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LA MUJER Y EL MERCADO DE, TRABAJO URBANO. Elizabeth Jelin 2d, edicion estudios cedes INDICE LA MUJER ¥ EL MERCADO DE TRABAJO URBANO © Introduceiin © La produccin doméstica y la particlpacién de fa mujer en Is fucrza de trabajo ‘+ Las mujeres en el meveado de trabajo * Discriminacién y segrogacién semual de las ocupaciones * Un caso especial: Jas mujeres jefas de hogar + Notas finales * Roferenclas bibliogrdficas Pag. Ww a LA MUJER Y EL MERCADO DE TRABAJO URBANO Elizabeth Jelin INTRODUCCION En el curso de In altima década la mayor parte de la discusidix sobre la posiciéu de la mujer en Ja sociedscl ha estado centrada alrededor de le relacién entre la tujer y el desarrollo. Desde la publicacién del libro de Boserup, que pronto se convirtié en una referencia obligada para los studios subre lus mujeres, la atencién de los académices y do la counmidad internacional se ha centrado sobre los efvetos del desarrallo en lt posfetn de Tas mujeres. Las res- pucstas variaron desde un inioial optimismo acerca de los efectos Bencficiosos del desarrotlo en general, que se bésaba en la termi nologia y el enfoque de las teorias de la “modernizacién”, hasta Jos emfoques pesimistas sabre Ios efecins ‘nocivs” de la expansia del capitatiswo, Naturalmente, uo puode darse una Gnica respaesta valida para todo el mundo y' pare todas los momentos. Esto truhaja dolimita ua dzea especifien de interés dentro do este campo geronil, a suber, el tipo de actividad econmica que Jas mujeros desemapesian en las dreas urbanas, especialmente en los sectores populares de lis sociedades capitwlistas subdesarrolladas. Revisa el conaeimfento y los enfogues utilizzdes para trutur el tema, del empleo femenino intentando, al mismo tiempo, fonnnlar algunas preguntis nuevas y ofrécer sngerencias para ln investigacién futura. Para llevar a cabo esta tures, el problema del empleo femeninn es considerado tomando tres dimensiones analiticamente separadas: (a) las condiciones de ta oferta de mano de obrs, derivadas de Ts posicién de la mujer dentro del hogar, vinculada a su vez con le, composicién de Ia ueidad doméstica, le divisién scwual del trabajo ¥ los laz0s entre Ia prodcecitin doméstica y ta. de mercado; (b) las ‘condiciones generale del mercado de trabajo que prevalecen actual- 8 mente en las socieilades capitalistas poriféricas, prineipalmente I oferts relativamente abundante de tralnjo y ts haja capacidad de absorcién de los sectores mis productivas y dinémicos de la eco- nantfa, lo que determing elevadas tasey de deseanpleo y Lajos salarios tanto para as mujeres como para los hombres, la pessistencia y recreacion de emplcoy de bala productividad y la cxistencia de for- mias de organizacién de la produecign que no se basan en el trabajo asalaritdo, (c) politicas especificas, explicitas ¢ implicitas, hacia el empleo femenino, que incluyen précticas discriminatorias y segrega- cin sexual de las ocupaciones. La nacion de “empleo” se reficre habitualmente a Ia realizacién de tareas, yencrulimente remmneridas, cuyo producto se incorpora directamente al cinewity mereautil, es deca, ‘areas vinculsdas com Ia genaracién de bicucs de cambio, En este sentido, para las Sreas ubanas donde cxisto waa separacin fisiea dara entre el lugar de residencia y ef lugar de trabajo, las tareas o actividades desarvolla- dae ec ol Seno det hogar, cuyo producto no se ineoxpora directa mente Tx eieulacién, no son zeconocidlas como “cngles” o como *wabajo", La distincién entre tareas domésticas y uabajo fuera de J cass se encuentra sélidamente arraigada on el onguaje cotidiano, en las estudisticus oficiales y cn kas ciencias sociales, Sin cmbergo, recientes Cineusiones han ismado la atencién sobre el papel del trabajo doméstico en le organizacin capitalista de producciéin, en ante que « través de tareas domésticas realizedas on el interior el hogar se posibilits el mantenimiento cotidian de la fuerza ee trabajo y su reproducciin ioter-gencracional (Seccombe, 1974 y 1975; Cardiner, 1975; Coulson of al., 1973; ese 1978; Harrison, 1973; Himmelweit y Mohen, 1977). $i bien teéricamente pudrian ‘existir organizaciones altemativas a cargo de estas tureas, hasta ahora el hogur privado es Ja finica yne hu asegurado Ta existencia Go una fuerue de trabajo “Bhee"* Cabe imencionar que con la 1 Ona Teiulneda reciente del problems plastea ue Ja seealizariie cem- ples del abajo doméitco requere }¥ sicakzwaga de le reproduccsén do bs antwaduos ‘ses, al ansiuo Lempo, eb capital seouoere ia ‘bbertad do estos undrvsduos cn «] mereude de tiabayo. Supoazumes que o] capt neorpom. Ia reprodueciin de los widisiduce Vivos ba sus eroDias ada ceones de proucauin. St sim mervacias, entonees ellos mutd0s son 9t0- piedad prvada y no pusden fimeaasr come tabaysdows asakinados “h bra’ neceswnus part la praluectn copulate, Sk mi Sam mpereiielas, com Aovees el cuptial no es capital, ya que sxmes Ja dessooneéa dol oad paa li produendu eopitalets, Ik geveeidn de valor, Bx cual excepeiéu de algunas comunidades locales, Iz unidad doméstica privada también constituye Ja organizacién bisica para la repro" uccién y mantenimiento de Ja fuerza de trabajo ca sociedades socialists Fl tema de In relaeidn entre ol trabajo doméstica y el trabnjo faera de Io casa cs especialmente relevante para el nnilisis del emplca femenino porte en la mayoria de kis areas urbanes la divisién det trabajo asume le forma de que los hombres adultos trahajen fora mientras las mujetrs adultas quenan a eargy de Jas tareas deméstieas rlosompefadas en el émbito privade. Por su- puesto, este divisién del tabajo semmal —amnque fie considemda como el ideal normative: durante mucho tiempé— mutica respon dio a la realidad social. En ef easo de los hovabres el ajuste entre norma y realidad ha sido y es considerable —no trahajan solamente los muy jévenes, los muy viejos y los enfermos. En el caso de las majercs, la divergencia es mayor, y més cambiante a lo largo del tiempo: no sélo se modifican las isreas domésticas a cargo de mu- jures, 0 mejor dicho, 12 proporeita y igo de mujeres que tienes a su cargo tareas domésticas, sino que también cambian las condi clones en que las miujeres ~con o sin tareas domésticas~ trabajen con remunerucién fuera de sus hogares. La constderacién explicita del tmbajo doméstico y de In ro- produccién en el marco de la produccién social, tema al que se dedicaré una seccidn de este axticulo, 20 excliye la consideractéa de 1s particigncién de In mnjer en Ta facrza de trabajo segiin Ia definiciém usual de la misma. Las tasas de paxticfpacién, sus varin- ciones y les tipas de tnbajos que tiencn Jas mujeres se encuentran, obyiamente ligados a sus posiciones dentro Gel hogar. Atin mis, ef rol doméstico predominante de las mujeres define también las earac- teristicas de las ocupaciones que tienden a deserroller, Bn cast todas Jas Greas urbanas del munde modem, ef trabaja femenino es eon siderado ccino stbordinado al roi femenine “principal” en el éxnbi- to domiéstion, y esti regide por patrones de diseriminaclin y s0- gregaelin ocupaciomales. Fin conscencncia, si bien la creciente per- Hlespactin en la esfera ptblicn de la produccién social (en vez de qusa de los dos cao pe a caplial produc d tubahdor viva aa aifica cubyectis sus prvins ruetones do. prodnecién” (Hitamelwoit Mohn, 1977. pag. 96). Pode desurrolarse ma acguemento. eontcahictca nilosd oa reatida 2 qus, deat do ua modo do poduectin expicliatay eb estedo se hiviese carga del trabajo damwitien. quedarse sclamenie 2 cargo de las tareas “invisibles” del_mante- nimiento y reproducciin de la fuerza de trsbajo en el dmbite do- méstico}? puede ser una via para el mejoramiento de lay mujeres, para ser significative este aumento en Ts participacién debe ser acampaiiado por cambios ea Tas aportunidades de empleo y en el meccado de trabajo, ¥ &tos, a sa ver, necesarinmente invcluersn una modificacign en la divisiin del trabajo intrasdoméstico. De olsa manera, las cportunidudes de participscién femenina en la fuera: de trabajo continuarén siendo fuertemente segregadas, de naturse eza “secundaria” ¢ itmplicando una doble joruada de trabajo. Por otro lado, el crecimicato cconémico en si mismo no 6s una pauacea que pueda as¢gurar la participacién y ef mejora- mento, ni de las amujores ni de Tos hombres, Jas clevadas tasas de drsempleo, ef ingceso insuficiente y la polnezs son fenéauenvs yource atizados ¢a anichos pafscs subdesarollados, pero cl crecimiento ‘econémico no garantiza que estas condicinues desaparezcan, La e doncia histérica tanto de Ios paises capitalistas centrales como de los periféricns indica que no existen efectos sociales autométicos del exccimiznte cconémice. Fl mejorumienta en a posicién relativa do categorias y clases sociales ha requoride siempre ta arguniza- Gon do Inchas y movirrientos sociales Hgados u condiciones y cambios en su situacién ecooimica y politica en coyunturas bis thricas espeeifieas, Por 1 tanto, na pueden experarse efectos ante miticos del crecimiento econémico sobre Ts, posiciSn de Ts mujer, y ex cousecuencia, I distusiin sobre la participacién femenina eu Ja fuerza de trabajo o sobre su coniribuvibn al crecimiento y al desarrollo no pueden Mevarse a cabo aisladas de los problemas mis globales del crecimiento ecomémico, En este respecto, inter Imento ol desarrelia de patrones de dominacién de Los sectores populares whsaos en las sbciedades capitalistas pesiléricas y ol alto grado de hetwogeneidad estructual de la fuerza de tre ‘hajo, derivade de ta coexisteneia de ciferenies tipos de empleo, ssalariado y no asalariada, vinculados histicieamente con fa dsolue iin de Jos modas de producciin precapitalistes y Ia eonsecuemte En Jor ots Ge lk povieiom Ge Tn uuajer ea ilerentes societains, ol ignificeds de su papel y ce 90 partlepuciéa en hs celoras "ptblioa” “privada” de te vide set ao kan sido explorides en pretordilad, of decir na punto de vita teéricg mi desde saa. pempectiva compuraciva, excepts Ia menelén dsl sishrtento secat en el desempetio de los #xceas emesticas, Jelln, 1ST; Rosalds.y Tamphare, 1943; Largsin y Duman In, 1375, “liberacién’ de trabsjo para diferentes formas de organizaclén pro- ductive®. En Io que hace @ la mujer, esta hetcrogencidad implica Ja coexistencia de diferentes tipos de unidades domésticas, una variedad de insésciones pobles en las mismas y oportunidades diversas en el mercado de trabajo. Si bien el foco del presente anticnlo est puesto en Tas mnje- res de los ‘scetores -popilares uthanos cn lng paises capitalistas peritMricos, alamnos de Tos problemas plantcadas y Tes conelasiones acne Mlegamas pucden aplicarse a atzas formaciones sociales, ¢spe~ cialmente en tanto Jas tutéas de reproduccién y_ mantenimiento cotidiano de Ia fuerza de wrahijo se desempenian por medio del trabajo doméstico. En este aspecto, admis del grado en que se bers mano de obra de los snodos de producciéa pre-capitalistax a medida que éstos se integran y subodinan al eapitalismo, uns Imporiante disensién de variacién entey paises se vineuls con of papel que asume el estado en la provision de algunos servcins sociales, En los paises sovialistzs, ask como en algunos paises de Eurupa Gecidentil, et estado toma a su cargo th provisién de ser- vicios de salud, de educacisn, asi como plancs piblions de vivien da, asignaviones por desempleo y planes jubilatorios. De este modo, fa unidad doméstion queda ‘tberda de parte de la carga finane icra y de trabajo en celacién sl mantenimiento de sus miembros. En los paises menos desarrallades dichos servicios piiblioos son eacasos y el acceso a los mismas es emy restringidos por ella, me- canismos alternatives hasudos en estractoras informales hogarefias y de pirenteco resultan cxtremadamente importantes. LA FRODUCCION DOMESTICA ¥ L.A PARTICIPACION DE L4 MUJER EN LA FUERZA DE TRABAJO Ei estadio de los determinantes de las tases de participactén femenina en li fuerze de trbajo no es un tema mevo, Una seric do regnlaridades han sido estabtoeidas en diversos pafses: las tasas varian con la edad, con eb estado civil, con kt edvescién, con la resideneia rural/arbara. En algunas easus se haw establecile elec- tos esperifins de dimensiones sociales, culturales @ exinictural determiradas, Por efemplo, las bajas tasas de particfpactin ferme FBuser, 1977, ebboa te asianén ensente eae bh produectin de una fucrat de tabyjo pars el capiaisna y la reproducada de Le fue de fealaje dentro def explalivns ma co los paises musulmines derivan del patron cultucal de la reclusién (Youssef, 1974); y las tasas de participacién en las dreas rrurales varian scgin el patrin de tencacia de la tierra ptedomi- nante (Boserup, 1970, Durand, 1975; Standing y Shechan, 1978}. Fn cuanto a las variaciones por edad, los datos interscions’es than side subsumidos en cuatro curvas bisicas que expresan dife- rentes formas de asociacidn entre Ia participacién on Ja fora de trabajo y los estadios en el ciclo vital (Durand, 1975). Finalmente, los efectos del estado civil y la cducacién sobre Ja particfpacién femenina son casi siempre en Ia misma direccién. Fxlste un claro sramento en la participacién en Ia fuerza de trabajo con el aumento 3 Ia educavién, coa la excepeién cumiin de un descenso eu Ta taxa, entre las mujeres que no tienen ninguna educacién formal y las ne tienen alguna, Jo qe indica que on el nivel més bajo —nin- gina efcolaridad— la necesidad de trabajar puede ser ertemada- mente alla. Por otro lado, en todas partes, las mujeres casadas ‘trabajan en menor roporcién auc las solteras, las divoreiadas y las vindas, Entre las mujeres eusudas, las que tienen hijus participan menos habitualmente que las que’ no tienen hijos pequefios en ef hogar (Standing, 1978; Standing y Sheehan, 1975; Yonssef, 1974). St bien estas comparactones internacionales son importantes como una primera apreximacin y a un nivel mey agrogado, pre- sentan problemas importantes debido a las deficicneias habituales 0 In comparabllidad de Ios datos y cspectalmente a lag diversas definiciones sociales sobre To que eomstituye “trabajo” o “actividad econémica”‘. En meas genezales, entonces, los datos disponibles indican que por el Jada de lz oferta de fuerza de trabajo lx dispo- ubilidad de mujeres para tubajar fuera del hogar se telaciona con sus Tesponsabilidades dentro del hogar (medidas por la edad y el estado eivil) y por sa potencial de percepcién do ingresos (me- Sido por Ta edecacién). La relaci6n entre el estado civil y las tasas de patticipacién Un reciente estudio realizido en Kenya, por ejemplo, mmestra que “sgn 52 useran les polabyos ‘empleo’ o ‘trabajo’ en las preguntas, ressltsban Yaaay de pucticdpacica ea Ta focim de trabsjo sauy diferentes Ea este fnvestigacién el uso del término empleo ocasicnaba ma sutestimacion de 1a particfyacton femening porgue Fecventemen'e el trabajo facifar no romizmrado ro se contiderah coma wm empleo. Por otro lade, o] utllzat a palabra trabejo ocasicnaba una sobreetimactén de Ja pusticiguciin fe- rmenira_porque con frecnoacia el tabsjo Zoméstion © corwideraba, come teatajo” (Anker y Knowles, 1978, pag. 189). aparece como obvia_y sv da por supucsta en. buena parte de fa Meratura como si forse “natural”, sin requerir mayor anilisis 0 explicacion, Esta actitud frenle a los datos se basa en el predomir nig de una definicién social del rol de Ta mujer que fa ubica en primer término dentio del hogar y sélo de maneta secundaria en a estora piblica. Actualoenic, sin embargo, esta relacién no do ‘bier darse por supuesta de ananers acrice y debiewan exptoratse ex profundidad Jas variaciones en el grado de asociasién y Jas bases hhistiricas y estructurales de la missaa. En primer lugar, ef rol del trabajo donustico en relacién 2 la ‘producciém social requieze mayor atezeién. A nivel tedrico, adesas do las discusiones centradas en la producciém doméstica en Ses for macioncs pre-capitaistas (Meillassoux, 1977), se han zegistrado importantes avances cn la discusién del rol del trahajo doméstico en cl modo do produccida capitaliste, ET debate sobre cl tema sigue abierto,* pero Io que esti fuers de discusién es que, on Ta actuas Tidad. € trabajo doméstieo juega um papel vital en cl mantenimiento y Ib reproduceién de la fuerza de trabajo y por Jo tanto debe ser tomado en cuenta cuando se anakiza ) eenjunte tetal de la pro eucciéa social *. En segundo Ingar, Ja importancia del trehajo doméstioe no Ene Tor tomas on disevaiGn be inclayen loc Galutay coke at ol thao doméstion prodnce mercanotaa {fer de tinbuja): st puede ser enpride- ado wa “mote de producciin” Ceumgue ayboidineda}; ai sanicamente Uchioes ser considerido“rakajo predvetivo” 0 “hala no productiva”s Nix indpessible denira Sel eapitatiame @ porhian emlir orgacizaciones AMvewratioas, Em la uayoria de sing discesioncs be familia y ol. aanbite doutsiicn som enlocuion dade $y pecspectiva de sa “hincowslided” para ef cupitalisme, Ux usfoque alleralivo, 1 uue Le fame #2 coaslde yada mo un reeaso de Ia ese teabsfodsra en at Inch contra ©) om pital. e2 doswrrollie por Humphsis, 1077. El anshais del tem vera ver Siatingve do reanera Gxpleite el zel ae Te nied daméatien en el mame tenimiento cotidiana de In Foren ae trabajo y su rol om fy eepredincesin (Deere, Hemphsies y Leal, 2978). Lax eaudicicues esttuclucsles para el devempesy de wnbas tureas pueden ‘no ser las masise, feoiendo com sequeneise diferentes pas pocibles organizecioncs ltaruatvas, “EL trabajo doméstico es ua provera dable: ex a la vex ol madie de uanteaimicato y repreduccién del uabaadyr y ©] medio por el cat mee dante Ie aciquilacion (via conmme) de ke cose amprscindibles para vivir, el wabikdor es contiuaament: iberado’ gars reaparcoer en el met fade’ de trabajo, Ask no slo se reynodicen los paniciprotes cx Ios peo ceios de trabajo, captalista ¥ domésticy sia también kus respectivas 4+ Jholones de produccién” (Himamehvsit y Mobun, 1977, pigs, 98.99). un determing ex sé misma Ja forma en que las tareas se desardllan © Ja divisién intra-hogerefia del trabajo. Mas alld de la limitacién biolégica basada en el hecho de que soa las mujeres quienes dan a Juz, Ia tipificacidn scxual de las tareds domisticas hecho. tan 00- avin en ef mundo usbano actual— requicre una explieacién que tome en cuenta dexarrolos culturales © hist6rieos*. Osea, e] ante lisis de los condicionantes deméstices de ls participacién de le mn- jer en 1a fuerzz de trabajo eva a una distinciém ncoesarix entre, ‘por un Indo, la relacion estructural cnlre tarbajo doméstieo y pro duceién social, y por el otto, Jos deturmiinantes histériees y cubturales de la divisiéa sexual del trabajo, que Teva a que In mujer sea responsable del trahajo deméstica, EL reconoeimiento de Ja importaneia dol tribajo doméstico trac a lez Ia necesidad de estudiarlo ea profundidad: zeusles son las tareas bisicas que se deswrollan?, gquién las desurralla?, gsobro qué base se efectia Je. divisiin del trabajo dentro del hoyar?, zesmo Se rolacionan las tareas del manteniméento diario de los miembros que trabajan con las tareas reproductivas y con el euidado de los miembros del hogar que no trahajan? Visto desde este cnfoque, ef trabajo demésticn y las actividades reproductivas estin intimamen- te entrelazadas en una red de fonémenos sociales, econdmivos y politicas. Cuil es Le vinculacién entre In eompasicién do In unidad do- méstica, Ia cantidad y calidad do trabaje daméstien realizadas y Ta oferta de mang de obre? Una primera vision del tert toma come dato lz composicidu de 1a unidad deméstica, do lo cual surge el trabaio domesticy necesario y Ja disponibilidad de miembros para ontrar al mercado de trabajo. Sin embargo, la composiciin de la unidad doméstica tambida puode ser ol resultado de difereates orga- nizaciones y patrones de dlivisién intradoméstica del trabajo. Adi, caubios en Ia demazda de mano de obra o aumentos en Ia nece- sided de trutmjo doméstico pueden satisfacerse acudiendo a ta Sncorporseién de parieates de mayer edad (Jo due puede implicar ‘Esuidios iniériow recieates mostimon que Ia clave sepuecian (que exis te) en Ocdidente eatre las muferes en el hogar puyaco y Jos hombres fon In esfors potion of, basta cierto punto, un producto de ly indusitlae zacléa (Osidey, 18743). Para la doseripelén « intorpretacioney do otras extras no-oecidentales, ~voase Mallasout, 1977; Resersp, £670: Heer, 1976 Meillssaes, 1977 y ornsway, 1974" diecnten ena extromas de segregncioa expacial ests Uabsjo y vesidencia iavahnerando. migre= clones estzcionales. movimiealos migzatorius) 0 wnedianty arreglos residenciales Lasados en Ia familia extensa *, En plazos ids largos, Ia investigacién empi- rica puede mostrar qué cu algunos casos altzs tasis de natalidad estin asociadas con Ia véloracién de las hijas mujeres en su capar cidad para ayudar a sus madres en las actividades domésticas —un paraelo a la explicacién de alta natalidad por el velar ecanémico We les aifios en el mercado ce trabajo. Tal vex podria disedlazse ton indice de “dependeacia hogaseiiz” (similur a Is comocida ‘tasa de dependencia” ulilizada en la investigaciéw demograliea) que permitiese cunntificar et mémero de pessunas que dependen de ‘aquellas quie realizan el trabajo doméstivo. Tal indice probeble- meate so rovelaria como un importante predictor de Ja oferta de fuerza do trabajo ferienina Fin otro plano, las tarcas dosndsticas igadas a la teprodueciém, tales como el ciudsdo de los nifios, y ls vinculadas of snanteni= sniento de los miembros que no trabajan (lus viejos y les enfermos) degenden obviainente del tipo de scrvicins sociales disponibles. Por ejemplo, cl cuidado de los uiiios pequelies es diferente cuando se dispone de guarderfas y otros scrvicios colectivos, y Ia presencia de personas enformas en el hogar tiene um peso diferente en las tareas domésticas si existen sorvicios especllivos de sud que se ccupan de elas Las varkiciones en el trabiajo doméstice tambiém dopendon de la tecnologia de produccisn doméstica predominate agus corrente, clectricidad, antefuctas eléctriens, comides prepa- radas y otras, Desde un punte de viste puramente material, Ia existeneia de Ja produccién y Ia transformacién de biones y servicios para el autc-consumo dentro del hogar —tales como In preperaciéa de Te comida, ef lavado, Ia limpieza, el enidado de Ina personas andiauas ¥ eaferinas y cl de Tes nifios, Ia compostnen y reparicién— impltean 2 Ee aie Walajo se da por mupneio cue en Ey divas uibeanr de [or oo Indes expilalistae sobvleseeiaiadas, ios houacer gon lar unldades £0- Sales bisiers que dasempefan el conlonte de actividades necesarlas para el mantenimesro evtillano do Ta fuera de traihsjo, la reproduecide do Ja goblactén, 1a socializacién de los nuevos miembtos y el cuidado de Jos tniemaros de Ie fomiia que no trabajen. La compesicin prevale- iente de [a walded doméstica, ast comm ta estructura familar y de pax reuleseo pueden sec extemadamente variables. Sin embergo, existen ca sos donde difsreates todes de relaciouey wyolales, no navasastarneate coin cidiendo con Jos hogates, «¢ hacen cargo de diferentes taseas, de mane tenimlento ¥ reproducclin, lavolueraudo u veces desplazamienton y came [ios residenciales en diferentes etapas del cielo de vida (Oppong, 1978). 1 un clara grado de sustitucién do biencs que se obtienen comereial- anente por In produeciéa doméstiea, Muchas bfones y servicios que se producen en el hogar podrian ser comprados. Aundue en él largo plaza puede cvistir una tendencia a la sustituci6n de la producciin Roméstica, ella no os lineal y dificilmente pueda ser total, Més atn, Gado que le produccién doméstica es muy Flexible y puede compar. tars como un mecanismo amortiguader en épocas de crisis _permi- tiendo el snantenimiento de un nivel de vida dado, en el corto plaza Ta tendencia puede invertirse, constituyéndose en un recurso altemative importante en el mantenimionts del nivel de vida de los sectores populates mits desprotegidos (o sea, con ingreso monclarin reducido y sin acceso a servicios pablicos o colectivas). En términos mms estables y de largo plaza, fa familia pucde también actuar vom ‘un mecanismo para incrementar ol nivel de vida de Ta clase traba- jadara (Humphics, 1977; Wacmess, 1978). En un nivel micro, estos termas pueden encarane con el uso de técnicas de _ptesupuesto de tiempo, con las que se estudin la divisién del trabajo dentro del hoger teniendo en cuenta el Gempo astado por sus diferentes miembros en distintos tipos de actividades, ‘para el mercédo, como trabajadores domésticos, a cargo de la crianzt de los nifios y en actividades recrestivas. En este nivel micro, Ia inclusién del trabajo doméstico como una categorla separada ex los modelos econdnricos que explican Ia oferta de tribajo fernenino cons- ‘tituye un significative avance respecto de In tradicién econdmicn seo-clisica (Becker, 1965; Mincer, 1952). La aplicaciin de esos ma- detos 2 Ia descripcin y explicacién de las variaciones inter ¢ tatra clases, asi como a cimbios histéricos y a lis comparaciones éniter- culturales, podria ayudar a nuestra comprensién del problema, Ana- Mticamente la téenica y los surpuestos que la snbyacen presentan difi- cultades, ai no considerar las relaciones sociales en lis ane se desempefia cada una de las tareas y al suponer Ia conmensurahilidad del tiempa dedicado a cada tarca®. 3 Tas erties op cate diroodin som Gocomtes. “La auc de un mer fade pare el tuboio doméstleo no ln disuadido w algunos economists Durgucses (Mincsr, 1962; Bocker, 1965; Gramm. 1975) do aplicar el fetichiena do Ie moneda a [ea nemeramncias, ato so reatint por fempinos tales como ef enesilerar Ia asgmacifin del empo dela espace fenixe el trabajo Gomésticn, ol trahejo awleriad ¥ el cio, ecmn parte del soolinina de la masauracion dy ubdades de una snilad domes Vor,” Comp tole enills’ inserts ex exle marco, este evlaque es su- petfidal poryus uo peneta en las verdaderus selucioney Ge produccisn is En un nivel agregady, estas considerciones implican que los concepios de poblacién econdmicamente activa e inactiva, asf como los de los componentes del producto brato nacional, requieten una revisi6n fundamental ™. "Tal como so esa ahora, existen grandes Giflocliades y ambigtiedades cn Ia medicién de Ia’ actividad econd- mica. Los trebajadores domiésticos no se incluyen como parte de le poblacién cconémicamente activa, Cuil es el eriterio para distin- guir entre “actividad” e “inuctivided” ccondmfea? gSobre qué se basa a cxclusidn del trabajo doméstica del proceso de praducctin sovial? Bn férmitos de las tareas realizadas y del producto de fas mismas, ol trabajo duméstico no es intrinsccunente éiferente del trabajo do- méstico reaunerado 0 de Ia produccién campesina de valores de ‘uso para el anto-consumo, que tampoco se ofrecen en cl mercado ‘como mercancfas. En térmitos de It ausencia de ingreso monetario, 8 Sintlar @ los trabsjadores familiares en cualquier otta actividad. YY, como se dtscutié més arriha, el trabajo doméstico tiene un papel especifico dentro de Ia divisiéa general del trabajo en el proceso global de la peneuccién 7 raproduecién social. Por lo tanto, cuando se tiene en cuenta la base de recursos huma- ‘nos o ef potencial do trabajadores existentes en ima sociedad, y cane do se truia de medir de qué grado ésto es viilizado, deberian compu tarse a los trabajadores domésticos 0 que afectatia los rosultados de cos naneras: primero, se pondria de manifiesto que paste de la poblaciéa “iusctiva” se encuentra en realidad « cargo de la produc ign doradstica; segundo, se harla explicito ef becho de que garte e a poblaciin “activa” cumple realmente ana jornada de trabajo “doble’ AGn cuundo no sean exhaustivos y completos, estos comentarios iiaplican fa necesidad de construir un modelo global, que abarque Tnvoluoredas; constlers sulamentu 109 productos y cites slo coma, pao veedores de utilidad” (Timmcwot y Mchun, 977, pig. 19). KL pro- ‘blema de fa mediciin del tempo de trsbajo duméstico y el abajo a Teiedo en amidades equivalentes tembitn se pemyenta en oltre alors (arrin, 1973). 2° La exctustin de Toe bienes sutoproducidos y vomumilos de las ouentas naciousles ocasions cembics atificsler comudo e= comlonan a evinerels- liane biones previamente auiopsoducidos, Un efaayio sic wen pasado dt cesaise con sicvlentay, por ae suedlo, dianiguir ol producto bruls. Las estingc-ones del valor monecario dol tsbalo domestice vaian, y cada vee mis wstin slendo objeto de Jo atenciéu de loa cluntistie socials (Glszer-Malbin, 1970; soubséa Kulne 7 Koleo, 1975). 15 la totalidad de las actividades produetivas y reproductivas de una sociedad dada y que permit pluntear la divistin social del trabajo ¥y la asignacidn diferencial de tareas a eategorias de indivicias den- ‘ro de esa sociedad. Las esinerzos de imvestigzctin on el dca no estarian entonoes dirigidos a responder preguntas acerca de “quién trabaja?”, sino “zquim hace qné?”, con ta idea de que eada miembro dela sociedad dosempefia 0 potencislmente podria hacerlo alguna actividad socialmonte doterminada, excepto lax personas enfermas y las may j6vones, Fl tipo de actividad, asi como la cambinacién ‘o las actividades desempeiadas pueden variar: puede haber estu- diantes que trabajon por un salario, amas de casa que tengan un empleo remunerade y —excepcionahnicate hasta abora-- trabajadores Yarunes que desempetan también las tareas domésticas, Una ind cation gruesa del tiempo dedicado a cada una de las positles acti- vidades y de los cambios ca Jas raisins x Yo larga del ciclo de vide, ofreceria un cuadro mscho mejor de fa divisién social del trabajo y develaria las distintas formss de trabajo “invisible, También iwplicaria ir mis alld de los criterios normatives © motivacionales javelucrados ont lt dofiuieiGn habitual de participacia evonduaica y pernitiriy una aprosimacién mas objetiva al estudio de ta oferta de trabajo (Singer, 2077). Sin embargo, al seguir este camino se hace mis evidente un problema importante genenzknente nsociade con las discusiones sche fuerza de trabajo: cf del grado cu que se utiliza socialmente el ‘potencial humang existente, Hasta aber ose toma he sido discutida bajo el mubro de la productividad ilel trabajo, desocupacién y el desemuplea dislrazado. Los criterios para definiz eStos conceptos plan tean un diffe! problema ya que su medicién supone Ta existencin de alguna norma o patrén sobre qné constituiria el “pleno empleo”; hasta ahora ha resultado imposible logear consenso y justificacién de dicha norma (Standing, 21778; tes, 1975). La inclusiém del tra- bajo doméstica no urmentiria las diffcnliadles qno ye existen en este campo, y_quizés aynde a explicitar muchas do los supmostos no euestionados ae 0 permean, Las dificuliades para medir la pro- ductividad del trabajo coméstieo (Ookiey, 1974a y 1874b} son en alguna medida, paralelas a las que s¢ presentan on Ia modicion de Ja produotividad del comercio y de otos servicios personales ™. 3 Histdncnmente, ol trabajo domdaico queds romgido cm telacién a otrat actividades ccamimicas, 0 lenefickindngs on absolute e las veninjos de Ta cooperaciéa y sucitizaeiin de Je producciin, permanocienda. edemés 16 TAS MUJFARS FN V1, MERCADO DE TRARAJO Desde el punto de vista de la oferta Ge trabajo, Ins mujeres pucden clasifiearse en tres categorias haisieas: 1. las que no ticnen responsabilidades doméstions importantes, ya sea porque viven soias (© porque énisten otras mujeres én sus hogetes a cargo de las tareas, domésticas; 2 las mujeres que se dedica tnicamente a Tos queha- ceacs domésticos. y 3 mujeres a carge del trabajo de-néstica que tienen que encontrar empleu remenersdo —generalmente a causa del muy bajo ingyes de los otras miembros 0 por ots mativar~ sin poder contratar trabajadores domésticas sustitutes™®. En principio, solamente en el tiltima ¢aso el tipo de empleo que busca ke manor debiera estar determinado por sus responsabilidades domésticas. Naturahnente, las mujeres pueden cambiar de una a otra de Ins categorias a lo largo de sus cicles de vide, segtin cambios en si estado civil y ef nimero o Ia edad de los bijas, 0 segin cambios en su statns socio-econémico. Ademés, el vincula entre feoundidid ¥ particigecién en In fuerza de trabajy no es autamético 0 inevitable on cualquier direceién causal y esti mediatizado por el tipo de cestmotura doméstica, especialmente ls existencia de txclsajadores alterativos para los quehaceres damésticos® La oferta de trabajo femenino esté también condicionada por ‘otra dimensién de la estrictura del hogar, a saher, el nimero de ieulros que persiben ingresos, Algunos extudies hun mostrudo que, en la mayoria de los hogures, —e) easo tipico de la “faunilia iu elear'— e prinelyal perceptor de ingresos es el hombre y si las mojeres tienen empleo remunerada ju hacen eono trabsjadoras “socundarias” para suplemcnlar el ingreso principal det hombre (ava, 1975; Tokman, 1977). Sin embargo, esto no significa que el ingreso generado por las mujeres no sea a veces crucial para la sobrevivencia de tx familia, Més aim, existe una buena proyorciin ‘eon tn aivel de capitalvacién selativaawente tayo Lo mano paddy de Grae de mmschas ose actividades en paisee subskearrllades, 32° Dado el Joon de cite babjo en ot sectoces yorilares, nase dxeluve en, esta clisifonciém una cusrta calegork: la de Jas muleres que puedo. parcicigsr on la ferme tesbsie posque enewentran trabwiadayas do roisticar ueituas a tavés de le conbatieldm de ayuda dhunéstioa que Jas bers de ceupae su tiempo en las zusiass cosdianas ¥en To quoha- cares darnéstiens, aunguo generalmeats no kis Hee do Ja respoasbididod de supeevisar y' ditigit el mubujo de Tos servidercs oméstion. 18 Ta eluain entre Ta oaricivaciin femeniaa en Te Fwersi le teabaja ye fecnlidad es diseatida en detalle por Yousef, 1978, Ww de hogases que no se ajustan al hogar “tipiea”: unidades domésticas Dasadas en familias oxtensas, Ie convivencla con otros adultos: y otras estructuras, y en éstas, Ia oferta de trahajaderus sigue otras reglas™, Cada vez més los hogarcs encabecados pur mujeres han Tamado Ta atenciin de investigadotes y funcionatios (Moss y Sawhill, 1975). Como podria esperarsc. cuando las mujeres jefas de hogares tienen que trahajar y no tieten en quien deleyar los quehaceres domésticns, lz cousccuencia inevitable es la pobreza extrema. Una cabal comprensién de Ia oferte de babajo deherS tence en cuents tamtbign el niodo ea que ef empley femenino se encueutea intrinsccamente Iiyado a sistemas de zlaciones interpetsonales. Por ejemplo uaa investigacién sobre "as Matias” (ausjeres indias que veuden productos en las calles de la ciudad de México) muse fra ex prohindidad los intrineades vinevlos entre familia, migracién y trabajo femonino, incluyendo lazes familiares extenvas en mis de una comunidad (Arizpe, 1975). Lo que se salve acerca de Tas cimpleadas doraéstieas. en tas cindades de. Areérica Latina indica también que detras del aspecta de soledad, de snigracién © ink gracion individnal atamizada a la vide urbana ni siquiert porte: fnecen a un hogar, cxvepto al de sus cmpleadores— existe waa come pleja red és vinculos da parentesco y de relaciones secieles, tanto con fa ciudad come en las comunidudes de origen (Jelin, 197% Smith, 1973; Leff, 1974, para- Africa, Little, 190}. Resumnicudo, desde el Indo de ka oferta del mercado de tea- bajo, existeu [inituciaues on el tipo de empleo que pneden tomar alguns mujeres (aquellas que tienen pesudas responsubilidades do- méstieus). Qué quereinos decir en este ease por “tipo de exilea”? Existen diversas coracteristions, todas elas teflejande Ia necesidad de flexibitidad. en las condiciones de empleo, Amnue se dispome de studios solamente pra los paises contrales desarvollados (Morse, 1969) también en Ins fireas urhanas menos deseraliadsss has rau: eres con responsabilidades damésticas buscan con miyor {recvenci empleos de tiempo parcial, se emplenn més a menudo bajo condi- 32 Fooo cs 10 que 50 tabo en wa pempeciva comparativa sabre fas wala cones en las estructiras de Tos hogates sole sas cambios en 2! tiempo mientras wulren od proeesy de mayravién y webanizisen, Ure mejor cea preastiu de Ie ofcila de Uslajo iemoino jududabiemeate bsce neceseie fa sonocimiente Take eompleto de) asunto, ante toric como emplzico Para an Importaute paso en esta dicvcetba, véase Czrela y Oliveia, 19783 y 1978 b; Gara, Munoz y Olvera, 10 18 ciones de horsrius de Uubajo flexibles y en empleos u ocupaciones donde elles mismas pueden regular el sito y Ta cantidad de tra- bajoy y se conccntan ex emploos en que resulta relativamente facil ingresar y sbandonar cusndo disminuye [2 aecesidad de dinezo © unt crisis hogarcia exige atencidn a tiempo comple ™, EI efecto do las responsahilidades dom‘stieas. scbre Ja nece- sidad do floxibilidad en las condig‘ones de empleo deberia mani- festatse tanto en cl fargo coma en el corte plazo. En un corte trensversal, las mujeres debcrian presentar tasas mis clavades de ausentiomo y rotacidn y porcentajes mis elevados de emplens tiempo parciat, Em el largo plnzo, el ciclo de vide laboral de In mujer deberia mostrar entradas salidas de la fuera de trabaje acordes cam Tos cambios cn st vida familige. Sin embargo, «l euadra eal de las condiciones de empleo de las mnjeres no c& resuliado solamente de cstas limitaciones por ¢! lado de Ia oferta. Estas bmi taclones pueden scr superadas si las condiciones de la demanda asi To requieren. Vin épocas de escasez de mana de cra tales como Ins situaciones de gucrma en Ins cuales hay un incremento selativo de los salnrins, Ins mujeres armque tengan responsabiticades domésticas mucstean ser Jo suficiontemente Ulcxibles come para Singresar do leno a ta fuerza de srabajo (Hauser, 1964). Fo esas situciones, pueden incuse Megara modifiearse la compusicién de os hogures, Hamands a parfentes de mis edad para que so hagan carge de Jas tareas doméstioas mientras Jas mujeres silen « trabae jar fuera, pueden eneontierse trabajadoras domésticas retmanere- das, 0 incluso ineremientane he carga de trabajo de las zmferes realizando tos clos trahajos, el Goméstico y el sock. En la actualidud, esta eseasez no forma parte de las condicio- nes prevalecientes en la mayoria de tos paises subdesarrollados. én general, ly fuera de trabajo es abudante y predominan levadas tasis de desempleo, especialmente entre los trebajadores “seeun- datios” (Tokman, 1977), Mas atin, tanto en tos pratses descrzollados como en Tos subdesarrotfades, Tas diferencias de sex en kas con- diciones de empleo parvetn ir bastante ins alld. de tas justificables por cl rol especifica de Ja mujer dentsy del hogar. Desgraciadarsente los datos sobre las diversas dimensiones que “Tembita vesular wucial tore on evemia Ta ubiaciin Aca Gel teabaps ar major can niin pequoies preden preferis evar trabajo para weak en out hogtines on vor de salir a trabajar afueca, Kato aeasions ‘me desoigauraciin zelagvameste menor de sus cuehaceres doméstions. ww afectan la pertietpaclin, de Jas mujeres eu Ya fueza de trabajo, ast como sole los tipus de tenbajo que tisnen y Iss condiciones del empleo, son muy escasos, Menus atin se sabe sobre fas modifica ciones & Jo largp del ciclo. vital y sobre his vorkaciones segim Ins Aiforontes posiciones y responsabilidades doraésticas, La informa. cién disponible para lev comparaeiones internacionales sc hasan en datos comsales y sirve prinelpalments pare csndiar los determinant tes do los tasas de partiotpacién (Srinding, Y973; Durand, 1975). Sélo en varus oportunidides se invlaye informuciém sobre In distri Ibucién ecupaciomal de: Ia fuerza de trabajo fomenina (exvar, 1975; Youssef, 1974). Antes de entrar a revisor li infosiniciéa disponible eunviene aclaray cue resulta casi Saposible sacar inferoneiay compertivas finas a partir de los datos cenwles aycegadas. Sin Iugar a dudas, Je sittacién ocupacional de tas mujeres es mds favorable en algunos paises que ep oi1os, como producto de las diferencias en la estroc- tura dc} empleo global y de los patrones de acceso mAs u menos igualitarios —y esto dificilmente se refleja en la informacion que aqui so presentard Igualmente, Tas conelusones sobre tondencias sale Tego del tempo, que scompaaan a los procesos de crecimiento y desarrollo econdmive, silo puede ser extraidas a partir de estudios de casos conerstos —de los cuales existe muy pocos y no pueden ser qresentadas en dotalle aqui Kirsch (1975) revish Ta sitmacion en diferentes paises Intina- americanes, mostrando que cn las areas urbimas les mujeres so eoncentran en cmpleos en servicios de bajo status. inchtyendo el servicio doméstion. Tal coma puede verse en el cutdra J, Ta prom porcida de majeres en dichos empleas es de alrededor de un tercio de! total de las ceondmicamente activas (el euadto excluye ‘el empleo agricola) **. Ef trabajo indusuial asslariade repzesents alrcdcder del 19% de las mujeres ompleadas y Ie pasticigneién en Is artesanias tradicionales, sea como trabajadoras antinoras (9 trabajacoras familiares, es Imitada ¢ inferior a Ja de los hombres con Ia cxcepeian de Paragnay donde represcnta uaa proporeién 50H eam de Méskco porece no eareaponder al resto dp lot pnites, ero probablemente set coronmible, dua te my alta peapercion en Ja c= feyuria “otvos no especificads”, Fx muy probable ave A mnyoria de lie mujeres ca ost cotegorin se encucntzent realmente eupaday on [os ‘onploos de menor status en of gector de serviuses, Esty secs aomgrieute com los owes paises y con [a dafoumelta telerkla a Mésivo en 1900, (Kineh, 1975, pig. 104). “BAT aT 1 eURT SPENE OP OpeIOPERY -onIME 805 TOOT SOOT Ge CoOT 66 GOT OUT S85 GeG OOM COO ‘aot os 6s 28 4p 66 out se om Te wt ze OTT 5000's ye oor ys st os progr & s Port nyere md smopeogen (q Per LF sur He ame Sob FP te sopeusyes Smpelaqun (9 at 2S om Or eee Th eer co GP otra samo > cn oR OFMEEE “AL use ser os om oor et ee ts #9 edord ejuono sod mpage (4 oo es 92 Te 29 re ee og ror ropunspae soropdioquad (e Lit 919 Ser ORR OLE goR UIE Ter SSF oMpEnINS 403206 9 wo SOIOHOFE OMENS “PAY ons He eer ver eer rir gsr eet me ‘Soiopspase “opRO|CUa TE roots 8p or re se zo oe or ore ar oon re stor fron sar er or tr eo ou fear ors ‘oeustimpa, wound (q sof ye ee LL Fo sopreidows ( est ost sur ere a Sop u £ souoprans soxsaeEE *t wow ow ow woe ow nm ow we owe Tondong psckey = CE~CC (eotorscomay QL6T “PjooLSe-ou oloquay ap maran{ nj =p oxas sod pouotondnga ugoNquae—“T o4poRD muy alta (287 %}. Alrededor del 15 % de Ins mniferes (y una proporeitn algo inferior ec los hombres} teahaje en comercio, una categoria altumenle Teterogénea que inclyyc vontes formales en tiendas y negocios asi como la venta ambulante, Finlmente, segin Jo muestru el eaadro, con frecuencia las mojores desempetiaa uabajos de cucllo blanca, Mis atin, la pro- pereién ea estos empleos parece haber aumentado en Jas iiltimas décadas. Sin embargo, ol autor eonchyye que: “En sintesis, el cambio ascendente que acusa el empleo femenino constituye una mefora desu situacién con rlacién al hombre. Pero esto de ningin modo significa un avance sin restricciones, El hecho de que, salvo el increments del perso- nal administrative feraenino registrado en Argeutiva, gran parte et cambio se encontré en categorias tales como profesiouales dependientes, pequeiios empresatios, comercianles, empleadas y vendedores hacen dudar de que la mayor igualdad de las mujeres que purticipan en la fuerza de trabajo tenga sigaili- caciéu. For el coutrazio, indica que siguen ampliandose las actividades intermedius en que no hay competeucia cua los hombres, que en Ia admivistraciée patties hay um anmento general de los cargos inecusarios, que la jaujer se encuvalrs en desventaja en las profesiones como la medicina, le arqni tectors y Ia ingenierla que pueden ejercerse en forma inde pendicnie y que uadicionalmente han estado seservadas a los hombres.” (Kirsch, 1975, pdg. 191). Un estudin exhiustivo del empleo fumenina en Brasil desde 1620 conchuye que las nevis aportunidades para lis mpjeres apa- recen en posiciones mAs productivas integradas on Ia industria ¥ los servicios. De modo que aunque el ineremento en el mimero ‘de posiciones 20 cs muy clevado, cualitativamente cl cambio €s ‘mnpoxtunte ya gre implica un desplazamicute del empleo femenivo dol trabajo doméstico no remuncrado en la agaicultixa hacia el trabajo asalariado. Sin embsrgo, “al hecho real es que el mimero de mevas oportmiddades de empleo femenino que genera el desarrelle econémica parece ser mucho menor que cl nimero de mujeres embanas, Por lo tanto se encventra, por un lado, un auraento del empleo do- méstico, que para’ machas mujeres concilia Ta necesidud de ‘ieabajar con el desempeito de tarcas tpicamente femeninas Por el otro, entre las trabajadoras ubanas aparece un creci- wiento de le desccupacién, expecialuente baja Ta forma de desempleo encublerto, Las tasas de pasticipaciin en las acti- vidades no agnicolas disminuyeron desde 1940 2 1950 y se imantuvicron bajas desde entonces. A pesar de que muchas de estas mujeres parecen eslar dedicadas a tareas domésticas in ividuales, parece probable gue un buen sdmera de ellas cntzarian a las actividades sacialmente productivas si dispusie- sen de oportunidades” (Madeira y Singer, 1973, pag. 59}.7 Existe faformaciin ecupacional mas ospeeffiea para algunas eludades Jatinoamericanas, y ésta puede resultsr de ayuda part conocer con mayor éetalle el tipo de empleos que deserpefian las, mujeres ?®, Por ejempla, Merrick encontrd que mientras cl 193 % do Jos varones de Belo Horizonte, Brasil, trabajaban en el “sector informal”, In proporcién comparable de mujeres era det 539% Cineluyensa emupleadas donnésticas) (Merrick, 1978 y 1977}, Rtas proporciones som similares a las que se descmpefian en el servicio doméstico ¥ Ia produccitin en pequefia eseala en Salvador, Bahia, ten el Noreste de Brasil: 2L1 % de varones y B64 % de mujeres, (etin, 1974), Ea ln ciudad de México, Ariapc hallé que micntras el 18.1 % de lox hombres activas ganeban menos que el salacio miniano legal, e] datw correspondiente para las mujeres ex del 35.8 9 (Arizge, 197). En términas de las eategartas ocupaeienales ospeci fieas, la antora indica que las mujeres constitulan el 72 Ye de tos ‘trabajadores de servicios sin espovializacién (incluyendo ef servicio doni6stico) y el $0 Yo do todos los vendedares ambulanies. Em cl Feri, Webb encontré que el “sector tradicional urbano” tiewe ua 4G i de mujeres mientras que el sector modeme tienc 18 “%. Dentro: del sector tradicional, en la categoria de autoempleo, las mujeres constituyen el GL % (Webb, 1974, pig, 32). ¥ un estudio de Cor doba, Argentina, informa que las mujeres eonstituyen el 63% de BW Tnloamacita disponible solve Vencrucla (Schiaink, 1977) iadlea Ie misma tendencla gamer 15 Na pueden discutitse agus en deta las ditintas definieiwies ¥ caeaess siaaeianes de los tipos de empleo propucsine cx Ia hiteratuse. Para ta econeeplualizaciin del sectze.“inforsal” ver Sethetamin, 1975, Sousa y Token, ISTE Usniek, 1977, Masuindar, 1876 Serghase-Kavblich, 1977. Pa ntms avacterizacones ielovantes de laa eatrictirer det empleo ea avcas uchans capitalstes perilérices, Singes, W977, y la diseusion sobve In marginalidad! en Now, 169, Cardoso, IS7L y German, 1973 B

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