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x = Q LEE n el capitulo “Historia del tango” de su libro Evaristo Carrego, Jorge Luis Borges afirma: "Hay una historia del destino del tango, que el cinematégrafo periddicarente divelga el tango segin esa versién sentimen: tal habris nacido en el suburbio, en fos convéntilos (en la Boca del Riachuelo, gene- calmente, por las virtudes fotogréicas de esa zona); el patrciado lo habria rechaza~ do, al principio; hacia |910, adoctrinado por el buen ejemplo de Paris, habria franqueado finalmente sus puertas a ese interesante orilero”. Segin el autor, tanto lo primitives instrumentos de las onquestas (laut violin y, més tarde, bandonedn y piano) como la connotacién sexual de los thulos ("El choclo”, "El fierrazo") refi fa de que la verdadera cuna del tango no fueron los comventillos sino los aceptada én los lujosos salones de Barrio zan la teor lupanares e, incluso, que su danza Norte antes que en los conventilos boquenses. Difusos, contravertidos y polémi- cos los origenes del tango permanecen atin, como dijo Jorge Rivera, envweitos en una suerte de bruma primigenia))Ahora, la cuestin que aqui nos interesa no es cesta, sino la concepcién que piaftea Borges con respecto‘al cine: un medio capaz cde trazarle al tango un pasado y un destino, capaz de asignarle una iconografia so al y topogedfca y, sobre todo, de “divulgar” ~y eventualmente, fjar~ esa imagen en la memoria colectiva. Er-contrapartida, digamos que el tango enriquecis al cine de los afios veinte, treinta y cuarente con un univers0 de tipos, personajes lugares s tuaciones, valores, c6digos de comportamiento y normas de conducta difil de desmontar. Més que adeptarse a la pantalla, el entretejido de ficciones que propuso la letrstca tanguera se continud y retroaliments en ella Tango y cine, entonces, conformaron en armoniosa simbioss el imaginario social portefio de esos aos. Los inicios Los inicios de esta relacién, sin embargo, se remantan 2 los tiempos en que e ango criallo de 1906 (fo- cine era mudo y el tango solo una danza. E) cortometraje i Zz I ci | Fs 4 Fe Es a Sel CINE EN 0S POF CUATRO ( EN LA PRIMERA MITAB TSiere xx) lo Tongs | dor, 1977, 21-40 fi ene ches mevos. satin at dnc ls cats. los interes grababan 190.1980, un Sig de itera, fancionaba dole en verano, Sobre ts oeones habla rerio Ene fondo can ample vemares Homo Saas 1995. Le chen so cote Fo (oH Fer, dado por Eugenio Py para la casa referencia, no asi el film pues, como la mayor parte del ma tend fii nte, ha desaparecido. Al respecto, conjeturs 2 historiador jorge M. Couselo: “Cabe imaginarlo una mera mostracién de cartes y uebradas, con pareja ferenina o acaso masculina, ya que esta era costumbre calle jera en aquelios tiempos del tango frecuentado solo por mujeres de marginada concicién social? Las pruebas con el sonito? imoulsadas por Lepage nos permiten ademés supener aue, al menos. de los 32 titulos que constan en sy catdlogo (todos Ge! periodo 1906-191!) pudo haber otros que remitieran al tango)De hecho, one oma Angel Viloldo y A\fredo Gobbi sarticiparon 292)! es el primer registro cinematograico ‘anguero del que exis 0 argentina del periodo si ios de el fe, lengamos en cuenta que por entonces el tany fo musical su estilo solo se pergefié a comienzos de la década cel con la incorporacisn de dos instrumentos claves: e! bandoneér y 1914, postico propio sino hasta 1916 con "Mi noche triste” (Pascual Conturs) Entretanto. fs fms de ficcién aprovgcharon ambientes y tipos tangueros en fire cidn de las necesidades de la tramé(Tal es el caso de Nobleza gaucha (Emesto Gunche. Eduardo Martinez de la Pera Y Humberto Cai Ss ras de baile en el Armenonvile como metoniin Conirantada con el campo ~amplio. noble, puro y lurminoso— la noche gortefa / tango se presenta en el film como sintesis de alcohol, mujeres y parranda: una vi sién reduccionista que pronto se extiende y convencionaliza Sir embargo, el origen de esa mirada esti en el sajnete teatral (soporte argumertal de varios films del pe- iodo) antes que en el cine, Esto se observa en obras como Resaca, sainete de Al- berto Weisbach llevado al‘tine por Ati Lipizi en 19166 y Lo borrachera del tango, escrito por Bilas Alppi y Carlos Schaefer Galo en 1921 y rodado por Edmo Comi netti en 1928, Segin Nora Mazziotti"[Estos) son textos en los que la mostracién de lugares prohibidos, generalmente nuevos o desconacidos para las audiencas iin se estaba dei- y el pian ‘espectivamente}, La cancién, en ¢ mbio, no logré cristaizar un modelo 1915) que incluye ia del vicio y el libertingje ctacinoS MBA ae Diana PALABING obré como atractivo fundamental. Los cabarets as garconniéres, los burdeles y los lugares de prostitucién mas 0 menos embozada convocaban, por su cardcter de protibidos, de ‘non sanctos’ a amplios publicos’? En 1920 el sainete teatral inaugura la que seré 2 cierra un primer ciclo criolsta y ava u década de ova, la pactica ty yengue” en la veta del lunfa do) e cine -todavia mudo- transpone en imagenes un cosmos maniqueo y cerrado inspirado en el folletin sentimental y en las letras de tango. Muchos films de es periodo —La ceguita de lo avenida Alvear (Julio irigoyen, 1924), La chica de lo ca Florida (José A Ferreyra, 1922) y Mientsas Buenos Aires duerme (Ferreyra, 1924), entre otros-, ademds, dan cuenta de la modemizacién y descriolizacién que sufre la ciudad. Grandes tiendas y paseos céntricos alternan con cafetines y sofsticados po deja paso al barrio camo depositar'o del bien y de as buenas costumbres corwi: tiéndose en un micromundo familar y protector de efectos “pandorias atravesar sus fronteras ~tanto para la mujer (que siempre sale) como para el hom te de todos pues bre (que,a veces entraj~ suele ser inexorablemente, el desencadena los males, > (Desde otra persp in y desarrollo de las grandes c ya, durante esta década bién correspondié a fa rquestas tipicas el tango tuvo ul Cros Gre! on ra nage i Eada Mora en 1930 faanauet“e Cacti 19 Cominett) an Ravisa — i EL CINE EN 005 FOR CUATRO | EN LA PRIMERA MITAD OBL SIG cioales sales contrats agin el dia y films slentes)Los cines mas modestos, e formaban con uf *rio casos, tan ara, Juan Polite, de piano, violin y bar con un instrumento. Enrique Delfino, Francisco C: Roberto Firpo y Francisco Lomuto eran los favoritos. Y pordneos, de peli gentinas, europeas 0 norte para todas, el ritmo de Después de los afios 1924 y 1925 ~re- cuerda el misico e pusieron de con mas de una orquesta, porque eso at jem spafiola, valses y pasodobles. Era la En la tpica esta sete tara de temas histori rigor fue el 2 por 4 iené Cospito~ moda los ci ia casi més que bia (.) una el Paramount jondalla Cataién. D' Arienzo. un mu ira cine Hind no Aleta, af Astral de la lle Corrientes a escuchar a Francisco Pracénico 0 al Select, valle donde tocaba le orquesta de Julio De Caro se convirt ‘en moneda corriente dentro ‘otfPara la noche de estreno de un fm nacional, a actuacién sola aggior- narse con un ndmero extra. A pperidcico El diario que describe el lanzariento de Organito de Ja tarde (Ferreyra, 1925): “Antes de comenzar a exhibicicn la seorita Maria Turguenova, protagonista de ‘a pelicula, canté tun tango titulado “El alma de la calle”, especialmente compues- {0 para la misma:por el sear Rati de los Hoyos, con letra del sefior José Agustin FerreyrasUna de las salin, que luego amerizaron ef acto, acompat a escuchar a Ansel circulo tang. 10 confirma una resefia de! tres orquestas del seforita Turguenova (..)"2_ Ya.a fines de la década se desaté la flebre por el cine sono. ro. Aun sin la tecnologia apropiada. entre 1929 y 1932 ‘os ci- neastas argentinos optaron (como paso intermedi) por musi- Aiea poor calizar con tangos peliculas que originalmente eran mudas. Entre elles: Corazén ante > {0 A Fee. 1931) la key (Nelo Cosiri, 1929), Dios y la Patria (Cosimi, 1930) y Lo cancién del gaucho (Ferreyra. 1930). Esta prictica basada en el grabado de discos de pasta y la poste- rior sincronizacién con la imagen (Vitaphone) llevd, en algunos casos, a "tanguizar” mn al tango. Caso extremo fue el del fim alemén bautizado EW. Emo, 1928) y musica- Seno Pyou Valentina en Bue- films que en nada remit sot Aires, Buenos Aires, Emecé, en Buenos Aires con el titulo de Flor de fango (Spelunk 1994 pag. 261. lizado con tangos. Respecto a lz evidente desconexién entre la imagen y el sonido 461 Diva, sro 905. advierte la resefia del estreno que publicé el diario La Prensa:

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