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208 1A TROKLA DE LA HISTORIOGKAHA sentan también en sfmbolos, en pensamiento y comunicacién. La produccién y destruccién de estructuras tienen siempre un agente, el hombre; la historicided social se manifiesta, por tanto, desde un punto de vista reeiproco al anterior, en la continua accidn ereativa del sujeto. La sociedad tiene una realidad, en todo «280, acumulativa, Lit historia es el resultado del cambio social y ese cambio es siempre acumulativo. Una sintesis final ‘Tras todas estas someras indicaciones, intentemos reunir ya en unas cusntas proposiciones sintéticas lo que es, a nuestro modo de ver, de acuerdo con posi- ciones sociolégicas recientes. el fundamento del ser social como sujeto de 1a historia: @) La sociedad se entiende como un proceso 0 confromiacién dialéctica centre estructuras y accién social, La sociedad es, pues, no una estructura 0 «es tado» sino un proceso. Y esos dos elementos estructurantes no son otra cosa que scealidades virtuales». La sociedad se configura a través de la accidn eficiente de los sujetos sociales y se objetiva en las estructuras. Hoy esti claro que no es posible tratar de las estructuras sin incluir al otro polo dialéctico de toda rea- Tidad social: ¢ sujeto y su accién, La historia, pues, ha de captarse de esta forma dialéctica también, La dialéctica de superacién de contradicciones ¢s constanic. La permanencia de la sociedad representa la resolucidn continua del coaflic= to, Porello resulta de interés hablar de tun proceso dialéctico, a través de con- tmudicciones siempre superadas, para que la sociedad pueda pervivir, 6) La sociedad puede ser entendida desde la idea de sistema social, «Sis- tema social» es, sobre todo, una idea instrumental: para que haya sociedad tiene ‘que haber unas relaciones globales que la definan. La concepciin sistemica, pres- ‘cindiendo de elementos de ella que hoy pueden considerarse inikies 0 superados, efine bien, como plantea Niklas Luhmann, qué es lo que la sociedad significa como *bdsqueda de sentido» en un mundo contingente. El sistema social, desde ucgo, no es una realidad efectiva, ontoldgica, sino quc debe entenderse como un instrumento de andlisis del funcionamiento de una entidad compleja, dentro de 1 cual, a su vez, pueden detectarse muchos sistemas, 0 subsistemas. ©) El cambio sociales sustancial en cl entendimiento del proceso historico, pero no se identifica con él. La historia es algo mas que el cambio social, desde luego. EI cambio social es explicado desde distintas posiciones que fluctian en- tue atribuir su origen a la naturaleza consttutivamente contradictoria de la s0- ciedad, que es Is idea propia de las doctrinas conflitivistas, hasta Ia suposicisn de que en las esiructuras sociales no existe ninguna condicién natural que obli- que al eambio, de forma que éste deberd ser interpretado como el producto de aacciones externas al sistema. En todo caso, movimiento social y cambio social son constantes histiricas. Al ser la sociedad un proceso, el sistema de to social se halla siem- ‘pre modificado por el acontecimiento, sujeto a la invencidn y relacionado con el medio, La sociedad no ses» sino que sdeviene». La necesidad de recoger SOCIEDAD Y THEM 209 Junio 2 1a idea sistémica de lo social, la expresiGn del proceso y el cambio rea- Jes ha dado lugar s nuevas formulaciones que permiten hablar de que lo histérico ha sido reinsertado, y debe serio en todo caso, en la explicacién de lo social, Cabe decir, naturalmente, que lo contratio, es decir, a explicacién de la historia como manifestacién del proceso social. no s6lo.es ignalmente cierto, sino que no tie- fe otra formulacién posible. 2. TexPor mstoma, ‘Ser histérico es «ser en el tiempo», segtin ha establecido el pensamiento filos6fico umtiguo y moderno y tal como se sostiene hoy también por las posicio- nes més comunes en ta ciencia, La natural y la social. El tiempo es, en conse- ‘uencia, una de las variables esenciales, si no la absolutamente esencial, entre las que inicgran la definiciGn de la realidad histérica, El proceso que llamamvos tem: ‘oral es cl que configura como expecifica, incomparable con ninguna otra, 1a existencia humana, Solo c! hombre, como ser autorreflexivo, leva edentro de sfx el tiempo, Pero, en realidad, como si fuera una paradoja, el proceso temporal en- ‘ywelve no sélo lo humano, sino todo lo que existe. El hombre participa de! tiem po de la naturaieza, pero hace también de! tiempo una «construccin propia» El tiempo es una variable, hemos dicho, o una dimensién, como aftadirernos ‘ahora, esencial, que Contigura 10 historico integrada en las reatidades sociales, Decimos «integrada» porque no hay realidades sociales sin tiempo. La tempo- ‘alidad es, sin embargo, una realidad tan imbricada en nvestra mecanica psicols- igica y social, enc! proceso de socializacidn de cualquier ser humano, que puede perfectamente aparecer como algo dado, indiferenciady, incluso innato, una cate {goria a priori como pretendia Kant, mis alld de cualquier reflexidn ¢ incluso de ‘cualquier experiencia, En efecto, el tiempo aparece como ago intuitive cuya per ‘cepcion, sin duda, progresa con la maduracién psicoldgica, como mostré Piaget,” algo dado y «supuesto» pam el sentido comiin, y como algo supuesto su conside- ‘acidn espeeifica esté ausente de relaty histérico, si es que ese mismo relato no ‘es ya, como pretende Paul Ricoeur, la «configuracién- misma del tiempo.” En ese sentido, la primera aseveracién que debemos establecer de manera inequivoca es la inconsistencia 0 inexactitud de la pretensidn de que existe un tiempo fisico y oto hist6rico 0 social. Ella representa no ms que una forrmola- cida banal, 6 tal vez postica, difundida por autores que no han cuidado de ana lizar con rigor el problema de ta realidad cbjetiva del tiempo frente 2 su per cepcitin subjetiva. La realidad det tiempo no es. y no puede ser, objetivamente as que una. Otra cosa es la pereepcidn sensorial, no intelectual del tiempo por cl hombre. cuyos perfiles psicolégicos son ajenos al concepto cosmoligico de lo 25, Sombien conocido fo esttion de J, Paget en wx Eudes Epatemologie genetique sue! denaroli e la peteepsin de hee et el y tan del ia auto ex ees Adin Le développement deta notin ae tomy ches enfin. BUN. Pats 1946 20. F Ricoeur, Tempo y aurrachin, op eM, execiaiente el wo 3 210 Ly TRORIA DE LA. nSTORIDGRAFLA temporal.” Si no provede hablar de un tiempo fisico y otro histirico, ellono debe ser confundido con la necesidad de distinguir entre un stiempo de reloj» y un tiempo existencial»,® entre los elisicos ehronos y kairos, Desde otro punto de vista, la euestidn de la construccisa «sociol6gica del tiempo presenta algtin mayor interés: en todos los nicleos sociales histéri- camente existentes el tiempo es una instiluciGn que se construye y que tiene funciones precisas.” Sin embargo. lo que interesa para uns eonsiruccién de Ia idea de historia es, en realidad, ta manera en que puede captarse y explicarse por nosotros de forma objetiva la significacién del tiempo como un componente intemo, inserto realmente en tas cosas: de qué forma el tiempo acta sobre la ‘exisiencia de las cosas y se manifiesia en el proceso historica. La manera en que la historia es conceptualmente una «dimensiGn 0 «cut- Jidad», hemos dicho, de lo social tiene su explicacién también por la existencia de esta otra condicidn o dimension previa: porque todo lo que existe esti win- ‘merso en el tiempo, aunque esta sca una manera metaférica de expresarlo, Por tanto, el circulo de esta argumentacicn quedari cerrado al conclairen que si toda investigacion sobre la naturaleza de Ia historia lo es, asimismo, sobre la natura- leza de la sociedad, también 10 es, inseparablemente, sobre la naturaleza del tiempo, sobre la teriporalidad.. No podemos hablar de que es lo histdrico sin ha- bblar de lo social y de lo temporal. De af que en el mundo del hombre mis que hhablar de un hecho social» es preciso hacerlo de un «hecho socio-termporal>, ‘que por ser ambas costs, social y temporal, 10 eategonzamos con mayor preci- sidn como hecho soecio-histdrico. No exisie nada que podamos llamar «hecho histérico» sin mds cualificacitn —en el sentido de las ms clisicas ideas del positivismo—, La hisioria es sociedad mds ticmpo, © menos metaféricamente, ‘sociedad con tiempos, Por ello toda eonciencia que cl hombre auguiere de 10 hhistérico es, de alguna manera, una conciencia de la temporalidad, y ello es una ‘cvestidn sobre lu que han pronunciado desde hace tiempo las fikisofos, desde Kana Huser y desde Heidegger a Riosur 1 verdad, como decimos, que no puede hablarse de un tiempo fsico ¥ otto histérico, sf es posible hacerlo, creemos, de uno objetive y otro subje- tivo. Por otra parte, es también una afirmacién sustancial la de que el tiempo es irreversible y los procesos fundamentales que eonforman el mundo lo son tam- ‘ign, El tiempo aparece asf. en todas sus manifestaciones, y no s6l0 en las hum ‘nas, como acumulativo: no puede volver hacia atris.” Pero. en Gltimo extren, 27, Jaques, La forme del tempo, Paidds, Buetos Aires, 1984, Vase especialmente 4 muesto efecto, dentro Ue este excelente y completo libro de tn psicologo, el captiulo 4: «La ‘aperiensia sonelente, precomclene e Inconscinte Hanada tctypor. ‘KJ. Mawar, The Sociology of Tne, Mactan, Loaees 1090, p. 10 29. N. Eins, Sob tempo, HCE, Madrid. 1989, wn ensayo sobre la construc social ‘del sbempo Vase tannbién B. Adam, Tine and Social Thor, Polity Press, Cambridge, 190 ant ely a 3, asa re pier itreaccin a ese ano na fil y solve el ye existe ti: pcrore ikon isl Uoblr mnngrten aware ter fear pas ar day, Cuter de ein deh eultura (Barcelona), 10-11 (1992), SOCEDAD Y TEMPO 2 {a pregunta que el historiador ha de hacerse, como cualquier otro analista de su propia disciplina, a la que debe responder desde ella misma, es qué ex el tiem ‘pa. Tal «qué» es aquf inevitablemente una interrogacién filos6fica y cicatifica, YY para responderla con propiedad es preciso que conozcamos, aunque sea de forma somera, en qué dmbito de ideas nos movemnos. ¢Qué ex el tiempo? La consideracién del tiempo en el seatido ffsico, del tiempo del universo, y en el sentido filaxéfica, son necesariamente el punto de partida para entrar en el fasunto. La exploracidin de la entidad det tiempo fue emprendida desde la An- figitedad a través del mito, 1 religin, y. después. de la especulicién cosmo- gia y fisica.” El andlisis de orden cientifico seria mas tardfo, pero esti claro que ambas maneras de abordar el problema del tiempo no han estado tajan- temente separadas nunca antes de llegar a Einstein. o, tl vez, a las reflexiones de H. Poincaré. F1 caso de las ciencias sociales y, en particular, de ta historio- ‘graffa, es bastante desigual, Idea del tiempo en ta filosofia y en la ciencia En lo que a Ia tradicidn oceidental se refiere. cl origen del tratamiento filo- s6fico y cientfico del ticmpo se encuentra en Ia Grecia antigua. La especulacin filosfica griega mds importante, y de todo e! mundo antiguo, sin duda, fue la de Aristdteles aunque en modo alguno sea la primera. Las posiciones de Aristd- teles son las de mayores consecuencias para el futuro, aun teniendo en cuenta Jas muy fundamentales también, pero mucho menos sistematicas y extensas, de Agustin de Hipona.” Aristoteles trata de manera completa del tempo en ell bro TV de su Fisica,” donde se exponen algunas grandes concepciones sobre la naturaleza y la medida del tiempo que han perdurado hasta hoy. En el andlisis aristotélico lo fundamental es que se absolutiza la relacidn de tiempo y movi- miento, pero se niega que el tiempo sea equivalente al movirniento mismo, Después del notable avance de la tecnologia de la medicidin del tiempo, € decir, de la transformaciéa del tiempo cualitativo en cuantitativo," se produjo «1 trabajo teGrico de deseribir el tiempo mismo y de definir su-estatuto, tenien- do-en cuenta los descubrimientos que parecian haber hecho caducas las opinio- nes de Aristteles." El tiempo habia sido teaido como inherente a algo. En exe sentido, el tiempo es un accidente o, incluso, un aceidente de segundo grado, ac cidente de accidente, Pero a partir del siglo Xvi se rechaza esta idea del «tiempo 31 Prato este watainto es de sno inter el ib de K.Pomian, Ende del tem ‘eat, Madi, 1990, 32. San Agastin, Las conesiones, Akal, Madrid, 1986 Véave el tebe pasaje del capi lo XIV del ibwo XL, pp. 297 y ss 33 Ariwoveles, Fea, Les Belles Lets, Fars, 10,1 pp. 13 y 3M, 0.4, Whitrow, Beas en Niort expel enne pp 289 AS Povoian. op it, pp. MOAN 212 1) TEORIA DH LA HisTORIOGRAFIA aceidente», no para hacer de 61 una sustancia sino para establecer que, como el ‘espacio, tiene una entidad sui generis, En ese sentido, Gassendi defends que los ‘conceptos de sustancia y accidente no agotan todo el ser, pues el lugar y el tiem- Po no son ni lo uno ni lo otro. Las posiciones de Gassendi resultan yn del ma Ximo interés, pero habria que llegar a Newton y sus Principia pata que el tiempo se convirtiera en uno de los ejes del entendimicnto det mundo fisico. ‘La configuracidn del tiempo como magnitud uniforme y homogénea, rever- sible, escalar, mensurable. y, por otra parte. como una realidad © entidad en euyo seno suceden las demés realidades fisicas fue, como se sabe, idea argumentada por Newion y la fisica clisica en los siglos xvi y Xvi. Posteriormente esa con- cepcidn ha sido discutida y, en bucna parte. descartuda. y. sin embargo. perma rece bastante viva en la opinién comuin, El stiempo absolutos que defini¢ New- ton fue discutido pronto por otras concepciones fisicas del tiempo posteriores a la suyya, pero fueron las formalaciones de Ernst Mach y las de Albert Einstein, despues, las que seabaron por ponerla enteramente en cuestién, En efecto, Newton establece en el Escolio 1 a las definiciones de su obra cldsica que €l fempo absoluto, verdadero y mitemético, en sy por su propia naturaleza sin relucion a nada extcmo fluye de ura mancra ccuable y se dice con otro tomibne duracién. EI tiempo relatva. aparente y comin, es una medida sensible y exteria (precisa o desigea!) do te duracidn por medio del moviasiente, womda pox xl valge cn lugar de! tiempo verdadero; hora, dia, mes y af son medidas de ese tipo.” La concepeisn de un tiempo absolute por parte de Newton, que se basa,en la tradicin astronsmica que viene desde ‘Tolomeo, presenta tal capacidad de Penetracién por su aparente cardeter intuitive que sigue presidiendo la ereencia comuin de as gentes acerca del comportamiento del tiempo hasta hoy mismo, ‘También los antiguos tenfan una idea del tiempo absoluto, El tiempo es un wim: Dito», un «ambiente», un «flujo» no sujeto a nada externo, «ecuable», es decir, ‘homogénco, que equivale a la duracién y en euyo seno, en cuyo interior, suceden todas las costs. Es. sin duda, la imagen del tiempo que alimenta el entendimien- to comin de él. La medicién del tiempo de las cosas es el tiempo relativo y se origen 41, M. Piiedmae, Fundimentos dela tories de expaci-iempo, Files reais y flo sofia de a cienca, Alianza Eto, Madrid, 1991, pp 264-265, enc captlo decade a «re ‘nism 1 la concepciin del tempo y de espacio, del que paticpan Leibniz y Mach. io de Friedman tiene demasiado contenido maeeniico como para que resete de lectua fil 42. Laconceptuscca floséfica de la duraién procede de Hens Bergson, Véanse de forma imrsductoria fos tetion de Bergson sobre la duracintecogidos en H, Bergson, Memoria y Vid, fexton escogidos porG, Deleuze, Alianza Ealtoral, Madr 1987, pp. 7-28, Fernand Braudel se ‘ngprado sin dda, aueque no lo ita, en esta idea bergsoniama de duracion a excriir su arealo sate aa hue nde 413. Aclanciones de intents sobre la idea profunda de Newton acetea del tiempo abvolito, \erivada de creencas eliphonas, puede vere et F de Gana, «Temps physique eters ahs: ‘matigue ber Newion», ek D, Tiffen ex ADyhes et Représenuations di temps, CNRS, Pais. 1S, pp 1005104, A Vianeyspecto sex expcialinere 1. Prigogine 1 Stenger Ente el em yi eter dod. Altura Lelia, Madi, 199. Lox escriox de Pigg vb esos eas son ya baste abana. CF ere cms, Priggine £1 nacinient del temp, Tasgoets, Barcelona, 1991 145. Soh Ia fleha delete, vease el excelente Wbro de 8. Jay Gui, Lat fecha ded Mitos y monitor on el ecubrimenin del nemge weve, Ahan Ralitnal, Ma: SoctunAD Y THEO 215 para cl universe y para el tiempo, no hemos resvelto el problen fundamental de la cxistencia de las cosas, sino que lo hemos desplazado hacia el viejo asun- ode la creacién, con la agravante, como ha expresado Pomian, de que abora no fest permitido, al menos 4 un cieatfico, recur a Dios Hemos de aludir, aunque slo sea de pasada, a una cvestin distinta a todo ceso, ¥ es la de que para la resolucidn de los problemas relativos a la relacidn fenire el tiempo objetivo y la historia objetiva interesan excasamente las repre- ‘Sentaciones mentales del tiempo ¢ incluso toda la casu(stica sociol6gica de la ‘eonstruccidn de la temporalidad. La objetividad del tiempo es cosa diferente de todo eso, y es. en definitiva, la que interesa primordialmente ata teoria historio- {prifica. Lo que cl tiempo representa en la definicién de 1a historia es cl sentido ‘ontolégico, y anal6gico con el mundo fisico, del movimiento y del cambio social, ado especialmente el caricter nidireccional de lo temporal. Los ingredientes tesricos y fisicos del tiempo interesan para ta definiién de uhiscoria mis o menos como interesan a las dems ciencias sociales, en princi- ‘pio: porque son componentes de Ia vida de! hombre. La teoria de la relatividad ‘ha mostrado que en el ambito del universo entero el tiempo esti estrechamente relucionado con el espacio ¥, por ende, con la velocidad,” siendo Ia velocidad ‘una magnitud referida al movimiento, al cambio, Al mostrar las dificultades de {a idea de simultancidad, la velocidad se coloca como uno de los elementos fesenciales en la interpretacién de Jos cambios en el univers, La historiografia, ‘sin embargo, es la ciencia de la temporalidad humana rsma; et problema det tiempo adquiere, pues, en su teoria, una dimension medular, constituiva. Eltiempo de ta historia y (os historiadores Existe tambicn, como hemos sefaiado, una amplia tradici6n, aunque relaiva- ‘mente reciente, de anilisis del tiempo desde los enfoques socioligico y antro- ‘pologico. No podemos detenemnos aqut en ello, mixime cuando en la prictica, los imdlisis procedemtes de la historiograffa, tal yez eon Ia excepeidn de Braudel, han esconocido este tipo de estudios. Es verdad que la ciencia social en su conjun- to, y no solo la historiografia, ha dedicado tradicionalmente escasa steneién al tesuidio directo de! hecho temporal como componente esencial de todos los com- fportamicnios humanos, Pero existe una bibliografia sobre el asunto més abun ante de lo que supone.* En la historiografia de la segunda mitad del siglo xx, 46, Poni, op cit p 381, Pace inevitable en exe puto, por refer jostamente weston temas, la cia del difundidiimo, 9 probablenene poco ldo. ibm de S. W. Haneking, Masrria del tiem. Del his bane a fos aguiert negro, Critica, Barecions, 1988. “47. A. Einstein, Sobre lt tearia de la relaividad expecial y gener ep cit. Todo el texto ‘ex naraimente poate, pero vease «Sabre el concejno de emp en I fica {a pga 24 Sin hd, la rds complet divulgacin que nines hizo Kinstein fue ‘A Blnstin y Lalo La evetuckin de la fs, Salva. Bareslona, 193, “48. CW. Bergmann The Problem of Time be Sociology: An everview of the literature on the state of Teay oul Research a the =Socolngs af Timer, 19001982. En Tine and Society, Which 11992, pp. 81-164 Acer del etnpo ef as yertinte sociigicay amopokitick ex Aes revopitacin de tests hoch Hapa put He Ran Toes (cog). Tem» Sac ‘Siglo XU" Moni, 192, Tako foe autres recog om ella wn extraneros 216 UY TEOREA DE LA. HISTORIOGKAHA 1 célebre aniculo de F, Brudel, La longue durée, de 1958," debe ser consi- derado como un hito, adems de como una rarcza. Pero en fechas recientes el estudio del tiempo histérico ha suscitado un renovado interés y asf pueden ser ci- tados los trabajos de Pomian, Kossetleck, Gurevich, Kracaucr 0 Lepetit. Existe ‘una sociedad intermacional para el estudio del tiempo, de tipo interdisciplina, vistas especializadas y un creciente flujo de publicaciones.* Desde la antropologia © Ia sociologia, los trabajos sobre el tiempo han ver- sado en torno a la construcciGn mitolégica 0 simbéliea 0 a la organizscién so- cial y su regulacidn temporal —tiempo de trabajo, onganizacién de Ia vida ceti- diana, concepciones temporales. ete —. Una interesante contribucién a ta idea de pasado fie Ts hecha por G. H. Mead y otra a In aparici6n de estructuras tem- porales por obra de N. Luhmann.” Pero quizs las mis sugerentes aportaciones sociolégicas, y las que mis nos interesan aquf son las referentes a la temporali- dad de cambio social, como las de Sorokin y Merton, afirmando que «el tiem- ‘po es una variable necesaria en el cambio social». En un terreno limitrofe entre Ia ciencia fisica y tas ciencias sociales se han movido en general las variadas aaportaciones de Ilya Prigogine.* La consideraciGn de las formas cambiantes en que aparece ta «idea» o «per~ ‘cepcidn» det tiempo en individuos, civilizaciones o mbitos culturales histéicos, e decir, los aspectos psicoldicos y culturales del tiempo tienen para la teori historiogrifica un interés innegable, pero no mas que relativo o preliminr, La ‘consabida shistoria de la idew del tiempo» y mais aun la concepeiGn del tiempo ela cr6nica desde tiempos remiotos, o la cuestidn de las téenicas y aparatos de ‘medicign y 1a percepcidn de lo temporal," la diferencia entre las concepciones acerca de i linealidad 0 circularidad det tiempo, son temnas que pueden tener un cierto interes previo y contextual, pero tampoco son en modo alguno exenciales para la cuestin del tiempo histérico, Sobre todo porque, segtin el sentido en que suelen orientarse esos estudios, los autores asimilan el tiempo histérico, de forma cemdnea, a a cuestin de ta scronologia», Como veremos mas adelante, 1a cro- nologia es también asunio muy basico en la idea del tiempo histérico, pero en forma alguna se identifica con ésic. Enel propio campo historiogrifico la atenciém al problema del tiempo se vio 49. Aparecido originalmente en Annales ESC, 13, a2 4, cctubeediciembre de 1958, 1p. 725-733, el amiculo se ha eproducido despues muchas veces y que puede vere en espaol (8 Frade, Lar Historian pel ‘0, La sociedad en cesta ex The International Society forthe Study of Time. con seen ‘Woomingion (EE. UU.) sus publeaciones comprenden unas series The Shuty of Time que apa recen dee 1969, Exsten revtas especalizadas sabre cl suri, como Tone nd Society ala ue a ofeis ai Sh. Amis pucden verse 2 Ratnn Torre pelt S2Vvane, cate ome muchos. su ennayo El nacimients del tempo. Tongues Bdtres. Bar ef tiempo mensurable de In naturaleza con el concepto de tiempo de la historia. El tempo de ta historia no tiene unicidad sino que se encuentra ligado «a los con- juntos de acciones sociales y politica», Kosellcck detenderd ta idea de un tiempo multiple de tit historia, en to que evidentemente est en la Ifnea de Braudel. Las determinaciones temporales estin impuestas por la naturaleza pero se definen, no obstante, como espectti- ‘camente historicas, Se evidencia claramente la huella de Heidegger y la herme- iigatica en Koselleck cuando afirma que #en una situacién concreta, las expe- rieacias del pasado se han transformado y las expectativas, las esperanzts, los Pronsticos vertides hacia cl porvenir, encuentran la manera de expresarse." Lugo, la idea de la temporalidad hisiérica de Koselleck se vierte hacia la ex- ploracién de los tres tiempos © modos de la temporalidad cn una relacidn catre pasado y futuro que cristaliza en el presente: el movimiento hist6rico se desen- Wuelve entre la experiencia y la expeciativa, entre las eategorias que el autor ha denominado en concreto un «campo de experiencia» y un «horizonte de expec: tutiva*” El tiempo de la historia es acumulativo pero su entidad entera no se entiende sino desde Ia tensién hacia el futuro. Las resonancias heidegerianas parecen de nuevo asf como a diferencia de este tipo de especulacién con ta ‘walizada por Brandl (60 R. Koweleck eos io ya citado anterionente Futur pasado, ‘61, Cano por ha eickin francesa de este lite, dads lx condiciones de fa versa ex hemos telerid antes Le Futur pau. Contriution i une sémannigue de 98, Pats, 1990, p 63 Five excelemeenmayo final del it, 99. 307-130, SOCIEDAD Y TIEMPO 29 E1 problema del tiempo no ha sido sbandonado tampoco nunca por foy fil6- soflos de las tendencias ms diversas cn el siglo xX. Para E. Husser! la fenome= nologia es la conciencia del tiempo, el fondo de la «psicologta de ta pricobogtn ‘el ticmpo es una configuracién escneial de ta conciencia y la vivencia. Hemos aludido yaa Bergson y sts posiciones sobre Ia duracién y sobre Ia funcin erea- dora del tiempo (La evolucién ereedora). Pero cuando el problema adquiere una rmixima relevancia pans la teoria de la historia es cuando se le relaciona, justa ‘mente, con su papel de configurador de lo histérico. Este tratamiento del tiem- 1po-historia se dio primeramente en los filésofos y lo han empleado también los socidlogos. Pero slo tardfamente ha sido el problema del tiempo abjeto de uns lisixsociol6gico con detencidn y aproximadamente de esta misma manera tar- dia ha aparecido un tratamiento historiografico que no se limitnse meramente a os aspectos externos de la medicién eronokigica. Un lugar especial y fundamental ocupa en esta filosoffa del tiempe Martin Heidegger. papel que se ha reforzado con la aparicién de algunos textos, ante- rores a su obra principal. Serv tiempo, desconocidos antes." Heidegger empe- ‘zaba tomando nota de las proposiciones de la teorfa de la relatividad de Einstein eatin las cuales «el espacio no es nada en sf mismo; no existe ningiin espacio absoluto...(y) coincidiendo con la antigua afirmacién aristotélics. tampoco el tiempo es nada en sf. Sélo existe como consecuencia de los acontecimientos ‘que tienen Jugar en el mismo. No hay tiempo absoluto ni una simultancidad absoluta»."* Heidegger leva después su razonamiento a la relacién entre el pro- bblema de! tiempo y el problema del «ser-ahiv. de! dasein, con una profunda per cepcidn de que el tiempo esti en el ser porque éste «sabe de su miterte», Lo que importa aguf es la idea heideggeriana de que el ser humano tiene cconciencia del tiempo que esté en él porque el ser =se encamina anticipads- mente hacia el haber sidow,* es decir, hacia su desaparicién, por lo que Hei- ddegger afirmara expitcitamente que In percepcicn del tiempo se hace desde el futuro, vel fendmeno fundamental del tiempo es el futuro», cosa, en la que cier- tamente coincide con otras filosofis. El tiempo del hombre no tiene medida, el ser futuro es el tiempo mismo, Mantiene Heidegger que la investigaciGn hist6- rica encuentra «fendmenos relevantes» como es el de las generaciones y la co- nexién entre ellas, pero que esa investigaci¢n acaba conduciendo a reducir el tiempo al «cusniom, al tiempo de reloj. El tiempo del reloj es siempre tiempo visto como presente. El hecho de que los aconiccimientos se produzcan en el tiempo no significa que tengan tiempo, significa mas bien que ellos... nos salen al encuentro como si transcurricran a través de un presen.» 1M. Heidegger £1 concepto de tempo, Teta, Mairi, 1999, Se rata de una conferencia de 1924 putiicauia en Alemania en 195 65. Op lt, pp 80. (66. Op cit, Ad, La curyivn 9 noes, (67, Nocestata de is recordar al ue pcos alls deypu de esta conferencia bees ‘ana, en 1928 un sociologo alemin, Kal Manbetm, pubicaria un texo fundamectal, probe ‘tetas generuweres Pvc verve en exp em REAS (Revés Esptla oe evestigaciomes Srekalbphs m2 42. 10. py TODA 220 1A THOKA DE LA MISTORIOGRAEIN, El tiempo de la historia se hace irreversible y homogénco. Pero hay una ob- seevacitn més de Heidegger que en s{ misma equivale a arrojar una luz. decisiva sobre la percepeidn de la historia: «El pasado experimentado como historicidad propia —dird—, es todo menos lo que se fue. Mas bien, e¢ algo a lo que puedo volver tna y otra vez El pasado, pues, permancee. Y luego algo mis revela- dor adin que muestra, sin embargo, cudles son los Himites de la coincidencia en Ia visidn fisioldgica y la teorizscién empirica... «La filosofia nunca averiguard qué es la historia mientras la desmemibre como tin objeto analizado a través del método. El enigma de Ia historia reside en lo que significa ser hist6rico. Podrfamos concluir de todo esto que Heidegger representa 1a concepcién s

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