resultado de tal docilidad al actuar de Dios genera actos humanos nuevos, que se pueden comparar con los frutos sanos de un Arbol, o también como lo expresa el profeta con la metafora de la armonia de los seres vivos. Is 11, 3b-9 No jucgaré por las apariencias, ni sentenciaré de oidas. Juzgard con justicia a los débiles, y sentenciard con rectitud a los pobres de la tierra, Herird al hombre cruel con la vara de su boca, con el soplo de sus labios matart al malvado. Justicia serd el cemidor de su cintura, verdad el cinturén de sus flancos. Serdin vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echaré con el cabrito, el novillo y el cachorro pacerdn juntos, y un nifto pequento los conduciré. La vaca y la osa pacerén, juntas acostarén sus crias, el leén, como los bueyes, comerd paja. Hurgard el nifto de pecho en el agujero del dspid, y en la hura de la vibora el recién destetado meterd la mano. Nadie haré dafio, nadie hard mal en todo mi santo Monte, porque la tierra estard llena de conocimiento de Yahveh, como cubren las aguas el mar. Estos actos humanos los presenta también Mateo en las bienaventuranzas, y Gélatas nos habla de estas acciones como los frutos del Espiritu Santo, pero en realidad significan lo mismo. Son sencillamente los actos que proceden de los dones. Se distinguen de los dones, como los frutos se distinguen de las ramas. Los frutos son la vida del cristiano movido por los dones. Esto tiene su iiltimo cumplimento en la accién plena, las bienaventuranzas (Mt. 5). Las cuales son el punto definitivo de toda vida cristiana. Bienaventurados: ya no son las virtudes que vienen de lo alto, son los actos mismos que proceden de la accién del Espiritu como don y de los dones que El comunica. La bienaventuranza es la recompensa terrena y celeste. Dichosos los que acttian. Acciones. Acciones. Acciones. ‘Amor: se trata de una actitud sincera que busca el bienestar del projimo por encima de los intereses personales. La palabra Agape, que es el amor que viene de Dios, a diferencia de otras que también son traducidas como amor es una atributo comunicable de Dios por lo tanto es una caracteristica que nos hace esencialmente participantes de la naturaleza divina, es decir hijos de Dios, capaces de amar como Dios ama. 2. Alegria: también es traducido como “Gozo”, que més que un sentimiento es una actitud de confianza suprema y alegria, consecuencia de la fidelidad de Dios y su benevolencia. La certeza de saber que Dios sigue alli en medio de cualquier adversidad, y de que sin importar las circunstancias siempre tiene suficientes motivos para estar agradecido y mantenerse gozoso. Paz: es una cualidad que tampoco esta sujeta a las circunstancias, es una paz diferente a la que da el mundo, tal como dijo Jestis: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazén, ni tenga miedo” (Juan 14,27). Esta paz toca todas las realidades de la persona, es un estado de plenitud, de saciedad completa. Solamente est en paz quien no carece denada. Tampoco puede estar en paz quien pasa hambre, quien es marginado, quien no conoce a Dios. 4. Paciencia: implica la capacidad de suftir circunstancias adversas esperando con tranquilidad, de una manera voluntaria, y no por mera necesidad, sin murmurar ni quejarse, sino con plena confianza de que Dios est obrando en medio de las circunstancias, y de que él sabe lo que esta haciendo y lo que es mejor para cada uno de sus hijos segtin su propésito. La paciencia que da el Espiritu Santo se basa precisamente en mantener la confianza de saber que todo nos ayuda a bien. 5. Afabilidad: también es entendida como “Benignidad”. Viene a ser la capacidad de ser misericordioso, ain con aquellos que han cometido alguna falta en nuestra contra. Vivir la misericordia es sentir entrafablemente al otro como hermano. Nos invita a ser como el padre misericordioso, quien aprendié a perdonar, incluso a aquellasacciones que podemos considerar como “imperdonables”. 6. Bondad: a bondad es estar siempre en camino. El Papa Francisco dice que Dios nos primerea en el amor, asi nosotros podemos ser, podemos Primerear el amor en el encuentro con nuestros hermanos, podemos dar el primer paso, mostrando esa esencia de bondad que hay en nuestro corazon. 7. Fidelidad: se entiende también como “profesar la Fe”, o “creer” segiin el evangelio de Juan. La fees la disposicién del corazén que se abre al Maestro, no solamente para conocer qué es Dios, sino para implicarse por medio del discipulado, en un camino de realizacién plena. 8. Mansedumbre: es la capacidad que tiene una persona para modelar la ira y sus efectos desordenados en si mismo y en el entorno. Dicho de otra manera es una forma inteligente de evitar todo resentimiento o accién violenta por el comportamiento de otros, 0 por cualquier circunstancia desagradable, dejando de lado la irritabilidad y la venganza, para dar lugar a una actitud més asertiva, y acorde con el momento vivido, en el sermén del monte Jestis habla de que los mansos son bienaventurados, porque ellos recibiran la tierra como heredad (Mateo 5,5). 9. Dominio de si: también traducida como templanza, consiste en la moderacién de los impulsos naturales humanos, logrando un sano equilibrio. Saber moderar y distribuir nuestro tiempo en el fortalecimiento de todas las dimensiones de nuestro ser como humanos, hace que no quedemos reducidos a la obesidad de aquel que se alimenta con un solo tipo de cosas. La templanza es vital para el cumplimiento de objetivos y metas ya que asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los limites de la honestidad, lo cual evita distracciones innecesarias y mejora el desempeiio en todos los sentidos. - Dindmica sobre los frutos Los frutos son las acciones que el Espiritu Santo nos impulsa a hacer, nos lleva a dar frutos en una comunidad, Hagamos la promesa de cosechar un fruto, de tal manera que nuestra experiencia no se quede en palabras, sino que se centre en acciones concretas.

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