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UNO EL LIBERALISMO DEL MIEDO JUDITH N. SHKLAR ‘Antes de que podamos comenzar a analizar cualquier forma especffica de liberalismo seguramente debemos establecer, tan claramente como sea posible, lo que la palabra significa. Ya que en el transcurso de tantos afios de conflictos leolégicos parece haber perdido completamente su identidad. Elexceso de uso y su sobreexpansi6n la han hecho tan amorfa que ahora puede servir como una palabra para todo propésito, yaseade abuso ode encomio. Paraaportarun grado modesto de orden a este estado de confusién deberfamos comenzar por insistir en que el liberalismo se refiere a und roporcionada tradicionalmente por diversas formas de religion 5 Weltanschawungen comprehensivas. El liberalism sercapaZ. jones efectivas sin temor 0 itismo, acerca de tantos aspectos de su vida, como sean compatibles con Estacreencia constituye el significado ‘numerosas, ninguna tiene el efecto de aquellos que, como agentes del ead main, nen as apse esas pdero mae ‘modernidad tal como la misma es percibida por quienes creen que el mundo leva rumbo hacia siglos de desesperacién y que el liberalismo es su manifes- taciGn politica més caracteristica. No es en modo alguno necesario verse envuel calidad de la historiografia o de la validez general, pero To menos un pi raro, tantoen la teoria comoeen la préctica, en los tltimos doscientos afios o més, especialmente cuando recordamos que Europa noes la Gnica parte habitada del Nadie podria haber descripto nunca a los gobiernos de Europa oriental rales en ningiin momento, aunque unos pocos hicieron brevemente ‘unos débiles esfuerzos en esa direcci6n después de la Primera Guerra Mundi i6 después de la Segunda Guerra Mundial, y junfadores en una guerra que olvidamos a ue piense que el fascismo estd, de un modo Francia, bajo las tres centre la vigencia y la desaparicién y s6lo actualmente esta razonablemente seguro, si bien soporta atin serios desafios. En Gran Bretafta ha disfrutado de su més largo éxito politico, pero no asf en las, vastas dreas, incluyendo a Irlanda, que Inglaterra domin6 hasta hace poco. Finalmente, no olvidemos q estado liberal hasta después de la Guerra Ci En sintesis, hablar de una era -0 no era més liberal que la de los en los afios posteriores a la Revolucion 1 pensamiento poli especialmei itarismo, el fascismo y dominaron el campo de batalla de I icas en los diltimos Huo una corriente de pensamient s'g0 de todo el periodo, pero ‘apenas fue la voz intelectual dominante. Fuera de Europa no se la escuché en absoluto. Fue poderosa en los Estados Unidos s6lo si no se cuenta a los negros como miembros de su sociedad. {PorAié entonices dada la Complejidd real de Inhistoria intelectual de los siglos pasados, hay tanta fécil generalizacién acerca ds Ia modemnidad y su supuesto liberalismo? La razdn es bastante simple: el liberalism lege retrasado, ya que tiene sus origenes en la Europa posterior a tension terrible dentro det a doctrinaria y las de ta caridad, efecto de apartar a muchos cristianos de las politicas pablicas de las iglesias y volverlos hacia una moralidad que consideraba a la tolerancia como una expresién de lacaridad cristiana. Pensemos, por ejemplo, en Sebastien Ca: entre los calvinistas." Otros, desgarrados por impulsos espirituales conflict se convirtieron en escépticos que colocaban la crueldad y ‘cabeza de los vicios humanos; Montaigne es el mas not cualquier caso, duo, ya sea el portador de una conciencia sagrada o la de la crueldad, debe ser protegido de las acechanzas de la piblica. tarde, cuando e! azo entre la conciencia y Dios se corta fainviolabinigad es personales en cuestiones de fe, conocimiento y moralidad atin ces defendida sobre la base original de que nos la debemos recfprocamente como tun asunto de respeto mutuo, que una creencia forzadaes falsaen sf mismay que las amenazas y sobornos empleados para lograr la conformidad son inherentemente degradantes, Tnsistir en que los individuos deben hacer sus propias elecciones acerca de la c idas ~sus creencias religiosas~ sin interferencia de en el camino hacia tun compromiso p incompleto doctrinalmente. Montaigne era seguramente rio, pero no liberal. Ladistancia que lo separade Locke: grande. No obstante, él finiamento mas profundo del desde el pri ‘en Ia convicciGn, nacida del horror, defensores de la tolerancia, de que ta crueldad es un mal absoluto, una ofensal contra Dios o la humanidad, Fs de esta tradicion de donde surge! fiberafismo politico del miedo, y sigue siendo relevante en medio del terror de nuestra época.? Hay, por supuesto, muchos tipos de liberalismo que mantienen su compro- con ellprimado(delaleoneiencia, ya sea cn su versién protestante o en la Existe un liberalismo jeffersoniano de los derechos que tiene otros " tiene su propia escoger entre 110 Hobbes no es el padre del liberali paiblicas el derecho incondicion tun vocabulario que puedan considerar apropiado puede ser descripta como ni Siquiera remotamente liberal, De todos los cargos que sé levantan contra el Tiberalismo, el mas grotesco es el de que los liberales son en realidad indiferen- tes, si no abiertamente hostiles, ala libertad personal. Esto puede provenir de la identificacién peculiar del Leviatén como el mismo arquetipo de la filosofia a liberal, pero se trata de una tergiversacién verdaderamente grosera que garan- iplemente que cualquier teorfa del contrato social, por més autoritarias is intenciones, y cualquier polémica an se le endilguen al ralismo que insiste en ver sus origenes en una feresante. Mas comiines unaespecie reli necesidad ateo, agnéstico, re es digno d 6 iberales deben siempre trazat ut mente un limite permanente o inalterable, pero si requiere que Niblica se considere teniendo en cuenta esta separacién y sea defend Jconscientemente en tanto cumpla con su norma vigente més severa. La cuestidn importante para el liberalismo no es tanto dénde se traz r a. misi ajo ninguna circunstancia, tar de los gol ea cambiante pero no borrable, muy amplia de De este modo, ‘a 1a busqueda de las ciencias naturales. Existe, no obstante, una real cor psicol6gica entre ellos, El escepticismo se inclina hacia la tolerancia, dado que al dudar no puede escoger entre las creencias rivales que se arremolinanen torno 1241, muy a menudo con una furia asesina. Si el escéptico busca tranguilidad personal en su retiro o trata de calmar a las f rededor de sf, debe preferir un gobierno que no haga nada para elevar el nivel vigente de funatixmo y dogmatismo, En esa medida, hay una afi bora y el excépti ucubur con lox con M natural entre el ‘Ladiscusién de Madison en el Federalista acercade cémo ys faccionales sectarios y otros semejantes por medio de Ibortad conatituye el ejemplo perfecto del ajuste entre el escepticismo y Jas polfteas liberales Sin embargo, una sociedad de creyentes que nunca escojan na recurri al uso de las agencias gubernamentales para promover su fe particular aunque no usual ficilmente una soci rada por escépticos extremada- mente opresivos si, por ejemplo, éstos estuvieran energia las nociones politicas de Nietzsche. Es Ciencias naturales, Las mismas dde manera bastante distinta alas noes imposible imaginar una di elevadasnormasdeevidencia, fas ciencias naturales requieren idealmente puede ade1 psicolégico entre la vida interior de la ciencia y la pol embargo, esti lejos de ser el caso, ni necesaria ni, incluso, hecho. hay muchos cientificos completamente no liberales. La alianza smo fue en primer lugar de conveniencia, en tanto ambos ques de la religién. Habiendo quedado en fdas, la identidad de actitudes tendié a desvanecerse. La cien alismo no nacieron juntos; la primera es mucho diferencias fundamentales entre ambos. toque incu yen que lamas antiguade |: los liberates deben rechaza s tradiciones particulate ‘én tripartita de la humanidad entre tidad intelectual. El liber rretradiciones que no son hostiles a sus aspiraciones, ni tampoco tiewe que juzgar las pretensiones de cualquier tradicién inherentemente falsa, simplemente porque no cumple las normas Qa. Es evidente que el gobierno repres impregnado en Gran Bretafia y los Estados Unidos. Los habitos dde voluntarismo dependen de una diversidad de tradiciones, Seguramente, 6stas bles con el liberalismo. La modestia ismo del miedo no tenga contenido, sino solamente que el mismo es completamente no ut6pico. En este Sentido, bien puede tratarse de lo que Emerson Ilammabsun partido de la memor més que un partido de la esperanza Y a deci liberalismo que difieren marcadamente de él en este aspecto. En pri est el constante de un orden normativo ideal y preestablecido, seaéste de lanaturaleza 1 de Dios, cuyos principios tienen que ser realizados en las vidas de los ciudadanos individuales a través de las garantias puilicas. Es voluntad de Dios que nos preservemos, y nuestro deber, y el de la socied protegidos en nuestras vidas, libertades y propiedades y ataiie. Conese fin, tenemos el deber de establecer agencias puiblicas protectoras y el derecho de demandar que nos proporcionen la oportunidad de hacer reclamos contra todas y cada una de ellas. Si tomamos seriamente en cuenta los derechos debemos procurar que principios como los contenidos en la Declaracién de la Independencia sean efectivos en todos los aspectos de nuestra vida publica. ijllas lageneias gubernamentales tienen una sola funcién primordial, ésta consiste en hacer que los derechos de los individuos sean una realidad, porque asf lo requiere nuestra i Es concebible que se ladanos que reclamaran derechos. En todos los casos, por lo smo de los derechos naturales considera a la politica como una ladanos que procuran activamente sus propios fines asegurados de acuerdo con una ley més elevada. El paradigma de la politica es el tribunal en el que se elaboran reglas y decisiones justas para satisfacer al mayor ntimero posible de demandas hechas or ciudadanos iuales en contra de otros de sus iguales y en contra del gobierno y otras instituciones socialmente poderosas. El liberalismo de los derechos naturales aspira a una sociedad justa compuesta de ciudadanos politicamente fuertes, cada uno de ellos capaz. de y dispuesto a sostenerse a sf 1ado a la esperanza es @LliBBFaliSHHS U6] GESEFOIG PEROHAD para hacerlo. Y la moralidad es imposible si no tenemos la oportunidad de fescoger nuestros cursos de accién. Tampoco podemos beneficiarnos de la ‘educacién si nuestras mentes no tienen la libertad de aceptar y rechazar lo que se nos dice y de leer y escuchar lamas grande, variedad de opiniones opuestas, lirespectivamente, siendo las mismas, por supuesto, genuinas de la doc ral. Hay que agregar, no {que ninguno de estos dos santos patrones del liberalismo tuvo una rica fuertemente desarrollada, y es en esta facultad de la mente lismo del miedo se inspira con la mayor intensidad obstante, id la historia del mundo desde 1914, En urope y América del Norte la tortura habia sido gradualmente 30 celiminadade las prdcticas del gobierno, y existia laesperanzade que finalmente pudiera desaparecer de todas partes. Con los requerimientos de inteligencia y lealtad de los estados nacionales de operaciones militares que se desarroliaron tortura retorn6, conociendo esti siendo torturado justo en este instante, ¥ ‘nuevamente en la forma mds comtn de control agregarse ef horror dé fa guerra modema como Un Tecordatonio. del miedo es una respuesta a estas realidades innegables, y en consecuencia concentra en el control de los dafios. jdad de esa desigualdad de poder militar, policial y a celebrar las bendiciones de la y Ia guerra que la amenazan. fica no son las personas se puede sentir menos inclinaci considerar los peligros de I que se concentran ex para alu {amos preocuparnos en (0 por nada que sea menos radicalmente destructivo. beralismo del miedo, por el contrario, juzga los abusos de los poderes }) “ sen todos los regimenes con igual ansiedad, Se nquieta polos excesos 4s pesadamentealos pobres y los débiles. La historia de los pobres comparada con la de las diversas élites lo evidencial I supuesto, ampliamente justificado por cualquier pagina de te en sostener que algunos agentes del gobierno $e: imente en pequefia o gran medida la mayor parte del tiempo si no le hacerlo. ralismo inspirado por estas consideraciones se parece a Ia libertad negativade Isaiah Berlin, pero noesexactamente lo mismo. La libertad negativa de Berlines “no ser forzado” y su iltima versién de “puertas abiertas” [igualdad ‘ay separada de “las condiciones fosmismosestin dispuestosacargar stad personal, Esto es completame distinguirse plenamente de lo que Berl la libertad de acceder a un sf mismo més ele’ puede negarse, por otra parte, que esta muy clara delimitacién de la libertad negativa es el mejor medio de evitar la pendiente resbaladiza que puede conducirnos a su amenazante opuesto. ‘No obstante, hay mucho para decir en favor de no separar la libertad negative, consti las cual encualq la libertad es inimaginable izada, Noes una condiciGn suficien- i uerta se abre en un orden la intimidaci6n pablica y privada, y se requiere un la libertad tuciones para evitar que ocurra esto, negativa es tener, de algtin modo, una significacién pol especificar por lo menos algunas de las caracteristicas égii ibre. Socialmente, eso significa tam | poder entre una pluralidad de grupos con facultades politicas, pluralismo, en del mismo modo que la eliminacién de las formas y grados de desigualdad social que exponen a las personas a pricticas opresivas. De otra forma, las “puertas abiertas” serfan una metéfora, y, aun asi, politicamente no ‘muy iluminadora, Por otra parte, no hay una raz6n particular para aceptar la teor‘a moral sobre la que descansa la libertad negativa de Berlin. Esta es la creencia en que hay varias moralidades inherentemente incompatible: las que debemos esco- er, pero que no pueden conciliarse por referencia a un criterio comin, el paganismo y el cristianismo los dos ejemplos mas obvios.* Cualq moral. No ofrece, sin duda, un summum bonum hacia el cual todos “os deberian tender, pero ciertamente {que todos nosotros conocemos y al que evitarfamos si pu la crueldad y el miedo que inspira, y el miedo al mie iberalismo del miedo hace una demanda uni icamente siempre ha hecho. {Qué queremos decir aquicon crueldad? Es a imposicién deliberada de dolor fisico, y secundariamente emocional, a una persona o un g1 parte de otro més fuerte. fin de alcancar alg Uitimo, No se trata de sadi para ocupar posiciones impulsos. Pero ma de leyes esti iberalismo del miedo no s vedo que quiere prevenires. sin reparos, que es universal d ico. Se trata de una reaccién tanto mental como fi animales y los seres humanos (BStar ViVOESteHEE MIMD, para nuestro provecho «en muchos casos, dado que la alarma a menudo nos protege del peligro. Elmiedo que tememos es el que otros despiertan para matarnos y mi al y saludable que simplemente nos advierte acerca de un dolor evitable. 'Y, cuando pensamos politicamente, tememos no s6lo por nosotros sino también stros conciudadanos. Tem ‘embargo, es justo decir que lo que he llamado “poniendoa lacrueldad en primer ugar” noes una base sufi s in despiertan una simpa iados argumentos. Pero no se puede fe aleanzarse pregun- fa de los seres humanos isfaccién de sus necesidades y requerimientos. Los escoger entre Loque requiere el libe lad de hacer del cardcter maligno ica de sus practicas y prescri Ja regia de su e es la prevencién de raz6n por laque cualquier gobierno debe usar 10, si bien el liberalismo lo contempla como un mal lado y que debe ser modificado por legalmente promulgadas, de modo que no se afiada la jimo de temor requerido por la puesta en vigor de la ley. Es evidente que esta formutacién es parcialmente deudora de Ia filosofia de Kant, ismo del miedo no descansa en ésta o en cualquier otra filosofia moral en su integridad.” En realidad, debe mantenerse ecléctico! Lo que el liberalismo del miedo debe a Locke es también obvio: el hecho de Confiarse incondicionalmente en los gobiernos de este mundo on su poder abrumador para matar, mutilar, adoctrinar y hacer la guerra, y que cualquier confianza en sus agentes que podamos desarrollar debe descansar firmemente en una profunda saspecha. Locke no estaba, y tampoco deberfan estarlo sus herederos, en favor de gobiernos débiles que no pudieran Proyectary llevar a cabo politicas y decisiones piblicas hechas de conformidad Con los requisitos de publicidad, deliberacién y procedimientos justos. Lo que 33 debe temerse es todo acto extralegal, secreto y no autorizado de los agentes piiblicos 0 sus delegados. Impedir tal conducta requiere una constante divisign Desde esta perspectiva, en la satisfaccién que sus miembros puedan obtener de su reunién en esfuerzos cooperativos, sino en su capacidad de convertirse en unidades significativas de poder ¢ influencia social que pueden contrarrestar, al menos modificar, lasaserciones de otros agentes organizados, tanto voluntarios como gubernamentales. La separacién de lo piblico y lo privado esté aqui, evidentemente, lejos de ser estable, como ya lo mencioné, en especial si no se ignora, del modo en que en verdad el liberalismo del miedo no lo hace, el poder de organizaciones bésicamente piblicas como las empresas de negocios corporativas. Estas, por supuesto, deben todo su carécter y su poder a las leyes, y no son publicas slo de nombre. Considerarlas en los mismos términos que ala tienda local de mam ¥y papé es indigno de un discurso social serio. No obstante, deberfa recordarse {que las razones por las que en muchos casos hablamos de la propiedad como privada, consisten en que con esto se quiere decir que la misma est _voluntad de los propietarios individuales como una cuestién de politica y derecho pi isamente_porg excelente de largo brazo del ‘como de asegurar la independencia de los ‘Nada brinda a una persona recursos sociales mas grandes que la propiedad legalmente garantizada. La misma no puede ser ilimitada, en primer lugar porque es la creatura de la ley, y también porque sitve a un propésito piblico, la dispersién del poder. Donde losiinstrumentosde Coercion estanvaimano, ya sea mediante el uso del poder econdmico, fundamentalmente para contratar, pagar, despedir y determi- nar precios, o de la fuerza militar en sus diversas manifestaciones, es tarea de laciudadanfa procurar que ningsin agente oficial o no oficial pueda intimidar a nadie, excepto através de procedimientos legales bien entendidos 0 aceptados. Y aun entonces los agentes de la coercién deberfan estar siempre ala defensiva y limitarse a acciones proporcionadas y necesarias que slo pueden excusarse como una respuesta a las amenazas de una crueldad y un temor més rigurosos por, parte de delincuentes privados. Bien podria parecer que el consecuencialista en su concer Como gufa a las précticas p% pero debe evitar ‘cualquier tendencia a ofrecer instrucciones éticas en general. Ninguna forma de beralismo gana nada diciéndole a la ciudadanfa que procure la felicidad o i a condicién totalmente elusiva. Es asunto de ¢: ejemplo. BI liber jebe cefirse a la politica y las propuestas para reprimir Blow sbusadores potenci poderya fin de sacar el fardo del miedo y el favoritiamo de las espaldas de fos hombres y mujeres adultos, quienes pueden entonces Hevar adelante sus vidas de acuerdo con sus propias creencias y referencias, en tanto no impidan a los demas hacer lo mismo. sten Varias gbjeciones bien conocidas al liberalismo del miedo. Seo I “reduccionista” porque se basa, primero y principalmente, en ¢} sufri ico y los temores de los seres humanos comunes, de en a leoldgic ralismo no reduce la ‘ola psicologfa, de modo que en este sentido noes redu ‘como est basado en las experiencias comunes ¢ inmediatas, ofende a q ifican a la politica con las aspiraciones més nobles de la humanidad. Qué 1e debe considerarse noble es, seguramente, una cuestién altamente sralismo del miedo como un rebajamiento de la perspectiva {que las emociones son inferioresa las ideas y especialmente alas, icas, Puede ser noble perseguir ambiciones ideolgicas 0 arriesgar Tu propia vida por una “causa”, pero no loes, de ninguna manera, matar a otro set humano en nombre de las propias “causas”. Las “causas”, por més espiritua~ les que puedan ser, no se justifican a sf mismas, y no son todas igualmente . Y aun las mas atractivas no son nada mas que instrumentos de pretextos pusilnimes de ésta, cuando se obliga alos otros aaceptarlas ie amenazas y sobomos. Hariamos mucho menos dafio si aprendiéramos ‘naceptar alos demas como seres conscientes, no importa qué otra cosa podamos ser, y acomprender que el bienestar material y latoleranciano son simplemente inferiores a las otras metas que cada uno de nosotros puede elegir persegui No hay absolutamente nada elevadoen la muerte y el morir, Aun silo hubi no es tarea de Ia autoridad pablica el esti \s, promoverlos y hacerlos ‘eumplir, como todavia o hace. Blsactificiodest admiracién, pero no es, por dé supererogacién que se ubica reductivo” en ef hecho de construir un orden politico en k ueldad, a menos que uno ¢: inal] y el régimen que anunciaba? sralismo del miedo es que reemplaza la raz6n_ instrumental”."” El significado de la iprimera queda usualmente en sombras, pero por regla general no se trata de una Vornién del idealismo platénico.-“Racionalidad instrumental” se refiet® @ que buscan sélo la eficiencia o el célculo de la relacién fines, sin cuestionar la racioaalidad u otro valor posible de sus metas © jos. Comoel liberalismo del miedo tiene metas muy claras—lareduccién humana genuina por una “rac 35 ‘al de la sociedad como un todo. Aun si un sistema pe gobierno de la ley fuera a dar origen a una socieda tico de comprensién politica y, con él, en la capacidad de ser los amos de sus vidas colectivas. Se supone que esto es “sustancialmente” racional de un modo en que el liberalismo del miedo, ‘con su atencién a los procedimientos y los resultados, no lo es. Pero en realidad el argumento no se refiere en absoluto a la racionalidad, sino a las expectativas de cambio social radical y de aspiraciones utépicas. La acusacién de “instrumentalidad”, si es que quiere decir algo, comporta un desdén hacia aquellos que no quieren pagar el precio de las empresas ut6picas, y menos que ‘ninguna las inventadas por otras personas. Se rehiisaa corer riesgos a expensas de los demas en la biisqueda de cualquier ideal, por més racional que éste sea. No puede negarse que la experiencia de la politica de acuerdo con procedi- ‘mientos justos y el gobierno de la ley educa efectivamente de manera indirecta a los ciudadanos, aun cuando no es ése su propésito declarado, el cual es puramente politico. Los habitos de paciencia, moderacién, respeto por las demandas de los dems y cautela constituyen formas de disciplina social que no sélo son que estimulan -as social y personalmente valiosas."' Esto, debe enfatizarse, no implica que el estado liberal pueda tener alguna vez un gobierno edu apunte a crear tipos especificos de cardcter y ponga en vigor sus propias cereencias. Nunca puede tener una intencién inherentemente autoritario. mente en el objet nes, enespecial licio de ilegalidad y sta de coraje moral, sus derechos efectiva- lentar a adultos bien informados e independientes debe ser la meta de ‘edad liberal. Hay una perfecto. La misma se encuentra en Doctrina de la virtud, de Kant, la que nos 36 a una relacién muy detallada de la indole de una persona que respeta a los nds sin condescendencia, arrogancia, humildad.asemor. Lamismano insulta otros con mentiras 0 crueldad, las que echan a perder el propio carécter no jos de lo que agraviana sus victima ‘odo lo que puede sostener es que, si veremos promover la Hberiad politica, entonces éste es un comportamiento ropiado, Esta prescrip. ral para Ia ciudadanfa, se aduce hoy c tencia, es punto de vista marcadamente ahist6rico y etnocéntrico que pretende una fe alega que juzgar los hdbitos heredados jue-pretenden ser generales, aun cuando, sean ajenas a un ‘una imposicién arrogante de principios tanto falsos como, existen prohibiciones o reglas sociales de validez general, 0 social es, a lo sumo, articular los valores socialmente sto noes tan evidente como los defensores relativistas de las suelen hacernos creer. ‘a que estemos en condiciones de ofrecer a las eudenas. apreciaban en reali jeba pe Las précticas tdcitas y sa controlar a las autoridades que pretenden ser la voz del pueblo y su espiritu. La 7 ao 4 arrogancia del profeta y del bardo que dictan las normas arraigadas es mucho ims grande que la de cualquier deontélogo. Ya que aquéllos se manifiestan no s6lo para revelar un alma popular 0 Noesté sujetaaunarevisiénextratribal. El, 10étnico poco puede decir acercade! miedo y la crueldad, excepto que son un lugar comiin en todas partes."* También la guerra, si bien tal vez no con sus posibilidades nucleares actuales, existid siempre. 2Vamos a defenderla, por esa raz6n?\Realmente, la prugba més confiable para explicar por qué deben sobrellevarse las crueldades en cualquier ‘momento y lugar, es preguntar a sus victimas mas probables, las personas con ‘menos poder, en cualquier momentodadoy bajocondiciones controladas, Hasta que no se haga esto no hay raz6n para no suponer que ismo del miedo tiene mucho que ofrecer a las victimas de las tiranfas politicas. Estas con: ser recordadas especialmente en Ia actuali- dad, cuando el que carece de u te divergentes doctrina liberal. nes grupales que aprecian, en tanto otras tal vez quieran solamente escapar de sus orfgenes sociales y sus vinculos atribuidos. Estos aspectos socialmente muy importantes de lnexperiencia humana son, como la mayorfade las caracteristicas adquiridas, extremadamente diversos y estén sujetos al cambio. El aprendizaje social constituye una gran parte de nuestro cardcter, aunque la suma de todos nuestros roles tal vez no dé como resultado un “yo” completo. Para propésitos politicos, noeseste “yo” irreductibl i6n loque impor teel hecho de que muchos “yos” diferentes deben tener libertad para interactuar politicamente. A aquellos teéricos politicos americanos que anhelan personalidades més comunales © més expansivamente individualistas, les digo ahora como recordatorio que éstas son las preocupaciones de una sociedad liberal excepcio- |ratmene privilegiada, y que hasta que las instituciones de una libertad primaria I caréecter peculiar que adquirimos en el curso de estén en su lugar estos anhelos no pueden ni siquiera surgir. Ciertamente, el ___} ;8rado hasta el cual tanto los comuni roménticos dan por seguras | 8 constituye un tributo a los Estados Unidos, pero e pasa por alto una parte demasiado grande de ‘a pasada y presente cuando ignoramos los informes fa Internacional y de las guerras contempordneas, El cosmo- Politismo solfa ser una marca del liberalismo, como también el hecho de que un 38 a uultraje a la vida y la libertad ‘cualquier parte del mundo diosa paradoja El liberalismo no ti pueden ser las potenci ‘cuenta las condiciones politicas reales bajo las que vive la gente, a fin de actuar ‘gut y ahora parasimpedin peligros reales y conocidos, La preocupacién por la ibertad humana no puede contentarse cort la satisfaccin de la propia sociedad Debemos, por lo tanto, recelar de las ideologias de la propio clar as de dad, precisamente porque son tan atractivas para quienes considera al 10 emocionalmente insatisfactorio, y que han proseguido en nuestro lacreacién de regimenes opresivos y crueles deun horror sin paralelos. tupuesto de que éstos ofrecen al ciudadano atomizado algo saludable puede ono ser verdad, pero las consecuencias politicas no estén, segtin lo que registra lw historia, sujetas a muchas dudas. Buscar el desarrollo emocional y personal en el seno de una comunidad o en la autoexpresién roméntica es una eleccién fa para los ciudadanos de las sociedades liberales. Ambos, sin embargo, impulsos apol mejor de los casos, nos dis presentados como doctrinas pol desafortunadas, cau: parece que ambos sélo vuelven a trazar las fronteras entre lo personal y lo loqueconstituye una, tengan un entendi propuestos en.cada.una.de do esta muy cerca del ‘anarquismo, Esto no es verdad, porque los liberales siempre han sido conscien- tes del grado de coercién informal y presiones sociales educativas que incluso los te6ricos anarquistas mas ardientes han sefialado como sustitutos aceptables de la ley."” Por otra parte, aun imperfecta, la realidad de los paises en donde y y el gobiemo han sido en Beirut? El primer igue estando comple- 's una doctrina anarquista. No hay en absoluto ninguna taz6n para abandonarlo. Es el instrumento primordial para refrenar a los gobiernos, Las potencialidades de la persecucién han corrido parejas con los vances tecnoldgicos; tenemos tantas razones como siempre para temer a los instrumentos de tortura y persecucién. La mitad de la Declaracién de Derechos Fe a los juicios justos y a la proteccién de los acusados en los juicios les. Ya que es en los tribunales donde el ciudadano se enfrentaal poderfo tado, y no se trata de una competencia pareja. Sin procedimientos bien fos, jueces honestos, 1a posibilidad de tener un abogado y efectuar » ‘apelaciones, nadie tiene una oportunidad. Tampoco debemos permitir que sean ccriminalizados més actos de los que son necesarios para nuestra seguridad reciproca, Finalmente, nada habla mejor de un estado liberal que fos cafueraos los delitos en vez de castiga mplementc al eriminal porhaberviolado la ey. Yaque ésteagraviG, aterroriz6 yy abus6 de un ser humano, primero los derechos como fundamentales y dados, comolos permisos y facultades que deber pero ca, porque sin una igualdad de poder suficiemte ‘para proteger y afirmar los derechos propios, la libert i 80 suceda, Es por lo monégamo, fiel y io de conveniefieta. no basta con hacer permanente con la democracia, pero s Pa dar cuenta de la necesidad de ET castigo” ilimitado ylanegacidn de los mas bdsicos medios de supervivencia por parte de gobiernos cercanos y lejanos a nosotros, deberian inclinarnos a los gobiernos. Las not To que respecta a sus de ueden probablemente ignorarlas yo ue lo hacemos, nos movemos hacia iedo, apartndonos de formas del pensamiento liberal NOTAS AL CAPITULO UNO (Quiero agradecer a mi amigo George Kateb por sus buenos consejos y su estimulo para ‘escribiera este documento. 1 J.W. Allen, A History of Political Thought Methuen, 1941), pp. 89-97, 370-377. Quent Thought, 2 vols. (Cambridge: Cambridge 2. Véase Judith Shklar, Ordinary Vices (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1984). 4. Véanse, por ejemplo, uss y Joseph Cropsey, eds.,A History of Pol 5 1972), pp. 1394. C. B. Macpherson, The Political Theory of Possessive Individualism d: Clarendon, 1962). Estas interpretaciones dependen de considerar a Locke 10 muy semejante a Hobbes, como lo hizo Leo Strauss en Narural Right and History (Chicago: University of Chic 4, Alexander Hamilton etal, The Fede [New York American Library, 1961), nos. 10, 51 [Zl Federalista, Buenos Aires: Tres Tiempos}. eorges Duby. The Chivalrous Society, trad. Cynthia Postan (Berkeley: University of California Press, 1977) pp. 81-87 (El caballero, la mujer y el cura, Madrid: Taurus] 6,Rulph Waldo Emerson,"“The Conservative”, Essaysand Lectures, ed. Joel Porte (New ‘York: Library of America, 1983),§ 173 [Ensayos escogidos, Madrid: Espasa Calpe] Edward Peters, Torture (Oxford: Basil Blackwell, 1985), pp. 103-140, igh Ber " y “Two Concepts of Liberty", Four Essays on Liberty tura Econdmica} 8. The Metaphysical Elements of Justice, ey trad. de John Ladd (Indianapolis: Bobbs- Merrill, 1965). 10.Paralamejordescripcinde anocién deracionalidadinstrumentalysusimplicaciones, ‘véase Seyla Benhabib, Critique, Normand Utopia (New York: Columbia University Press, 1986). M1, George Kateb, XX, Consttutionalism, ed. J. Roland Pennock and John Chapman, pp. 215-2 12, Michael L. Walzer, Spheres of Justice (New York: Basic Books, 1983), pp. 26-28, 312-316, 13, Véuse Thomas Nagel, The View from Nowhere (Oxford: Oxford University Press, 1986), para el panorama filosofico desde esa no posicisn. 14, Esta es una respuesta critica a Michael Walzer, “The Moral Standing of States”, en Churles R. Beitzet al, eds., International Ethics: A Philosophy and Public Affairs Reader (Princeton: Princeton University Press, 1985), pp. 217-238 4 15, Nancy L. Rosenblum, Another Liberalism (Cambridge, Mass.: Harvard Universi res, 197), paael beraismo romantica, y Michael Sade, Libealom and the Limits of Justice (Cambridge: Cambridge University 1982), para el ‘comunitarismo. 16. Charles Taylor, “The Nature and Scope of Distributive Jus Justice and Equality Here and Now (Ithaca, N. 6), pp. 34-67. 17. Alan Ritter, Anarchism (Cambridge: Cambridge University Press, 1980). fen Frank. Lucash, Cornell University Press, a Dos LIBERALISMO HUMANISTA. SUSAN MOLLER OKIN Comparada con algunas otra 1as académicas, la teorfa pordinea esta, en un sentido significativo, en la Edad Media. y, en menor medida, la historia han estado a la altura del des: muchas de las ideas de més de una década de saber fer icos pol din tienen que tomar en serio el género ~por el cual entiendo Ia inst ;6n social de las diferencias sexuales-. Este reto tendrd que ser aceptado y contestado antes de que ninguna teoria politica pueda ser correctamente considerada como “humanist smo se ha construido en tomo a distinciones entre el ambito uye la politica, el privado, el que comprende la vida personal y dor El mundo del trabajo asalariado y el mercado a veces es incluido en laesfera publica (y contrapuesto con el doméstico), pero en otras 0 se lo ubica en la privada (y se lo contrapone con laestatal o gubernamental). El prop6sito principal de estas distinciones, desde sus orfgenes en el siglo XVI, ha sido promover la seguridad y la libertad individuales y limitar el brazo dé sgobiernos. Sinembargo, comoen laactualidad han demostradoampliamente las investigadoras feministas, en el pensamiento liberal tradicional centre los ambitos pablico y doméstico descansa sobre el supuesto de qui hombres habitan en ambos, moviéndose facilmente de uno al otro, pero que las mujeres slo residen en el Ambito de la vida familiar, en el que estén convenien- temente subordinadas a sus esposos. Asf, a las mujeres se les negé durante mucho tiempo la mayor parte de los derechos politicos y legales cruciales Uefendidos por los liberales.' Los “indi 1ut6nomos” acerca de los cuales excribieron los te6ricos liberales antes del siglo xx ~con la notable excepeién de John Stuart Mill- eran hombres cabezas de familias. El pasado del liberalis- mo es profundamente, y en su mayor parte inequ{vocamente, patri ‘Los teéricos liberales contempordneos a menudo escriben con una ambigite- jempre, emplean un dad mucho mayor. A menudo, pero de ningin mod lenguaje de género neutro, como “hombres y mujeres ‘© “el yo”. La mayor parte de las veces, sin embargo, este cengafloso, ya que Su supuesta neutralidad genérica es falsa. En el peor de los 43

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