You are on page 1of 59
" TESEO | REY DE ATENAS MITOLOGIA GREDOS (© Bernard Sous y Jog Ares pore texto des novel (© jan Cars Mowno por ato dea perience {© 2016, RBA Contender Eoin y Auhowos, SAU. (©2016, REA Coleone: SA Resin: EDITEC Diese abr Uoay Man int ier ccna ‘srcoes Per Mas Forages chino REA ‘Aurion msgs ie Lor Laces ‘orks rasa y corn Macs Jaén Sacer y Sasa Ofte users todos derechos Ning pre de | a pbs pode er reproduc snc | ‘© wnat por ning mes win priv de ed. san (.C)-978.94-473-8602.0 ISBN978-4-473.0707-6, | Depé lo B 4187-2017 impo Roden opera Expat Pied Span Con la pretensin deengandeer todavia mis 1a iudad, invitaba a todo el mundo a la iguldad 1 el eagulvengan todas ls gente fue el hando de Tiseo cuando proyectaa a fandacén de wn pueblo universal Vous ponaenas, Puitaaco. Daaseetis Pensove Los atenienses Testo ~ rey de Atenas y en Crets, Eceo ~ padre de Teseo y rey de Atenas, que se suicida al creer, por un descuido de su hijo, que este ha muerto ante el Minorauro, Era ~ madre de Teseo y princess de Trecén, Los nvpkrmas ~slos bien nacidors, ciudashinos de Lnaye ‘més noble de la ciudad, que ostentan derechos exclusivos Maxest1o ~ hijo del noble Peteo, desterrado por Fgeo, que se convercii en rey de Atenas, Hip6uivo ~ hyo de'Teseo y Antiope, herman de li reina de las amazonas. Fein — guerrero del Atica,fiel aliado de Egeo. ‘Acawaxte ¥ DeMoronre ~ hijos de Fedra y Tesco. roe vencedor del Minotauro Méroes y heroinas émctas ~ hévoe famoso por su fuerza, hijo de Zeus yy de la morta Alemena. [Himéurt ~ reina de ls amazonas ls mujeres guerreras {que habitan en la costa sur del Ponto Euxino, el aceul mat Negro. [ ‘MatasiPa ~ princes de ls amazonas, hermana de by revma Hipdlita. Pséroo ~ rey del puch de lo pits, venture petulante y compatier de armas de Tesco. ‘Cisvom ¥ Potux ~ hermanos de Helena de sparta, formidable guerreros conocidos com los Droscuros los shijos de Zeus, Axriore —princesa de las amazon, hermana de reins Hipilitay primera espost de Tesco, Fenaa ~ seyunda esposa de Tesco ij del rey Minos de Creta Hiropasta ~ expos de Piritoa, Hutexa be Esraera ~hijade Zeus y Leda, considerada, ya con solo doce aio, la mortal més hermosa de a Tiere, Los inmortales apes ~ dios soberano del inframundo, ensérone ~ reina de ls infernos, ane LA CONSTRUCCION DE ATENAS Ii, delante dela asamblea de nobles, que lo miraban com scepticism, Teseo pens6 que jams, nt siquiera en las grandes aventuras que lo habian levado a combaar con te- rribles monstruos y espantosos enemigos, e haba sentido tan intimidado, Situado en el cento de la sala, frente a la grada en la que se sentaban los nobles, los viejossabios y los mas esforzados jefes querreros, observ6 uno a uno a los oyentes 4 los que debfa dirigise. Reconocié enseguida a varios sol- dados que habjan combstide junto a su padre, Egeo,y «lot cos aistécratas de los que tantas veces lo habia ofdo quejar- se. Apoltronados en sus asientos en actieud de desdén hacia el ‘nuevo Tey, ninguno de los presente ba a ponérselo fil ‘A pesar del arrjo que habfa demostrado en todas sus ha~ atlas la vor le temblé en sus primeras palabras. Tal vers hu~ biera estado plenamente convencido de que aquel empren- dimiento, aunque fatigos, era lo que mis anhelaba, se habria ‘mostrado mis seguro, Pensé en la tgica y reciente muerte de upd ns promens ue iia co. Resp n= ‘tones profundamentey prosigui “—Batoy aqui para ecogeryyechar sobre mis espa la carga ‘que portaba el gran Egeo, quien ha muerto fruto de la fatal- dad, y vengo a pedir vuesa ayuda para que, juntos, la leve- ‘mos mucho mis alli. —Tiagé saliva mientns evitaba mira a Jos ojor a ninguno de los presentes—. Quiero que hagamos de Atenas el estandarte que gue toda la regién del Atica ala ‘prosperidad que merecen sus audaces hombres. ‘Un murmullo se extendié por a sla. La jormada habla pasado deprisa y"Teseo se haba sentido en ‘uta nube, como un nifoHevado de la mano, quizd por la pre= sencia de su malogrado padre, que aim notaba may cercana. ‘Apenassfi6 em os ropajes con que lo vestian sus srvientes ti en la omnamentacién que lucia el palacio real, Niel tacto suave de las telasni el intenso perfume que desprendian los aceites con los que le ungian los pes ys manos conseguian ‘que olvidara los recioslienzos de los aparejosy el olor a bre, ‘los que se senta tan prtximo. 2Era aquel lugar que estaba ‘ocupando el que el destino tenia escrito para él? Podia ser {que aque reine le perteneciera por linge, pero, cuando escu- chaba su interior, no oft el susurro de un pueblo hablindole de gobiernos sino los vitores de hombres valientes surcando Jos mares en busca de aventuras. Muy poco se conmovia al recorrer las inniimeras extancias palaciegas que le pertenecian ‘cuando pensaba que, en sx logar, cl vez ye no wolveria a ver cielo tapizado de estrellas en medio dela aka mar, Para nada 14 conrnvctty or areas squerria aquelas paredes cubieras de mérmol sien ellt no podia penetrar el viento de ponient. Jamis lograria dormir sin el graznido de las primeras aves que sobrevuelan al aba. ‘Ahora bien, a pesar de esas certezs, habia resucko hacer lo {que era debido: seria un buen rey.Se lo deba a su padre. “Atenas, La sola idea de vivir ali de forma defintiva le qui- taba el sei, Por mucho que sinter el apreci de sus sib tos @l el héroe que conocia recéndito ypeligrosos rincones, donde habitaban hombres con otras formas de vida, otra ‘radiciones, no podia soporta la idea de permanecer atado a lun territorio que solo le exigia saceifcios,y responsabilidades. Desde que, en su juventud, habia vueko de Trecém, donde se cio, se habia sentido ajeno a aque luge, un extanjero en st ‘erra.Asimismo, le daba la impresin de que muchot atenien ses, al igual que 6], munca habiantenida a sensacin de formar parte de una ciudad, que les reclamaba mucho a earnbio de ‘muy poco. Pero quis si Atenas cambiar, sla reordenara a st imagen, firme pero sofiadora, més razonabl, mu libre, seria capaz de congraciase can el ‘Ala luz de aquella mafana,Teseo vo lacerteza de que Sinica manera en que podria verse a sf mismo como rey era haciendo de aquella ciudad un lugar al que pudierapertene ‘cet. Mientras dejaba que ls ritualesen que habia de susinir| oficalmente a su padre paaran de forma fagaz sin recrearse, sin hacer de ellos un motivo de alarde ante su pueblo, en su ‘cabeza se fue forjando una idea que durin los espacios os- ‘ars de su mente, Todo el sufFimiento que arrasaba desde 1 pasado —la muerte de su padre la ticién a su amada,, Jos esfuerzos de su juventud por encontrar su camino ha~ biria sido gratuit, ine, si no consegufa eulminar la obra de ome cooraecién de Area y Hevarla hasta donde supe jamés Inia odo sofas, porque todo aque sfimiento ero que Ie habia condo hast ali. Tras reuse con lor nobles, determin qv Is primera acciones des rind iran dena lop la union en hermandad de mutua ayuda de todos los pueblos y aldeas del ‘sia, dseminades pol anu, po ls valle dels mon- tas y aleedor del puro. Con aides de hacerlo pablo, eavié ws heralds que anunciaran en cada rincon de la regiGn que Teseo, hijo de Egeo, nuevo rey de Atenas, los vi- ‘ava parapets que bo acorpadarn en agp aventura La hos de las hayas murmuraban al viento en el linde del bosque. Era un dia despejado y el cielo rabiaba de azul en con- ‘mate con el verde esmeralda del océano arbdireo que rodeaba claro, En un extremo del prado, protegidos por na guardia ‘de guerreos armados, se alzaban los estandartes de los canes del norte; en el oto, el de Atenas. Largasy ragost onas fijdas al suelo con estacas, ondeaban sobre la hietba, conformando ‘un reducido perimeto en el interior del cal los caudlos del norte aguardaban sentados en sus banquets, lanzando sus mi~ rads severe, curtis al hombre que al los habia convocado. ‘Teseo avanz6 hacia ellos portando un escudo de su padre, ‘que se habia roto en una de sus muchas batallas, Recorri6 ‘con sus dedos la enorme grieta, de aspecto casi doloroso, ‘que se abriaen el duro metal como tuna cicatriz en la piel ‘de un soldado. En el gesto de los jfes més veteranos advirid| {gue reconocian aquel escudo, pues no erin pocos los que hhabian estado junto a Egeo el dia en que se quebré en com- sae 1 contac as Date contra los pueblos que descendian de las montaias del nordeste. Echando el escudo aun lado, el rey habia segido combatiendo sin descanso hasta la victoria y se habia ganado el respeto de aquellos caudilos, Entendiendo el norte del ‘Atica como la barrera de seguridad de Atenas, Egeo habia procurado mantener buenas relaciones con aquellas gentes, mds ciscicas, mis dispuests a la batalla que todas las dems _gentesdticas,Serfacapaz su hijo de mantener ea alianza € incluso de convertila en algo mis? Por lo pronto, ls haba ‘comunicado que queria parlamentae con ello y habian acu- dido. Ahora bien, sabfa que no eran hombres de declaracio- nes ostentosas ni de discusos biensonantes, sino de hecho ‘A su sefal, entré un herrero con su dental de cuero y ‘su mazo, Le seguia un carro de madera trado por esclavos, sobre el cual viajaba un yunque, un enorme caldero donde bllia una mezclaespesay varios instrumentos para a fora. ‘Tesco entreg6 el escudo al artesano, que lo tom con manok experta. Entonces subié al caro, coloeé el escudo sobre el ‘yunque y luego procedié a colocartobre la resquebrajadara tuna pieza de chapa al rojo que extrajo del caldero. Ante la ‘mirada de todos, marileé la pieza metilica hasta dejar ad- hherida al escudo. Durante largos minutos en el bosque no se ‘oy6 nada més que los golpes de un metal contra el otto. Las aves alzaban el vuelo aterrorizadas. Habiendo acabado, en= 88 poco a poco la piez,salpcindola con agua, después le Plid las arises con ayuda de una pequeiia mela yl mpi. Desde lo alto del carr, entregé el escudo de nuevo al rey, Perfectamente recompuesto lito de nuevo par a batalla. ‘Tesco se aproximé al mis respetado de ls eaudillos, eon ‘quien su padre habla tenido una amistad entrafable. eae —Nobilsimo Fedén, menudo of que mi padre clogiaba «cae I wal En mis de um combat lo defense ‘yo protege con tu cuerpo aun aie de ender tu vida.¥ Noes sf mun, ce es ue Ego sempre ha ‘ria venido en ns ayuda cuando lo necestasesy él contiabs en ti para lo mismo. Vuesra ahanza ha preservado nvestros puchlos. At te pertencce por derecho conservar sus armas yo mientras le entregabs el escudo, El rudo Fein J cxtsvo ens manos acarici con sa dedo {nde el emblema de Egeo tld en el met yapret6 la man «Sibu anes de dec: —Trete compensacibn es cx para a pei del mis itustre dems amigos —Honremodo short unsendo mesos brazos exforzados para evar a cabo grandes emprendinaentos —jo Tesco ‘Onn de los jefe, que exaba sentado en un extreme, gris on vor prof Dinde estaba ete era brazo ray cuando el gran geo se an al mar, pres dea desesperaciin? La imagen del cucrpo de so padre cayenso hacia as rocas ‘eodas por espura atavesd la mente de Teseo tal y como 1a habia vison a lean desde su barco, undo regresiba de Grea. Sis acerbumente,hendo por ese recuerdo, pero nO Por elo de de leva la va aca quien le habia mterpelado, Iirindolo als ojos —Mucho me atormenta no haber potido detent a caida del hombre que me dio la vid que me dio el honor. quien Je debo todo lo mis preciado que en mi mundo existe. Sin ‘embargo, aunque nada puedo hacer para remeduar lo suce- ido, hay algo que ses en mi mano: conseguir que m0 s¢ ‘Tae se apis Ses Fel, ipa ende Su par ‘lviden sus logre y hacerlo impereceders, en su memoria, parts gorau ov nmoralda Tle rico ano y Aeberia ser el anhelo de todo hijo. Por eso propongo a quie~ nes lo tuvieron en gran estima que este ecu, que le dio salvaguardaen tanta balls, os pots a todos, porque sus cintas de pel conservan todavia el olor, el calor y la fverza de ss antigua duefo, Cietel, Fedén, ha caso de mi ruego. Fedén ineodujo el antebrazo en las cintas de cvero y his noté clas como la piel humana. Encaé los dedos en las 10- ‘adurascausadas pore wso, unos dedos largo yhibiles, los de gro,» elecsvamente, para sa sorprese, ruwo la impresion de qe se desprena de elas el olor de su viejo amigo y se lim pregnaba la mano de De pronto le parecié que el mismi~ sumo Egeo volviaa etrecharlo aternalmente en sus brazos¥ sinnié su notable vigor. Arundido, no pudo evtar levantarse ¥ rirara Tes. Aténits, advirteron todos que estaba conmo= ona. El joven Ie puso lt mano sobre Ios hombrosy —Tayo 6, Fen, tly como hubiera querido mi pace. Si ‘Arenas etien peligro, puedo conta contigo para defenderla como yo corre a protger tu tierra con ta laa? edn avanab la mano hacia él y la coloc6 asimismo sobre su hombro.Entonces se volvié hacia todos los jefe, ala6 el cscudo bien alto grité: {Teo ij de Egeo! Los vitores de los jefe se clevaron en el cielo azal: ese ey de Aten! joven rey observ6 desde un lateral de a plaza ala malitud ‘ongregada en el igora de Cefisis. Confiaba en que, como owe 1 consrnuctoe denas hhabia ocurrido en las otras poblaciones que habia visitado ‘en su periplo, su poder de convieciSn lograria excitar sa ‘entusiasmo y hacerles comprender los beneficios dela pro- ppuesta.A un lado y otro, centenares de hombres esperaban el siscurso del que —segiin habjan oido— era digno sucesor de su padre en el trono de Atenas Alededor de a plaza se situaban los notables de Cefisi,dspuests 2 escuchar Teseo acallé las voces de los presentes cuando se encaminé con paso decidido hasta el centro del estrado, pues se erguia ante 1 mulstud con el porte de un héroe. Sus gests, drectos y ‘cereanos, su voz, que habia ido ganando en seguridad, y sa temple eran propios de los grandes soberanos. ‘Después de saludar al pueblo de Cefsiaal que cafes como tuna dels valiosisjoyas del Aica,habl6 con sinceridad, directo al corazin de sus oyentes: Los iticos no solo somos hermanos que se evan bien, sino que conformamos un tnico pueblo.Asi ha sido por argo tiempo y lo sabemos. As lo sentimos sin pensarlo. Sin embar- {por abstrusos motivos, encillas runes, pequedis mezquin- ddes,vivimos de expaldas a ello. ;Cuinto provecho estamos Aejando de obtener con esta dejacion?

You might also like