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riosdetnto. coordina de coecin Marans Lpes amb Disefo de colecein ‘Algrdia Mascon, Traduceon Marcon Sos corracisn Federco Rubi otograta de tap: Poabay (2015, Tinta irasca edconas A CComentes534,2" ps0 (CroqgAas) Cladad Acténoma de Buenos Ares Flor de into slo de Tint resem cdones SA en Ris de ita: cerbre de 2015 “Tule eign std Saree, 'SON 978987989597 Hecho depo qu establece a ey 11725 Ube de eaitlon argentina Iimpreso en Argentine Printed i genta exevates esis deecos obs eprocucin ota arcade ‘es obraporciiqusemedsnpemio eta del Et ERldingmescrat ss cae ruinors de Suenos et eae, “radia po Nar Slt sen sy898r89997 + Naat inges rea Sot 26 Tle oo Estudio e escarlat, Arthur Conan iDYey dics Primera parte (Reimpresi6n de las memorias de John D. Watson, doctor en Medicina y oficial retirado de! Departamento de Sanidad del Ejército) 1 Mr. Sherlock Holmes 1 cl afio 1878 me recibi de doctor en Medicina en I Universidad de Londees y fui a Netley para proseguis ol curso prescrito para cnujanos del eército Una vez completa- dos mis estudios, me enviaron al 5 0 Fusileros de Northura~ berland en calidad de cirujano ayudante Por esos tiempos, cl tegimiento estaba destinado en la India, y antes de que pudiers unirme a él se desencadené la segunda guerra de ‘Afganistan. Al desembarcar en Bombay, me enteré de que mi pelotén habia avanzado a través de los pasos, y e hallaba profundamente adentrado ya en el pais enemigo Prosegui, hho obstante, junto con varios oficiles que se hallaban en la misma situacién que yo, y logré egar a Candahar a salvo Alli encontré « mi regimiento y de inmediato me incorporé al servicio La campafia tajo honores y promociones a varios; pero ami, solo desgracias y desastres. Pui separado de mi brigada, ‘ye asignaron a las tropas de Bershire con las que servi en la funesta batalla de Maiwand All fai herido en el hombro por ‘una bala de Jezail, que me hizo pedazos el hueso y ror6 mi arteria subclaviana, Hubieracaido en manos de los homicidas “, sachs de no haber sido por la devociéa y el eoraje mostiado 9" archer Conan Bayle por Murray, mi ordenanza, que me arrojé sobre un caballo de ‘carga logts levarme a salvo hasta las lines buitnicas Agotado por el dolor y débil a rate de las prolongedas ppenitias suffi, me levaron en un convoy de soldados he~ Fidos al hospital de Ta base de Peshawar Alli me recuperé y rejoré Io suficiente como pasa caminat pot ls alas e inclu s0 tomar un poco de sol en la terraza, cuando fui presa del tifus, esa maldicién de nuestras posesiones indias. Durante ‘meses mi estado fue desesperante y cuando fnalmenteresurgi yy entié en la convalecencia, estaba tan debil y extenuado que tuna junta médice determiné que debian, sin més, enviasme de vuelta a Inglaterra, Me despacharon en el Orontes, un buque de transporte de tropas, y un mes més tarde desembarqué en ef muelle de Portsmouth, con mi salud arvuinada icremisi~ blemente, pero con el permis de un gobierno paternal para pasat los préximos nueve meses tratando de mejorarla No tenia conocidos ni parientes en Inglatetta , pot lo ‘tanto, era libre como el viento, 0 todo lo libre que un hombte puede ser con una entiada de once chelines y seis peniques liatios. En tales circunstanctas, caf naturalmente bajo la étbi- ta de Londres, ese gran sumidero que atiae iresistiblemente a todos los haraganes y desocupados del Impetio. Permaneci durante alin tiempo en un hotel privado en la calle Strand, evando una existencia cSmoda y enodina y gastando el dis 20 que tenia de una atancra bastante més despreocupada de lo aque debia. B estado de mis finanzas se volvié tan alarmante ue pronto me di cuenta de que debia o bien abandonat fa mettépoliy vivir en el campo o bien alterat dristicamente mi forma de vida Eleg Ia ima altesnativa y eomencé a hacer ‘me ala idea de abandonar cl hotel y mudarme « un domiciio un poco menos pretencioso y cao. El mismo dia en que habia legado a esa conclusion, es- taba de pie en ef bar Criterion euando alguien me toc el hhombro yal dame vuelta, reconoe al joven Stamfoud, quien hhabia sido mi ayudante en Barts Ver un sostzo amiguble en el sto enescrata _gian desieto londinense fue en verdad algo agradable para un hhombre solo. En los viejos tempos, Stamford y yo no habia~ mos sido patticularmente compinches, pero en éxe momento Jo recibi con entusiasino y la su vez, parecis encantado de vyerme En un arrebato de alegria lo invité a almorzar en el Holborn y nos fuimos juntos en un coche de eabsllos. — Qué ha sido de usted, Watson? —me pregunts con no disimulada sorptesa, mientras trotibamos pos las conges- tionadas calles de Londres Esta delgado como una rama y iis tostado que una micz Le hice un breve resumen de mis aventuras, y apenas scababa de terminarlo cuando legamos a destino, — Pobre diablo! — ttados en el siglo. 10 Toca bien el violin 41 Es experto en el mancjo del bastén, en box y en esgrima, 12 Posee un buen conocimiento prictico de la ley inglesa Alllegara esa altura de mi list, desesperado, la arrojé al facgo. “Si solo puedo saber qué hace este sujeto reconcilian- do todos estos talentos y descubricndo una profesién que los necesite a todos ~me dije-es mejor que abandone el intento deinmediato” ‘Veo que he aludido mis arriba sus dotes para el violin ‘Bran muy notables, peto tan excéntricas como el resto de sus habildades Sabia que pocia ejecutarpiezas dificiles, porque ‘ami pedido habia tocado algunas canciones de Mendelssoha. y ot0s favoritos mios Mas dejado a si misme, sin embargo, apenas si producia alguna misca o un tema medianamente reconocible. Recostado en su sillin hamacx durante la tarde, cerzaba los ojos y rasgaba eon descuido las cuerdas del violin aque descansaba sobre sus piernas Algunas veces las cuesdas ezan sonoras y melancélicas Ocasionalmente sonaban fantis- ticas y alegres. Refljaban con clacidad los pensamientos que loembargaban, pro sila misica ayudaba a esos pensamientos 0 silo que tocaba era el resultado de un capricho o un antojo tra mas de Jo que yo podia determina. Me habria rebela- do contra estos solos exasperantes si no fuera que Holmes terminaba por tocar en rapida sucesi6n una cantidad de mis clodias favoritas como pequefa compensacion por cl agobio {que sometia mi paciencia ‘Durante las primeras semanas no tuvimos visitantes, y comeneé a pensar que mi conmipafero era un hombte tan ca~ rente de amistades como yo. Luego, sin embargo, hallé que Fy ‘Ante Conan Doe tenia varios conocidos de las clases sociales mis diferentes Habia un hombrecito cetrino de aspecto ratonil y ojos ne~ ros, al que me presenté como el sefior Lestrade, que vino ‘tes 0 cuatro veces en una misma semana Una mafiana toed ltimbre una elegante muchacha que permanccié media hora fo mis Por la noche legé un sujet eanoso y sucio, con aires de vendedor ambulante judio, que parecia muy excitado, a «ue siguié poco tiempo después una mujer de edad y aspecto desalifiado. En una ocasién se entrevsté con un anciano ca- bullero de cabello blanco; en otra, con tun mozo de estacién vestido con su uniforme de terciopelo. Cuando cualquiera de estos individuos de aspecto indescriptible hac su apaticion, Sherlock Holmes solicitaba el uso de la sala de estar y yo de~ bia tecluirme en mi domitorio Siempre se excusabs por oca~ sionarme exe inconveniente “Tengo que usar esta habitaciin como oficina ~decia~ y estas personas son mis clientes "En tuna oportunidad tuve la ocasion de hacerle una pregunta de improviso, y nuevamente mi delicadeza impidi6 que forzara una confidencia ajena. Imaging, en ese entonces, que habi tuna rzzén importante pasa no aludit al tem, pero pronto di- sips esa idea al referrse al asunto por su propia voluntad Un 4 de marzo, que recuerdo por buenas razones, me levanté mas temprano que de costumbue hallé que Sherlock. “Holmes no habia terminado ain de desayunar El ama de Ua- ‘ves se habia acostumbrado de tal manera a mis costumbres tardias, que todavia no habia puesto mi taza ni preparado mi café Com la itracional petulancia de la raza humana, toqué la campanilla para dar una clara seal de que estaba listo. Lugo alo el diario dela mesa e intenté ocupas mi tiempo mientras mi compaficro masticaba su tostada en silencio. El titulo de ‘uno de los atticufos estaba subrayado con lipiz ynaturalmen- te,comencé aleerlo Su titulo, un tanto ambicioso, "El ibeo de J vida", intentaba mostrar cunto podia conocer un hombre ‘observador sobre todo lo que se le cruzaba mediante un exa~ men certero y sistemiético Me parecié una mezcla notable de si Esto en escarate agudeza y absurdo, El sazonamiento era compacto y extaba sostenido con intensidad, pero las deducciones me parecian muy improbables y exageradas El escritorsostenia que a tra~ vés de tna expresin momentinea, el te de un misculo o la _mitada de unos ojos se podian conocer los pensamientos mis {ntimos de un hombre, Segin él el engaiio era imposible en cl caso de alguien entrenado cn la observacidn Vel analisis ‘Sus coviclusiones eran tan inflibles cont Tas proposiciones de Euclides Pars alguien no entrensdo, os resultados pare- cexfan tan asombrosos que hasta que este no conocer los ‘procesos por los que habia llegado a ellos, podria muy bien consideratlo un nigromante “A parte de una gota de agua —decia ef eseritor~ al- sien vetsado en la logica podsia infers la posibilidad del ‘mat Atlintico o de las cataratas del Nidgera sin haber visto © cescuchado nada acerea de ambos. La vida es una gran cadena, «aya naturaleza es posible conocer ante In sola vista de un slado Al igual que las demas ates, la Ciencia de la Deduccién y ef Andlsis solo puede adquirirse por medio de ‘un Largo y paciente estudio, a vida no es lo suficientemente larga pata que algén mortal obtenge la méxima perfeccidn en cll. Antes de entear en los aspectos morales y mentales que representan las mayores dificultades, es preciso que el investi~ srador comience por dominar problemas mis elementales Por «jemplo,¢s necesatio, cuando encuentra a un semejante, co- ‘nocet a primera vista su historia y su empleo 0 profesion Tan peril como pueda parecer este ejerccio, agudiza las faculta- des de observacin y nos ensefia dénde mirar y qué buscar. A través de as ufias de un hombre, de las mangas de i trae, de sus botas sus pantalones, por medio de las callosidades de sus dedos indice y pulgar, de su expresién, de sus gemelos, pot cada una de estas cosas es posible conoces la profesion de un hombre. Que toda esta informacidn una vez unida no ilamine al investigedor competente en cualquier caso que tenge entre ‘manos resulta algo inconcebible.” 3% ‘Arthur Conan Dove Qué contra indecible! exclamé,ttando con fierza el peridico en la mesa munca en mi vida eibasua semejunte De qué se sata? —preguaté Sheilock Holmes —Vaya, de este atculo —dije, sefalandolo con mi cu charita mientras me sentaba a Ja mesa pasa tomar el desay~ rno— Veo que lo ha leido ya que To ha subrayado No niego qve est bien escrito. Sin embasgo, me intima, Evidentemente «ls teorla de uno de esos diletantes al que, sentado en la sills hamaca enlarechusign de su estudio, le gusta desarollt estas pequeias y proljasparadojas Puta teoria. Me gustatia verloencerrado en un vagén de tercera clase del subtertineo Y pedisle que describa las profesiones de todos los viajros Apoesto ciento a uno que no pod hacerlo —Pardetia su dinero —seflé Sherlocke Holmes con. calma— En cuanto al artieulo, lo excibi yo mismo. ied! “Tengo habildad tanto paua la obsecvacién como para Ie deduccién, Las tosias que expresé ally que a usted Je parecen tan caprichosas,en realidad son muy prcticas; tan pricticas que dependo de ells para gunarme la vida <émo? —pregunté involuntasiamente —Bueno, tengo una profesién que supongo esinica en cl mundo, Soy detective asesor, si puede entender quées esto Agi en Londses tenemos una eantidad de detectives contra~ tados por el gobierno y otra cantidad de derectives privados. Cuando estas personas no saben gue haces, me consultan, 9 yo teato de poneas obte la pista cotreeta Me presentan toda la cvidenciay por lo genetil puedD, con la ayuda de mi conoci- riento dela historia del cimen, pouetlos en el buen camino EExiste un fuerte ane de familia en los delits,y si se tienen Jos mil detalles en la punta de los dedos, seria raro no poder desentzafar el mil y uno a toda esa gente? —La muayoria me las envian las agencia prvadas, Todas son personas que tienen alin problema y desean un poco de 2 kstudo en escarata esclacecimiento. Yo eseucho sus historias, y ellos escuchan mis ‘comentatios,y luego embolso mis honoratios —Pretende usted decitme —proferi— que, sin dejar su habitacién, puede desembrollar un asunto que otra hombre no puede comprender aunque haya sido testigo presencial de cada uno de los detalles? —Exactamente. Tengo una suerte de intuicién para eso [A.veoes me llega un caso un poco mas complejo. Enfonces tengo que vagabundlear y ver las cosas con mis propios ojos ‘Vera usted, tengo una cantidad i que aplico al problema y que faclitan ea mente La observacion cs mi segunda naturaleza Usted pare~ 6 sorprenderse cuando yo le dije en nuesto pris tuo que acababa de legar de Afganistin —Sin duda se lo haben informado —En absoluto Yo sabfa que usted venta de Afganistén Debido a un protongado habico, mis pensamientos fluyeron tan rapidamente por mi mente que llegué a esa conclusién sin ser consciente de las etapas intermedias, Peso las etapas taisticron. Fl fy de mis pensamientos me levé a dectrme lo siguiente: “He agui un cuballero con aspecto de médico pero con aire de militar Por lo tanto es, claramente, un médico mi~ litaz Acaba de llegar de los trdpicos, porque su tezes oscusa, yese no es el color natural de su picl, porque sus mufecas son bancas. Ha suftido penutiasy enfermedades; su rostro dema~ czado aslo atestigua Su brazo izquierdo muestra una herida Lo sostiene de una manera rigida y poco natural Bn qué lngar de los tépicos podsia un médico silitar inglés haber satrido tanto y haber sido herido? Sin duda en Afganistin ” ‘Todo el fujo de este pensamiento no tomé ni un segundo Luege le senialé que venia de esa region y usted se soxprendis Tl como fo explica, resulta fil de entendet —son- rei— Merecuerda usted al Dupin de Edgue Allan Poe No te~ nia idea de que tales individuos existieran fuera de los relatos. Sherlock Holmes se puso de pie y encendié su pipa 25 ‘nth Conan Doyle —Sin duda cree que la comparacién con Dupin me ha- laga —observs— En realidad, en mi opinidn, Dupin era un sujeto muy inferior Ese ardid de inrumpir en los pensamien- tos de sus amigos con una observacién pestinente lueyo de un ‘arto de hora de silencio es, en verdad, muy ostentoso y u- perficial Sin duda tenfa una suerte de genio analitico, pero de ninguna manera era el fendmeno que Poe parecia imagina: — Fla leido usted las obras de Gaboriau? —pregunté— Se acerca Lecog a su idea de lo que debe ser un detective? ‘Sherlock Holmes hizo un gesto de desprecio —Lecog era un miserable torpe —dijo, enajado—, lo tinico recomendable en él era su energia Ese libro me parece repugnante La cuestién era cémo identifica un prisioneto desconocido. Yo podria habeslo hecho en veinticuatio horas ‘A Lecog le toms alrededor de seis meses. El caso debetia constitusse en un manual para ensefar& los detectives lo que no se debe hacer. Senti ciert indignacién al ver el tatamiento que les

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