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EL EJERCITO ESPANOL TRAS LA GUERRA DE Enmarcado en el amplio programa de reformas que sufti6 Espaiia, también el ejér- cito recibié una serie de medidas para ponerle al mismo nivel que el resto de Europa. Aunque de manera algo exagerada para loar la futura recuperacién que propicié Felipe V, algunos describieron la situacién militar de Espafia antes de la guerra de Sucesién como “...Ruinosos los muros de sus fortalezas, aun tenia Barcelona abiertas las brechas que hizo el Duque de Vendoma; y desde Rosas hasta Cadiz, no habia Alcazar ni Castillo, no solo presidiado, pero ni mon- tada su Artilleria. La misma negligencia se admiraba en los Puertos de Vizcaya y Galicia; no tenian los Almacenes sus provi- siones; faltaban fundidores de armas, y las que havia eran de ningtin uso. Vacios los Arsenales, y Astilleros, se havia olvidado el arte de construir Naves, y no tenia el Rey mas que las destinadas al Comercio de Indias, y algunos Galeones; seis galeras consumidas del tiempo, y del ocio, se anco- raban en Cartagena... No tenia todo el Reyno de Ndpoles seis cabales Companias de soldados, y esos ignorantes de la Guerra y Arte Militar; 6 de ella olvidados con la quietud de tantos siglos. A Sicilia guarnecian quinientos hombres, doscientos & Cerdena, aun menos & Mallorca, pocos d Canarias, y SUCESION ningunos é las Indias. Las Milicias Urbanas creian poder suplir en la ocasién, sin tener mas disciplina militar, que estar sus nombres por fuerza asentados en un Libro, y obligar é los Labradores, y 4 las rusticas guardias del ganado, d tener un arcabuz. Ocho mil hom- bres habia en Flandes, seis mil en Mildn; y si se contasen todos los que estaban a sueldo de esta vasia Monarquia, no pasaban de veinte mil...” (Sanna). Para remediar la situacién se tomaron varias medidas; una de las més famosas, y a Ia vez polémicas, fue la sustitucién de los ter- cios de infanterfa por regimientos en la orde- nanza que se promulgé en 1704: “...para evitar los embarazos que habtan ocurrido en los ejércitos de alia y Espaita, por las dife- rentes nacionalidades que en ellos servian, debia extinguirse el nombre de Tercio y todo el peonaje se reorganizara en Regimientos de a doce compafiias, inclusa la de grana- deros...”. (Real Ordenanza sobre la fuerza de los Regimientos de Infanterfa, Caballerfa y Dragones, 1707). Toda una ola reformadora sacudié. al Ejército; los nuevos regimientos obtuvieron un nombre que deberia ser fijo y permanente; los uniformes, iguales para todas las uni- dades; normas para el disefto de las banderas, para los oficiales, la introduccién de los cadetes... Incluso se unificaron los toques de Bs ® ordenanza con tambor y corneta, pues hasta entonces cada unidad los tenia distintos y daba lugar a equivocos. Se puso orden con una nueva denominacién de los empleos militares y sus correspondientes divisas, que quedaron de la siguiente manera: Generales. Capitan General: bengala'* y tres entorchados de hojas de roble dorados en la faja y en la vuelta de las bocamangas. Teniente General: bengala y dos entor- chados. Mariscal de Campo: bengala y un entorchado. Brigadier: un entorchado pla- teado solo en las bocamangas. Oficiales mayores. Coronel: bastén con puiio dorado. Teniente Coronel: bastén con puiio plateado. Sargento Mayor: bastén con tapa plateada, Comandante, Ayudante (solia desempefiarlo el capitén mAs antiguo) Oficiales menores. Capitan: como el sar- gento mayor. Teniente: bastén con pufio de marfil. Subteniente en infanteria, corneta o alférez en caballerfa y dragones: bastén con pufto de madera y un anillo plateado. Los ofi- ciales también portaban un espontén'* segin el caso, generalmente en formacién. Tropa. Sargento: bastén o alabarda; esta ltima se empleaba con el batallén formado. Cabo de Escuadra: vara, Segundo Cabo: vara. Soldado. Estos distintivos eran los utilizados por las unidades a pie. Las unidades de caballeria y dragones empleaban otro sistema: capitan, dragonas (charreteras) en ambos hombros; teniente, dragona en el hombro derecho; cor- neta o alférez, dragona en el hombro izquierdo. El color de la dragona era dorado ® x 0 plateado, igual al color de los botones del uniforme. Ese mismo color era el empleado en el borde del tricornio: amarillo para el dorado y blanco para el plateado. Otra de las aportaciones fue introducir el concepto francés del “cadete” en el ejército espafiol. En el idioma francés, la palabra cadete servfa para designar a los segundones de las familias que debian dedicarse al ejér- cito. Se abria asf la carrera de las armas a la nobleza, pero también a los hijos y nietos de oficiales, que pasaban a prestar los mismos servicios que un soldado con alguna excep- cién, como estar rebajado de servicios meca- nicos (limpieza, reparaciones, et... Muchos eran nifios —2 en cada compaiiia tericamente, aunque generalmente eran més— que pasaban bastantes afios de ser- vicio. Aprendfan todo lo necesario bajo la tutela de un oficial nombrado a tal efecto y Ia ensefianza no se circunscribfa tan s6lo a lo militar, sino que debfan aprender historia, matemiticas y otras ciencias para cuando demostraran su capacidad poder ocupar una vacante de oficial, aunque también hubo casos en que las influencias familiares impulsaron carreras. Su prenda distintiva era un cordén de plata que colgaba del hombro derecho. Este es el verdadero origen, alejado de otras eyendas", de los actuales cordones (Ila- mados cadeteras) empleados por los alumnos de las academias militares de oficiales y sub- oficiales en Espaiia, Una de las nuevas actuaciones, recupe- radas de siglos anteriores, fue la publicacién de distintos manuales tendentes a unificar las evoluciones de las unidades en el campo de batalla, eviténdose que cada regimiento aten- diera a las preferencias particulares de su jefe. Alvaro José de Navia-Osorio y Vigil de la Réa, mar- qués de Santa Cruz de Marcenado (1684-1732). Fue uno de los mejores tratadistas militares espafioles de todas los tiempos. También aparecié toda una serie de obras que trataban de recopilar los saberes de la guerra para que sirvieran como referencia para los comandantes en jefe. Entre los espa- fioles destacé Alvaro José de Navia-Osorio y Vigil de la Ria, marqués de Santa Cruz de Marcenado y vizconde del Puerto. Nacido en 1684, a los 23 afios tomé el mando del Regimiento Asturias, creado por el Principado en el marco de Ja guerra de Sucesién. El regimiento, que todavia hoy en dfa sirve en las filas del ejército espaitol, le tiene por el primer coronel de sus mas de 300 aiios de servicio a Espaiia. Podrfa pensarse que, como era costumbre en la época, su mando fuera obra de su abo- Iengo nobiliario y que las costumbres corte- sanas fueran las que, més allé de sus capaci- dades militares, le mantuvieran en puestos de responsabilidad. Nada mas lejos de la rea- lidad, porque Marcenado desarroll6 una bri- ante carrera militar demostrando su valor y su profunda inteligencia para todo lo relacio- nado con la milicia. En la guerra de Sucesin al trono de Espaiia particip en distintos frentes, pri- mero a cargo de su regimiento y posterior~ mente en otros destinos, incluidos algunos burocriticos. Galicia, Salamanca, Aragén, Cerdefta, Andaluefa, Navarra y Cataluiia fueron los lugares donde presté sus servicios, siendo herido dos veces y alcanzando el grado de brigadier. En la campafia de Sicilia de 1718 ascendié a mariscal de campo y fue nom- brado gobernador de la actual Cagliari. Tras desempeiiar distintos cargos diplométicos por Europa fue designado gobernador de Ceuta y poco después participé en la cam- paita de Oran de 1732. Tras ser capturada la ciudad y la vecina Mazalquivir se le encarg6 el gobierno de la plaza norteafricana. Murié el 21 de noviembre de 1732 en una de las salidas que organiz6 ante el ataque de tropas argelinas cuando acudfa a mantener la linea del frente ante el riesgo de que sus hombres fueran rodeados. Pero no ha sido por su brillante hoja de servicios ni por el valor mostrado en batalla por lo que ha pasado a la historia, sino por alguna de las obras que escribié, especial- mente sus Reflexiones Militares. En ellas repasa desde la organizacién que deben tener las unidades militares, hasta la conveniencia de crear escuelas para formar a los oficiales, el armamento, los sueldos, los despliegues, la manera de combatir... Un resumen con- feccionado en base a sus experiencias pre- vias al que afiadié las lecturas que hizo de otros escritores militares extranjeros, citan- doles y sacando sus propias conclusiones. Incluso hace referencias a la falange griega citando obras de Polibio y otros autores de la antigiiedad, lo que demuestra que su obra fue fruto de un largo y pormenorizado estudio empleando referencias clasicas y contempo- rdneas. Una obra en suma que se ha venido diciendo a lo largo de los afios que apre- ciaron Federico “el Grande” y el propio Napoleén Bonaparte. Si es cierto que su obra fue traducida a varios idiomas y que la fama como “trata- dista militar” de Marcenado se extendié por toda Europa. Una leyenda (falsa) cuenta que el monarca espafiol Carlos III envié al reino de Prusia una delegacién para que aprendiera los secretos que habfan convertido al pru- siano en el principal ejército europeo. La pre- sunta respuesta de Federico fue: “Y ustedes me lo preguntan, siendo espaftoles? Todo lo que sé sobre ejércitos lo aprendi leyendo a un compatriota suyo, al marqués de Santa Cruz de Marcenado”. La supuesta entrevista se hace menos crefble todavia cuando se afiade que, para que los enviados espafioles no se sintieran desairados, el propio Federico les entregé una pieza musical que tenia “en gran estima”. La partitura era una marcha de granaderos que con el paso del tiempo se convirtié en el himno nacional espafiol. Todo este conjunto de medidas reforma- doras ¢ iniciativas tuvieron como conse- cuencia que “...las grandes potencias de Europa, vieron con asombro que Espaia, como el ledn, emblema de sus armas, desper- taba tras un siglo de letargo, desplegando un vigor y una firmeza dignos de los mas bri- lantes tiempos de la monarquia, haciendo temer que se renovase una guerra a que apenas acababa de poner término el tratado de Utrechi...” (Coxe, 1815). Pero el cambio mas radical fue la unifica- cién del armamento y la reduceién paulatina del empleo de la pica hasta que en 1703 se hizo innecesaria al disponer todos los sol- dados del fusil de chispa con bayoneta En 1714 el ejército espafiol contaba con unos 120 regimientos de infanterfa, con més de 200 batallones. Las disposiciones de ® x Felipe V lo dejaron con 100 batallones, incluidos los 12 de los regimientos de Guardias y los tres de la Real Artillerfa. Con ellos, 100 escuadrones de caballeria y dra- gones y 8 de los Guardias de Corps. Los regimientos eran unidades administrativas, y al hablar de la fuerza de un ejército se mencionaba el ntimero de batallones y de escuadrones, Los regimientos contarfan con 1 0 2 batallones de a 13 compaififas: una de ellas de granaderos, otra la compafifa “coronela” (Ia que en teorfa mandaba el propio coronel jefe del regimiento) y la del teniente coronel, segundo en el mando; el resto, de fusileros. El aumento del aleance y la cadencia de tiro de las armas complicé la tarea de los granaderos en campo abierto, con lo que a medida que fue progresando el siglo XVIII su cometido fue relegandose al asalto de posiciones fortificadas 0 ciudades. Cada compaiiia (fusileros o granaderos) contaba con los siguientes empleos: 1 capitin, 1 teniente, 1 subteniente, 2 sar- gentos, | tambor, 3 cabos, 2 segundos cabos y 32 soldados. La plana mayor™ del regi- miento estaba compuesta por: 1 coronel (jefe del regimiento), 1 teniente coronel, 1 sargento mayor”, 1 ayudante, 1 capellén, 1 cirujano y | tambor mayor. El total para un regimiento de un solo batallén nos da 566 hombres. El segundo batallén, de existir, contaria también con 13 compafifas: | de granaderos, otra la del comandante jefe del batallén y 11 de fusileros. La diferencia radicaba en la plana mayor, que era algo més reducida: | comandante (jefe del batallén), 1 ayudante, 1 capellan y 1 cirujano. Todo ello daba un total de 563 militares en este segundo bata- ln, sumando 1.129 para el regimiento, cifra dificilmente alcanzable en Ia realidad debido a las dificultades en el reclutamiento y alas altas tasas de desercién que acusaban iodos los ejércitos europeos de la época. No en vano Federico “el Grande” escribiria afios después en el marco de la guerra de los Siete Afios: “Nuestros regimientos estaban compuestos mitad por natives, mitad por mercenarios. Los segundos no tienen nada que los obligue con el Estado. Desertardn a la primera oportunidad, y ello convierte en importante para nosotros prevenir la deser- cin”. (Federico Il, 1856). Los escuadrones de caballeria y dragones estaban formados por 4 compafifas, cada una compuesta por: 1 capitan, | teniente, 1 cor- neta” (caballerfa)/alférez (dragones), 1 sar- gento (caballeria)/mariscal de logis (dra- gones), 1 trompeta (caballerfa)/Aambor (dra- gones), 2 cabos, 3 carabineros y 25 soldados; 140 hombres entre oficiales y tropa por escua- drén. Tres de éstos solfan formar un regi- miento, que en su plana mayor contaba con: 1 coronel, 2 tenientes coroneles, 1 sargento mayor, | ayudante, 1 capellén, 1 cirujano y 1 timbalero. Aunque en Ia ordlenanza no se espe cifica, es de suponer que Ja figura del timba- Jero en los regimientos de dragones serfa un tambor ante la posibilidad de combatir a pie. De la misma manera que mientras los escua- drones de caballeria contaban con figuras pro- pias (cometa, sargento y trompeta), los de dra- gones eran més propios de la infanterfa (alférez, mariscal de logis y tambor). Los tres carabineros de cada escuadrén eran soldados escogidos por su punterfa, armados con una carabina (fusil de menor longitud) y encar- gados de encabezar los ataques. Podrfan con- siderarse como el equivalente a los granaderos en los batallones de infanterfa y en ocasiones también se agrupaban para lograr una fuerza de élite. Asi, un regimiento de caballerfa 0 dragones con tres escuadrones al completo de sus efectivos constarfa de 428 hombres. A pesar de compartir organizacién con la caballerfa, los dragones formaban un cuerpo separado del resto de armas, como ya se esti- pulaba en el Reglamento para que Infanteria, Cavalleria y Dragones que al presente ay, de x 1706. Durante las campafias de Italia, el cuerpo vio cémo adguirfa mayor impor- tancia, legando a ser 17 el ntimero de regi- mientos de dragones segtin el Estado Militar de 1741. Con el paso del tiempo, y dado el desembolso econdmico del coste de los caba- Ios y que las misiones que desarrollaban Ile garon a ser similares, pasaron a formar parte de la caballerfa, aunque no fueron supri- midos como instituto independiente hasta el I de junio de 1815. Creacién de los regimientos El 28 de febrero de 1707 Felipe V dict una ordenanza por la que se establecfan los nombres de los regimientos de manera fija y estable: “Por cuanto se han reconocido muchos inconvenientes, de que todos mis Regimientos de Infanteria hayan perdido sus antiguos nombres, tituldndose con los que tienen sus Coroneles, y de los colores con que se han vestido, de que se ha Guardias de Infanteria Espaiiola y Walona. Iq: oficial. Deha: granadero. seguido con la variedad ignorarse su anti- giiedad, y otros prejuicios, especialmente en caso de reforma; y conviniendo, que cada uno de los Regimientos que subsisien, 0 se puedan crear en Espaita, tengan un + solo nombre perpetuamente, que este no se varte, aunque se muden los Coroneles y sean de diferentes colores los vestidos, * habiendo hecho para esto averiguar, cuanto ha sido posible, el origen de cada Cuerpo; he resuelto que todos los que en esta mi Real Ordenanza van expresados + por los nombres de los Coroneles, que actualmente tienen, se nombren en ade- lante, y perpetuamente en la conformidad que se sigue...” (Real Ordenanza sobre los * nombres fijos de los Regimientos de infan- terfa, banderas que han de usar y averigua- ci6n de sus antigiiedades, 1707). * Los regimientos de infanteria incluidos en Ia relacién fueron Ios siguientes: De la Armada, Murcia, Cérdoba, Extremadura, . Toledo, Cadiz, Zamora, Toro, Antequera, Granada, Castilla, Napoles, Jaén, Asturias, Palencia, Salamanca, Ecija, Jerez, Vitoria, * Le6n, Guadalajara, Burgos, Bajeles, La Marina, Malaga, Costa, Navarra, Pamplona, Basi Alcantara, Coria, Vélez, Segovia, Sevilla, Madrid, Valladolid, Badajoz, Santa Fe, Ceuta, Africa, Ronda, Ubeda, Molina, Santiago, Compostela, Orense, Tuy, Lugo, Mondojiedo, Corufia, Betanzos, Triana, Utrera, Medina Sidonia, Sanlicar, Niebla, Arcos, Lucena, Estepa, Montilla y Baena Ya fuera por los avatares de la guerra o por la resistencia natural de algunos coro- neles a cambiar el nombre de la unidad, terminada la guerra de Sucesién hubo que dictar una nueva ordenanza para fijar con claridad las denominaciones de los regi- mientos supervivientes: la de 10 de febrero de 1718 sobre los nombres fijos de los regimientos de infanterfa, caba- lleria y dragones. . @ icata, Trujillo, Guiptzcoa, Osuna, + Regimientos de infanteria espaiiola (Nombre nuevofnombre antiguo/notas/ color de la divisa’'): Regimiento Castilla/Castilla/Actual Regimiento de Infanteria “Inmemorial del Rey” N° 1/Rojo. Regimiento Africa/Fijo de Sicilia/Antiguo Tercio Viejo de Sicilia/ Actual Regimiento de Infanteria “Tercio Viejo de Sicilia N° 67°/Rojo. Regimiento Lombardfa/ Lombardia Antiguo Tercio Viejo de Lombardia/Actual Regimiento de Infanteria “Principe N° 3” /Rojo Regimiento Galicia/Galicia/Actual Regimiento de Infanteria “Galicia N° 64” de Cazadores de Montafia/Rojo. Regimiento Lisboa/Lisboa/Actual Regimiento de Infanterfa “Zaragoza N° 5” de Paracaidistas/Verde. Regimiento Cérdoba/de Bajeles/ Actual Regimiento Acorazado “Cérdoba N° 10°/Rojo. Regimiento de la Corona/de la Mar de Napoles/Actual Regimiento de Infanterfa “Napoles N° 4” de paracaidistas/Azul. Regimiento Soria/Soria/Antiguo Tercio Viejo de Napoles/Actual Regimiento de Infanterfa “Soria N° 9” (considerado como el regimiento de infanterfa mas antiguo del mundo)/Rojo. Regimiento Saboya/Saboya/Actual Regimiento de Infanterfa “Saboya N° 6'/Azul, Regimiento Asturias/Asturias/Actual Regimiento de Infanterfa “Asturias N° 31"/Azul. Regimiento Catalufia/Catalufia/Roj Regimiento Granada/Granada/Verde. Regimiento Murcia/Murcia/Azul. Regimiento Toledo/Toledo/Actual Batallén de Infanteria Protegida “Toledo 1°7/3*/Toledo. Regimiento Cuenca/Cuenca/Verde. x + Regimiento Zamora/Zamora/Actual . Batallén de Infanteria Protegida . “Zamora I"29/Rojo. . + Regimiento Espafia/Cérdoba/ Verde. . + Regimiento Jaén/Jaén/Rojo. . + Regimiento Portugal/de Toro/Rojo. . + Regimiento Guadalajara/ Guadalajara/ . Rojo. . + Regimiento Palencia/de la Marina/Verde. * + Regimiento Mallorca/de la Armada/Rojo. + + Regimiento Almansa/Almansa/Amarillo. + + Regimiento Valladolid/Valladolid/Verde. ° + Regimiento Mélaga/Malaga/Actual . Batallén de Carros de Combate de : Infanterfa “Malaga I’/10/Rojo. + Regimiento Leén/Le6n/Actual Batallén de Carros de Combate de Infanterfa “Leén I°/61/Rojo. + Regimiento Burgos/Burgos/Rojo. * Regimiento Valencia/Valencia/Rojo. Regimiento Borgofia/Bruselas. Regimiento Brabante/Brabante. Regimiento de Flandes/Gante. Regimiento Namur/Venl6. Regimiento Henaut/Henaut, Regimiento Limburgo/Malinas. Regimiento Zelanda/Ostende. Regimiento Gueldres/Gueldres. Regimiento Amberes/Amberes. Regimiento Luxemburgo/Luxemburgo. Regimiento Utrecht/Charleroy. Regimiento Mons/Fijo de Flandes. Regimiento Artesia/Brujas. Regimiento Cambresy/Cortray. Regimientos de infanterfa italiana (Nombre nuevo/nombre antiguo): Del mismo modo que los walones, estos + Regimiento Cantabria/Cantabria/Actual regimientos estaban formados por soldados Batallén de Infanterfa Mecanizada de las antiguas posesiones espafiolas en la “Cantabria [”/6/Azul. peninsula itdlica. * Regimiento Madrid/Osuna/Roj + Regimiento Ceuta/Ceuta/Rojo. . + Regimiento Vitoriv/de la Costa/Rojo. . + Regimiento Navarra/Navarra/Rojo. : + Regimiento Sevilla/Sevilla/Azul. : + Regimiento Santiago/Santiago/Rojo. . + Regimiento Aragén/Aragén/Rojo. * Regimiento Badajoz/Badajoz/Actual Batall6n de Infanterfa Mecanizada “Badajoz 1°/62/Azul celeste. Los siguientes batallones pasaron a depender de la Armada: Armada, Marina, de Regimiento Népoles/Napoles. Regimiento Sicilia/Sicilia. Regimiento Milin/Milén. Regimiento Cerdefia/Cerdefia Regimiento Parma/Parma. Regimiento Corcega/Basilicata. Regimientos de infanterfa irlandesa (Nombre nuevo/nombre antiguo/color de la divisa): Formados por irlandeses que en muchos Bajeles, Océano y Mediterréneo. casos hufan de la represién que ejercian los briténicos en su isla, especialmente en lo relativo a la religion catdlica que profesaban. Regimientos de infanteria walona Los soldados irlandeses siempre estuvieron (Nombre nuevo/nombre antiguo): muy bien considerados, y ya en 1717 Felipe V les habia concedido el extraordinario Estaban integrados por naturales de los honor de que los regimientos irlandeses se antiguos Pafses Bajos espafioles que prefe-—alternaran con los espafioles, una medida rfan servir bajo las banderas espafiolas. impensable para otras nacionalidades. Era x @ tanto una muestra del reconocimiento al valor y efectividad de estos soldados como a Ia larga relaci6n de servicio bajo las banderas espafiolas que mantenian los irlandeses desde tiempos de Felipe IL + Regimiento Irlanda/Vacop/Azul. + Regimiento Hibernia/Castellar/Verde. + Regimiento Ultonia/Macaulif/Azul. + Regimiento Vatefort/Comefort. + Regimiento Limerick/Bandoma. Ademés de todos estos regimientos estaban los dos de la Guardia: Regimiento de Reales Guardias Espafiolas y Regimiento de Reales Guardias Walonas, cada uno con 6 batallones. Estos 2 regimientos, lejos de considerarse unidades meramente pala- ciegas, se convertirian en auténticas forma- Fusilero del Regimiento ‘Hibernia, irlandes. ciones de choque, siendo la punta de lanza en multitud de ocasiones en los combates de los afios venideros. Con el transcurrir del tiempo y debido a las, necesidades de soldados se alquilaron diversos regimientos profesionales de infan- terfa suiza, Al igual que el resto de extranjeros al servicio de Espafia, debjan profesar la fe catélica, al menos te6ricamente. Los suizos resultaban caros y sus contratos estipulaban que no podian ser destinados fuera de Europa (aunque alguno particips en la campaiia de Orin), lo que limitaba su empleo. Regimientos de caballeria (Nombre nuevo/nombre antiguo/ notas/color de la divisa): Compaiifa Espafiola de Guardias de Corps/Compaiifa Espafiola de Guardias de Corps. Compaiifa Italiana de Guardias de Corps/Compaiia Italiana de Guardias de Corps. + Regimiento de la Reina/Reina/Rojo. + Regimiento Borbén/Rosellén Viejo/Actual Grupo de Caballerfa Ligero Acorazado “Lanceros de Borbén W'/11/Azal celeste. + Regimiento Famesio/Atry/Actual Regimiento de Caballerfa “Farnesio N° 12°/Rojo + Regimiento de las Ordenes Militares/“Ordenes Militares”. + Regimiento Santiago/Santiago/Actual Grupo de Caballerfa Ligero Acorazado “Santiago I°/12/Rojo. + Regimiento Alcantara/Cecile/Actual Regimiento de Caballerfa “Aledntara N° 10"/Azul. + Regimiento Calatrava/Zayas/Actual Grupo de Caballerfa Acorazado “Calatrava I1"/16/Roja. Regimiento Montesa/Pozoblanco/Actual Regimiento de Caballerfa “Montesa N° 3"/Azul. + Regimiento Malta/Lafarinas. + Regimiento Sevilla/Sevilla. + Regimiento Granada/Granada. + Regimiento Bravante/Bravante + Regimiento Flandes/Flandes. + Regimiento Milén/Milén/Actual Grupo de Caballerfa Ligero Acorazado “Milén XVI". + Regimiento Barcelona/Dupuy. + Regimiento Andalucfa/Armendériz. + Regimiento Rosellén/Rosell6n. + Regimiento Salamanca/Uribe. + Regimiento Extremadura/Extremadura. Regimientos de dragones (Nombre nuevolnombre antiguo/ notas/color de la divisa): * Regimiento Numancia/Osuna/Actual Grupo de Caballeria Ligero Acorazado “Numancia I"/11/Azul. + Regimiento Sagunto/Marimén/Actual Grupo de Caballeria Ligero Acorazado “Sagunto 1”/8/Verde. + Regimiento Tarragona/Grimau. + Regimiento Lusitania/Pezuela/Actual Regimiento de Caballerfa “Lusitania N° 8°/ Azul. «+ Regimiento Belgia/Itre. + Regimiento Batavia/Boseli/Actual Grupo de Caballerfa Acorazado “Almansa IP"/10/Azul celeste. + Regimiento Frisia/Bandoma/Actual Grupo de Caballerfa Acorazado “Villaviciosa XI”/Roja + Regimiento Pavfa/Caylis/Actual * Regimiento Acorazado “Pavia N° 4”/Rojo. + Regimiento Edimburgo/Mahoni. * Regimiento Dublin/Olacagén, Es de destacar que muchos de los anti- guos nombres eran los correspondientes al coronel jefe del regimiento. Con la reforma, esa costumbre desaparecié y se adoptaron nombres de ciudades, provincias 0 hechos de armas destacados. Aquellos regimientos for- mados en teoria por extranjeros pero cuyos territorios no pertenecfan a la Corona, como los walones 0 italianos, debian ser comple- tados con espaffoles 0 con ciudadanos de otros paises que se alistaran. Las necesidades bélicas obligaron a crear mis unidades, por lo que hasta 1720 se cre- aron los tegimientos siguientes: Navarra nuevo, Vizcaya, Barcelona, Liguria (desti- nado a guamicionar el presidio de Porto Longone, actual Porto Azzurro, en la isla de Elba, que tras la guerra de Sucesién siguié en poder de la Corona espafiola), Toscana, Italia, Comerie, Helvecia, Grisones, Esguizaros, Portaestandarte del Regimiento de Caballeria de Linea Farnesio Bayiera, Munster, Palermo, Messina, Valdenoto, Valdemazara, Valdemone y Augusta. De caballerfa: Ordn y Sicilia, De dragones: Ampurddn, Ribagorza, Zaragoza, Mérida, Palma, Llerena, Francia, Cartagena, Jerez y Caller. ‘Ademds se completaron los segundos bata- llones de aquellos regimientos que tan slo contaban con uno: Badajoz, Luxemburgo, Flandes, Artesia, Vatefort, y La Corona. En 1730 se creé una brigada de carabi- neros reales, adscrita a la Guardia, en base a carabineros de distintos regimientos Un afio después se organiz6 la brigada de granaderos a caballo, también en base a soldados perte- necientes a varios regimientos de dragones; se la tenfa gran consideracién, por lo que en 1742 pasé a formar parte de la Guardia, aunque fue disuelta en 1748, ya durante el reinado del menos belicosomonarca Fernando VI. En 1735 se cre6 el primer regimiento de coraceros y en 1742 el de Htisares Espaiioles, aunque tuvieron una corta vida de manera inicial. Uno de los temas que entonces més preo- cupaban y provocaba discusiones entre los coroneles jefes de regimiento y el resto de oficiales, era el relacionado con la fecha de creacin de la unidad. Hoy en dfa puede parecer superfluo, pero en una época en la que el honor y el buen nombre eran primor- diales, el que un regimiento fuera mas antiguo que otro era motivo de orgullo. Incluso hoy en dfa serfa dificil el poder ase- gurar que las fechas de creacién son exactas debido a los avatares de la historia, en 1a que los tercios primero y posteriormente los regi- mientos eran reformados, cambiados de nombre, disueltos etc Para evitar en lo posible estas discrepan- cias tuvo que set el propio Fernando VI el que emitiera otra ordenanza dictaminando la antigiiedad de los regimientos existentes en sti reinado. ...por cuanto habiéndose suscitado diversas controversias sobre la antigiiedad y preferencia de los regimientos del ejército y especialmente entre los de Galicia, Toledo y Corona con los batallones de Marina, en grave perjuicio de mi real ser- vicio: y conviniendo en atajar los inconve- nientes que resultan de ello, dando regla fija en este asunto, tuve a bien de mandar se viese en mi consejo de guerra, y que en él dedujesen los regimientos sus antigite- dades y derechos de preferencia; en cuya inteligencia, y de lo que el consejo me representé en consulta de 28 de abril del aiio pasado de 1749, he resuelto que desde el dia de la fecha de este despacho en ade- lanie, se observe y guarde inviolablemente por todos los regimientos de infanterta espaitola, irlandesa, walona y suiza... el reglamento de antigiiedad y preferencia, segiin el orden con que se expresard; y es como sigue...” (Clonard, 1851-1859). A continuacién se cita la siguiente rela- ci6n, desde el regimiento més antiguo al m4 modemo. Regimientos de infanterfa espaiiola: EI de la Reina preferird a todos en confor- midad de la resoluci6n que tomé [Fernando VI] en 5 de julio de 1733 La Compaiifa de Ballesteros de Baza, por antigiiedad y privilegios reales. EI Regimiento de Castilla, también por su antigiiedad. EI de Lombardia ha de gozar de ella desde el affo de 1537. El de Galicia desde el 1537. EI de Saboya desde el 1537. EI de la Corona desde el 1537 El de Africa desde el 1559. El de Zamora desde el 1580. El de Soria desde el 1591. El de Cérdoba desde el 1650. El de Portugal desde el 6 de enero de 1657. @ & E] de Guadalajara desde el 2 de febrero de 1657. El de Sevilla desde el 20 de febrero de 1657. El de Granada desde el 22 de abril de 1657. El de Vitoria desde el 22 de septiembre de 1658. El de Lisboa desde el 1660. El de Espaiia desde el 1660 El de Toledo desde el 1 de mayo de 1681 El de Mallorca desde el 18 de junio de 1682 El de Burgos desde el 2 de mayo de 1694. El de Murcia desde el 23 de mayo de 1694. El de Le6n desde el 10 de junio de 1694. El de Irlanda desde el 1698. El de Cantabria desde el 16 de mayo de 1703. El de Asturias desde el 6 de junio de 1703. El de Ceuta Fijo desde el 1 de agosto de 1703. EI de Navarra desde septiembre de 1705. El de Hibernia desde el 3 de diciembre de 1709 El de Ultonia desde el 3 de diciembre de 1709. El de Aragon desde el 1711. El de Oran Fijo desde el 10 de septiembre de 1733*. El de Catalufia desde el 29 de enero de 1735. Fusileros de montafia desde el 6 de agosto de 1735. Infanteria italiana: El Regimiento de Napoles desde el aiio de 1572. El de Parma desde el de 1680. El de Miln desde el 1704. Infanteria Walona: El Regimiento de Flandes desde el 18 de julio de 1596. El de Bravante desde el 28 de junio de 1719. El de Bruselas desde el 1704. Suizos: + El Regimiento de Wirtz desde el I de diciembre de 1724. + El de Besztler desde el 24 de mayo de 1725. + El de Arregger desde el 9 de diciembre de 1733. + El de Sury desde el 23 de mayo de 1734. La relacién demuestra en primer lugar el enorme amor que profesaba Fernando VI a su. mujer, Bérbara de Braganza, ordenando que el Regimiento de la Reina fuera siempre el primero en honores y precedencias. Otro caso significativo es el Regimiento Castilla, Sus oficiales pretendfan que se reconociera como origen a la Banda * de Castilla que a las 6rdenes de Fernando III “el Santo” particips en la reconquista de Sevilla en 1248. Por supuesto, tal cosa no podia probarse al no existir documentos que reconocieran una trayectoria seme- jante, pero como tampoco pudo desmen- tirse, Felipe V le otorgé en 1740 dicha anti- giiedad junto con la denominacién de Inmemorial. Como narra el propio histo- rial del regimiento, en 1766 volvié a cam- biar de nombre, siendo ahora el Regimiento de Infanterfa del Rey. Pero los lamentos de sus oficiales convencieron a Carlos III para que nuevamente lo rectificara dias después de la siguiente manera: “El Rey ha decla- rado que la nueva denominacion para el Regimiento de Castilla deba entenderse del Regimiento Inmemorial del Rey”, ya que el monarca estaba “Persuadido de que el Regimiento Inmemorial, fue cuna del Ejército espanol y origen de la Marina espaftola, a la que suministré para su for- ‘macién mucha tropa, oficiales y su insignia cuando la Armada quedé totalmente des- iruida en el sitio de Fuenterrabia” Sobre estos honores ya hace tiempo se opin6 lo siguiente: “...Los monarcas de x @ Espata, poco entendidos en la historia militar del pats, y sus consejeros més habiles en la intriga palaciega que en lo concerniente a las letras, se cuidaron poco de averiguar la razén con que iban a pro- nunciar una frase no muy favorable al con- cepto de la nacién, pero que halagaria indudablemente a un cuerpo que con ella extravié su razén hasta el punio de creerla y querer sustentarla en adelante con argu- mentos que no tienen solidez alguna en cualquier pats del cual se haya escrito una historia. Los reyes, vuelvo a decir, conce- dieron al regimiento de su nombre el titulo de Inmemorial, y este, que de otro modo se hubiera contentado con acertar su verda- dero origen remontiindose a lo ideal, fue a buscar sus primeros tiempos tres siglos antes que hubiera fuerzas permanentes en Espafa...” (Ferrer, 1846). Sobra decir que muchas de estas fechas no coineiden con las que hoy en dia man- tienen los historiales de los regimientos como fecha de creacién. Es de resefiar que aunque en la actua- lidad tan s6lo sobreviven un limitado mimero de estos regimientos en el ejército espafiol, una proporcién bastante alta de los nombres empleados se mantienen en los batallones, al adoptar éstos la denominacién de los regimientos al irse extinguiendo para evitar que quedaran relegados al olvido. Regimientos de milicias Para respaldar al ejército permanente, en 1704 Felipe V ordené la creacién de milicias provinciales, Los avatares de la guerra impe- dirdn Ia creacién de estos regimientos y habré que esperar a 1734 para que se orga- nicen, Habja sido un antiguo anhelo por parte de los monarcas espaiioles, y no fue hasta la egada de los Borbones cuando pudo Ile- varse a cabo. Regimientos de milicias provinciales de infanterta/color de la divisa Jaén/Azul. Badajoz/Rojo. Sevilla/Rojo. Burgos/Rojo.Lugo/Amarillo. Granada/Verde. Le6n/Verde. Oviedo/Azul. Cérdoba/Verde. Murcia/Rojo. Trujillo/Azul, Jerez/Rojo. Carmona/Verde. Niebla/Amarillo. Ecija/Azul. Ciudad Rodrigo/Rojo. Palencia/Verde. Logrofio/Verde. Sigiienza/Amarillo. Toro/Azul. Soria/Azul. Cuatro Villas de la Costa del Mar (posteriormente Santander)/Amarillo. Orense/Amarillo, Santiago/Rojo. Pontevedra/Azul. Tuy/Rojo. Betanzos/Verde. Antequera/Rojo. Malaga/Verde. Guadix/Amarillo. Ronda/Amarillo. Alpujarra/Rojo. Bujalance/Amarillo. Cada regimiento contaba con s6lo un batallén de 7 compaiifas, cada una con 100 hombres distribuidos asf: 1 capitén, 1 teniente, | alférez, 2 sargentos, 1 tambor, 4 cabos de escuadra y 96 soldados Es interesante comparar la cantidad de soldados y cuadros de mando que se orde- naba para las compaiifas de un regimiento de linea (32 y 10), con las de milicias (96 y 9). EI mimero de soldados es el triple para préc- ticamente Ia misma cantidad de oficiales, cabos y sargentos. Es de imaginar que los 96 soldados serian un objetivo “a mayores” y que las autoridades eran conscientes de que a pesar de las érdenes no debia ser facil reunir a todo el personal a la vez, y mas en caso de necesidad. Los soldados debfan tener entre 20 y 40 ailos, quedando exentos de formar parte de la milicia los siguientes: “...los ministros y dependientes de la Inquisicién y de la Cruzada, serén exentos los que debieran serlo de alojamiento y cargas concejiles... los notarios de Audiencias, juzgados de Obispo y Provisor, pero no sus hijos. @ x capellin y ciru- Jano, ya que: “...por considerarse que estos no pueden faltar para lo que se ofrezca en las ciudades u otros pueblos de los partidos, cuando se hayan de juntar en ellos lo regimientos (Recopilacién de las ordenanzas para la for- macién de los treinta y tres regimientos de milici; 1734). Una manera de ahorrarse varios sueldos por parte de la monarquia, Al afio siguiente se ordené afiadir una compafifa con 108 granaderos extrayendo a los 15 mejores soldados de cada compaiifa. Se ordené que se reunieran una vez al mes para practicar e instruirse aunque no tuvieran armas. Ademés, cada tres meses hacfan lo mismo pero durante tres dfas, pero aqui si era obligatorio que practicaran con los mosquetes y que realizaran ejercicios de tiro. Para obtener el nticleo de oficiales y sar- gentos se ordenaba: “...poner en ellos [en los regimientos] oficiales, sargentos y cabos Asimismo los procuradores del niimero de de los que hayan servido en los cuerpos del Milicias provinciales. Izq: alférez del Regimiento de Niebla. Dcha: fusilero del Regimiento de Baza. Audiencias, como no excedan de cuatro en ejército, a efecto de que con sus adquiridas las seculares, y de dos en las eclesidsticas, __experiencias habiliten a los soldados en los pero no sus hijos... los oficiales de la Casa __ejercicios y evoluciones militares. Mando, de la Moneda, pero no sus hijos. Los que que cada ciudad, cabeza de provincia 0 par- componen la administracién de renias _ tido a quien tocare (seguin lo que queda pre- reales, y tengan su titulo y ejercicio con venido) la formacién de uno, 0 mds regi- gages”. Un mayordomo de comunidad ecle- —-mientos, se informen de los oficiales natu- sidstica. El mayordomo de la ciudad 0 villa. rales de las mismas provincias y partidos, El sindico de San Francisco. Todos los que se hallaren agregados a Plazas [forta- sacristanes y sirvientes de Iglesia, que gocen _lezas], y a invdlidos, en quien concurra la salario, pero no sus hijos. Los labradores, robustez, y aptitud necesaria, y los hagan que fueren de dos arados de mulas o bueyes. presentes para oficiales, ya sea en los El escribano de Cabildo y los del Niimero. _grados en los que sirven actualmente, o para Los maestros de escuela y gramdtica...". ascenderlos de tenientes a capitanes, y de (Recopilacién de las ordenanzas para la for- —_-subtenientes, o alféreces, a tenientes; y no macién de los treinta y tres regimientos de /habiendo entre los referidos bastante nimero milicias, 1734). para completar el de los oficiales de cada La plana mayor del regimiento contaba cuerpo, propondrd la misma ciudad de sus con varios elementos de manera similar alos naturales, de mayor distincién, tres para cada regimientos de linea, con la salvedad de empleo...” (Recopilacién de las ordenanzas x @ para la formacién de los treinta y tres regi- mientos de milicias, 1734). Llegado el caso también se completaban los cuadros de oficiales de los regimientos de milicias como decfa la ordenanza: “Para sar- gentos y cabos se destinarén los que se hallaren en los regimientos de Invdlidos; y si en ellos no se encontrasen los suficientes, se suplirdn con los que se puedan sacar de los regimientos de infanterfa, y que por su edad, no se hallen ya en estado de mucha fatiga. (Recopilacién de las ordenanzas para la for- macién de los treinta y tres regimientos de milicias, 1734). Para completar a los regimientos provin- ciales se crearon una serie de compafifas de milicias urbanas, algunas de ellas también fijas, que con frecuencia se empleaban contra forajidos y malhechores, especialmente contra aquellos que realizaban el contra- bando en las costas espafiolas, de ahi la situa- cin geografica de gran parte de ellas. En Cadiz, 20 compaiifas; en Badajoz, 14; en Campo de Gibraltar, 13; en La Coruiia, 12; en Costa de Granada, 12; en Cartagena, 9; en Puerto de Santa Marfa, 9; en Alburquerque, 8; en Valencia de Alcantara, 7; en Ciudad Rodrigo, 6; en Alcdntara, 6; en Ceuta, 5; en Sevilla, 1; en Alconchel, 1; en Tarifa, 1; en Melilla, 1; en Vélez de la Gomera, 1, y en ‘Alhucemas, 1. ‘Adin quedaba un tiltimo conglomerado de unidades, como fueron las compafi‘as de invélidos. Eran éstos soldados veteranos que habjan quedado con secuelas a Jo largo de su vida militar y se les daba una plaza en esas unidades para poder seguir cobrando un sueldo. Se dividfan, segiin el estado fisico de sus componentes, en 46 compaiifas de sol- dados “habiles” repartidas de la siguiente manera seguin el Estado Militar de 1776: 4 en Madrid, 6 en Castilla la Vieja, 11 en Andalucfa, 6 en Extremadura, 3 en Pamplona, 1 en Fuenterrabfa, 4 en Galicia, 4 en Valencia, 1 en Aranjuez, 1 en Segovia, 2 en Ceuta, 1 en Mélaga, 1 en Ayamonte y 1 en Almeria. Estas tres tiltimas se especificaban como para “artilleros invélidos”. Los vete- ranos en peor estado fisico formaban 26 compafifas de soldados inhdbiles, con la siguiente distribucin: 8 en Sevilla, 8 en San Felipe, 7 en Lugo y 3 en Toro. Infanterfa ligera A medida que se desarrollaban nuevas ticticas se hizo evidente la necesidad de un nuevo tipo de soldados a semejanza de otros ejércitos europeos. El moverse e incluso combatir en terreno quebrado se hizo una necesidad, y para ello se crearon los fusileros de montaiia en agosto de 1735. En lugar del rigido uniforme de la época vestfan ropas mas e6modas que les permitfan desplazarse con mayor facilidad: alpargatas, amplios calzones y casacas anchas. Su des- empefio en Italia fue extraordinario, desper- tando la admiracién de sus enemigos y sit- viendo de referencia para la creaci6n de sus propias unidades ligeras a franceses y sardos. ® x Un cronista fraricés los describié de manera precisa: “Estos fusileros de mon- tafia hacen de las tropas ligeras un gran refuerzo, no llevan ni tienda ni equipaje, pocos de sus oficiales tienen caballos. Usan zapatos con cuerdas (alpargatas) para evitar deslizarse por los pasos dificiles y les hacen ser mds ligeros. Tienen abrigos cortos en los que se envuelven, su pelo se guarda debajo de redes (redecillas), se cubren con toquillas a la Bearnesa (pafuelos anudados a la cabeza) y tienen como armas, escopetas de las que se sirven con singular precision, también tienen pequeftos sables que se afiaden a las pis- tolas que portan en su cintura, no temen pasar la noche en los bosques y siempre se encuentran bien cuando tienen drboles para cubrirse, ademas no conocen ningiin obstdculo imposible de superar, escalando como los gamos y saltando con una ligereza singular desde una roca hasta otra”. (Saint- Simon, 1770). Apesar de su gran actuacién, al terminar la guerra de sucesién al trono de Austria los fusileros de montafia, también conocidos como fusileros catalanes, fueron disueltos en 1748. El error se corrigié en 1762 cuando se volvieron a crear tres regimientos denominados: Voluntarios de Aragén y 1° y 2° de Voluntarios de Catalufia. Cada regi- miento catalin contaba con 1.056 soldados en 2 batallones de a 6 compaiifas, mientras que el de Arag6n encuadraba sélo 1 Artilleria y zapadores En 1710 Felipe V ordené la creacién del Regimiento de Real Artillerfa de Espafia. Contaba con tres batallones repartidos por Ja geografia espafiola y se afiadian a las dis- tintas campafias segtin las necesidades. El regimiento debfa contar con 36 com- pafifas: 9 de artillerfa, 3 de minadores y 24 de fusileros. Las compafifas de artillerfa se componfan de 1 capitén, 2 tenientes, 2 sub- tenientes, 4 sargentos, 4 primeros cabos, 10 obreros (4 carpinteros de carros, 2 herreros, 2 calafates*, 1 tonelero y 1 armero), 10 bombarderos, 72 artilleros y 1 tambor. Por su parte, las de minadores encuadraban 1 capitan, 1 teniente, 1 subteniente, 2 sar- gentos, 3 cabos, 37 minadores y 1 tambor. Reconociendo la dificultad de la tarea y el nivel de conocimientos necesarios para desarrollar estas tareas, se les asignaba a los capitanes de artillerfa y minadores el mismo sueldo que a los de granaderos. Ademés, se determinaba que debia haber personal de lo que hoy en dfa conocemos como pontoneros. “Asimismo quiero, y es mi voluntad, que en cada cuerpo de arti- llerta de mis ejércitos haya un capitan de puentes, con su teniente; para cuyos empleos me propondrd el capitdn general de la artilleria sujetos a propésito, eli- giendo personas para este ministerio, que tengan el conocimiento y naturaleza de los rios, y que entiendan la construccién de puentes de barcas, lo que conviene mucho a mi Real servicio, con los marineros que se necesitase, segtin la ocasién valiéndose de los calafates de las compaitias de artilleros. Y al referido capitén de puentes, y su teniente se le habran de encargar los pon- tones y carros de su transporte, con todo lo que pertenece a la formacién de puente de barcas”. (Real Ordenanza sobre los nom- bres fijos de los Regimientos de infanterfa, banderas que han de usar y averiguacién de sus antigtiedades, 1707). Los zapadores, por el contrario, no con- tarian con unidades especfficas (batallones © regimientos) hasta 1802. Asimismo, los oficiales minadores debian aconsejar al mando y dirigir los trabajos que se orde- naran, aunque la mano de obra se obtenia generalmente de los batallones de infan- teria, caballerfa o dragones. 4 @ Unidades americanas Los amplios dominios espafioles por el mundo, especialmente en América, obli- garon a replantearse el modo de defenderlos, A pesar de lo que se ha escrito durante afios, en parte gracias a la famosa “Leyenda Negra”, no hubo unidades militares espa- fiolas en América desde su conquista hasta el teinado de los Borbones. Tan sélo algunas de las guardias de los virreyes y varias expedi- ciones concretas enviadas desde Espafia de manera puntual fueron las tinicas unidades militares “regulares” en América. La prueba es que en un ejército tan celoso de sus tradiciones como el espaiiol, las uni- dades descendientes de las que participaron en las campafias de Italia a finales del siglo XV y comienzos del XVI portan orgullosas en sus banderas las corbatas conmemora- tivas de dichas acciones militares. Por el contrario, ningtin regimiento porta nada similar respecto a las acciones que dieron lugar a la conquista y colonizacién de América, por el simple hecho que tales cor- batas no existen aun siendo posteriores a los hechos anteriormente citados. Es cierto que los grandes capitanes de la conquista, Cortés, Pizarro, Valdivia etc... tenian experiencia militar. Incluso un vete- rano Hernén Cortés acompaiié al emperador Carlos en el fracasado intento de conquista de Argel en 1540. Pero la realidad es que las hazafias en México, Perti, Centroamérica etc... fueron ‘obra de particulares sin participaci6n de uni- dades militares regulares, Por ejemplo, en su asombrosa conquista de México, a Cortés le acompafiaron unos 500 soldados, mimero exiguo en comparacién con Ia plantilla te6- tica de un tercio de infanteria. También es verdad que en 1603, y debido a la extrema belicosidad y resistencia ofre- cida por los indios araucanos, se dicté una Real Cédula por parte de Felipe III con la idea de crear el Real Ejército de Chile con una fuerza aproximada de 2.000 hombres encuadrados en varias compaiifas de infan- teria y caballeria. Una unidad que debié haberse creado fue el Batall6n de Infanterfa Fijo de Santiago de Chile, en 1654. Su origen se puede trazar al Tercio de Escolares de Santiago, creado en 1589. En realidad fue una unidad de milicias que junto con otras similares y las guardias de los virreyes fueron las encargadas de mantener la soberanfa espafiola en esa zona de América. Hubo que esperar a las reformas borbé- nicas para mediante la Real Cédula de abril, conocida como Real Placarte de 1703, se ejecutaran, y atin lentamente, de manera efectiva las medidas necesarias para crear unidades militares en América. La defensa de las Indias se bas en tres tipos de unidades militares: regimientos y batallones veteranos (incluidos los fijos), unidades expedicionarias y las milicias. Los regimientos fijos estaban situados en aque- Ios puntos en que la Corona estimaba que era necesaria la presencia permanente de unidades militares por la importancia del enclave. Se les lamaba fijos porque no podian rotar por distintas zonas, mante- niendo siempre el nicleo de su fuerza en la plaza ordenada. Por supuesto, esto era la teorfa, pues la realidad marcaba necesidades que habfa que atender. El resto de forma- ciones podian, y asf se hacia en realidad, ir variando su zona de despliegue en virtud de Jas amenazas al territorio. La primera unidad militar en América fue el Batallén Fijo de la Habana, creado en 1718 y convertido en regimiento en 1753. Su origen primigenio es todavia més antiguo, pues puede citar como su antecesora otra unidad de ciudadanos que tomaban las armas para defender la isla de Cuba, como fueron Jas Compaiifas de Infanteria de la Habana de 1515. @ x Estos batallones y regimientos fueron extendigndose en un primer momento sobre todo en la zona del Caribe, donde la exis- tencia de una red de fortificaciones debido a la tradicional amenaza britanica, francesa y holandesa hacia mas fécil el establecimiento de estas fuerzas A las unidades veteranas habria que afladir las compafifas presidiales, que eran pequeiias unidades situadas en el interior de las provincias y cuyo objetivo no era la defensa contra otras potencias europeas, sino contra las tribus indias que habitaban la fron- tera, aunque en realidad tuvieron que enfren- tarse més de una vez a ingleses y franceses que apoyaban a los indios en su lucha contra Io les. Tuvieron su origen a mediados del siglo XVI, siendo sus integrantes en un primer momento como en el Caribe, los pro- pios habitantes de los asentamientos. Sin duda, los més famosos soldados que for- maron parte de las tropas presidiales fueron los legendarios dragones de Cuera, que desde su aparicién a mediados del siglo XVIII mantuvieron la seguridad y la soberania espafiola en gran parte de lo que hoy son los Estados Unidos de Norteamérica. Las unidades expedicionarias eran aque- las que se enviaban de manera més 0 menos temporal desde la Peninsula. Las dificultades para el reclutamiento en América eran mayores que en Europa, lo que obligaba al envio de tropas veteranas para completar las unidades alli establecidas. En muchas oca- siones, tras desaparecer la amenaza que motivaba el envio de dichas tropas, parte de sus componentes quedaban en América para completar las unidades ya existentes alli. Se deben considerar dos tipos de milici las regladas o provinciales (también Ila- madas disciplinadas) y las urbanas 0 locales. Las primeras no contaron al principio con buena fama y sus participantes eran alistados Regimiento Fijo de Infanteria de Puerto Rico. en muchas ocasiones por la necesidad de la defensa ante un enemigo exterior, aunque con el paso del tiempo fueron cobrando mayor protagonismo. La posibilidad de acceder al fuero” militar (varios en realidad, segtin las distintas unidades militares) supuso un poderoso acicate para el miento, pues los sujetos a ese fuero podfan ser juzgados con leyes y jueces particulares, Jo que te6ricamente era més ventajoso que la Justicia ordinaria; eso y cierto tipo de exen- ciones fiscales animaron a muchas personas a encuadrarse en esas unidades. Otro de los factores fue el de la promo- cién social. Un oficial, aunque fuera de la milicia, tendrfa mayores posibilidades de éxito en los negocios que un civil. También fue sin duda un modo de proporcionar un sis- tema de integracién, sobre todo con las uni- dades de “pardos y morenos”. ‘nuforme Cb « laPaaa Geek x

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