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GW. FP. HEGEL POETICA ESPASA- CALPE ARGENTINA, S. A. ‘RUROS ATARS WERICD cs ow. dlispersas on las palabras y da a la expresiGn cierto tono més personal y determinado. Cuando los gestos llegan a tal grado’ de exprestéa que pueden pressindir de Jas palabras, entonces ace Jn pantomims, en la cual el movimiento ritmico de In Dotaft ge hace una especie de movimiento witmleo y ietSrieo do los miombros. Reta misien plastica do las fetitudes y movimientoe del cuerpo anima Ia obra ‘inmvil de Ia estatuaris, y la dante reine en si, de tal ‘odo, los caracteres de Ia zasiea y de le eseultura, I. — La poesia épiea El Bpos, In Saga, 08 un recitado donde ol hecho est dicho, coniado de fal modo que se eonfunde, se aen- ‘fica con el discureo, Por lo miomo, ea neceeario que l fondo del rectado sea un hecho independiente, com- pleto en si, ¥ que por otro lado el diseurso lo revele Dor entero’ea su sustancia y relaciones, con tod la Amplitud de cireunstancias y de desarrollo ‘We —Consideraremos primeramente la poesia épica cen su cardeter general ‘20—Estudlaremos despiés los puntos partieslares és importantes de la epopeya proplamente dicka, '30—Meneionaremes finulmente algunas do las dl- verses formas que ofrecen las obras épicas en el curso ea evelucidn histérica. seccidy T CARACTER GENERAL DE LA POESIA #PICA T._Bpioeanas ¥ SENTENCIAS. — El modo de represen. taciéa épico més simple, aunque todavia sea’ excla= sivo ¢ imperfecto en au abstracta simplicidad, consiste fen recoger del mundo real y de la riqueza de sus ma- nifestaclones pasajerae un objeto eustansil, indepen dieate y nevesario, para expresatlo lacSnleamente en términos pices. TEL primer modo por el eual podemos comenzar nues- ‘tro estudio es el epigrama en su signiicacién primitive, es decir, como inseripelda grabada en las columnay, ‘muobles, monumentos, ofrendas a los doses, ete; ea como tna mano espiritual que indica el objeto presente, EL epigrama dice simplemente qué es 1a cosa, El hem- bre-no expresa an au pensamiento personal, sino que ‘mira on torne cuyo al objeto, y lo aplica una breve ‘explieacién que se reflere a Ie exeneia de la cosa, ‘Hallamos después un grado superior, donde le duali- ad de términos, el objeto y Ie inseripelén, desaparecen. [La poesia s6lo expresa entozces una idea, sin que el ob- Jeto senalble cate presente, A esta Zorma ge vinealan Tas “yun de los antiguos, los aforismos o maximas morales que reshmen de manera concisn aquelo qua tione més fuera, estabilidad y significaclén general ¥ durable que las cosas senstbles, los monumentos, los Temples, a saber: los deberes de Ia vida humana, Ia sa- Diduria’préeties, In eoncepeién de Ins prine{pios ina tables y da las leyes del mundo moral, desde un punto e vista préctico y eapeculativo al miamo tiempo. Soa fexhortacione, advertencias relativas a In vida pblicn, ‘Tn moralidad, Ins leyes, ett. Los Verzos dureoa que evan e} nombre de Pitégoras se clasifican en esta cae tegoria, o bien laa sentenciae de Solin. ‘Cuando tales méximas abandonan su forma fragmen- tavia para reanirse y coordinarce en un todo, somejan- tes producciones ofrecen un tone diddctico. Como elem- plo preciso me eontentaré eon citar Los trabajos y los Aas, de Hesiodo TI, Pormas masértcos, Coswocowtas, ‘Teocowtas ero, en lugar do los motos hasta aqat indicado, 1s poesta puede tomer por tema lox daminios partieulares 4 Ta naturaleza o de Ia existencia humana, para ofre- cer a It imaginaeida con lengusja armonieso ¥ conclso a a ow. mom, Jo que eonstituye al eterno fondo ¥ sus Teves. Al tiempo puede dar un consejo; se tiene entonces un segundo Cirevlo més profundo y euyo fin diddetico y moral e3 menos explicite, Podemos situar en este lugar las Cos- ‘mogonias y Teogonias, asi como las antiguas produc lones filoséficas que no han sido todavia capaces de librarse de la forma poética, Por ejemplo, la exposicidn de la filosofia eledtiea en los poemas de Jenéfanes y de Parménides, particular~ mente el comienzo del libro de Parménides, eonservan fin ef eardcter épico. La idea de la obra es la Unidad bsoluta que, frento las cosas pasajeras y a los cate biantes fendmenos de la naturaleza, aparece como el ser inmutable y eterno, Nada aatisface mas al espiritu que busea con ardor Ia verdad que esta consepeisn ide la sustancia eterna en su unidad abstracta y universel, Inspirada y dllatada por la grandeza de este objeto, el ‘alma se abandona a su vuele; el pensamiento toma fi ellmente un tono lice, aunque Ia exposicién de las verdades que penetran en la inteligencia lleva en sf un carcter puramente positive y, por eonsesuencia, ob- jetivo. En las Cosmogonfas es ef nacimiento de las cosas y, ante todo, de ls naturales, la ierupeidn y lucha de las {uerzas que en ella dominan, lo que constituye el fondo el poems. Buscando representar de manera mas con creta Is generacién de los seres, personifica esas fuer- as y fenémenos El mismo cardcter aparece en las Teogon(as, Po- seemos un ejemplo bien conoeldo en la. Teogenia de Hesfodo, Estas concepeiones son menos simbicass las divinidades, lamedas a un imperio moral, abandonan, Ja forma de las fuerzas fisieas para cobrar la indivic Aualidad espiritual que responda a su esencia, y, por ‘consecuencia, tlenen el derecho, de -obrar y de’ ser re= pesentadas’ con rasgos humanos. ‘Sin embargo, le falta a este género de epopeya la vverdadera umidod potico. Ofrecen una sicesién nec aria de hechos ¢ incidentes, pero ninguna aeciGn in vidual que parta de un centro, que tenga en sf misma su unided, formando un eireulo completo e indepen: lente. Adomés, el sujeto, por su misma naturslera, no abarea el mundo en eu totalidad, puesto que Ia actividad Dropiamente humana esté ausente, La poesta épiea debe evltar estos defectos para alcanzar su forma perfects, TIL LA EPOPEYA PROPIAMENTE DICHA.~Lés géne- ros precedentes ofrectan, sin duda, el tono épico; sin embargo, el tema todavia no era verdaderamente of tico. En efecto, las miximas morales y las filosofemas no son otra cosa que abstracciones ¥ generalidades, “Ahora bien; In obra verdaderamente pottica representa, tuna idea concreta bajo forma individual. Em cuanto a jones, abarea Todo" fe-Wida de una nacidn-y la historia de toda ‘una Spe, — are “Bl conjuito de ereencias y de ideas de un pueblo, su cspiritu, desplegado en la forma de un acontecimiento real, he aqut lo que constituye el fondo y la forma del poema épico propiamente dicho. A.esto hecho general 5e vineulan la conciencia religiosa de todas las verdades profundas del eepiritu humano y la vida polities, evil ¥ donésticn en sus usos, nacesidades materiales y me- dios de satiefacerlas. ¥ todo ello vivticado en esirecha ‘eombinasién con las acciones y caracteres de los perso- najes; pues, para la poesia, no existe la verdad general Si no eb con a2g0e individuales y con viva fisonomia. Semejante tema, que compendiando todo el mundo se concentra sin embargo en una accién individual, debe Aeearrollarse con ritmo sereno, sin apresurarse’ como Ja accién dramética, hacta el desenlace. Es preciso que nos detengamos a contemplar la imponente sucesién de acontecimientos, dejindonos cautivar por los evades particulares y por los eplsodios, saboredndolos en todos us detalles, La marcha del poema conserva la forma de un encadonamiento regular, sin ser estrecha; au tunidad reside tnicsmente en el fondo del tema 6pico. Como toda abra postica, dbo formar un tode orgénico pero desenvolviéndose ‘con alma, de modo que cada parte, cada imagen viva de le realidad, pueda atraer In atenclén sobre sf misma y logre interesarnos. Como expresién de toda una eiviizacn primitive, la obra épica es 1a Sega, la Bibiia do un pueblo. Toda nnacién grande e {Mportante Weve sumejante libro, ver~ daderamente nacional, en el cual estd expresado To que onsite ao genio. Bajo ext espero, aon sama {Se ale eos ne fe San ely bebe Ia conch ria faten resnte formar una eolecelin de semejantes bibliss pleas. Pus la serie de epepeyes, euante no son ob artificialeg de una época posterior, sexla para nosotres tna galeria donde figurace el esptritu de loa pueblos como en un euadro fiel. Sin embargo, no todas las bi- bliss tienen Ia forma postiea de la epopeya. Por otra parte, no todos los pusblos que han dado forma épica & cuanto tenfan de mig santo en la vide religiosa y profana poscen bitlias religiosas, Por ejemplo el An~ Hguo Testamento enclerra mitchos recitades de género “Gpleo meselades con histovias realea y eon fragementos oéticos; sin embargo, al eonjunto en modo alguna os tna obra de arte. De‘igial modo, ol Kordn oe limita, principalmente al aspecto religioco, Por of contrarlo, Jos griegos, que tienen en Jos poomas de Homero uaa Diblia poética, carecen de bros religiosos como los indios 0 persts. Pero donde eneontramos epopeyas pr itivor debemos distinguir esencialmente estos libros fundamentales do lag obras cldsicns posteriores, que y2 zo presentan Ja totalidad del espirita de un pusbl, sino que lo reflejan do manera parcial, en una de aus par~ Aleulaces dlreeciones, Ua poesia draméties de los Indios las tragedias de Séfocles en todo alguno nos entre fan semejanto totalidad, como el Romayanc, el Maka barat, Ia Mada o Is Odiees. Puesto que la auténtica epopeys expresg por primera, ver de manera podtiea Ia coneienela ingenue de una porsics ” lén, el verdadero poema éplco aparece en Ia época i “Wiedia, cuando un puck sae Z roerte- pars manlfestarse, Canto si ‘iif tarde dogma Tilo o Tey metal y roligiosa, ahora todavia ea un penaamfento vivo e individual; Ia volun- tad y el sentimiento no ee distinguen entre f, Una veo ‘que el espirita individual se desarrolle, se desvinewaré de las ideas y de la vida goneral de Is nacién, de sus situaciones 7 manera de pensar, de sus actos y de au destino. Al mismo tiempo, se optra en el hombre la se ‘paraciéa del sentimiento y de la yoluntad. Entonces sucede a la poosia pica ta poesia lriea, y después ramftica, Tes cuales alcentarin su mayor madures, Es fo quo sucede sobre todo en los tltimos dias de vida de un pueblo. Los prineipios que deben dicigir la conducts del hombre ya ne eniansn direstamente de st corazin y de su conclencla, sino que aparecen como uz cOtigo exterior de justicia y de leyes positivas. So trata ya do uns orzanizacién politica, do un eonjunto de rescripciones morales, que se imponen omo una ne- Gesidad a Ia eval deben someterse las voluntades. Bn- tonees, ¥ en opnsicién a este orden do cosas positive y ‘rosalc, el alma se crea en clerto modo un mundo ais- tiato e independiente, un mundo-ideal de intuictén, de reflexion y de sentimiento. El posta, ain salir agin Ge Tn esfora contemplativa, expresa liricamente esta con- centracién Interior y ese fatimo comersio con las cosas dal alma. O bien, la pasién activa y préctica toma tal preponderaacla que llega a ser Ia cosa principal. Pero, Intentando concantrar en ella la stencién y e} interés, arrebats la? elreunstencias exteriores, a a acelén fenerel y alos acontacimientos ou independencia épica. Esta fusre individual do los earaolores y do las pa siones, que adquiere mis intensidad y concentracléa activa, nos leva a la poesta dramaties. Pero la epopeya ‘todavia exige eca unided inmedlata del eentimiento y de Ie accion, oso Sntimo deseo perseguido por persona- Jes ¥ acentecimaentos, enon accldentes exteriares que se cumplen fetalmente; y esa unidad, en su originalldad « ow > neon, ¥ verdad, slo existe en los primerosperfodos dea vide Sin embargo, no debe imaginarse que un pueblo posee ya en su edad herolea el arte de pintarse poétie eamente a sf mismo. Pues, una casa es una nacfonalidad poética en ly en au existencla real, y otra la poesia ‘como representacién artistiea de semejante estado de elvillsacin. La necesidad de expresar estas concepelo- nes, el desarrollo del arte, en una palabra, es mas tardio ‘que Is vida pottica misma en su primitiva Ingenuldad, Homer y les poemas que llevan su nombre son poste: lores en varios siglos a la guerra de Troya, que es ua ‘acontecimiento tan real como Homero es, a ml entender, tun personaje historic. EI mismo Ossién, autor de les ‘poesias que le son atribuidas, eanta un pasado heroic, enya decadencia provoca sus recuerdos haciéndola sen tir Ia necesidad de una representacion postica. (1), "A pesar de esta distancia que separa al poeta des tema, debe subsistir un lazo comin entre ellos. Es pre- ceiso que el posta viva ain en relaciones, ideas y creen iss semejantes, que sienta simplemente la necesidad fe dar forma pottica y artistica a cosas que todavia, tHenen Ja sustancia intima de su épeca. Si no existe ‘sta afinidad entre ol espiritu de su tiempo y los acon tecimientos que describe, su poema ser4 eontradietorio. Dos principios estén en presencia: uno que sirve d@ bese sl mundo épico que debe representar, otro que do- rina su imaginacién, Si ambos son esencialmente dife- rentes, nice el desacterdo, De un lado, en efecto, vemos ‘escenas del pasado; del otro, formas, ideas y opiniones de un presente muy diferente, y todo ello combinado por el esfuerzo de una habil reflexién. Estos sabios, procedimientes aplicados a ereencias anteriores s6lo Droducen una obra frfa, Ya toman un aire supersticfoso, ya ofrecen solamente-un ornamento vaelo, un mec nnismo.poético. al que falta un alma y una vitalidad propias. (0) Kan cantor de Ozsén ron apberton (Neel 7 postica @ Esto nos Teva a mostrar el logar que debe ccupar fl poeta en Ia poesia épica propiemente dicha. Aunque Ta epopeya deba cer, en realidad, Ta repre sentacion objetiva de un mundo independiente, eon el cual sepa identificarse el poeta, sin embargo, la obra artistiea que representa este mundo es y ser una Libre produccién det individue. Bajo cate aspecto, podemos recordar una ver més la notable expresign de Herodoto, ‘cuando dijo de Homero y de Hesiodo que habien daas 1 los griegos sus dloses. Este libre strevimiento de ereaciin, que Herodoto atribuye a los que considera como verdaderos poetas épicos de Grecia, nos muestra que, si bien el tema de la epopeya debe ser antiguo, Tas epopeyas mismas no deben retordar su época mis alejada. En efecto, apetias existe pueblo que no hays reeibido en su edad primitiva una cultura extrafia ni ‘se haya dejado imponer un eulto extrafo. Pues, la si plicidad, la supersticién, Ia barbarle de espitits, con sisten precisamente en no saber obtener de si mismo Jas més altas idens, recogiendo las que hen venido del exterior, en lugar de brotar del cardcter nactonal y de Ja eonciencia individual, Lot indios, por ejemplo, han sufrido varias grandes vevoluciones en sus creencias religiosas y en Ine demés formas-de civilincion antes de Ia época de sus grandes epopeyas. También Tos grie- jgos han tenido que conformar a su propio genio las ‘tradiciones importedas de Asia, Frigia, Asia Menor, Los romanos recogieron elementos griegos; lox bér- bbaros, en ln época de las invasiones, la clvillzacién 0+ mana y el erstianiemo. Sélo euando el poeta, eon In I= Dertad de su genio, sacude semefante yugo y estima dignamente su propio espirtu, eélo entonces comienza Ja época favorable a In epopeya. Pues més tarde, cuando el culto se hace abstracto, se perfeccionan Ios dogmas, se establecen Tuertemente los prineipfos morales y poli= tioos, pierden eardeter nacional, Por el contrario, el ‘verdadero posta épico, a pesar de la independencia de jones, continda siendo nacional por las ideas, a oc made las pasiones y Jaz sepiraciones do sus personajes, ast como por gu color lal. Hl mundo descripto por Homero fx esencialmente griego. Ahora blen;-ese mundo que habita y donde se mueve como en su propia casa, lo Iabitamos nosotros con él, puesto que, contemplamos ‘ese mundo viviente y animado, y por eso nos interesa ¥ complace. No le somos extrafios, como no lo es el ‘posts, quien se ha entregado a él por entero, con todas fas fcultades de au alma y de su genio. Sin dudi ‘mejante mundo puede ser colocado en un grado inferior 4e clvilizacion; pero es precisamente el de la poesia y de Ja beers inmediata, En cuanto conatituye su fondo ¥ esencia, reconocemos que responde a las necesidades tds clevadas del hombre, a la natursleza humana en sus mds nobles-atributos: honor, valor, sabiduria. Sim- Datizamos con esos personajes cuyo earécter y fisono- ‘mia nos muestran rasgos llenos de nobleza y de vic postica as yor si mismo, Todo el eifico parece aearse port ‘Sin embargo, el poema épico, como vordedera obra 4e arte, no puede ser ereado ids que por un solo home bre. Si bien Ia epopeya expresa la vida de toda una nacién, sin embargo un pueblo no compen un poema, sino que es obra individual, En verded, I eausa gene val y tustanclal es el genio de un siglo, de una naclén pero su acclén s6lo se hace real evando ee concentra fn el genio individual de un poets, quien, inspirandose ‘en el espfritu de ese époea y penetrando en su esencia, hnsce de ello su propia eoncepelin y el fondo de st obra, Un poem, en efecto, es une produccidn del eapirity ¥ el espiritu solo se muestra éomo pensamiento indivi. val. Cuando ya existe una obra podties con un tono @eterminado, otras obras pueden reproduc el mismo spénero.o un'tono semejante, Hoy escuchamos miles de poesias a la manera de Goethe, Pero muchos fregmen- tos eantados no eonstituyen todavia una obra con ver~ Gadera unidad; ésta s6lo puede provenir de un solo y rismo espfritu. Bs este un punto importante, en lo que conolemne a los poemas de Homero y a Loe Nibelungos. Es cierto que no ce puede asignar con cevtezn a ents Aitimo un autor determinado, -Bn-cuanto a la Mada ¥ ala Odisea, como se sabe, oe ha Intentado que pre ‘eleelera Ie opinign de la no exlatencia de Homero como persona individual, sino Ja de que varios pootas han Droducldo trozos destacados, rounidos més tarde para formar ambas obras, Ante esta opinidn, Ia evestién debe prosentarss asi: Ambos poems, jforman wn todo orgnico , como también se ha pretendido, no tienen co- rilenzo ni fin necesaries, pudiéndose continuar indefi- nidamente? Sin duda alguna los cantos homérioos no sfrecen el estrecho encadenaimiento do las obras ars miticas, La unidad es menos compacta y le trama mis ‘oja; hasta el punto de que, pareciendo y siendo real- ‘mente independiente eads_parte, el conjunto ha podido prestarse a interpolaciones y otros cambios. Sin em- Dargo, forman un todo épico verdedera e interiormente a ew. F won, ‘organizado, Ahora bien; sélo un hombre puede crest femejente totalidad. La opinién que se pronuncia por Ia completa ausencia de unidad, por la simple yuxtapo- ficlin de diferentes rapscdias’de tono semejante, es luna coneepelon barbara que contradice Ia idea misma Gel arte, Pero, sl se quiere decir que el poeta se ha fanulado ante 4u obra, este sera su mayor elogio, Si hifica solamente que no se puede reconocer en el pea famiento y sentimiento de la obra ninguna manera personal, ¥ es lo que, en efecto, ocurre en los cantos, bomérieos. ‘Ya el simple canto popular necesita, no solamente tuna boee que lo cante, sino un alma llena de espfrita pasional que lo produzea. Con mucha mayor raz6n, una bra de arte, una en si, Unicamente se expliea por él fspirita original de un 30l0 Individuo. ‘SreciOn TI CARACTERES PARTICULARES DE LA ‘YVERDADERA EPOPEYA Hemos determinado el cardcter general do Ie poesta epics. Después de haber indicedo brovemente los g& eros imperfectos que, si bien ofrecen el tono épico, fno son en modo alguno verdaderas cpopayas, puesto (que no representan ni un estado nacional nt um acon- {ecimiento real que exprese una civilizeién en su eon junto, hemos visto que sélo esto puede suministrar el ‘tema’ adecuado a Ia epopeya perfects, cuyos rasgos principales y condiciones ya he esbozado, ‘Después de estas observaciones generales, debemos ‘examninar las leyee particulares quo se deducen de la natureleza de Ia obra de arte épica. Pero surge aqut ‘una dificuitad: hay muy poco qué decir en general fobre sus caracteres especiales. De suerte que, al mismo tiempo, debemos entrar en los detalles histérieos, eon- lderando les epopeyas particulares de los pueblos; 1o poemtea S cual, en ran6n de la gran diversidad de.tiempos y. nae ciones, apenas deja In esperanza de lograr unos re: fultados eoncordantes entre si, Sin embargo, eta aie Hleultad queda paliada en el sentida de que, entre las divorsas bibliae épieas, existe una que se pede tomar como modolo y en la cual hallamos la justifieacién de Jas reglas que constituyen el verdadero cardcter fune damental de la epopeya propiamente dicha: los cantor hhoméricos. En consecuencia, de elles deduciré los rasgos ‘que, en mi opinién, constituyen las reglas principales de is epopeya segin su naturalezs, Podemes considerar los puntos siguightes: 19—Cudl debe ser el evtado general del mundo cial adecuado al desarrotlo de la accién éplea, ‘20—Cul ea la naturaleza de esta covion individual ¥ qué cualidades la distinguen. 3°—Finalmente, echaremos una ofeada sobre la ma- rnera de combinarse ambos aspectot para formar la ‘wnidad de una obra de arte y producir el pooma épico. I. Del estado de civitizacién propio de le epopeya.— En el conjunto de acontacimientor que enclerra In epo- peya, hemos visto que la acelén.desarrollada no queda abandonada a lo arbitrario; lejos de” ser un simple hecho aceldental, se ramiffea por toda la eivilizncién do una época y se confunde con la vida nacional, Esta accién sélo puede ser contemplada en el seno de Ia to- talidad de ese mundo, El evtado de ciilizacién més conventente para servir de base a la epopeya es el que ofrece una forma fija y preexistente, pero de suerte que os personajes se iden 4ifiquen con ella de manera viva y original. Pues, si los héroee que deben ser calocados 2 Ia eabeza son los proplog fundedores, au cardcter se hace entonces muy personal; pierde este realidad objetiva que es el rasgo fundamental do la poesia épic 7 relaclones de la vida more), la organi va fetter Sete, Wea hcl, en lo guerta ¥ la paz, debon haber sleanzado un elerto grado de a arrollo y de perfeccién; pero no en la forma general e Jos prineipios, de los deberes y de las feyes, a las ‘cuales falta la pavticularidad, la vida, Ia individaalidad, ¥ que mantienen au autoridad frente a la volunted in’ ividual, Por ef contrario, es preciso que esos principios parezcan emanar del sentido moral de la equided ns. fural, de Tas costumbres ¥ del propio eardeter de los personajes, sin que ninguna razén abetracta dirlia en forma postiva y prosaica sus derechos frente a los de sus eorazones, ni domine la eonelencia individual y la pastén sometiéadolas a las leyes. Las relaclones de la moral y del derecho deben estar bien consolidadass pero aélo por los personajes mismes y por au eardeter, fn lugar de verificarse su eumplimiento de maners seneral independiente y reglada en si. Asi, hallamos fen Is epopeya la azcién substancial de los principios ‘que gobieman Ja vida y 1a actividad humans; pero, al ‘mismo tiempo, la libertad mas perfects de accion, 'p reciendo emanar todo de Ia voluntad de fos. individuos, Igual ceurre en las relaciones del hombre con la vias tralesa exterior, do donde saca los medios pare’ satis acer gus necesidades, asf como la manera de emplear Hoy, con nuestras fabricar y méquinas, Ia manera de satisfecer nuestras necesidades fisicas es contravia. a las costumbres que reclama la epopeya. primitiva, Se ‘ha visto que la razén piilica, con sus méximas y pein- cipios que dominen la opinidn individual, no debe ser Introducida en Jas ereenclas y situaciones verdaders mente épicas, De igual modo, el hombre tampoco debe sparecer como hablendo roto e lazo que le une a la naturaleza, como habjendo abandonedo ‘ese vivo co" mereia.eon ella, por el cual goza de sus productos 0 lucha valerosamente contra los obstculos que le opone. Tal es el estado de sociedad que lamo edad heroics, en oposicién a Ia edad iditia, Le hallareinos-descriptS fen Homero con la més ella poesia y eon admirable riguera de carscteres. Hste cusdro de Ia vida doméstica ¥ Dibba no nos ofrece nf las eostumbres bérbaras ni Ja simple prosa racional de una sociedad ya estructa- ada y reglads, Pero el punto principal es el concer niente a la libre individvalided de las figuras, En la Mada, Agamenén es clertamente un rey de reyes ¥ Jos demés principes se someten a su cetro; pero eu soberania no es una fria relacién de mando y cbediencia entre duefio y servidores. Por el eontrario, Agamenén debe comporiarse prudente y respetuosamente, pues, los jefes particulares, en modo alguno ton sus lagarte- nientes y generates, ‘sino que son tan independientes como él mismo, So relinen libremente en toro siyo van en Ta expedicién por diversas motives, Deben tou Sultarce entre sf, yal que no Te plazea seguirles, como ‘Aquiles, se aleja del combate. La libre participacion, como la abstencién igualmente volunteria, mediante Ts enal se conserva la inviolable Independencia de la Individualidad, da e todas las relaciones forma poética, Hallemos la misma relaci6n en las postiaa de Ossian, ‘as como en el Cid, ese héroe nacional de Ta exballeria ‘romintica, El pueblo esté eon los prineipes en la misma velaclén que éstas con Agamen6n. Les sigue voluntariae ‘mente, Todavia no hay ley alguna que constziba y a Ia cual tades estén sometidos. E] honor, In estimacién, el sentimiento de vergienca ante el més fuerte, cuanto hhay de imponente en el cardcter heroleo, constituyen 1 principio de la sumisién. De igual manera reina el forden en el interior de Ie casa; el orden como senti- miento y costumbre, no fijado y reglamentado previa ‘monte. De tal forma, parece que todo ee produce nat almente. Pero la epopeya debe representarnos un mundo espe ctficamente determinado, que ofreze eh todos sus 83 pectos un eardcter original, Per ello, debe refljarncs 1 mundo de un pusblo particule. “Bayo este aspect, Waas as Cpopeyss primitives nos ofrecen Ia imagen de-un exptritu nacional, reflejindese fen Ta vida doméstiea,-en Tas costummbrey-y relaciones sociales, en Ta guerra y In paz, en las necesidades inte- Tectuales, en las artes, usos’ e interes, siendo en senerl Ia exresin del pensamfent do un pueblo en fodas rus formas y manlfesaciones, Por ell, aprecar Inu obran trian, tstudlarin fondo, wa tanto coma Inger pasar ante noestra mirada capita nacional do cadn nacon: Reunidas, eta tpopeyen tepresentan 1 historia del mundo en i bel) ove vitaidnd, et 1 fescura de au desovolimtento Si, por elem 22 Gere conser l esprit gregoo, al menos Ie esta as es hechov ygetan que corresponden a au ovigen bara reconstfe' drama de at propia historia es Binguna otra fuente se manifesta de manera tan ova 7 tan spe como en Homer, $B mundo nacional efrce dos aspects; el Indo mate sialon ate 7 Mion posiivs relatives Se Gate ulin tiie, la sitoncon geogifie yal lim, la tonfiguraich de ple sus rion y monty fovcta 4 toa ln naturalesncieupdante; a ado eels et Fondo del pnssinients nacional, al come se antficba ia selltn, a fami In sdledad eee ‘Esto no. tofor para que ana epopeya nacional oftesea sn interés duraero's los pusblon extrafiony a stra edaden, ex presio que el mando desert no pose tenesenaslamente a una’naconalitad periculet, Seo fue [o sen de tal suerte queen pueblo copecial mess fn sos heroismos y hasan el eraser Ge a humane fad genera. Finalmente, eta forma general dela socedad épica no debe estar representa en esta de pat tase aalidad, sino que debe aparecer simplemente como la ase sobre in tush se al un oconecimlento que se Aesarroll por si mismo y GReetamae gs «fe naclonalidad en todos sos punto, la manifiesta on sf Tsmo. Tel acontcimlente no puede ser. un simp Hecho aztdetal sna tna seiéndeterninada por ea fa morales del orden mig elovado ¥ que ee eutpls tediante fa voluntad de le personas Bs mis: esos don tdrminos, tudo evil et pusio yecidn tae Saat no dbex paar La mister terme eo” HNtal be mnitienta ln edad herolca de un pueblo debe ‘encerrar colisiones. En esto, Ia poesia épica camina por fl mismo terreno que Ia poesia dramética, Por tanto, Aebemos diferenciar ambas colisicnes. ‘Considerando las evsas de la manera més general, el conflleto da estede de ‘ofrece com) Ta sit cldn mis eBaveniente para la epopeya. En efecta, la suerra significa toda una nacién puesta en movimiento ¥y reveland6 en sus situaciones piblicas una Inspiragléa y actividad vigorosas, puesto que es Ia ccasién més frande que tiene de escucharse a s{ mlsma. Este prin- ipin, en verdad, esté contradieho por la Odisea y por ‘otros varios temas de poemas épicos. Pero la ealisién, que la Odisea nos refiere halla su origen en la guerra de Trova. Bn cuanto a las epopayas religiosss, tenemos fen contra la Divina Comedia del Dante, Sin embargo, también agut deriva ta. principal calisién de Ta caida original de Satén, eolisidn que se continda en la tierra, x Ja vida humans, mediante el perpetuo combate entre 1 bien y-el'mal, que se eterniza en el castigo, la expla ‘cin y la glorifiacién, el infierno, ef purgatorio y el paraiso. En las combates, el valor guerrero es el principal interés; pues la bravura es una cuslidad del alma y tun modo de actividad que no se presta bien nia In fexpresién lirica ni a la dramética, mientras que eon- viene eminentemente a Ia expresién épica. Lo que sobro ‘todo nos intereta en el drama es Ia fuerea 0 la debil ‘dad moral de los caracteres, lo patético de las situacio- nes, Ia pasién, mientras que en la epopeya nos interes el lado natural del cardcter, Por consecuencia, Ia Brae ‘vara halla su verdadero lugar en las empresas naciona- Jes, porque no eg un acto moral al eval se decida la voluntad por si misma, como deber dictado por su com clencia; es algo innato y natural que se alia muy bien con lo moral, pero més espontineo que reflexivo. Por otra parte, para manifestarse, necesita perseguir fines [préetices, més propios para describir que para expresar Sentimientos y'pensamientos liicos. Los actos de la voluntad y los azares do los acontecimientos exteriores 20. om, Fnner mantienen en eu fic! la balanza, Por el contrario, en el drama esté exelufdo el acontecimiento simple eon sus obsticuloa puramente exteriores, porgue Io exterlor no Duede conservar derecho alguno independiente; debe derivar del fin que persigan los personajes y de loo méviles de sua seclones. ‘Sin embargo, no debe olvidarte un Umaite esencial en la epopeya; piles los verdaderos temas éplcos son Ins guerras entre naciones, Las luchas entre dinastias, las ‘guerres civiee, las conmociones interfores de fos Esta flor ton més adecuadas para la representacién dramd- tea. Ast, Aristételes, por ejemplo, recomionda en su Podtica (cap. XIV) a los trégieos que efcojan com> tema de ss obras Ios combates entre hermance; a este seénero pertenece In guerra de Los siete contra Tebas. TL—De LA AcciON toca. —Dividiremes este estu- io sogiin loa siguientes puntos de vis 419 Aunque Ia acelén épica reposa en una base geno- ral, sin embargo debe ser individualmenta viva y deter. minada, 29 Como la accin slo puede eumplirse mediante los personajes, tenemos que determinar la naturaleza de los caractoren pio. 80 Za cbjetividad de Ja aceléa plex no se maniflesta solamente mediante el eardcter exterior, que afeeta a Ta marcha de loa aconteelmfentos, ano mas bien me- dlante la potencia superior que los goblerna. Hsta po- fencia se revela como necesidad Interior ¥ culta, al mismo tiempo que como direccién manitiesta de los poderes eternos 0 do la Providencia. 18 Antes hemos exigido una empresa nacional eomo fondo de la epopeya, empresa ea la OHTTE athe todo sl genio do un pueblo on Ia lozenfa de au existencia he- olea, Ahora, debe desligarae de esta base un fin par tieuar, on cuya Toalizacion ee manifiete también el cangetee nacional eon todas aus eapeetos. wowriea at Come ya sabemss, este fin tome en la epopeya la forma de un ocontecimiento. Por tanto, debemos moi trar cémo so concentra en esto acontocimiento Ia vo. Tuntad y 10 astividad de un pueblo, Aecidn, aconteci- ‘mento, ambos proceden igualments de su expirita ge- nera, 61 cual se realiza, no sélo bajo una forma espeeu- Iatlva mediante sus ereencias y sus eoncepsiones, sinc tanibién bajo forma aetiva mediante los hechos de su historia, Ahora bien; esta realizacién tiene dos aspoc- ‘tos: el éxtevior, el fin en st mismo que el hombre se propoue sleanzar, del cual debe conocer Ja nstureleze, ‘querer st eumplimiento, atribuirse e imputarse los re: 4ultedos; el exterior, el mundo fisice y moral, en medio al cual obra el hombre, y euyos azares pueden ofre- ‘eérsele como obsticulon 0 come modioa. Si ahora se con ibe el mundo de la voluntad en indisoluble unin de bos agpectos, de tal modo que ambos conserven les, mismos derechos, entonces el aspocto més profundo toma también Ia forma de un hecho suoedido y da. a toda la acclin Ie apariencia de un conjunto de acontes cimientos, Pues ya no es Ja voluntad interior con sts ‘deeeos, sis motivos personales, sus pasfones, aus pine cipios y fines propios lo que aparece como principal En la govién proplamente dlcha todo se retrae al carke- ter interior, al deber, a 18 concieasia, a la resolucGa, te, En los acontectnentog, pore) cntrario, el aapecto exterior conserva su derecho absolute, En este sentido, Ya he dicho precedentemento que el problema de 1a poesia épica consiste en representar el desarrollo de una feelin eomo une serie de acontacimlentos, y por con- seeuencia, no solamente ea mantener fo exterior en el cumplimiento do Joa fines, sino también on eoneeder a ‘ecidn en au intima naturalera, En evanto a Ia naturaleze del fin principal, euyo dee arrollo reficre Te epopeys bajo ia forma de un conte. clrmlento, este fin en modo alguno debe ser una abstrac- cidn. Por ol eontrario, dabe ofrecer un carieter comple- tamente conereto,.sit- que parezea arbitrario sia em Dargo, puesto que ae realita en el seno del eapfritu gee neral de la nacién, Por ejemplo, ol Estado en sf, la pax fria 0 la historia de un Estado, de un pals, es algo eneral que, tomado en esta generalidad, no aparece Como existencia conerets e individual, es deelr, en indie foluble alianea con una viva y determinada’ persona, Guando Io tucedido no se representa en escena coms Ja aceién, ta voluntad, la pasion, le desgracia o la haraa de un héroe doterminedo, cuya individuatidad su aistra la forma y toma do la representacléa en #0 Conjunto, entonced los acontecimientos aparecen lax ‘mente en su fria y uniforme sueesién, como histerin de tun pueblo, de un imperlo, ets. Bajo este aspecto, Ia més grande e importante aceién serta la historia del ‘mundo mismo, tratando ests accién universal en el feampo do batalla del eapirity general como epopeya absoluta cuyo béroe seria el espfritu humane, im huma- nnidad desligandose de los lazor de Ia natnraleza y ele- ‘indose a la civilizscién. Pero, por ss misma univer- salidad, seria un tema poco susceptible de individuall- zacién, segin el arte lo requiere. Para que tomara for- ‘ma podtica, se necesitarfa un personaje libre y actuante Dor sf misio. Pero éste no sera padtieamente posible fen tanto que Ja verdadera arguiteetura de Ia historia ‘universal, Ia ideo absoluéa que se realiza en la. Roma nidad, no se reaice con lor rasgos de un sor individual irigeate, que determine y realice los acoatecimientos, © bien obre simplemente como necesidad y potencia ceultas, En ef primer caso, la mltiplicdad infinita do fontecimientos sobrepasaria los limites de la indisi- Gualidad, tal como el arte la reelama. En el segundo, se necesitaria que el espirita particular de cada pue! fuera representado a ru ver bajo los resgos de un hires particular y que la historia ee desarrellars ante noe tras eomo combate de estos héroes, Ahora blen; éstoa stle podrian tener verdad, incluso podtica, en tanto que fueran personajes reales de Ja historia universal, Pero ‘una sucesfin do figuras qua sobrenadaran un momento, para sumergirse en seguida en la corriente del tiempo, Posrica os slompee carecer(a en au conjunto de wniged individual, ‘De agul ge deduce esta regla general: la acelin épiea ‘inicamente alcanza vitalidad poética cuanto se. con contra en tn tolo individuo. De igval modo que un poeta concibe y ejecuta el conjunto del poem hhéroe debe eetar a la eabeza de Ine acontecimientos, Podria ereerse que los acontecimientos biogréficos qe forman la dsterminada vida de una pereona son el toma més perfecto y verdaderamente épico: pero no es ssi. En efecto, ex Ta biogratia el Individuo es siempre mismo e ldéntico personaje, mientras que los aconte- lmlentos de su existencia pueden desligarse, dlseri- narse, aparecer como absolutamente independiente, de ‘modo que el tema conserve Gniesmente una aparieneia do unidad exterior y accidental. Pero, para que el pos- sma épleo tenga verdaders.umided, es preciso que la ‘propia accién la tenga también. Ambos térmlnos, unidad Gel personaje y satdad de accién, deben combinarse ¥ cconfundirse: Asi, en la vida y hazaias del Ci, el interés 2 concentra sobre un noble personaje que defiende el suelo de su patria y en todo se muestra flel a sf mismo, fen el desartollo de eu earcter, en su heroismo yen st in. Sus aeeiones son acontecimientos qua parecen ca rminar ante el como ante uno de esos dlases que repre- genta In escultora, aunque en defintiva todo omano da fu persona, Las poesias dal Cid'no son, sin embargo, mis que una erénica rimada, y no una verdadera epo- peyai'son una especie da romance. Conforms exize esto fénero, se trate de una serie de situaciones desligadas ‘onde on muestra esta existencia heroiea y nacional, y ro es necesatio retracrles a In unided de un aconto- lento particular (1). Por el contrario, hallamos rea stat ty Start, mores ee gee tee eat Shae Pie a se mom Izada dela manera més bella dich rea on i Meda y tna Ose, con Agile y Uses, eas dos figaras que Strmioa y borran atias ls erty, Tpual uced eon amayane. Bajo ete aspect, Dont toma una posston Jaiclermente notable ea Divina Comedia; en elo {eyed née el propo pln 29 Ln octa pion en gene refine aeontecimion- toa; por su Sendo y's forma ote un carter obj {86.Bin enbsryo, como e aonatesimieat es na eae {uso desnvunie ate seston oo, an oe personas So ets ston nfortanon dent, io pence de Ta cs slo es peneeten saan hombre 0 dlses, fen cbrar resbnestes y cuanto mise identifiean {on lo asotesianio, mde derecho denen a desper {ff el interce, Por ent iad, Ia poesia fice se halla en ue la oesia ramen. morta cor ia fo ve dintingze apsalonte thopea en In representzcin de los personae "Gia conseeuencin resaltente de Ta objetivo oo caraioren finer es gus Jat figuras principales eben sfrecer un cinfunio de reagot que Is haga hombres SCmlaten eben desarrclare on ele #6doe le nee foo do In natusatsn homens, af como o aentinseato nsonal en todos aus apestos. Astron fos prinlpales ertonafe de Hlomero, 21 Cid aos preeniasamefante uluplldad de rarge, do earactere, de uncon ono hilo, hires, stant, eapsm, duo de Ta cama pie, Bin en fat rsaciones eon au Fey, aus eigen, fis emigou Bor el cotrario, oan epopesas de ls erbarno ects pores eonezordan tan Mn gue fmm wn tad, Fd coneaticer ieee eno erty cab Staa"ftatats, Sato Geamrols de as ms trlianie heassa ‘ova thre ton tla aracare"qe nadie be esaenla SE ESR ay poetica 95 Edad Media nos ofrecen caracteres mucho més simiples y abstractos, particularmente cuando ous héroes, Limi {andose a seguir los intereses de la caballerf, ee alsjan de In esfera de la vida socal y nacional ‘Ahora bien; el desarrollo de serejante eonjunto de cunlidades on’ les mis diferentes situaclones, e una tondieién principal psra la representacién de los cercc- tores épicos. Las figuras tragicas y cémicas de la p sig dramatice también pueden ofrecer igual riguess interiors pero, como aqul el interés principal eae) eon flicto entre una pasiin siempre exclusiva y las demés posiones opuestas, y esta lucha ge encierra en limites sds estrechos; como, en una palabra, los personajes eraiguen fines mas doterminados, si semajante varie- fad no es supersiua, es sia embargo de mézito accesorio. Retrocede y' se borra ante la representacién, ante le ‘paulén dominant con sus motivas y desarrelle. Pero, ‘en Ia vasta extensién del potma épieo, todos los aspec- os del eardcter hallan ocasién de desplewarse, Esto sorresponde en principio a la esencia misma del poe- tna épieo; ademis, el hézoe pico, como representaate de toda una clvilizacén y de todo un pueblo, tlene el ‘leroeho de mostrarse tal como es. Vive en esas Spoeas sgenuss en las cusles el cardcter individual conserva, ‘Por Jo mismo que estos personaiés son naturalezas ompletas que resumen brillantemente Jo diserinado fn el cerdcter neciona, estas grandes y nobles figuras Dueden mazclar a la eabeza de los principales aconteci= Tientos, de modo que se vineulen a su persona, La rnacién se concentra en ella, se encamma en un individuo, ‘Un tercer aspecto a gelalar en os personajes épicos, resulta del hecho de que la epopeya no tlende a presen- farnos una aceiéa como tal, sino un acontecimiente. Ea Ja poesia dramatica el personaje despliega su energia n Ia obtencidn de un fin. Pozo este procrupacién eon tante de reaizacién de un fin nico e extra al poems Spice. El héroe, en verdad, puede tener deseos particu lures; pero no'son tas lat tales acelones dirigidss intencfonalmente hacia un fin, que flenen importancia capital, sino también toda eircunstancia imprevista; las, circustancias abren con tanta eficaca, y frecuentemen- te més, que ellos mismos. 3 Ya he dicho que, en el drama, a pasién o la volun- tad de los personajes es el principio esencial que deter- ‘mina 20 destino y constituye la base permanénte de la ‘secién. Los scontecimiantas que se eumplen parecen de= ender absolutamente da su cardcter y de los fines que fe proponen. Entonces el interés principal de la accién fe concentra en el aspecto moral. Por tanto, sl en el Grama las circunstancias exteriores también tienen valor, s6lo lo adquieren por el partido que sacen de elas Ia pasién o la voluntad de Tos personajes, o bien por la manera de reaecionar el eardcter ente dichas cit~ unstancias, Por el contrario, en la epopeya las cireuns- tancias y los accidentes exteriores tienen Igual impor= ftancia que la voluntad Interior, y las acciones huma- ‘nas semejan a los acontecimientos exteriores que pasen lante nuestros ojos. Dependen de las cireunstanciss, 0 2 menos su cauce queda trazado previamente por é3ta3. EL personaje no obra solamente de una manera libre, de sf mismo y por si mismo; se encuentra arrojado en ‘medio de una vasta complication de elveunstancias fial- as y morales, que le apremian por todas partes. Este tardcter debe sonservaree en todas les pasiones, resol ‘iones y empresas de fa epopeya. En verdad, parece que fentonces queda inevitablements abierta una via todos Jos eaprichos del azar. Y sin embargo, por el contrario, fs Ia existencia necesaria y absoluta la que representa festa sucesién de acontesimientos exteriores, Esta con tradieciin desaparece porque los aeontecimientos y Ia aceida, en general, estén regidos por la necesided, En este sentido puede sostenerse que en Ia epopeya omina el destino; pero no como ordinariamente se le fentiende en el drama, El cardcler dramitico, por Ja naturaleza de su fin, por la voluntad de realizarse en situaciores. dadas y plenas de colisiones, se erea su propio destino; mientras que, por el contrario, para at adie case 1 caréctor épieo resulta do la fuerza misma de Jas ‘cosas, Ahora bien; esta fuerza de las clrounstancias que fimprime a la acciém su marcha particular, que da al hhombre su suerte, que determina sus acsiones, et el dominio propiamente dicho del destino. Cuando sucede, asi sueede y sucede necesariamente, En la poesia Iivien se have escuchar el sentimiento, la roflexiéa, el interés personal, la pasi6n. El drama despliega ante nuestra Vista el derecho interior de la acsién. Pero la poesla, plea representa la acelén en el elemento de la existen- cia general nevesaria, No le queda al hombre otra cosa ‘que seguir ese orden fatal y necesario, estar 0 n0 estar fen armonia con él, y entonces sufvir su suerte como pueda y debs, El destino determina lo que debe suceder ¥ sucede; y como Tot mlsmon personajes tienen earae- {eres pldsticns, también los resultedas, los éxitos y os infortunios, la vida y la muart, ofracen este cardct Pues el especticula que ee desarzeila ante nosotros es, propiamente hablando, el de una gran situacion gene ral, en la cual Jos actos y destinos de Jos hombres apa- recon como algo individual y pasajero. Esta fatalided es también una justieia superior. Pero no es trégiea en el sentido dvamatico del término, el eual supone que el hhombre aparece como persona, sino en el sentido épico, sogtin el cual el hombre aparece eomo juazado en las cosas gue personifica, Y aqui la Némesis trégica con- Site en que la grandeza do los scontecimfentos es de tal indole que aplaste a los individuos, El conjunto ests dominado por un tono de trlatesa. Veros que bien pronto perseers lo més glorioso, Aguile, vivo, deplora su muerte préxima, y al fin de ia Odisea, él y Agame- én, nos sparecen’como muertos, como sombras que tienen Ia coneiencia de no ser méa que sombras, ‘La manera de ser ropresentada la necesid sconteclmientos, puede ser muy diferente, La primera, ia menos expliita, es la simple expos cidn de acontecimientes, sin que el poeta, colocdn- ‘dose por encima de un mundo do divinidades que los Girigen, explique la necesidad de los hechos particulares, de Jos own. ures ¥y del reeultado general mediante el deereto, la interven- ‘lén o participacién de las potenclas superiores, Pero fentonces, el tono general del rectade debe hacar sentir ‘que en los sconteclmlentor referidos 0 en las grendes Daslones de los personajes y en los destinos de toda tina rata, no se trata solamente de algo pasajero y ac- tideatal ¢ Ia vida humana, sino de acontecimientos que tienen su vazin de ser en st rltmos, euya neceaidad reside en Ja accién oacura de una potencia misterioce, ‘aunque no esté representada posticamente bajo resgos Individualos y en eu aceidn visible. Los Nibetengos, ‘por ejemplo, mantienen continuamente este tono. En segundo lugar, dflere ecenciahnente de este modo de eoncapeién aquel on el cual so cumple la porfosta usin de todos Tos destinos bumanos y de todos los fe- idmenas de Ia nsturaleza eon los deseas, la voluntad y Jos actos de un mundo de divinidades que se offeden Dajo rasgos diversos; tal, por ejemplo, como los halls- ‘mos en las grandes epoperas indias, en Hometo, en Virgllio, ete. Aqul se ofroee en particular le regia segin Ta cual debe conservarse la relaclin poética y la inde- Dpendensia respactiva en Ia sesién combina do-los ‘loses y oe hombres; de suerte que nis dieses queden reducidoa & simplas abstracciones sin vida, mi los per sonajes humanos puedan descender al papel de simples ‘ministros obodientes a los di TL,— Det posse rico EN sy CONSUNTO YEN su UniDAD.—La acclén individual, que se desarrolla en el teatro de una civilizacién adecuala, y los personajes, ‘ulados por los dioses y el destino, deben combinarse para formar la unidad épiea, Me limitaré a indiear: WEL confunto de ins objetoe que deben ser repreaen- tados, en razén de Ia relaciéa fatima que une In aecisn particular eon su base sustancial 29 EI modo de desarrollo particular al poema éplco, ¥ por el cual difiere de Ia poesta liriea y de la poest Gramitica, ‘8° La wnidad concreta que debe ofrecer la abra épfea, ‘9 pesar de la extensién de su desarrollo. 19 Como hemos visto, ol fondo de Ia epopeya es un mundo dande eucede una accién individual. Por conse- ‘encla, de ah la maltiplicited de tos objetos pertone- Clontes a las ideas, acontectmientos, altuaciones de ese ‘mundo en su totalidad. En verdad, la poesia Ira desarrolla situaciones de- terminades, en cuya osfera puede introducir el poeta tun gran nmere de objetos mezclados a sentimientos 7 reflexiones. Sin embargo, siempro seré la forma del sentimfento Is que sumizistrard tipo fondamenta, Tn cual excluye una vasta pintura de las cosas exterio- res. En la obra dramétien, como representa los aconte- cimiontor de la sccién y los caracteres en medio ds la ‘da real, el exterior de los personajes sale nevesariar ‘mente del tema mlsino. Sin embargo, son los motives 4e le secién y no as deseripeiones de los objotos cir ceundantes Jos que eonstituyen el tema. Peso, en la epo- Deva, aparte de la historia nacional que sieve de base & Ia acelén, el mundo exterior ecupa un Tugar tan impor- ‘ante como el moral; se manifiesta asi bajo tolas sue fases, Jo quo puede’ lamarse poesia de Ia existencia Jnumana. A olla se vincula primeramente el espeeticolo circundante de la naturales exterior, no s6lo como Ia- {ger particular da In excena, sino como vision de toda Ia aturaless. Aprendemos asi a conocer, mediaato la Odi- fea, cual era le coneepetin de Ia forma de la tierra, del mst, ete, par loa griegos eontempordneos « Homero. Pero estas deseripeiones no aon el tom principal, sino ‘qe allo ofvecen el fondo y dltimo plano del euadro. $0 esarrola como més esenelal Ie coneeyeién del mundo ae Jos diosea, en cus existenciasy acciones. Bx un plano Intermedio aparece Ia vide humana, pdbliea o privada, fen el conjunto de sus altuasiones, costumbres y usos, de sus caracteres y-aconteelmientos, tanto durante la pas eomo durinte Ja guerra, ¥ todo eato en dos diree- 206 ow.» mroRL clones: en virtud de Ia acalin-indtvidual y en virtua de un estado general, en la esfera de Ia realidad nacio- nal 0 extranjera. En fin, peralelamento a todas estas fosas que pertenecen al orden moral, no s6lo ae ven ‘manifestarse los acontecimientos exieriores, sino. al ism tiempo Jee tentimientos interiores, el'fin Ina intenciones del personaje, sus actos buenos 0 malos. Asi, lo que constituye el fondo propio de la poesia Flea o-dramatiea no queda exeluido de la epopeya; sola- mente que estos aspectos, en lugar de suministrar el po fundamental da Ia representacién total, no pueden veler mds qie come mementos, sin imprimit al todo sa carfeter particular, Loa aeatimientos ¥ reflexlones de- Den ser expuestos en clerto modo como extrafios 2] poeta, como algo que ha sucedido, he sido dicho, pen- ado por los personajes, sin que ee interramp4 el tono ¥ sltmo tranguilo det recitada, El grito de pastén o el fanto del elmo, que dnieamente se produes para mani- estar nuestra propia individualidad, no debe tener Iu- gar en In epopeya. Ea poosfa épiea tampoco rechara la vivacldad del dialogo dramdtice. La epopeya no debe mostrarnes este variodad de objelos ea su existencia simplemente Independiente. Lo faye constituye Ia verdadera epopeya ea un acoatect- tmiento particular cuye desarrallotraza. Pero, pera que ede en una aceién Limitada en sf, ligada a detalles ror lo dems accldentales, eata vasta etfera de objetos debe ser puesta en relacién con los acentocimientos que constituyen la accién particular. La Odisea nos ofreco el més bello efemplo de esta unidad. ‘Ya hemos loko que el mundo de Ja epopeya debe ‘star leno de collsiones, y ademas que esta base debe parecer bajo la forma de un acontecimiento determ!= zado, Pues bien; es on esta acciin individual donde hay aque busear ol punto de partida para todo e] poems, pico Esto es singularmente importente para las primeras situaciones, También podemos designar aqu{ como mo- elos ala Iitade y a la Odizen. En ta Tiada, ln guerre do ‘Troya es In base general, Se desarzolla y marcha con la Boerica it accién, pero solamente aparece en el efreulo de Ja aceiéa eterminada que se reflere ala edlera de Aquiles; y ‘tal el pocma comienza, en Ia més balla elaridad, com Ya tscisiéa del héroe principal, que so separa viclenta- mente de Agamenca, ‘20 Aporte de este punto de partida, el poema épico Gifiere esencialmente del poema Iitico y dramétieo por Ja manera de decarvoliarse Tip primoro a considerse conclerne a la extensién de ta epopeyas Esta extension ae basa, al mismo tiempo, en tl fondo en le forma. Hemos visto qué multiplieidad do objetos recoge el poems épico; pero ademas, como todos estos detalles toman la forma de la objetividad y de la aparlencia reel, todos afrecen una forma indepen fenta que el pocta épico se detiene a describir o eon- tar. Puede sesavrollar este aspecto en sus caracteres tcterlores, mientras que la poesia Iiien concentra euan {© aprenende en la intimidad del sentimiento, o bien Desa rapldamente sobre ellos, Umiténdose a generalida- fee_y reflexiones que los eondensan en pocss palabras, Pero la objetivided épica tiene por consecuencia inme- ‘lata el desarrollo y Ia multiplictdad variada de los diversas rasgos, Bajo este aspecto, en ningtin otro gS hero como ea ls epopeya tienen los epiadios el derecho ‘de emanciparse hasta el punto de parecer completa mente independientes, Pero, sin embargo, los episodios Geben vincularse al desarrotio de la acci6n, aungue slo ‘ea como obstaculos que retarden su cura. ‘i ahora examinanios de qué manera es caps2 Ja pos sla épica de motivar ef desarrollo y Ia marcha de los fcontecimfentoe, observames que no pueda basarse en cl cardcter puramente individual de los personajes, ni ampoco en. motivos personales; ello seria entrar en les dominios de Ia poesia leiea y draméties. Tambiéa bajo este sopeeto debe consorvar la forma de te objeti- Pidad, que eonstituye el tipo fundamental de ta epo- peya. En efeste, ya hemos visto varias veces que, en la Spopeye, lee circunstanciae exteriores no tienen menor soe o.We7 BEGEE ‘mportanicla que los"fotivos emanados de la voluntad e loa personajes y de au carfeter. Cardcter de los personajes y necesided de los acontecimientos estén en ple do respective igualdad. Por eonsecuencla, el pereo- naje 6pico puede eoguir In marche de los acontecimien- tas exteriores sin vergUenza ni perjuicio para su indi- vidualidad postiea, y sus acclones parecen ser un sin- ple efecto de los tsmos; mientres que, en el deama, In causa preponderante es el eardcter. En general, ai se quiere caracterizer el desarrollo de te acelin épicn, dando cuenta de au extensién — que da ‘mis moroeidad a la reprosentacion — y do la marcha e los acontocimientos hacia el resultado final, se pueda decir que en el género éploo Ia exposiclin, no sélo se Aetione en la deseripefOn do las eireunstancias extorio- res y de las situaciones morales, sino quo ademas opens ‘bsticules al desenlace, Por ello, sobre todo, raterde fe diferentes mancras e) curmplimiento del fin princl pal, mientras que el poeta dramitico no puede perderio (vista un solo instante Pero, ants todo, 0s nocesario Guo semojantes cbst los no 22 muestren como medioe empleados para finet simplemente exteriores: En efecto, ai ya el estado de dlvlliacién que sirve de hase a le epopeya no es verda- eramente poético mis que en tanto parece haberse formado de si mismo, también el curso entero de los seoutecimientos debe nacer de sf mismo por el hecho de las circunstaneias y del destino original, sin que se fevidencien las Jntenciones del poeta. Si, ademis, 50 ealoea en Jo més allo del poema un mundo de dioses ‘que dirigen Jos acontecimientos, os particularmente ne- ‘eesarlo en este caso que la ereancia del propio poeta sea e lo mde vigorass y vive, puesto que son los dioses prineipalmente quienes suseltan log abstéeulos, De otro modo, esins potenciae superlores sélo serian conside- radae como simples méquinss sin realidad y sin vide, tayendo al nivel de un simple instrumento dol poota, OBA te 36 Despuis de haber teetado brevemente dal con- onto te objeto que poede recger a epopeye, del des Mille deta accion y do la marcha do los contd: Siete, presentaremos de nievo Ia cuestion de la lnfdad el poema ico ¥ de sus Hits. ise puede terminar v contingar oa epopsya expr: coviimbate? Aungue exta opin ha sido prefeseda por fombres espirtuales y sab, eomo FA. Wolf, por Umiple, ao dla de ser one opin bishara y gronea, GR goo, ex realidad, tlende a rechasar el carter WeSSbretartsties en Ios-ms bem pocras épicos. En Stott afi en cuanto recuerda Ia imagen de un mundo Cennpoto en te unidad y av independencia es In epopeya Gtavabea de ert libre, por opsilgn a les descripsiones Uo‘petes asian ode series de echos en yoxtapes- on etinida. Sin de, puede concederae que, pata in epopeya proplamente dich, es dei, In epopeva pe itis io aprectaion peremente exttiea del plan y eongenitucin ee nus partes, db Ia viquca de ee seis 'Ge ae eomperacions, et, en modo aguno e2 eeilgal’ Ee ells macho ms queen Tain yen a AES te epcns ponterors, ny erence genert~ featas ideas veigiacas,y en general cuanto contitaye STioSda do estan bits ponrares, debe ser conideraZo Lent minante. Sin embargo, ef Ramoyano, In Tied, {e Ouita ieluso Las Nibetugos, no debea perder 10 co cus bajo el punto de vinta de la Deller, pued writes In dlgnldad Ge obra artistic, on deisel seat ofacernos un to acted, una aciéa com vrei ge trate, poe, le deseubrir el verdadero carter Te lea uniaed conforma i idea del arte ‘anda tomade en uo sentido tan genera, ba Tix ote hin ena epopera como en Ia taxed, ut seen io gue an presta a muchos egevoces. En fect, [iis econtecimiento 86 prolongs al infinite. Se extien- Sela gore pesado como por el pervenir, eh ane seca Percnutancas y do hechospartelare,

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