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Daw Guentos de Oro soe Se CY, ad Secor a SALVAT ‘Disney Guentos de Oro Epici6y, pinEceiSn vy coonpiNact6: © 2017, Editorial Salva, S.L. C/ Amigé, 11, 5 planta. 08021 Barcelona. DinecciGn GeNeRat: ‘Mauricio Alearriba Dinecci6y prvisi6n rascicutos: Isaac Serrano Dinecci6x eprroniat: Oriol Molas Epiciéx: ‘Andrea Borrell Propucr MaNacen: Manica Machado Inusrnaciones: Ben Butcher ‘Texros: Malgorzata Strzalkowska REALIZACION EDITORIAL: Dosbe Publishers, SL. COLADORADORES DE LA REALIZACIGN EDITORIAL: ‘Adriana Sayol, Tatiana Stlianova, Zulma Sierra, Santiago Celaya © 2017 Edicorial Salvat,S.L. © 2016 Hacheete Copyright © 2017 Disney Enterprises, Inc. ‘Todos los derechos reservados. ISBN (coleccién): 978-84-471-3186-0 ISBN (volumen 1): 978-84-471-3187-7 Depésito legal: B 26386-2016 Impreso en Espana Disraimucion EN ARGENTINA Distribuidor en Cap y GBA: Distribuidors Rubbo Rio Limay 1600, C.A.B.A, Tels 4303 6283 / 6285 Inrenron: Distribuidora General de Publicaciones S.A. 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El sabio Mufasa era el rey de los leones, mientras que la atenta leona Sarabi era la reina. Simba, su hijo recién nacido, heredaria un dia el trono de su padre y se convertiria en el nuevo Rey Leén. Pero ese dia atin estaba lejos... Sin embargo, el mandril Rafiki rocié con polvo dorado al pequefio Simba y lo sujeté bien alto, para que todos los animales congregados alrededor de la Roca del Rey dieran la bienvenida al futuro lider del Ciclo de la Vida. Pero hubo alguien que no participé en esta alegre celebracién. Se trataba de Skar, el hermano menor de Mufasa. Sediento de poder, tenia la esperanza de convertirse algtin dia en rey, asi que cuando nacié Simba sus planes se complicaron. Una mafiana, Mufasa se llev6 a Simba a la cumbre de la Roca del Rey. —Cuando mi reinado llegue a su fin, todo esto sera tuyo. jEsta tierra baftada por el sol sera tu reino! —dijo. —jQué grande! ;Y los lugares que estén ocultos por la sombra? —pregunté Simba. —Son las Tierras de Sombra. Nuestro poder no llega hasta sus dominios. Por eso, recuérdalo bien, jnunca debes ir alli! —Crefa que un rey podia hacer lo que quisiera ~dijo Simba sorprendido. —Ser rey no solo significa hacer todo lo que uno quiera —contest6 Mufasa en tono serio—. Ser rey también es una responsabilidad. Simba se encontté con Skar y le comenté orgulloso: —Sabes, tio, jmi pap4 me dijo que un dia gobernaré todo nuestro reino! ~2Ah, si? ~dijo Skar entre dientes. —Papd también me ensefié las Tierras de Sombra, pero me prohibis ir allf —afiadié Simba con tristeza. -;Claro, claro! {Tu papa tiene razén! —dijo Skar recuperando el Animo mientras pensaba en un plan secreto-. El cementerio de elefantes no es buen lugar para un leoncito. Para ir alli, jhay que ser un leén valiente! Skar sabia que Simba querrfa demostrar lo valiente que era y que, por mucho que su padre se lo hubiera prohibido, acabaria yendo a esas Tierras de Sombra llenas de trampas peligrosas. Y no se equivocé: atraido por las palabras de Skar, Simba decidié viajar a aquellos territorios secretos que tan mala reputacién tenian. Asi que convencié a su amiga Nala para que lo acompafara y ambos no tardaron en adentrarse en las oscuras Tierras de Sombra. —Esto es tenebroso... —susurré Nala. _Es el cementerio de elefantes del que me hablé mi tio. Ven, vamos a verlo de cerca! {Conmigo estards a salvo! fe ~jVaya! {Uf, por fin les encuentro! —exclamé con alivio el mayordomo real de pico rojo, Zazti-. Vamos, ya es hora de regresar a casa. Ay! {Uy! jEste lugar parece un poco peligroso! —:Peligroso? ;Pero si es incretble! -replicé Simba encantado-. iMe encanta el peligro! ;No tengo miedo de nada! ~ [Ji {Ji-jl jiii! “se oy6 de repente. Era una risa espantosa medio ahogada, que precedié a la aparicion, entre un montén de huesos, de tres hienas: Banzai, Shenzi y Ed. Enseguida reconocieron a Zazti, el ayudante de Mufasa, y dedujeron que el leoncito era nada menos que el heredero del trono, el pequefto Simba. —jNos alegra que vinieras, porque exactamente ahora empezdbamos a tener hambre! {Creo que nos espera un banquete real! —dijo maliciosamente Shenzi mientras se le hacia agua la boca. —jMe pido una pata de leén! ;O dos! -tercié Banzai relamiéndose. ~jJi, Ji! tio Ed, al que todo le daba risa. Los leoncitos salieron corriendo y las hienas los persiguieron de cerca. Entonces se oyd un rugido estruendoso y las hienas huyeron despavoridas. De entre las rocas aparecié Mutfasa... 4 \ —Mt has esfpcionado, Simba ~aijo Mufasa muy serio, cuando se quedaron solos. jPodrfas haber muerto! ;Ademés, pusiste en peligro a Nala! No hiciste caso de lo que te adverti. ~{Queria demostrar que soy igual de valiente que ti! -exclamé Simba. Yo no pongo en peligro la vida de nadie sin motivo —contesté Mufasa. ~Peto tui no tienes miedo! ;Y yo quiero ser como wi! -grité Simba. —Hoy pasé miedo -reconocié Mufasa—. Tuve miedo de perderte... Padre ¢ hijo miraron juntos el cielo estrellado. —Papa, siempre estaremos juntos, ;verdad? —pregunté Simba de repente. —Desde esas estrellas nos observan nuestros antepasados. Cuando te sientas solo acudirdn en tu ayuda, y yo también estaré con ellos... Skar estaba enfadado con las cobardes hienas por permitir que Simba escapara. Pero, pensindolo mejor, decidié hacer un trato con ellas. Prometié que si lo ayudaban a conseguir la corona podrian entrar siempre que quisieran en las Tierras del Reino, donde nunca les faltaria comida. Luego Ilevé a Simba al acantilado, quien ingenuamente esperaba ver alguna sorpresa agradable... Todo era una trampa de Skar. Skar hizo una sefial a las hienas que espantaron a una gran manada de Aus en direccién al acantilado. {La tierra se estremecid bajo el trote enloquecido de los animales, que corrian asustados hacia Simba! El joven leén se agarré a la rama de un arbol, pero esta apenas podia soportar su peso y se doblaba cada vez ms... ~;Socorro! ;Ayuda! ;Mufasa, Simba esta en peligro! ~grité Zazu. | Wy Aquel estruendo de pezuias al galope no cesaba y Simba estaba a punto de caer, pero de pronto aparecié Mufasa listo para sujetarlo con los dientes por el pescuezo. Asi lo hizo y después lo colocé en un sitio seguro. La figura de Mufasa se alz6 imponente sobre las rocas... Sin embargo, Simba vio cémo stibitamente su papé cafa de lo alto y desaparecia entre la nube de polvo que habia levantado la manada...

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