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Omar Biscotti Terapia de pareja: una mirada sistémica Grupo Editorial Lumen Hyvmanitas Buenos Aires - México Fa Re Co ca Bssx Direccién editorial: Sela Sierra Supervisién de texto: Pablo Valle Disefto de tapa: Gustavo Mact, sobre una pintura del autor ("Pareja sobre almohadones 190s”) Biscotti, Omar Terapia de pareja: una mirada sistémica ~ 1. ed. - Buenos Aires : Lumen, 2006. 248 p. ; 22x15 cm, ISBN 987-00-0681-0 1 Terapia de Pareja. Titulo COD 155.645; ISBN 10: 987-00.0681-0 ISBN 13: 978-987-00-0631-2 No esté permitida la reproduccién total o parcial de este libro, ni su tratamiento in- formético, ni su transmisin de ninguna forma, ya sea electronica, mecénica, por fotocopia, por registro u otros métodos, ni cualquier comunicacién publica por ss. temas almbricos 0 inalémbr la puesta a disposicién. ‘codela obra de tal forma que! desde el lugar y en el mom ‘miso previo y por escrito del editor © Fditorial Distribuidora Lumen SRL, 2006 Grupo Editorial Lumen Viamonte 1674, (CIOS5ABF) Buenos Aires, Replica Argentina ‘© 4973-1414 (lineasrotativas) + Fax (54-11) 4375-0453 E-mail: editorial@lumen.comar hitp://wwwlumen.com.ar Hecho el depssito que previene la Ley 11.723, Todos los derechos reservados LIBRO DE EDICION ARGENTINA PRINTED IN ARGENTINA A Kumiko, con quien comparto la maravillosa aventura de construir cotidianamente tuna pareja desde hace mas de 30 afios. ‘ a 5 i 5 ‘ # I AGRADECIMIENTOS ‘Amis maestros, que me ensefiaron aquello que pude aprender, y ‘a quienes espero no defraudar con esta obra. Entre ellos, principal. mente a: Vivian Loew, con quien supervisé aterrorizado la primera pareja que Carlos Siuzki, que siempre me “fascin6” con sus ideas y su forma de trabajar; Maria Rosa Glasserman y Adolfo Loketek, que me ayudaron a ordenar mis pensamientos de una manera “sis- Wanda Santi, que me ayudé en el trabajo vivencial con mi persona, mi historia y las “parejas” en esa historia. ‘A mis colegas mas cercanos, con quienes comparto el dia a dia de ‘mi trabajo: Alicia Saliluri, con quien me une una sélida amistad de mas de 25 ais y, principalmente, un gran respeto profesional por su creatividad y honestidad, y con quien Ilevo adelante la conduccién de ISDEBA desde hace més de 15 aftos; Graciela Frascino, con quien ‘comparto el entusiasmo del trabajo con parejas y que me acompaiié en la aventura de editar un video didactico para llegar “mas alla”; Kumiko Itokazu y Silvia Alabau, con quienes vivo el desafio del traba~ jo en el Equipo de Profundizaci6n en Terapia de Parejas de ISDEBA, donde siempre me estimulan a pensar, crear y divertimos. ‘A todos los colegas con quienes transité diferentes momentos de mis 30 afios de profesién, ya que todos y cada tno han alimentado las ideas que hoy me guian. ‘A todos mis colegas “sistémicos”, quienes desde sus ideas, sus escritos, sus comentarios y sus actividades han contribuido a que ‘me pueda sentir en una red de pertenencia que siempre me hace mucho bien. 220k Se ‘A mis colegas de CEFAI en Rio de Janeiro, io de Janeiro, y del Centro Persona 4 Familia, en Medelin, que han confiado en my valorado misideas obre el trabajo con parejas, inviténdome a partic - ci6n yen su publicaciones panssparen suing A Angela Maria Quintero Velésquer, i : que ha contribuido con su cla- ridad y profundidad de ideas a cubrir un capitulo completo de este libro: aquél dedicado al cielo vital de la pareja. AClaudio Des Champs, que me ha estimulado en la publicacién de ro me ha honrado con su prologacién. soc nis jos Marina y Julén, que me han ayudado en ls tedio- s, Ya veces poco comprensibles, desgrabaciones de | que reprodiuzco en el libro. a Attodos los profesionales que han tomado mis cursos, © a haber- me ayudado a pensar y sistematizar bi (elas ide mre ayuda a pensar y nuena parte de las ideas que A todas las parejas que han confiado en ri confiado en mi, compartiendo sus sufrimientos en las consultas y permitiéndome patticipar de! midaddesusmundos. mepastsipar elaine Y, por ultimo, agradezco a mi querida Buenos Aires, una ciudad con Ta que mantengo un farragoso romance desde hace més de 50 os. es Omar Biscotti Buenos Aires, 2006 PROLOGO das implica un gran desafio...” Con esta frase comienza la introduccién de Terapia de pareja: Una mirada sistémica, escrito por el Dr. Omar Biscotti, terapeuta familiar stas en el complejo campo de la psicoterapia de parejas. El desafio al que probablemente se refiere mi colega y amigo Omar ¢s, por un lado, el de escuchar las dos versiones de una misma histo- i jempre disimiles, muchas veces francamente contra~ dictorias y, en general, expresadas con la misma conviccién de estar 1, de poser la “verdad” tinica e incontrovertible. Este es el ‘material casi habitual con el que empiezan las desafiantes consultas de pareja, dedicadas, en el comienzo, al interminable y erosivo juego- batalla interactivo denominado “Yo tengo raz6n y, por lo tanto, vos es- tas equivocado”. Claro que dicho aspecto del escenario relacional de la pareja en conflicto no es el tinico: existen los celos, la rivalidad, la competencia, la necesidad de ser completado por ese otro u otra, in- ventado por mis anhelos més intimos para hacerme feliz (nada me- nos), hasta que, luego de la “Tuna de miel” de los primeros capitulos, primeros meses de convivencia, este frégil andamiaje, este cas- tillo de naipes, comienza a desmoronarse, cae el velo d i construccién, y descubrimos al otro en su dimensién real, con sus pros y sus contras, con su humanidad a pleno, con sus virtudes y sus de- fectos, seductores aromas y fuertes olores, y tantas otras cosas que mu- 9 chas parejas acoplan, superan y siguen adelante, conociéndose de ver- dad y disfrutando de ello o, por el contrario, iniciando una répida 0 lenta lucha, mas 0 menos violenta, sérdida y silenciosa, como la gota que horada la piedra, o mas escandalosa,a los gritos y con participa- ién del piblico presente: hijos, familia de origen, amigos incluso ve- cinos en algunos casos. En ocasiones, también es invitado algun tercero o tercera, los conocidos amantes que forman parte de la saga de las relaciones de pareja, o simplemente el hijo concebido para “sal- var" el matrimonio y/o para iniciar el ciclo vital familiar. Pero detengémonos un momento. De qué pareja estamos ha- blando? Del matrimonio con muchos afios, casado por la iglesia 0 templo?; jo de una de las cada vez mas numerosas relaciones de co- habitacién?; zo de los que simplemente hicieron “el trémite legal” en el registro civil?; 0 de parejas muy j6venes que hacen la “pruc- ba” de convivir juntos a ver cémo les va? Como en cualquier tema que uno trate en profundidad y con rigurosidad, y el campo de la terapia familiar no es una excepcién al respecto, hay que dar cuen- ta de los cambios hist6ricos y contextuales que sucedieron en las uil- timas décadas, en un mundo globalizado en continua y acelerada transformacién. Precisamente esto, la actualizacion del tema que se desarrolla en este libro, la puesta al dia de los importantes cambios que ha experimentado la pareja de nuestros dias, constituye uno de Jos méritos de esta obra que se ocupa de ello exhaustivamente, des- de el inicio y durante buena parte de su recorrido. " Inmediatamente después de desandar el camino de los cambios en las cuestiones de género, sociales, laborales, de ciclo vital y tan- tos ottos, el autor nos describe, con la misma puntillosidad, las pro- bleméticas actuales de la pareja y, mientras lo hace, nos va mostrando, con claros ejemplos de fragmentos de conversaciones terapéuticas, la répida puesta en escena de la focalizacién en los re. cursos y las intervenciones estratégicas y narrativas para resolver las situaciones que le presentan las parejas que lo consultan; por- que, ante todo, se trata de un libro centrado en la clinica. Y éste es otro de sus importantes méritos: la cantidad de ejemplos clinicos, de situaciones abordadas por la experiencia del autor, convierten su lectura en imprescindible para todos aquellos que realizamos 0 que pretenden realizar terapia de pareja Y asi el Dr. Biscotti, de capitulo en capitulo, va desgranando los. Principales motivos de consulta, la primera entrevista (un tema 10 fundamental, pocas veces explorado, aqui tratado con suma clari- dad) y la posibilidad de observar el complejo proceso del tratamien- to completo de una pareja. Esto tiltimo nos permite recorrer dicho proceso en toda su extensién, con las idas y vueltas, la construccion de las reformulaciones, los detalles, as dificultades y las precaucio- nes de una serie de entrevistas a una pareja, hasta la culminacién del tratamiento, con seguimientos incluidos, y siempre enriquecido ‘con acotaciones y reflexiones, aclarando el “porqué” y sobre todo el “para qué” de cada intervencién, de cada maniobra. En la parte final, el autor se ocupa del entrenamiento y la forma- ién del terapeuta, un tema esencial para todos aquellos que esta- mos en ese campo y trabajamos sobre él. Como en los demés capitulos, el Dr. Biscotti, con la claridad y la sencillez. que lo caracte- rizan, aborda los miiltiples aspectos de esta desafiante preparacion para poder lidiar con las parejas, se trate tanto de las habilidades téc- nicas y de la epistemologia como de las vivencias de la persona del terapeuta, ‘Antes de terminar, quisiera destacar especialmente el capitulo de este libro escrito por la trabajadora social colombiana Angela Maria Quintero Velasquez, de la Universidad de Antioquia, Medellin, Co- lombia, titulado “Proceso vital de la pareja moderna”. Se trata, a mi entender, de uno de los mejores trabajos que he leido sobre el ciclo vital de la pareja, un tema de por si poco transitado a pesar de su im- portancia y que la autora desarrolla con una notable solvencia ‘Aparte de reexaminar las conocidas etapas del ciclo vital de la fami- lia, Quintero Velésquez introduce, en su original andlisis, los concep- tos de resiliencia, flexibilidad y complejizacién o la simbiotizacion de la heterogeneidad, entre otros. También recorre pormenorizada- ‘mente una amplia bibliografia sobre este tema crucial para la terapia familiar sistémica en general y para entender a la pareja en particu- Jar, citando a numerosos autores que se han ocupado de él, como Gianfranco Cecchin y el propio Biscotti, entre ellos. Tampoco tiene desperdicio alguno el andlisis del entrecruce del ciclo vital familiar y el ciclo vital de la pareja. De esta manera, la inclusién de dicho capi- tulo le agrega valor a un libro ya de por si valioso para reflexionar y aprender sobre la psicoterapia de pareja, lo cual es uno més, y no el ‘menor, de sus indudables méritos. En las reflexiones finales, el autor se dedica a la posicién, al com- plejo lugar del terapeuta en este set terapéutico, y dice con sus pro- u Invito a que como terapeutas trabaj a riestra persona (hay otra ltemative seta?) aque epiesones en Jo racional, sensitivo y corporal todas las tesonancias que nos pro- mueve esta tarea, Esto nos marca la distancia Optima con la pareja: ni demasiado cerca como para pasar a formar parte de ella ni de: masiado lejos como para estar desconectados... " Por lo tanto, lector/a, ha sido tn gusto y un pr prélogo a tan wt y recomendable obra sobre la compleja, ardua y hermosa tarea de ayudar alas parejas a transitar, en el amor y en él desamor,en la salud y en la enfermedad, en las alegrias y las tiste- zas, en las uniones duraderas y en aquéllas més efimeras que nos plantea la vida en comtn, la existencia amorosa de a dos. Lic. Clauidio Des Champs terapeuta familiar y editor de Perspectivns Sistémicas 12 INTRODUCCION Me atreveria a decir que la pareja es la sociedad més dificil de lle- var adelante y posiblemente la més maravillosa también; sin dudas, implica un gran desafio para la humanidad. De hecho, ha inspirado -omo muchisimas pelicu- las y piezas teat ynes se basan principalmen- te en algtin conflicto: no poder concretarse, disolverse, traicionarse... ‘© simplemente desarrollarse, lo cual no esté exento de infortunios y complejidades. Sibien la estructura de la pareja, tal como la conocemos y la pensa- ‘mos hoy, data de unos siglos atrés, est en permanente cambio. Y es ésta una de las épocas en que més percibimos esos cambios, no séloen esta relacidn sino también en la familia y en otras organizaciones 80- ales. La estructura de la pareja “para toda la vida”, como se confor- ‘maba hace medio un siglo atrés, esté fuertemente cuestionada. Si bien nadie se une para separarse, ni se casa para divorciarse, la rup! ra del vinculo antes de la separaci6n por la muerte (“hasta que la ‘muerte nos separe”) es una alternativa cada vez. més frecuente. ‘Y noes éste el tinico cambio en el estilo de las parejas de hoy; pe- ro de eso trataremos mas adelante en esta obra Por estos motivos, atender la consulta de parejas no resulta una tarea muy simple, sobre todo para los terapeutas sistémicos que te- nemos siempre en cuenta el contexto en que se presenta el proble- ma que motiva dicha consulta. Y este contexto es muy cambiante, muy incierto. Mi trabajo con las parejas comenzé en 1978, cuando una compa fra de un grupo de estudio me derivé un matrimonio a la consul- B ta privada. Me vi asf casi compulsado a la atencién. Y me gust6. Fue un gran desafio, y busqué ayuda en la supervisi6n, dentro de lo in- cipiente que era el trabajo con fori y parejas en Argentina en aquella época. Después completé mi formacién como terapeuta familiar y con- ‘tinué en el trabajo con este vinculo, principalmente desde mi con- sultorio y desde el Instituto Sistémico de Buenos Aires, a través de su Equipo de Profundizacién en Terapia de Parejas. Pociemos pensar que la terapia de parejas es un desprendimiento dela terapia de familias, que ha cobrado identidad propia, quiz4s por- que ese sistema (o subsistema desde una perspectiva familiar), la pa- reja, es el germen del otto, la familia; por lo menos, en la gran mayoria de los casos atin. Tan es asi que hoy ya tenemos la consulta en pareja ‘muy difundida en la sociedad y es una alternativa que las mismas per- sonas toman espontaneamente; sobre todo en aquellos contextos, co- ‘mo Buenos Aires, en que la consulta psicol6gica esté muy facilitada. Este libro intenta reflejar las principales ideas con las que pienso y desarrollo mi trabajo con las parejas, asf como las de otros colegas que también contribuyen con su colaboracién a la concrecién de esta obra, Ahora bien, pero: ide qué pareja estamos hablando? O, dicho en otros términos, zeémo entendemos la pareja? O, més concretamente: {qué es una pareja? Si bien esta pregunta puede tener muchisimas res- /puestas segiin el recorte epistemol6gico que se haga para tal fin, trans- mitiré la idea de pareja con la que me muevo en mi trabajo como terapeuta, que —entiendo— es el plano que nos interesa en esta obra. Asi, pienso la pareja como una construccién relacional sostenida por ambos miembros a través de: a) La definicién que cada uno se daa si mismo y le da al otro (“Yo quiero que me veas, me pienses, me sientas asi”). b) La definicién que cada uno tiene del otro ("Yo te veo, te pien- ©) La definicién que cada uno recibe del otro. Osea que entendemos la pareja como un lugar primordial en nuestra sociedad, de sostén de la identidad. No el tinico, pero sf im- portante, pensando que la identidad es el producto permanente del interjuego entre lo que nos decimos que somos, lo que nos han di- cho y lo que nos confirman los contextos. En este sentido, la pareja es un contexto de la individualidad, y un contexto altamente califi- cado, tanto personal como socialmente hablando. 14 La referencia a pensar la pareja como “construccién relacional”” apunta a la idea de que lo que llamamos pareja no es un cuerpo sos- tenido por la relacién entre sus tomos, 0 sea un cuerpo fisico, sino un espacio de relacién, En un lenguaje actual, podemos decir que es un espacio virtual, con toda la impronta de la realidad que eso implica, Pero de una realidad también entendida como una construccién del pensamiento. Ese espacio relacional, entonces, esté constrido por la permanente interaccién entre sus miembros, sus expectativas, las de sus contextos de origen y las de los actuales. Esas interacciones pro- vienen de ideas sobre los “sf mismos” de las personas que interac- ‘tian, sus contradicciones, sus confirmaciones y desconfirmaciones; y ‘esas ideas regulan dichos intercambios que, a su vez, modelan aque- llas creencias. Podemos definir entonces la pareja actual como la pareja del pos- modernismo, de un mundo cambiante, donde los valores inmuta~ bles han cafdo y se instal6 la incertidumbre, sin visos de tragedia, pero con menos idealizaciones, mas perentoriedad y menos tenden- cia a la eternizacién. Un mundo de coexistencias donde las nuevas ideas no reemplazan a las anteriores, sino que se agregan y luego se entrelazan en la contemporaneidad. Desde una perspectiva sistémica, la terapia busca un cambio, en consenso con los consultantes, que promueva nuevas y mejores in- teracciones, as{ como también modificaciones en las creencias sub- yacentes en dichas interacciones. Dicho de otra manera, entiendo {que las personas, cuando formamos parte de un sistema estable y prolongado en el tiempo, como es la pareja (Ia pareja que nos con- sulta suele tener estas caracteristicas), organizamos creencias sobre nosotros mismos y el otro, a través de las cuales nos relacionamos. Podemos decir que, a través de esas ideas, nos vinculamos con nuestra pareja, la cual nos confirma o nos modifica aquéllas. Pero no sélo la pareja puede recrear las ideas acerca de nosotros mismos y del otro, sino que nuestras creencias previas, acufiadas en otros contextos, también ejercen una fuerte influencia sobre la manera en que construimos aquélla, ‘Cuando recibimos la consulta de una pareja, entonces, recibimos a dos personas que tienen una disfuncional interacci6n —o al me- nos “Areas” de disfuncional interaccién—, que los hace sufrit y pa- decer. Dicha disfuncionalidad suele estar basada en creencias de cada uno, del otro y de cémo es la relacién —y de cémo fuea través 15 de su historia—, que no son generadoras del cambio que cada uno manifiesta necesitar sino, por el contrario, de mayor padecimiento, permanente interjuego entre las creencias—entendidas como definiciones de sf, del otto y de la relacién— y los juegos relacionales 4 partir de ellas no permite nuevas posibilidades y mejores negoci ciones. Seria ésta entonces la funcidn del terapeuta con las parejas: ayudarlasa posibilitarse una lectura diferente de este escenario, a tra- vvés de los puntos més sensibles para ello. A veces la entrada est mas facilitada por el lado del juego relacional, otras veces lo esta més por el lado de las auto y heterodefiniciones co-construidas a lo largo dela relacién. De cémo lograrlo, trataré de dar cuenta en este libro. Espero que, al terminar de recorrerlo, estimado lector, puedas sentir que se cumplié con dicho propésito. Omar Biscotti 16 Cariruto 1 LOS CAMBIOS EN LA PAREJA ACTUAL Como lo expresara en la Introduccién, la pareja —asi como mu- chas otras organizaciones— ha sufrido fuertes y variados cambios en diferentes dreas, en los tiltimos aftos, principalmente después de la Segunda Guerra Mundial, 0 sea desde la segunda mitad del siglo XX en adelante. Algunos de estos cambios en el modelo y las pau- tas que gobernaban habitualmente la relaci6n los podemos ver en el listado siguiente: ionales en el modelo de pareja occidental en los iltimos 50 afios * Mayor simetrizacién. © Disminucién de la estereotipia sexual y/o genérica. © Aumento de la autonomia econémica. ‘* Aumento de la autonomia en muiiltiples decisiones. * Co-competencia en diversas éreas. '* Mayor tendencia a la disolucién del vincul * Aumento de la edad de formaci6n de la u * Desjerarquizacién de la legalizacién de la unin. * Inversi6n de la complementariedad por factores externos (econémicos). ‘+ Aumento de la dependencia con las familias de origen. « Preservacién del lugar de la pareja. 7 E A ‘ 8 f u c Estos cambios relacionales expresan modificaciones en diferen- tes reas de contenido de las parejas, que ahora pasaré a considerar. En Ia pareja heterosexual, los cambios en la relacién estuvieron fuertemente influidos por aquellos que a nivel social sufrié tanto el rol femenino como el masculino; sea lo que se ha dado en llamar los “cambios en los estereotipos de género” ‘A partir fundamentalmente del reposicionamiento social y eco- némico de la mujer, a través de sus huchas para salir de un rol his- toricamente inferiorizado por el varén, éste pudo también liberarse de mandatos y ataduras a que lo sometia tal situacisn de poder. La pareja esté en un proceso incipiente, atin no consolidado y permanente, con avances y retrocesos, en un camino hacia la sime- trizacién del vinculo, con diferenciaciones que no pasen por el so. juzgamiento ni la detentaci6n del poder de ningtin género sobre el otro. A pesar de ello, todavia trabajamos con muchas situaciones contrarias que hoy ya generan mucho displacer y llegan entonces a las consults. A ccontinuacién reseto algunos de estos cambios. Cambios genéricos A) En la masculinidad: * Mayor desarrollo de sensibilidades. * Preocupacién por lo corporal, més alld de la musculatura/ fuerza. * Mas expresién emocional. * Disminucién de la vergtienza ante la expresion de las emociones. * Menos temor a ser confundidos en su virilidad. * Més diferenciacion en la vestimenta. * Acercamiento a oficios y profesiones tradicionalmente femeninos. * Desarrollo y valoracién de lo intuitivo. * Desarrollo de la capacidad de proteccién, més allé de lo econémico /fisico. * Mayor capacidad de compartir (co-conducir), * Agobio frente 2 los mandatos pretéritos (machistas). * Mayor capacidad para conectarse mas intimamente con otros hombres. 18 ‘+ Asuncion de responsabilidades en reas hasta ahora tradicionalmente femeninas. * Mayor capacidad de pedir ayuda. + Mayor capacidad para reconocer limites. ‘* Mayor comprensién de las actitudes femeninas. ‘* Mayor conexién con los propios deseos, mas allé de las obligaciones (en terrenos masculinos). B) En la femineidad: * Revalorizacion de los propios criterios. * Acceso a lugares de poder. * Desarrollo econémico auténomo (como tendencia). Ruptura del sentido “madre /esposa” (tinico y/o mejor). * Capacidad de eleccién, * Desafio a los mitos (ejemplo, el de la virginidad). * Mayor desenfado erético sexual. + Disminucién de la culpa en relacién con diferentes temas: * Capacidad de compartir aspectos eminentemente femeninos. + Ruptura del estereotipo: cuidadora/ protectora. * Revalorizacién de los aspectos agresivos. ‘+ Mayor soltura en lo corporal y estético. * Acceso y desarrollo en oficios/profesiones eminentemente masculinos. * Desplazamiento de la coqueteria. ‘+ Menos discriminacién en la indumentaria. * Mayor permiso para la agresividad (menos sumisisn). Cambios en las expectativas sociales ‘Toda pareja se constituye y desarrolla en un contexto social, que define como debe ser esa relacién; contexto que ejerce entonces su influencia tanto sobre la pareja como sobre cada uno de sus inte- grantes. En esta tiltima dimensién, los cambios en las expectativas sobre cada miembro estén altamente relacionados con los cambios genéricos que vimos recién. Algunos cambios en las expectatioas que la sociedad presenta so- bre las parejas pueden ser: 19 saoeEm * Que no sélo trabs * Insercién de ‘* Menor p1 ‘* Menor condena ante la separacién. ‘* Mayor participacién del vardn en areas de los hijos. + Exito econémico répido, sobre todo para el varén. ‘© Menor condena a la madre soltera. * Caida de algunos tabties (con instalacién de otros). * Mayor aceptaci6n de las parejas homosexuales. el varén. ‘mujer en otras areas, mas al de la doméstica. Cambios en la sexualidad ‘Quienes hemos vivido la segunda mitad del siglo XX asistimos, participamos y/o nos hemos visto atravesados por lo que se dio en lamar la “revolucién sexual de los altos sesenta, que implicé la cai- da de tabuies y preceptos acerca de la sexualidad, definiendo una ‘manera en muchos aspectos diferente de transmitirla, practicarla y, fundamentalmente, hablarla y pensarla. ‘Como la sexualidad es un tea patognoménica de la pareja hu- mana, también ésta se ha visto influida por dichas transformacio- nes. Algunos de esos cambios pueden ser: * Cafda del tabii de la virginidad. * La preocupacién por el al contagio del sida. ‘+ Demostraciones mas abiertas de la presencia de la sexualidad en la pareja (acciones, palabras), en diferentes contextos. Idad de género en las ini ‘* Menor exigencia de rendimiento en + La fidelidad mas como una decisién que como una obligacién. ‘* Menor ocultamiento de elecciones homosexuales. + Preponderancia de los estimulos visuales. ‘+ Mayor presencia de elecciones diferentes (ejemplo, homosexuales) tardias (después de elecciones heterosexuales). + Mayor aceptaci6n de la sexualidad por la generacién anteri * Menor ocultamiento de la presencia de la sexualidad a los hijos. 20 Cambios en las expectativas Las expectativas ante la formacién de una pareja no sélo provie- nen del contexto social conforman. Es en est bios en la pareja actual + La pareja ya no es el requisito para acceder a la sexualidad, * Noes el tinico camino para la emancipacién de la fat sobre todo en la mujer. * Ya no es, en el varén, el medio para ser quien mantiene econémicamente un hogar. * Ya no es para ser tinicamente esposa y madre. + Ya no es para toda la vida “pase lo que pase” Cambios en los rituales de formacién En culturas muy diversas, los acontecimientos que marcan cam- bios en las personas y en las instituciones se celebran 0 se conme- oran con un ritual. La formacién de la pareja no es ajena a ello, y también en este terreno encontramos cambios en los rituales que re- gistran dicha formacién: + Menor importancia de la ceremonia de casamiento, sobre todo en lo gal). ‘* Mayor participacién de los novios en las decisiones, concernientes al ritual del casamiento. * Mayor diversién que solemnidad. '* Desaparicién (0 casi) de la ceremonia del “compromiso”. * Mayor aceptacién de iferentes religiones). * Nuevos lugares de celebracién del ritual de la boda. * Rituales religiosos mas independizados de la legalizacién de la unién, + Presencia de hijos de uniones previas o de la actual. ‘Cambios en Ia relacién con las familias de origen Cuando dos personas forman una relacién de pareja, suelen traer a ésta sus aprendizajes relacionales previos. Un sistema que 2 habitualmente es esencial en dichos aprendizajes es la propia fami- lia de origen. En ella, cada integrante de la pareja ha realizado sus identificaciones, ha recibido sus mandatos y ha establecido una par- ticular relacién con sus aprendizajes que hoy se c in que mantiene con esta fami La constitucién de una pareja nueva implica la salida de la fami- personajes que Este nuevo sis- tema debe empezar a establecer su manera de relacionarse con las familias ampliadas, fijar sus limites y sus modalidades relacionales. La relaci6n con este sistema més amplio también sufri6 cambio: determinados principalmente por las modificaciones en las relaci sraci6n en generacién y, lias. , entonces, en la relacién con la familia de ori- gen que vemos en las parejas actuales son: * Menor tendencia a la aglutinacién o aglutinaci6n forzada por razones eco. * Mayor diferenciacién. ‘+ Menor distancia generacional. © Disminucién de los rituales compartidos. * Flexibilizaci6n en los mandatos étnicos, raciales y rel * Tendencia al proteccionismo de la pareja desde las fami de origen. Cambios en los mitos constitutivos de las parejas El mito puede definirse como una “historia o narracién que alude a hechos significativos de un grupo social” y, conjuntamente con los rituales que muchas veces lo reviven, se refiere a un tiempo primor- dial, diferente del cronolégico, que cierta atemporalidad, con una fuerte carga de ideal. Algo transformado en por lo menos, indiscutible. 22 En nuestra sociedad existen multiples mitos que conforman el imaginario social de lo que “es” o “debe ser” una pareja. Estos mi- tos funcionan como exigencias y también como esperanzas de cam- bio de una realidad; apuntan més a la pareja ideal que a la real y, al encarnarse en los seres humanos que forman una relacién, organi- zan creencias que influyen en el futuro de la pareja. Los fuertes cambios sociales que, como vimos, acttian sobre los temas anteriores también modificaron los mitos fundantes o basa~ les de las parej ya que no debe sostenerla a ultranza a pesar de todo. Veremos a continuacién un listado de algunas creencias miticas, tipicas en las parejas, con los cambios que han sufrido. Creencias anteriores + Lo/la cambiaré después de que nos casemos. * Seré feliz una vez que me case. * Si me amara, sabria cémo me siento. * El amor es incondicional. + Nuestro matrimonio es perfecto, * Los matrimonios de gente més grande duran mas que los de los mas jévenes. ‘me amaras, me darias todos los gustos y harfas todo lo posible para que fuera feliz. * Amar significa querer estar siempre juntos. * Siempre seremos los mismos. pareja siempre seré honesta, abiert © Siempre estaremos de acuerdo en to y directa conmigo. ‘Nuevas creencias * Para no estar con quien yo quiero, prefiero quedarme solo/a. * Sino estoy seguro/a, prefiero no casarme. * Para conocerse, es necesario comunicarse. 23 ‘* Nuestro matrimonio tiene sus partes buenas y sus partes malas. * No importa la duracién del matrimonio, sino sentirse bien con el otro, * Lo importante es estar juntos, no casados. * Los sentimientos cambian, como cambia todo en la vida. * Las discusiones y los desacuerdos enriquecen la pareja. + El amor no es incondicional. Decir NO no es dejar de amar. ‘* En la pareja es esencial que cada uno tenga y conserve SU propia vida. © Mi pareja gserd siempre honesta, abierta y directa conmigo? ‘+ Nos unen nuestras semejanzas y también nuestras diferencias. Funciones de la pareja Apesar de los cambios que enumeramos, o quizé gracias ae la pareja subsiste. Con nuevas estructuras, nuevas modalidades, contradicciones y crisis, la pareja humana perdura como organiza- cién y sistema. Y no alcanza la marca de lo biol6gico para justificar © explicar dicha subsistencia. Entonces es interesante pensar sobre algunas “funciones de la pareja”; dicho en términos més funciona- listas y hasta casi util ara qué sirve la parej Algunas ideas al spect tegrantes de confirmar una identidad. Tendencia a la completud. Estrechamente ligada con lo ante- rior, y hasta determinada por las diferencias biolégicas que permiten la procreacién y la perpetuacién de la especie: la pa- reja cumple la funcién de lugar donde se lograrfa la completud deseada. El “otro” o la “otra” tiene eso que, por lo menos ima- ginariamente, creemos que nos falta y asi podriamos lograrlo. Es también entonces un reflejo de nuestra incompletud. j6n social. Asi como se piensa la familia sociedad, podemos pensar la pareja como célula de la organizacién familiar y, por lo tanto, también co- 24 mo protocélula de la organizacién social. Actualmente, las nuevas organizaciones familiares present: familias uniparental més comiin via de entrada a la formacién de la fa ia a mandatos sociales ylo fa Casi como consecuencia del punto anterior, inferimos la ex- iva social ante la formacién de la pareja. Podemos decir, din de infantes. En algunos casos, sin embargo, la formacién de la pareja —y no sélo la forma en qu puedees- A iares. Un 10 de ello lo tenemos en la tragedia Romeo y Julie 1m Shakespeare, % Sustento afectivo ylo econémico. La pareja humana surgié en otros tiempos como una alianza econémica, entre otros fines. La mujer cuidaba de la prole y de los animales, mientras que el hombre proveia lo que cazaba o recolectaba en tierras mas re- motas. Posteriormente se incluy6 el sentimiento del amor en su formacién (segiin algunos autores, a partir de la Edad Media); entonces, junto con el émbito de confirmacién de identidad, es un lugar de sustento afectivo. Es casi universal la asociacién del amor con la conformacién de la pareja. + Intermediario para otros logros. Junto con la funcién de susten- to afectivo, o independientemente de ella, la pareja puede pen- sarse como un eslabén en la consecucién de otros logros. El mas ‘comin es el de la maternidad y la paternidad. Otros podrian ser: seguridad econémica,salida del hogar paterno, posibilidad de sexualidad activa, avance en el estatus social. + Perpetuacién de la especie. Sule ser ésta la funcién mas basica Yy més ligada a lo biolégico, aunque en lo humano no podemos ‘Separar la perpetuaci6n de la especie de la formacién de cultu- 1a, en tanto sustentadora de los medios para dicha continuidad. + Fuente de reaseguro sexual. Por definiciGn y en estrecha relacién conel punto anterior la pareja se constituye en la organizacién que asegura, aunque no siempre, el desarrollo de una sexualidad acti- ‘va, en tanto ofrece la presencia permanente del compafiero sexual 25 ‘palmente, como exoga- terno. Esta funcidn esté quedando jada a la formacién de la pareja y, en el ca- so de la mujer, muchas veces la emancipacién del padre era cambiada por la dependencia respecto del esposo. Esta pareja de hoy, con estos cambios en relacién con su modelo previo, con estas funciones, presenta nuevas problematicas que, para Jos terapeutas, resultan nuevos desafios. Cudles pueden ser entonces, frente a esos desafios, los objetivos que, como terapeutas, podemos plantearnos como finalidades de la terapia de parejas. Obviamente que dichos objetivos generales se recrean después en cada caso en particular y, muchos de ellos, no difieren de los perseguidos en cual- quier tratamiento psicoterapéutico con cualquier sistema con el que se trabaje. Objetivos generales de la terapia de parejas + Reducir o disolver el problema o sintoma que trae a la pareja ala consulta, Disminuir, aunque sea en una pequefia proporcién, un problema impli- ca generar en la pareja expectativas de cambio y més confianza en sus pro- pios recursos. No hay por qué apuntar siempre a un cambio total generando: + Una interaccién més funcional a través de: Entendiendo por funcional aquella interaccién que sea sentida como tal por la pareja y que permita el desarrollo de sus miembros y no el de uno sobre el sacrificio del otro. En genera, esto implica momentos alternantes de sime- tria y complementariedad, segtin las érens y los diferentes momentos vitales. a) Promover redefiniciones sobre la pareja y/o cada uno de sus miembros. b) Escucharse mutuamente, evitar circuitos autoperpetuantes, desechar sentimientos negativos, aclarar teméticas no enfren- tadas. 26 La sola posibilidad de escucharse mut ja el descubrimiento de aspectos desconocidos y malsignificados. El tera- suele ocuupar el lugar de un buen canalizador de los mensajes, torsiones negativas, promoviendo indireciamen- te interacciones més positions. iente representa para la pare- ‘+ Lograr la responsal situacién de iad mutua en el conflicto, saliendo dela ular y corriéndonos de la jacente que puede hacernos la pare- ja, construimos con ésta una lectura relacional y circularizada de sus ac- ciones. + Lograr un auto y heteroconocimiento “mejor”. ido de “diferente”; es mejor en tanto el conoci- ‘miento actual s6lo contribuye a reforzar las Creencias que perpetian el ma- lestar. # Favorecer los cambios graduales para mejorar la relacién. Lo gradual se relaciona con ta idea del “cambio minimo”: enspezando por un pequeito paso, podemos dar una extensa camtinata. Los cambios de a pe- querios trams permiten a la pareja ir acomodéndase a ellos y reducen las re- sistencias por temor alo desconacido. “© Contribuir en la definicién de continuar o no con la relaci6n. Esto implica la iden de que una separacién a veces es e tinico cambio que se puede construir con la pareja. Hoy ya pensamos el divorcio como una vic id del ciclo de una pareja, y no como un fracaso en una meta prefijada “Hasta que la muerte nos separe.” Esto no quita que siga siendo un momen- 10 doloroso y de dificil decision. * Rescatar los mejores recursos de cada miembro de la pareja. Trabajamos con Ia idea de que las personas tienen mis recursos de los que conocen y que ademés, al mejorar el intercambio, los integrantes de una pareja se ayudan a lograr lo mejor de sf mismeos. a7 + Construir con la pareja una comprensién actual-hist6rica de! problema, mas funcional que la que traen. dad esta ligada al concepto de creci- cimiento de los mandatos culturales familiares, permiten una re~ lectura de lo actual 4 Generar formas para salir del problema de manera concreta y realizable, Esto implica poder construir caminos de cambio y no quedarse en me- ras comprensiones intel s. Dichos camtinos son los que permiten ac- ciones pertinentes y sistémicas. 4 Favorecer la mayor apertura o cierre de sus fronteras como pareja nero, pueden restringir el espectro de ac significa posibilitar mayores lecturas de sf mismo, del otro y de la relacién. + Lograr un CAMBIO. ue se define con cada pareja y que permite evaluar la eficacia to. 28 Caviruto 2 PROBLEMATICAS ACTUALES EN LAS PAREJAS Debido a los cambios que vinimos analizando hasta aqui reja se enfrenta actualmente con problematicas nuevas y con las tradicionales “aggiornadas”, 0 sea atravesadas por los para- digmas actuales. Los nuevos estilos, los mitos di ibados y los reconstruidos, ides del contexto, las parejas racionales en la unién son algunos de los temas hoy presentes en I parejas que consultan, Son los temas que he visto en mi trabajo cl- nico y me han llevado a las reflexiones que paso a compartir. 1. La decisién de casarse ‘Actualmente, muchas parejas deciden convivir sin casarse; es una tendencia que va en aumento. El problema que puede plantearse es: ‘como se decide el momento de casarse, quién lo decide o si es que hay que plantearselo alguna vez. Habitualmente es la mujer la que quiere nculo; mientras que el hombre plantea pos- wva a una escalada donde suele llegarse a acuerdos que sistematicamente son incumplidos y reciclan dicha es- calada: el hombre plantea una fecha distante, o negocia una no muy a con la mujer, pero al llegar ese momento no lo cumple, por iente valido para ella. En algunos casos, sucede una variante de este juego, que consiste en que él deci- 29

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