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La historia en las escuelas argentinas 729 debe adoptarse preferentemente la forma expositiva, y convendra ya usar un buen compendio. Suministrar conocimientos, formar la mente y culti- var las facultades expresivas es el triple objeto que debe tenerse 4 la vista en la escuela primaria y secundaria en la ensefianza de todo ramo de estudio; teniendo siem- pre presente aquel conocido aforismo pedagégico: ‘La medida de la instruccién es lo que el alumno puede re- cibir y no lo que el maestro es capaz de dar.’? Exigir al nifio extensas exposiciones es un error, co- mo lo es igualmente hacer prevalecer la forma catequis- tica tratandose de nifios de 4°, 5° y 6° grado, y de jéve- nes que hayan abandonado ya la escuela primaria, des- pués de realizar los estudios 4 ésta inherentes. A medida que avanzamos, del 4° grado adelante, el maestro ira cada vez mas entregando 4 sus alumnos la responsabilidad de la recitacién. iCuando tuvo Iugar la fundacién de Santa Fe?— iQuién la fund6é?—; Por qué era urgente la fundacién de una Colonia en el Rio de la Plata?—;Cémo se resol- vid este conflicto?—; Qué hizo Garay en 1580?—; Cémo murié Garay?’’ ete., ete.—son preguntas que pueden ha- cerse en los grados medios; pero tratandose de nifios de los grados superiores 6 dirigiéndonos 4 jévenes que po- seen ya abundantes nociones, cuyas facultades mentales tienen mayor desarrollo, y que deben ser capaces de coordinar los conocimientos adquiridos,—las preguntas del maestro serdn cada vez més ampliamente compren- sivas, como por ejemplo: Haganos conocer la accién de Garay como colonizador — Vida y viajes de Cristébal Colén—Desarrollo progresivo de la revolucién de Mayo —Acci6n externa de la revolucién argentina, etc., ete. En una palabra: llegar 4 que los alumnos expongan la leccién, especialmente en el 6° grado, debe ser el ideal del maestro 4 esta altura de la ensefianza. Cuando se noten errores, seran rectificados preferente- mente por los demas alumnos, y, en tiltimo caso, por el maestro. El dialogo, el fuego graneado de preguntas y respues- tas, no debe ser totalmente excluido: ocasionalmente 730 La historia en las escuelas argentinas sera necesario usarlo, y para ello no hay que establecer reglas fijas é inviolables: las cireunstancias mismas lo pedirén, como cuando se trata de problemas, de juicios y de recapitulaciones histéricas. Son convenientes también las interrupciones oportu- nas, para que el disertante no divague 6 se extravie en detalles sin importancia, teniendo en tal caso cuidado el profesor de que no se rompa la unidad de exposicién. 3. Asi como la Geografia debe estudiarse en sus rela- ciones naturales con la historia y las ciencias naturales, —la Historia debe enseftarse en sus naturales é intimas relaciones con la Geografia. En verdad, la historia y la geografia son ciencias ge- melas, que deben siempre ensefarse correlativamente, pues no serfa acertado hacer abstraccién del escenario para fijarnos exclusivamente en los actores. Sin el auxilio de la geograffa no se comprenderfan en toda su importancia y magnitud la expedicién de Bel- grano al Paraguay, el paso de los Andes por San Mar- tin, la cruzada libertadora del general Urquiza, ete. De modo, pues, que no ha de desperdiciarse oportuni- dad, cuando los nifios estudian geograffa, para hacerles conocer la fisonomia de cada regién y los hechos histé- ricos mas notables, relacionando esos hechos al tiempo y lugar en que se realizaron. 4. Punto de partida y eatensién del curso.—Ahora bien: en la escuela infantil, especialmente en los dos pri- meros grados, la geografia no puede ser sino local. Se jmpone, como consecuencia légica, que un programa in- tuitivo de historia argentina, para las escuelas de la ea- pital, debe preferentemente referirse 4 la historia mu- nicipal, como punto de partida, para ir poco 4 poco en- sanchando el escenario, hasta convertirse en historia ar- gentina, y, por tltimo, en historia general. Sin embargo, no debe olvidarse que los nifios aman lo anecdético, la narracién, los cuentos, las leyendas, que hieren fuertemente su imaginacién y dejan impresiones vivas y permanentes en su espiritu,—y 4 ellas es preciso recurrir desde el primer grado superior, para ir desper- tando ideas patriéticas y preparando, por asi decirlo, La historia en las escuelas argentinas 731 los elementos de la historia de su pais. Por eso en 1° gra- do superior y 2° grado, ademas de las lecciones sobre los simbolos nacionales, el maestro dara otras sobre los grandes hombres, por medio de anécdotas, cuentos, le- yendas y narraciones. En el 3er. grado, la historia argentina sera dividida en sus perfodos caracteristicos, agrupando los hechos de cada periodo alrededor de una gran figura que lo domine. En 4° grado, se usara el mismo procedimiento, varian- do sélo la extensién y calidad de los conocimientos. Es claro que en este procedimiento biografico, las biografias no deben ser elegidas al azar sino sistematicamente, de tal modo que resulte un conjunto arménico y articulado, una verdadera obra de coordinacién de los sucesos. En 5° y 6° grados, empieza la relacién cronolégica de la historia patria, estudidndose en este ciclo los motivos y consecuencias de los hechos culminantes. Debe agregarse lo necesario, lo indispensable, de la historia general de la familia humana, para la mejor comprensi6n de la historia propia, 4 fin de conexionar esta ultima con la universal en sus relaciones légicas y naturales, y 4 fin de que los nifios se vayan dando cuenta de la gran obra de solidaridad humana,—y de que su pueblo es sélo uno de tantos factores concurrentes 4 la obra de la civilizacién general. Sin embargo, no nos cansaremos de recomendar que este estudio de la familia humana no debe tener otro ca- racter que el expresado, es decir, que debe ser acciden- tal y comprender una parte minima de los programas de los grados superiores; dejando para el colegio de segun- da ensefianza el estudio mas detenido de la Historia Universal. Convendra, de cuando en cuando, hacer referencia 4 los sucesos importantes que ocurran contempordneamen- te en cualquier parte del mundo. Los diarios y revistas, hoy tan difundidos por todas partes, serén para ello grandes auxiliares. El maestro daré las direcciones y explicaciones necesarias para la mejor seleccién y com- prensién de esos hechos. Los nifios deberan saber y co- mentar ocasionalmente con el maestro, los acontecimien- 732 La historia en las escuelas argentinas tos trascendentales que ocurren 4 diario. Hste conoci- miento es utilfsimo, dado que el nuestro es un pais de inmigracién y esta en relaciones constantes (telegrafi cas, epistolares, comerciales, industriales, cientfficas, li- terarias, artisticas, ete.) con el mundo entero; relaciones exigidas por su situacién geografica, por necesidades imperiosas de su natural evolucién y por las caracteris- ticas de la civilizacién contemporanea. De esta manera acostumbramos al nifio 4 que se ocu- pe con interés y simpatia de lo que ocurre en las demas naciones, 4 observar el proceso evolutivo de las socieda- des contemporaneas.y 4 que se dé cuenta perfecta de que la familia argentina no es sino una parte inte- grante de la gran familia humana. El disefpulo asi dirigido sera capaz, al fin de cada cur- so, de relatar los acontecimientos importantes ocurridos en el afio, dentro y fuera de su propio pais. En la antigiiedad, el aislamiento, el espiritu de riva- lidad, de destruccién y de conquista, caracterizaban la vida de las sociedades. Hoy, los pueblos tienden 4 armonizar su accién y sus intereses, pues comprenden que, aun en el caso de ser geogréficamente antipodas, viven en el mismo hogar, la Tierra, y tienen la misma naturaleza, anhelos iguales é idéntico destino. Las primicias materiales, intelectuales y morales de la civilizacién contemporanea no son exclusivas de un solo pueblo, sino patrimonio de todas las naciones. La civilizacién no es terrufista: es universal. Marconi nos pertenece tanto como 4 Ttalia y al Ja- pon; la suerte del explorador Nordenskjold no nos fué indiferente, ni la de Charcot, y mandamos 4 las lejanas regiones antarticas 4 uno de nuestros buques, tripula- do por marinos argentinos, A buscar 4 los esforzados campeones de la ciencia; el insigne Ntiiez de Arce es hermano de Andrade, y en los ejércitos de Alemania y de todo el mundo civilizado se estudian las campaiias clasicas de San Martin, genialmente relatadas por Mitre. Vapores, telégrafos y cables han anulado las distan- cias; museos, teatros, escuelas y bibliotecas difunden

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