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BIBLIOTECA NACIONAL DE HONDURAS CARLOS WILFREDO MALDONADO. CaPiTULO I: Instalacién de la Biblioteca Nacional Varios han sido los momentos por los que ha pasado la historia de la Biblioteca Nacional de Honduras: un primer momento seria el de su creacién, como parte de la politica nacionalista del gobierno de Marco Aurelio Soto', que habia iniciado una serie de obras de cardcter econd: mico a la ver que culturales, tendentes al progreso material del pais. Di- cho mandatario, como paso fundamental hacia el progreso cultural, con- solidé la hacienda publica, lo que permitié codificar y legislar con una base sdlida. Paso fundamental en este sentido fue la promulgacién del Cé- digo de Instruccién Publica de 1882. Marco Aurelio Soto, en su mensaje presidencial de fines de 18792, nos habla en lo referente a la Instruccién Publica en estos términos: «Los pue- blos que se instruyen i educan son necesariamente pacificos, pregresis- tas, ricos y dichosos...»°, Frases que encierran sus propésitos y de su go- bierno. En el dicho mensaje no se refiere a la futura creacién de la Bi- blioteca y Archivo Nacionales, quizds por lo delicado del traslado de los documentos de Comayagua, capital en ese momento de Honduras, a Te- gucigalpa, destinados al Archivo Nacional', Aunque no podemos hablar de antecedentes de la Biblioteca Nacio- nal, si es factible hacerlo de una serie de Bibliotecas de diferentes Insti- } Presidente de Honduras 1876-1880, 1880-1883. ® Mensaje que el Presidente Constitucional de Honduras, Doctor Marco Aurelio Soto, «dirijio» al Congreso Ordinario de la Reptiblica solemnemente instalado el dia 9 de mar- 20 de 1879. Tegucigalpa. Tipografia Nacional. 5 Idem p. 12. * La antigua capital de Honduras se encontraba en Comayagua siendo trasladada, «por el momento», a Tegucigalpa en 1880, el mismo afto de instalacién de la Biblioteca y Archivo. 268 B. ANABAD, XLII (1992), NUM. 3-4 tuciones del pais, como la de la Universidad (que sirvié de base a la fu tura Biblioteca Nacional). Ademas, si hemos de pensar que detrds de cada hombre ilustre hay una Biblioteca, eso podriamos afirmar de muchos hombres publicos del pais. El establecimiento de la Biblioteca Nacional de Honduras se da por Acuerdo de la Secretaria de Instruccién Publica, del 11 de febrero de 1880, y que estaria bajo la direccién del Presbitero Antonio Ramon Va- llejo y que funcionaria en los locales de la Universidad de Honduras, con un presupuesto anual de $ 1.000.00 pesos y bajo la inspeccién de la mis ma Secretaria de Estado’. En el presupuesto de la Biblioteca y Archivo no se contemplaron los sueldos, por lo que en Acuerdo del 7 de junio de 1880 se le concede al Dr. Vallejo $ 100.00 pesos mensuales, con el cargo de Bibliotecario y Ar, chivero Nacional!, El mismo Dr. Vallejo, en su Anuario Estadistico’, menciona las si- guientes fuentes de la Biblioteca Nacional: — Volamenes de la Biblioteca de la Universidad 133, — Donacién de Marco Aurelio Soto 309 — Obras que se recibieron del Ministerio de Gobierno 7 — Anales, boletines y memorias de la Universidad de Chile {recibi das en 1873, de dicho gobierno). = Con este humilde fondo bibliografico se inaugura la Biblioteca Nacio. nal de Honduras el 27 de agosto de 1880, fecha en que se conmemoraba el IV Aniversario del ascenso al poder de Marco Aurelio Soto. La Insti tucién crecié relativamente, ya que el Dr. Vallejo da cuenta de que para el afio de 1889 la Biblioteca contaba con 1.949 volimenes y 659 folletos. CAPITULO I: Un nuevo edificio para la Biblioteca Nacional Entre los aftos de 1883 y 1891 gobierna el pais el General Luis Bo gran, quien, a diferencia de su predecesor, tuvo que enfrentar varias re- beliones y su participacién en una campaiia general en Centro América, como fue la de 1885°. > La Gaceta: Periddico Oficial de la Reptiblica de Honduras, 7* Serie, 24 de marzo de 1880, muimero 69. ° La Gaceta: Periddico Oficial de la Reptiblica de Honduras. 8 Serie, 24 de junio de 1880, ntimero 79. ? Vallejo, Antonio R. Primer Anuario Estadistico: correspondiente al ato de 1889. Te gucigalpa. Tipografia Nacional, 1893 *La Campaiia de 1885 tenia como fin la unidad de Centro América por medio de las armas. BIBLIOTECA NACIONAL DE HONDURAS 269 Pero, mientras-estos sucesos politicos y militares acontecian, en el or- den cultural nace una nueva Institucién, como lo fue la «Academia Cien- tifico-Literaria de Hondurasp®, instalada en 1888, contando entre sus aca: démicos al mismo Presidente de la Republica, al rector de la Universidad y varios intelectuales de aquella época. Esta institucién en cierta manera reemplaza la relevancia de Ja Biblioteca Nacional, trasladada en 1889 a la casa Consistorial de Tegucigalpa. Nuevamente se pierde la noticia de la Biblioteca Nacional hasta las memorias de gobierno de 1898 a 1899", en la que se informa de un total de 6.158 vohimenes en existencia, habiendo recibido durante ese afio la cantidad de 121 obras. Quizds este silencio de la Institucién se halla originado por las cons. tantes sublevaciones y guerras civiles de la época, y por la prioridad dada al Archivo Nacional de Honduras, ubicado en el mismo edificio y bajo Ja direccién de una misma persona, que acata las disposiciones del Secre- tario de Instruccién Publica. La situacién no podia ser més lamentable, ya que en la memoria de 1895-1896" nos informa el Director Interino del Instituto Nacional que el Archivo de esa institucién estaba depositado en la Biblioteca Nacional y que la Biblioteca del mismo centro se nutrié con libros provenientes de la Biblioteca Nacional. El vaclo que se nos presenta entre 1899 y 1904 no lo hemos podido lenar, debido a Ja falta de informacién en estos afios. Pero conjeturando se puede decir que la misma estaba en un punto muerto, que se explica por lo dicho y lo que diremos en el siguiente capitulo. CAPITULO III: Se reinagura la Biblioteca Nacional de Honduras Para el afio de 1903 asciende al gobierno de la nacién el General Ma- nuel Bonilla, cuyo aporte nacionalista impulsa’ distintas obras, como el Teatro Nacional, ademas de darle un nuevo repunte a la Biblioteca Nacio- nal. El 10 de noviembre de 1904 entra en circulacién el primer numero ° Esta Institucién estaba contemplada en el Cédigo de Instruccién Publica de 1882, en el Capitulo XX. Sierra, Terencio. Mensaje del Presidente de la Reptiblica: Constestacién del Con- greso y memorias de los Secretarios de Estado, referente a los actos del Poder Ejecutivo durante cl afio econémico de 1898 a 1899, Tipografia Nacional, Tegucigalpa, 1900, p. 175. © Bonilla, Policarpo. Mensaje del Presidente de la Repiiblica: Contestacién del Con. greso y memorias de los Secretarios de Estado, referentes a los actos del poder ejecutivo, durante el afio cconémico de 1895 a 1896, Tipografia Nacional, Tegucigalpa, 1897. 270 B, ANABAD, XLII (1992), NUM. 3-4 de la «Revista del Archivo y Biblioteca Nacionales de Honduras»; asi se inicia la época que podriamos llamar de Oro de la Biblioteca Nacional de Honduras. En éste se anunciaban los trabajos de transformacién y la reinstalacién en un «..nuevo y bello edificio que el actual Gobierno ha mandado reconstruir...»!2, Ademas se menciona en el mismo el abando- no en que se encontraba la Biblioteca Nacional, aparte de la falta de cla- sificacion del material, que estaba amontonado. Se anunciaba también la publicacion del catalogo metédico de la Biblioteca Nacional’, verdadero esfuerzo por darle una utilidad practica a la Biblioteca, por medio de una clasificacién sistematica en temas y materias que se verd en el capitulo dedicado a los sistemas de clasificacién. EI nuevo edificio de la Biblioteca Nacional se encontraba préximo a la Casa Presidencial frente al edificio que ocupaba la Casa Uhler'*. Este fue inaugurado el dia 1 de marzo de 1906, inauguracién a la que asistié el General Manuel Bonilla en persona, en cuya ceremonia se develaron varios Bustos de ilustres de la Reptblica’’, La vida de la Biblioteca Nacional la podemos medir a partir de la pu- blicacion de la Revista del Archivo y Biblioteca Nacionales de Honduras, que comienza en 1904 y se detiene en 1909, publicando 5 Tomos bajo la direccién de don Esteban Guardiola. En el afio de 1910 se da el primer reglamento de la Biblioteca Nacio- nal de Honduras, que dictamina sobre su uso, sobre las funciones del per: sonal que laboraba en la Biblioteca, estipulando que lla «..cs un esta blecimiento puiblico que tiene por objeto proporcionar a los que a ella concurran los libros que descen consultar y los datos bibliograficos que ellos soliciten...»'6 En la memoria de Instruccion Publica de 1911 se nos habla de un mo- vimiento de 3.045 lectores, de la apertura del servicio nocturno de prés tamo de libros y de la existencia de 7.000 vohimenes (afio de 1911)”. Para el afio de 1914, se habla de 8.642 usuarios, divididos en 3.814 diurnos y 4.828 nocturnos, y se habla del problema de la estanteria, que es insuficiente para albergar los casi 14.000 voltimenes que tenia en ese 1 Biblioteca Nacional. Revista dei Archivo y Biblictecas Nacionales de Honduras, Tomo 1, 10 de noviembre de 1904, N° 1, p. 21 8 Catalo Metédico de la Biblioteca Nacional. Tipografia Nacional, Tegucigalpa, 1906. \ Casa comercial de inmigrantes Alemanes. ' Inauguracién de la Biblioteca Nacional. Revista del Archivo y Biblioteca Nacionales de Honduras, Tomo Hi, 25 de marzo de 1906, N° 10, p. 307 2 Reglamento Interior de la Biblioteca Nacional de Honduras, 18 de octubre de 1910. Hoja Volante. Memoria: Instruccién Publica. Dr. Vicente Mejia Colindres al Congreso Nacional Tipografia Nacional, Tegucigalfa, 1911. p. XXVI. : BIBLIOTECA NACIONAL DE HONDURAS 271 momento, con un ingréso de 1.814 voltimenes, casi la mayoria compra- dos'’. En el afio de 1915 la Biblioteca Nacional recibio una visita de 10.434 Iectores, consultando principalmente obras de: Filosofia y Bellas Artes, Historia y Ciencias Auxiliares, Ciencias Médicas y Ciencias Matematicas, Fisicas y Naturales. Es preocupacién en ese momento el local que es in- suficiente, tanto para usuarios como para fondos Bibliograficos y se ha- bla de la necesidad de un nuevo edificio”’. Al siguiente afio el numero de lectores disminuye a 8.680, teniendo un presupuesto la Institucién de $ 3.180,00 pesos”, Se tiene noticias de la Biblioteca para el afio de 1920, revelando que la cantidad de lectores habia bajado sustancialmente a 4.889 hondurefios y 10 extranjeros, notificandose la agregacién a este establecimiento del Archivo Nacional, ahora como parte de la Secretaria de Instruccién Pu- blica, teniendo ambas un solo Director y un mismo personal"! %, Los sucesos politicos que siguieron a estos afios no permiten conocer la vida de la institucién entre 1921 y 1925. Para el afio de 1926, en las memorias referidas, se habla de una pérdida de fondos Bibliogrdficos con- siderable, pues se computan 10.998 libros en existencia, frente a, los 14.000 libros de 1914%5, En el siguiente afio los usuarios que visitaron la Biblioteca Nacional ascendieron a 12.424, ademas de reaparecer en ese afio de nuevo la Revista del Archivo y Biblioteca Nacionales, nada mas que como érgano de divulgacién de la Sociedad de Geografia ¢ Historia de Honduras. Al siguiente afio es sorprendente la cantidad de usuarios de la Biblio- teca: 28.486 hondurefios y 162 extranjeros, urgiendo para la misma una ampliacién fisica. Se solicitan también de la Tipografia del Estado 100 ejemplares de obras impresas para uso de canje con el extranjero™. 1* Memoria: Instruccién Publica. Por Ley Licenciado don Esteban Guardiola, Presen- tada al Congreso Nacional. Tegucigalpa 1915, p. 59. '® Memoria: Instruccién Publica. Doctor Silverio Lainez, presentada al Congreso Na- cional 1915-1916. Tipografia Nacional. Tegucigalpa, 1916, p. 26. ® Memoria: Instruccién Piiblica presentada al Congreso Nacional 1916-1917. Tipo- grafia Nacional, Tegucigalpa, 1917, p. 22. * Memoria: Instruccién Pablica, Licenciado don Federico C. Canales, ditigida al Con- greso Nacional, 1920-1921. Tipografia Nacional. Tegucigalpa, 1922, p. 22. ® Este estaba bajo la dependencia de la Secretaria de Gobernacién y Justicia. * Memoria presentada al Congreso Nacional por el Secretario de Estado en el Des. pacho de Instruccién Publica, 1925-1926, Tipografia Nacional, Tegucigalpa, 1927, p. 19-20. * Memoria presentada al Congreso Nacional por el Secretario de Estado en el des pacho de Instruccién Publica por el doctor don Celeo Dévila, 1928-1929. Tipografia Na cional, Tegucigalpa, 1980, p. 22.23. 272 B. ANABAD, XLII (1992), NUM. 3-4 Las reflexiones que se hacen en la memoria del siguiente afio (1928), son muy interesantes, ya que sugieren que el Director de la Biblioteca Na’ cional debe ser el Director General de las Bibliotecas del pais (publicas, privadas y escolares), debido a que la Biblioteca constituye un poderoso auxiliar de la educacién gratuita®®. Fue preocupacién de aquellos afios el tener un auxiliar preciso para prestar servicio debidamente, como eran los catdlogos en el afio de 1931-32. Se terminan los catdlogos adicionales del de 1906, sobre Juris prudencia, Ciencias Politicas y Sociales, Medicina, Pedagogia y Literatu- ra, que contenian 3.622 vohimenes. Informa ademas de 7.876 usuarios y un inventario valorado en Lps. 80.276,00°", Haciendo una reflexién general sobre estos afios, se puede decir que la preocupacién fundamental fue la relacién de la Biblioteca a nivel in- ternacional por medio del canje, ademas de algunas insinuaciones en po- litica bibliotecaria que no Ilegaron a cuajar. El encauzamiento a una Bi blioteca Nacional, con fines netamente nacionales, se dio bajo la politica bibliotecaria del Ingenicro Miguel Angel Ramos, que tratard el siguiente capitulo. CaPiTULO IV: Hacia un Indice de la Bibliografia Nacional Don Augusto C. Bustillo R., en su reseia histérica de la Biblioteca Na- cional, habla de la eleccion de Miguel Angel Ramos como el «...que a nuestro parecer fue acertadisimo...»”. Aunque extenderme en detalle en los 15 afios que estuvo al frente de Ia institucion seria prolijo, enunciaré algunos datos interesantes. Durante los afios de su gestién el intercambio con el extranjero fue muy grande, teniendo en el afio de 1942, por ejemplo, intercambio con 24 paises de América y Europa. Otra obra de difusién importante fue el «Boletin de la Biblioteca y Archivo Nacionales», de 1942, dedicada a difundir aspec- tos patrios de Honduras. La preocupacién del Ingenicro Ramos por la preservacién de las colecciones de Autores hondurefios lo Hevé a tener * Memoria presentada al Congreso Nacional por el Secretario de Estado encargado del Despacho de Instruccisn Piiblica, Doctor don Rodolfo Pineda Galindo, 1929-1930. Ti pografia Nacional, Tegucigalpa, 1931, p. 21-2 * Memoria presentada al Congreso Nacional por el Secretario de Estado en el Des pacho de Instruccién Piiblica. Doctor Salvador Corleto, 1931-1932. Tipografia Nacional, ‘Tegucigalpa, 1933. * Bustillo, Augusto C. Resetia histérica de la fundacién y organizacion de Ja Biblio. teca y Archivo Nacionales. «Revista del Archivo y Biblioteca Nacionales. Tomo XIX, N° 6, di ciembre de 1940, p. 346. BIBLIOTECA NACIONAL DE HONDURAS 273 especial celo por estas obras, legando a tener una respetable coleccién la Biblioteca de ellas®*. Un problema mencionado por Ramos fue el referente al espacio fisi co y que en 1952 es resuelto parcialmente con la compra de una casa con- tigua a la Biblioteca Nacional. Por estos afios el personal de la Biblioteca consistia en: Un Sub Director, dos Bibliotecarios, un encuadenador yun portero. Empieza la Biblioteca Nacional en el afio de 1955 a funcionar con su propio director (Carlos F. Somoza), aunque la separacién se habia efec- tuado desde el 16 de junio de 1949. Lastimosamente para fines del presente trabajo, no se ha podido con. sultar las memorias de Educacién Publica, desde 1952 a 1958, informan- donos la de 1959 de las actividades de catalogacién por medio de fiche- ros especiales y de la division de los servicios de la Biblioteca de la si- guiente manera: 1. Direccién y secretaria. 2. Bibliotecarios Diurnos, y encargados de control de entrada de li- bros y revistas. 8. Bibliotecarios nocturnos. 4. Departamento de Canje, encargado de clasificacién de periédicos y revistas. 5. Departamento de catalogacién de libros y folletos. Menciona para este afio la existencia de 25.668 libros en Espajiol, In- glés, Francés y Portugués”. En el afio de 1963, la Biblioteca y Archivo Nacionales de Honduras se trasladan al edificio que actualmente ocupan. Este edificio se conside- ra la casa donde nacié el General Francisco Morazan®°. La profesionalizacién de los Bibliotecarios de la Biblioteca Nacional se emprendié desde febrero de 1967, por acuerdo N° 954, a través de un curso de «Bibliotecologia y Archivistican, dictado por el seftor Pedro Oso- tio Coello*!. Otra de las actividades importantes de la Biblioteca Nacio- nal fue la de convertirse en un centro para actividades culturales: como exposiciones de pinturas, conferencias, premios literarios, etc., todas es- tas durante Ia gestién administrativa de Don Gilberto Trochez. Prueba de esto es el ntimero de usuarios asistentes a la Biblioteca, como el de 1970, con 40.110 lectores. *5 Informes de la Secretaria de Educacién Piiblica de varios afios. * Informe presentado al Congreso Nacional por el Ministro de Educacién Publica, 1959, p. 80. *° Précer hondurefio de la Independencia, nacido en 1792 y fallecido en 1849. * Informe que el Ministerio de Educacién Publica presenta al Congreso Nacional de la Reptiblica de Honduras en sus sesiones ordinarias de 1968, p. 106. 274 B. ANABAD, XLII (1992), NUM. 3-4 El 23 de junio de 1975, por decreto N° 234, la Biblioteca y Archivo Nacionales pasan a formar parte de la Secretaria de Cultura y Turismo ¢ Informacién (SECTIN), siendo ya un hecho desde el 1 de enero de 1976. Durante la administracién de Luis Roberto Castellanos, en la Biblio- teca, se busca ¢l mejoramiento de los ficheros y sistema de clasificacién con nuevas ediciones; se hace el primer manual de Organizacién de la Bi- blioteca Nacional de Honduras, de 1984, que habla de los departamen. tos de la Biblioteca y de las responsabilidades y deberes de sus empleados. En la actualidad, haciendo una breve resefia sin entrar en detalles, la preocupacion de los dos tiltimos directores ha sido la de enriquecer y pre- servar la coleccién bibliografica nacional, como objetivo principal de la Biblioteca Nacional, auxiliados grandemente por el indice Bibliografico Nacional de don Miguel Angel Garcia (publicado en 1973), y, por supues- to, la profesionalizacién de sus empleados a falta de una carrera biblio- tecoldgica en nuestro pais. Los planes de desarrollo fisico de la Biblioteca Nacional de Honduras estén en proyecto, mediante la construccién de un nuevo edificio en el «Centro Civico Gubernamental», ubicado en la colonia Miraflores de Te- gucigalpa, Honduras. Paso importante de la presente administracién es la afiliacién con la Asociacién de Bibliotecas Nacionales de Iberoaméri-a (ABINIA), como fir- mante en el acta constitutiva. De este importante acontecimiento se es- pera sacar provecho en el mejoramiento técnico y cientifico de nuestra Biblioteca Nacional de Honduras. CAPITULO V: Directores de la Biblioteca Nacional El listado que a continuacién se presenta corresponde a dos etapas: la primera cuando tanto el Archivo Nacional y Biblioteca Nacional de Honduras funcionaban bajo una sola direccidn, y la segunda cuando la Biblioteca Nacional funciona con su propio director. 1. Doctor y Presbitero Antonio Ramén Vallejo 1880-1889 2. Licenciados Fernando C. Quintanilla y José Maria Pérez 1889-1893 3. Licenciado José Inés Navarro 1894-1897 4. Doctor Jerénimo José Reina 1897-1899 5. Rafael Bermmidez Castro 1899-1900 Ministerio de Cultura y Turismo. Direccién General de Cultura. Datos sobre la his. toria de la Biblioteca Nacional de Honduras, 1880-1983. Mimeografiado, Tegucigalpa, 1983.

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