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I muteeMe(B Ep Counn ets RUT cl Elogio de la mano HENRI FOCILLON ENAP ESCUELA UNIVERSIDAD NACIONAL cena AUTONOMA DE MEXICO PLASTICAS En su devenir, las formas artisticas se comportan como entes vivos afincados no sdlo en los diversos momentos y lugares de Wen etree nO ECR Cue MTU Mm ron Om ee OReont ey del gran historiador Henri Focillon en su clasico La vida de las formas. Si algo esta vivo (las olas del mar, el cuerpo humano o ECCS CC eM ec MECN RUC OSCAR Mme Coun] es porque esta vivo. Las tradiciones arquitectonica y escultéri- fore AOE MCU eer n Ee ye Cee MMIC MN SCO O(S se eslabonan varias etapas de los estilos: de experimentacion formal (arcaismo), de estabilidad formal (clasicismo) y de li- beracién formal (barroco). Tales etapas se van realizando en el espacio, en la materia, en el espiritu y en el tiempo. NORE MOTE DEE os EMCO om OMEN ETouC mon] espiritu: entenderlo ayuda a superar las contraposiciones em- pobrecedoras que separan entre si esas tres dimensiones de la vida. Las formas no son imagenes en el sentido de represen- taciones figuradas, sino patrones biolégicos que sustentan la existencia misma desembocando, por ejemplo, en timbres mu- sicales, en ornamentaciones 0 en tonos cromaticos. Asi, en la historia de las artes o de los disefios hay “familias espirituales” que por encima de las diferencias entre sociedades y épocas, 0 que dentro del mismo entorno social constituyen un tipo especifico de humanidad. «En el curso de la historia hay pe- riodos en donde las personas piensan al mismo tiempo las mismas formas», afirma el autor. Elogio de la mano es una emotiva meditacién sobre ese “rostro sin ojos” que nos identifica ante los demas, pues la mano tiene una especie de fisonomia que se manifiesta en su ma- nera de accionar, en sus obras. «Entre espiritu y mano las re- OO mare aT CROCE Desde su infancia, el francés HENRI FOCILLON (1881- 1943) recibi6 el influjo formativo de su padre, gra- bador connotado, y de los amigos de éste, entre los que estaban Auguste Rodin y Claude Monet. Hacia 1925 asumié la catedra de estudios medievales y de arte en la Universidad de la Sorbona. Adicionalmen- PM NNT mC MER EMT teem nm stl eterno Rana Cony sobre estos temas en la Universidad de Yale. En am- LEB roreretra Cerata dee rntes Uy vere ely rer ron ene historia del arte como una disciplina independiente, mas que como una ciencia auxiliar de los estudios histéricos. Focillon centré en el método morfol6- gico su pensamiento sobre los estilos artisticos; por eo tonne CMe nom Benoa Ret tthe he las formas naturales. En sus cursos se formaron des- tacados investigadores, como André Chastel, Jurgis BaltruSaitis y George Kubler. Y en su propia obra algunos especialistas han detectado paralelismos con las tendencias formalistas alemanas (como la de Heinrich Wélfflin), asi como un distanciamien- to metodoldgico con respecto de la iconografia de Erwin Panofsky. También recibié la influencia del filésofo francés Henri Bergson. Entre sus publicaciones podemos destacar: Hokusai (1924), El arte de los escultores romdnicos: investigaciones sobre la historia de las formas (1931), La vida de las formas (1934), Arte de Occidente: Edad Media romdnica y gotica (1938) y El ano mil (1942). IETS MORE OETIN y MeOn OM CCRC Scot que se obedece y un sirviente décil. El espiritu hace a la mano, la mano hace al espiritu», nos dice Foci- llon. Mucho de lo humano que hay en nosotros es hechura de nuestras manos (y no de nuestros ojos): PACS ETE MG Conger a Nae Teo) [UT Ton MCCS CEC Mas eR Mae eCec Re RSet RarteY OCT eC! DIE CnE ete Cantey Rog orc TNT y(n Come hay obras artisticas, ya que los artistas han sido y si- guen siendo “personas manuales’. Pe Mere CROCE tate OES) PEC MeCeteT Cer ome Celer M Cceyu Ce MS Come oO SnhT Es yos nos brindan con generosidad una sabiduria esté- FatereMeT Cem tOm exe (ona teonta COLECCION ENnsayos + Francesco Fantechi, Claudio Linati: la vida aventurera Cae ele ae ie we de ge la litografia a México y se involucré en sus afanes republicanos # Noé Sanchez Ventura, Fernando Zamora, Julio Chavez, Arte y disefio. Experiencia creacién y método + Jorge Juanes, Pop Art y sociedad del espectaculo + Juan Diego Razo, De cuando San Carlos gané la Loteria y hasta casa compré e Informe sobre ciegos La vida de las formas seguida de Elogio de la mano HENRI FOCILLON UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MExico México, 2010 La vida de las formas seguida de Elogio de la mano © Henri Focillon, 1934 © Presses Universitaires de France, 1943, 2007 Vie de formes suivi de Eloge de la main © EscugLa NACIONAL DE ARTES PLAsTICAS UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Ay. Constitucién 600, La Concha, Xochimilco, 16210, DF Primera edicién junio 11, 2010 Traduccién: Fernando Zamora Aguila Edicién: Rodolfo Pelaez Diseno de cubierta: Ofelia Ayuso Audry Fotografia de portada: Abadia de Santes Creus, Cataluiia, 1150. D.R. © 2010, UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Ciudad Universitaria, Coyoacan, 04510, DF ISBN: 978-607-02-1512-4 Prohibida la reproduccién total o parcial por cualquier medio sin la autorizacién escrita del titular de los derechos patrimoniales. Impreso y hecho en México. INDICE La VIDA DE LAS FORMAS 1. El mundo de las formas I. Las formas en el espacio m1. Las formas en la materia IV. Las formas en el espiritu v. Las formas en el tiempo ELOGIO DE LA MANO on 63 81 97 117 La vida de las formas 1. EL MUNDO DE LAS FORMAS LOs PROBLEMAS PLANTEADOS POR LA INTERPRETACION DE LA obra de arte se nos presentan como contradicciones casi ob- sesivas. Pues la lejana obra de arte tiende hacia lo unico afir- mandose como un todo, como un absoluto; al mismo tiem- po, pertenece a un complejo sistema de relaciones. Resulta de una actividad independiente y traduce un ensueno superior y libre, aunque también convergen en ella las energias de las civilizaciones. Igualmente (si queremos respetar por el mo- mento los términos de una oposicién sdlo aparente), la obra es materia y es espiritu, es forma y es contenido. Quienes se ocupan de su definicién la califican seguin sus necesida- des personales y las particularidades de sus investigaciones. Quien la hace, al detenerse a reflexionar sobre ella, se ubica en un plano distinto al de quien la comenta y, si utiliza los mismos términos que éste, les da otro sentido. Aquel que la disfruta profundamente —tal vez sea el mas delicado y sabio de todos— la ama por si misma: cree alcanzarla y poseer su esencia, ademas de envolverla con la red de sus propios sue- fios. La obra de arte se hunde en la movilidad del tiempo y pertenece a la eternidad. Es particular, local e individual, al tiempo que un testigo universal. Pero también ejerce un con- trol sobre sus diversas significaciones y, como ilustracién de La VIDA DE LAS FORMAS la historia, del ser humano y del mundo mismo, es creadora del ser humano y del mundo, a la vez que establece en la his- toria un orden irreductible a cualquier otra cosa. Es asi como alrededor de la obra se acumula esa vege- tacién exuberante con la cual la decoran sus intérpretes, a veces llegando a ocultarnosla por completo. Y, sin embargo, por su naturaleza acoge todas sus posibilidades, quiz4 por- que estan implicadas en ella misma. Ese es un aspecto de su inmortalidad y, si se me permite hablar asi, ésa es la eterni- dad de su presente, la prueba de su rebosante humanidad y del inagotable interés que suscita. Mas, a fuerza de hacer que la obra de arte sirva a fines particulares, se la priva de su an- tigua dignidad y se le arrebata el privilegio del milagro. Esa maravilla, a la vez fuera del tiempo y sometida al tiempo, 3es acaso un simple fenémeno de la actividad de las culturas, un capitulo de la historia general, o mas bien un universo que se agrega al universo, con sus leyes, materiales y desarrollo; con una fisica, una quimica y una biologia capaces de dar a luz a una humanidad aparte? Para avanzar en su estudio, seria necesario aislarla provisionalmente. De ese modo podriamos aprender a verla, pues en primera instancia esta configurada para la vista. El espacio es su ambito, mas no el espacio de la actividad comin —el del estratega o del turista—, sino el espacio intervenido por una técnica que se define como ma- teria y como movimiento. La obra de arte es ponderacién del espacio, es forma: esto es lo que debemos considerar antes que nada. Balzac escribe en uno de sus tratados politicos: «Todo es forma, y la vida misma es una forma». No sdlo es posi- ble comprender y definir toda actividad en la medida en que toma forma e inscribe sus curvas en el tiempo y el espacio, sino que también la vida misma acta esencialmente como

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