You are on page 1of 26
Sor Juana Inds P,. ~ Pr CHCKIO. SUCHO xy olros lexles Editorial Losada Buenos Aires Porras HisraxontifRcasos De Avi 8 Ho 1 ediciny Septcrre 1008 © Fairaral Losubs 8. Moreno $362, Tacion Aros, Deswibucicn: Capital Federal: Vaearo SSncicz, Moseno 70-9" piso (1091) Capital Fee, Buenos Aizen, Argentine Interon: Dixnbnidorn Bertin, Av Veer Sa eld 1950 (1985) Capital Fede, Buenos Aizex, A Tada le elise tno, Bateckona, Espana ISBN: 9500315008 Hecho el depeito que marca la ley 1723 Mates ycarseteriicna grins eegatradaa en Ta cna de Patentesy Marent de Ia Nacson Tunprenoen Argentina - Pinte in Argentine Estudio protiminar Susana Zanctti Lanave sua es ln nave que sia zorobras ha sabido how liar procelosys escilassiendo estilo, al paso que confusién, la heroicidad, cuantos aspia fom por st laurel Una mar fit enafusinem El clogio del epigrafe debido a fray Juan Silves re! incluido en cl segundo volumen de las obras de sor Juana, confirma auispiciosn una dificil y excepcio- al travesia vital, que por es0s afios se revierte doloro- ssamente: el derrotero de fa nave por “procetosas esci- Jas" culmina en derrota, lucge de conflictos que, sin ‘duidas, conacieron eseasos momentos de sasiego. Dos preguntas de sor Juana parecieran conden- ssir los jes encontrados de alabanza y coercion en que discurri su vida, al tiempo que encubren su vor Nantad de ditigir el timén que la guia: “Qué migicas Musiones/ de los Indios herbolarios/ de mi Patria, tonite mis lettas/ cl hechizo derramaron?” y la del so- 1 Tomo el epigeae de la etn de Georgina Sabat de Risers ditando a sor juanas en Jubo Ortega 7 Jose Amor y Vazquez, compas Conga y cntecongasea; La mente del Nuevo Munda, México, El Colegio de Menicn, 1994, p08. lala toma asu yez Ai as pieliminanes del Segue volimen de ls bros te car Ju. Itiedtado en Sevilla en 1982. 'D Los reso son del roatance “En reconociniento a st inim tables Phin de la oaropa, que hicieron wayores sus Obras com fis elogion que no s¢ hall acabado". Gro por la ediebn de A Méndez Paneare, s 1p. 160 7 neto “En perseguirme Mundo, qué interesas?™. Este stjeto que se finge pasiva, stbe de los riesgas que la cseritura causante del elogio engendra: “El discurso es un accro/ que sirve por ambos cabos:/ de dar muerte, por la punta./ por el pomo, de resguardo”* Se valié cle este resguardo para prescrvar el ejereicio de ss woeacién, a tavés de una tarea autorreflesiva @ontinua sobre su escritura (*Nucturna, mas no for nesta,/ de noche mi pluma eseribe,”}" que diseia un biografia intelectual tiniea en el mando hispanoh- bante del siglo xvit, en la cual ese sujeto femenino in- terviene en Ia Nicha por el poder interpretativo, co- mo bien analiza Jean Franco, adentrandose en tos de- ‘minios piblicos del discurso, mediante diversas estr tegias, entre las que se destaca ungujeto de entin in miltiple, cuya movilidad sinibotica le posi IGOR ycero,Base yrect. Los textos decor just fit se enuncan ese yooes meutras, masc tmoninas, ya vooss, copeciaimente en foe villmelcos, fama de la dimensin intelectual yiterara de sor Juana, corroborada por bes muchss ediciones Ge st obra en ina epoca Ge diff acceso ala pub cin cao oa prota suhgidaa deta Cond Gon de mijer —-y de monje, que desembocaron tla reuundia al Conocrwicutoy a ta coitus, y > guramente accleraron su muerte. Los avatares CI endo fos ejessenalaos, dejan en la sonra referen 5 Len versoy son del pocmia situa “Acuss ia hideopesta tnucha eiencia pe tee inl aum para saber, y nociva para ¥ Wins incido en Dandactn Caddie yen nucsea anologia i Lavclta pertenece al romance tiulady "No habiendo lage fo a tarde Wer al seftor vrey- marques de la Laguna, que a> las Vigeras del convent ke escribi6 exe romance” de Tinoco Cada, Co por 8 edieion de Georgina Sabat de Re vers ccias puntuales y detalles del proceso, pero desde los “aportes pioneros de Dorathy Schons hasta el recien- te hallargo Ge la Carta de Monierre,> se han desvanie- ido las interpretaciones demasiado divergentes s0- bre el mismo. Con “las plumas”, “instrumentos de mi ‘oficio” buses definie in espacio para sf en uy mun= cultural colonial, premoderno, marcadamente es Hiintelectualista v masculino, como bien spresin Manuel Durin y Octavio Paz: “Lo que de- bio preocupar a los enemigos ce sor Juana no se ex: ‘euentra, en rigor, claramente expresada en ningtin texto poético de la poctisa; x halla difuso a lo largo’ del Primero sueioy de ka Respuesta y 0 definir, porque se trata ante todo na de ideas concre- asa Ins que la Iglesia hubiera podide oponerse sino de una adtitud especial, muy poco comin en sv tiem po, ante la cual los pensudores y teélogos no sabian ‘ie como reaccionawy’pero'de Ia-que descor fiistintivamente*? “La palabra de sor frente a una prohibicion; esa prohibiciin se sustenta en una ortedoxia, encarnada en una burocracia de 5 Véase Dorey Schone, “Some bibliographical notes on sor Juma Ings ele In Cre” on Deano the Unvetyof Tina Tena 1928, "Some ebscure pointe the Hie uf sr ams nl a Crue” en Modern Pho vol 334, 1996 spars lografia de Sor Juana” ew Coniemporineas ‘Nees eter de Sr fase, Méico, 1994. La “Carta de Bonner rey" fae Sewubieta por Aurelane Tapia Ménder en la Biblloreca del Se tninario Arguidiocesano de Monterrey cn abril de 1980. Vease (Carta de srs os cde a Cares conf: atten epi IMésico, Universidad de Nuevo Lev, 1986 Verses del yormance En que responce, con dscreetin scostsnarada (4 Conese ti Gran que le habia exer Ror fuance "A ws, Mejieana Nusa: expresael nombre del Cabs lero Peruano que la a.ande, inchs en estes antag 7. Manuel Dura, “ dear intlectal de tor Juana y ela Lintetecualiano bispamico" em Credarues Amacuing 14, jbo onto de 1968, y. 280 prelados y jueces. [...] Su decir nos Ieva.a lo que no se puede decir, éste 2 una ortodoxia, Ia ortodoxia a un tribunal y el tribunal a una sentencia.™ En 1651, quizis en 1648 en la alqueria de San Miguel de Nepantla, a poco mis de 50 km de la ciu= dad de México, nacié Juana Ramirez, hija natural (co- ‘mo sus otros cinco hermanos) de la criotla y analfabe- ta Isibel Ramirez cle Santillana y cel espaitol Manuel de Ashaje.!" Luego deaprender a leer a escondidas de sumatire, encuentra en la biblioteca del abuelo ma- terno sus primeros maestros *mudos’, los libros, s¢- gan cuenta en la Respuesta de la pootisa a la muy lustre sor Pilotea de la Cruz, ela que agrega otros datos acer cca de su afiin'de conocer, esa merced divina que “me 8 Getavio Pa. Ser Juan 6 Las amps eI fe México, Fondo te Galtura Heonmici, 981. p. Ts 9 Lafecna de nacimienta se 12 de neviemre ce 1S3L es del Padre Cale; de 164M prosione del deseabrimienta den cor fiieado de baum, el Archivo Paroqural de Chimes, bhallado por Rommires Espaita, Comparta lis ravervas sabre ete do. ccumente apantadas por Georgina Sabat de River, en su edie ‘Sada de Pundacba Callide (sno bisiogeai), pp. 1012 0 Con bucr criterio, Marfa Luisa Feryenian dict Toe eno {ques patriarales de Octavin Paz en su Sofa o Lar tampas de Te fe FOtea ewestion topica del examen de Par es rinculacion ddesor Juana con st abucio materno substituto del padre ausen- ro. Eauiom que le dedique paginas y piyinasa la portanciade la aumeacin del pale y reaaclsa en algunos rere hes Ia felac6n de jana cont madre que —slesalando 4 8 epoca? two un coal de ses ios bastardos con dos jude di ferentes a a jar aue cigs wna hacienda en sin om cscs ‘mente hospiealana.-- Langues dela madre de Jans, Isabel snirer, es como teimos-— tringresorasTal ver, ana no se ho- Imologd al figura mascilina al querer entrar a unversicad Sino simplemente, sighi6 la huella desmtamadre que no parece Inaberte detenido a mediar si una mujer podia driv una hi cena: dimplomente lo hiro. La cts esce "Flosofas de cod inno Aceren del ferinismo ce sor Juana Ince de la Cre” en De ti, reo de 1995, SSE. say la primera luz de la raz6n’: “Acuérdome que en (508 Lem pos, sieacdo mi golosina Ta que es ordinaia fen aquella edad, me abstenia ée comer queso, por que ofa decir que hacia rudos, ¥ podia conmigo mas eldeseo de saber que cl de cor pd éste tan por leroso en los nifios. Tenicndo yo después como seis 0 siete aiios, y sabiencla ya leer y escribir, com todas las habilidades de labores y costuras que deprenden las ‘mujeres, oi decir que habia Universidad y eseuelas en {que se estudiaban las ciencias, en Méjieo: y a ‘64 cuando cmpecé a matar a mi madre con instantes inoporiunos ruegos sobre que, mudndome el tra- je, me inviase a Méjico [...} pata estudiar y eursar la Universidad ella no lo quiso hacer, ¢ hizo muy bien, pero yo despiqué el deseo en leer muchos libros wae Fios que tenia mi abuelo, sin que bastasen castigos ni represiones a estorbarlo™ ‘AG nia ye trastada a ta ciudad cle MéXiCo: a cae ‘0 de unos tios, y nego, cuando ya es virrey de la Nue- va Espaiia ef marqués de Mancera (1664-1673), ingre= ‘wala corte al scryicio de la virreina Leonor Garreto (Laura en sus poemas). Su primer bidgrato, el padre Diego Calleja, nos dice el deslumbramiento provocie do por su ingenio y saber." Nada sabemos, en cam- slo 1 Respuesta 12 El yocte € soe Jana, eat que spend latin en vine cciones ape deshutsbt eon ea cone nientosl conjnte de notables reunidos por el irrey mares de Mancera pare examina aor ana". yatesigna et soho Mav (quésque no cae en hnunmno juicio creer Fo que to, pcacice ac (hammer de glen nae defender de cs chalupas, le ‘nbrstcan aise desemburmeabe Juana fs dels rete, argemen tes rls, gue canes, wala un cls, propusron. Ou th, qué eerie, qu discs gud enor sexta ence pare tot Fata bhogratia se fncliye en Fee, yo ra eRe de Nein, Disa Me, Pre rome, ora Ind dla Cr Madr 1700. Micha proviene de Francie ta Mra, Sunn 1s de is Crus aniela atone, Mexico, as, WMD, p. 143 weaba su belleza (evid jo ya cra monja}, ni si jores durante sus aos en la corte, Es un enige ma dificil de resolver, pues si bien sor Juana escribio poesia amorosa, se ignora lus fechas de composicion de [os poemas y aulemis, la esética barroca no autori- a la Lectura biogrétfica, pues rechaza toda intenciéu confesional. Lo cierto es que en 1567 ingresa al co vento de San José de las Carmetitas Descalzas, «ue abandonaa los tres meses, quizas por el rigor de la or Hen, para prolesar definitxamente dos aftos mas ta: de en San Jerénimo, donde permanece hasta su muerte: Fn este convento sera contador y archivera. Les intereogan bio, de la atraccion que ac teen los rewatos two tacos mores, pero sar is demasiado a las cl la funda a las claras, qui Fas, ples no menciona ana biisqfieda de camino de perfeccidn, piadoso o de mortificacién, nin especial fervor religioso. Se distancia de la posibilidad de lle. gar a.santa © beata: “Entréme religios’, porque auc que conocia que tenia el estado cosas (de las acceso- Has hublo, no de las formals), muchas repugnantes ami genio, con todo, para la total negaciin que tenia al matrimonio, eralo menos desproporcionads y lo, mis decente que podia elegir en materia de la segurk- dad que descaba de mi salyacidn; a cuyo primer res peto (como al fin mis importante) cedieron y sujeta- ron la cerviz todas las impertinencillas ile mi genio, que era de querer vivir sola; de no querer tener oc. pacidn obligatoria que embarazase a libertad de mi ‘estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el so- segado aliento de mis libros." En esa sociedad pa- 8. Reaue., 248 lvlarcal hispénica, en ta que imperaba un ideal Feme- fino de sumision, modestia y respeto, de eastidad y piedad, el:matrimonio y sus obligaciones domeésticas Iitbiera entorpecido, y para nada autorizado, la dedi faei6n al estudio al que aspirubsa esta "asmjer docta”¢ \queyaen la corte exhiba sus inclinaciones al eonoei- Imignto ¥ a la erudicién, FI hallargo de la Carta de Monterrey, exrta probablemente hacia L682, atentia fl peso queen fa resolucion cle sor Juana d Abitos tuvo sweonfesor, Antonio Neiiez de Mi segiin testimonia su hidgrafor “madurd y athrevio cuanto pudo aquella entiada al conveato porque ha- bende conocido la diserecion y gracka en el hablar de Juana Inés, lo elevado de sa intencimicito yo singie lar de su erudicin junto con su no pequesia rchos que desearian conocerlay tendrian felicidad al cortejarla, solia decir que no pada envine Dios azote mayor a ‘aqueste reine, que si permitiese a Juana Inés se que- sura, atractivos todos a la cutiosidad de a bien a las claras las presiones que debio «jer- [eeheste poderoso personaje, confesor de los virreyes, ee dle la Inquisicién, cuya misoginia atestigua fo. Niticr de Miranda se retirara como con fesor para asumir de nuevo ese rol easi al final de la vida de sor Juana, y a pedi de ella 14 Véase Bearie Golornbi, ‘Novas para una mujer docs a |cto y exert em sor fra Inée de In Cro” om lta de les VE Jovnactas de Doesgatn dl Insite de Laterture Hispaenetane, fers Aes, Universidad, 1955. 15 Cito por Octavio Pac ob cit, p. 12. EL bidgraf de lle Miranda Miguel de Tore dice te éste aconseja “Com ls 2 en Tos os. Wo dere tocar esa La ostivo tae sit Meguma” CH fo yo, Vay sin er fan, 2 3 La ciudad de México fue el gran centro colonial espariol del siglo x01, El notable crecimiento econ’ ico de la Nucva Espatia entre 1590 y 1620, que mnar- ©6 el predominio en ln produceién y riqueza de los sectores criollos, se acompait6 con la exaltacién de México como espacio privilegiado, un Paraiso de eter ha primavera, cya importancia social, artistica y es. piritual ya ponia de relieve Bernardo de Balbuena en su Grandeza mexicana (1604) y que Carlos de Sigien- ray Géngora, letrado amigo de sor Juana, comienza aasociar en su Primavera fudiana!® con la elec vina, certificada por la aparicién de la Virgen de Gu dalupe n esa ciudad de México, celebrada por ka bella arquitectura barroca de palacios ¢ iglesias, los com ventes, ocupailos sobre todo en'Ta benelicencia y la enseiianza, cobraban especial relevancia. Em 1698 ha- bia 29 conventos de frailes y 22 dle mons. Las tigaciones en estos siltimos ais en parte han disuel- co ki consolidada imagen de excepeionalidad, y ash miento, que configuraba a sor Juana. También los es- tuudios acerea de los modos de vida de la mujer en la colonia y en México, Iran modificade la tes sobre In sujecion femenina econ6mica y sociak si bien son pocas ls fwentes diecias, pues pocas muje- res sabjan escribir (se earece de epistolarios, memo- ete), jicios, estamentos y otras materiales con- 16 Véace sobre ene ters Lalaye, Quitzlselly Guadetape a formecin dela concencia naconaien Méwen México, Fondo de Cal. tra Econ, 1977, 17 Véase sobre ln condicin femenina en la colonia y sobre la vies conventual: Arenal Electra y Stacey Schl, Ui ses Fis Dae Nx in thar en Whigs, Abuguerque, University of Now ‘Mexico, 1988; Benfiez, Fernando, Los denonis en el onvexia, Me 4 monjas, las letradas mas numerosas € importantes de a época, pero tal documentacién no aporta mucho, sobre la vida secular y se la sabe sometida al control de la Iglesia, casi siempre escrita por frailes que reci- ban contesiones o testimonios femeninos, y que per segufan fines edificantes o cjemplaizadores, como sucede con los relatos de las monjas misticas. Si es aatendible el reckamo de Concepeién Arenal sobre la necesidad de analizar las relaciones entre misticisino € intelectualidad, sigue en pie la sOledad de sor Jura. fa, pues como sefizla Marfa Isabel Santa Craz, sus textos proponen otro modelo femenino. or otra parte, sor Juana se diferencia claramen= te de lay monjas misticas (¥éase el aporte de Jean Franco), muchas veces parodiando sus biografias 0 testimonios, en los que abundan las visiones, las reve laciones o Tos éxtass. Las preocupaciones de ror Jua- uua/s0n ms Flosoficas que religiosa, y aslo evider Gin Prinero suet, la Respuesta y muchos poemas. De tllos solo waa pequeha parte son religiosos, de los ‘cuales los villancicns, destinads ala eelebracién, a la fiesta barroca que parece seducirla ya cuyo esplendor la obligan los patronazgos y la condicion de letrada, 1% destacan por su tone festivo ¥ 02050, por el hu- mor, alejados de Ia ascesis © la reconvenci6n. Si alg tno desuis poemas amorosos puede leerse “alo divino” icoy Ere, 1985; Franco, Jean, Plating Women Conder ant Rpresen {aon ow Messe, Nera York, Columbia Unies, 1080, Kste tex ha guido mis nota sobre Loe vinculos entre vor Juana y fas tons tc Tving, Leonaed, La epea htaca ene Mexia cb tnt México, Fondo de Galtora Economica, 1874; Johnson falc Greer, Women in Colonist Spanish, Ameren Later, Landes Greenwood Pros, 18 Asuncion Lavin, coor, Sonalidad yea rowenta ue Annie prdapinice, sighs stow, México, Geijae bho, 980% Josefina Mute, Culsa fneuna navoirgana, MEXICO, wot, 1982 5 —"Deténte sombra de mi bien esquivo”, segiin la bas tame convincemte interpretacién de Emil Volek—,!* ¢ cierto también que la poesia amorosa, comin en los clérigos, lamaba bastante la ateneién en una ‘monja, y asf To evidencian los titulos y otras explica- iones justficativas contenidas en las ediciones le sus ‘obras para sortear [a censurao ls extraneza. En gene- ral, sus poesias mas y motivos seculares, en las que azombra muchas veces Ia libertad de planteos, léxico, etc., co re en sus sitiras y epigramas. Es justamente la gracia| con que suele wamar erudicién, apologia y reveren Ga con la mencién de heehos o cireunstaneias come tues y familiares en lenguaje coloquial, la que da uno de sus tonas peculiares: Gracias a Dios, que ya no he de moler chocalate, ti me ha de moler a mi quien viniera a visitarme.#” La actividad intelectual y lnteraria de Sor Juana se desarroll6 al amparo del patronazgo de la corte y de la Iglesia, sorteanclo aus rivalidacles, como oeurria a muchos de los lotrados de entonces, Los villancicos ¥ parte de su restante poesia religiosa tiene que ver con su condicién de monja leuada. Tambien sus 3 tos saeramentales: EE Diviny Nari, escrito hacia 1688; probablemente representado hacia 1689 0 1690 18 Enil Volek, “Un soneto de sor Juana Inés de bs Crna "De tente sombra de mi bien enguie’ tn Gandernos Amacanan, 1979, pp. 19621 19. Cha del romance tiulado “Que resp al Caballero rccign Haga a Neva Es Romance “Bladres que haces chit nology si musa Poet yu Fe bin eacio incluido en nuestra (en Madrid; EX miatir def Sacramento, Sen Ermenagitda y El tro de José, ambos incluidos en el segundo tomo de ssus obras (1992). Bn el primero de ellos, el mas valio- so desde el punto de vista Titerario, se dlestaca aoa, por la originalidad tematica, que vincula el rito arte ea del “gran Dios de las Semillas” (en realidad Huitrie lopochli) con la Fuca Los textos cestinados 2 las virreyes y sus lias, revelan la destreza con. que supe moverse sor jua- ‘naen-el mundo cortesano y la proteecion que logra, ott Tos Manceta primero, y sobre todo con el suceso Toms Antonio de ki Cerda, marques de la Laguna, y eon su espost Marfa Luisa, condesa de Panedes, du: rante su permanencia en México (1680-1686) y luego de su regreso a Espa. La edicin a su cargo de las ‘obras de sor Juana, abultadas con maltiples respeta- bles elogios, e irvieron de respaldo en sus eontletos de Mexi La sor Juana invitada a participar, junto con los artistas mis destacados de ta ciudad, en la canteccién delosarcos triunfales con que s¢ recibirfa al nuevo vi rrey,el marques de la Laguta, gozalna ya de fama y ha alcanzado Ja ediciGn con los Villans de San Pe- dro (1677), su consagracién como poetisa en 1683, por lo menas, al ganar con os poemas en el Cera rifen’poético de la Universidad, organizado y editader pOrSigitenzs:v Gongora con el Utilo de Tun parte nica, en Toor de la Inmaculacka, Para ese especticule destinado a celebrar ol poder espaito, sor Juana com: pone el Aepuno alagénice, en tres partes (des en prose y la restante en verso). Aqui describe fos emblemas 1 que otorge al neva viercy las validades de sil 0, saiduria y imicad, valiéndose del titulo del mismo y del hecko de que la antigua capital acte- ‘ea se asentura en ua laguna. Sor Juana exhibe sus a destrerse on La vers ‘én y el habit amejo de complejos Lenguajes simbélicos. Seguramente durante todo este periode, y baja Ia protecci6n de los marqueses ce la Laguna, us poe mas civeulaton en copias manuscritas y se leian en Tas ternulias de 1a corte, como era habitual. As lo atesti= gua el acipite, entre otras datos, del soneto cedicato- nna del primer volumen de su obra, Fewadacin Casi fda: “A a excelentisima sefiora condesa de Paredes, rmarquesa de la Lag su excelencia ls pidio y pudo recoger sor Juana de muchas manos gh que estaban, no menos divididos {que exeondidos como tesor0, con otros que no cupo en el tiempo bnscarlos ni copiarios”. Bste patronazgo, ‘scena la condicién del letrado en las colo. as en su conjunto y en el periodo barro- recorta la sige cin de zor Juana en cuanto a la excepeionalidad de su figura, pies nadie aleanza su prestigio en la met poli y en las colonias americana. 1a ereciente complejidad de ba administra colonial junto con el desarrollo urbano, en el siglo xn, determinaron un considerable aumento del pe- ‘0 del letrado, tanto por su ndmeray ae Fades fAcOHen ln buroctcigg WT @OeNE To Iglesia, contribuyendo de mode wiotable al control so- cial ya la legitimacin de la autoridad por su manejo de les lenguajes simbslicos. En esa sociedad signada por el ubsolutisma realy la ortodxia de Ta Contrarre- forma, acentuados en América por el estatus colonial, Jos letrados marean su presencia como conjunio en certdmenes y academias, en Ta producciin cle obras y organizacisn de especticulos a cargo de la Iglesia y la corte, Como sefiala Octavio Paz, “Nueva Fspaia fae ‘una tipica sociedad de corte [...] La corte no s6lo tu- yo una influencia decisiva en la vida politica y adm 8 la corte no pedemos comprendcr ni Ia vida nila obra de sor Juana; no s6lo vivié en ella durante su primers juyentuc sino que su vida puede verse como la histo- ria de sus relacones a un tiempo inutimas, frigiles ¢ Coma tami » que fue ef modelo de fa vida social. Sin inesiables con cl pakcic virreinal” apunta el cscritor mexicano, la cultura de esta soc dad fue eminentemente verbal; as cuestiones ideolo _gicas se dirinyfan en ella a través del pilpito —Ios ser- mones—, la edtedra yl tertulins o las fiestas, donde ‘el teatro ocupaba un lugar de privilegio, Cerrado por Ta censura a kes nuevas ideas, este mundo letrado se desarrolla en un ambiente de luchas y postergacio- hes, acentuaclss por Ta distancia €on la metrépoliy [as rivalidades entre espaioles y criollos, entre el poder civil y el eclesisstico, propio de esta sociedad tmerte- mente dividida en castas, Los camascaramicatos cle sor Juana como sujeto, mas acentundos por sts condi ida de mujer, no son ajenos a la mayor‘a de Los k ddos coloniales, como puede verse en Sigitenza y Goa ‘gora, la figura mas importante ce las ciencias ames anas en el siglo xvi. Entre 1683 y 1689 sor Juana estrené dos ¢ome ‘Los enpeios de una casay Amor es nus laberinte, € ‘segunda jorniada escribié Juan de Guevara, Ambas \clufan loas y otras piezas breves intercaladas; sor Juana escribié 18 loas, textos breves para represcmtar “que abrian el “festejo", con el fit de indicar los moti: vos del mismo, para ganar el favor del piiblico, ade- as de dedicarse al halago de los virreyes. En general, y sin una consideracién detenida, Ia produccién tcatral novohispana se con mera Imitacion del teatro metropolitano, Las obras de sor 20 Gexavio Pax, ob cit, p42. » Juana estén abajadlas + partir de la vetuadicion de ppiezas del harroco espanol, peru apartandase de ellas y jugando can ese vinculo, como puede verse en Las ‘empoiis de una casa, Gita de Los empeiys de un acaso de Calderon, comedia de enredos que se aparta de los modelos Consagradlos en cuanto Ta protagonista, Leo nor, cs una mujer intelectual —se ha visio en ella ras. gos de la personalidad de Sor Juana, que se casi ido por ella Ademas, Leonor des eribe al hombge que ama con tonos y detalles propios del hombre que describe a una mujer, yen fa obra se invierte cl recurso (eatral habitual de la mujer que se distrava de hombre; aqui esel eriado Castaho, uno de los personajes mas singulares de Los enperios de tuna eas, quien se dishraza dle mujer. Amor es mds labo. into, vefimidicion de EL laberinto de Greta de Lope de Voga, estreniada para celebrar ef cumpleaitos del vi- Frey, conde de Galve, es yambién una comedia galan- te, enya accién se triskula a Ia Creta del Minotauro, ndo come personajes a Tese a, Ariadna En ambas se destacan el ingenio de las intriges y las situaciones de equivoco y enredo, ast como et disilo- ‘go chispeante y Ia puesta en escen de la cocina de la n teatral. El aval de la corte y la co a en la metrépoli, com ediciones y reediciones de su ‘obra cn Madtid y ours ciudades espafiolas®! —inicia- da en (589 por famulacién Castdlda, reeditwda en 1690— contuvieron o postergaron las presiones que con el hombre ele vlidacion de fa I Seg Georgina Saba de Rome hicieron ocho ediciones del primer wwhanen, drwudain Castle, Mods, 1680, Pe tna, Mae HM; Bircloma, 1691; Zaroxoza, 1602: Valen 1708 Fun segunda edcion en el minuto aos Maid 17141725, ‘Volum 2, Barcelon, 1083 (tres ediciones), Oba tia... Ma Ai 1715 L725, Vohanien 3, Fama y clas pastao., 170, vee fdas en Vises, 170. ater, OL, Madrid. 1714 y 1725, purlieran provacar el nombramiento come arzobispo le Mexico del jesuita Franciseo Aguiar y Seija, fraile fentregada : la caridad y a la mortificacion con azotes Yailicios, cnemigo de comedias y novelas tanto como fe las mujeres, a quicnes prohibia la entrada a su pa- facio bajo pena dle excomuniGn, De todos medos, sor Juana continué su trabajo inteleciual y de escri Fhasta 1690 con cierta ranqilidad. Ese aio se pu fanen o dos dle sus obras importante sacramental El Divina» Newcisoy la Carta Atenagéria, es decir, digna de Atenea, diose de la sabiduria, en la feual refuta el Serruie del Mandate sobre la mayor Line fat de Cristo, pronunciado por el célebre jesnita por: Ingués Antonio Vicyra en Lisboa hacia cincuenta ios. Es posible que tal publicacion tviera que ver ‘on las rivalidades entre Aguiar y Seijas, admirador de Vieyra, y el obispo de Puebla, Manuel Fernandez de Santa Gruz, quien edité la Carta Atenagirica (parece fytlesin saberlo sor Juana), acompafiada de una *Car- (adesor Filotea de la Cruz”, en Ia cual, bajo ta ma rade una monja Ie era posible atemperar el peso de su autoridad para reconvenitla por su dedicacion a [as letras profanas: “No es mi juicio tan austero censor {que esté mal con los versos —en que V. md. se ha vis# to tan celebrada—, después que Santa Teresa, el Nar Genceno y otras santos canonizaron con los suyos es ut habilidad; pero descara que les imitara, asi como fen el metro, también en la eleceién de los asuntos, [1 No pretends, segiin este dictamen, que V. md. nude el genio renunciando los libros, sino que le me jore, leyendo alguna ver el de Jesueristo. [...] Mucho tiempo ha gastado V. md, en el estudio de filésofos y poctas; ya sera razon que se perfecrionen los empleos ¥y que se mejoren los libros”: 22 Véase ta version completa en p. 255, Quirds sea la Carta Alenagérica el texto mas os de sor Juana, en cuanto avanzaba en el terreno es wasculino del pilpito, pues si bien no pronuncié sermones —no podia hacerle— aqui en- cara In critica de uno, incursionando en la teologia. ‘Tres meses después de publicada la carta del obispo de Puebla, se nde su actividad y el dere cho al conor ‘puesta, documento nico en las colonias amevicanas desu siglo, por lo menos. 1691 y 1692 fuer os duras para la Nueva Es. paiia: plagas ¢ inurtdaciones provocaron hambre y ca restia de alimentos; el 8 de junio de 1692 un motin popular contra la autoridad espaiol y con importan- te participacion indigena, culmina con el ataque al palacio del virrey. Aunque en estos aiios el apoyo asor Juana continga con sticesivas ediciones de su obra, 3 ‘guramente los episodios apumtados contuibuyeron al cambio radical de su destino. Es posible que en 1699 haya regalado su nutrida biblioteca para la Limosna, Alaiosi ncia a todo lo terreno y €1 17 de abril de 1605, mucre durante una epidemia mientras atendia a Tas monjas enférmas en cl convento, comb consccuencia del contagio, Poesia lirica Si por tema y tratamiento, Primero sucioes ‘nico ‘en lengua castellana, el resto de la obra postica de sor Jaana no le va en zaga, destacdndose tanto por la vac lad y maestrfa con que se vale de los meuros.en bo- g8—yaun revializando los cados en desuso—, como por la oFiginalidad del planteo de t6picos ele matriz renacentista, que el barroeo habfa complejizado me- diante ingeniosos procedimientos. Su poesia amorosa los sonetos filoséficos cobran una relevancia para nes producciones del barroeo. Bi: mncs; paralclismos, retruécanos, antitesis € ie na sintaxis artificiosa, que Juega sus bisquedas de novertad y sus significaciones ‘en I belleza de Ia trama sonora y ritmiea. Si bien ave Apppiencietctione yexagers ls ausiones mito Sipe ess de ead. verted ae los tanto como el modo de presentarlos, conju jando complejas polisernias, mucsirs ‘calidad fue no reconoce altibajos. De ahi la diffcultad de fe- ‘har sus poemas recurriendo a las impertecciones de nora quién fe el autor de los titulos y notas explicativas de sus textos. Sor Ins leeciones de los grandes poctas del Siglo de Oro jl; se advierten en su poesia la Iectura de Gon Quevedo, Lope de Vega 0 Gil Polo, entre o [pero somete esta impronta a constantes reclaboracio. les, nota caracteristica del harroco, sehakandolas, ck Vindolas, con el humor de quien se sabe segura cn la competencia [Ob siglo desdichade y desvalido fen que todo lo hallamos ya servidot Pues que no hay vor, equivoco ni frase que par comtin no pase y digan los censores @Es0? 12 lo pensaron los mayores! En este famoso ovillejo —en que “Pinta en jor oxo numen, igual con el tan célebre Jacinto Polo, 28 lovilljo mezcla versos endecastlabos con algunos hep silos Se diferencia dela siva en que riman em parealon yen 3 una bellera a belleva de Lisarda— parodia las meté- foras congeladas en clisé para la descripcion'de la 1i- gurafemenina (cl cabello como oro, 0 los dienes co- ‘mo perlas...). En didlogo con el lector y consigo mis ‘ma, pinta a Lisarda mencionado y eludiendo no solo Jas metiforas comunes sino también la rima previ ble, los percanecs de una composicion que asume ai- ros al estampar su firma al final del poema: y con tanto, sia ucedes les parece, serd ravén que ya el retrata cese, que no quiero cansarme, pus ni aun el costo ce él han de pagarme; veinte aiios de cumplir en: mayo acaba: Juana Inés de ta Crs la retratabe. Desde esta perspectiva de la originalidad, siem- pre sera recordada su redondilla “Hombres necios que acusiis [...1”, de Ia que Oetavio Paz dice, luego de sefialar qule no hay ninguna composicion sems te en la literatura femenina europea de la época, que “por primera ver en Ia historia de nuestra literatura ‘una mujer habla en nombre propio, defiende a si se- 3x072" Sor Juana parodia aqui una tradicién eminen- Temente masculina, que hunde sus raices en la Edad ‘Media dédieada a criticar 0 a alabar a las mujeres* 24 Octvio Par obs it, pe 300. 35 Apunta Georgina Sabat de Rivers en x Introduccién 2 Inuaeiin Candle “La traditon aie se halla en el fondo de ‘Tiomlnes nccion es larga, Las $wcetias y Tas alaborzas | conay fiver de Las mujeres durante la Edad Media son cono- ‘is. Lis Clary virtunas vei, de Alvaro de Lia; el Triunfo “dela dona, ie Roiriguet Palin, la lel de aney de D. de Sen Ped, abundan en aquello que fos Cauronens vena diciendo fen verso, Durante el Siglo de Oro, tenemos a la Camila de la “Egloga” de Garcllse ya la Laurencta de Pueneceena entre cotta, Blas donde nuestrs poets fue a busear mas eeeana ins 4 giactitud antorreflexiva del sujeto que enuncia sujeto a veces Labil genéricamemte har imo mujer, como hombre o desde la neutrali- dad-—, va disenando en a obra de sor Juana vor junciadora que parcciera sobreimprimirse a las ci ‘eunstancias de cada poema para indicar la fuerza, el poder del poeta, en su capacidad de preguntarse y Fesponder desde el don de la palabra poética, que es Fesultado, tambien, de la inteligencia y la sensibilidad ‘que las canforma y kas ide: Quien vive por vivir solo, ‘buscar mis altos fi de lo viviente se precia, de Jo racional se ex! Yaun de la vida no goza; pues si bien llega a advertirse, el que vive lo que sabe solo sabe lo que vive liste saber, cisimulado y enmascarado 2 veces, oma falsa modesto, fa esritura por encargo 0 con In tivitidad zalamera, se pone en escensa, sin embs yo. en elofcio dela poesa, soe el eual wielve cone Tiamente el sujeto enunciador, mencionsndolo, ex Hibiendolo, iciendo que escribe Oyeme con los ojos, yaque estan tan distantes los ofdos, yde ausentes enojos ‘cn fue en of “Canto de Flora” deta Bema amerade, de Gil ep marques de in Laguna, que assto en Is Visperae del omentoyle excribié este remmance.” 2 ten ecos, ce mi pluma mis gemidos yyaque aU au llega mi vor ruda, ‘oyeme sordo, pues me quejo muda. En la breve cita de estas linas que “Expresan se Limientos de ausente” el sutl manejo de kis oposicio nes Iéxieas, condennsidas en fa bimempracién reflex va final, se expande en la reiteracién sonora de la dix tancia (esicn tan disiantes)vivicia por el sujeto que c= cribe la epistola (de me plura ms gemidos) La retonica de fa falsa modestia, de wna merced dlivina que la fuerza y la obliga al servicio y que a si pesar la yuelve objeto de envidias y perseeucidn, som Fecurrentes en toca Ia obra de sor Jann Si es malo, yo no lo sé sé que naci tan poet, que arorada, como Ovidio.® metro mis quejas. mana de gusto jena, tiene Merea de precepto3! En olla, sin embargo, ne falta la afirmacién de la bre voluntad, Si porque estoy encerrada. 437 Lira: "Que expres sentinontor de auseme’, inchida en nuestra antologia. 38. Romance: “Puro ain, que auseate 7 sin dewo de indecent cas, puede seatie lo que a mas profano” ‘2 Romance: ~Dincurse com ingen ingenioss sobre Ia sion des cols. e 26 Para el alma no hay encierro ni prisiones que la impidan, porque solo a aprisionan las que ce forma ella misma. ordulada por esa autorreflexibilidad del artista que sopesa sus elecciones estéticas, pondera y recela de fu aciertos y logros, como vemos en su magistral so- elo filoséfico-moral en que “Procura desmentir los ‘logios que a un retrato de ta Poetisa inseribis la ver Mama pasion”, Me detendré en este soneto pita analizarlo brevemente, de modo de ilustrar la de sor Juana de algunos procedia Este que ves, engaio colorido, que del arte astentando los primores, con falsos silogismos de colores es cauteloso engaiio del sentido; éste, en quien 12 lisonja ha pretendiio excusar de Tos aifos los horrores, yvenciendo del tiempo los rigores triunfar de la vejer y del olvida, ¢s.un yano artificio del cuidado, ‘es una flor al viento deticada, ces un resguardo init para el hado: es una necia diligencia errada, ‘es un affin caduco y, bien mirado, ces cacver, €s polvo, es sombra, es nada, Sor Juana compuso 16 retrates literarios, de muy diversa factura por Su versificacién, los recursos com {80 Romance: “A ka misma Senora (la cones de Cale, en ‘asin de cumple aes". positivos —enumerativos, descriptivas— yde tone. El Renacimiento normaliza este sabgenero postieo: la flexién enumerativa busca brinczar un retato-nitigo y. completo, respetuoso de la Naturale y, en general atento a.un solo movimiento, E] bargoge transforms cesta modalidad al imprimirle ritraos espaciales y pers- pectivas dinamicas, con el auxilio-de paralelismo y an: tftesis mareadas, enriquecidlas por los cultismos y la un movimiento sorprendiclo en el espacio de un ins- tante, una sugerencia mis que una pintura, un eseor zo que encierra mis espacios que los que se ver La tensién propia del topico del carpe diem se exacerha en la oposicion del fugaz chisporroteo de li Lelleza y el apremio del tiempo que solo promete des: truceibn. Singulariza este cetrato de sor Juana, a dife rencia de los nis Eimosos cel barroce espafil, el qe la belleza y juventud de a retratada solo se aluden, porque ya esti trascordada en pintura, Se elude Ia desctipcin; nada queda del gozo fugaz del caxpe diem, aqui solo resta un “engaio colorido”, que comprome- tea la belleva humana y al arte mismo, come vane suciio de permanencia. BI retrato parte de una meto~ nnimia, el reuato por la retratada —sogtin el titulo li poetisa misma— para diluirla en la ausencia, abstra da de ta cnumeracion, no de las bellas partes de st cuerpo, sino de Tas definiciones. Un poema de fa mi- rada —tipico del barroco y del arte de sor Jui que oculla al lecior el objeto, convirtiendo a éste en el sujeto enunciacior. El deictico Ate dos cuartetas, se e posici6n inicial paralcla en los a sonoramente mediante la re- 31 Alejandro Gioianes na, Univeral de a Lg us EU esc a serait dt dre M7 38 icin dle es y la insisteners en ta voeal + (marcada fleas por los acenios del cndecastlabo}. ce tala, (ve) para imponer enseguicla la certeza de su en- sfifio (es, reiterada en las anatoras del verbo copulati- Mo de cada verso de los tercetos. Esta sonoridad, fortae Jecida por la posicién inicial vla cuddruple bimembra- On final fs cadiors es polvo, es somira, os nai), cone Jigga con ot10s paraletismmos del pocma, al lector, sin darle wregua, en una ved dle temibles verda les que el instante y ke aparicneia confunden (el ene fafio de la mirada), Esta insistencia sonora monocor- He, acentuada especialmente en los tercetos, se inten- silica con el ritmo que impone lx Aespiro, sin un punto hasta el punto final de la nada; fiumo que va cxtremindose, del gomas ¥ a los dos puntes que aceleran la inn ile la muerte. Poema funchimentalmente nominal, som lose vale de los verbos es y es en modo personal, de [pretente, mas he frotendide, que desiaea el extravio tht 0. Fl cuerpo elitido surge soko en la reiteracion de Jos abstractas de las definiciones (engaii colerido, caute ‘ino engasio), que comprometen tanto su percnracién domo la del cuadro, para elminar abrupiamente en Ia materialidad del cadaver y en su disolucion, El poema, que guarda relae tertextwales gon “Mientras competir con tu eabello” se aparta jus tamente en cl verso final en esa concrecién de a erte, ya que Géngora dice “cw ticrra, en humo, en polvo, én sombra, en nada [...] 1 poema usa la figura de la repeticién al modo arroco, para considerar el tema desde diversas pers peetivas. $i el barroco no le teme a Ia repeticién, co- mo afirma Giorianesew, sor Juana ta extrema desie 32 Véase sabre l toma: Dimao Alonso, Eady ena gow prin 3 ed. Maid, Gredon 1970. 29

You might also like