‘Doce hombres comunesy crrente, Como el Maestro formé a sus discipulos para la grandaza,y lo que El quiere hacer cantige chin = \/schnur ma
JACOBO EL MENOR, SIMON LLAMADO-
ZELOTE, Y JUDAS (NO EL ISCARIOTE) QUE
ERA EL APOSTOL CON TRES NOMBRES.
sob, hijo de feo, Sinn lamade Zee, Judachormara de Jaca.
—Lueasa536
1 GRUPO FINAL DE CUATRO APOSTOLES es el que
Jmenos conocemos, excepto por Judas Tseatiote, quien se
[zo Retorio al vender a Jesis pars que fuera emucificado. Este
jmidad con ests que los
grupo parece haber tenido menos
‘otros ocho discipulos. Précticamente no aparecen en los relatos
del Evangelio. Poco se sabe de eada uno de ellos, excepto el hecho
de que fueron Hamados para ser apéstoles. En este capitulo
voremos a tres de ellos, y @ Judas Iscariote, el traidor, lo hemos
reservade para el capitulo final.
Debemos tener presente que los apéstoles fueron hombres que
Jo dejaron todo para seguir a Cristo. Pedro hablo por ellos cuando
Ajo: «He aqu, nosotros hemos dejado nuestras posesiones, y te
hemes seguido» (Lueas 18.28). Habjan dead casas, trbsios,
tieres familia y amigos para segair a Cristo, Su seeifcio habia
heroico. Con la excepeén de Judas Iscariot, todos legaron
a ser testigos valientes intrépides.
[En realidad, no vemos mucho de su herofsmo en los Bvangelios
porque dos de los essrtores de los evangelios eran apéstoles|
(Mateo y Juan), y Tos otros dos (Mareos y Lucas) eran amigos
cercanos de los apéstoles, y los cuatro deseribieron conDoce hombres comunes ycorrientes, Como el Maestro formé a sus dscipulos para a grander, y lo que él quere hacer contigo John Msn 7
“Sincetidad sus debilidades tanto como sus vitmides, Los apéstoles
‘no se nos presentan como figuras imaginarias, sino como gente
real. No se deseriben como celebridades prominentes sino camo
hombres comunes y eortientes. Por eso es que, en lo que se
reflere a las narraciones de los Evangelos, los apéstoles dan eolor
‘las deseripeiones de Ia vida de Jess, pero a ellos raramente se
les encuentra en primer plano. Nunca se les ve desempefiando
Dapeles principales.
Cuando aparecen en los primeros planos, a menudo es para
rmanifestar dudas, incredulidad 0 confusién. A veces Tos vemos
‘considerindose a sf mismos mis de lo debido. A veces bablan
‘cuando deberian quedarse callados, y parecen desconcertados
‘acerca de cosas que deberian entender. A veces muestran més
‘confianza en sus propias hebilidads y en sus propios recursos de
Jo que deberian, De modo que sus limitaciones y debilidades se
‘ven con més frecuencia que sus puntos fuerte, En tal sentido, la
franca sinceridad de Tos relatos del Evangelio es asombross.
Mientras tanto, hay muy pocas manifestaciones de bechos
sgrandiosos realizdos por los apéstoles, Se nos dice se les do
poder para sanar, para resucitar alos muertos y para echar fuera
demonios, pero aun esto ests narrado de tal manera que se hacen
claras «us imperfecciones (ef, Mareos 9.14-29). El nico lugar en
Jos Evangelios donde un apéstol especifico hace algo
verdaderamente estraordinario e% cuando Pedro empezs a
‘aminar sobre el agua, pero inmediatamente comenz6 a hundirse.
Los Bvangelios sencillamente no presentan a estos hombres
como hérves, Su heroismo se hizo manifiesto después que Jestis
regresara al cielo, enviara el Espiritu Santo y les diera poder. De
repente, empezamos a verlos actuando en forma diferente, Son
fuertesy valentes,y realizan grandes milagros. Prediean con una,
fuerza nueva. Pero aun entonces, el registro biblico es eseaso.
Bisicamente, a los ‘nicos que vemos son a Pedro, Juan yDoce hombres comunes y corintes, Como el Maestro formé asus disciples para la grandeza,y lo que El quiere hacer contigo 9 F WoeAu
posteriormente al apéstol Pablo (quien fue afadido al niimero
como «un abortivor, 1 Corintios 15:8). El resto de ellos
permanece en la oscuridad,
El legado de su verdadera grandeza es la iglesia, un euerpo vivo
‘que ayudaron a fundar y de la cual Hegaron a ser las piedras
fandamentales («siendo la principal piedra del Angulo Jesucristo
‘mismo», Efesios 2.20). La iglesia, que ahora tiene dos
existe porque aquellos hombres iniciaran In expansién del
cevangelio de Jesucriata hasta lo dltimo de la tierra, Yau hevoismo
sett recompensado y recordado a través de Ia eternidad en la
Nueva Jerusalén, donde sus nombres estarin grabados
permanentemente en los fundamentos de esa ciudad.
Los Evangelios son los registros sobre cémo Jesis los adiestr6,
La Escritura deliberadamente registra més sobre Jesis y si
lensefianaa que sobre la vide de estos hombres. Esto sive para
recordarmos que el Seiior se deleta en usar a gente bil y comin
TQ
¥ corriente, Silas fills y las imperfecciones de carter de los
‘apéstoles son un espejo de sus propias debilidades, anfmese. Esta
‘esa clase de personas alas que el Sesior le gusta usar.
La tina cosa que separé a estos hombres de otros en el relato
‘de los Evangelios fue la durabilidad de su fe. En ninguna parte se
ppereibe esto tan claramente como en Juan 6, poco después de la
‘limentaci6n de os cinco mil, cuando las multitudes empezaron a
_eunirse alrededor de Jesis, esperando tener més comida gratis.
En ese punto, Jess empesé a prodicar un mensaje que muchos
‘encontraron chocanteyofeasiv. fl se deseribié a s! mismo come
‘verdadero mand del cielo (v.22). so fue ofensivo porque al
Aescribirse como babiendo descendido del cielo (v.43), estaba
sfiemando ser Dios. Los dirgentesjudios y el pasblo entendieron
‘sto correctamente como una afirmacin de deidad (. 4a). Jess
espondié diienda maevamente que fl era ol verdadero pan de
vida (v.48). ¥ les aBiadis que daria su carne por la vida delDoce hombres comunesy corientes, Cémo el Maestro formé asus dseipulos para la grandeza, yl que El qulee hacer contigo PF No=Anur
‘mundo, y djo: «El que come mi came y bebe mi sangre, tiene
vida eterna; y yo le resucitaré en el dia postrero, Porque mi carne
es verdadera comida, y mi sangre es verdadera Debida. EL que
‘come mi came y bebe mi sangre, en mi permanece, y yo en és
(ov. 54°56). Obviamente, I no estaba hablando sobre
canbalismo literal, sino que estaba usando uma deseripelén
vida para referirse al compromiso absoluto que requerfa de sus
seguidores.
‘Juan eseribe: «Al oftls, muchos de sus dlspulos dijeron:
Dura es esta palabra; équién la puede oft?» (¥. 60). La palabra
sdiselpulos» en ese versfelo se refiere al grupo mis grande de
personas que segufan a Jesis y no a los Doce en particular. Juan
sigue diciendo: «Desde entonces muchos de sus diseipulos
volvieron atris,y ya no andaban con él» (Juan 6.66). Ese mismo
ia, varias de las docenas de disipaos que habian eseuehado las
fensefianzas de Jessy sido testigos de sus milagros dejaron de
TQ
‘seguitlo. Para ellos, sus palabras habfan sido demasiado duras y
sus exigencias demasiado rigurosas, Pero no fue asi con los Doce,
‘que permaneciezon con Jes
Y al disolverse le multitud, Jess miré a lor Doce y dij