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10 Contenido 7. EL DESARROUO DE LA DOCTRINA § 54. Paradosis y tradiciOn hist6rica § 55. El problema de la recta docttina y el na- cimiento del canon neotestamentario. § 56. Motives y tipos § 57. Teologia y cosmologia § 58. Cristologis y soteriologta 8, ELPROBLEMA DE LA CONDUCTA CRISTIANA § 59. La comprensién del imperative § 60. EI contenido de la exigencia y la postura frente a les diversos dmbitos de la vida § 61. Ladisciplina Epitoco Indice griego Indice de citas biblicas Indice de referencias patristica Indice de materias Indice de autores 343 343 333 368 371 381 oI 631 646 660 667 685 689 ri 71 39 PRESENTACION DE LA EDICION CASTELLANA Tiene el lector en sus manos uno de los libros mas representati- vos ¢ influyentes de la literatura teol6gica del sigh) XX. En ningén otto lugar se han encontrado y fecundado con fuerza semejante exé- gesis critica, comprensi6n hermenéutica y formulacién sistematica del NT. Quien sepa ya qué es teologia, quien conozea a Bultmann y distinga los estratos del NT vaya directamente al texto de la obra. No tendré necesidad de introducciones. Quien esté menos seguro cen todos esos campos puede acompafiarnos. Pretendemos it marcan- do los hitos de-un camino que nos sitva de ayuda en la lectura de R. Bultmann. Indicamos ya al principio que esta obra no es ninguna especie de aerolito que ha caido inesperado de los cielos. Le preceden otras ‘muchas teologias del NT que a lo largo de un esfuerzo que ya dura siglo y medio han conseguido abrir un tipo de camino en la gran selva de visiones exegéticas. Asi lo ha sefialado el mismo Bultmann en la nota final o epilegémena que se halla recogida en este libro Al enfrentarnos con las teologias del NT advertimos que con ellas acontece lo mismo que A. Schweitzer sefial6 tespecto de las vidas de Jestis: son muy hermosas, estan llenas del encanto de los nuevos ‘tiempos, pero acaban revelindose impotentes a la hora de levarnos hhasta el Cristo; en cada una de ellas se refleja el ideal del propio autor o de su escuela; asf tenemos un Jesés idealista liberal, romin- tico, revolucionario © moralista ‘Apliquemos el esquema a las teologias del NT. Situéndonos en Ja época prebultmanniana (anterior al 1948-1953), podemos distin- guir entre ellas cuatto tipos fundamentales. 1. Hay una perspectina idealista, que representan los discipulos de Hegel y de forma espe- cial F. Chr. Baur, Vorlesungen iiber neusestamenslichen Theologie, Leipzig 1864: el NT refleja el momento culminante de la autoexpli- caci6n del Espiritu que, expresindose en Jestis de forma suprema, se LCE A, Schweiter, Geschichte der Leben-Jesu-Fonchung (*1906; 71913), ‘Munchen 1966 (con inutoduecion de J. M. Robinson), R Presentaciin de la edvciin castellana despliega en Ia iglesia primitiva en un proceso dialéctico de tesis- antitesis-sintesis, personificado en Pedro-Pablo-Lucas. 2. Hay una Perspectna liberal o morass, reflejada en los autores mis cetcanes a la linea neokantiana; segén ellos, Jests es ante todo et promotor de un ideal de fidelidad ética y apertura hacia Dios que se desvela como Padre providente. La vida de Jests, reconstruible a partir de la critica hist6rico-literaria, constituye el centro de la teologia del NT. Asi lo supone, de forma clisica, H. J. Holtzmann, Lehrbuch der neutestamenthchen Theologie Ull, Tubingen 1897. 3. Diversa es la Tinea dela Escuela de la bustona de las religuones, iniciada en torno a W, Wiede. En ella el ctistianismo aparece, antes que nada, como tun fendmeno de sincretismo religioso en el que deben distinguirse tes etapas: a) Jestis, predicador judio de gran fuerza, cuyo mérito consiste en haber unificado anuncio escatoldgico y urgencia moralis- ta; b) la comunidad de cristianos palestinos que sigue su ejemplo y le espera, llamandole mesias apocaliptico; c) s6lo cuando afraiga en tun campo helenista, bajo el influjo de diversos factores ambientales, este movimiento se convierte en religion: a Jests se le concibe como Sefior divino a quien sus fieles veneran en’el culto. Clisico de esta perspectiva es W. Bousset, Kynos Christos, Gottingen 1913. 4. Viene, en fin, la linea que podriamos lamar dogmatica que, desde el campo catdlico o protestante, intenta ajustar la teologia del NT a los cauces de interpretacion o de vivencia de su propia iglesia, Se logra asi una indudable coherencia sistemética pero se pierde la in- mediatez biblica. Citemos como ejemplo a F. Buchsel, Die Theolo- gie des NT, Gatersloh 1935 y P. Feine, Theologee des NT, Leipzig 1910 entie los protestantes; a F. C. Ceuppens, Theologia Biblica I- IV, Roma 1949-1950, J. Bonsirven, Théologie du NT, Patis 1951 (Madnd 1968) y M. Meinertz, Theologre des NT, Bonn 1950 (Madrid 1966) entre los catlicos ?. Reconociendo esa multiplicidad de perspectivas, preguntamos epuede escribitse todavia una teologia del NT? no estaremos con- denados 2 perdernos una y otra vez en direcciones arbitrarias, subje- tivas? {De ninguna forma! El hecho de que han sido escritas y de- ben escridirse diversas teologias del NT no es indicio de fracaso sino 2 Pan una clasfcaciin y eseudio de las ceologias del NT cf BS Childs, Biblical theology m crins, Philadelphia 1970, L Goppelt, Theologre des NTI, Got tungen 1975, 19:31, P Grech-G Segalla, Metodologua per uno studio dela teologia del NT, Tetino 1978, 7-21, WG Kummel, Das NT’ Gescbuce der Eforschang samer Probleme, Freiburg 1970, 147 s 310's 466 s, E Lohse, Teologis del NT. Madrid 1978, 13-21, © Metk, Brblicbe Tcologte det NT m ser Anfagizet, Mat burg 1973, $ Neill, Le unterpreraciém del NT, Barcelona 1976; R Schnackenbut, Newtessamentiche Theologte, Muaches 1965, 25-43 (Bilbao 1973) Presentactin de la edictin castellana BB de riqueza hermenéutica. Sabemos que no existe el hecho en sf, ni la verdad desnuda, separable del proceso de biisqueda del hombre que la acepta y que la estudia. Como documento privilegiado de luna experiencia primigenia, el NT puede y debe ser leido a partic de diversas perspectivas. Todas son valiosas, si respetan y actualizan el impulso mis profundo de los textos. Eso no supone que ellas sean indiferentemente iguales. Nada de eso. La validez de cada teologia dependerd del lugar epistemol6gico y de la capacidad critica del autor. En las paginas que siguen tenemos el gusto de presentar una de las perspectivas privilegiadas de la interpretacién del NT: nadie como Bultmann ha sabido unit lectura critica, lucidez hermenéutica y opcién de fe ante el texto de la Biblia. Para hacer mas accesible la lectura de su libro trataremos: 1. de Bultmann; 2. de su tcologia del NT; 3. de la problematica abierta por su obra. 1. Rudolf Bultmann Por formacion y por oficio (es exegeta), Bultmann (1884-1976) ha sido primordialmente un cientifico, especializado en el campo de la critica literaria del NT y de manera particular en los sin6pticos y Juan. También le ha interesado el problema de la historia: s6l0 sobre el fondo de la historia religiosa y cultural de su contorno puede interpretarse el NT; por es0 las estudia con cuidado’, Sin embargo, por encima de este ttabajo de critica hist6rico-literaria, si- guiendo a los grandes maestros de finales del siglo XIX, Bultmann hha querido ser un pensador: intenta comprender el cristianismo des- de dentro, interpreténdolo como una posibilidad radical del hombre; para eso estudia la filosofia de griegos y alemanes, espe- cialmente en la linea que va de Kant a Heidegger. Logicamente, su obra ha tetminado siendo una hermenéutica: busca la comprension del mensaje de los textos, para hacetlos transparentes ante el hombre contemporaneo? 3 Su obra clave en esta perspectiva es Gerchichte der symopnschen Traditrom, Gottingen 1921, con ella ha de eitete Das Evangelium des Johannes, Gotangen 1D41, vienen finalmente una serie de artiulos fecogidos en el volumen de Exegesis Aafiate 2ur Erforichung des NT, Tubsngen 1967 4 Obra crucial en exta linea es Das Urchnstentum 1m Rabncen der aniken Rel _gsonen, Zarch 1962, También hay que citar sus tabayossobte el trasfondo religoso de Jaen Bxegetica, 10-35, 93-104, 124-197, 230-254 5)“ Esudian el problema hezmenutico tin parte considerable de los trabajos re. copides en Glaubem and Verseben (=GV) LIV, Tubungen 1933-1965, La discusién fgue ha provocada. su programa desmiologizador esta tecogida cn Kerygona nd Myehor FIV, Hamburg 1948-1967 “ Presentaciim de la odtctin castellane Para entender mejor esa doble perspectiva, intentaremos fijar la evoluci6n de Bultmann. El comienzo de su obra esta marcado por la herencia de los grandes liberales de finales del XIX: Rieschl, Herr- mann, Hatnack. Con ellos piensa que el hombre se halla abietto al infinito de una idea moral de plenitud en la que Dios y el mundo vienen 2 encontrarse: la teligiOn se identifica con la bisqueda del soplo divino que esta al fondo de los hombres. Segiin eso, religion y filosofia se identifican; se diluye la transcendencia de Dios y el ctis- tianismo queda convertido en testimonio de la hondura extatico- teligiosa 0 de la capacidad moral de los humanos 6. Pues bien, en un momento determinado, al comienzo de los afios veinte, Bultmann —ya famoso por su labor exegética, cf. Geschichte der synoptischen Tradition, Gottingen 1921— se solida- riza abiertamente con el movimiento dialéctico de K. Barth y de su grupo’. Eso ha implicado un cambio radical en su visi6n del cris- tianismo, cambio que se puede condensar en estos tres momentos. a) Hasta ‘entonces, Dios era una especie de simbolo que expresa la apertura indefinida de los hombres. Desde ahora se vendri a mostrar como la pura transcendencia: aquel que viene de si mismo como absoluta gratuidad, ser que nunca puede objetivarse. b) Hasta centonces, Jess aparecia como un simple testigo de la moralidad, un evocador de potencias religiosas de los hombres. Desde ahora se des- vela como encarnaci6n de la paradoja cristiana, es aquel hombre donde la gratuidad liberadora y justificante de Dios se hace patente. ©) Hasta entonces, el hombre se mostraba como un ser capaz de conseguir su plenitud por el camino de la bisqueda moral o reli- ziosa, Desde ahora se descubre como un simple pecador que esta aplastado bajo un signo de impotencia, frustracién y muerte *, 6 En este primer perfodo Bulemann publica una serie de trabajos may sige cauvos Exhuche and myrtiche Religion im Urchnitentum Chestche Welt 34 (1920) 725-751 738-148, Gort a der Natur Youd 36 (1922) 489-491 513-514 533. 534, Religion umd Kultur Tosd $6 (1922) 417-421 433-539 450-453, Religion und Soztalsmus Soriaksusche Monatsh 28 (1922) 442-447 "Algunos de estos trabajos han sido publiados por J Molimann, Anfange der dialebtuchen Theologse Ll Munchen 1963, Sobre este petfodo cf FW. Sticht, Die Bedeutung WW Herrmann fur de Theologie R Bulimanns, Betho 1965. Sobre el proceso completo de Bult- ‘mann cf W. Schimithals, Die Theologie RBulimanns, Tubingen 1967 TCE Dye lberale Theologse wnd die jungste theologuche Bewegung (1924), en GV 1.25 8 La nueva vuidn de Dios, de Casto y le exstencia que suponen ls trabajos de ‘Bultmann a parur de 1924 se refleya en Dat Problem exner heologischen Bxegese des NT” Zanschen den Zeiten 3 (1925) 334-359, Die Page der dialekiuchen Theologte Ibid 4 (1926) 40-60, Welehem Siwm hat es, von Gott 2u reden, en GV I, 26.57, Kart Barth, Die Auferstebung der Tofen, en GN I, 3864, Zar Frage der Chratologte, €0 GV 1, #5113 Presentaciin de la edcsin castellana 6 Lo que podemos lamar el plano titico de estudio historico- literario ha permanecido inalterado. Solo cambia el plano superior donde, a partir de ese momento, habra que distinguir con nitidez dos estratos. 1. Hay um nivel crishano-protestante. Partiendo de K. Barth, Bultmann teasume y reformula la visién luterana de san Pablo, condensada cn la justificacién por la fe. Esto lo afirmamos con vigor. Frente a todos los que intentan implicar su nombre con los tas- g0s de una disolucién del cristianismo, debemos indicar —pot el contrario— que R. Bultmann representa, en nuestro siglo, uno de los intentos més austeros y profundos de recuperaciGn cristiana. Desde ese cambio, toda su labor teoldgica ha empezado a ser una apologéti- «a protestante: lo que intenta es conseguir que el mensaje de la justi- ficacién y de la fe se vuelva audible para el hombre de la edad con- temporiinea, No quiere resolver el misterio de la fe ni disolverla; s6lo busca hacerla comprensible. 2. Al lado de eso emerge un estrato flosofico-exastencial. La fe ctistiana s6lo se hace audible alli donde, guardando su poder de gratuidad y transcendencia, ella se inserta en la pregunta de un hombre que est abierto y que no puede respon- derse pot si mismo. E! moralista neokantiano de finales del XIX era incapaz de fe: se juzgaba suficiente, poderoso para dar una respuesta a sus problemas. En contra de eso, Bultmann ha encontrado que el hombre de una linea existencial, cercana a Heidegger, resulta capaz de fe: desde su misma situacién parad6jica de apertura y de impoten- cia puede escuchar la palabra de gracia de un Dios que le libera de si ‘mismo, ditigiéndole al futuro de su vida abierta Con esto hemos citado ya los planos de trabajo en que se mueve R, Bultmann: critica histérico-literaria, apertura filos6fica, acepta- ign creyente del Dios de Jesueristo. Cada uno de ellos guarda un es- pacio de autonomia relativa y se puede analizat de alguna forma tam- bién por separado. Peto s6lo uniéndose los ttes conforman lo que podriamos llamar el tringulo cristiano: a) partiendo de Ia historia (parad6jica) de Jess, relejada en los textos biblicos, b) que me inter- pelan, incidiendo en mi apertura existencial,¢) se vuelve presente la palabra de Dios como poder de gratuidad salvadora. De ello hablare- mos brevemente en lo que sigue. 2) Plano critco. Deciamos que Bultmann ha empezado siendo un investigador, un critico de la literatura y de la historia. En este campo, su trabajo resulta neutralmente cientifico: sabe que, al nivel en que se mueve, la ciencia es absoluta; por eso acepta aquel modelo de biisqueda que abrieron los griegos al principio de la historia de oc- cidente, No teme a la verdad, munca le asusta llegar hasta el final en cl enfoque de los temas. Su gesto de honradez sigue siendo aqui mo- délico. 16 Presentaciin de la edictin castellana Desde el punto de vista literario, Bultmann ha destacado por su capacidad de andlisis formal. Pocos han llegado a precisar con su ri- gor los planos de surgimiento y maduracion de las tradiciones sin6p- ticas, Su Histona de la tradicién sindptica (1921) sigue siendo todavia un libro necesario, casi normative, Quiz resulte excesiva- mente critico en Ia atribucién de los textos a Jestis; quiza acentie demasiado Ia capacidad creadora de la comunidad, prescindiendo del trasfondo semitico de ciertas palabras evangélicas. Pues bien, a pesar de todo eso, y pasados ya cincuenta afios, sus planteamientos, enfoques y divisiones siguen siendo imprescindibles. Menos llamati- vo, aunque igualmente importante, ha sido su comentario a Juan (Das Ev. des Johannes, Géttingen 1941) donde distingue redaccién, slosas y fuentes’ Ampliando esa petspectiva, Bultmann construye la critica litera- tia desde un contexto hist6rico: s6lo alli donde se fijan sus momen- tos de evolucién genética, sélo alli donde se encuadran sobre un fondo de comprensiin general, se pueden entender los textos del NT. En esta perspectiva, Bultmann resulta menos creador: acepta de manera basica y con pocos retoques criticos la concepcién de la Bscuela de la historia de las religiones, reflejada en W. Bousset, Kynos Christos, 1913. A su juicio, el cristianismo primitivo fue un proceso: surge de Jestis, profeta istaelita del amor a Dios y de su juicio; se expande en los primeros cteyentes palestinos que, funda- dos en la resurreccién de su maestro, le esperan como hijo del hombre © mesfas del juicio apocaliptico; culmina en los creyentes helenistas que interpretan la fe en Jestis resucitado como expresién de una «vida escatologicas: por la gracia de Dios, expresada en la cruz de Jesucristo, aquellos mismos que —externamente— viven la cxistencia de caida y de pecado son en el fondo realidad distinta; vi- ven ya la gracia de Dios, en la apertura hacia un fururo de vida que no acaba Desde ese plano critico ha de verse nuestra obra, como intento de comprensién global, hist6rico-literatia, del NT. Todo en ella se sitda dentro de un esquema de historia, en el trasfondo de una linea de explanaci6n y de apercura que va desde Jestis hasta los Glti- ‘mos testigos de la antigua iglesia. Sin embargo, ya desde aqui tene- ‘mos que anotar que la evolucién que presupone Bultmann no ¢s li- 9. Para valorar el unflyjo de Bulemann en este campo puede consultare cual uct rabayo sobre chutora de las formass Cf H Zimmetmann, Lor métodar dutinco eros en of NT, Madd 1969 10. se esquema hstrico preside la elaboracién de la Geschichte der syn Tro danom, "1980, 348 5 CE Dat Urcbnitentum, Munchen 1969. 163 8 Presentaciin de la edict6n castellana 7 neal. En contra del proceso ascendente de una evolucién hegeliana, a través de los momentos de tesis-antitesis-sintesis, nuestro autor resupone que el NT es una especie de linea parabélica: va subien- do hasta alcanzar su altura plena en Pablo y Juan; luego desciende cen los autores posteriores 4) Plano filoséfico. Bultmann no es filésofo. Sin embargo, su interés por comprender el texto de la Biblia y la exigencia de centrarlo sobre el fondo de la biisqueda del hombre le convierten en pensador de la existencia. Como hemos indicado, en su visién se han distinguido dos etapas. La primera, dentro de la linea ncokan- tiana, identifica religion con camino del hombre que se hace en apertura al infinito, En ese plano se sittan una serie de trabajos pro- piamente filos6ficos acerca de Ia naturaleza, la cultura, religion En la etapa posterior quiebra ese esquema moralista-teligioso. A Bulumann le parece que el hombre es incapaz de autosalvarse: des- cubre su pequefiez pero no puede superarla; vislumbra su pecado y no es capaz de transcenderlo. Para ajustar esa perspectiva y situar all hombre ante la posible revelacién de Dios, Bultmann se sirve de la analitica existencial del primer Heidegger " Debemos precisar con més cuidado el sentido de ese plantea- miento existencial. A lo largo de una cotrespondencia a veces hi- riente y también en sus trabajos publicados, Barth reprocha a Bult- mann su nueva servidumbre filoséficas: después de haber intuido la transcendencia radical de Jesucristo corre el riesgo de negarla otra vez, introduciéndola en esquemas puramente antropoldgicos * Bultmann responde afitmando que no se trata de diluir la revela- ci6n sino de comprenderla; no se trata de negar lz gratuidad de la justificacion de Dios en Cristo sino de hacerla teaidad actual para los hombres. S6lo entiende a Dios ¢! que descubre su actuacién en. su propia existencia. De esta manera, el lugar donde la palabra de Dios (teologia), revelada en Jestis (cristologia), se vuelve real y comprensible para el hombre es su existencia transformada (antropologia) 11_La delumitacsén de ese proceso consttuye uno de los “emas fundamentales de la exégess postenor, of F Hahn, Chrutologische Hoheushtel, Gotungen 1966, RH Faller, Fundamensos de la cnitologia neotestamentans, Madeid 1979 12 _ Son basicamente los ttabajs ctados en la nota 6 de exe prologo. Sobre este ema cfm estudio Nararalesa, cultura, religion En torno al seven Bulomann Esta- dios 33 (1977) 35-61 13 Sobre toda esta evoluein cf mu tabajo Exdgeus y flzofa Hl pensamento de R Baltmann y O Callmann, Madi 1972, 99-244 MCE K Barth R Bolimann, Breficechel 1922 1966, Zach 1971, K Barth, K Baltmann Eo Versuch thm 24 verstohen, Zusich 1992 (Madd 1971)

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