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WALTER ULLMANN HISTORIA DEL PENSAMIENTO POLITICO EN LA EDAD MEDIA EDITORIAL ARIEL, S. A. BARCELONA, 14 PENSAMIENTO POLITICO EN LA EDAD MEDIA con las premisas en que se basaba el edificio politico del Pa- ado, el punto de vista tradicional, objetivo, despersonalizado, referido al cargo, se vio sustituldo por un punto de vista perso: nal, subjetivo, hiumano; y cuando esto tuvo lugar, el Papado en cuanto institucién politica vio disminuida sa autoridad y su po sicién. Este fue el periodo en que desaparecié Ia fe en la insti tucién divina del Papado, la fe en el papa como poscedor de la Nave etérea que abria y cerraba las puertas del paraiso (como hhabia dectarado Gregorio IX en una memorable ocasion), la fe fn le funclén del papa, a medio camino entre Dios ¥ el hot bre, y aparecis la fe en Ja Biblia, es decir, en Ia posibilidad de interpretar individualmente a Biblia. Tan pronto como se al- canto este estadio pudo decirse que los dias del sistema politi co papal hierocratico estaban contados. Mas que la fe, lo que habla cambiado era el punto de referencia de ésta, En e) siste- ma hierocritico, el punto de referencia era la institucién del Papado en cuanto organismo politica. En el periodo posterior, el punto de referencia fue la Biblia que cada individuo era per fectamente capaz de interpretar, segiin se pretendia. Con ello se origind 1a emancipacién del sitbdito y su liberacion de la tutela de los miembros especialmente calificados de Ia iglesia En el primer caso, la fe se orlentaba con respecto a un cargo Visible, externo y objetivo, mientras que en el segundo To hacia con respecto a la union invisible, subjetiva, Interna, directa, ‘con Dios 2 través de la Biblia, Cartrozo V EL REINO TEOCRATICO Y FEUDAL 1. LA SUSIANCIA DE LA TROCRACEA REAL En los capitulos precedentes se ha insistido de manera des- tacada en la naturaleza y el carécter del reino teocritico, pues 10 que, concepiualmente, éste se hallaba bien empapado en las concepciones teocéatricas y eclesidsticas, ampliamente predo- ‘minantes. Nos referimos a la aparicién del reino teocritico en- tre los siglos vr y vitt, en que el rey, hasta entonces unido al pueblo, empezé a destacarse por encima de aquellos a quienes ebia su posicién como dirigente, Esta elevacién se inicié. vi sible y comprensiblemente con la adopcién por parte del rey del titulo de «Rey por la gracia de Dioss. El titulo del rey no dependia ya de la voluntad del pueblo, sino de la divinidad. La concepcién de que el rey gobernaba en virtud de la diving gra cia se debié en principio a la influencia de la ideologis cristia: fa, 0, para ser mas exactos, de las doctrinas de san Pablo: +Lo. que soy, lo soy por la gracia de Dios». Los principales rasgos de este reino teocrético, que con el tiempo transformaria la gracia divina en derecho divino, han quedado ya sefialados, $0 bre todo su estructura como forma descendente de gobierno y las funciones que en consecuencia tenia el rey como soberano! En la Edad Media, el gobierno real resultaba miucho més préctico que su equivalente eclesiéstico. Entre los siglos ‘vit y XI no conocemos 2 un solo escritor dei bando realista, Es de cit, precisamente durante el periodo en que la concepcion hie rocratica realizé. sus. principales avances, incorporando todos los materiales lterarios y doctrinales disponibles a su causa y construyendo su imponente edificio ideologico, el gobierno real o produjo ni un sélo trabajo que contuviese una buena expo- sicion de su teoria politics, Por el contrario, lof principales rasgos de la concepcidn real Tueron de hecho definidos por ecle 1. Vid. més areba pp, 53 y 58. y pp. 8 $6. 126 PEXSAMIBNTO POLITICO EN LA EDAD MEDIA sidsticos— sirva de ejemplo el caso de las coronaciones reales, ‘cuyo ritual era por completo fruto de los esfuerzos del episco- ppado, yal que paradgjicamente los reyes prestaron un apoyo Incondicional y pleno, como resulta facil apreciar en una vision retrospectiva, Las cancillerias de los reyes estaban compuestas fen tna gran parte por eclesiasticos, quienes en los documentos oficiales reales, como cartas, decretos, etc., hablaban de la men- te de los reyes, Ia cual, sin embargo, si se provede a un detent fo examen, apenas puede distinguirse de la suya propia. En. los preimbulos a documentos papales pueden hallarse a menudo Targas exposiciones de las concepciones del Papado, exposicio nies que te hacian en documentos legales con fuerza legal; por el contrario, en los predmbules a documentos reales, la expo: Sicion de las teorias reales eran escasas, breves y en la mayoria de los casos no iban mas allé de la repeticién de algdn lugar comiin de Ia doctrina teocratica, Un factor digno de considera: ‘dn es que Ia realeza no tenia unos puntos programsticos com: parables a Jos del estamento eclesiéstico. El sector cuya voca- Gin habria podido ser la defnicion de un programa politico real, una minoria de laicos cultos, ni tan siguiera existia, Pa reefa correcto insistir en la Biblia y poner de relieve la base bibliea del reino teocratico, sefialar las numerosas si no innu- merables donaciones hechas por los reyes 2 grupos e individwos Cclesidsticos, pero, cquién parecia mis capacitado para una co- recta interpretacién de la Biblia, el rey inculto o el cultivado papa? "Es més, con anterioridad al siglo x1, aunque el rey tenia en la pritctica’ un firme control sobre el clero, y especialmente so- bre el episcopado, sobre todo a través dei funcionamiento del sistema ‘de la iglesia en propiedad, no deja de sorprender el hecho de que ni se intentase una justificacion ideolégica de este sistema, Al producirse el atague a este sistema, ataque ‘que tuvo lugar confrontando la mera préctica con una teoria muy desarrollada, no fue posible ninguna defensa doctrinal del sistema, porque no la habia. Por mas que el sistema politico realteocrdtico estuviese avalado por la practica y por sus reso- nancias religiosas primarias, no tenla poder alguno frente tuna doctrina culdadosamente elaborada e integrads. Quiza nada caracteri2a tan bien la situacién como la réplica que dio el paps f la protesta —por otra parte muy comprensibie— del rey, el ‘alemén Enrique 1V, en plena lucha de las Investiduras. Bl rey declaraba que su actuacién era del todo conforme con la de sus predecesores y que sa gobierno se basaba en las costumbres de Sus antepasados. A todo ello el papa replied: «Dios no dijo "Yo REINO TEOGRATICO ¥ FEUDAL wr soy la costumbre”, sino "Yo soy la Verdad”.» Por més que la historia y los hechos hubiesen sido de una determinada manera, resultaban insignificantes cuando se los enfrentaba a la Verdad fue tan s6lo el papa conocia Lo que el gobierno real teocrético dejaba claro —y en esto contaba con el apoyo de la doctrina eclesiéstica— era la sobe- Tania del rey sobre sus sibditos? La estructura de esta sober ‘nia no diferia de Ia del papa. El rey se hallaba al margen y por encima del pueblo que la divinidad habia confiado a su gobier no. En consecteneia, no habia tribunal, organismo ni forma al- guna de pedir al rey responsabilidades por medidas y acciones politicas. Esteba por encima de la ley. «Ninguna ley se opone El rey» y «El Rey no puede equivocarses, Hemos visto con qué Gificultades tropezo Juan de Salisbury al tratar procisamente teste punto, Tampoco carece de interés destacar que todavia hoy Sse designa a la reina de Inglaterra como «La Soberana», clara Fesonancia de las concepciones teocréticas medievales. Por otra parte, cualquiera que fuese el derecho de que gozase el pueblo Sometido, todo cargo que le estuviese permitido ocupar, toda funciGn que pudiese desempetiar, se debian a la concesién 0 fgracia real (principio de concesiGn). Bfectivamente, de la mis ma manera que el rey recibla su poder delegado 0 concedido de Dios, asimismo los stibditos obtenian sus derechos y poderes del rey. Esta declaracién de Jacobo I que transcribo debiera de Haberse hecho en la Edad Media, con mucha mayor raz6n fe ser que en Ia época en que se Mews a cabo: No podemos (dijo) soportar con pactencla que nuestros. ib Gitos lancen contra’ ios palabras antimonarqulcas, efirén ose a sus libertades, menos que afadan que éstas les fue trom concedidas por la gracia yet favor de nuestros antepa zados Una vez emprendido este camino, no habia ya —como he ‘mos visto ninguna dificultad para incorporar la idea de Munt, de suprema proteccidn, a la concepcién real, con la consecuen cia de que el pueblo quedaba rebajado al nivel de un menor de edad. Conviene sefialar que el pueblo, al no ser consideradc apto, no tenia participacion alguna en la creacién de la ley Ta inateria prima de la ley no era en consentimiento, sino voluntad del principe, quien, por su nombramiento divino, pu Dlicabs la ley para que fuese obedecida por sus sibditos. Esta 2. Vid. ms arriba p. to, para matizar esta afirmacin, E Vie. mas aerba pp. S5'y ss 128 PENSAMIENTO POLITICO EN 1A EDAD MEDIA sujecion a las leyes del rey se vela —a veces— reforzada en amplia medida al presi 10s sts an juramento’ de fe Gad, razén por la cual el deber de obediencia se vein solerme. mente reforzado. Se hablaba todavia de que el pueblo poia hacer proposiciones, que poua suplicar al Fey que adoptaxc de- terminadas medidas, pero aunque resultaba evidente que el ey, en razén de Tas necesidades practicas, era impradente sh pres. india de ello, no habla, dentro de Ta estructura del reino teo- critico, medios legales para forzar al rey. Todo. dependia dc la gracia'o Ia concesién del rey. ghcaso no eran harto elocucr tes los textos de las coronaciones evando decian que el ey era un sintermediario entre Dios y e1 pueblo»? Bt goblerno del Fey teocritico era absolut, sunqte debemoe apresurarhos uel rar que ello no equivale « gobierno arbitrario: ef mismo Fey no podia prescindir impunemente de la ey diving Una doctrina cominmente aceptada se expuso en el Didldgo del Tesoro, escrito en tiempos del Tey ingles Enrique 11. En ‘ste se sostenia que nada ni nadie podia oponerse a un decreto ‘que Se habla dicado con miras ala paz. Lo que en cada cis unstancia concreta debia hacerse acon mirae a pags tan Sélo lo.sabia el ey, puesto que adlo él era el encargado de pro mover y preservar la. pat (la paz del rey), Al pucblo uo te Te consideraba apto para saber en. que resin sus propios inte. roses ni qué era lo mejor con mitas a la par. ¥ en el siglo st guiente tenemos el testimonio del rey francés Luis IX, quien feclaré que, daco que el rey tenia Ie plenitud de poder, clara copia de fa ideologia papal, su gobierno era libre (Deru rege men), ore, se entiende, con respecto sins leyes ¥ lov poderee humanos. Bn este sentido, el iberum regimen no era cine el concepio de soberania aplicado al rey. Ea su funcign de letsl dor, el Fey weocratico quedabe incluso al margen y por encima de ia ley. Formaba por sf mismo un estado, lo tual quedsba ex presado simbélicamente por el hecho de que se sentase en um Elevado tron, Ta debilidad del reino teocrético era evidente, De la misma rmanera que se produjo el necesario distanciamiento eat l rey y el pucblo, intervino otro factor de suima importancia, Pucsto que, voctcionalmente,e! rey pretendia hallarve Bajo la ley de Dios, y sus. devisiones judiciales ¥ decreios no cont venfan las ieyes divinas, sus fancos, por ast decilo, se ha Tiaban expuestos una y otra vez a la’ inervencion de. aquellos ‘que, también vocacionalmente, se consideraban expositores. de 1a voluntad de Dios y de la ley diving, En ocasiones, su inter: vencién no se hacia efectiva, pero ello dependia de as cieuns: REINO TEOCRITICO ¥ FEUDAL 29 tancias dominantes y de las personas, no de la doctrina. La po- sicién auténoma que debia mostrar el gobierno teocratico del Tey quedaba miiy diluida en el acto por el cual se creaba al mismo rey, en el oficio de la coronacién. Quienes lo habian proyectado se hablan esforzado por demostrar que el rey zee! bia la gracia divina del reinado por medio del episcopado: este administraba al rey el sacramento (0 sacramental) del ungh miento, En el mismo acto por el gue se convertia en «el ungido del Sefior», el episcopado, como organo transmisor de la gra cia divina, ‘se mostraba como intermediario de la voluntad di ving, situindose asi expresamente entre Dios y el rey. La posi bilidad teérica de una jurisdiccion eclestéstica sobre el rey ‘existia siempre dentro de una estructura teocritica, En el si slo x1, Enrique IV protesto y repitié reiteradamente que, pues. to que él era ef «ungido det Sefiors, se consideraba inmune con respecto a la jurisdiccién eclesidstica, y por este mismo argu. mento Gregorio VII le privé de su rein y le excomulgo. Es ‘ds, al entzegar Ja espada, simbolo de la fuerza fisica, quedaba ealzado el papel de mediadores de los obispos. Los textos de 4as plegarias que acompaiaban esta ceremonia no dejaban lx gar a dudas acerca de la significacion de esta entrega. Observa. ciones parecidas pueden hacerse acerca de las formulas con que se acompafiaba Ia coronacién del rey propiamente dicha, Tampoco descuidaban estos textos (ampliados de manera com siderable a través del tiempo) la ocastén de destacar a lo largo de Ia ceremonia los aspectos eclesissticos de las funciones de la realeza. Habla recibido sus poderes reales, repetian los tex. tos, com la finalidad de defender a la santa Iglesia. El hecho de considerar al rey persona eclesidstica presentaba tantos incom. wenientes como ventajas, El reinado era muchas veces un des, tino vocacional, si no profesional. En este contexto, la significacién de las elecciones reales en. 1 Edad Media es importante. Atendiendo a la estricta teoria, fichas elecciones no tienen el sentido que por lo general se he atribuido a este ejercicio, El resultado de la eleccion de un vey era que éste pasaba a ocupar un cargo real ya existente, Lee electores no tenian nada que hacer con respecto al eargo propia mente dicho: no podian modificar ni cambiar la sustancia, la orientacién o la naturaleza del cargo, o tocario en modo alguno. El cargo de rey no era un don de los electores (del mistno modo que el cargo de papa no era un don de los cerdenales que le legian, ni el de obispo, del capitulo catedralicio, ete), lo cual explica también el porqué Ios electores no podian lcgalmente spartar a un rey de su cargo, puesto que en realidad no se To 130 PENSAMIENTO POLfFICO EN 1A EDAD MEDIA habian conferido. EI cargo era de origen divino y, por asi de (ior we apoyabs en el clei. No se conferian podees al clegido for medio de la elecion: no se convertia en rey en vid de Baa selecciéne signicaba Ta desiacion del candidato es Seelao tomo persona spropiaca pare cl cargo de rey, cargo que ‘etibia on" la'coronacien, e, més exactamente, en el momento ct unglniento, En teorta, os electores preseniaban al candida ie pard gue se le coniciee su cargo por medi de la jerarqula LAER cfciate en la ceremonia de fa coronncion. Por esta auch le lo textes. de las coronacions que can fs Ublapos, quienes habian «eegidor al rey durante la ceremonia oe ee'Comnacian. Ast pues, no se debla an acto de delicadera Glinccho de quel rey o empesase a actuar como rey a PARE Gel Gn’ dod celeccioum, sino a rain del dia de su coronecisn sere Gects, cuando empecaban a contarse os afios de st reine Goto chal fue practice corrente hasta el siglo xi ate sapecto de la cleccion como designacién aclara también tos coniinuos intenos de introduclr el feinado heredtario. Es Shacnte "que incluso. in mera designacion-dejaba un amplio fhargen peta las intrigns, las maquimaciones los convenos También lo es que pudiese transcutrir un amplio periodo entre | la eclecciéns y el acto constitutive de la coronacién, Ademis debia tenctse presente que con la muerte del rey conclufa asi mismo la par del rey, Ia fuente de toda justicia y de toda ley. La pregunta que se planteaba era la siguiente: {donde residia fl poder cuando se producia una vacante? La respuesta que se Gaba comunmente era que el argo y el poder del rey retorna ban a su lugar de procedencia: revertia, por vacante, a la divi nidad. Con la muerte de un rey se creaba un vacio que no se Ienaba hasta que su sucesor habla sido ungido. La idea del reinado hereditario, destinado en parte a acortar el intervalo entre la muerte de un rey y la coronacién de su sucesor, y en parle a asegurar en clerta manera la continuidad politica, Siem pre encontré amplio favor, aunque, a causa del insignificante Sesarrollo del pensamiento politico, a menudo no pudo ponerse en préctica. 2, LA DEFENSA De La T=StS EL furor de la lucha de las Investiduras dio lugar a una se rie de eseritos que intentaban refutar desde el lado real las argumentaciones del Papado. EI blanco de tos ataques reali tas fue la plenitud de poder del papa que derivaba de Ia inter REINO TeOCRATICO Y FEUDAL BI pretacién del conocido pasaje de san Mateo a partir del cual Se intentaba traducir a un hecho real la concepcién de la mo- narquia papal, es decir, de la soberania del papa sobre reyes y emperadores. Este intento de soberania universal (0, por usar Ja misma expresion que Gregorio VII, de regimen universal) chocaria con la resistencia de los reyes. ¢Cémo reaccioné, pues, Ja realeza? ¢Con qué arguments ‘contaba para combatir el asalto hierocratico? En este punto es donde se evidencian los fallos de la posicion real teocrética. La posicién ideologica del rey se basaba sobre todo en la vision cristocéntrica tipica de la Edad Media, pero precisamente esta concepcion hacia muy di- fell resistir @ quienes poseian ci monopolio profesional de la interpretacién biblica y de todo lo relacionado con la divinidad y Ja gracia divina, No podemos dar aguf mds que un breve re- Sumen de las medidas propuestas. EI carécier destructive de Ios ataques de Ia politica papal hhleroerdtica contra el status soberano del rey resulta quizd dk fell de apreciar en Ia Edad Moderna,"puesto que nuestra ma: nera de pensar es muy distinta de la’ de la Edad Media, Para empezar, el pensamiento moderno esté familiarizade con un concepts que, de existir entonces, hublera hecho muy dificil el planteamiento de este conilicto, por lo menos en los mismos érminos en que se desarrolls, Dicho concepto era el de Estado como cuerpo auténomo, autosuficiente y juridico de ciudadanos. Justo el concepto que buscaba la realeza infructuosamente, dado ‘que carecia del equipo y los medios para su claboracién, Lo ue entonces existia era el reino (regnum) y el sacerdocio (sa- ‘cerdotium), pero ambos formaban parte de un tinico cuerpo, la Iglesia, El concepto de Estado estaba tan lejos de la mentali- dad de la Edad Media como la méquina de vapor o la electri eidad, Puesto que la Iglesia constaba de clérigos y laicos, al pensamiento papal hierocritico le resultaba relativamente.fé cil orientar hacia su causa toda argumentacién: la Iglesia era Jo que contaba, y a su frente figuraba el sucesor de san Pedro y vicario de Cristo, quien habia fundado personalmente la Igle Sia, de Is que el reino no era mas que una parte, Este concepto de Iglesia hacla que la defensa o a mera afirmacién de Ia so- Deranta del rey visd-vis del papa se tornase extremadamente y la poderosa base doctrinal del REINO TEOCRATICO Y FEUDAL 43 sistema le hacfan invulnerable. or otra part, ios barones es laban mal preparados para expresar sus pensamientos en libres J tatados, Una fuente hteratia de os primeros aos del si fle nim las lamadas «Leyes de Tos Ingleses» (Leges Anglorur) Sefataba que el ey no debla apayarse en la ley romana (de Io Stat habia signos cada vez me evidentes), sino ea la sey de Baan Ge din cescper (ley con aya de Js bare. eon Lo que el andnimo autor queria destacar era que el Tey Abia gobemnar menos sobre sus bates leocrticas y mas sobre las feudales, El snieo medio. para restringie cl poder del rey tra, en teoria y de hecho, el mecanismo de tas funciones feu- tales del rey. En gran pavte, la Carta Magna fue et resultado dein aplicacion de os principios de gobierno feudal: In pr tmavera del fio 1215 sigifics fal ver Ta Ultima oportunidad para Teducit si sey a fos lomites de sus funciones feudaes ‘Se ha atibuido siempre una eran inportancia. al capitulo treina'y nueve de la Carta Magna, no sin rain, Se trata de tna clfusula que en sus Prinepates elementos remite be igy feudal cctad por et rey germano Conrado Il en el af 1036, pero que se ajuste a las pecesidades de la epoce Ningin hombre libre debe ser capturado y encarcelado, © expoliado, 0 prosetito, 0 desterrado, o en ningin caso datiado Si'no es ante un legitimo tribunal de sus iguales y sogun le ley del pais La significacion de la cliusula reside en el hecho de que, en los casos que se mencionan, un tribunal adecuadamente cons- tituido debia aplicar la ley del pais? La ley del pais —y éste era el principal paso que habian dado los barones basandose en las funciones feudales del mo- narca— no era una ley dictada por el rey, sino la ley aprobada por el rey y los barones, resultado del contrato feudal, un es- fuerzo conjunto, En otras palabras, una ley comin al rey ya Jos barones, El término «ley del paise fue en el siglo xin la 1, EI término Laing judicim usado,en la cléusuia x0 se refer al ‘modem concepto de Tul, si al tnbunal, ia cori, Bt termine com {Bigpordnco para sludi‘al co era senfentie (eeatencia). Adem, ots ti vel no era diumtiv, sino al contraroy cuando se qucrla deci co» 60 cis invariabemente aie Cound nian captarhy excrcelamiento tr Sra pra win de dor Ses fu eminence “caiceamento presupone csptura, igual quc in aplicacion de al Seal pesepne Wessel un puta ae wee ‘aoe We PENSAMIENTO POLITICO EN LA EDAD MEDIA lexpresion con que se aludia a la (posteriormente) ley comtin de Inglaterra. Como tal, la ley del pais se referia al conjunto de hnormas, no necesariamente escritas, que tenian sus més. pro fundas raices en el feudalismo focal (de ahi Ja preponderancia de las leyes de la tierra como leyes de la propiedad, de tenen- cia, de sucesion, etc.) y cuya materia prima derivaba del con semtimiento expilcito o implicito del rey y de los barones a la ver. Tanto desde el punto de vista del desarrollo historicolegal como del pensamiento politico, el concepto de ley del pais cons- ‘tuyé un paso muy importante, puesto que representaba el ter cer gran sistema legal en la Europa de la Edad Media: tras la ley romana y la ley canénica, aparecia la ley inglesa «del paise, ‘asada en el feudalismo y predecesora de la ley comin. Y pre- cisamente porque se trataba de una ley del pals, presentaba todas las caracteristicas de su procedencia feudal —flexibilidad, adaptabilidad y elasticidad—. En la segunda mitad del siglo x se pian voces que afirmaban que «la Jey del pais es creada en €l parlamento por el rey, los sefiores espitituales y teraporales ¥y toda la comunidad del reino> Es mds, tal como en una ocasién afirmé Maitland, fue la tirania del’ rey Juan la que determiné que el derecho de los barones 2 participar en Ja creacién de las leyes'se hiciese rex. Iidad. En la gran asamblea celebrada en Merton veinte aiios después de la consecucién de la Carta Magna, quedd muy claro que la idea de consentimiento existia ya en la mente de los bs ones, Se discutié en esta ocasion si el hijo nacido fuers de ma trimonio, pero cuyos padres lo contrajesen con posterioridad y tuviesen un segundo hijo, debia considerarse o no el primoge nito, con to cual, segiin ei derecho de primogenitura, podia he: redar. La ley feudal era explicita: el hijo habido ilegitimamen- te seguia siendo ilegal y no tenia derecho a heredar, La ley romana y, siguiendo a ésta, Ia candaica sostenian lo contrario, es decir, que el matrimonio posterior de los padres lo legit maba auttomdticamente, Los obispos, encabezados por Grosse: teste de Lincoln, clamaban por la adopcién de la ley romano- candnica, @ 1o que los barones dieroa una Inequivoca réplica: No deseamos cambiar Ia ley de Inglaterra porque —afladian-— es una ley usada y aprobada» En otras palabras, se negaba el consentimlento al cambio de ley propuesto. Que los barones eran perfectamente consclentes de la im posibilidad de pedir explicaciones sl rey teocrdtico quedé cla Tamente demostrado en la llamada cldusula de seguridad de Ia Carta Magna, la cual, en un intento de ctear algan tipo de ma uinaria constitucional para el futuro, atribuia a la coronaclin [REINO TEOCRATICO ¥ FEUDAL 143 el rey juramentos y promesas. La maquinaria constitucional Pensada para la eventualidad de que faltase cl rey presuponia, que éste formaba parte de la comunidad feudal, puesto que s6lo como miembro de ésta podia considerarsele’capaz, y no or su categoria de rey teocratico, Ninguna ley se oponia al rey. La excepcién de la figura del rey de las medidas punitivas previstas era la més ostensible prueba de reconocimiento que Ia incipiente eley comtins podia dar al rey teocratico, El desarrollo legal posterior basado en la Carta Magna per tenece a la historia del constitucionalismo, pero podemos decir gut que en el curso del siglo xi11 surgié a idea de la «comu- nidad del reino» constituida por el rey y los barones, con la eonsecuencia de que los asuntos que le correspondian debian set tratados por ambas partes. Otra consecuencia posterior fue, segin nos informa Bracton, que la ley debia ser elaborada por ambas partes también, y dado que el rey formaba parte del Proceso de creacién de la ley, no podia prescindir unilateral- mente de ésta. Lo que la Carta Magna expresaba en su capitu- lo treinta y nueve se contenia en la famosa afirmacion de Brac ton: «El rey debe hallarse sometido a Dios y a la ley.» Igual mente inequivoca era su afirmacién de que las leyes no podian ‘ambiarse ni anularse sin el consentimiento comiin de aquellos con cuyo consejo y consentimiento se habian dictado en un principio. Segin Bracton, en la medida en que el rey era el Vicario de Dios, tenia el deber de obligar a sus stbditos a ob- servar la ley, y en consecuencia a defender la paz: para ello habia recibido la espada en la ceremonia de su coronacion, Circunstancias propicias permitieron la aplicacion de los principfos feudales en Inglaterra, y a partir de ahi se inicio ln desarrollo constitucional que marcarla los siglos subsiguien- tes, Especial significacién tiene el desarrollo del parlamento det tro de este proceso. Tal como dijo Me Twain, In asamblea feu al se convirtié en parlamento nacional, con el resultado de que el guid pro quo feudal se convirtié en una garantie dada Por los representantes de la comunidad en correspondencia al asentimiento real a sus proposiciones. Quiza mayor significa lon tiene todavia el hecho de que la ley como esfuerzo. con. junto se hacia y no era dictada por el rey, y la elaboraban el Tey y los baronies u otra institucién corporativa (el parlamen- to). Ello es especialmente importante con miras a las adicio. aes, altamente signifcativas, a las promesas de la coronacion de Eduardo TI en 1308, La’ nueva cldusula de la promese de Eduardo II materializaba el desarrollo ideol6gico, y en conse cuencia constitucional, del siglo x11 a partir de la Carta Magna. 146 PENSAMIENTO POLITICO EN LA EDAD MEDIA Puesto que Ia ley era elaborada conjuntamente por el rey y la Pomunigad del reino, ésta tenia derecho a ver reforzada la ley. JOTND observacién unilateral de la ley por parte del rey, que Tabs prevista en la promesa que éste hacia «de defender Sroteger las leyes y las costumbres de derecho que 1a comunk Tad del reno haya escogido (se entiende, para ser defendidas y protegidas por él). ‘Ee mas, la idea de Bracton de que el rey se hallaba sometl. do a la ley quedaba reproducida en el texto de la promesa real de. 1308. Dado que 10s sibditos de un rey teocrético no tenfan articipacién en la creacion de la ley que les era dictada por Perfoberano, no tenian tampoco posibilidad real de forzar al fey a observar sus propias leyes. Ahora bien, puesto que la ‘runidad del reino’ si tenia participacién en Ia creacién de fac leyes, s¢ hallaba asociada al proceso de creaciin de ta ley podia por Io tanto forzar al rey a observarla, En el rito de Ia NCoronacion, solemne y originalmente concebido como teocré fico, se daba entrada a la comunidad del reino. ‘Pero esto no es todo. El desarrollo del concepto abstracto de Corona parece intimamente relacionado con la concepcién feudal de la sociedad, que lncluia al rey (en su eapacidad feu: fal) y a los sefores feudales. La Corona era, para todo fim y propésito, el reino mismo. Asf considerada, la diadema material, ‘Simbolizaba el lazo Inmaterial, legal, que una al rey, ‘En el concepto de Corona se habia hallado un. hé- Sitat permanente para el rey. La Corona no era el rey solo, ni tampoco la comunidad sola, sino ambos: eran los dos quie- hes constitulan la Corona. Eduardo I, contestando al papa acer~ a de ciertas pretensiones de ste, escribié que no podia hacer fL.-] nada que afecte a la diadema del reino sin haber consul- tado antes a los prelados y los barones». 'A partir de ahi puede comprenderse por qué el adagio de Ia ley romana «Lo que afecta a todos, debe ser aprobado por to- dass, podia concordar ffcilmente con el pensamiento politico Ge fines del siglo XIH. Es més, la concepcién orgénica de la Sociedad ejercis, una vez més, su atraccion peculiar cuando, en €l siglo x1V, el obispo de Exeter declaré que Ia sustancia. de Ia nnaturaleza de la Corona se halla en el rey como cabeza y en los pares del relno como miembros. El concepto de Corona mostré pronto st gran valor como arma defensiva, puesto que podia Ser invocado, come en efecto lo fue, por el rey come proteccién J también por la comunidad, Tavocando su nombre podian ha- Eerse multitud de acusaciones, ya fuesen contra el rey si olvi- Gaba proteger la Corona, ya fuesen contra cualquiera que in- fringiese sus derechos. Ante todo, la fe frente a las exigencias del Papado: las decisiones de éste podian atacarse en cuanto mostraban que eran contrarias a los REINO TEOCRETICO ¥ FEUDAL uw Corona servia como baluat- Fitereses de la Corona, argumento contra el que se estrellaba {cualquier pretension del Papado. A continuacién veremos que fa rey de Francia no contaba con este escudo protector. Ta aplicacidn préctica de la teoria feudal det reino en Ingle terra fue también importante para el desarrollo de la repre- fentatividad. La idea en si no era extrafa al feudalismo; sin Embargo, importa tener presente que la preparacién del terre, So que representd el predominio de las nociones feudales contri- Daye poderosamente @ una facil asimilacién de las ideas po- Iiteas continentales contemporéneas, sin que, por otra parte, fe diesen las severas repercusiones que la influencia de una Meslogia ascendente populista podia haber tenido sobre un go- biemo puramente teoeratico, La afirmacién del juez supremo | Thorpe en 1365, segan la cual «el Parlamento representa el cuer- Pe P 0 de todo el reinos, puede compararse a las ideas, populistas ‘és avanzadas del continente. Lo que la constitucién inglesa Hebe a los. princlpios politicos feudales es muchisimo, El in (Emo ‘de llevar adelante una concepcién politica ascendente- fopelista en un pais gobernado por un poder decididamente Jeseratied no podia conducir més que a la revolucién, mientras fue a aplicacion de la ideologia feudal suponia una platafor- tha de evolucion, En la medida en que los intereses del reino oulan verse afectades, el rey veia cortadas sus alas, y cortar Tes por la aplicacion préetica de los principios feudales. El rey fle salvado aun a pesar suyo. Uno de los efectos de ia fuerte fosdatizacién del reino consistié en que la ley romana, pese a fos perlédicas esfuerzos realizados para introducirla, nunca Heg® fa ganar mucho terreno en Inglaterra, Naturalmente, el. gobier ‘no inglés jamas pudo compararse, en cuanto a eficiencia y agh dad."con los gobiernos predominantemente teocraticos del con- tinente. Ello provenia de la ideologia de la que se habia tomado hasta la mis insignificante porcién de argumentacién tégica y ree por asf decitio, hacia parecer al rey cromado y a Su £6 tiernd serodinamico. E) reino predominantemente feudal eta fen Inglaterra una méquina incémoda, pesada y chirriante que {enia que funcionar con el consentimiento y consejo de los mas: nates los berones, y que no tenfa ninguna de las relucientes caracteristicas del reino teocrético, pero que, sin embargo, re presentaba la base para un desarrollo constituctonal que ejer Feria su influencia macho mas allé del perfodo medieval En contraste con el panorama inglés, los reinos germano y [4 Gituictd = Wee domand y FEVPAL {TRAINED On; Gunny 148 ——_-PENSAMENTO POLITICO EN 1A EDAD aEDIn francés se apoyaban pesadamente en ol ejercicio de tas fu for tevcraticas, El reino franco estaba ostensiblemente {edo ncia su indo teocrdtic, ef cual, por razones muy Wienatbles, habla sido reforzado por ol rey, el papa y ele Eopado franc, El deo santo con que se suponta que Bal So‘bautzado Clodoveo# fines del siglo ¥ sirvi como lento de fuerza especial pata caracerizar 1a originalidad Trina tcccratice franco, Ninguno de Tos otros reyes tenia Totr disiatve El deo canto de los francos habla sido, y eit iefade drectamente del cielo, mientras que todos los’ deta efos enfan que acadir # la drogueria, Era el rey «mds crit, no de Buropar J. poseta poderes taummatargicos, es decir dé Gorst milagros y crativos, lo cual reforzaba no poco la SES rea. Aon Zeyes fanceses oe les derominab, ombi SSnuos reyes de Francias, Por otra patle, por ua buen mimeo Eeiatones la noblera feudal francesa no hizo frente comin ai Sfguio une. polica unitaria, La acentuacién del.cardeter ten ee ‘del Feino queda elemplifeada por el hecho de que el fey alease sus leyes sobre la base’ de ie real «plenitud de poy Gers) por in enorme influencia de las leyes romanas —aungue So apafeclesea al descublerto™, mucho mayor en el reino fram és'que en Inglaterra, por la acomodacion de Tos textos de la SSronacion, en las que incluso el ms palldo reflejo de in re Sado popuiista (el Reconocimieno) fue eliminado, por la fre Baened caracterisacton del rey como «rey y sacerdaten, por Glotsonal de la cola teal, que estaba mayoritariaments Ine Grilo por jurisias profesionsles, Io cual significa expertos ea eyes somaaas, El contemporsneo francés de Bracton, el emi ante JuristaBeaumanolr, declaré, wtlzanéo el francés ver Maul que para ia validez de tne ley no era necesario que el Toy hublese consultado con el gran cotsejo, puesto que stodo Torque place al principe debe Considerarse’ como ley. Por lo eols, Fesultabe signieativo que el mismo término y concep {ovsouwerain fuera sado por Besurmanoit al Rjar la posicion dat vey cl rey, segn decla, era souerain con-respecto'a todos tos hombres, y por la snsma razon podia dicar teyes para el bien commun jel provecho de todos a au placer. En consecuencin fo debe sorprenticrnos Ia idea de que el rey fuese un empera Goren su relno ver in regno suo est omperator—, idea que se Srpresé en detintns ccasiones en Francia Jo largo del. se SIosam: puesto que se deta que le suma de todos los derechos SSberanos habia correspondigo al antiguo emperador romano, te formula expressba muy bien la euestén de ia scberania en Sh Tenguaje feriar a todos los jeristar romanos, es deci, Ia REINO TEOCRATICO Y FEUDAL 149 ey romana. Se decla también que el rey franco «tenfa todas Ing Jeyes en el pechor. La concepeién acentuadamente teocrética det reino franco hizo al rey francés muy vulnerable a las intervenciones del Pa- pado, que entre los siglos x11 y xiv los reyes ingleses podian evitar sin dificuliad escuddndose bajo 1a proteccién de Ia Co- | ona, El gran conflicto entre Bonifacio VIII y Felipe IV provocé por esta época la apariciOn de una literatura polémica en de- fensa de los derechos del rey frente al papa. Los tratados fueron eseritos en parte por ministros del zey y en parte por maestros de la Universidad de Paris que se protegian bajo el anonimato. Fue notable la participacién de los Iaicos cultos. Puesto que fl reino feudal era en Francia tan débil, la argumentacién de- ‘fa moverse a nivel del reino teocrético. Quiz4 una de las més Ibiles defensas del rey es la contenida en la Discusién entre tun elérigo y un caballero, construida en forma de didiogo. Una vez més, Ia argumentacién se centraba en la plenitud de poder ‘del papa y en sus poderes legislativos omnicomprensivos, los ‘cuales precisamente acababa de proclamar, Bonifacio VIIT con agresivo énfasis. El caballero (al que se le atribufa obviamente la mejor argumentacién) se centraba en el poder soberano del papa y pegaba que jamés Jesucristo hubiese querido dar al papa los. poderes que éste pretendia poseer. El argumento del Caballero consistia en que el dominio constituia un presupues to'necesario para dictar leyes, y que el papa carecia de este dominios puesto que no era sino un gobernante espiritual para uien Ia ley debia resultar repugnante, Nos encontramos squi on la ye antigua aposiciéa al papa como legislador, y el autor del tratado no dejaba al clérigo muchas posibilidades de argu ‘mentar al respecto, Su tinica concesion era el reconocimiento de la jurisdiccién del papa en los casos de pecado: Sin duds, sefor, no puede negarse que la Iglesia tiene ju Flsdiccion sobre el pecado, y, puesto que esto es ast, dicha Jessen se ree = i isla y ais injustices pero st fe refiere a cuestiones temporales, est8 claro que el papa es cl juer de estas cuestiones. Este argumento no era en realidad contestado por el cabs lero, al que se hacia replicar que, si el papa fuese superior en todo, ello seria un absurdo: carecia de sentido y no podia pro- barse apoydndose en la Escritura. Bi caballero’pasaba, llegado 1, Vid, més arriba p, U3 para 6a teoria det domino 50 PENSAMIENTO POLITICO EN LA EDAD MEDIA ste punto, al ataque realzando Ia proteccién de que gozbat jos clérigos en el reino: : Mientras que Jos reyes luchan arriesgando sus vides ¥ su Micntrgadis para defenderos, vosotros yactls en 1a sombra 3 PrP iperamente —entonces, incluso podéis,considerards SChores los reyes y principes fer vuestros eselavos. 4 ‘Una vez més se hollaba un terreno ya antiguo, pero ahora con el caracteristico empuje francés. ‘girs tratado de la época merece algunas observacioncs. Bs} también une obra corte y anénima, aunque no resulta ines, rare que el autor fuese Pierre de Flotte, uno de los minis resi ty. Carecia de titulo, o bien su titulo se he perdido, Mos Gerneazaba: Antes de que hubiese clérigos (Antequant rans Uierici), el rey francés era el guardién del reino.» E) ral CTnifcativo de este tratado es que intentaba suplir 18 sy Be latldad ideoldgica del clero por la prioridad cronolées eer ety y por encima de todo, declarando sin tapujos que Jos, oe Seveh cuanto miembros’ del reino, tenfan una serie de cerigesones que no podian eludir, Tnsistia en que cada cual obiigsceneribuir a promover el bien comén, pero que, si 4 9 eee ceihegaba a pagar impuestos —debemos recordar que {PeSafticto entre el rey y el papa giraba en torno a la tribu- oe panilcalistica—, abusaba de su posicién, puesto que, 2 | eer ae ayudar a quienes necesitaban de una contribucigs Neger te para cl bien comiin, se entregaban al fasto y levaban areca cuntuosa. Es més, al negarse a pagar los, impuestos, Wuaponian a ser acusedos de alta traiciéa, del erimen de Wse majesté. Meee abe duda de que en los presupuestos en que se basabs ‘este geaunlo alentaba un nuevo espiritu que, si procedemos cate ree muds minucioso, nos revelard la importante infltre | Wor de una nueva filosofia de la ley y del Estado. Esta nueva fiecofia fue el arma tan diestramente (por més que parezce paraddjico) esgrimida por el rey francés frente al papa, con €L paratedo de una notable victoria sobre el Papado. La signi Fenuion del ditimo tratado citado reside precisamente en 4) fethe de que comsidere a los clérigos como cludadanos del Bs. Pejo. que existia ya antes de In existencia de los mismos cle 18s, Taeén por ia. cual debian, colaborar en la, manutenciGh TP Estado, aunque no fuese més que pagando impuestos. La | fica que Toanipulaban los autores franceses de comienzos del AiSip Sav era la de Estado, ain incipiente, pero ya causa de los oe Serine het at

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