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Bésame mentiroso

Prólogo
¡Pom!
Cuando la puerta se abrió con un ruido fuerte, Yeonwoo saltó del susto.
Naturalmente su reacción fue apartar los ojos del escritorio y mirar en dirección
hacia el sonido.
Era el jefe de Yeonwoo quien acababa de abrir la puerta, y con quien hace solo dos
días tuvo sexo ardiente. Su temperatura corporal aún no desaparecía del todo, tragó
en seco sin darse cuenta, y se levantó como de costumbre para inclinarse
cortésmente con un saludo.
—Sr. Pittman. ¿Hay algún problema?
Incluso si no responde, ya parece saber la respuesta. Yeonwoo pudo sentir cómo
su corazón latía como loco e intentó fingir calma y controlar su expresión. Keith
distorsionó su boca y se rio brevemente.
—Ah... Por supuesto, hay un gran problema.
Sostuvo una de sus orejas y la apretó.
—Una perra me marcó.
Yeonwoo casi se lanza gritando “lo siento” pero se contuvo.
A Keith no le agradó la reacción, y le lanzó una mirada desagradable.
—¿Qué? ¿Eso es todo?
No paso mucho tiempo antes de que Keith comenzara a gritar. Era su reacción
natural. ¿Quién se atrevió a dejar una marca en un hombre tan arrogante sin
permiso? Tan orgulloso.
—¿No recuerda quién le hizo la marca?
Bueno, si supiera no estaría aquí. Yeonwoo estaba entre asustado y aliviado.
¿Quién era capaz de marcar tan audazmente el cuerpo de Keith Knight y
desaparecer?Keith nunca lo sabrá y eso tranquilizaba a Yeonwoo.
Keith, quien tenía un huracán de ira sobre él, hizo una mueca con la boca para
después suspirar
—Llama a Whitake.
Yeonwoo estaba tan sorprendido por el nombre del líder del equipo de
guardaespaldas que comenzó a jugar con sus manos en señal de nerviosismo
—... ¿Estás tratando de encontrarlo?
—No. —Antes de sentir alivio, Keith agregó—: Voy a matarlo.
En ese momento, su dulce sonrisa asesina fue vista como una sentencia de muerte
para Yeonwoo.
• Traducido por: Its_Unfortunxte | Unfortunxte
• Edición: BLPages
Bésame mentiroso
Capítulo 1

El dolor punzante llegó después del sonido abrupto. Cuando sentí algo fluir, me llevé
la mano al rostro, había sangre en la punta de mis dedos. Pedí que me quitaran
todas las espinas, pero al parecer quedaban algunas. Me sentí enojado así que
chasqueé la lengua sin querer.
La mujer frente a mí se acercó con sus tacones altos y me miró como si fuera a
asesinarme. Abrí la boca para hablar, mirándola con una cara inexpresiva:
—Si no le gustan las rosas, quizás otra flor...
—Loco hijo de puta. ¿Qué quieres decir con eso?
Su apariencia estaba lejos de ser la elogiada como "la actriz más elegante de
Hollywood". Me puse a pensar en la reciente campaña de marca que realizó, pero
nunca me hubiese dado cuenta inmediatamente que eran la misma persona. Las
rosas con las que me golpeó aún brillan sobre el suelo. La actriz comenzó a gritar
de repente, pisoteándolas implacablemente junto a un montón de palabras y
maldiciones.
—No puedes convencerme de esta manera. ¡Déjame ver a Keith de inmediato!
—Ya se lo dije, no puedo.
La evadí con una actitud familiar e inteligente, incluso hablé antes de que volviera a
golpearme.
—Si quiere verlo en el futuro, primero tendrá que pasar por mí o por un abogado.
Pittman quiere mantener la relación lo más tranquila posible. Por favor acéptelo,
también ayudará en su carrera como actriz.
—Me estas amenazando justo ahora. ¿Cómo te atreves?
Le respondí indiferente:
—Acabo de contarte una realidad. Sólo el Sr. Pittman puede tomar decisiones que
la beneficiarán.
—Esto es divertido. ¿Sabes que voy a ser reconocida después de esto como otra
perra más?
Estaba por contestar, pero ella interrumpió mis palabras y gritó:
—Puedo llamar a cien periodistas aquí ahora mismo. Están por todos lados. ¡Diré
lo astuto que es Keith Knight Pittman, como me usó y me abandonó! ¿Sabes lo que
puedo hacer?
—Bien. Entonces hágalo. Le informaré al Sr. Pittman.
En aquel momento se detuvo. No imaginó que diría eso. Continué hablando, como
una máquina sin emociones.
—Si la decisión de Elisha es sincera lo haré, el Sr. Pittman ha expresado buena
voluntad sobre la relación, pero si Elisha dice que no está satisfecha con ello, es su
elección. Pero en caso de ser así, entienda que el papel de heroína para "With you
in the rain" estará disponible, mientras tanto la villa en Malibú que estaba usando
no le estará permitida. Empacaremos todos los artículos que utilizó y se lo
enviaremos a su casa. La membresía del club de campo y el uso del Hotel J se
suspenderán.
—Oye, espera.
Tartamudeo con una cara pálida.
—Es ridículo. ¿Se suponía que me lo darían? ¿Incluso el elenco? Esto es tan
estúpido y muy sucio.
—Es una recompensa por aclarar las relaciones. Repito, esto es un contrato. ¿No
es natural que el contrato no se establezca si no se cumplen las condiciones? La
propuesta está aquí y Elisha se negó por lo que las negociaciones se rompieron.
—¡No, es contra mí! Solo quiero ver a Keith y escucharlo...
La interrumpí.
—También es un término del contrato que no moleste al Sr. Pittman.
Por primera vez ella se quedó callada. Pregunté, mirando la palidez en su rostro:
—¿Qué hará? Si necesita más tiempo para pensar le daré tres minutos a partir de
ahora.
Ella gritó:
—¿Qué? ¿Sólo 3 minutos?
—Originalmente, le iba a dar unos 20 pero ya han pasado 17 minutos...
Miré el reloj como si estuviera realmente percatándome del tiempo.
—Oh, lo siento. Quedan 2 minutos y 10 segundos. Mientras tanto, puede tomar una
decisión si está de acuerdo.
Miré su rostro, el cual estaba pálido y lleno de dudas.
—Si decide aceptar, firme este documento.
Ella se mordió los labios. Mientras tanto, el tiempo transcurrió. Cuando quedaron
los últimos 30 segundos, levantó la pluma y firmó, como si estuviera firmando
forzadamente para un molesto fanático. Esperé en silencio a que terminara, me
recliné y recogí los documentos. Luego, cuando quise despedirme, levanté la
cabeza y sin poder evitarlo, una pluma estilográfica me fue lanzada a la cara sin
darme tiempo de reaccionar.

✤✤✤✤✤✤

—Oh, Dios mío. ¿Qué te pasó?


Al verme, Emma gritó por la sorpresa. Su reacción feroz fue natural, pero no había
tiempo para una larga explicación. Tenía 15 minutos de retraso.
—¿Cómo estuvo la preparación para la reunión? —pregunté rápidamente.
Ella me siguió a paso apresurado y respondió:
—Todo se hizo según las indicaciones y todos asistieron. Debería cambiarse la
camisa Sr. Yeonwoo.
Me negué sin dudarlo.
—Bien. ¿Has terminado de imprimir los documentos que te solicité?
—Ah, sí.
—Perfecto. Por favor espera en la sala de conferencias.
Directamente me dirigí a la oficina del presidente. Ni siquiera tuve tiempo de pasar
y mirarme en el espejo. Prefería esperar a terminar el trabajo y volver a casa. Mis
ojos se sentían pesados y el ojo que había sido golpeado por la pluma continuaba
latiendo. Ingresé a la habitación al final del pasillo. Después de abrir la puerta, pasé
de largo mi escritorio e inmediatamente me situé frente a la oficina del presidente.
Después de una respiración profunda, golpeé la puerta. Como siempre, no hubo
respuesta así que la intenté abrir de nuevo. En ese momento, inesperadamente
cedió desde adentro. Keith estaba a punto de salir cuando escupió una breve
exclamación al mismo tiempo que sus feromonas de Alfa golpeaban la punta de mi
nariz.
Él inspeccionó mis movimientos, parpadeando mientras contenía una sonrisita de
burla.
Keith Knight Pittman. Una versión definitiva de Dios creada para mostrar a las
personas cuán injusta es la vida. Su padre es el dueño de P Finance, quien sacude
a la comunidad financiera estadounidense. Keith es el sucesor de la reconocida
familia Pittman, pero ahora dirige una compañía de entretenimiento. Era un Alfa
dominante, en un grupo de personas, solo el 0.1 por ciento lo son. En simples
palabras, se posicionan en la cima de la pirámide social. Este hombre por naturaleza
seduce a su oponente de forma innata y por supuesto, al ser del tipo dominante
tiene la apariencia de uno.
En la boca aún tenía una sonrisa sarcástica y una mirada de lo más despectiva.
—Elisha firmó el contrato. —Empecé a informar con tono serio—. El proceso de
compensación se completará al final de la semana, y el contrato posterior pasará
por un proceso legal y bloqueará las disputas innecesarias que puedan llegar a
ocurrir en el futuro.
—Oye. ¿Necesito saberlo todo?
Miré en silencio su rostro casi inexpresivo. Fue un poco molesto.
—No —respondí en tono firme y con el ceño fruncido.
Keith preguntó de nuevo:
—Entonces, ¿crees que quiero saber eso?
—No. Pero es mi trabajo informar —dije sin rodeos.
—No reportes nada similar en el futuro.
A él no le preocupaba para nada lo sucedido, ni siquiera como resultó para mí. A
pesar de que no era una sorpresa, estaba desilusionado.
—Lo siento por los inconvenientes ocasionados. La reunión está lista y lo están
esperando.
Keith suspiró brevemente como si fuera patético. Mientras el avanzaba yo lo seguía
desde atrás, repentinamente me miró.
—¿Qué? ¿Piensas avergonzarme ahora?
—¿Por qué lo avergonzaría jefe?
Inmediatamente me di cuenta de que había cometido un error. Cuando se detuvo,
Keith inclinó la cabeza hacia un lado y entrecerró los ojos.
—No es tan estúpido como para preguntar por qué. ¿Realmente no lo sabe?
Me disculpé rápidamente.
—Oye.
Al escuchar la voz, Keith y yo giramos la cabeza al mismo tiempo. Me encontraba
escondido detrás de él y no podía ver a la otra persona. Sin embargo, pude saber
quién era por su altura.
Grayson Miller, un amigo de Keith, otro Alfa dominante con una hermosa y poderosa
apariencia. Ambos eran jugadores de Polo.
—Oye, ¿eres Yeonwoo? Mucho tiempo sin verte.
Alcé la vista hacia el rostro del hombre que se rio a carcajadas y habló.
—Hola, señor Miller.
—Llámame Grayson.
Él extendió la mano y yo retrocedí instintivamente. Keith lo miró y sacudió la cabeza.
—Detente, este tipo no es apto para tus juegos.
—¿Podemos jugar?
—Me negaré.
Ambos me miraron fijamente. Cuando tuve a estos dos hombres musculosos a dos
metros de mí, me asfixió la sensación de presión. Inevitablemente me sentí pequeño
y levanté la vista con mi cuerpo temblando.
Keith se echó a reír al verme.
—Siempre pienso en ello, pero tienes un olor realmente único.
—¿Yo?
Grayson miró a Keith mientras que él me inspeccionaba lenta y descaradamente
como si buscara algo. Poco después, dirigió su mirada a Grayson.
—Eres el único que jugaría con este tipo.
Solo este hombre podía decir algo así conmigo en frente. No pude controlar mis
expresiones faciales, pero afortunadamente, no notaron nada.
—¿Por qué? Oh. ¿No te acuestas con hombres Omegas?
Grayson se echó a reír.
—Eres un tipo muy gracioso. ¿Por qué odias a los Omega?
Ante eso, Keith frunció el ceño.
—Omega o lo que sea es un hombre después de todo, ¿no? No tengo el pasatiempo
de acostarme con hombres.
—Si nunca te acuestas con uno, jamás lo sabrás
Grayson sonrió y tocó el hombro de Keith.
—Te pierdes de los placeres de la vida, Keith. Es realmente una pena.
—Yo no necesito ese tipo de diversión. Es asqueroso ver el pene de otro hombre
encima. Es molesto el solo imaginarlo. Debe ser extraño estar erecto mientras lo
ves.
Grayson se rio a carcajadas.
—Oye, no es como tener sexo con Omegas mujeres. Por desgracia, nunca lo sabrás
si no lo intentas. Incluso si es un hombre, es diferente si es Omega, entonces…
¿Por qué no intentas dormir con un hombre Omega?
Grayson de repente me miró, no, ambos comenzaron a observarme detenidamente,
hablaban entre ellos y yo solo me encontraba parado, observándolos, tenían su
mirada en mis ojos cuando de pronto Grayson sorprendido dijo:
—Oh, qué grosero fui. Disculpa, no voy a hablar más de esto aquí.
Keith abrió la boca en mi nombre, a quien simplemente miré sin emoción.
—A mí no me importa y a este chico tampoco.
Me importaba y mucho, pero no lo expresé. Este hombre siempre me trataba así,
aunque tampoco era algo nuevo. Ser humillado por él se había vuelto tan usual.
—No me importa si te lo tiras, pero te arrepentirás. Hasta donde sé, es el tipo más
aburrido del mundo.
Grayson se echó a reír y me miró expectante.
—Creo que sería alguien divertido en la cama.
Keith se encogió de hombros y se fue como si no quisiera saber nada más del tema.
Grayson se despidió levemente y lo siguió. Solo después de quedar solo me dirigí
a mi escritorio y finalmente me senté con un suspiro tembloroso. De repente sentí
humedad, al darme cuenta, rápidamente fui al baño con urgencia. Esperar modales
por parte de los Alfas arrogantes para que ocultaran sus feromonas era imposible.
Era su trabajo. No tenían forma de ocultar el hecho de que son Alfas dominantes.
Por el contrario, como están orgullosos de sus feromonas las liberan en cualquier
momento sin tener en cuenta las circunstancias de otros.
Me senté en el inodoro y eché un vistazo adelante. Fue realmente lo peor. Que se
mueran todos los Alfas dominantes.De repente, mis ojos se oscurecieron y me
mordí los labios. Keith, recuerdo su aroma. Parecía que mi ciclo de calor vendría
pronto. Cerré los ojos con una cara al rojo vivo y pronuncié su nombre en mi boca.
Tan pronto como la imagen de su cuerpo desnudo llegó a mi mente, mi pene se
endureció y se puso en línea recta. Quería introducirme algo, pero no pude. Me
daba miedo hacerlo. Hasta ahora no había tenido esa clase de masturbación ni lo
había intentado, pero… ¿Y si Keith me ponía su pene grueso? Entonces me volvería
loco.
—Ahhh...
Suspiré. No podía soportarlo, solté un gemido. Mi parte trasera estaba empapada,
luego sentí un líquido resbalar.
Finalmente, solté una eyaculación larga y pronuncié su nombre. Siempre era así.
Cada vez que me masturbaba, él venía a mi mente y finalmente eyaculaba llamando
su nombre. Si Keith lo llegaba a descubrir, me estrangularía y me mataría. Sentado
en el blanco inodoro parpadeé lentamente. Mi cabeza seguía nublada, el semen
que disparé se encontraba en la pared del baño. Tenía que limpiar, pero no quería
mover un dedo.
Pronto llegaría mi ciclo de calor, tal vez era por eso que estaba más sensible a las
feromonas.
—Oh.
Suspiré cansado y finalmente me incorporé. En la taza del inodoro, el líquido que
había derramado era confuso. Me quité los pantalones, teniendo cuidado de no
mojarme, los empapé con agua para intentar lavarlos. Después de llamar a Emma
e indicarle que asistiera a la reunión por mí, comencé a limpiar el baño. El baño de
Keith siempre había sido muy útil.
Luego de ello, no tuve más remedio que saltarme el almuerzo y esperar a que el
aroma se disipara de la oficina. De todas maneras, cuando terminé de limpiar, me
sentí cansado. Después de la reunión, Keith fue a almorzar con Grayson. Me
encerré en la oficina, puse mi alarma y luego cerré los ojos en el cómodo sofá para
invitados.
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Bésame mentiroso
Capítulo 2

Fue en la universidad donde conocí a Keith. Era una celebridad desde el principio.
Lo primero que escuché cuando ingresé a la universidad fue “Keith Knight Pittman”,
y desde entonces, muchas veces más.
En ese entonces, era un Beta. Era común que la mayoría se manifestará en la
adolescencia, y era raro “mutar” después de ese período.
En aquel momento me encontraba exhausto, se acercaban los exámenes finales
del semestre, estaba nervioso y tenso. No importaba cuánto lo intentara, mis
calificaciones no eran las esperadas, era un momento de tanta ansiedad que ni
siquiera podía comprender de que se trataba el libro que tenía para leer.
Como estaba inscripto en una buena universidad era el deseo de mis padres que
me graduara, pero sentía mucha presión. El costo de vida era insuficiente y no había
tiempo para trabajos a tiempo parcial. Ni siquiera conseguía buenas notas. Aprobar
el semestre era mi único deseo. Además, mi hermano menor estaba aprendiendo a
tocar piano, por lo que había una falta importante de dinero en la casa.
Se convirtió en rutina el levantarme todos los días e ir a la biblioteca a leer algún
libro hasta que pudiera entender, así que eventualmente perdí el sentido de la
realidad. Después de darme por vencido me dirigí temprano a casa, Lee-Wei, con
quien compartía la casa, me saludo amablemente.
—Hola, Yeonwoo. ¿Ya estás aquí?
Solo respondí torpemente.
—Uh, qué...
Cuando lo vi usando tenis con una camisa ligera y pantalones cortos, me preguntó
con una sonrisa:
—Hoy es el día del juego. ¿No vas a ir?
—¿Juego? ¿Qué? ¿Es tenis?
Mientras miraba su atuendo, se rio a carcajadas, como si hubiese dicho algo
absurdo, pronto entendí por qué se rio.
—Juego de Polo. ¿No lo sabías?
—Uh... ¿En serio? ¿Hay algo así? —pregunté torpemente.
Solo había escuchado del juego de Polo, nunca lo había visto y no me había
interesado jamás. Sabía que se practicaba en la universidad o algo así, no estaba
seguro de cuántas personas jugaban, y mucho menos las reglas del juego así que
mi reacción fue indiferente mientras que la de Lee-Wei fue ansiedad.
—¿Irás?
Estaba muy deprimido por mis notas que me agite por un momento. Quería cambiar
mi estado de ánimo. Desearía poder olvidar todo por un minuto mientras hago algo
diferente.
—¡Lee-Wei, estoy lista! ¡Vamos!
La novia de Lee-Wei apareció inadvertidamente saliendo de su cuarto.
—Si vas, vamos juntos.
Dudé. Estaba muy preocupado por mis estudios, pero también tenía el impulso de
correr a algún lugar. Lee-Wei añadió vacilante:
—Estará Keith Pittman jugando hoy. Es una oportunidad de ver a un Alfa dominante.
¿Te lo perderás? Pittman es un graduado así que, si no lo ves esta vez, nunca lo
harás.
Tenía curiosidad por conocer a Keith, Lee-Wei tenía razón, si no lo veía esta vez,
nunca lo vería de nuevo. Entusiasmado respondí:
—Iré.

✤✤✤✤✤✤

El estadio, donde estaba programado el partido de Polo, ya estaba repleto de gente.


Lee-Wei apenas alcanzó a estacionar su auto en un lugar remoto, silbando
brevemente por la multitud.
—¿Es más grande de lo que pensaba? Me pregunto si podremos ver este juego
adecuadamente —dijo su novia pensativa.
—Espera un momento, escuché que Jennifer es una agente. Podrías conseguir
unos asientos si hablas con ella.
Agarró el brazo de Lee-Wei y entusiasmada me dijo:
—¿Qué dices? ¿Te gustaría ir con nosotros?
—¿Yo también? ¿Estás de acuerdo con eso?
Era una oportunidad inesperada, estaba sorprendido, ella se rio y asintió.
—Por supuesto que está bien. Vamos juntos, pero no puedo confirmar si Jennifer
realmente me dará los asientos.
—Oh, es cierto. Por supuesto.
Los seguí impaciente y a paso apresurado. Cuando apenas pudimos atravesar entre
la multitud, nos dirigimos con el equipo, Jennifer de pronto se acercó.
—Pueden pasar si ayudan antes de que empiece el juego.
Ella habló amablemente y nos dijo qué hacer. De hecho, no fue nada. Mi trabajo
consistía en proporcionar a los jugadores los suministros necesarios, ya sea agua
o algo para beber. La mayoría de los jugadores tenían asistentes para ayudarlos a
jugar, por lo que cuidaban a cada individuo. Mi trabajo principal era rellenar
previamente los artículos para que los asistentes pudieran suministrarlos de
inmediato. Me moví de un lado a otro para ayudar a los agentes antes de que
comenzara el juego.
—Que difícil conseguir un asiento. —Lee-Wei se quejó.
—Todos esperan, es hora.
Siguiendo las instrucciones de Jennifer, terminamos nuestro trabajo y nos dirigimos
a un asiento fijo.
El ruido era potente. Lee-Wei estaba hablando con su novia y en todo el estadio
habían personas disfrutando, bebiendo con amigos y conversando. Yo fui el único
que vino solo, pero estoy bastante bien con eso. Aunque era compañero de casa
con Lee-Wei no me atrevía a hablarle, sólo porque vinimos juntos a un lugar como
este no puedo acercarme de repente. Me preguntaba qué hacer en situaciones
incómodas. Tenía un pequeño arrepentimiento, pero ahora no había vuelta atrás.
De todos modos, para regresar necesitaba ayuda de Lee-Wei. Cuanto más
pensaba, sentía que más tiempo perdía estando aquí.
—¿Quién es ese Alfa dominante? ¿Es Grayson saliendo?
Alguien dijo en la parte de atrás, luego escuché otra voz que le seguía.
—Jamás imagine ver a Keith y Grayson en un solo lugar. ¿Se están graduando los
dos esta vez?
—Sí. Allí está Grayson, es un Alfa dominante perteneciente a la familia Miller. ¡Dios
mío, en realidad estoy viendo a un Alfa dominante de la familia Miller! Fue muy
buena idea venir a esta universidad. No dormí nada desde ayer.
—Estamos en la misma universidad, pero nunca lo he visto antes.
—Yo tampoco. ¿Los van asistir? ¿O los Alfas dominantes son de pase libre?
—No sé, quiero averiguarlo pronto. ¿Cómo se verán? Los Alfas dominantes son
todos tan temperamentales y calientes.
De repente olí un dulce aroma. Inconscientemente levanté la cabeza y busqué la
fuente de la fragancia. No fui el único. Las personas tenían el mismo propósito que
yo, buscaban urgentemente en todas partes. Sentí que mi alrededor se calmaba y
al mismo tiempo lo encontré, no fue tan difícil. Estaba sentado en lo alto de un
prominente caballo negro, como si mirara sobre todos. Nunca olvidaré ese día. El
momento en que todo mi universo se detuvo. El caballo negro se apresuró y
lentamente se acercó al campo. El aroma se volvió más espeso.
El cabello oscuro revelado debajo del casco se sacudió suavemente en sincronía
con los pasos del caballo. Incluso si no me atreviera a revisar los ojos morados
debajo de él, su presencia era tan obvia. Usando pantalones blancos, sostuvo la
brida y el látigo de polo ligeramente en una mano y un mazo en la otra. Keith se
balanceaba con gracia cada vez que el caballo caminaba. Su rostro solo miraba al
frente.
—Ah...
Escuche el sonido de alguien suspirando, fue un sonido muy empático. Casi lo imito,
sin embargo, estaba cubriendo mi boca para evitar justamente emitir sonido alguno.
No podía girarme ni respirar. Solo estaba concentrado en mirarlo. No era solo yo.
Su apariencia llamó la atención de todos a simple vista. ¿Alguna vez has visto un
ser tan impresionante y elegante? La cara de Keith cambió levemente. Todos,
incluyéndome, podíamos ver la sonrisa en su rostro, que era inexpresiva. Sin
embargo, la sonrisa estaba dirigida a una sola persona.
—Grayson.
Mientras montaba, Keith estaba muy por encima de él. Ni siquiera podía mirarlo
porque la luz del sol caía sobre su cabeza. Solo podía oler un aroma dulce. No solo
yo, sino todos los que están allí, en ese momento las feromonas de Keith inundaron
el estadio. Me sentí celoso cuando lo pensé.
Keith pasó de largo y fue directamente al lado del otro hombre vestido como un
jugador de Polo. El hombre sentado en el caballo era de su clase. Cualquiera que
haya visto su cara lo sabría de inmediato, era otro de los Alfas dominantes de la
universidad. Mi mirada se fijó en aquel hombre con ojos de luz amatista, el símbolo
del Alfa dominante. Tenía una rubia cabellera que era completamente diferente del
color oscuro del cabello de Keith Knight Pittman, y era un chico guapo con una
bonita sonrisa. Dos hombres de infarto, en un solo lugar. Nadie hubiera esperado
tal situación. Ambos eran Alfas dominantes.
—Oh, Dios mío, siento que puedo morir ahora.
Todos habrían pensado lo mismo. Escuché el sonido de tomar fotos a toda prisa
desde un lado. Fue una oportunidad dada por cielo el poder capturar aquel
momento, el ver a dos alfas dominantes juntos. Pero sabiendo eso, dudé. Estaba
avergonzado por alguna razón, por lo que no podía tomar mi teléfono móvil y
fotografiarlos como las otras personas. En lugar de sacar mi celular, simplemente lo
miré. Como si quisiera mantener a Keith en mis ojos para siempre. Los dos habían
estado hablando durante un rato, y luego chocaron sus palmas ligeramente. La
gente miraba mientras iban a sus respectivos asientos mientras que el sonido de
presionar el obturador de la cámara era continuó.
El juego comenzó, y los hombres en sus caballos corrieron con su mazo en alto,
pero yo solo podía ver a Keith. El sonido de la vestidura a cada golpe del caballo se
hizo excepcionalmente fuerte en mis oídos. En realidad, solo podía oír todo lo
relacionado con Keith, lo miraba sin parpadear. Desde tirar hábilmente de las
riendas, balancear el mazo hasta golpear la pelota, incluso correr con el caballo
para amenazar al otro jugador. Es como si solo existiéramos él y yo en este mundo.
Incluso el sudor que goteaba de su frente llegó a mis ojos con tanta claridad. Mi
corazón latía fuertemente que tuve que presionar suavemente mi pecho.
En ese momento me di cuenta que no fue un problema para mí que Keith fuera un
Alfa dominante y yo un Beta mediocre. Mi corazón latía tan fuerte por Keith como si
estuviera gritando con todas sus fuerzas.
—Oh, me enamoré de ese hombre.
Después de que me di cuenta de aquel hecho lo vi corriendo hacia mí como si
estuviera consiente de mis sentimientos. Keith se acercó lentamente como si
redujera tanto la velocidad como lo puedo recordar. Me quede en blanco mirándolo.
Ni siquiera podía escuchar el sonido de las personas a mi alrededor. Solo estaba
mirando a Keith, cada vez más cerca, más lento. Y entonces…
¡Tak!
Volví a la realidad parpadeando después de un ruido agudo. Pasó un tiempo hasta
que escuche los gritos de las personas. Mi cerebro comenzó a recordar como si
fuera una película. Los agentes corrían de un lugar a otro. El juego había sido
detenido. Keith había sido visto tambaleándose. Me di cuenta de que la pelota había
volado delante de mis ojos y Keith, que había estado corriendo a toda velocidad,
trato de esquivar con el mazo, pero se encontró fuera de balance y por tal motivo
cayó del caballo.
De nuevo el juego continuó, pero Keith fue la excepción. Su frente estaba rota y
sangrando. Todos estaban nerviosos por lo cual lo llevaron a la enfermería. El juego
se reanudó después de que otro jugador fuera puesto en su lugar. Salí de la multitud
dirigiéndome en dirección a donde se encontraban los agentes. Tenía que encontrar
a Jennifer y preguntar a dónde lo habían llevado.
Al encontrar a Jennifer le pregunté:
—Uh… Quería saber si se encontraba bien porque se hirió por mi culpa...
Agregué una explicación innecesaria, pero ella no tuvo reacción alguna, solo miraba
a Grayson. Después de señalarme a donde se lo habían llevado, me dirigí hacia la
enfermería, que se situaba en una carpa apartada y remota.
Sería difícil para el público en general encontrar al jugador lesionado, y pudiera ser
una consideración para las personas lesionadas que necesitan descansar.
Especialmente si la persona lesionada es un Alfa dominante. Había fanáticos muy
entusiastas. De hecho, mientras iba vi a varias personas deambulando. Como era
de esperar, el agente de seguridad respondió inadvertidamente a alguien que había
preguntado a dónde habían llevado a Keith.
—Por supuesto que fue al hospital —dijo.
En ese momento, se dieron la vuelta decepcionados. Si no fuera por Jennifer, que
es un agente habría escuchado la misma respuesta. Aunque Keith fue lastimado
por mí culpa, de alguna manera sentí la emoción de ser privilegiado y me dirigí a la
tienda. Sin embargo, incluso después de encontrarla, no me anime a entrar, pero
me armé de valor y decidí avanzar lentamente, empecé a sentir presión con cada
paso. Definitivamente estaba allí, había una evidencia que era más clara que
cualquier otra cosa. Era el aroma de sus feromonas, insoportablemente dulce,
cegador. Mi cuello hormigueo y dolió. Sin embargo, era poco probable que alguna
vez volviera a tener una oportunidad como esa. Keith estaba acostado en una gran
camilla. Tenía una gasa ancha en la frente y tez pálida como la nieve. Mi corazón
se sacudió.
Estaba preocupado pensando en la gravedad de las heridas, pero pronto mis
emociones se reprimieron, si se hubiera tratado de una afección grave, los agentes
no habrían desaparecido y hubieran dejado solo a Keith. Sobre todo, no lo habrían
puesto en esa tienda temporal, lo habrían trasladado al hospital, me sentí un poco
tranquilo. Pero el vendaje alrededor de su limpia frente todavía me preocupaba.
¿Qué pasaría si había una cicatriz en su cara? Incluso con imaginación, me sentí
extremadamente culpable. Keith de repente abrió los ojos. Por un momento estaba
tan sorprendido que dejé de respirar. La luz del sol que entraba por la tela iluminaba
la tienda. Keith me miró, lo vi levantarse lentamente. Ninguna de las palabras que
tanto había preparado surgió. Solo me quedé ahí. Keith fue el primero que abrió la
boca.
—¿Eh?
Keith se echó a reír. Mis rodillas se encontraban tan débiles que casi me caigo. La
voz de Keith fluyó mientras que yo apenas podía captar la situación en mi
consciencia distante.
—¿Te dolió?
Me detuve un momento. El reconoció mi rostro, el rostro de la persona que salvó,
no pude contestarle por alguna razón. Cuando negué, sonrió. Fue una sonrisa para
mí. Mi corazón iba a explotar. Quería dar gracias, tenía que hacerlo, pero no había
sonido. Keith se acercó a mí, dudando con la boca abierta solo lo miré a la cara. En
cada paso, la frecuencia de mi pulso se multiplico varias veces por segundo.
Cuando finalmente lo tuve cerca, dejé de temblar.
—¿...?
De repente, tiró de mi muñeca y me jalo. Sorprendido por lo inesperado de la
situación caí literalmente sobre su pecho. Inmediatamente envolvió un brazo
alrededor de mi cintura y la apretó con fuerza. Terminé sentado en su regazo.
Resoplo profundamente. Me encontraba temblando con los ojos bien abiertos. Él
olisqueó mi cuello y se rio. No pude contener el aliento, y apenas inhalé algo de
oxígeno.
—¿Eres beta?
Solo asentí.
—¿En serio?
Y se volvió a reír. De verdad necesitaba respirar. Keith abrió la boca y me mordió el
cuello.
—Ah...
Respire hondo. Todo mi cuerpo se estremeció con la sensación de succión
constante sobre mi piel, estreche mi mano sobre su hombro, él inmediatamente lo
agarró y lo envolvió alrededor de su cuello.
Me sorprendió, la mano que sostenía mi cintura se movió para levantarme la camisa.
—¿Hay chicas que no tienen demasiados senos?
Se echó a reír. Keith comenzó a succionar uno de mis pezones, no pude soportarlo
y abracé su cabeza con urgencia. Me dio unos apretones suaves en los pezones.
La feromona de todo su cuerpo se expandió por mi médula espinal. Me boqueo una
y otra vez, mi cuerpo se volvió loco.
Cuando su mano entró en mis pantalones me agarró el culo con fuerza, pero fue
Keith quien gritó:
—¡¿Qué, esto?!
Estaba en ese momento tan absorto en su dulzura que no pude responder de
inmediato. Me empujo de una forma tan violenta que todo mi cuerpo sintió dolor. No
fue hasta que rodé por el suelo que recuperé la lucidez. Keith se levantó y me miró.
Una mirada como si quisiera matarme. Había sido tan dulce hasta hace solo un
momento y ahora su aroma se había disipado. Keith se sacudió cuando se sentó.
—¿Eres un hombre?
Entré en pánico y solo pude parpadear, pero no me pidió una respuesta. La
evidencia de ser un hombre era muy obvia. De repente cerró la boca cuando vio un
pene. Al momento siguiente, giró su cuerpo y solo vislumbre su amplia espalda.
Estaba como loco.
—Eres un maldito pervertido.
Dejé de respirar en ese momento. Sus ojos no eran los morados de siempre,
exclusivos de Alfas dominantes, eran de un color dorado que brillaba como un grano
de arena en el desierto cubiertos por el sol, los cuales no dejaban de proyectar una
mirada amenazante.
¿Qué paso? Estaba perplejo, algunas personas dicen que el color de los ojos
cambia según el estado de ánimo. En ese momento, no sabía que el color de los
ojos cambiaba cuando los Alfas extremos dominantes liberaban una gran cantidad
de feromonas. La feromona de Keith era de ira pura que se vertió como una
cascada, llenando la tienda. Fui aplastado por las feromonas tanto que me costaba
respirar. Con mucho esfuerzo intente levantarme. Me encontraba aterrorizado
mientras él miraba a su alrededor buscando algo así como un arma. No sabía que
sería de mí sí me quedaba allí. Por supuesto, los resultados que imagine serían
desastrosos. Intente huir con las piernas torcidas y gritando por ayuda con la cara
en el suelo. Mi corazón estaba latiendo como si fuera a morir en ese mismo instante.
Si no huía, realmente me mataría. No tenía razón para no hacerlo. Detrás de mí,
cuando apenas pude levantarme nuevamente para salir corriendo, él pronunció un
sinfín de malas palabras y maldiciones. Me estaba mareando, así que escapé de
ahí con todas mis fuerzas sin mirar atrás. Finalmente corrí a una calle donde ya no
podía sentir su aroma, dejé de respirar correctamente y caí al suelo.

✤✤✤✤✤✤

Era pasada la medianoche cuando llegué a casa. Me tambalee hacia la habitación


para finalmente recostarme sobre la cama. Estaba tan cansado que no quería
pensar en nada. Solo quería dormir y olvidar todo. De repente, sentí que la fiebre
estaba subiendo, pero lo ignoré y me acurruqué. Una esquina de mi pecho se sentía
miserable. Keith pensó que era mujer por eso me salvó, me besó e intentó
abrazarme. Un profundo suspiro fluyó involuntariamente. De repente recordé que
estuvo oliendo y revisando mis feromonas. ¿Estaba decepcionado de saber que era
una Beta? Si fuera un Omega, ¿habría cambiado algo? ¿No importaría si fuera
hombre? Si yo fuera Omega. Fue imposible encontrar una respuesta. Yo era un
Beta, un hombre, y él me despreciaba. Me quedé dormido, estaba cansado a morir.
Todo lo que realmente quería era olvidar lo que paso.
En ese momento, malas elecciones cambiaron mi vida. Ese día tuve que ir a la
farmacia más cercana, comprar y tomar un medicamento para extraer
temporalmente las feromonas. No funcionó, así que tuve que lavar y deshacerme
de todas las feromonas que aún quedaban en mi cuerpo. Nunca absorbí tal cantidad
en mi vida, si no lo hubiera hecho, mi cuerpo no habría mutado, y no me hubiese
convertido en un Omega al abrí los ojos después de sufrir fiebre alta durante días.
Pero lo más doloroso fue que a pesar de que mi vida cambió por completo, el
causante de ello no pudo recordarme en lo absoluto.
Cuando fui contratado como secretario de Keith Knight Pittman al ganar algo de
experiencia después de graduarme, me di cuenta. Él nunca me reconoció. Para
Keith, yo solo era un “secretario masculino”. Cuando me pare frente a él con un
corazón tembloroso, Keith dijo con una cara indiferente:
—No me importa si eres Omega o Alpha, porque no estoy interesado en hombres,
solo haz bien tu trabajo.
No sabía si era una advertencia. Cambiaba a sus mujeres de vez en cuando, a
veces eran Betas y otras Omegas. Pronto, me di cuenta de que el único problema
que tenía era que yo tenía un pene en lugar de pechos, y mientras esto fuera así, él
nunca me miraría.
El día que lo acepté, me despedí de mi primer amor. Borracho, me quedé dormido.
Después de parpadear varias veces, volví a la realidad solo después de unos
segundos. Mi mente todavía estaba en blanco, pero mi fatiga era mucho menor. Me
senté frotando mis dedos alrededor de mis ojos. Después de verificar la hora, la
alarma sonaría en 10 minutos. Me desperté lentamente, me acomodé el pelo y
revisé mi ropa. Antes de salir, revise el interior de la oficina una vez más, todo se
encontraba en orden. Como prueba de ello, el personal del equipo que completó el
informe que ordene, me miraron como de costumbre, luego me saludaron
ligeramente con una sonrisa. Revisé los documentos. Dentro de cinco minutos, la
puerta se abrirá y Keith entrará. Como siempre, entrará con confianza y me pasará
de largo. Como una rutina. Escuché los pasos provenientes del pasillo y levanté el
rostro indiferente. Poco a poco el tiempo se iba acercando proporcionalmente, mi
mente se cerró. Los pasos que parecían una ilusión se hicieron realidad. Sostuve el
informe ligeramente con ambas manos. Me puse de pie y esperé a que se abriera
la puerta. Un instante después, llegó el momento. Keith apareció frente a mis ojos
e hice lo de siempre.
—¿La reunión se hizo bien?
Como si nada hubiera pasado.
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Bésame mentiroso
Capítulo 3

Todavía estábamos dentro de la sala de conferencias, en silencio, ya que cualquiera


no podía abrir la boca. Acaba de notarlo así que me senté con la espalda recta y
esperé a que Keith hablará con los otros ejecutivos.

—Ja. —Keith suspiró profundamente. Fue una mala señal—. ¿Has visto todos los
artículos en Forbes?

Todos se quedaron perplejos por la pregunta repentina, luego se miraron. Keith dejó
el informe y movió la mesa con los dedos, después la golpeó.

—Si miras allí, puedes ver aproximadamente cuánto será mi patrimonio. Por
supuesto, será más de lo que se anunció.

Pronto se reveló por qué se jactaba de dinero en lugar de reunirse. Keith distorsionó
su boca.

—El dinero que gasté en comprar mi yate fue menos de lo que gasté en hacer esta
película. ¿O vas a hacer alrededor de 1,000 piezas de esta basura? Terminaré mi
vida haciendo esta película. Es muy genial —dijo Keith, aplaudiendo como si
pareciera aburrido.

Nadie pudo hablar. El silencio cayó entre los ejecutivos, que solo miraron hacia
abajo. Keith agarro la película y la aplastó con las manos.

—¿Acabas desperdiciar un año para hacer algo como esto? Si arrojas dinero a la
basura… ¿Será una obra maestra? ¡NO!¡La basura es solo eso! Es solo basura con
dinero. —Keith arrojó el informe al desperdicio—. ¡¿No usan la cabeza para
pensar?! ¡Acaso tienen mierda en ella! —No hubo sonido de refutación—. Todo este
plan está mal. Vuelvan a empezar desde cero. Tres días serán suficientes y espero
no volver a tomar mi precioso tiempo con esta basura.
Después de que Keith concluyó, me puse de pie sin dudarlo. Inmediatamente lo
seguí. Mientras caminaba, sacó un cigarrillo y se mordió los labios. Keith nunca dejó
de caminar hasta que encendió el cigarrillo y escupió sus primeras palabras. Por
supuesto, él ni siquiera me miró.

—A Whittaker…

—Sí. —Le respondí de inmediato.

Keith todavía dijo, caminando hacia adelante:

—Dile que este fin de semana solicitaré más personal.

—De acuerdo. Este fin de semana es la fiesta en el barco. ¿Algo más que agregar?

Todavía no tenía idea de cuál era el propósito de la fiesta y no lo pregunte. Cuando


miré, Keith se volvió hacia mí por primera vez.

—Eso es todo lo que tienes que hacer.

—Ya veo.

Cerré la boca después. Una fiesta social típica, pero en este caso, era con una lista
de invitados.

Keith volvió la cabeza y se dirigió hacia el frente. De repente pensé que parecía
sonreír.

—Me gustas porque te das cuenta rápidamente.

—Gracias.

Por el momento lo dije sinceramente. Cuando estaba confundido por la admiración,


me dijo:

—Es muy conveniente.


Él estaba cerca de mí. Para este hombre, soy un secretario realmente útil, ni más ni
menos. Aunque era natural, se detuvo momentáneamente y me reí.

—¿Es eso así? Me alegro —agregué—. Haré lo mejor que pueda en el futuro.

Keith se volvió hacia mí. Esta vez definitivamente estaba sonriendo.

—¿Alguna vez te has convertido en un tipo que tiene diversión de una noche?

—Yo no hago eso.

En ese momento Keith preguntó de manera bastante extraña:

—¿Eres Omega? Existen Alfas femeninos puedes conseguirlo fácilmente, eres un


hombre.

Estaba muy desconcertado sobre dónde corregir sus palabras. Tuve una novia
antes de la mutación. Y nunca tuve una relación con alguien después de
enamorarme de Keith. Además, incluso después de convertirme en Omega, ni
siquiera sabía cuál era mi identidad.

—De todos modos. No tengo diversión de una sola noche si no, no podría dormir
bien y tendría un gran problema para ayudar al jefe durante el día.

—Wow.

Keith escupió deliberadamente. Rápidamente lo empujé y presioné el botón del


elevador. Keith dio un paso atrás y esperó a que la máquina volviera a aparecer.

—¿Hay alguna razón para no ser diferente al resto?

Tan pronto como inadvertidamente lo pregunté, lo lamenté. Estaba nervioso de


haber tocado el temperamento de este hombre. Afortunadamente, Keith no
respondió. Él solo se rio de mí, riéndose como de costumbre.

Aquel hombre estaba intentando mirar a través de mí, pero la verdad es que soy
una persona realmente aburrida. No soy tan bueno en la vida nocturna como
Grayson, y no puedo hacer bromas ingeniosas. Así he vivido hasta ahora y
continuaré haciéndolo.

Finalmente, después de un rato el ascensor llegó.

Dije con una sonrisa:

—Mi única ventaja es ayudar al jefe.

La puerta del ascensor se abrió. Keith, sin embargo, subió y se detuvo


inesperadamente para mirarme. Cuando se cerró la puerta, extendí la mano
rápidamente, solo entonces Keith entró.

Antes de que lo siguiera, él abrió la boca primero:

—Es la hora del almuerzo.

—Es la hora del almuerzo —repetí, la puerta del ascensor se cerró y él presionó el
botón.

✤✤✤✤✤✤

—Oh, ¿en serio? ¿Podría enviar la lista y el número de invitados que vendrán
primero a la fiesta?

Whittaker inmediatamente preguntó de manera profesional. Le respondí que


enviaría un correo electrónico después de confirmar la cantidad de personas que
asistirán. Después de colgar el teléfono, clasifiqué a las personas invitadas en orden
alfabético. Tan pronto como terminó la hora del almuerzo, todos comenzamos a
trabajar. Fui al asiento de mi oficina conectado a la oficina del presidente e hice
llamadas una por una.

—Por supuesto que voy.

Grayson contestó el teléfono de la secretaria.

—¿Yoonwoo, también?
—¿Yo?

Se escuchó su voz.

—Sí, necesito un administrador. ¿O vendrá Charles esta vez?

Si había una fiesta en la casa de Keith, Charles se encargaría, pero esta vez era
diferente porque se haría en un barco. Es decir, si había una fiesta fuera de su casa,
la mayoría de las cosas tenían que ser organizadas por mí.

Era evidente que tenía que asistir. Por supuesto, no invitamos a un organizador de
fiestas y no le preguntamos a Charles así que, pensé por un momento y luego
respondí.

—Tal vez iré.

—...

—...

—¿Sí?

De repente, después de un repentino silencio, preguntó:

—¿Siempre llevas medicamentos?

—Sí, por supuesto.

Nuevamente, respondí en secreto una pregunta que no era demasiado simple.

—Nos vemos en la fiesta, Yeonwoo. Si llegaras a ver algo no te sorprendas


demasiado.

Después de agregar una extraña oración Grayson colgó el teléfono.


Inadvertidamente miré el auricular desconectado, pero no pude volver a llamar y
preguntar qué significaba.

Seguí rígido, sin embargo, no tuve más remedio que ignorarlo.


✤✤✤✤✤✤

Los preparativos de la fiesta fueron fáciles. No hubo nada especial porque ya se


había hecho varias veces. Era solo una fiesta en yate. El orgulloso yate de lujo de
Keith era lo suficientemente grande como para transportar a 300 pasajeros. El
número de personas invitadas a la fiesta fueron alrededor de 50, así que fue mucho
más sencillo. Incluso si consideraban traer a sus propios socios, no habría más de
200 personas.

Precavidamente, preparé 250 comidas y bebidas. Todas las habitaciones estaban


disponibles en caso de que tuvieran alguna molestia o necesitarán descansar. La
preparación era perfecta. La fiesta sería a partir de las 7:00, pero siempre había
invitados llegando temprano y otros llegando tarde. De hecho, sabía que el propósito
de la fiesta era solo por “amistad”. No sabía que Keith tenía tantos amigos, y
tampoco sabía algo sobre las redes sociales. Quizás su significado de la palabra
amigo sea diferente al mío, por lo que probablemente sea más difícil que entre él y
yo encontremos lo mismo.

—Bienvenido a... Sr. Norman.

Cuando levanté la vista, inmediatamente me convencí al ver sus ojos morados de


que era un Alfa dominante. No era dulce como la etiqueta con el nombre que se le
dio en la entrada.

Por suerte, fue útil memorizar a los invitados presentes antes de la fiesta. Incluso
cuando obtuve la lista por primera vez, estaba perplejo, todos en la fiesta eran Alfas
dominantes. Podía ser que hubiera ganado la lotería porque estaba viendo a un
montón de Alfas dominantes reunidos en un mismo lugar, y eso era algo que quizá
nunca volvería a ver en mi vida, pero… Lamentablemente, la situación se había
previsto, por lo tanto, no había sido cuestión de suerte.

Quizás la advertencia de Grayson se debía a eso.


Ya que no había Omega en el mundo que pudiera soportar las feromonas emitidas
por tantos Alfas extremos. Un día me dijeron que los Omegas eran los únicos que
podían controlar las feromonas de un Alfa dominante, y ya sea cierto o no, yo era
un Omega ordinario a pesar de que mi ciclo fuera desordenado. Solo tenía que tener
cuidado.

Grayson, quien acababa de entrar, me miró a los ojos y me envió un ligero saludo
por lo que incluso mi ciclo de calor se puso algo confuso debido a la “mutación”, así
que me comprometí de nuevo. Debía de tener cuidado.

—Yeonwoo.

Cortésmente recibí el saludo.

—Señor Miller.

—Grayson. —Me corrigió.

No podía seguir su voluntad.

—El Sr. Pittman llegará en los próximos 15 minutos. Por favor, disfrute de la fiesta
primero.

—Por supuesto que estoy pensando en hacer eso.

Grayson sonrió a la bella y glamorosa rubia que lo acompaña y luego me miró de


nuevo.

—Te lo diré de antemano, pero te advertí sobre esta fiesta. A ti y a Keith.

—¿En serio?

Él parpadeó como si mi respuesta fuera inesperada, pero en un segundo volvió con


una sonrisa amarga, luego se fue.

—¿De qué estará hablando...?


Me sentí incómodo y confundido por lo que murmuré.

«¿Habrá una fiesta diferente? ¿Todos los invitados son amigos de Keith? ¿Por qué
todos son Alfa dominantes...?»

Cuando me detuve en el último pensamiento, el guardaespaldas me informó que


Keith había llegado. Rompí mi raciocinio y rápidamente fui a su encuentro. Keith se
encontraba con una nueva mujer, había comenzado una relación con la más
atractiva y reciente modelo. Me dolió el estómago cuando vi a la glamorosa belleza
rubia aferrarse al brazo de Keith. No tuve más remedio que recibirlos con mucha
formalidad.

—Bienvenidos. —Los salude para luego añadir—: Adelante. Los invitados aún no
han llegado. Srta. Abigail, hoy se encuentra especialmente hermosa.

Las palabras de elogio eran exactamente las que Keith me hacía decir cada vez que
cambiaba de mujer. Un día Keith me dijo: “¿Por qué no cambias la frase?”, con un
tono sarcástico.

¿Por qué debería preocuparme por alabar a la pareja sexual de Keith en varios
idiomas?

Pensando intensamente, miré a Keith con una cara inexpresiva. Llevaba un traje
oscuro, era un atuendo tosco que no llevaba corbata, incluso se soltó un par de
botones de la camisa, así mantuve mi mirada hacia sus sensuales músculos del
pecho. Un suspiro fluyó espontáneamente cuando lo vi a la cara. Estaba
sorprendido así que me apresuré a respirar. Afortunadamente, mi agitación
momentánea pasó sin problemas porque Keith nunca me miró. Echó un vistazo a la
cubierta brevemente y me miró sin ninguna reacción.

Lo miré casualmente.

—El número de guardaespaldas aumentó según lo indicado, y los preparativos


necesarios para la fiesta fueron realizados.
Dio un paso y yo me quede parado ahí, viendo desde lejos como se fue con Abigail.

Cuando sin querer me distrajo la amargura y la ambición, mi rostro cambió, sonreí,


aunque estaba impaciente. Puede que no se haya dado cuenta... Está bien, lo sé.
No lo había visto, fue realmente un momento. Fueron solo unos segundos, pero en
mi cabeza todo tipo de pensamiento estaba enredado con él. Entonces el chef me
habló:

—Yeonwoo, ¿podrías revisar los platos por un segundo?

—Ah, sí. Sí.

✤✤✤✤✤✤

No hubo nada especial hasta la mitad de la fiesta. Los invitados seguían y seguían
llegando mientras yo luchaba para evitar confundir sus nombres. Sin embargo,
había algo que era inusual, había varios clientes con dos, tres o más socios juntos.
A veces, la pareja era una mujer o un hombre, pero estaba claro que todos eran
Omegas. Pensé que había algo extraño, pero pronto lo ignoré. Todo lo que tenía
que hacer era terminar la fiesta sin incidentes. No importaba el tipo de privacidad
que tuviera el invitado o cuántos socios tuviera, solo tenía que asegurarme de que
la fiesta no se arruinara.

Había revisado la lista de invitados, confirmado a todos, incluso a los que no habían
venido. Después de revisar a las personas por separado, le pedí a los guardias que
vigilaban la entrada que se pusieran en contacto conmigo con anticipación si es que
llegaba a haber algún invitado adicional. Hasta ese entonces, el progreso fue lento,
especialmente no hubo clientes que causaran problemas.

Por la noche, el mar estuvo tranquilo, por lo que el bote apenas se sacudió. Sin
embargo, lo que hizo diferente esta fiesta de otras fue que los invitados estaban
jugando en algún otro sitio. En su mayoría, las fiestas son el objetivo principal de
socializar y obtener nueva información. Por supuesto, debería haber grupos
grandes y pequeños que se dividían, pero no estaban aquí. No había mucha gente
en la cubierta. Los Alfas dominantes estaban entusiasmados debido a las
feromonas que estaban enviando, aunque tuvo poco efecto.

Pensé en ello y miré alrededor de la cubierta, pero de repente tuve una idea extraña.

Había muy poca gente y aún quedaba comida y alcohol sobre la mesa. No era una
o dos cosas extrañas, vacié mi mente. Por fin, una pareja parecía estar hablando
con otra hasta que se fueron juntos a una habitación. Todas las cabinas tienen
interfonos, por lo que, si necesitan algo, nos contactaran de inmediato. Cada uno
tiene una pareja, por lo que todos pueden ir a disfrutarlo.

Me pregunté por qué había tenido una fiesta así. ¿Keith lo sabía? Keith
repentinamente vino a mi mente así que intenté deliberadamente no pensar muy
profundo.

—Creo que está bien aquí. ¿Deberíamos mirar alrededor de las habitaciones?

Me atreví a hablar mientras caminaba por la cubierta con un paso más poderoso
que de costumbre. En una larga silla de playa, a un lado, pude ver a un hombre
sentado. Como invitado a la fiesta de hoy, también era un Alfa dominante. Observé
a los tres Omegas que había traído, brevemente pude ver como lamían sus cuerpos
entre sí, así que me apresuré a encontrar el elevador luego presioné el botón.

Cuando me quedé solo, mi cara se calentó. De hecho, los Alfas dominantes no


tienen vergüenza para mostrar sus deseos en cualquier parte. ¿Me gustaría tener
sexo así?

Incliné mi cabeza dentro del elevador que se elevaba lentamente. Tuve sexo con mi
primera novia, pero no fue tan bueno. Por encima de todo, era incómodo y, por
supuesto, ella no estuvo satisfecha. Mi primera experiencia terminó así. Lo mismo
ocurrió con la siguiente novia que tuve. Encajamos bien y la pasábamos bien en
compañía del uno del otro. Cuando se me confesó la acepte fácilmente, pero
durante la relación solo hubo besos. No importaba cuánto lo intentara, no estaba
acostumbrado al sexo. Creo que hice mi mejor esfuerzo, pero puede que no
fuéramos el uno del otro. Nos separamos lento y muy naturalmente. Esa fue toda
mi experiencia de citas. Después de eso, me llevaron a estudiar. Luego y de repente
me transformé en Omega. Ya no podía pensar en nadie más. Era incómodo salir
con una mujer, y tenía miedo de salir con un hombre, aunque eventualmente, sabía
que iba a tener una relación.

Ding-dong.

Después de un rato, la puerta del ascensor se abrió para darme acceso al pasillo
del piso superior. De repente se sintió un dulce aroma. Era una fragancia de
feromonas extremadamente familiar. Mi interior se puso quieto. Deliberadamente
tosí, pero eso fue todo. El silencio volvió a caer en todas partes. Me sentí incómodo
y ansioso, y me moví paso a paso más rápido de lo habitual. Solo iba a revisar y a
bajar rápidamente.

—Ah.

Cada vez que movía mis pies, la fragancia se volvía más fuerte. Alguien estaba
vertiendo feromonas intencionalmente. Recordaba vagamente que algo similar me
había sucedido en el pasado. El día en que me transformé en Omega, me empapé
de las feromonas de Keith. En ese momento, pude llegar a mi casa porque estaba
menos afectado que un Omega, pero como resultado luego me convertí en uno.

Aunque ahora el problema era que soy Omega así que el impacto iba a ser mucho
mayor que eso, ya de por sí era difícil imaginar lo que sucedería.

«No importa la cantidad de medicamento que tomé, es peligroso», pensé.

Me tapé la nariz con la manga y, sin darme cuenta, deambulé. No muy lejos, vi la
puerta de una habitación, la fragancia de feromonas fluía desde allí. Al instante
dudé. Pensé que debía dar la vuelta y tomar el elevador nuevamente.

Pero la fragancia fue mucho más fuerte de lo que esperaba. Parecía que mis piernas
ya estaban temblando y doblándose. Caminé rápidamente por el pasillo mientras
mis pasos se volvían cada vez más pesados. De repente, la puerta se abrió por
detrás.

—¿Lo has traído? ¿Oye? ¿A dónde vas?

Me detuve ante su llamado. Era claramente una voz que conocía. Ella seguía
gritando nerviosamente.

—¿Acaso no me oyes? ¡A dónde vas!

Parecía que había solicitado algo por el intercomunicador. No tuve más remedio
que responder. Respiré tanto como pude y me di la vuelta.

—Srta. Abigail.

Me era difícil sonreír, pero ya tenía un sudor frío en la frente y un pulso acelerado.
Abigail se movió sin dudarlo, como si la exposición de su cuerpo no fuera nada, tan
solo traía un camisón. Los tacones altos se estaban acercando. Estaba atrapado.
Me quedé quieto y esperé a que ella viniera. Finalmente, se detuvo justo frente a mí
y me miró. Era más alta, me reconoció y abrió los ojos, pero su reacción de sorpresa
fue momentánea.

—¿Lo trajiste? ¿Qué estás haciendo aquí?

Casi tartamudeando, respondí.

—Lo siento. Lo traeré ahora mismo.

Quería huir rápidamente de ahí. Me disculpé apresuradamente y traté de irme.

—Detente ahí. ¿Quién te dijo que fueras?

El sonido de su voz era lo suficientemente fuerte como para no ser ignorado.


Hubiera sido agradable si el entorno hubiera sido ruidoso, pero el pasillo estaba tan
tranquilo que su voz creo un sonido lo suficientemente fuerte como para dejar un
vago eco.
Inevitablemente, me di la vuelta y me tapé la nariz con la manga.

—Sí, Srta. Abigail. ¿Necesitas más?

Después de apenas hablar, ella se acercó a mí, usando un camisón sobre su ropa
interior. Me quedé quieto y esperé a que ella viniera.

Cuando finalmente se detuvo justo en frente de mí, Abigail me miró con los ojos
delgados y abrió la boca:

—¿Que estabas pensando al venir aquí?

—¿Qué quiere decir?

—No te hagas el ingenuo, eres como una prostituta.

Por un momento me sorprendí. Nunca imaginé que ella pondría esas palabras en
su boca, y que las dirigiría precisamente hacia mí. Entré en pánico y parpadeé, ella
continuó hablando:

—Eres Omega, ¿no? Te vi antes como estabas mirando a Keith. Qué gracioso.
¿Qué sueño loco has tenido al venir aquí?

Ella estaba mirando mi expresión mientras yo quería decirle que no. Al principio, me
pareció que ella era Omega, pero estaba completamente equivocado. Además, en
primer lugar, para Keith Knight Pittman, yo no era alguien que despertara su deseo
sexual porque era un hombre, así que, quería resolver el malentendido, pero era
difícil respirar, por lo que mis palabras no estaban bien organizadas.

—Es un malentendido, Srta. Abigail. Solo estoy revisando si hay algo que necesiten
los invitados…

—¡Ja!

Su risa histérica me interrumpió. Abigail sudaba horriblemente y me gritaba:


—¡Si quieres poner excusas, tienes que ser bueno! ¿A quién quieres engañar
hablando así? ¿Crees que podrás acostarte con Keith? Estoy pensando en eso y
es muy gracioso.

—¿Qué estás haciendo ahora?

Una voz apareció interrumpiendo la voz de Abigail.

Hasta ese entonces, ella me empujó y gritó como si me fuera a golpear. Abigail miró
hacia atrás momentáneamente. Keith estaba de pie contra el marco de la puerta.
Ella se cubrió la boca con vergüenza mientras que yo solo lo miré; su cabello todavía
estaba húmedo como si acabara de darse una ducha, su oscuro cabello brillaba
intensamente bajo la luz, y las gotas de agua que fluían lentamente, cayeron
directamente a través de sus mejillas hasta la barbilla para terminar en el piso.
Inadvertidamente tragué saliva seca al ver sus músculos gruesos y un cuello fuerte
y húmedo. De inmediato, él notó mi movimiento desesperado.

—¿Qué haces con mi secretario?

Abigail entró en pánico y se disculpó apresuradamente.

—Escúchame, Keith. ¿Por qué este hombre estaría aquí? Mira, tienes las manos
vacías, ¿verdad?

—¿Por cierto? —Keith comentó molesto.

Abigail se puso más nerviosa.

—Estaba intentando seducirte. Ahora que su período de celo está cerca, ¿qué vas
a hacer con él? ¡Además intenta engañarte con su celo!

Las últimas palabras se agregaron con ímpetu, pero la reacción de Keith no cambió
mucho. Por el contrario, se rio y distorsionó la boca.

—¿De qué demonios estás hablando? ¿Te volviste loca?


La voz aguda de Keith detuvo a Abigail.

Keith se quitó el pelo bruscamente de la cara.

—Esa es solo mi secretario. ¿Parece que voy a dormir con un hombre? Realmente
eso es absurdo.

—Ja, pero… —Abigail tartamudeó y protestó—: Pero es Omega.

Keith la miró fijamente.

—Es un hombre. —Abigail dudó, perdiendo lo que tenía que decir—. No me importa
si es Omega, él no está aquí por lo que piensas. ¿Cierto?

Apenas asentí ante su mirada.

—Vine a ver si hay algún problema porque todos nuestros huéspedes están
dispersos...

Keith me interrumpió sin escucharme por completo.

—¿Has oído? Entonces no seas ruidosa y entra ahora.

Realmente estaba confiando en mí. Incluso si hubiera venido aquí con el propósito
que pensaba Abigail, ella nunca lo imaginaría así que, los motivos de la idea pronto
fueron revelados.

—Nunca me acuesto con un hombre. Y Yeonwoo lo sabe.

—Lo sé.

Contuve el aliento y lo miré. Keith, parado a cierta distancia, todavía me miraba


mientras preguntaba:

—¿No es así?

Abigail tomó aliento y me miró, con una cara dudosa.


Fue difícil abrir la boca.

—Sí —dije, apenas respirando, luego añadí—: Por supuesto.

La puerta del ascensor se abrió y el sonido de un carro susurrante continuó, era el


personal que traía el champán de Abigail.

—Querido, lo siento. ¿Qué hice para cometer un malentendido tan ridículo? Oh por
favor, perdóname. Haré lo que sea. Puedes rodarme por el suelo como una esclava
si lo deseas...

—...

Incluso si ella dijera que no, Keith podría golpearla contra el suelo y zambullirla en
el barro si así lo deseara.

Abigail se aferró a él sin decir nada. Naturalmente, sus largos brazos sostuvieron
su cuello mientras que sus dos piernas saltaron, envolviendo la cintura de Keith. Yo,
por mi parte, me quedé allí y los vi desaparecer dentro de la habitación.

Todo lucía nublado ante mis ojos, aunque no podía asegurar si se debía a la
influencia de las feromonas o algo más.

—Oye, Yeonwoo. ¿Estás bien?

Preguntaron desde algún lado, fue entonces cuando finalmente me di cuenta de que
estaba respirando mal.

—Sí, estoy bien.

Me sentía mareado, pero no podía sentarme.

—Está bien, bajemos. Creo que se caerá.

Apenas asentí.
El ascensor estaba demasiado lejos y la medicina no me había servido de nada,
aunque debería haberla tomado más de 10 veces, no lo hice. Caminé arrastrando
mis pies. Mi cabeza estaba hecha un desastre. En ese momento, lo único que me
vino a la mente fue tomar un inhibidor así que, tenía que bajar y encontrar mi
maletín, sacar la medicina, tomarla y calmarme, pero la maleta con las pastillas
estaba en el sótano junto a las pertenencias del personal. ¿Cuántos pisos tiene el
sótano? ¿En qué piso estaba? Presioné un botón con una mano temblorosa y la
puerta del ascensor se cerró, un trozo de metal raspó por un momento, luego
descendió. Me apoyé contra la pared y me puse de pie. Cerré los ojos y esperé a
que el ascensor llegara hasta abajo.

Ding-dong

—Ah...

Cuando finalmente escuché la llegada del elevador, suspiré con alivio. Solo tomaría
mi medicamento para calmarme.

Era un plan simple.

Era tan simple que era bastante extraño fallar, pero no me di cuenta de que ahí
había una gran trampa. Mi cuerpo se endureció cuando la escena se abrió brillante
y lentamente frente a la puerta del ascensor. Había una gran piscina en el sótano,
incluso era dos veces más grande que en la cubierta, así que había mucha más
gente.

La mayoría de los Alfas dominantes que habían desaparecido de la cubierta,


estaban allí.
• Traducido por: Its_Unfortunxte | Unfortunxte
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Bésame mentiroso

Capítulo 4

Cuando desperté, vi un techo muy alto, solo entonces me di cuenta de que estaba
acostado y tirado en el suelo. Ya ni siquiera podía pensar en eso así que, cuando
abrí mejor los ojos me sorprendí por lo que estaba observando. Varios Alfas tenían
rodeado el cuerpo de un Omega y como había pocas mujeres en el lugar algunos
Omegas hombres estaban siendo penetrados mientras que otros solo estaban
frotándose contra los Alfas mientras se lamían todo el cuerpo, también había varios
de ellos que estaban entrelazados entre sí mientras succionaban el pene de su
compañero y al mismo tiempo eran penetrados. Fue solo hasta ese entonces que
me di cuenta de la identidad de la fiesta. Era una orgía de Alfas dominantes, un
lugar hecho para verter feromonas libremente.

Con la vista borrosa vi a un hombre con una botella de champagne. Como la


mayoría de los invitados, aquel hombre también era un Alfa dominante, estaba
completamente desnudo, bebiendo mientras sostenía la cabeza de un Omega
contra su pene erecto y lo empujaba con fuerza para poder hundirse más y más en
su boca. En el momento en que lo vi, me disgusté. De pronto el hombre que estaba
bebiendo el champagne giró la cabeza hacia mí, desafortunadamente nuestras
miradas se encontraron, parecía decirme algo, pero todo estaba borroso. Estaba
seguro de que no era una buena situación.

El hombre se levantó y caminó hacia mí, yo intenté levantarme pero no pude hacerlo
así que intenté retroceder. Tenía que subir de nuevo al ascensor, me apoyé contra
el muro mientras intentaba presionar el botón, pero era muy tarde, los ojos del
hombre me habían atrapado y como lo había esperado, mi cuerpo no se movió.

Parecía sofocarme con sus feromonas, fue entonces cuando comprendí porque
esos hombres habían elegido una piscina subterránea, deseaban que sus
feromonas se mantuvieran en un espacio cerrado para enloquecer a todos los
Omegas en la fiesta. De pronto, volví a dirigir mi mirada hacia todos aquellos que
se encontraban borrachos por las feromonas que estaban esparcidas por todo el
lugar, la escena volvió aparecer en mi cabeza, Omegas siendo penetrados,
masturbados y usados por diversos Alfas.

Si no hubiera tomado las medicinas por adelantado habría estado, quizás así, en
las mismas condiciones; sin embargo, no me sentía aliviado, apenas tenía
conciencia, aunque poco a poco me estaba acercando al límite, al final, los instintos
aparecían antes que la razón.

—¡...!

«¿Es hora de pensar? ¡Despierta!»

Moví desesperadamente mi mano pesada para encontrar el botón. Parecía haber


una ligera vibración de la máquina moviéndose detrás de mi espalda. Mientras tanto,
el hombre ya estaba muy cerca. Agarré la pared y me puse de pie sin apartar la
vista de él. Como si me enfrentara a una bestia, me puse de pie para mirarlo. Podía
ver al hombre extendiendo su mano. En el momento en que agarró mi hombro, abrí
los ojos con una extraña sensación. Él parpadeó y se rio. La fuerza de mi respiración
solo empeoraba. El hombre me miró con sus delgados ojos.

—Eres el secretario de Keith, ¿cierto?

El sonido de su voz se escuchó como si hablara en una cueva. Tal vez mi tímpano
estaba mal. Lo intenté y me disfracé.

—Si. ¿Lo necesitas?

Mi voz había sido escuchada desde muy lejos. Curiosamente, no se sentía real.
Traté de sonreír lo más posible. Él no respondió. Solo bajé la cabeza mientras
intentaba cubrirme la nariz.

—Oye, Omega.
Siguiendo la baja voz, el hombre presionó con fuerza la mano que sostenía mi
hombro. Inmediatamente caí al suelo. Escuché un golpe, pero no sentí ningún dolor.
Cuando miré hacia arriba, el pene erecto de aquel hombre estaba a la vista.

—¿Qué estás haciendo allá?

Se escuchó la voz de otro hombre. Del mismo modo, estaba desnudo, por supuesto,
también era un Alfa dominante. No era bueno. Se estaban reuniendo a mi alrededor
uno por uno.

Definitivamente no era nada bueno.

—Decían que el secretario de Keith era un Omega y vaya que realmente lo era.

Otra voz intervino:

—Eres el tipo que vi en la entrada, ¿cierto?

—Keith dice que no tiene sexo con hombres. ¿Será una mentira?

Se oyó una fuerte carcajada.

De alguna manera debía salir de ese lugar.

—De hecho, ha sido bonito desde que lo vi en la entrada.

—Lo que quiero decir aquí, es que este niño también tiene la intención.

—Es el instinto de los Omegas.

—¿Pero estará bien? ¿No es de Keith su agujero?

Cuando alguien preguntó como si estuviera preocupado, una voz se rio de él


inmediatamente.

—Keith trajo a una mujer hoy. Además, él es quien suele hablar de no acostarse
con un hombre, por lo que no puede decirnos nada.
—¡Correcto! Así es. Ja, ja, ja, ja, ja.

Todos los hombres se rieron a mi alrededor. El miedo de levantarme y las feromonas


abrumaron todo mi cuerpo, cada vez se volvía más difícil. El único pensamiento que
tenía era salir de ahí. ¿Ya estaba casi en el ascensor? ¿Podía huir incluso si
vinieran? ¿Podía rechazar sus feromonas hasta el final? ¿...? Cuando tuve esas
dudas en un rincón de mi corazón, alguien me arrastró.

—¿A dónde vas? —dijeron—. Entonces quien comenzará.

—¿Estas bromeando?

—No se puede poner todo de una vez.

—¿Por qué no? —Alguien se rio entre dientes—. Una vez probé tres a la vez.

—Wow.

—¿Es posible ponerlos todos juntos?

Mientras la admiración sorprendida continuaba alguien preguntó con arrogancia.

—¿Acaso no puedo poner tres penes en el culo de un Omega?

—Es asqueroso.

Pensé que estaban locos. Debió haber sido que sus propias feromonas provocaron
que sus cerebros se volvieran estúpidos, por qué… ¿De qué otra forma podían
sonreír así en un tipo de conversación como esas? Pero hablaban tan casualmente
como si hablaran del clima.

—Es el secretario de Keith así que, hagámoslo correctamente. Puede tener tres a
la vez, dos en la parte inferior y uno en la parte superior.

—No está mal.

Voces ásperas intervinieron a través de la tranquila conversación.


—Joder, entonces yo comenzaré.

Apenas me había levantado cuando miré a un hombre desnudo que caminaba hacia
mí con asombro. Si me quedaba ahí, moriría. No, incluso si no moría, al menos sería
como morir. Por supuesto que no tenía intención de hacerlo con ellos.

—¡¿Oye?! ¿A dónde crees que vas?

Alguien gritó con una voz risible. Se estaba riendo de mí por intentar
desesperadamente escapar. La risa continuó, pero nadie vino después de él. Más
bien, se burló y silbó.

—Ten cuidado, te caerás.

—Ken, ¿qué estás haciendo? Simplemente hazlo.

—¡Huye, rápido! ¡Adelante, corre!

El sonido de la risa, luego los aplausos y aplausos perturbaron mi mente. Era un


juego para ellos, pero estaba desesperado. Estaba aún más aterrorizado cuando
recordé que lo vi violar a su Omega hasta que sangrará. Finalmente, llegamos frente
del elevador. Estiré la mano tan fuerte como pude y presioné el botón. Los números
cambiantes indicaron que llegaría pronto. Solo tenía que esperar un poco más.

—... ¡No!

De repente me atraparon y grité.

Tal como estaban las cosas, el hombre me tiró al suelo. Mi chaqueta la quitaron sin
problemas, seguido de lo demás. La camisa se rasgó con un sonido agudo. Ni
siquiera podía permitirme cubrirme o resistirme. Varias manos se apoderaron de mi
cuerpo, sosteniendo mis brazos y cubriéndome la boca para que no pudiera gemir,
apenas podía aguantar la respiración.

Sentí que mis fuerzas habían desaparecieron. No había necesidad de someterme.


Miré a los hombres a mi alrededor con una mirada nebulosa mientras sostenían mis
extremidades. Se sentía como si alguien me estuviera quitando los pantalones. De
momento, la sensación de frío se sintió en mi trasero, así que me di cuenta de que
estaba desnudo. Por supuesto, el frío pronto se volvió insensible.

Alguien tiró de mi cabello por lo que había una sensación de tirón brumoso en el
cuero cabelludo, pero eso fue todo. El hombre que me hizo caer como un perro me
trajo algo a la boca. No fue hasta que llegó a mis labios que me di cuenta de que
era un pene. Sentí un sabor amargo, trataba de evitarlo. Sin embargo, dado que me
tenían sujetado por el cabello, solo sacudí la cabeza un poco mientras apretaba mis
labios.

—Esta perra.

Cuando trató de forzarlo en mi boca y falló, me golpeó en la mejilla. Mi mente había


vuelto. El hombre empujó nuevamente su pene sobre mis labios. Tan pronto como
me vi obligado a abrir la boca, me sacudió la garganta.

—... Uf, eup.

El maldito apareció violentamente, pero no pude vomitar. Lo intenté mucho y, en


ese momento, me sorprendí. Instintivamente supe que esa era una buena
oportunidad. El hombre trató de sacar su pene de mi boca, pero no lo solté. Algo
caliente fluyó por mis labios, pero no fue semen.

—¡Para, para! ¡Yeonwoo!

Alguien gritó mi nombre.

—¡Para! O esto terminará... ¡Dios mío, Ken!

Cuando apenas lo deje ir, la parte inferior del cuerpo del hombre se empapó en
sangre.

Estaba medio consciente.

✤✤✤✤✤✤
Un largo humo voló en línea recta y se dispersó en el aire en algún momento. No
había más feromonas, aunque tenía dolor de cabeza. El leve aroma de los
alrededores se sentía vago, pero eso no era nada. Me senté en la cama con una
manta sobre mi cuerpo y miré, no muy lejos, Keith estaba sentado en una silla
fumando un cigarrillo. No sabía lo que estaba pensando.

—¿Por qué hiciste eso?

Abrió la boca por primera vez en mucho tiempo, luego parpadeo.

Keith parecía de mal humor. La fiesta se había convertido en un desastre por un


accidente inesperado, por lo que su actitud podía ser natural o tal vez era porque
yo había interferido mientras había interrumpido su noche con Abigail, aunque
podían ser ambos casos. Estaba pensando en demasiadas cosas.

—No entiendo por qué ocurrió este tipo de incidente. Estoy decepcionado,
Yeonwoo. Pensé que eras un gran secretario que hacia su trabajo a la perfección.

—Lo siento.

Me disculpé. Miré hacia abajo y vi como mi mano temblaba, la escondí detrás de la


manta y abrí mis labios, los cuales estaban secos.

—Fue una situación inesperada... Debí haber sido más cuidadoso.

Estaba seguro de que conocía la situación, pero no estaba tratando de escucharme.


Las lágrimas parecieron salir sin mi conocimiento.

—Solo debías chuparlo con moderación y aceptarlo. ¿Por qué demonios hiciste
eso?

Tras las acusaciones, me endurecí con la boca abierta. Keith seguía hablando
molestamente conmigo, con los ojos abiertos.

—El pene de Ken estaba cortado por la mitad. Pudo haber quedar lisiado. Va a tener
que ser tratado durante mucho tiempo.
No podía creer lo que estaba escuchando.

—Él, yo lo... mordí… —No pude controlar mis lágrimas—, porque trato de violarme
y...

—¿Por cierto? —Keith me interrumpió una vez más con una voz aguda—. ¿Acaso
no es el trabajo de los Omegas? Si no te gusta, simplemente dejas que te lo meta y
terminará en un segundo. ¿Por qué no pretender? Realmente me decepcionas.

Cuando lo vi sacudir la cabeza, me quedé sin palabras y con la mente vacía. Mis
ojos se calentaron, pero me contuve, mordí mis labios y aguanté. El puño que había
cerrado debajo de la manta se estremeció por una razón diferente a la anterior.

Contuve la respiración en silencio.

Él siempre había sido así, no había expectación ni decepción en su rostro. Nunca


me comunico adecuadamente el propósito de la fiesta, y lo que sea que hubiera
pasado ahí había sido solo asunto mío. Para Keith, eso era ser un secretario
competente.

Nunca deje que Keith sintiera ninguna molestia de mi parte. Lo cuidé y le resolví
todo.

Keith volvió a fumar.

—De todos modos, le haré una indemnización por los daños, así que ve al hospital
y discúlpate con Ken...

—Yo… Voy a renunciar.

Keith dejó de jugar con el cigarrillo en sus labios.

Entre tanto, abrí la boca como siempre, mientras él me miraba.

—Pido disculpas por arruinar la fiesta hoy. Me iré con la confianza de que el jefe
hará la compensación por mí.
Él me miró en silencio, tenía una expresión tan encantadora que, en otro momento,
hubiera sido difícil el soportar sonreír al mirlo. Apenas salí de la cama, me puse de
pie.

—Estoy agradecido. Entonces, adiós.

Después de inclinarme para despedirme, salí de la cabaña. Estaba descalzo.

Mientras caminaba por el pasillo retorcido, me preguntaba si todavía estaba sentado


así.

No, ya no importaba.

• Traducido por: Its_Unfortunxte | Unfortunxte

• Edición: BLPages
Bésame mentiroso

Capítulo 5

—Así que mamá, todavía no tengo idea sobre el matrimonio.

Ya se lo había dicho una y otra vez, aun así, escuché una voz nerviosa a través del
auricular.

—Pero Yeonwoo, te estás haciendo mayor. Tienes que encontrar a alguien.

Respiré hondo y exhalé.

—No tengo intención de casarme ahora.

—Incluso, si no lo piensas, conoce gente o… ¿Pretendes casarte desde el principio


y sin conocerse? ¿Te preocupa porque cambiaste a Omega? Cuando eras Beta
eras un poco más fácil, incluso había chicas Omega que te gustaban; ellas dieron a
luz fácilmente, no es difícil. ¡¡Si puedes!!

—¡Mamá, mamá!

No pude soportar más su conversación y la interrumpí:

—No hay necesidad de casarme con un Alpha. Puedo casarme con una chica Beta.

—Si te casas con una mujer Beta, no puedes tener hijos. Por supuesto, cuando te
cases, deberías tener hijos. Y para hacer eso, tienes que casarte con un Alpha. Es
difícil encontrar a una mujer Alfa lo sé, pero no podrás tener hijos si te involucras
con una mujer Beta u Omega. Necesito encontrar a alguien decente, ¿no…? Quizás
puedo buscar a un Alfa hombre. ¿No sería sorprendente si te casaras con un
hombre?

De repente sus palabras se cortaron y una voz intervino.


—Hermano, ¿cómo estás? ¿Todo está bien? ¿Necesitas algo? ¿Te gustaría que te
enviáramos un bocadillo o algo así?

Me sentí aliviado por la voz que salió presurosa del auricular. Sin querer sonreí y
pregunté:

—Estoy bien hermana. ¿Necesitas algo?

—¡Por supuesto! Puedes mirar mi lista de deseos en Amazon.

Después de que prometí hacerlo, le pedí que me pasara con mi hermano menor, el
cual respondió fríamente.

—¡¡Mi hermano también está sufriendo!! Recibe mucho dinero, pero a cambio sufre
mucho. ¿Quién quiere dinero fácil? Hasta luego descansa, cuelga. ¡Adiós!

—Yeon-hee, ¡tienes que darme el teléfono!

Escuché la voz de mi madre, pero el teléfono simplemente se colgó. Sólo entonces


pude exhalar profundamente. Cuando le confesé por primera vez mi transición a
Omega, mi madre se puso pálida justo antes de que se desmayara. Fue lo mismo
con mi padre, no pudo contener su conmoción.

Afortunadamente, Yeon-hee, fue el primer hermano que no se volvió loco.

—Entonces, ¿qué haces durante el ciclo de calor? Mis amigos no salieron de la


casa después de tomar la medicina. ¿Y tu hermano?

—... Será similar —respondí.

—¿Vas a vivir en América de todos modos? Entonces, ¿no es realmente un


problema? Hay mejor medicina en los Estados Unidos...

En ese momento, mi hermano menor todavía era joven.

El hecho de que solo un hijo se convirtiera en Omega sorprendió a mis padres; les
tomó un año poder asimilar la noticia. El ambiente en la casa era pesado, y mis
padres a menudo evitaban mirarme. Solo mis hermanos fueron reconfortantes, pero
hay muchas maneras de adaptarse. Fue difícil tomar los medicamentos para calmar
mi cuerpo.

Desde entonces, mi madre se vio obligada a buscarme pareja para poder casarme.
Al principio comenzó como una sugerencia, pero la intensidad fue aumentando
gradualmente, hasta hacerse muy explícito. Cada vez que lo hacía, mi respuesta
era fija, aunque no sabía cuánto tiempo iba a aguantar. Todos serían empujados a
casarse en algún momento.

Por un instante, parpadeé y sacudí la cabeza.

Cuando abrí el refrigerador, estaba vacío. Era natural. Había estado en casa toda
la semana, me senté frente al refrigerador con la puerta abierta por un rato, pero
eso no cambió la situación.

Suspiré con la cabeza gacha.

Tenía que salir a comprar cualquier cosa, no podía quedarme en casa para siempre.
Decidí tomar el coraje, en realidad no era nada, solo necesitaba dar un par de pasos,
pero mover un pie era difícil. Los pensamientos seguían inundando mi cabeza si me
quedaba en casa sería más difícil. ¡Tenía que salir! Me decidí y me moví, me llevó
más de una hora prepararme antes de pararme frente a la puerta principal. Antes
de salir, tomé un par de inhibidores. Cuando apenas abrí la puerta después de
varios intentos, pude notar que el sol era brillante.

✤✤✤✤✤✤

Había renunciado muy pronto así que tenía que tomar medidas urgentes, todavía
tenía muchas cuentas pendientes, préstamos, gastos de manutención, dinero para
enviar a la casa, en fin.

La noche en que renuncie, de alguna manera llegue a casa con la ayuda del
personal de seguridad. Sinceramente, no me acordaba bien. Tan pronto como entré
a la casa, coloqué todas las cerraduras, y me senté en una silla frente a la puerta,
luego tomé una pastilla para dormir.

No fue hasta más noche que desperté, después de hacer cualquier cosa, me quedé
dormido nuevamente. Después de pasar un fin de semana completo de quedarme
dormido frente a la puerta, me levanté antes de lo habitual y comencé a prepararme
para ir al trabajo, pero tenía un problema, no podía abandonar la casa.

Me paré en la entrada, aunque dudé varias veces antes de abrir. Quería llamar a un
taxi, pero también tenía miedo de que aquel hombre fuera un Alpha. Sin embargo,
me vi obligado a sentarme en el asiento del conductor mientras observaba repetidas
veces si las puertas estaban cerradas, estaba bajo un estrés considerable hasta
que me fui a trabajar. A pesar de estar rodeado de varias personas por todos lados,
estaba ansioso porque sentía que estaba expuesto. Mi boca se mantuvo seca.
Cuando apenas llegué a la compañía, mi frente estaba sudando, incluso cuando
encendí el aire acondicionado al máximo.

—Hola, Yeonwoo.

Emma me saludó enérgicamente al mismo tiempo en que iba a la oficina.

—¿Qué haces? ¿Sucedió algo importante?

—No —respondí como siempre—. Debido a que estoy renunciando estoy sacando
mis cosas.

—¿Renuncia?

—¿Renuncia?

Finalmente, otro empleado que había llegado a la oficina gritó detrás de Emma.
Continué sacando mis cosas del escritorio con una cara inexpresiva. Las cosas en
mi oficina que estaban conectadas a la oficina del presidente ya las había sacado,
todo lo que restaba por hacer era organizar la oficina del secretario.
—Si necesitan algo, tómenlo si no, tírenlo.

—¡Yeonwoo!

Emma y algunos otros empleados se sorprendieron y me miraron sin saber qué


hacer, incluso, otra secretaria que entró y cerró la puerta, a la cual fingí no conocer,
también lo hizo.

—Emma, te entregaré todas mis responsabilidades porque eres la líder del equipo.
En el futuro, mi oficina que está conectada con la oficina del presidente, es tuya.
Simplemente mueve todo allí y úsalo. Compra lo que necesites, esto será manejado
como un gasto de la empresa. Ahora que ya lo sabes, centrémonos en cosas
importantes.

—Yeonwoo, es tan repentino...

—Este es el horario del Sr. Pittman para un mes a partir de hoy. Se clasifica por
color, por lo que puedes ajustarlo al preguntarle. Es necesario su aprobación para
adaptar este color en específico. Este es un horario anual. En primer lugar, hemos
marcado lo que se ha decidido, para que pueda escribirse en el calendario del
próximo año.

Emma estaba tan ocupada contemplando y escribiendo mis palabras mientras que
continuamente estaba entregándole papeles. Le expliqué de manera breve los
detalles de cada departamento, los informes que se publicaban cada mes, los
planes de los próximos meses, entre otras cosas más.

Cada que terminaba una parte, le preguntaba: "¿Hay alguna pregunta que no
entiendas?"

Cuando finalmente le entregué el último documento y concluí, Emma me miró con


una cara confusa.

—... ¿Es todo?


—Sí, si no te acuerdas de algo solo llámame. Te lo haré saber de inmediato. —
Recogí mis cosas y me dirigí a la salida—. Gracias a todos.

—¿El Sr. Pittman lo sabe?

Otro empleado me preguntó, por lo que respondí imprudentemente a su mirada


desesperada con la clara intención de detenerme.

—Se lo informe este fin de semana al Sr. Pittman, tiene conocimiento sobre mi
renuncia.

Pude notar su cara avergonzada, me sentí un poco mal por la forma en que respondí
así que me reí brevemente y dije:

—Solo volvería si el Sr. Pittman me da el 5% de las acciones de P Entertainment.

Sonreí y abrí la puerta de nuevo.

Emma intentó detenerme

—Yo, Yeonwoo… No creo que pueda hacerlo, ni siquiera podré verlo mañana —
dijo Emma en el pasillo.

Cuando vi su rostro lleno de miedo, sacudí la cabeza suavemente, ya había tomado


una decisión.

—De ahora en adelante deberás hacerlo Emma.

Cuando me di la vuelta, Emma ya no me llamó.

Al llegar a casa, puse todas las cerraduras y me incliné sobre una silla.

Todo eso había ocurrido la semana pasada. Después de ello, permanecí inactivo
todo el tiempo, encerrado en casa. Las llamadas telefónicas de Emma que se
habían realizado con frecuencia durante dos días seguidos, habían ido
disminuyendo gradualmente. Me sentí un poco triste, pero la realidad era esa, no
importaba quién se hubiera ido, al final, siempre había un remplazo, esa era la ley.
Sacudí mis pensamientos y giré en una curva hacia el estacionamiento.

Mañana buscaría un nuevo trabajo.

✤✤✤✤✤✤

Mi celular había estado sonando durante un rato así que cuando lo saqué y vi un
número desconocido en la pantalla, me sorprendí. Por un momento dudé en
contestar, aunque pronto acepté la llamada.

—Si...

Entonces, hubo un gritó:

—¡Oye, maldito hijo de puta! ¿Cómo fue que sucedió esto?

El sonido de su voz fue tan fuerte que sentí que mi tímpano me dolió.

—... ¿Quién eres? —pregunté, pero continuaron gritando con una voz aguda.

—Perro, hijo de puta. ¡¿Cómo puedes hacerme esto?!

El grito había sido molesto y difícil de escuchar. Sin embargo, en el momento en el


que intenté colgar recordé quién era ella.

—¿Señorita Elisha?

—Sí, hasta ahora lo sabes. Estúpido niño.

Si hubiera estado frente a ella, la hubiera golpeado. Por supuesto, eso era solo una
idea, incluso si así hubiera sido la situación nunca le hubiera puesto un dedo
encima. Ella solo suspiró y espere hasta que sus sentimientos disminuyeron para
tener la oportunidad de hablar. Entonces me subí al auto con el teléfono fuera de
mis oídos.

—Srta. Elisha.
—¿Qué?

Tan pronto como la llamé sin perder una oportunidad, inmediatamente atacó. Me
senté en el asiento del conductor, cerré la puerta con llave y deliberadamente hablé
más despacio y más tranquilo que de costumbre.

—Escúcheme no sé qué paso, pero no puedo resolverlo.

Después de hablar mecánicamente, recordé el hecho de que había renunciado.

—¿Qué pasó? ¿Por qué Keith está saliendo con esa perra? ¿Se atreve a terminar
conmigo para ir a jugar con esa maldita puta?

Parecía que había un artículo en alguna parte. Cuando trabajaba, era natural mirar
las noticias o escanear artículos a primera hora de la mañana, pero no lo sabía
porque había estado casi todo el día acostado en la cama desde que renuncie.

Le respondí con calma:

—Su relación con el Sr. Keith ya fue resuelta y acordada. ¿Firmó los papeles?
Además, ya no me importa la privacidad del Sr. Pittman.

—¡Eso fue antes de que se metiera con Abigail! ¿Por qué es esa perra?

—Sr. Elisha. —Abrí la boca mientras ella respiraba por un momento—. Entiendo la
situación, pero no hay nada que pueda hacer. Dejé la compañía.

—¿Qué? ¿Qué? ¿No hay nada que puedas hacer? —De repente se detuvo—.

¿Te fuiste? ¿En serio?

—Sí. Ha pasado una semana.

En mi respuesta tranquila, ella tartamudeó notablemente consternada.

—Bueno... Entonces, ¿cómo le puedo hacer? ¿A quién debo contactar?

Su tono fue más cortés. Un cambio repentino, me sorprendió y respondí:


—Bueno, llame a la compañía. Todavía hay otros empleados.

Eso fue todo lo que pude responder. Sin embargo, no me fue posible dar la
información de contacto de Emma libremente. Pensé que estaba avergonzada y
colgué después de contestar.

—Lo siento.

Estaba avergonzado, pero no dude no hubo tiempo de lamentarme e


inmediatamente llamé a Emma.

—¿Emma?

—Oh, Yeonwoo. ¿Qué estás haciendo? ¿Cómo estás?

Estaba notablemente contenta, pero no era hora de saludar.

—Te llamará la Srta. Elisha, no le gusta la nueva pareja del Sr. Pittman. El ambiente
no es bueno, así que por favor habla bien y tranquilízala.

—¿Sí?

—Eso es también es parte del trabajo que debes hacer Emma. Creo que esto va a
suceder en el futuro de todos modos.

Emma respondió con un “sí”. Sentí pena por ella, pero no pude evitarlo. Si no me
hubiera ido, yo lo hubiera resuelto.

—Gracias, Yeonwoo. Me llamaste por adelantado.

Detrás de escena, escuché un teléfono sonar en la oficina. Parecía que otra


secretaria estaba recibiendo la llamada de Elisha así que colgué después de
alentarla.

Cuando volví a casa, me sentí mejor. Realmente me daba cuenta de que había
renunciado, por lo que debía encontrar un nuevo trabajo. Todo iba a estar bien con
el tiempo.
Pensé en limpiar el refrigerador y hacerme de comer una pasta.

Había estado viendo televisión durante mucho tiempo, pero no había nada que ver.
Mientras pasaba los canales, veía un momento una pequeña comedia o programa.
Poco después, me fui a la cama y me quedé dormido.

✤✤✤✤✤✤

Ding dong. Ding dong.

Me desperté con una campana sonando fuerte en mis oídos, me llevó un tiempo
poder asimilarlo antes de que pudiera despertar por completo. Parpadeé en blanco
mientras estaba acostado. Mientras tanto, la campana continuó sonando fuerte.

—¿Quién… quién es?

Mi voz tembló por si sola. Después de la medianoche me preguntaba quien vendría


a mi casa. Entonces, un miedo desconocido sacudió mi cabeza. De pie en medio
de la sala de estar, mi cuerpo se endureció sin poder hacer nada, había una voz
impensable al otro lado de la puerta.

—Abre la puerta, soy yo.

Era la voz de Keith. Abrí los ojos sorprendido. De ninguna manera, no tenía sentido.
¿Por qué Keith estaba aquí? Debió haberse estado equivocado. Me quedé quieto
dudando.

—Abre la puerta ahora mismo, antes que la derribe.

Era claramente la voz de Keith. Aún más, era increíble, dudé un poco más y
permanecí en silencio por un momento. De repente, escuché como pateaba la
puerta.

¡Bang! ¡Bang!
Tuve miedo del fuerte ruido. Pero no era hora momento de estar en blanco. Keith
realmente estaba tocando mi puerta. Pronto la vieja entrada pareció caerse.

Grité cuando vi que los candados triples temblaron.

—¡Un momento! ¡Espera un momento, voy a abrir ahora!

Repetí las mismas palabras y abrí la puerta. Keith seguía pateando.

Cuando apenas y abrí, observé como Keith estaba tratando de doblar sus largas
piernas para patear nuevamente. Miré su rostro endurecido y finalmente se contuvo.
Vi a otras personas en el mismo piso abriendo sus puertas y mirando hacia afuera
así que me apresuré a que él ingresará. Keith miró con el ceño fruncido la silla que
estaba bloqueando la puerta principal.

Cerré.

En el momento en que me di la vuelta, me quedé sin aliento. Cuando vi a Keith de


pie en medio de mi estrecha sala de estar, de repente sentí que mi casa era muy
pequeña.

Le ofrecí asiento.

—Siéntate.

Sabía que debía darle un poco de té, pero lo pensé y miré en dirección a la cocina,
mientras tanto, Keith se levantó, miró alrededor y abrió la boca:

—¿Es esta toda la casa?

¿De qué estaba hablando tan de repente? Sin querer miré hacia arriba. Keith
preguntó de nuevo con el ceño fruncido:

—¿Está es la puerta de la entrada? ¿Dónde está la sala de recepción?

Me quedé sin palabras, no pude responder de inmediato.


—... El lugar por donde entraste es la entrada, y esta es la sala de recepción.

Keith apartó sus ojos de mi rostro y lentamente miró otra vez alrededor.

—¿Por qué estás viviendo en un almacén como este?

Casi me disculpo por eso, pero pronto recordé que había renunciado a la compañía.

—Esta casa es lo que puedo pagar con el salario del Sr. Pittman.

En voz baja, Keith levantó una ceja ligeramente. Mi corazón estaba latiendo.
Cuando trabajaba como secretario para este hombre, nunca le había respondido de
esa manera. Afortunadamente, Keith no dijo nada mientras se sentaba en el sofá.
El único consuelo que tuve fue tener un gran corazón y comprar un buen sofá. Dudé
y decidí quedarme allí. Por suerte, Keith no me recomendó que me sentara.

En cambio, puse mis manos sobre mi cara y suspiré profundamente.

—¿Por qué ha venido Sr. Pitman?

—¿No hablaste con Elisha?

Por un momento, quise mentir, pero si lo hacía podría meter en problemas al equipo
de la secretaria.

—Sí.

¡Tenía que tomar valor y admitirlo! No tenía nada de malo. Cuando vi a Keith con la
cara enroscada entre sus manos, pensé sin darme cuenta de que se estropearía el
pelo. Estuve fascinado por un momento y no pude entender lo que estaba
pensando. Me quedé en blanco y luego escuché nuevamente las palabras de Keith:

—Nunca había visto a mujeres pelear así antes.

Parecía exhausto, pero por supuesto era mi ilusión. La cara de Keith estaba llena
de disgusto cuando se sacudió la cabeza con nerviosismo y levantó la cabeza.
Quería preguntar qué demonios estaba pasando, pero fui paciente. Tenía curiosidad
así que pensé en buscar el artículo más tarde, luego dije con calma:

—Lo he visto a menudo.

Keith dejó tocarse la cara y me miró.

—¿Las mujeres peleaban por ti?

La inverosímil respuesta fue increíblemente grosera, pero asentí.

—Sí. Muy a menudo.

Claro que en mi caso eran mis hermanos. Él frunció el ceño.

—Significa que no solo los hombres guapos como el Sr. Pittman pasan por eso.

Keith se echó a reír inesperadamente, fue entonces cuando dijo insignificantemente:

—Tu apariencia no es mala. Simplemente no pensé que tendrías problemas con


mujeres.

—¿Por qué?

—No pareces ser de los que tiene aventuras con diferentes mujeres.

Su comentario había sido muy gracioso por lo que pensé que estaba lleno de
ingenio. Quería decirle que no había sido así, pero contuve el aliento y pregunté
fríamente:

—¿Es divertido ser un mujeriego?

—Es bueno disfrutar.

Me consoló al menos que no negara que fuera un mujeriego. En cambio, le


pregunté.

—El Sr. Pittman es hijo único, ¿no?


Keith levantó la cabeza.

—¿Importa?

Evitó mi pregunta con una respuesta rápida así que solo sacudí la cabeza.

—No. Pero, ¿por qué está aquí? ¿Desea algo de tomar?

—No, está bien.

Había pensado en una bolsita de té barata para ofrecerle, pero por suerte se negó.
Estaba nervioso, aunque al final fue Keith el que primero abrió la boca:

—Cinco por ciento, ¿no?

—¿Sí?

De repente pregunté de nuevo. Keith se inclinó profundamente en el sofá y estiró


sus largos brazos y se los puso sobre la espalda.

—Solicitaste el 5% de las acciones de P Entertainment, ¿no? Eso es difícil. Por favor


pídeme otra cosa.

—...

Entonces recordé lo que dije ese día. Keith siguió esperando por mi respuesta,
increíblemente paciente.

—... ¿Me está pidiendo que regrese?

—¿No es así?

Keith indudablemente preguntó. Estaba ansioso porque me preguntaba qué había


pasado para que ese hombre viniera y pidiera regresar. Reprimí desesperadamente
mi curiosidad y abrí la boca, fingiendo ser casual:

—El 5% de las acciones de la compañía.


—No puede ser.

—¿Por qué?

Keith hizo una pausa por un momento y luego suspiró. Se frotó la sien como si
tuviera un dolor de cabeza.

—Me estas pidiendo 200,000 acciones. —Me miró y apretó los dientes—. Pídeme
cualquier otra cosa, lo que quieras.

Por un momento, me mordí los labios, apenas tragando saliva. Respiré hondo e
intenté mantener la calma, fue entonces cuando mi nariz pudo sentir repentinamente
sus feromonas. Era hora de tomar mis inhibidores. Apresuradamente levanté mi
manga y bloquee mi nariz.

—¿Qué?

Keith preguntó como si realmente no lo supiera. Le respondí con urgencia.

—Tus feromonas. ¿Cómo puedes hacer eso aquí? Si quieres contratarme de nuevo,
no me dejes oler esa maldita feromona en el futuro.

Derramé palabras duras, pero Keith no dijo nada. Él solo distorsionó ligeramente la
frente mientras que yo me apresuraba a cruzar la sala con la nariz tapada.

Al mismo tiempo en que abrí la ventana, una pequeña ráfaga entró. Inevitablemente
cerré la ventana de nuevo y regresé a donde estaba por primera vez.

—¿Terminó?

Cuando levantó la cabeza, me preguntó con indiferencia:

—Eso es todo lo que necesitas. ¿Nada más?

Por un momento pensé en las innumerables veces en las que imaginaba que
aparecía el genio de la lámpara frente a mí y solía pedirle diversos tipos de deseos,
pero cuando se hizo realidad, no sé me ocurrió nada.
Respiré profundamente sin querer. Y por un instante, el aroma de sus feromonas
se sintió mucho más ligero debido al aire exterior. Me quité la manga de la nariz y
abrí la boca:

—¿Estás pensando en hacerme una oferta?

—...

Keith, que guardó silencio por un momento, se echó a reír.

—Diez años de servicio.

—Absolutamente no. —Me negué y agregué—: El contrato será renovado cada año.

Keith escupió suspiros ridículos.

—¿Entonces quieres decir que no hay nada más que quieras?

—No. Aumente mi salario.

Luego de ello se me ocurrieron más requisitos.

—Sufrí mucho por la fiesta obscena del señor Pittman. Además, me agota
mentalmente cuidar de la vida privada del jefe.

Keith no dijo nada, si de todos modos me volvía a contratar, no podría volver a


decirle esto de nuevo. Además, antes de regresar decidí decir aproximadamente el
30% de las palabras que había acumulado en mi mente.

—Si hay una fiesta, dígame de antemano qué tipo de fiesta es. En ese caso,
contrataré a un organizador.

—... ¿Eso es todo?

Keith estaba notablemente decepcionado, pensaba que pediría algo grandioso. No


sé lo que estaba imaginando, pero no quería saberlo. Asentí. Keith abrió la boca
lentamente:
—Cuanto menos exigente es la otra parte, más ansioso me siento. —Él entrecerró
los ojos y me miró—. Parece que estoy asumiendo menos responsabilidad.

Me conmovió.

—Solo quiero que sea más considerado conmigo. No me malinterprete.

—Y si no te gusta… ¿Renunciaras de nuevo?

—¿Hay algo en el mundo llamado eternidad? —pregunté, pero Keith no dijo nada.

—Tengo mucho que decir. —Honestamente confesé—. Cuando empiece a trabajar,


lo soportaré nuevamente todo. Así que debería disfrutar el momento ahora.

—Ja, ja, ja.

Keith se rio inesperadamente en voz alta. Esa fue la primera vez que sonrió tan
alegremente.

Recuerdo que se rió cuando lo vi por primera vez, pero era la primera vez que lo
veía reír a carcajadas. Estaba sin palabras, él dejó de reír y se puso de pie en el
sofá. Una sonrisa de risa permaneció en su rostro mientras me miraba. Estaba
fascinado por ella.

—Voy reducir las feromonas y hacerte saber cuándo tenga una fiesta y el propósito
de la misma. Además de aumentar tu salario. ¿Eso está bien?

—Sí.

Las feromonas se redujeron según lo prometido. Keith tenía razón. La sala de estar
era demasiado pequeña. Acaba de darme cuenta que él y yo estábamos demasiado
cerca. Conscientemente contuve el aliento.

De repente se acercó frente a mí. Inesperadamente hicimos contacto visual.


Mientras bajaba la cabeza apresuradamente, Keith extendió un brazo, apoyándose
en la pared.
—¿Estás bien? ¿Debo llamar al 911?

—Oh no.

Tenía prisa por negarlo, sin embargo, Keith no me creyó.

—¿No tienes fiebre? Tu cara está muy roja.

—Estaré bien después de descansar. Es demasiado tarde.

Estaba nervioso así que levanté la cabeza con cuidado. Mi corazón pareció estallar.
Me apoyé contra la pared e inadvertidamente tragué saliva seca. De repente, mis
ojos comenzaron a cerrarse. Recién me había dado cuenta de que Keith y yo
estamos frente a frente en mi sala de estar y él me estaba mirando. Mis labios se
estaban acercando. Era ridículo.

Cerré los ojos y negué la realidad.


• Traducido por: Its_Unfortunxte | Unfortunxte

• Edición: BLPages
Bésame mentiroso

Capítulo 6

NOTA

• Los caramelos tienen una función inhibidora contra las feromonas de los
Alfas y Omegas. Además de controlar el olor de su propia feromona.
• RUT, es el celo del Alfa.

✤✤✤✤✤✤

Rápidamente presioné mis labios contra los suyos y luego los retiré. Sin embargo,
no podía permitirme sentirme desafortunado. Su lengua se abrió paso en mi boca,
haciendo contacto con la mía. Estaba sorprendido, me retiré involuntariamente. La
textura húmeda aún permanecía en la punta de mi lengua. Su lengua,
inmediatamente persiguió a la mía para lamerla y luego nuestros labios se
engancharon.

—¡Mhh!

Cerré los ojos con fuerza y respiré apresuradamente mientras chupaba mis labios
ligeramente.

De pronto, escuché un sonido y Keith me mordió el labio inferior. ¡No podía


soportarlo! Sin embargo, él no puso un dedo sobre mi cuerpo. Sus labios fueron los
únicos que me tocaron, no obstante, mi cuerpo parecía arder. Si no hubiera estado
apoyado contra la pared me habría caído. Respondí a su beso sin dudarlo y Keith
persiguió mi lengua de nuevo.

En respuesta lo mordí e inmediatamente volví a unir nuestros labios.

—...
No podía respirar, él seguía respirando en mi boca. Ni siquiera podía saber si
nuestros alientos estaban mezclados. Sus labios se frotaban bruscamente contra
los míos. Keith, parecía comerme. Estaba asustado y emocionado.

—...Keith.

Su nombre salió de mi boca involuntariamente, su lengua se enredó con la mía.


Nuestras salivas se mezclaron completamente y fluyeron por mi boca. Tenía ganas
de que su lengua me acariciara el cuello. Sentí como mis caderas comenzaban a
temblar.

—Ah, sí.

Escupí suspiros en silencio. Seguía queriendo abrazarlo, pero tenía miedo. Si me


hubiera movido incluso un poco, estaba seguro de ese momento desaparecería
como el polvo. No, ciertamente lo haría. Porque esa situación no podía ser real.

Sentí un dolor que me trajo a la realidad. Tenía un sabor a sangre. Keith superpuso
sus labios y la chupó. La saliva y la sangre estaban mezcladas y resbaladizas. Su
lengua seguía lamiendo y frotando el interior de mi boca.

Las feromonas de Keith se sintieron en la punta de mi nariz. Él estaba emocionado.


Podía saberlo sin tocarlo. Tenía una erección.

—... Ah.

Keith gimió.

El hombre frente a mí estaba temblando, reprimiendo algunos gemidos. Apenas me


miró cuando abrí los ojos.

Nada había cambiado desde que cerré los ojos. La distancia entre nosotros era
corta, él permanecía parado con sus brazos sobre mi cabeza y yo estaba
arrinconado contra la pared. Solo su aliento agitado y su expresión mirándome eran
diferentes. ¿Qué estaba pensando? Me pregunté. Era un estúpido, pensé en mi
cabeza.

—... Feromonas. —Poco después de que Keith abriera la boca, simplemente


parpadeé y lo miré. De repente, su expresión se volvió fría como siempre—: ¿Por
qué no controlas tus feromonas primero?

Me despertaron sus palabras sarcásticas. Keith me miró como si fuera desagradable


e inmediatamente se alejó. Solo después de escuchar que se cerraba la puerta, me
di cuenta de que estaba solo. Fue una suerte que la puerta no se cerrase
ruidosamente. Keith debía estar maldiciendo el hecho de haber besado a un hombre
y esterilizando su boca con alcohol.

—... Ja.

Me senté con un suspiro. Levanté mis manos a la fuerza y apenas palpé mis labios.
El aroma de las feromonas de Keith se extendía por toda la casa y solo mis labios
húmedos me hacían sentir su rastro de lo que había sucedido.

Keith me sedujo y luego se enojó conmigo y me empujó. Era muy consistente.

—Ja ja...

Me reí perezosamente y pronto me callé. ¿Cómo podía no recordarme?

✤✤✤✤✤✤

—¡Yeonwoo!

Emma gritó cuando vio mi cara, aunque ya les había enviado un mensaje a todos,
el día anterior.

Como siempre, fui el primero en llegar a la oficina.

—Tuve muchos problemas. Lo siento, de repente renuncie. En el futuro les avisare


anticipadamente.
Todos me miraron con un alivio.

Eran menos de 10 días, pero era casi imposible preguntar qué había sucedido. Sin
embargo, había una historia que quería escuchar.

—La fiesta se convirtió en un desastre. —Emma me informó como si supiera que


estaba esperado—. Cuando Yeonwoo llamó ese día, Jane recibió la llamada de la
Srta. Elisha. Pregunto con tanta calma el horario el Sr. Pittman que nunca pensé lo
que ocurriría. Le informe sobre la fiesta a la cual asistiría el Sr. Pittman. Bueno, eso
es suficiente información para Elisha. Parece que ella y la señorita Abigail se
encontraron en la fiesta.

Emma, que habló sin dudarlo, revoloteó.

—Escuché que pelearon tanto que nadie pudo meterse entre ellas. El Sr. Pitman
estuvo presenciando todo. Las cabezas de ambas estaban revoloteadas, los
rasguños y las marcas en sus cuerpos eran inmensos. No fue frenético, la policía
no vino. Que alivio. Probablemente, si se supiera que hubo tal caso, la persona que
estaba organizando la fiesta también hubiera estado en problemas. Estoy tratando
de esconder lo sucedido tanto como puedo. Bueno, creo que el artículo aparecerá
pronto. Sin embargo, no solo una o dos personas lo han visto… ¡Sino toda la fiesta!
Porque el Sr. Pittman era el escándalo central. ¡Oh, debería haber visto la escena!

Emma suspiró con sinceridad. No era inusual para ella estar tan emocionada de
hablar. No era difícil adivinar la situación cuando pensaba en el día anterior.

—¿Yeonwoo?

Mientras estaba alerta a la voz de Emma, inadvertidamente acaricié mis labios.

—¿Está bien? ¿Por qué tus labios están así? No sabía que tenías la costumbre de
morderte los labios.

—Oh, esto es solo...


Ya no me preguntó más, solo sacó algo de su bolso.

—Creo que volverán a sangrar. Si lo dejas, será un gran problema.

Hablando amenazadoramente, me entregó un protector labial. Fue amabilidad


innecesaria. No quería que esa herida sanara. Tenía miedo de que su único rastro
desapareciera. Quería estos labios desgarrados por un día más.

—... Gracias.

Acepté el protector labial pero no lo use. Lo puse en el cajón y comencé a imprimir


documentos. Afortunadamente, Emma fue a su asiento. Notó mi mensaje silencioso
de que es hora de comenzar a trabajar. Como de costumbre, programé el día con
los documentos organizados y salí de la oficina. Incluso después de tomarme solo
unos días de descanso, el pasillo familiar se sintió extraño. Finalmente, llegué a la
oficina de Keith.

Después de un breve golpe, esperé un momento antes de abrir la puerta. La espalda


de Keith era visible, él estaba de pie directamente hacia la ventana delantera.
Estaba fumando, mirando hacia los rascacielos. Giró lentamente la cabeza, tan
pronto como nuestros ojos se encontraron, inadvertidamente contuve el aliento. Por
un momento nos miramos en silencio. No tenía idea de lo que Keith estaba
pensando. Solo había una vaga suposición de que no era solo yo quien recordaba
el beso del día anterior. Solo esperaba a que él hablara primero.

Whoo ...

Keith, que había escupido el humo durante mucho tiempo, volvió a mover su cuerpo
y silenciosamente volvió a ir al asiento, haciendo un chillido monótono.

—Es el horario de hoy.

Después de que Keith se sentó, di un paso y puse el horario que imprimí en medio
del gran escritorio. Observé en silencio mientras Keith jugaba con el cigarrillo en sus
labios y revisaba su horario. Esperando a que me diera instrucciones.
—... ¿Eh?

De repente me quedé perplejo. El aroma de los cigarrillos se volvió más oscuro, y


tosí sin que yo lo supiera.

—¿Qué?

—Lo siento, fue el humo del cigarrillo.

Inmediatamente me disculpé. Keith no dijo nada. Parecía incapaz de concentrarse


de alguna manera. Keith suspiró con el humo del tabaco.

—Cancela todos los horarios hoy. —Continuó hablando—: Voy a ir a la fiesta de Ian
por la noche. Haz una lista de posibles socios.

Me había estado cansando de esto desde que me uní por primera vez. Ese hombre
tenía tanto dinero que podía vivir sin trabajar. A menudo pensaba que la razón por
la que dirigía una empresa de entretenimiento no solo era para gastar dinero como
un pasatiempo, sino porque era fácil encontrar a alguien con quien tener relaciones
sexuales.

Debido a que es el dueño de una compañía de entretenimiento, sus socios siempre


son modelos o actrices. Podía elegir a cualquiera que se adaptara a su gusto. Y de
nuevo, el trabajo que había estado odiando, tendría que hacerlo de nuevo.

No tuve que pasar por procedimientos molestos como citas. Todo lo que necesitaba
era una tarjeta de presentación con su nombre. Aun sabiendo que simplemente eran
parejas sexuales, estaban dispuestas a hacerlo. Eso era porque Keith era muy
atractivo para ellas. El Dueño de P Entertainment, el Alfa dominante, y el hecho de
que fueran elegidas por él… ¡Era un halago!

Incluso si no tuviera dinero, había mujeres dispuestas a acostarse con él con tal de
atraparlo. Había mucho que hacer a partir de ahora, aunque lo más importante era
reorganizar el horario. Le pediría a Emma que hiciera una suposición aproximada y
a Jane que se comunicara nuevamente con el anfitrión de la fiesta. Moví mi cabeza
tan pronto como salí de la oficina.

—¿Canceló el horario? —preguntó Emma con cara de sorpresa.

Apresuradamente saqué el archivo de programación del cajón y respondí seco:

—Debe haber cambiado de opinión. En primer lugar, el horario de hoy está


cancelado. Vamos a limpiarlo de nuevo y reprograma todas las reuniones de hoy.
Muéstrame cuando esté organizado para comprobarlo. Rachel, llama a cada
departamento y diles que se cancelaron las reuniones de hoy y luego ve a Tiffany &
Co. Si preguntan por qué estás ahí, diles que vas a recoger las joyas del Sr. Pittman.
No tienes que pagar...

Todos tenían prisa por las instrucciones que les había dado, y dejando atrás al
ocupado personal comencé con el trabajo más importante.

✤✤✤✤✤✤

Cuando conté 3 segundos abrí la puerta. Keith estaba sentado de la misma forma
en la que estaba cuando salí de la oficina. La única diferencia era que los cigarrillos
se apilaban en el cenicero frente a él y, por supuesto, el humo dentro de la misma.
Valientemente crucé y me paré frente a él. De repente, pensé que sus feromonas y
el olor a cigarrillo serían difíciles de soportar.

—Estas son las elegidas.

Puse a tres candidatas a su frente.

Con una actitud mucho más sincera que antes, Keith examinó a las candidatas.
Pronto desplegó uno de ellas y me lo devolvió. Recogí el resto de los archivos y
puse el seleccionado encima. En caso de que necesitara encontrar a alguien la
próxima vez y este apurado podría presentar a las dos restantes.

—El horario ha sido reajustado. Eso es todo. Por favor, dígame si hay otros cambios.
Keith me miró.

—No. Déjalo ahí.

Mientras fumaba de nuevo, puse el archivo en su escritorio. Había algunas cosas


más que informar, pero no era urgente. No tenía la intención de agregar algunas
palabras más. Inmediatamente seguí sus órdenes y salí de la oficina. Al salir al
pasillo y quedarme solo, en una esquina, pude sentir como mi pecho palpitaba. Miré
el archivo en mi mano, una bella chica glamorosa estaba frente a mí. Ni siquiera
podía soñar con eso de todos modos. Me toque los labios. El dolor en mi corazón
se extendió como un dolor agudo en mi boca. Fue solo una coincidencia afortunada
debido a las feromonas. Miré fijamente a la mujer de la foto. No volvería a suceder.

✤✤✤✤✤✤

—Estoy de vuelta.

La voz de Emma hizo que levantara mi cabeza. Sentí compasión interna por su tez,
mostraba una apariencia cansada.

No solo era Emma. Lo mismo había ocurrido con los otros miembros del personal
en la oficina. Aunque yo estaba más cansado que nadie.

Pensé, agotado: «No es esa la cantidad de trabajo que mereces». Más bien, es
mejor sufrir con un trabajo pesado que encontrar una compañera para la cama de
Keith que también era doloroso y, además, tenía que soportar la ruptura.

Si esa oportunidad se presentaba nuevamente, debía pedir un millón de acciones.


Pensé, fruncí el ceño. No. ¿De qué estaba hablando?

—¿Yeonwoo?

Emma me estaba mirando perpleja.

Fingí hacer otra cosa. Entonces Emma me dijo:


—Lo siento, Yeonwoo. Yeonwoo siempre hace el trabajo duro.

Cuando levanté la vista ante sus repentinas palabras, vi una expresión de culpa en
su rostro. Últimamente me había dado cuenta del significado de su palabra. Hoy iba
a escoger a una nueva mujer, y pronto debería ir con la misma que había dejado, lo
cual era malo.

—Es mi trabajo, no me importa.

Hablé claramente y tragué un suspiro. Siempre hay algo a lo que no te acostumbras,


incluso después de algunas veces. Escuchar palabras insultantes frente a ti, incluso
si vacías tu corazón. Además, el período entre ellos había sido demasiado corto.

—¿Pittman no cambia muy a menudo de mujer en estos días?

Emma de repente habló fuera de mis pensamientos. El pensamiento parecía


inesperado, no era solo para Emma y para mí. Jane y Rachel también habían
ayudado.

—Sí.

—Me pregunto qué está pasando.

—¿Qué quieres decir...?

Quería negarlo, pero no tenía más información que ellos sobre Keith. Todo lo que
pude decir fue:

—¿No es lo usual en el señor Pittman? Un cambio constante de vez en cuando.

—Pero es demasiado corto.

Emma señaló de nuevo.

—¿Pero no ha estado al menos dos o tres meses antes? A veces hasta 6 meses, y
hubo varias veces. Pero ahora está cambiando cada mes.
Rachel abrió la boca.

—De todos modos, esa es la privacidad del Sr. Pittman y lo que tenemos que hacer
es lo que el Sr. Pittman quiera... —dijo Emma con una cara poco dispuesta.

—Así es.

—Así es.

Me puse de pie en el sentido de terminar la conversación.

—Entonces iré a conocer a la Srta. Annabel James. Después que regrese, el horario
del Sr. Pittman debe completarse sin interrupción alguna.

✤✤✤✤✤✤

—¿Sí? Entonces no puedo evitarlo.

Me sorprendió y abrí los ojos. Fue una respuesta muy clara.

—¿Aceptó fácilmente la separación?

—¿Por qué? Incluso si estoy histérica. Estoy decepcionada que me vieras así.

—Oh no. Eso es... Lo siento —tartamudeé avergonzado.

Annabel abrió la boca con una sonrisa en su rostro.

—La fama de Pittman es bien conocida. Debería estar bastante agradecida de que
tuve una oportunidad. No duró mucho, pero eso es inevitable, ¿verdad? Aunque
proteste de todos modos él no regresará. Entonces… ¿Qué puedo hacer? Necesito
ser fiel a la realidad.

Incluso en sus palabras, todavía no podía creerlo. La mujer frente a ella era una
súper modelo que ostentó durante el año pasado el título a mejor modelo, aunque
el título le fue quitado por una estrella en ascenso, pero aún era conocida. No podía
imaginar este tipo de dignidad. Por supuesto había ido preparado para todo tipo de
malas palabras y críticas. Terminarle a una mujer así en solo tres semanas. Me
sentí incluso triste.

—¿Qué es eso? ¿Me lo estás dando?

—Ah, sí. Este es un regalo del Sr. Pittman.

Annabel aceptó el sobre con un elegante gesto con la mano. Las uñas bien cuidadas
eran excepcionalmente notables.

—Oí sobre ello. Pittman es muy generoso. —Riendo, agregó—: No tengo interés en
esto.

—¿Ah...?

Me sentí extraño como si fuera inesperado. Deslizó el interior del sobre con la punta
de la uña y lo colocó sobre la mesa. Sin interesarse sobre cuál era el contenido. Era
la misma actitud. Cambié la dirección de mis pensamientos, pero seguía reacio.
Annabel era muy, muy tranquila. Era como si eso fuera algo que no le interesaba.
Ella estaba escondiendo algo.

—Entonces… ¿Se acabó el trabajo?

Me despertó la voz de Annabel. Estaba tan naturalmente preparada para dejarme


ir.

—Sí, lo siento. Pero, ¿puedo tomar un poco de agua? —Muy nervioso agregué—:
Estoy sediento.

Ella asintió rápidamente.

—No es fácil separarse después de todo.

Annabel dijo que entendía todo y se dirigió a la cocina. Después de un rato, ella
regresó con un vaso de agua fría.

—Aquí tienes.
—Gracias.

Sonreí y recibí la taza. Fue un acto que requirió una sincronización delicada y sutil.
Fueron solo unos segundos, pero al mismo tiempo, me mantuve cerca de su cuerpo
mientras enfocaba mis nervios para no perder la sonrisa.

—¡Oh Dios mío!

En un momento impresionante, ella y mi mano se movieron, y la taza se inclinó en


línea recta, empapándome la camisa y los pantalones, y dirigiéndose al suelo. La
copa cayó sobre la alfombra, haciendo un sonido fuerte y sordo. Ella y yo miramos
la copa que había caído, y luego se endureció por un rato, después levanté la
cabeza casi al mismo tiempo para mirarnos.

—Oh, lo siento. Debo de estar nervioso.

—No, está bien. Tu ropa está empapada.

Irónicamente, el agua en la taza atravesó la cintura de mi camisa y atravesó mi


entrepierna. Fue vertido con precisión. Por supuesto que fue como pretendía.

—Oh mi... —Ella extendió una sonrisa—. Quítatelo, lo secaré.

Me sentí realmente avergonzado. Me di la vuelta y me quité los pantalones. En ese


corto tiempo, revisé rápidamente la estructura dentro de la casa.

—Wow, tu trasero es muy bonito.

Me ardía la cara. Cuando me volví al frente ella se avergonzó así que,


inevitablemente incliné mi cuerpo y entregué mis pantalones a un lado. Annabel
sonrió.

—¿Dónde estará el pijama que usaba mi ex esposo? Lo recogí para tirarlo, pero si
está bien… ¿Lo usarías mientras seca tu pantalón?

—Oh por supuesto. Gracias.


Annabel asintió.

—Lo traeré. Espera un minuto. ¿Dónde lo puse?

Annabel se volvió hacia mí. Cuando nuestros ojos se encontraron, sonreí. Ella
también sonrió y bajó la mirada.

—¿No tendrías que secar eso también? —Como ella había dicho, tenía la ropa
interior mojada. Me ardía la cara de vergüenza, pero tenía prisa. Ella me señaló una
puerta—. La secadora está en el baño de allá.

—Gracias.

Me dirigí hacia ahí.

La mayoría de los baños estaban en la sala de estudio o en los dormitorios. El cuarto


en el que entré fue la segunda habitación. Abrí la puerta y rápidamente miré. Era
realmente grosero revisar la casa ajena de alguien en contra su voluntad, sin
embargo, no podía pasarlo por alto. Había pensado en renunciar si no encontraba
nada relevante, pero resulta que encontré cierta evidencia en el último de los
cajones que solo confirmo mis dudas.

✤✤✤✤✤✤

El teléfono continuaba sonando, pero nadie me contestó, corté y volví a llamar


nuevamente, me preguntaba si me contestaría. Probablemente Whittaker estaba
ocupado con la organización de la seguridad en la fiesta. Aun así, era raro. Tal vez
no era nada de lo que debía preocuparme. El equipo de seguridad estaba ocupado
cuando Keith cambió repentinamente su día y decidió asistir a la fiesta; y cuando
pensé de repente, recibí una llamada telefónica.

—¿Señor Whittaker? Soy Yeonwoo. ¿Señor Whittaker?

—... Yeo... dig...


El sonido seguía rompiéndose, así que no podía entender de qué estaba hablando.
Los alrededores eran ruidosos.

✤✤✤✤✤✤

Cuando llegué a la mansión donde se celebraba la fiesta, había muchos


guardaespaldas alrededor debido a la asistencia de numerosos Alfas dominantes.

Pude percibir diversas feromonas en el ambiente, Omegas y Alfas estaban reunidos


en la mansión.

Los Omegas se veían afectados por la exposición constante de feromonas. Así que
pensé en encontrar rápidamente a Whitaker. Esta vez, los guardaespaldas me
bloquearon el acceso, mientras revisaban mi identidad. Tenía prisa.

—Soy el secretario del señor Pittman, pero él vino hoy acompañado del Sr.
Whittaker, quien está actuando como guardia de seguridad, necesito informarle algo
urgente —agregué—: Soy Omega.

—... Ah.

Su frente estaba ligeramente distorsionada. La razón era obvia por lo que agregué
de inmediato:

—Sé de lo que trata la fiesta. Solo voy a encontrarme con el señor Whittaker e irme
de inmediato para que no tengan de que preocuparse.

En el caso de las fiestas de feromonas, a menudo compraban Omegas para que los
invitados pudieran tener diversión.

Tan pronto como recordé la fiesta anterior, mi corazón pareció estar intranquilo, pero
no podía volver ahora.

El guardaespaldas pareció estar pensando por un momento, pero pronto salió del
camino.
—Cuidado, ahora mismo es una locura.

Después de agradecerle por agregar una palabra de advertencia, me apresuré a


entrar. También puse dos *caramelos en mi boca.

Quizás me estaba esperando en un asiento designado. A toda prisa, encontré a uno


de los guardaespaldas de Keith. Mientras lo perseguía apresuradamente, lo agarre
del brazo, pronto me reconoció, se veía sorprendido.

—Yeonwoo, ¿qué está pasando?

—Tenía prisa, así que vine a ver al Sr. Whittaker. ¿Dónde está? El teléfono no tiene
señal.

Sacó su celular.

—El teléfono está afectado por las feromonas. ¿No es realmente divertido que un
teléfono este afectado por feromonas?

Se rio, pero no tenía ganas de reír. El hombre que se sintió incómodo mirándome
por mi reacción de pronto se movió apresuradamente.

—Vámonos. Probablemente estén en el estacionamiento. Después de perseguirlo


y caminar por un rato, me dijeron que Keith está entre los costosos autos alineados.

Whittaker estaba de pie a poca distancia y hablaba con otro guardaespaldas.

—¡Sr. Whittaker!

Le grité con mi corazón alegre y lo llamé. Él se volvió hacia atrás y se sorprendió.

—Yeonwoo, ¿qué haces aquí? ¿Estás bien?

Estaba claro que había recordado el accidente de la última fiesta. Empujé el


caramelo contra mi mejilla para que se notará lo abultado, luego me reí. Whittaker
también hizo lo mismo, sacó un caramelo de su bolsillo y rasgó el plástico como si
lo estuviera pensando.
—Pero, ¿qué está pasando? ¿Seguiste llamando? —Se puso el caramelo en la
boca y frunció el ceño—. Hoy se ve muy frenético. Escuché que a uno de los Alfas
dominantes le llego su *RUT, aún se encuentra en la fiesta.

Tenía prisa y abrí la boca a toda velocidad.

—Hoy fui a notificar a Annabel James sobre el fin de su relación con el Sr. Pittman.

Me apresuré a encontrar la foto que tomé en mi teléfono celular. Whittaker frunció


el ceño cuando inmediatamente revisó la pantalla.

—¿Certificado de consignación de banco de esperma? ¿Qué es esto?

Cuando quedó perplejo, giró la foto y parpadeó.

—¿Estás diciendo que robo el semen del Sr. Pittman?

—Creo que sí. Y ahora lo está almacenando en el banco de esperma. Si no lo


encuentras y no actúas... —dije a toda prisa, pero su reacción fue sutil. Bueno, se
acarició la barbilla y me devolvió el teléfono.

—De acuerdo. Lo comprobaré e informaré al señor Pittman.

Me sorprendió su reacción tibia.

—¿No es urgente? En caso de inseminación artificial o comercio...

Whittaker se encogió de hombros y dijo:

—Tendrías que demostrar que es el esperma del Sr. Pittman. Pero para contrastarlo
tendrías robarlo del banco de esperma, aunque no puedes hacer esa estupidez. —
Luego agrego—: ¡¿Dices que va hacerse una inseminación artificial?!

De repente se echó a reír.

—Que haga tantos como pueda con espermatozoides vacíos.

—¿Espermatozoides vacíos?
Cuando estaba confundido, Whittaker pareció bastante sorprendido.

—¿No lo sabías? El Alfa dominante controla sus espermatozoides. Todos estos


están vacíos, sin ADN. —Me miró a la cara y sonrió—. Es por eso pueden jugar
imprudentemente.

El hombre frente a mí se rio a carcajadas. Los Alfa dominantes eran en muchos


sentidos como animales.

Entonces, Whittaker dijo:

—Hmm —agregó—. De todos modos, revisaré la información que me has dado.


Hay algunos coleccionistas que comprarían el esperma del Sr. Pittman —dijo—.
Pero si descubren que es un esperma vacío, el valor disminuirá. Annabel estará
bastante decepcionada. Si lo supieras, no hubieras corrido hasta aquí con tanto
riesgo alrededor.

Solo después de revelar su vana expresión, Whittaker me dio un golpe en el hombro


como para consolarme.

—Todos sabemos que Yeonwoo es un gran secretario.

—Gracias.

Whittaker sonrió.

—Ahora debes irte Yeonwoo, es peligroso.

—Sí, tengo que.

Estas personas estaban allí para proteger a Keith, y no estaban relacionadas con
mi seguridad. Tenía que cuidarme por mí mismo.

—Entonces me iré. Te encargo este asunto.

—Adiós, ten cuidado.


Salí a toda prisa.

Después de que se alivió la tensión, el olor a feromonas que no había sentido llegó
a mi nariz. El caramelo en la boca ya se ha derretido más de la mitad. De repente,
sentí una sensación de crisis. Saqué dos caramelos más y crucé por el jardín
corriendo. Mi auto estaba estacionado afuera de la puerta principal. ¡Vamos, tenía
que irme! De repente estaba corriendo. Quería escapar de las feromonas.

Tan pronto como dudé, las feromonas me alcanzaron. El miedo me estaba llevando
al extremo. Me quedé sin aliento y corrí como un loco.

—¿Qué...?

Algo apareció de repente. Los deslumbrantes faros reflejaron mi rostro. Alguien haló
de mi brazo y me tiró. Me quedé sin aliento. Un auto deportivo estaba pasando
asombrosamente justo frente a mí.

—¿Estás bien?

Desde arriba escuché una voz y me di cuenta, tardíamente, de que uno de los
guardaespaldas me había salvado.

—Oh, ah. Sí.

Cuando apenas y tropecé, respondí, me miró y frunció el ceño.

—Ten cuidado. ¿Por qué conducen así? —dijo, como si estuviera cansado, pero no
llegó a mis oídos.

Me despedí y me dirigí al lugar donde estaba estacionado el auto.

Y eso es todo lo que puedo recordar.

Mas tarde, cuando desperté e intenté abrir la puerta de mi casa no pude ingresar la
clave, tenía mucho tiempo sosteniendo la manija de la puerta.
Tan pronto como abrí, corrí. Mientras temblaba, cerré las tres cerraduras y llené el
pestillo interior. Puse la silla frente a la puerta, pero aún no estaba aliviado, así que
fui urgentemente a la habitación sin quitarme la ropa, cerré las ventanas.
Finalmente, salté a la cama y volteé la manta hacia mi cabeza. Aun así, el temblor
no se detuvo. Lo único en mi cabeza era el hombre sentado en el auto deportivo
que pasó junto a mí. El hombre que trató de violarme. El pene del sujeto que mordí
tan fuerte ese día. Inmediatamente tuve náuseas, pero no salió nada excepto el jugo
gástrico amargo. Pensé que lo había superado. Estaba aterrado. Aunque me acaba
de dar cuenta que nunca traté de superarlo, solo lo ignoré. Y ahora se había
convertido en un monstruo gigante.

✤✤✤✤✤✤

El sonido del teléfono interrumpió mis pensamientos. La llamada venía de la oficina.

—Yeonwoo, ¿qué pasó? ¿Vas a venir? ¿Ocurrió algo?

No pude entender la voz por un tiempo así que pregunté aún aturdido:

—... ¿Emma?

—Sí, Yeonwoo. ¿Dónde estás ahora?

Parpadeé en blanco.

—...Oh —respondí con un suspiro—... Estoy en camino.

Hubo un silencio por un momento después de hablar.

Emma preguntó vacilante:

—Siempre llegas temprano, pero hoy... Tal vez hubo un accidente o algo.

El reloj del coche me decía que había pasado el tiempo. Agarré el mango con ambas
manos y respiré profundamente.
—Creo que llegaré tarde hoy. Se lo explicaré al Sr. Pittman más tarde, así que por
favor comiencen a trabajar sin mí. Primero denle al Sr. Pittman el horario de hoy.

Emma estaba perpleja, aunque finalmente me colgó. Agarré el mango y lo apreté.


No podía decirle nada, pero aun así no podía salir del estacionamiento. Había
pasado una hora desde que me senté en el asiento del conductor. Incluso había
usado toda mi energía para salir de la casa y subirme al auto, sin embargo, no me
moví, pero tenía que ir a trabajar. Puse ambas manos sobre el volante y suspiré.
Está bien, está bien. Cuando cerré los ojos una vez más y los abrí, pensé en blanco.
No está bien.

De pronto, el sonido de un fuerte golpe en la ventana me hizo gritar por la sorpresa.


No podía despertarme, no podía oír nada.

—…

Alguien estaba hablando. Intenté despertarme parpadeando varias veces… Fue


entonces, cuando vi una cara familiar que me estaba mirando.

—¿Qué estás haciendo?

La cara de Keith, estaba mirándome por la ventana del auto, como si estuviera
molesto.
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Bésame mentiroso

Capítulo 7

NOTA

✤✤✤✤✤✤

«¿Por qué estaba este hombre aquí?». Apenas pude pensar, mi cabeza se sentía
confusa.

Me di cuenta de que todavía estaba sentado en el auto, y que el sol ya estaba


cayendo. Aun así, lo desconocido era que Keith estaba delante de mí.

«¿Estaré viendo una alucinación?».

Mi mirada estaba fija en él. Keith chasqueó la lengua brevemente.

—¡Ah! —Keith chilló mientras se encogía de hombros—. ¿Qué estás haciendo? ¿No
puedes abrir?

No podía responder así que, reprimí desesperadamente mi cuerpo tembloroso


mientras me mordía los labios.

Abrí la puerta, pero no fue hasta que salí del auto y me enderecé que me di cuenta
de que algunos hombres con trajes negros me tenían rodeado. Entre ellos, también
vi la cara de Whittaker.

—Lo siento, no puedo conducir, no puedo.

Ese fue el final de mi conciencia.

✤✤✤✤✤✤

Sentí un ligero aroma. Era un olor que conocía. «¿Qué era?»

Desperté sorprendido.
Mi cuerpo saltó brevemente como si hubiera sido golpeado por la electricidad.
Parpadeé. Tardíamente, me di cuenta de que no estaba en mi auto. Por supuesto
que no era mi auto viejo. Estaba recostado en un cómodo asiento de cuero,
lentamente rodé los ojos y miré alrededor. Había desde interiores de mármol hasta
esencias de feromonas mezcladas con esencias de cuero suave, inclusive,
elegantes alfombras en el piso; y aunque no fue muy agradable, Keith se sentó a mi
lado. En ese momento, me di cuenta de que se sentía el olor de sus feromonas.

Lo escuché accionar el encendedor. Keith miraba al cigarrillo en su boca mientras


lo encendía. Una llama roja chispeó desde el final del cigarrillo.

Después de eso, Keith, que escupió el humo durante mucho tiempo, abrió la boca:

—Dime, ¿qué paso esta vez?

Parpadeé sin comprender. Keith parecía disgustado.

Me asusté, pero no se me ocurrieron más palabras. No pude crear ninguna oración


porque todos mis pensamientos estaban enredados en mi la cabeza.
Afortunadamente, él y yo estábamos solos en el auto. El asiento del conductor
estaba bloqueado por paneles para crear un espacio completamente independiente.
Estaba aturdido. «¿Alguna vez he estado aquí antes?» Primero lo pensé, no hubo
respuesta inmediata, luego recordé que Keith estaba esperando una respuesta.

De repente, me sentí mareado. De alguna forma intenté explicarle la situación, pero


en ese momento, me quedé sin palabras. Keith nunca lo entendería. Él me
lastimaría de nuevo. Me tragué lo que estaba a punto de decir y me mordí los labios.

Tomé un par de respiraciones profundas, y después de eso, abrí la boca:

—… Me gustaría tener una consulta médica—. Hablé con una voz que parecía
agotada, incluso cuando la escuché—. Parece que tengo un problema psicológico.
Perdón por no hacérselo saber de antemano.
Estaba mirando, pero de repente sentí que Keith estaba haciendo una llamada. En
poco tiempo, abrió la boca:

—Dile a Steward que necesito una consulta.

Ese era el nombre del médico a cargo de Keith. De hecho, yo nunca había efectuado
una reserva para Keith con él. Entonces, era solo un doctor que solo recordaba por
su nombre. Mientras la cabeza volvía a darme vueltas, sin darme cuenta, Keith se
frotó las arrugas de la frente con la mano que sostenía su cigarrillo.

En otras ocasiones, había tenido que llamar a Steward, pero esta vez yo no estaba
en el trabajo, así que supuse le habría dado la orden a Whittaker o Emma. «¿A
quién llamó?». Tenía una curiosidad, pero por supuesto no pregunté nada.

—Gracias.

Esperando a que Keith colgara, me miró brevemente con el ceño fruncido, sin
embargo, pronto se dio la vuelta. Entonces no dijimos ni una sola palabra. «¿Cómo
llego Keith? ¿Por qué vino?» Quería preguntarle, pero no pude hacerlo, cerré la
boca.

Llegamos al hospital sin hablar. El problema fue que entonces, no pude salir del
auto. La cara de Keith se volvió a distorsionar cuando mi cuerpo se solidificó y
revoloteó. «No puedo».

Comencé a temblar e hiperventilar.

Whittaker respiró profundamente. Keith salió del auto y alguien entró.

—¡...!

De momento tragué el grito y salté hacia atrás. El hombre que vi, abrió la boca
mientras me acurrucaba contra el asiento.

—Está bien, cálmate. Soy Norman Steward, médico. Tu eres el secretario del señor
Pittman, ¿cierto? ¿Has escuchado antes mi nombre?
Su rostro, con una sonrisa, fue gentil. Jadeé sin moverme. Steward no se movió de
su asiento y esperó hasta que me calmara. La puerta del auto estaba abierta detrás
de él. Si había un problema, Whitaker o cualquiera me ayudarían.

—Bien hecho.

Steward me animó gentilmente.

Después de que apenas me tranquilicé, Steward abrió la boca:

—¿Estas bien?

Apenas respondí tratando de no evitar su mirada.

—Sí.

Steward, sin embargo, permaneció en silencio en el lugar sin ningún cambio.

—Parece un trastorno de pánico. ¿Ha sucedido esto antes?

Asentí.

Steward, luego me preguntó cuidadosamente con una voz suave.

—¿Sucedió algo que causo tu pánico?

No pude responder de inmediato, así que me mordí los labios. Hablarlo era doloroso
e insultante hasta la muerte. Steward me dijo que mi respiración se estaba
endureciendo nuevamente.

—Está bien, Yeonwoo. Aquí es seguro, no te preocupes. Respira despacio... Sí.


Buen trabajo, se reduce la velocidad de nuevo.

Después de apenas volver a respirar, sentí una fatiga tremenda. «¿Qué es todo
esto?» Probablemente lo lamentaría una vez que regresara a casa, tanto la
vergüenza como la amargura se multiplicarían y volverían a mí, pero ahora no
importaba. Estaba tan cansado que solo quería terminar con todo.
—... En la fiesta de ese día... —comencé.

Él solo se quedó en silencio, escuchándome.

—... Y eso es todo.

Cuando apenas terminé de hablar, parecía que estaba exhausto. Estaba tan
agotado que no podía decir nada más. Tartamudeé mis palabras de manera
constante.

Entonces Steward dijo suavemente y sin ningún cambio en su expresión:

—Gracias por decirme, sé que debe haber sido difícil. Ahora descansa, voy a hablar
con Pittman.

Se movió lentamente para salir del auto. Un hombre abrió la puerta, me puse
nervioso y clave mi mirada en la entrada, sin embargo, Steward cerró desde afuera,
como si lo hubiera notado.

Ciertamente, después de quedarme solo, pude respirar profundamente después


que mi cuerpo se relajó. De repente, llegó la fatiga, cerré los ojos y me apoyé contra
la ventanilla del carro. De pronto, mis ojos parecieron haber visto a Steward
hablando con Keith, pero mi conciencia, rápidamente se volvió negra. Parpadeé y
me quedó dormido.

Aunque inesperadamente, el sonido de la puerta abriéndose me despertó. Estaba


asombrado y tenso, mis ojos se abrieron demasiado, pero pronto noté un leve aroma
a feromonas mezclado con el olor a cigarrillo. Me sentí aliviado y mi cuerpo fue
calmado. Keith inmediatamente cerró la puerta del auto y guardó silencio por un
momento.

Estaba solo con él.


La ansiedad y la tensión fueron dejadas atrás por lo que sentí una extraña alegría.
No podía hablar porque temía que la felicidad desapareciera. Keith fue el primero
en decir algo en lugar de mí.

—¿Entonces qué vas a hacer?

No sabía el significado de sus palabras, así que parpadeé. Keith me miró. Solo
entonces lo entendí. Abrí la boca después de morderme los labios y luego soltarlos.

—... No puedo trabajar así. Dame unas largas vacaciones... Creo que me tengo que
ir. Lo siento.

Las últimas palabras fueron agregadas rápidamente. Inmediatamente me apagué y


esperé su respuesta. Por un momento, Keith no respondió. No tenía el coraje para
verlo. El aroma del tabaco mezclado con sus feromonas se sintió aún más intenso.
En poco tiempo, Keith volvió a decir:

—¿Cuándo renovaste el contrato? ¿Tiene seis meses?

—... Han pasado cinco meses y veinte días.

—El período del contrato es de un año. ¿Pagaras la multa?

—Lo siento. Dame algo de tiempo... —Luego agregué vacilando—: Es mucho dinero
para mí, pero no es demasiado para el Sr. Pittman. ¿No es así?

Los ojos de Keith se entrecerraron. «¿Lo había hecho sentir mal?» Estaba
impaciente, exhaló nerviosamente el humo del cigarrillo.

—Lo necesito.

Sabía lo que eso significaba. Solo me necesitaba como secretario. Alguien rápido
para ocuparse de cosas molestas, cuidar cosas desagradables y hacer que se
sintiera cómodo en cualquier momento y en cualquier lugar. No era necesario por
ser yo mismo, sino sólo por ser el mejor para atender sus necesidades.
Sin embargo, mi corazón tartamudeó.

—... Lo siento. Pero, no puedo ir a trabajar... —dije con voz temblorosa—. Apenas
me subí al auto, pero... ahora estoy tranquilo. No sé si puedo hacerlo de nuevo
mañana.

Este era mi límite. Honestamente, ni siquiera sabía si podía salir del auto. Aunque
me sentí aliviado de estar con alguien, no obstante, si regresaba, volvería a estar
solo. ¿Podía superar ese miedo? No, incluso… ¿Podía salir al mundo otra vez?

Por un momento no hubo palabras. No tenía idea de lo que estaba pensando.

En poco tiempo, Keith se movió. Tocó la ventana del auto con los dedos, con un
movimiento tan trivial. El tiempo que se había detenido hasta entonces de repente
comenzó a regresar rápidamente.

Mirando por la ventana, los guardaespaldas, incluido Whittaker, se dispersaron por


todo el lugar a toda prisa. Estaba callado sin pedir un destino. Keith nunca dijo una
palabra. Igual que cuando estábamos en el hospital, nos quedamos callados.

—... Ah.

El paisaje fuera de la ventana me era familiar, fue entonces cuando me di cuenta de


que nuestro automóvil se dirigía a mi casa.

Keith no respondió cuando dije que renunciaría. Me preguntaba que estaba


pensando.

—¿Crees que deberías encontrar otra secretaria para reemplazarme? Hay tantos
talentos en el mundo —dije y dudosamente agregué—: ... Incluso si es incómodo
por primera vez, pronto se adaptará.

Keith me miró y me miró. Hablé con los ojos bajos.

—Porque hay muchas personas competentes... Emma ya está acostumbrada, así


que no habrá problema.
Keith se rio inesperadamente cuando terminé de hablar. Como podía reírse de mí
mientras fruncía el ceño de esa manera.

—Eres el único que trabajará conmigo en este momento.

Y era cierto. En la vida de ese hombre todo estaba relacionado a su voluntad, si él


quería algo, él lo obtenía.

Keith Knight Pittman no tenía motivos para esperar a que alguien más se ajustará a
él. Yo también había tenido dificultades en mis primeros meses, cuando mi senior
renunció y fue demandado por Keith. Al principio cuando comencé a trabajar con él
sentía que era una pesadilla, sin embargo, traté de satisfacer las necesidades de
Keith, incluso si tenía que usar mis fines de semanas. Después de un tiempo,
pareció que estaba bastante satisfecho con lo que estaba haciendo.

Fue natural renunciar a mi vida por este hombre, mientras trabajaba temblaba de
alegría cada vez que me enteraba de sus gustos y pensamientos. Hacer lo que ese
hombre quería y estar inmerso en su vida, me alegraba, aunque Keith… nunca se
dio cuenta.

—... Lo siento.

Eso es todo lo que tenía que decir. Keith se quedó sin palabras otra vez. La
velocidad del auto disminuyó. Se detendría pronto. Cuando pensé en eso, de
repente dejé de respirar. Tenía que bajar del auto. Tenía que ir a casa. Tenía que
acostarme solo en la cama para luchar contra el miedo. De nuevo mi cabeza se
enredó, un cierto aroma despertó mi mente. Era una fragancia de feromonas.

Al mismo tiempo, volví a mirar Keith. Me estaba mirando sin siquiera moverse. El
aire flotando era el mismo. Solo el aroma de sus feromonas penetraba fuerte y se
volvía más intenso.

Solo abrí la boca, no podía hablar porque no podía creerlo, pero ya sabía la
respuesta. Los ojos morados de Keith se decoloraron intermitentemente en oro.
Las feromonas que había estado enviando se habían multiplicado en cuestión de
horas. Todo mi cuerpo parecía estar siendo aplastado por su fragancia. Se aceleró
rápidamente y el sudor frío fluyó detrás de mi espalda, estaba mareado.

Entonces, el recuerdo de la fiesta de repente pareció golpearme. Los hombres


desnudos, las manos que me golpearon e incluso las sensaciones extrañas.

—... Ah.

Respiré profundamente sin siquiera saberlo. Al mismo tiempo, las feromonas fueron
absorbidas profundamente por mis pulmones y de repente se detuvieron. Cuando
dejé de respirar, Keith repentinamente me tiró del cabello.

—¡...!

Abrí mis ojos. Inmediatamente sentí sus labios presionando contra los míos y su
lengua pidiendo entrar en mi boca.

Casi lo rechacé, pero Keith simplemente agarró mi mano e hizo que el desistimiento
fuera imposible. Luché, aunque no pude superar el agarre de la mano que sostenía
mi cabeza. Mi boca estaba ocupada y mis labios fueron mordidos salvajemente
hiriéndolos, Keith se frotó la sangre y se la tragó. Al separarnos, la saliva cayó de
nuestros labios.

Estaba aterrorizado y fui besado con violencia, y al final, lo acepté.

—… Bien.

El aliento de Keith era tan áspero como el mío. Sus ojos dorados eran
increíblemente fuertes.

—Vivirás en mi casa.
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Bésame mentiroso

Capítulo 8

NOTA

✤✤✤✤✤✤

Abrí la boca, pero pasaron unos segundos después de que salió el sonido.

—¿A la casa del Sr. Pittman?

Una voz que no parecía la mía latía en mis oídos. ¿Era mi voz así? Parpadeé
inexpresivamente.

Keith se peinó nerviosamente el cabello.

—No hay lugar en el mundo que sea más seguro que mi casa. ¿No es así?

—... Ah, pero...

No podía entender lo que estaba sucediendo, y de pronto la respuesta llegó.

—Steward dijo que una forma de superar tu miedo es exponerlo. —Keith hablaba
mientras sacaba un nuevo cigarrillo—. En tu caso son las feromonas de un Alfa
dominante.

Un hombre con las mismas feromonas que los hombres que intentaron violarme.
Aun así, él era único hombre que nunca me desearía. Un hombre que nunca sabrá
a qué aspiro. Keith.

Como él había dicho, en mi cabeza no quedaban más recuerdos de ese día. En


cambio, lo único que quedaba era el hombre frente a mí.

—Por qué ir tan lejos...

La voz sin confianza se desvaneció. Keith, nerviosamente encendió el cigarrillo.


—Es ridículamente más fácil y menos costo en comparación con el 5% de mi
compañía.

No sabía si debía alegrarme de ser un secretario tan útil.

—¿Entonces vas a seguir vertiendo tus feromonas sobre mí hasta que mis síntomas
mejoren?

Mi voz tembló débilmente. Me pregunté si Keith se había dado cuenta.

Keith, quien estaba nervioso, escupió el humo.

—¿Por qué no?

Mis labios latieron de nuevo. Había un ligero sabor a sangre.

Mi lengua se deslizó por mis labios mientras sentía algo diferente a la saliva. De
repente, los ojos de Keith parecieron tocar mis labios. Puedo haber sido sola una
ilusión, pero su expresión no cambió.

—... ¿Por qué me beso? —pregunté con impaciencia.

Estaba seguro de que culparía nuevamente a mi feromona, sin embargo, esta vez
había tomado mis medicamentos, no debía estar emitiendo feromonas. Cuando se
lo pregunte con ansiedad, Keith frunció el ceño como si estuviera molesto.

—Acabo de comprobar la receta de Stewart.

Ah, ya lo había entendido. La forma más rápida y segura de inyectar feromonas era
el sexo, aunque este hombre me había besado en lugar de tener sexo conmigo solo
para calmarme. También quería asegurarse de que Steward tuviera razón. La
prescripción del médico había sido clara.

No era difícil respirar y mi cabeza ya no estaba tan confundida como antes. Keith
era actualmente la única causa de mi angustia. La racha de feromonas seguía
siendo dolorosa, pero era tolerable si pensaba que eran de Keith. En otro sentido,
solo había una razón por la que era difícil de soportar, y esa era porque yo soy un
Omega.

Había tomado una cantidad más elevada de inhibidores.

Tenía miedo incluso de imaginar lo que habría pasado si hubiera estado expuesto
a sus feromonas sin tomar inhibidores.

No podía vivir de esa manera de todos modos. No importaba lo que hiciera, debía
deshacerme de los síntomas.

—¿No es extraño que las feromonas del señor Pitman estén bien para mí?

Abrí la boca con fuerza e hice una pregunta peligrosa. Él me miró. No había signos
de vergüenza.

—Sabes que nunca te tocaré.

Esa fue la respuesta correcta. Fue por eso que sentí que mi corazón se estaba
rompiendo.

—... Correcto.

Lo admití con fuerza y cerré la boca de nuevo. Keith ya no dijo nada, había sido
como si intentará darme tiempo para pensar. La propuesta de Keith fue perfecta.
Podría hablar con los mejores médicos y obtener tratamiento, además de poder vivir
en una mansión; pero al mismo tiempo, fue lo más problemático. ¿Podría ocultar mi
mente mientras vivía con Keith? También debería tomar más medicamentos de lo
habitual. Si continuaba tomando más de la cantidad recetada de medicamentos,
existían algunos efectos secundarios, quizás una sobredosis en mi caso o ser
infértil.

Había visto casos de anomalías mentales, tenía miedo de que mi situación


empeorara, así que por mucho prefería tener infertilidad.

En la casa de este hombre, algún día me volveré infértil o loco. Tal vez ambos.
Además, fue su feromona la que en primer lugar me transformó en Omega. Me
mordí los labios.

El auto se detuvo, apoyé mis manos en mis rodillas.

—Bueno. —Apenas abrí la boca sin tartamudear—. Aceptaré la propuesta del señor
Pittman. Gracias por su consideración.

Después de hablar de inmediato, me sentí aliviado.

Inadvertidamente bromeé:

—El Sr. Pittman ha besando a un hombre, dos veces. Lo mantendré en secreto.

Era difícil hacer que un hombre como él, sonriera… pero Keith sonrió brevemente.

—Tu cara es de mi gusto. Si fueras mujer, ya habría dormido contigo.

De ser así, ¿en cuánto tiempo me hubiera dejado? ¿Cuál había sido el período más
corto? De repente, la cara de Annabel apareció en mi cabeza. Keith golpeó
brevemente el panel que bloqueaba el asiento del conductor con la mano y con un
cigarrillo.

Keith se echó a reír mientras abría la boca:

—¿Puedes bajar del auto?

No pude responder a eso. Tampoco tendría poder en mis piernas. Incluso sentarme
era difícil, así que tenía que hacer todo lo posible para evitar resbalar y rodar por el
piso. Keith volvió a llevarse el cigarrillo a la boca como si lo supiera.

Al final, Keith se dirigió a su mansión. Puse mis manos sobre mis rodillas,
mirándome las yemas de los dedos sin querer. El automóvil estaba lleno del aroma
de las feromonas que había descendido profundamente. Tenía miedo, pero
inesperadamente a medida que pasaba el tiempo, mi mente se tranquilizó, gracias
a las feromonas de Keith. Cerré los ojos, respiré hondo lentamente y exhalé. El
aroma llenó mis pulmones. De repente, volví a respirar hondo, y ya no recuerdo
más...

✤✤✤✤✤✤

Repentinamente abrí los ojos al sentir que mi cuerpo estaba temblando. Mi campo
de visión estaba fuera de foco. Sentí como si todo mi cuerpo estuviera flotando.
¿Todavía estaba despierto o dormido con los ojos abiertos? Miré sin comprender y
me detuve cuando la cara de Keith apareció a la vista.

—¿Eh...?

Lo miré.

Era la primera vez que veía a ese hombre desde ese ángulo. Keith notó mis ojos e
inclinó la cabeza. Inmediatamente nuestras miradas se encontraron, lo miré
confundido. De pronto, una sonrisa salió. Parece que sonrió, pero no estaba seguro.
Era sorprendente que Keith me hubiera mirado.

Involuntariamente respiré hondo. Se sintió un ligero aroma a feromonas, una


refrescante fragancia cítrica, este era el aroma de Keith. Cerré los ojos y volví a
recostar mi cabeza sobre su hombro.

Respiré profundo y exhalé lentamente, mi cuerpo seguía temblando. Me estaba


quedando dormido nuevamente, parecía que alguien estaba hablando, pero era
difícil de entender. Eran dos personas, pero pronto me quedé dormido.

✤✤✤✤✤✤

Me desperté con el sonido de un golpe. Abrí los ojos, confundido por un momento.
¿En dónde estaba? La escena de la habitación desconocida hacía que el cuerpo
vacilará, pero cuando la puerta se abrió, vi entrar a una cara familiar.

—¿Estás despierto? ¿Cómo está tu cuerpo?

Era el mayordomo de Keith, Charles.


Luché por recordar que había sucedido, pero me era difícil.

—Estaba inconsciente en el auto del señor Pittman. Quizás fue por las feromonas.
Le preparé un té para que pueda despejar su mente.

Solo entonces me convencí. De alguna forma mi conciencia se había vuelto


demasiado vaga. No solo me sentía cansado, sentía que mi cabeza estaba confusa
por las feromonas. Recordé que había sentido que otro olor se había mezclado
levemente con su terrible aroma dulce, pero seguía confundido, mi cabeza aún no
estaba del todo clara.

—Si bebes té, tu cabeza se aclarará.

Charles empujó la taza de té caliente frente a mí.

—... Ah.

Pestañeé por un inesperado sabor fresco. Como él dijo, mi mente se aclaró. La


conciencia pareció despejarse por completo.

Charles confirmó mi reacción y abrió la boca.

—Lavé su ropa. ¿Va a traer su equipaje? El Sr. Pittman nos dio instrucciones de
prepararle ropa si es necesario.

—¿Sí?

Inadvertidamente pregunté, mirando la ropa que llevaba puesta. Era una ropa de
dormir.

Charles me dijo:

—Es un pijama confeccionado para invitados. Yo hice el cambio.

—Oh no. Lo siento por causar problemas.


Poco a poco, el recuerdo volvió. Solo entonces parecía saber la situación. Charles
me cargo, me trajo aquí y me cambió la ropa. Estaba incómodo y agradecido, así
que sonreí incómodamente, bebí el té con una cara inexpresiva.

—Todavía hay suficiente tiempo —dijo como si hubiera penetrado en mis


pensamientos—. El Sr. Pittman debe haberse levantado ahora. Puede comenzar a
prepararse después de terminar de beber su té.

—Gracias —dije y luego agregué—: Lo siento, de repente perdí la cabeza. No tengo


otra opción...

—Es la mansión del Sr. Keith, solo sigo sus órdenes.

Silenciosamente llevé la taza a mi boca. Charles, dejó una escuela técnica en suiza
y fue un diácono por muchos años. Cuando terminé de beber té, me preguntó,
moviendo una taza vacía a la bandeja.

—¿La medicina es suficiente?

Eso es todo lo que Charles me preguntó.

Charles tenía riesgo de mutación, cuando le pregunte un día por que se mantenía
al lado de un Alfa dominante que podía acelerar el proceso. Charles respondió
inexpresivamente: “Soy muy mayor para cambiar. Además, el Sr. Pittman es un
hombre gratificante y elegante”. Eso calmó mi curiosidad. Si cambia a una edad
avanzada, probablemente esté en el libro de los récords Guinness.

Había puesto la medicina en la mesa de noche, junto con mis otras cosas. Miré
rápidamente la cantidad de medicamentos.

—No dude en decirnos si le falta o necesita más cantidad. Prepararé todo de


inmediato —añadió inmediatamente antes de que dijera algo—. Son las
instrucciones del Sr. Pittman.
Ante sus palabras, solo dije gracias. Estaba tratando de evitar cosas molestas para
Keith. Especialmente cuando se trataba de medicina. Me sentí aliviado.

Luego de ello, salió de la habitación sin ninguna reacción.

Dejé salir un profundo suspiro sin querer. El cuarto estaba quieto.

Observe el paisaje exterior, la propiedad de Keith tenía un terreno amplio y verdoso,


y en el medio estaba la mansión. Parpadeé varias veces, realmente estaba
ocupando una habitación en la mansión de Keith. Era completamente diferente a
donde vivía; y aunque era debido al trabajo, varias veces visité la mansión. Cada
vez estaba abrumado por las feromonas que terminaba abandonando el lugar como
si estuviera huyendo. Por supuesto, incluso cuando Keith no estaba en casa, la
fragancia de sus feromonas permanecía.

Incluso si se trataba de una emergencia, era absolutamente imposible pensar


acerca de la mansión, pero acepte su propuesta a pesar de que lo sabía. Esta era
la única forma de detener mis ataques, mientras me justificaba sentí un escalofrió.
Esta era la realidad.

Pensé en lo que había pasado, como su lengua había azotado el interior de mi boca,
como nuestras lenguas se habían enredado mientras acariciaba la tierna piel de mi
boca, mezclando nuestras salivas y retorciéndome los labios. Cerré mis ojos. Lo
que quedada adentro de mi boca era su dulce fragancia.

Sentí mi cuerpo caliente y de pronto pensé en mi ciclo de celo así que rápidamente
encontré la medicina y la arrojé a mi boca sin agua. Ahora, esto se repetiría todos
los días. Las feromonas de Keith que flotaban en el aire eran succionadas por mi
cuerpo, pero quería que la medicina fuera absorbida mientras esperaba, exhalé
lentamente. Poco a poco mi pulso disminuyó y finalmente llegó el silencio. Cerré mis
ojos. El aroma de Keith estaba en todas partes.

✤✤✤✤✤✤
Un sonido me levantó, estaban tocando la puerta. Después de abrir los ojos, estuve
confundido por un tiempo. Parpadeé, me senté al lado de la cama y fingí revisar mi
celular. Charles abrió la puerta. En su brazo llevaba la ropa que había usado el día
anterior.

—Yeonwoo, prepararé el desayuno. ¿Lo traigo a la habitación o desea bajar?

Respondí apresuradamente a su voz profunda.

—Oh... Bajaré.

En mi respuesta, Charles explicó sin rodeos.

—Por favor, venga al salón de té al final del pasillo en el segundo piso. El Sr. Pittman
siempre desayuna allí... Si quiere comer por separado puedo alistar otro ambiente.

—Uh, no. Está bien. Iré al salón de té. Gracias.

Charles asintió brevemente y puso mi ropa en el respaldo de la silla. Pronto salió de


la habitación. Después del sonido turbio y silencioso de la puerta, comencé a
prepararme. Era imposible hacer esperar a Keith. Me apresuré lo más posible para
ir al salón de té.

Cuando abrí la puerta, el aire fresco del exterior atravesó todo mi cuerpo.

Lamentablemente, Keith estaba sentado primero. No pude evitar verlo tomando té


y mirando la pantalla de la portátil, estuve fascinado por un momento. De repente
tragué saliva seca.

Ahora, estos días se repetirían diario. Iba a estar fascinado al mirar a ese hombre e
iba a respirar su feromona.

Miré la cabeza de Keith y sonreí como siempre.

—Hola.
Ofrecí un saludo ordinario mientras sentía la luz del sol detrás del Keith, y los árboles
ondeando soltaban su ligero aroma.

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Bésame mentiroso

Capítulo 9

—Lo digo en serio. Yeonwoo, respira despacio... Bien, ahora exhala.

Siguiendo las instrucciones de Steward, apenas me tranquilicé. Mi visión lentamente


comenzó a hacerse menos borrosa. Después de calmarme hasta cierto punto,
Steward me entregó una píldora y una taza de agua, él esperó mientras los tomaba.

—Has mejorado mucho, Yeonwoo. Definitivamente el Sr. Pittman ha ayudado


bastante.

Miré a Steward con una mirada impotente. Habían pasado tres días desde entonces.
El problema era que no podía deambular por la empresa como lo hacía antes. No
me desmayaba ni tenía ataques de ansiedad, pero de repente tenía miedo. Sabía
por primera vez cómo era estar atrapado en el miedo, aunque finalmente logré hacer
todo por teléfono, dejando muy poco en mi oficina, la cual estaba conectada a la
oficina de Keith.

Steward me había dado unos medicamentos los cuales debía tomar todos los días
cada dos horas. No estaba seguro, pero intentaba confiar en sus palabras.

Habían pasado algunos días desde que regrese a la compañía, aunque cada vez
que me encontraba con un Alfa, estaba menos asustado. Quizás se debía a la
medicina.

Sin embargo, sabía que habría límites para la paciencia de Keith. Me puse nervioso
al mismo tiempo que estaba impaciente. Como yo, Steward estaba sentado en un
solo sofá, algo alejado de mí. Durante la consulta, siempre se sentaba cerca de la
puerta y la mantenía abierta todo el tiempo, lo cual me tranquilizaba. Si sucedía
algo, Charles y otros empleados domésticos me ayudarían. La idea era hacerme
sentir lo más aliviado posible desde que llegué a la mansión.
Sorprendentemente, era un médico bastante bueno. Se dice que se especializa en
consultar a personas de alto rango, pero los ciudadanos pequeños como yo ni
siquiera podíamos pensar en hacer alguna reservación telefónica con él; aunque es
el médico de Keith.

Steward después de confirmar que me encontraba mejor, preguntó:

—¿Cuánto tiempo llevas siendo secretario del señor Pittman?

—Han pasado un poco más de dos años.

—¿Alguna vez has conocido a un Alfa dominante que no sea el Sr. Pittman?

De repente, Grayson Miller vino a mi mente, pero sacudí la cabeza. Pensé que no
era adecuado para responder la pregunta porque era solo el amigo de Keith y solo
lo había visto en algunas oportunidades.

—No.

—Entonces no tienes más remedio que saber sobre los Alfas dominantes. Sin
embargo, no es fácil para el público en general saber acerca de ellos —dijo y luego
murmuró para sí mismo—. ¿No son las feromonas el arma más grande de los Alfas
dominantes? Se desconoce el mecanismo exacto de cómo afecta al cerebro, pero
se conoce que los efectos de las feromonas provocan diversos resultados.

Steward se rio suavemente y añadió como una broma:

—¿Has visto los resultados de un estudio reciente? El Alfa extremo tiene una
inmunidad excelente, ¿verdad? Así que rara vez se enferma y se recupera rápido
después de haber sido lastimado. Además, desintoxica más rápido las drogas y
alcohol. Entonces, es fácil beber cocaína y éxtasis en el vino. Es por eso que incluso
si bebes cocaína y éxtasis en el vino, no te emborracharas ni te volverás adicto. Eso
es todo por la influencia de las feromonas. Bueno, en casos raros, hay
medicamentos que pueden ser utilizados incluso por Alfas extremos, pero en
realidad no son pocos.
—... Parece que las feromonas del extremo Alfa son para todo uso.

—Es beneficioso tener una feromona fuerte, pero también es peligroso... El


apilamiento se convierte en veneno. —Se tocó la cabeza con los dedos—. Esto te
puede arruinar, volverte loco.

—¿En serio?

Abrí los ojos inesperadamente.

Steward dijo insignificantemente:

—Para evitar esto, las feromonas generalmente se eliminan por adelantado. ¿Qué
sucede si sumas una cantidad habitual a las feromonas? El cerebro estaría siendo
sobrecargado por feromonas.

Steward se rio de mí, no dije nada.

—¿Ahora lo sabes? ¿Por qué los Alfas extremos no pueden renunciar a tanto sexo?
Bueno, si lo deseas, puede verter una gran cantidad en poco tiempo, pero hay un
límite para la liberación artificial, la mejor forma siempre es la liberación natural
mediante el sexo.

No podía ocultar mi expresión.

—Eso no significa que tengamos que cambiar a nuestras parejas con tanta
frecuencia.

Steward se rio de nuevo y se encogió de hombros.

Pregunté de nuevo:

—¿Qué significa que se vuelva loco?

Steward respondió amablemente a mi pregunta:


—En ese momento... —Los ojos de Steward se entrecerraron—. Si tiene a un perro
en frente suyo, lo haría con un perro.

En ese punto, casi se me cayó la taza. ¿En serio? Mirando la sorpresa, él me sonrió
con una mano en la barbilla.

—No puedes hacerlo sin un compañero, ¿verdad? Ni siquiera pueden recordar


después de recobrar la conciencia de todos modos.

Estaba en blanco. ¿Cómo podía decir algo así? Abrí la boca, pero no salió el sonido.

Steward, que parecía estar pensando por un momento, sonrió extrañamente.

—Es solo un rumor, pero se dice que uno de los hermanos de Miller ha estado con
un perro.

Estaba completamente sin palabras. De ninguna manera, tenía mis ojos


parpadeantes.

—Escuché que fue un Rottweiler. Fue por la acumulación de feromonas porque no


tenía pareja, así que simplemente sucedió...

Se rio.

Los seis hermanos de Miller eran famosos por ser todos Alfa, excepto uno. Además,
el padre era el dueño de una de las empresas más reconocidas, pero a medida que
avanzaba en la política, le entregó la dirección a su primer hijo. Nassani Miller, un
abogado especializado en compañías, de sangre fría, llamado el abogado del
diablo.

El primero, Nassani Miller, que se parecía más a su padre; el segundo Grayson, el


playboy, que siempre sonreía; el tercero Chase Miller, conocido por ser un
mentiroso, el cuarto y quinto también eran Alfas dominantes pero femeninos y el hijo
menor, su cara nunca había sido revelada al mundo. Sin embargo, solo se daba por
sentado que toda la familia, excepto el Omega, eran miembros de la familia de Alfas
dominantes.

Steward levantó con orgullo la barbilla.

—Ahora aprenderás algunas cosas poco a poco. Centra tu mente en otra cosa.
Entonces se reducirán los ataques de pánico.

—Mmm ya veo. —Sonreí involuntariamente—. Entiendo ahora. Es por eso que


inventaste la historia de Miller antes, para poner centrar mi mente en otra cosa.

—Uh, no. Eso es real.

Steward negó claramente. Sonrió y agregó mientras lo hacía:

—No está confirmado, pero es cierto que los rumores circulan de todos modos.

Finalmente, cerré la boca en silencio.

—Hmm.

—Mmm.

Volteé la cabeza hacia el sonido que escuché, Charles estaba parado afuera de la
puerta abierta.

—Se acabó el tiempo de consulta. ¿Lo extenderás más?

—No, está bien. Hoy es suficiente.

Steward sonrió y se levantó de la silla. Charles, quien entró, se puso frente mío y se
inclinó. Después de una palabra cortés, tomó una taza vacía de mi mano, con un
gesto muy elegante. Steward lo esperó y luego siguió adelante.

—Estoy agradecido por la consulta.

—Nos vemos mañana, Yeonwoo... Ah, es fin de semana. Entonces nos vemos el
lunes.
Asentí y me despedí.

Después de que se fueron, me quedé allí sentado por un rato. Mi corazón estaba
abrumado por la información que me había dado Steward. Mi cabeza estaba
intentando entender a Keith.

—¿Pasa algo?

La voz que sonó me asustó así que me levante del sofá. Keith se paró sobre la
puerta abierta.

—¿Lloraste?

Entré en pánico y solo lo miré. Keith seguía allí.

Abrí la boca tarde.

—No.

Luego caminó hacia mí. Inevitablemente, Keith se paró frente a mí. Me levanté del
sofá. Estaba fascinado mientras miraba sus delicados dedos largos acercarse a su
cara. Una mano elegantemente doblada cubrió mis ojos y los acaricio. Keith hablo
con voz baja.

—Tus ojos están rojos.

Tenía muchas ganas de llorar. Tenía que responder, pero el sonido no salió, así que
tenía prisa.

—Estaba un poco cansado. Charles acompaño al señor Steward a la salida.

Intente cambiar el tema, Keith, que guardó silencio por un momento tomó la mano
que había acariciado mis ojos, y tocó su cabello. Silenciosamente vi su cabello
oscuro envolverse suavemente alrededor de sus dedos y luego regreso a su lugar.

—¿Qué dijo Stewart?


—Que estoy mejorando —respondí y presurosamente agregué—: ¿Como fue tu
cita? Llegaste temprano.

Traté de cambiar el tema, pero pisé una mina. Keith se había reunido con una
acompañante en el hotel. Yo había realizado todas las citas y reservas. Después
del trabajo, Keith me dejó en la mansión y luego se dirigió directamente al hotel sin
bajar del auto. Haber hecho esta pregunta sabiendo yo mejor que nadie cuál era el
propósito… No era la información que quería saber en absoluto.

De repente mis ojos se volvieron borrosos. Solo entonces noté la feromona de Keith.
Era tan natural que no podía darme cuenta. Cuando la visión borrosa me hizo
temblar y perder la estabilidad, Keith me agarró del brazo y tiró de él con fuerza, mi
cuerpo chocó contra el suyo. Cerré los ojos mientras olía el dulce aroma de sus
feromonas.

—¿Te estas acostumbrando?

No sabía si era realmente curiosidad o era una queja. Me apoyaba contra su


hombro, Keith me mantuvo entre sus brazos. El aroma a feromonas se sintió junto
con la sensación refrescante del traje. Había una leve mezcla de aroma de gel de
baño y un aroma de piel fresca. Luego recordé que era debido a su cita en el hotel.

Respiré hondo y exhalé lentamente. Las feromonas de Keith se extendieron dentro


de mí. Mi mente se desvaneció gradualmente. Estaba tomando más medicamento
de lo usual para ocultar mi feromona y no causarle molestias.

Perdí la conciencia, mis rodillas apenas sostuvieron. Keith inmediatamente me


agarró entre sus brazos, por suerte no caí al suelo. Levanté la cabeza para pedir
perdón, pero en el momento en que me encontré con sus ojos, no pude recordar
nada. Keith, que solo me miró, tampoco dijo nada. Lo escuché suspirar y yo solo
parpadeé.
De pronto, Keith tiró de mi cuerpo que chocó violentamente contra el sofá, todavía
tenía la mente en blanco cuando vi a Keith con ambas manos apoyadas en el
reposabrazos.

¿Alguna vez había visto a Keith tan cerca?

Tenía la cabeza en blanco, así que no lo recordaba bien.

Keith bajo la cabeza. ¿Acaso estaba intentando besarme? Cerré los ojos con pocas
expectativas, pero estaba equivocado. De repente sentí su aliento en mi cuello.

Keith olfateo mi aroma y mi pulso se aceleró. La mayoría decían que los Alfas olían
el aroma de sus compañeros para decidir si lo aceptaban o no. Se había
considerado como una justificación humana para los instintos del Alfa.

Fue entonces, la voz de Keith la que me trajo de vuelta a la realidad.

—... ¿Por qué no hueles?

Apenas levanté los pesados párpados. De repente, Keith levantó la vista y me miró.
Estaba fascinado por su rostro que estaba demasiado cerca. Incluso, parecía tocar
sus labios un poco.

—Estoy tomando medicamentos...

Keith me miró en silencio.

—... ¿Desde cuándo?

—Desde que el Sr. Pittman... Me pidió que me deshiciera de mis feromonas...

Keith por un momento no reacciono hasta que respondió con un suspiro, parecía
recordarlo. Abrió la boca:

—... Desde entonces… ¿No hubo feromonas?


Respondí que sí. Keith se quedó sin palabras otra vez. Inesperadamente, pensé
que su expresión era extraña. ¿Era una expresión de molestia? ¿Vergüenza?
¿Desagrado?

Keith era un hombre con una cara tan complicada. Entonces, Keith levantó su
cuerpo y se sentó en línea recta, mirando hacia arriba. Me sentía confundido. Se
acarició la barbilla por un momento mientras parecía estar pensando en algo, y de
pronto, se tocó el pelo nervioso.

—Subiré.

Keith habló presuroso, luego se dio la vuelta y se fue.

Me quedé en blanco

✤✤✤✤✤✤

Cuando desperté lo hice sintiendo un leve dolor de cabeza. Me acosté y parpadeé


por un instante.

—¡Ah…! Ah...

Por el momento, grité y me senté.

Era domingo.

Accidentalmente me rasqué la cabeza. Mirando el reloj, habían sido solo cinco


minutos antes de lo habitual. Antes de que sonará la alarma, presioné el botón y la
apagué. Después de exactamente 5 minutos, me levanté de la cama.

Inmediatamente, fui al baño que estaba conectado a la habitación y saqué la


medicina del armario. Como siempre, primero tomé el medicamento, luego me bañé
y me cambié de ropa. Era un día en donde no iba a trabajar. Cuando vi el reloj, de
repente tuve una sonrisa amarga.
Momentos más tarde, cuando abrí la puerta, Charles estaba caminando en el
pasillo.

—Hola, Charles.

Él me saludó con su rostro inexpresivo, como siempre.

—Buenos días, se ha levantado temprano.

Lo miré torpemente.

—Sí.

Incluso si no me despertaba, habitualmente habría abierto los ojos porque la alarma.


Incluso si era feriado. Pensé que tenía que ayudar en lo que pudiera. Charles
todavía me miraba con una expresión desconocida.

Así que preguntó con una cara inocente.

—¿Quiere té o café?

Le respondí ansiosamente:

—Me gustaría un café. También huevos revueltos con un poco de tocino y


panqueques.

Charles asintió.

—Me preguntaba si podría ayudar en algo.

Charles me miró en silencio. Estaba desconcertado por la cara inexpresiva, cuyos


pensamientos eran desconocidos.

—Entonces, ¿podrías despertar a Pittman y preguntarle que desea desayunar?

—Ah, sí.
Asentí, pero fue inesperado. Di un paso adelante y parpadeé sin comprender por un
momento, luego, cuando comprendí ya era demasiado tarde, solo vi su espalda
alejándose. El cuarto de Keith. Mi corazón comenzó a acelerarse. Habían pasado
varios días desde que estaba en la mansión, pero nunca había entrado en su
habitación.

Después de dudar, me moví apresuradamente sin poder pensar. La mano que


golpeó la puerta tembló y me avergoncé. Apresuradamente agarré ambas manos y
respiré hondo. No hubo respuesta. Keith todavía seguía dormido.

Tragué saliva seca y abrí la puerta con cuidado.

—Ah...

El olor a dulzura se infiltró en mis pulmones. Lentamente inhalé la feromona flotando


en el aire. Gradualmente, la escena en la habitación se hizo visible.

Cuando finalmente abrí la puerta, las feromonas inundaron todo mi cuerpo. Su cama
era particularmente enorme, en la pared opuesta a la cama, colgaban pinturas al
óleo. Era una pintura elegante y seductora de Venus. En el dormitorio, no había
mucha decoración aparte de un par de muebles sencillos.

Keith todavía estaba dormido. Cuando lo vi acostado “solo”, en una cama enorme,
me sentí ridículamente aliviado. Aunque sabía que había regresado a casa el día
anterior, había un desafortunado miedo en un rincón de su corazón. Después de
comprobarlo con mis propios ojos, puse una patética sonrisa en mi rostro. Tenía
una delgada sábana que cubría su cuerpo, sin querer tragué saliva seca.

Era la primera vez que veía su cuerpo desnudo. Pude ver el pecho de Keith, tenía
la piel bronceada, su pecho era lo suficientemente firme como para tocarlo de
inmediato. Sus músculos bien formados sobresalían a simple vista.

Sentía que ni siquiera podía respirar mientras movía mi mirada desde su nuca hasta
la clavícula. Sus hombros y brazos permanecieron fuertes a pesar de estar dormido.
Mi lenta mirada fue bloqueada por la sábana, pero no pude mover mis ojos allí abajo.
La delgada tela me impidió ver todo el cuerpo de Keith, es decir, si miraba debajo
de la sábana, seguramente lo conocería todo, pero tenía miedo de imaginar qué
pasaría si viera su pene. No tuve el coraje suficiente para llegar allí. Apenas y
respirando, sostuve mi mano mientras la mantenía presionada contra mi pecho.
Tenía que despertarlo.

—Sr... P... itt..man.

La voz se partió. Afortunadamente, Keith no abrió los ojos de inmediato. Me sentí


aliviado y me apresuré a calmar mi voz. Apenas contuve el aliento, pude hablar
como siempre:

—Sr. Pittman.

Gracias a Dios. Una voz, que no era diferente de lo habitual, fluyó en mis oídos. Me
acerqué con más coraje y reprimí el deseo de acariciar su pecho desnudo; apenas
le puse un dedo en el brazo. Por suerte, Keith no se despertó.

—Sr. Pittman.

Pronuncié su nombre una vez más y finalmente agité su brazo. Entonces, me


pregunté si Keith se había dado cuenta de que había tocado suavemente sus
músculos como si lo estuviera acariciando. Sus largas pestañas ni siquiera se
habían movido hasta entonces. Estaba asustado.

Me quedé allí y vi a Keith despertarse de su sueño.

—... Ugh.

Keith, que emitió un sonido profundo dentro de su cuello como un gemido, frunció
el ceño aun recostado, luego abrió sus morados ojos. Parpadeó unas cuantas veces
como si tratara de concentrarse, su mirada se dirigió hacia mí. Su cabello oscuro,
su cara recién despabilada, sus hombros anchos y su pecho firme. ¿Cómo no podía
ama a ese hombre? Si pudiera abrazarlo y besarlo en ese momento, lo haría.
De repente, Keith levantó la parte superior de su cuerpo y extendió su mano
jalándome hacia él. Me sorprendí cuando sucedió. Nos encontrábamos tan cerca
que podía sentir su aliento en mi cara mientras nuestras narices se rozaban. Mi
corazón comenzó a latir con fuerza, fue entonces cuando lo vi con los ojos abiertos.

El dulce aroma había crecido aún más. Keith estaba emitiendo más feromonas, pero
la feromona que emitía era distinta a las otras ocasiones, era suave y envolvente,
como si tratara de tentarme.

De repente, Keith se detuvo y fui testigo de cómo los ojos de ese hombre volvieron
repentinamente a la realidad. Eso hirió mi corazón. Keith me empujó de inmediato
y me tropecé.

—Maldición, tu feromona...

Había pasado mucho tiempo desde que estaba tan enojado. El primer día que lo
conocí, recordé vagamente que estaba muy molesto. Keith no pudo soportar la ira
y arrojó la almohada que cayó en la suave alfombra.

—¿Por qué estás aquí?

Tan pronto como se calmó, me preguntó con una voz tranquilizadora. Aun así, sus
ojos todavía estaban fríos por lo que respondí lo más hábilmente posible:

—Charles preguntó si podía venir a despertarlo, Sr. Pittman. ¿Que desea para
desayunar?

Keith revolvió nerviosamente su cabello.

—Huevos hervidos y tocino.

Le respondí formalmente.

—Bien. ¿Quieres un café o té?

—Espresso, triple.
Keith de repente levantó la sábana y dejo al descubierto todo cuerpo. Voltee la
cabeza. Pronto, mi corazón comenzó a latir fuertemente. A Keith no le importó mi
reacción, se levantó y fue al baño.

Solo entonces suspiré y volteé la cabeza, observando a la mujer de la pintura. La


bella diosa Venus parecía estar riéndose arrogantemente de mí. Rápidamente
aparté mi mirada de la imagen y salí de la habitación como si estuviera huyendo.

✤✤✤✤✤✤

El ambiente en la mesa no era bueno. Keith se cambió de ropa después de un rato


y bajó, pero su expresión facial no mejoró. Charles se puso de pie con su rostro
inexpresivo como siempre y nos escuchó a Keith y a mí decir:

—Gracias.

Saludé a Charles, que vertió jarabe de arce sobre mis panqueques. Tomé uno de
los panes y lo llevé a mi boca, miré a Keith, quien no me ha mirado desde que bajo.

Se llevó el tocino a la boca, y de repente dijo:

—¿A qué hora decidió venir Grayson?

De momento, me quedé quieto. Levanté la cabeza sin darme cuenta. Charles


respondió:

—Va a venir a las cinco en punto. Los otros invitados también.

Solo entonces, me di cuenta de la situación. Habría una reunión o fiesta en la


mansión. No tenía de que preocuparme porque Charles sería responsable así que
fingí que no me importaba, miré hacia mi plato. No tenía nada que ver conmigo.

Sin embargo… ¿Sabía Grayson que me estaba quedando en la mansión? No, no


era Grayson lo que importa ahora. Si dice “otros”, estaba claro que en la reunión
habría otras personas. De pronto pensé en la fiesta del barco. Fue espeluznante.
Esta vez desconocía el propósito de la fiesta, además no la estaba organizando.
Por lo tanto, no había razón para decirme.

Los recuerdos que había olvidado repentinamente volvieron a mi mente. Solo


Grayson me advirtió aquella vez, como si hubiera esperado que sucediera. Fue
Grayson quien apareció ese día y me quitó a ese hombre. Entonces, ¿por qué no
me dijo nada?

De pronto, escuché que una silla retrocedía. Keith levantó la cabeza y se fue. Me
dejaron solo en el comedor. Terminé de comer a un ritmo lento.

Charles regresó y me pregunto:

—¿Te gustaría más café?

Ante su pregunta, sacudí la cabeza.

—Jugo está bien.

Silenciosamente llenó mi vaso con jugo de naranja. Charles que hábilmente limpió
el jugo que fluía fuera de la botella de vidrio con un paño, espetó:

—La reunión de hoy de es recurrente, aunque puede ser incómodo para ti y para
los invitados. Pero si tienes problemas con las feromonas...

Pronto dejó de hablar. Tampoco sabía qué hacer, yo podría estar escondido en mi
habitación y tener convulsiones por las feromonas de alguien que no fuera Keith.

—Yo… mejor caminaré por el jardín.

Una compasión muy instantánea pasó por la cara de Charles, aunque apareció y
desapareció tan rápido que me confundió.

—No olvides tu teléfono celular. Cuando los invitados se hayan ido, ventilaremos el
lugar y nos comunicaremos contigo. ¿Sabes mi número? Si no puedo contestar el
teléfono Emily lo hará.
Escribió hábilmente el número sobre un papel que luego puso sobre la mesa.
Agradecí y recogí el papel.

—Empacaré algunos bocadillos y bebidas simples. ¿Hay algo que quieras


específicamente?

Pensé por un momento, pero no se me ocurrió nada porque tenía el estómago lleno.
Después me dijo que le dijera más tarde.

El tiempo fue relajado y tranquilo, así que todo transcurrió lentamente.

✤✤✤✤✤✤

—¿Deseas descansar en una habitación vacía? Hay una sala para empleados.

La sugerencia de Emily me hizo difícil ocultar mi cara feliz.

—¿Hay tales lugares?

Emily asintió y dijo con una cara más brillante:

—En la parte posterior hay lugar utilizado por los empleados. Ocasionalmente, si
hay una fiesta o algo especial, siempre hay varias salas vacías disponibles para
trabajadores temporales. Yo limpio todos los días para que los recién llegados usen
la habitación de inmediato. Yeonwoo si no te importa, creo que puedes quedarte
allí.

—Oh por supuesto. Realmente lo agradecería si pudiera usarlo.

Emily sonrió amablemente.

—Charles nunca lo hubiera pensado. Bien, la tercera habitación en la planta baja


está vacía. La llave estará colgada en la entrada del porche. Camine en el orden de
las habitaciones para que no se pierda.
Luego de ello, me pregunte qué iba a hacer para matar el tiempo. ¿Debía leer libros?
No era del tipo que generalmente leía mucho, pero tampoco había podido leer en
los últimos años por el trabajo.

De repente, el estudio de Keith vino a mi mente. Cuando entré por primera vez en
la mansión, Charles me guio por la casa. Conocía el estudio, pero no había entrado
en ese momento.

El estudio estaba a medio camino entre la habitación de Keith y mi habitación.


Inadvertidamente miré la habitación de Keith. ¿Qué importaba lo que él estuviera
haciendo ahora? Estaba ocupado viviendo ahora mismo. Apresuradamente, entré
al estudio.

—Ah...

La admiración fluyó desapercibidamente ante la magnífica vista. Inesperadamente,


el techo del estudio era muy alto. Había una escalera a un lado. El techo interior era
redondo en forma de cúpula, pero el techo exterior era puntiagudo como un castillo
gótico, podía obsérvalo desde el exterior. La luz del sol que entraba por la ventana
de techo alto iluminaba un lado de la estantería. Miré fijamente el polvo que flotaba
en el aire. ¿Qué libro debía leer?

Estaba abrumado por tantas colecciones que no pude llegar a una decisión. Pero al
dudar y mirar alrededor de la estantería, luché por encontrar una novela moderna.
Después de buscarla, tuve que decidir qué autor leer, había varios libros de años o
idiomas diferentes. Por supuesto, me costó entender cuál me convenía mejor. Al
final, el libro que seleccione cuidadosamente fue una novela de un escritor alemán
que había sido producido como una película. Disfruté viendo la película. Entonces,
pensé en leer la novela, pero la olvidé en mi vida ocupada. Cuando vi la foto del
autor, me intrigué. Sonreí inadvertidamente. Cuando miré el reloj era una hora más
tarde.
—Yeonwoo. —Charles estaba caminando hasta que, de pie y frente a mí, abrió la
boca tan casualmente como de costumbre—: ¿Estás bien? Los invitados llegaran
pronto.

—Oh, sí, ahora salgo.

Charles miró el libro en mi mano y dijo que parecía convincente.

—Emily me dijo que descansara en la sala de empleados. Le llevaré algo de comer


ahí.

—Gracias.

Me despedí y salí a toda prisa. El tiempo se acercaba.

✤✤✤✤✤✤

Llegué a la habitación vacía de la sala de empleados y me acosté en la cama. Tenía


que esperar por horas. Cuando me acosté, miré al techo, luego abrí el libro, pero no
podía entenderlo.

En la Francia del siglo XVIII, un hombre vivía...

Leí la misma línea una y otra vez, pero aún así el texto era confuso.

✤✤✤✤✤✤

Repentinamente desperté con el sonido del celular. Me acosté, parpadeando sin


comprender. Era Emily.

—Ah. Lo siento, Emily. ¿Ya termino?

—Hola. ¿Aburrido?

—... ¿Se fueron los invitados? ¿Debería ir ahora?


—Sí, puedes venir ahora. Estoy arreglando un poco ya que está algo desordenado.
Por cierto, ¿aún no ha cenado? ¿Le llevo la cena a la habitación?

Decliné apresuradamente.

—No te preocupes, Emily. gracias.

Me despedí y colgué. La ventana ya estaba oscura. ¿Qué tan ocupados estaban


todos? Incluso, si no era mi trabajo, todos estaban ocupados, me sentía culpable de
solo dormir. Ayudar con la limpieza iba a ser lo mejor. Tenía prisa y salí. Todo lo
que llevaba era un teléfono celular y un libro. Estaba silencioso, no había gente en
la sala de empleados.

Traté de adivinar dónde podría haber personas, para no causar tantos problemas.
La respuesta llegó rápidamente al pensar en qué zonas se moverían los invitados.
En la sala de recepción, talvez conversaron y luego se fueron al salón de té.
Entonces, la cocina era probablemente el lugar más concurrido en este momento.

Recordé a Emily y Charles, quienes a menudo se negaban a aceptar mi ayuda,


pensé que sería lo mismo si la ofrecía ahora. Pero, aun así, estaba dispuesto a
preguntar. Las luces que iluminaron toda la mansión se desbordaron hacia el jardín,
seguí caminando.

De repente me detuve ante el siniestro sonido que vino de atrás. Mi espalda se


tensó incluso antes de comprobar qué era. Quizás era solo el viento. Traté de calmar
mi mente y miré hacia atrás lentamente. Caminé y pronto miré hacia abajo muy
lentamente. Luego, a una distancia no muy lejana, me encontré con un par de ojos,
mi cuerpo se tensó.

Era un rottweiler.

Un enorme perro de pelea, que solo había visto en imágenes, me estaba rugiendo.
«¿Qué? ¿Por qué no me dijeron que ese perro estaba aquí?». Numerosos
pensamientos pasaron a la vez en mi cabeza, pero todos eran preguntas sin sentido
y no ayudaban en esta situación. «Debería llamar a alguien». Apenas abrí la boca,
pero no hubo sonido. Al mismo tiempo, la ansiedad se aseveró. Entonces…
«¿Quién iba a venir? ¿Cuándo? ¿Cuánto tiempo tardarían?».

Me estremecí y caí al suelo. Abrí los ojos en este momento. Casi simultáneamente,
el perro ladró salvajemente. Mis brazos estaban envueltos alrededor de mi cabeza.
Incluso, el aire descendió. Ni siquiera podía gritar, estaba congelado. Fue cuando
un grito salió volando de la nada.

—¡Alex, para!

Y eso fue todo. No hubo más ataques. Por orden de alguien, el perro estaba
tranquilo. Mi mente estaba en blanco. Pude ver al perro corriendo hacia una
persona. No muy lejos, un hombre que parecía ser el dueño estaba de pie.

—Siéntate, Alex.

Era la misma voz de antes, una voz fría. El perro siguió una orden con una actitud
dócil. Lentamente moví mi mirada. Era un hombre que ya conocía el que sostenía
el collar del perro. Él también me reconoció.

—¿Yeonwoo? —preguntó con una sonrisa familiar—. ¿Qué estás haciendo aquí?

Era Grayson, me senté y lo miré sin expresión.


• Traducido por: Its_Unfortunxte | Unfortunxte

• Edición: BLPages
Bésame mentiroso

Capítulo 10

El perro estaba ridículamente tendido a sus pies mientras él me miraba con el ceño
fruncido, aun así, mantenía su cara sonriente, lo que me hacía sentir incómodo.

Apenas abrí la boca para hablar, sin embargo, no hubo sonido. El aroma de las
feromonas había hecho que mi corazón latiera fuertemente. Si el olor hubiera sido
más denso habría perdido el autocontrol, otra vez. Estaba agradecido por el viento
que venía desde atrás.

Tenía que despertar, apreté mis puños e intenté no perder el conocimiento de


alguna forma. Está bien, había muchas personas que me ayudarían si algo pasaba.
Estaba realmente bien. Apenas me puse de pie, sentí una sensación de
incomodidad que pareció agotar mi energía.

—Hola, señor Miller. ¿La reunión terminó bien hoy?

Difícilmente podía hablar. Traté de relajar mi cuerpo, pero la sensación de presión


no disminuyó mucho. Grayson levantó ligeramente ceja y abrió la boca mirándome,
aún con una sonrisa:

—No respondiste a mi pregunta.

El momento fue vergonzoso. ¿Qué me había preguntado ese hombre? Apenas


recordaba sus palabras.

—Hoy hubo una fiesta.

—Ajá.

Solo entonces Grayson escupió un signo de exclamación exquisitamente corto. Me


quedé en silencio.
—Todos han vuelto, pero yo, por este sujeto… —dijo en una posición mirando hacia
abajo con una sonrisa hacia el Rottweiler que estuvo a punto de atacarme pero que
ahora meneaba la cola—. Abrí los ojos por un momento, y cuando me di cuenta se
había ido a alguna parte, lo estaba buscando. Este chico.

Él se rio, pero yo no lo hice en lo absoluto. Casi me desmayé y morí. ¿Cuántas


personas podían reírse en esta situación? Aunque yo no era el único en la mansión,
sabía que había algunos empleados cerca de aquí. ¿Estarían bien? De pronto,
Grayson dijo como si hubiera penetrado en mis pensamientos:

—Pero no suele atacar. Creo que le gustaste mucho, Yeonwoo. —Se rio y
preguntó—: Si lo piensas, ¿te gustaría aparearte con Alex en tu ciclo de calor? Está
bastante desesperado.

Por un momento, mi piel se puso de gallina. Grayson se encogió de hombros, sin


decir nada.

—Era una broma.

Al menos, era cierto que era una broma. Me quedé sin aliento y seguí intentando
abrir la boca:

—Entonces… Sr. Miller, estoy...

—Espera un minuto.

De repente, no tuve más remedio que parar allí, mientras me preguntaba qué estaría
pensando, fue cuando Grayson dijo:

—¿Entonces por qué estás aquí? No hay nada que puedas hacer en primer lugar.

Estaba realmente curioso. No sabía si solo estaba bromeando. En realidad, nunca


sabía cuándo hablaba con sinceridad, de igual forma, no estaba seguro del por qué
lo había encontrado aquí.

—... Disculpe.
Apenas dije eso, me di la vuelta. Quería entrar a la casa y más específicamente, a
mi habitación y esconderme. Sentía que me faltaba la respiración. Las cosas no
estaban saliendo como lo había previsto.

—Yeonwoo. ¿Qué es tan urgente?

Grayson me llamó con una voz llena de risas. Como siempre, estaba tratando de
decirme algunas palabras más con una broma ligera. Lo sabía claramente, mi
cabeza lo sabía, pero mi cuerpo no podía evitarlo.

—... ¡Hola! ¿...?

En el momento en que Grayson me agarró del hombro, dejé de respirar y grité. La


cara de Grayson se sorprendió a la vista, pero eso fue todo. Me caí y terminé
sentado suelo.

—¿Yeonwoo, Yeonwoo? ¿Qué pasa?

Grayson preguntó, avergonzado, pero no pude decir nada. Seguía respirando solo
por la boca. Mi cabeza estaba tensa y mis ojos parpadearon. ¿Estaba muriendo?

El miedo agarró todo mi cuerpo. Tenía la boca abierta pero no entró oxígeno.
Gradualmente, la conciencia se volvió borrosa. Mientras tanto, el aroma de Grayson
todavía flotaba dulcemente sobre mi nariz; fue cuando de repente, alguien me
abrazó por detrás.

Todo mi cuerpo estaba envuelto en una rica fragancia de feromonas.

—Está bien. —Una voz tranquila y calmada fluyó en mi oído—. Está bien, respira
lentamente...

La voz tranquilizadora era claramente familiar. Conocía al dueño de esa voz. Lo


sabía muy bien.

—... ¡Ugh!
De repente entró el aire y respiré, una leve tos salió. Oh, gracias a Dios. Mi mano
temblorosa se aferró a su camisa.

Era Keith. Era la feromona de Keith.

—Hmm...

Dejé de llorar. No pude resistir mis emociones. Mientras sacudía mis hombros y me
ahogaba, escuché la voz de Grayson, que permaneció en silencio hasta entonces.

—¿Qué…? ¿Qué pasó?

—Cállate, Grayson. —Keith se expresó con una voz completamente diferente a la


de antes—. Deshazte de tu feromona.

—¿Qué?

Grayson preguntó, aparentemente confundido, pero Keith dijo lo mismo con una voz
fría:

—¡Deshazte de tu feromona!

Hubo silencio por un breve momento. La feromona de Grayson, se redujo


significativamente. Respiré temblando. La fragancia de Keith había entrado por
completo en mí.

Apenas calmé mi respiración agitada. Cuando mi mente se alejó, mi cuerpo fue


liberado. Keith abrazó mi cuerpo que había sido completamente liberado.

—¿Por qué...? ¿Qué es esto?

Como si Grayson no pudiera soportarlo más. Keith levantó la mirada y no me vio.

—Cuando absorbe otra feromona que no sea la mía le provoca convulsiones y


ataques de pánico.

—¿Qué?
Keith respondió tan simple como molesto:

—El día que tuvo el incidente con Ken. Por eso.

Por un momento, Grayson guardó silencio.

—¿Lo que sucedió hace unos meses?

Keith me miró en lugar de responder. Yo lo miré sin comprender. Grayson me miro


extrañado.

—¿Pero solo tus feromonas están bien? ¿Todas las otras feromonas le provocan
eso?

Keith asintió.

—Bueno. —Grayson volvió a quedarse sin palabras. Un silencio ominoso


continuó—. ... Entonces… ¿Tienes que calmarlo cuando esto sucede? ¿Por cuánto
tiempo?

Keith no respondió.

Grayson tampoco parecía querer una respuesta, pero pronto agregó como una
broma:

—¿Por qué no duermes con él? Creo que te gustará.

—Cállate, Grayson.

—Ja, ja, ja. —Grayson se rio a carcajadas, aunque pronto se convirtió en una risa
amarga—. Pobre Yeonwoo.

Miré a Grayson con ojos nublados. Me estaba mirando fijamente, con una sonrisa
como siempre.

Ese hombre se había dado cuenta.


Bésame mentiroso

Capítulo 11

Un profundo suspiro fluyó.

El aire de la noche era frío, así que mis brazos estaban envolviendo mi cuerpo, pero
no quería volver a buscar ropa de abrigo. Keith actualmente, está teniendo sexo con
una acompañante, por lo que no puedo entrar a la casa así que, deambulo por el
gran jardín. Olí cuidadosamente las feromonas que se desbordaban. El aire dentro
de la casa estaría tan húmedo que no podría soportarlo. Tenía miedo de entrar a la
mansión.

—Yeonwoo, ¿estás aquí? Charles me encontró y habló. Dudé y asentí. Él abrió la


boca con la cara inexpresiva, como siempre—: Se terminará pronto. ¿No hace frío?
¿Deseas alguna bebida caliente o ropa de abrigo?

—Oh gracias. Ropa de abrigo, por favor.

Charles asintió brevemente.

—Vendré pronto.

Dicho esto, desapareció como el viento y yo me quedé allí, frotándome los brazos.
¿Qué hora era? Inadvertidamente miré con tristeza mi muñeca vacía. Keith a veces
las llamaba al hotel y otras veces a su casa. Aunque está vez, el periodo había sido
corto, habían sido en espacios de 3 días. La había llamado todos los días durante
la primera semana. No había nada de que decepcionarme porque se suponía que
ya la conocía. Sin embargo, era difícil verla entrar a su habitación con orgullo.
Pretendí quedarme dormido las primeras veces y me quedaba en mi habitación
desde la tarde, pero debido a la feromona que se desbordaba, podía ver la situación
sin estar físicamente ahí así que, a menudo deambulaba fuera de la mansión. Me
dolía el corazón a morir.

... Que frío.


Me encogí de hombros. ¿Cuánto tiempo había pasado? En mi experiencia, parecía
que habían pasado tres horas, pero seguramente habían pasado mucho más.
Gracias a él, siempre tuve que esperar durante al menos tres horas en el auto cada
vez que se encontraba con una compañera sexual en el hotel. A veces, me dejaba
en la mansión y se dirigía al hotel, pero en ese caso, al cabo de unas horas, al
amanecer, volvía en el coche.

De pronto, escuché un sonido.

—... ¿Ya terminó?

Era una pena que me hubiera olvidado del reloj y mi celular porque salí antes de lo
esperado. Me sentía amargado.

Miré la mansión una vez más cuando un grito fluyo desde la ventana abierta de
Keith.

Los sucesivos gemidos me habían estado molestando por mucho tiempo, pero lo
que me molestó aún más fue que Naomi, que era la compañera, había durado un
poco más de tiempo que la anterior. Ya era hora de cambiar.

A Keith le podía haber gustado Naomi. Mi corazón pareció estallar solo por
imaginarlo. Después de un tiempo ya no podía escuchar los gemidos y los gritos,
se estaban quedando sin aliento. La mansión estaba en silencio. Suspiré, fue
entonces cuando por detrás escuché el sonido de la puerta. Pensé que Charles
había vuelto con mi abrigo, pero estaba mal. Había sido Naomi quien abrió la puerta.

—Oh, Dios mío.

Tan pronto como me vio, me asustó. Naomi, que llevaba un vestido delgado que
hacía relucir su delgado cuerpo y dejaba al descubierto su abultado pecho, se me
acercó.

—¿Eres el secretario del señor Pittman? Eso es bueno. ¿Dónde está el


mayordomo? Cuando terminé, le dije que me gustaría irme a casa.
—... Debe venir ahora.

Ni siquiera tuve que escuchar su respuesta. Un fuerte aroma a feromona salió de


su cuerpo. Naomi era Beta. Así que estaba perfectamente con la feromona de Keith.
De momento, me sentí celoso. Bajé la cabeza para ocultar mi expresión. Ella saco
un cigarrillo del bolso y lo mordió. Naomi, escupió el humo durante mucho tiempo.

—¿Eres Omega? ¿También te acostaste con Pittman?

Su voz se oía cansada. Lo comprobé cuando miré sus ojos, los cuales también
lucían de esa manera.

—No... el Sr. Pittman nunca duerme con un hombre.

Curiosamente, mi voz fluyó en mis oídos con tanta calma. Naomi me miró, tenía una
mirada sorprendida, pero no era mi intención.

—¿De Verdad? ¿Aunque seas Omega?

Repetí las mismas palabras una vez más. Con voz seca.

—No tiene sexo con hombres.

Con un silbido, escupió un largo humo de cigarrillo.

—Sin las disposiciones de confidencialidad... Annabel dijo que robó el esperma,


pero no entiendo. ¿Cómo Annabel robó el esperma? ¿Y cómo lo descubriste? No
la entiendo, yo hubiera tomado una foto de su pene mientras dormía, y me hubiera
hecho un consolador que se viera igual.

No pude decir nada cuando la miré con una expresión en blanco, como si estuviera
recordando. Había escuchado varias veces los sentimientos de las compañeras de
Keith sobre sus encuentros en la cama. Sin embargo, traté de ignorarlo. Naomi, no
conocía mis sentimientos, sentí una tristeza.

—Pero no importa qué tan bien me pueda hacer sentir un consolador, no sería igual.
Observé su hermosa cara, bastante arrogante.

En ese momento pensé:

¿En serio? Qué tan bueno es...

No sabía cómo reaccionar, estaba callado. Honestamente tenía curiosidad. Sin


embargo, no lo sabría, aunque después de escucharla, me volvería aún más
miserable. Elegí mi orgullo sobre la curiosidad.

—Me alegra que este satisfecha.

—¿Satisfecha?

Naomi se rio y escupió la actuación:

—No lo has visto, así que no puedes saber. Keith es el mejor hombre que he visto.
¡Dios mío! ¿Por qué estás tan asustado?

¿Cuándo iba a venir Charles?

Me puse nervioso.

—Espero que no me golpees cuando acabe.

—¿Golpearte?

Lo siento, pero ya era agua derramada, ya lo había dicho. Miré a Naomi y ella
suspiró, luego respondió con franqueza y sin rodeos:

—Hay muchos casos en los que no puedo aceptar una despedida, pero con Pittman
es diferente, haré lo mejor que pueda hasta el final, aunque puede haber algunas
cosas con las que no estoy satisfecha.

No tuve que dar una explicación detallada, así que me callé. Naomi entrecerró los
ojos. No podía entender lo que estaba pensando. Puso un cigarrillo en su boca y
dijo con elocuencia:
—Todos están enojados con una persona orgullosa y arrogante. A ti también te debe
estar costando mucho. —Ella fuma lentamente y sonríe—. ¿Tienes que callar todo
lo que sabes?

Era correcto, pero no podía asentir con la cabeza. Naomi me preguntó en silencio.

—¿Puedo tocarte sin golpearte?

—¿Sí?

Mientras estaba confundido, ella sonrió alegremente.

—Un Omega puede dormir con una mujer, ¿verdad? Simplemente no puede tener
hijos. Solo seria para disfrutar.

Estaba avergonzado y sin palabras por un momento.

—Lindo. Te pareces a mi hijo.

—¿Hijo?

¿Naomi tenía hijos? Había estado casada dos veces, pero ahora estaba soltera. No
había oído hablar sobre un hijo, y cuando la visité, solo vi a los empleados dentro
de la casa. Me acordé apresuradamente y pronto la cuestioné:

—... El perrito que crías en casa.

—¡Sí, Mickey!

Al instante no pude manejar mi expresión facial al escuchar que me parecía a un


perro, pero cuando vio mi rostro distorsionado, se rio a carcajadas, como si fuera
divertido.

—Realmente te pareces. Mickey se ve así cuando está enojado conmigo. Mira esto,
¿es realmente lindo?
Naomi intentó encontrar una foto en su teléfono celular para mostrármela. Por
supuesto, me negué.

Estaba tratando de decirle que iba a buscar a Charles, cuando de repente se


tropezó. Me sorprendió y la atrapé por reflejo. Las feromonas que la cubrían
entraron en mi cuerpo. Dejé de respirar, pero ya me latía el corazón, las palmas de
mis manos se me mojaron. Me tranquilicé a la fuerza y apoyé a Naomi; su mirada
hacia mí era confusa. Últimamente me había dado cuenta de la situación, ella
estaba afectada por las feromonas. Si uno se encurtía hasta este punto, no
importaba si eras Beta. Cuando Naomi salió de la mansión por primera vez, estaba
bien, así que quizás las feromonas se fueron absorbieron poco a poco.

Con un humor amargo, sostuve los brazos de Naomi con fuerza.

—Es por las feromonas. Asegúrese de bañarse cuando llegue a casa. Tome
medicina también.

Naomi, que parpadeó sin comprender de repente sonrió.

—Es amable, Sr. Puppy.

Posteriormente, sucedió algo inesperado. De repente, ella agarró mi rostro y levantó


sus labios. Nuestras bocas chocaron sin tiempo a evitarlo. ¿Realmente había sido
un accidente? Me tensé en ese momento y no pude responder de inmediato. Naomi
tenía labios suaves.Ella siguió presionando firmemente mientras intentaba meter su
lengua en mi boca.

De pronto, grité apresuradamente mientras me la quitaba de encima:

—¿Qué estás haciendo?

—Jajaja.

Ella se rio. Por supuesto que no me reí en absoluto. Aparte mis labios a toda prisa,
pero en esos momentos, Charles salió.
—Charles.

Lo saludé. Charles, que tenía mi abrigo, miró a Naomi y caminó directamente hacia
ella.

— Yeonwoo, por favor entra.

Estaba dispuesto a entregarle a Naomi el abrigo que me trajeron.

Me apresuré hacia Charles.

—Parece que las feromonas ya han surtido efectos en su cuerpo, necesita


medicamento...

Charles respondió sin rodeos como de costumbre.

—Siempre sucede. No te preocupes.

Cuando miré la reacción tranquila del diácono, lamenté haber hecho solicitudes
innecesarias, aunque Naomi nunca se dio cuenta de la situación.

—Nos vemos de nuevo, Sr. Puppy.

Naomi se rio y me mando una señal de beso con la mano. No dije nada. Vi como
Charles arrastraba a Naomi y de repente, me sentí genial. Cuando levanté la cabeza
sin que lo supiera, me detuve momentáneamente.

Keith está en la barandilla del balcón fumando un cigarrillo mientras me miraba. Ni


Keith ni yo hablamos. Solo nos miramos el uno al otro. ¿Desde hace cuánto que
estaba ahí? ¿Hasta dónde había visto? ¿Por qué me estaba mirando? ¿Qué estaba
pensando ahora?

Tenía curiosidad por todo, pero no podía preguntar. Tenía la camisa desabotonada
y el cabello desordenado, lo que lo hacía parecer más rudo que nunca. Estaba
confundido por la apariencia desconocida de Keith. Mi corazón latía. El aire nocturno
solitario pasó una vez más. Inevitablemente, levanté la mano y agarré mi cabello
perturbado por el viento.

Keith todavía estaba allí, sosteniendo el cigarrillo entre los dedos.

Después de eso, escupió un largo humo, el humo que fluía en línea recta se dividió
en el aire momentáneamente y luego, se dispersó por todas partes.

De pronto, su rostro se vio ligeramente distorsionado. Inadvertidamente sonreí


mientras que con un gesto lo saludé. Keith me miró una última vez y entro a su
dormitorio.

—... Ah.

No fue hasta ese momento en que sentí que mi corazón se tranquilizó y que me
había quedado solo en el gran jardín de la mansión.

✤✤✤✤✤✤

—... Así que decidí publicar un informe hasta el día de hoy. Me pondré en contacto
con el nuevo director y comprobaré el progreso. No hay cita para el almuerzo, pero
si una cita con el abogado a las tres en punto. Voy a ponerme en contacto con
Chase Miller. Y finalmente, Grayson Miller dejó un mensaje. ¿Desea que lo llame...?

Una voz seca sin emoción alguna sonó dentro del auto.

Keith no dijo ni una palabra. Hoy le había leído el horario en el mismo tono.

Grayson Miller me habría dicho:

“Eres tan aburrido. ¿Estás tratando de hacerme dormir?"

Pero Keith permaneció fumando y mirando al frente. Terminé de leer y esperé su


respuesta, no era diferente de lo habitual. Lo que sucedió ayer en el balcón quizás
había sido un evento sin sentido, pero no podía dejar de pensar en ello. Tal vez mis
vanas expectativas querían darle un significado diferente. Sonreí amargamente. No
debía distraerme.

Miré a Keith, lucía indiferente como siempre.

Ahora que lo pensaba, mi envase de inhibidores parecía que se había reducido esta
mañana, era natural, estaba tomando más de lo habitual, por lo tanto, se terminaba
cada vez más rápido. Recordando las palabras de Charles, saqué mi celular. En
caso de que no tuviera tiempo de ir a la farmacia, le pediría que me consiguiera más
medicamento.

Cuantos más medicamentos tuviera, mejor.

Charles se había encargado de preparar todo, incluso de los trajes para usar en la
oficina. Eran las instrucciones de Keith, pero de todos modos no estaba muy
cómodo. Debía ir de compras y conseguir más trajes por mí mismo. Si mejoraba, tal
vez podía irme a casa.

Pensé en ello, y pronto lo ignoré. Tenía que centrarme en este momento. Keith abrió
la boca para enviar un mensaje rápido:

—¿Qué dijo Grayson?

Respondí la pregunta.

—No me dijo nada en específico. Solo pidió que lo contactes.

Keith frunció el ceño, pero guardó silencio. Normalmente, no era muy hablador.

Por la mañana, iba a trabajar con él en su auto e informaba sobre el horario del día
en el auto todos los días. Esperando instrucciones, aunque los silencios repetidos
se habían vuelto desconocidos y habían hecho que mi mente se abarrotara cada
vez más. Tan extraño.

—... Chase Miller.


—Sí, señor Pittman.

Cuando respondí de inmediato, él sopló el humo.

—Dile que cambie de roles. No será Sebastián, sino Crow.

—¿Sí? —pregunté sin saberlo y luego volví a hablar—: Es un papel secundario, no


un papel principal.

Keith no dijo nada.

—Bueno. Entonces, ¿quién desempeña el papel principal?

—Debes encontrar un candidato.

—Bien.

Respondí bruscamente y tomé una nota rápida.

Tan pronto como llegué a la compañía, tuve más lugares para llamar.

Chase Miller. De repente recordé su rostro. Actualmente, era el actor más vendido
en Hollywood y el tercero de su familia. Ojos color púrpura, Alfa dominante y con
una cabellera rubia, caracterizadora de los Miller.

—Deberá teñir su cabello de negro para el papel —murmuré inadvertidamente,


agregando—: Por supuesto, se adaptará.

Un incómodo silencio fluyó. Keith miró en silencio los documentos. Revisé


rápidamente el horario. Simplemente escribí lo que necesitaba con un bolígrafo y
abrí la boca sin pensar:

—¿Qué hará en la noche? ¿Desea que invite a Naomi Parker al hotel?

No me respondió. Esperé y miré hacia arriba, luego pregunté una vez más:

—Sr. Pittman. ¿Desea que invite a Naomi Parker al hotel?


—¿Qué?

Solo entonces me di cuenta de que Keith no me estaba escuchando. Nuestras


miradas se encontramos sin previo aviso. Mi corazón latió apresuradamente.
Contuve el aliento, pero no pude escapar de sus ojos. Keith tampoco miró hacia otro
lado. De repente, el espacioso interior del sedán se sintió ridículamente estrecho.
La respiración se volvió difícil, pero ni siquiera parpadeé. Keith solo siguió
mirándome. Exactamente estaba mirando mis labios. No pude soportar el momento,
lamí mi lengua.

Sus labios, que permanecieron débiles, tartamudearon. De repente, Keith frunció el


ceño ligeramente y dijo:

—Sí tú...

Estaba tenso. Keith endureció su cuerpo para no perder ni siquiera el aliento. Sin
embargo, ya no habló. Todavía me miraba con el ceño fruncido mientras yo solo
esperaba sus siguientes palabras, aunque Keith ya no parecía dispuesto a hablar.
Lo vi levantar la mano sin siquiera pestañear. Sus delicados dedos se acercaban a
mis mejillas. Estaba tan mareado que me faltaba el aliento. ¿Era por las feromonas?
¿Estaba siendo engañado por de nuevo por ellas?

Inesperadamente, sonó un teléfono.

Cerré los ojos sin que lo supiera, de repente escuché una campana. Dudé y levanté
los párpados. Keith todavía me estaba mirando. Con sus manos sobre mí, el timbre
del teléfono todavía seguía sonando. En el silencio, solo las sonatas para piano de
Beethoven se escuchaban.

Suspiré.

Keith, que pareció suspirar brevemente retiró su mano de mi rostro.


El que estuviera hablando por teléfono, apenas calmó mi corazón. Cuando respiré
lentamente, el suave aroma de las feromonas que fluían finalmente se sintió en la
punta de mi nariz.

—Por favor, ven al hotel.

Keith, quien hablo abruptamente, colgó el teléfono.

Después de una breve pausa, entendí sus palabras.

—¿Debería hacer la cita para la cena de las 7 en punto?

Keith asintió de manera fugaz. Ya no me miraba. Rápidamente anote la cita a un


lado del cronograma mientras intentaba deliberadamente vigilar mis emociones
desordenadas.
Bésame mentiroso • Capítulo 12
Después del trabajo, Keith me dejó en la mansión y se dirigió directamente al hotel.
Fue un hecho frecuente, pero al ver la distancia no pude evitar sentir amargura.

Después de la cena, preparada por Charles, tuve una consulta con Steward.

—Ahora, ajustemos la frecuencia dos veces por semana y tratemos con


medicamentos nuevos.

Dicho esto, sacó la medicina de su bolsillo. Siempre había sido un solo


medicamento por si perdía el control.

—Si alguna vez tienes una convulsión o ataque de ansiedad, toma esta. Si no se
calma, toma la otra.

La segunda medicina, fue la primera vez que la vi. Tenía curiosidad.

—Solo toma esta si el primer medicamento no funciona. Es mejor no tomarla si es


posible. Como el efecto es bueno, los efectos secundarios también son excelentes.
Una vez que tomes el primer medicamento, es importante que intentes calmarte con
ejercicios de respiración. Y si tomas la segunda tienes que llamarme para verificar
tu estado y los efectos que te pueda producir.

Asentí con la cabeza y verifiqué el orden de la medicina una vez más.

—Oh.

Cuando respiré profundamente sacudiendo mi hombro, Steward sonrió y me dio


unas palmaditas en el hombro. No me tense como antes ni tuve miedo. Steward era
de confianza.

Después de despedir a Steward, regresé al salón. Cuando me quedé solo, un


suspiro salió. Me quedé en blanco sin pensar, pero podía escuchar el sonido del
celular. Al principio, no me di cuenta de qué se trataba.
Parpadeé.

Apresuradamente saqué mi teléfono y revisé quien llamaba. Era el agente de Chase


Miller.

—Hola, lo siento por responder tarde. ¿Qué sucede?

Rápidamente, llevé el teléfono a mi oído y me disculpé.

—Siento llamar tarde. Creo que debería decirte lo que dijo Chase.

—Sí, por supuesto.

Me preparé rápidamente para tomar notas. Pronto el agente suspiró. Sentí algo
siniestro.

—Dice que no le gusta la condición.

De momento me sorprendí. Había olvidado que Chase Miller era un hombre


orgulloso. Cambiar el elenco podía no ser un trabajo fácil para un actor, pero había
actores que lo aceptaban, comprometiéndose hasta el final y otros que no lo hacían.
Debí suponer que Chase sería del segundo caso.

—¿No le gusta la condición? —pregunté.

El agente respondió como si estuviera avergonzado por teléfono.

—Sí, Chase dijo que rompería este contrato. En primer lugar, ustedes fueron
quienes cambiaron el contenido del mismo.

—¡Espera un minuto, espera un minuto!

Tenía prisa por interrumpir sus palabras.

—¿No estabas convencido cuando llamaste durante el día? Aceptaste el cambio de


roles...

—Decidí hacer eso, pero… ¿Qué puedo hacer si a Chase le disgustaba el contrato?
De nuevo, su profundo suspiro fluyó por el auricular. Por un momento, no tenía nada
que decir. ¿Qué era lo que realmente no le gustaba? Había presentado todas las
condiciones mucho mejor que la primera vez. Solo había cambiado el rol de Chase
Miller.

Sin embargo, la razón por la cual Chase Miller fue elegido como un papel secundario
en lugar de un papel principal todavía no era convincente entre los ejecutivos. No
obstante, nadie se atrevió a cuestionar a Keith.

Además, la elección de Keith siempre era correcta. El final de una película de la que
todos no estaban convencidos y de cual se opusieron, había sido alabada como la
mejor película del año, convirtiendo a un actor desconocido en una estrella.
Entonces, de nuevo la elección de Keith… ¿funcionaría? Todos estaban dudosos y
obligados a seguir órdenes.

—Entonces dime lo que quiere. Lo que no te gustó, cómo solucionarlo.

No tuve respuesta así que esperé pacientemente.

— Bueno, eso...

El gerente, que inevitablemente abrió la boca, dudó.

—De eso es de lo que voy a hablar con él, y voy a concertar una cita para vernos.

—Ok.

Era común crear condiciones y dificultar las negociaciones, pero esa arrogancia
contra Keith no tenía que ver con el contrato.

—Bueno, pero no puedo garantizar que sea aceptado.

—Está bien.

En respuesta a mi advertencia, la otra parte también respondió con una voz triste.
Sentí compasión por la idea de que este hombre no era diferente de mí.
Fue cuando volví a suspirar.

Escuché un coche afuera. Keith está volviendo a casa. Me apuré y salí del salón.
Cuando salí de la puerta principal, vi a Charles parado listo para saludar a Keith. El
automóvil, corriendo desde una distancia no muy lejana, dibujó un gran círculo en
medio del pequeño jardín, cuando el auto se detuvo. El primero en bajar fue
Whittaker, se acercó al auto y abrió la puerta.

Keith, quien bajo enseguida, levantó la cabeza y me encontró, luego se detuvo.


Quizás fue una reacción natural a una situación inesperada.

—Señor bienvenido. ¿Desea tomar un baño?

El mayordomo, hizo una pregunta con poco acento, este tipo de días solían venir
con una ducha. Keith añadió tan casualmente como de costumbre:

—Está bien, vete.

Charles asintió brevemente y se fue.

Keith también hizo lo mismo y yo directamente fui detrás de él.

Keith, quien parecía haber fumado desde que estaba en el interior del automóvil
tenía un cigarrillo entre los labios. A medida que me acercaba, se mezcló el familiar
olor a humo de tabaco ligeramente con su feromona. Traté de no oler el aroma del
gel de baño que estaría allí. Keith, finalmente subió las escaleras de la entrada.

Repentinamente, se detuvo.

—¿Qué?

El cigarrillo en su boca me hizo pensar en lo dulce que eran sus labios. De pronto,
imaginé que el cigarrillo sería yo y a último momento sería arrojado al suelo, sin
dudarlo. Pronto volví a la realidad. Keith todavía me estaba mirando. Mi corazón
latió con fuerza , traté de ocultar mi reacción y respondí como siempre:
—Hablé con el agente de Chase Miller, pero dijo que le gustaría reunirse para hablar
del contrato, no le gustan las condiciones.

Las cejas de Keith se sacudieron brevemente. Se quitó el cigarrillo.

—¿Chase?

—Sí.

Estaba impaciente y me di cuenta. ¿Qué pasaría si se enoja? Me pregunté. Se me


ocurrió con urgencia cómo respondería si ese fuera el caso. Afortunadamente,
también estaba Charles, por lo que él podía ayudarme si sus feromonas se volvían
más intensas por el enojo. Estaba aliviado, pero inesperadamente Keith suspiró
molesto.

Abrió la boca de nuevo y luego, mordió el cigarrillo que colgaba de su largo dedo.

—¿Cuándo?

—¿Ah?

Me sorprendió su respuesta, no era la que esperaba.

—No dijo la fecha ni la hora exacta, pero estaría bien el descanso para el almuerzo
del próximo martes, estará vacío.

—Entonces elige eso.

—... Bien.

Pensé que estaría muy enojado o tendría una reacción similar, pero se terminó así.
¿Keith esperaba que eso sucediera? Mientras tanto, Charles abrió la puerta
principal esperando a Keith. Pasó junto a él, como siempre.

Keith subió una larga escalera a su habitación en el segundo piso. Mi habitación no


estaba muy lejos de la suya así que, comencé a perseguirlo sin querer.
Mientras continuaba siguiéndole, pareció detenerse y me miró.

—¿Hay algo más que quieras decir?

Quería decirle que era la misma dirección hacia mi habitación, pero en lugar de decir
la verdad, hice preguntas.

—Bueno, ¿qué condición está tratando de imponer el Sr. Miller?

A toda prisa, medité el motivo de la pregunta.

—Si tiene algo que esperar, lo prepararé con anticipación. Entonces el contrato
procederá rápidamente.

Entonces Keith dijo sin dudarlo en absoluto:

—No hay nada especial.

—¿En serio?

Apenas soporté preguntar y preguntar, pero en cambio redondeé los ojos.

—Solo quiere darme problemas, él es un tipo así.

—De acuerdo...

Estaba confundido.

Keith dijo sacando otro cigarrillo:

—Grayson...

En el momento en el que escuché el nombre de Grayson esperé en silencio a que


Keith volviera a hablar.

—No me importa. Está bien.

—... Está bien.


No tenía nada más que decir, así que me callé. En silencio, solo sus pasos y los
míos resonaron. Keith se acercó al pasillo del segundo piso.

—¿Estás cansado?

Keith miró hacia atrás. Pensé que le estaba haciendo una pregunta presuntuosa,
pero inesperadamente, fue él quien abrió primero la boca.

—Un poco.

—¿Hubo mucho trabajo últimamente?

Me apresuré a pensar en la espalda de Keith mientras continuaba caminando a la


misma velocidad. Recientemente, Keith parecía no tener un buen aspecto. Pensé
en la causa, pero no se me ocurrió nada.

De repente pensé en las palabras de Steward, aunque pronto lo negué. Las


feromonas no se habían acumulado, por lo que no había nada malo con su cabeza.
Keith había llamado a Naomi con más frecuencia que antes y hoy había regresado
del hotel.

—¿Te importaría si te doy un masaje?

Dicho esto, Keith se detuvo.

Estaba avergonzado. Me miró a la cara. Lamentaba mucho que me ardiera la cara.

—Eso... Lo aprendí en... Un trabajo de tiempo parcial...

Keith continúo fumando, sus ojos permanecían fijos sobre mí.

Más tarde, preguntó:

—¿Masaje?

—Sí —asentí—. Solía trabajar a tiempo parcial debido a mis gastos de vida... Oh,
también tengo una licencia. Si no es lo suficientemente bueno entonces...
Keith lentamente tomó el cigarrillo.

El silencio aplastó mis hombros con tanta fuerza que solo pasaron unos segundos
hasta que volvió a hablar:

—Ven a mi habitación en 10 minutos.

A pesar de escuchar claramente las palabras de Keith, mis oídos dudaron.

Tak, tak.

Silenciosamente, Keith cerró la puerta y solo entonces me di cuenta de lo que había


dicho.

En 10 minutos.

Grité sin mi conocimiento, así que rápidamente cerré la boca.

Diez minutos habían sido poco tiempo para calmarme.

Respiré hondo varias veces y canté el himno nacional para tranquilizarme, luego
olvidé la letra, así que busqué apresuradamente en Internet, posteriormente, leí el
poema y respiré hondo nuevamente.

Vi mi reloj, ya habían pasado 13 minutos.

Salí de mi habitación a toda prisa sintiéndome nervioso.

De pie frente a la habitación de Keith, mi corazón palpitó fuertemente.

Deberían haber pasado 15 minutos ahora.

Llegaba cinco minutos tarde. Respiré hondo y toqué la puerta.

Pude ver mis manos temblorosas claramente al tocarla. Abrí lentamente, la vista de
la habitación que había visto en la mañana apareció a mi frente.
Levanté la cabeza y miré a Keith. Llevaba unos pantalones cómodos de algodón
mientras que su torso estaba desnudo. Era natural, le iba a dar un masaje, pero no
podía decidir dónde dejar de mirar, incliné la cabeza. No obstante, la parte superior
de su cuerpo se quedó impresa en mi mente.

Mi corazón latió con fuerza, como si fuera a estallar. Debido al sonido de mi corazón,
mis oídos no podían escuchar sonido alguno correctamente. Los nervios de todo mi
cuerpo se pusieron alerta.

Me puse de pie al lado de la cama.

Keith solo me miró y volvió acostar la cabeza.

—Yo… Emm, ¿tienes una loción…?

Su voz ronca se filtró y tosió, luego señaló el baño a un lado sin decir nada.

Me apresuré a ir.

El diseño del baño no era muy diferente al de mi habitación. Solo era mucho más
amplio. Dentro, los artículos disponibles eran más o menos similares, incluso vi los
mismos analgésicos simples en el lugar donde solía poner los medicamentos.
Pronto, encontré una loción.

Cuando regresé, miré su cabeza que permanecía volteada, opuesta a la dirección


donde me encontraba mirando, me sentí aliviado, y cerré los ojos. Si Keith me
hubiera mirado a los ojos, no podría soportarlo. La alfombra se tragó mis pasos, así
que deliberadamente tarareé.

Después de carraspear levemente, me acerqué a él. Keith no abrió los ojos.

Antes de tocar su cuerpo, hablé primero:

—Señor Pittman, ¿está durmiendo?


Le pregunté porque pensé en irme si estaba dormido, no quería despertarlo porque
lucía cansado, pero a diferencia de mi pensamiento, Keith pronto respondió:

—No.

Sin querer sonreí y abrí la boca:

—Bien, comencemos... —dije—. Por favor, dime si sientes incomodidad en algún


lugar —agregué como advertencia, pero esta vez no hubo respuesta.

Me subí a su espalda poniendo ambas piernas separadas sobre su cintura. Tomé


la loción con moderación y la froté en la mano. Necesité una gran cantidad de coraje
para poner la palma de mi mano sobre él. Respiré tratando de relajarme.

¿Acaso había otro cuerpo perfecto en el mundo?

Los músculos de su espalda, eran firmes como los de un nadador y sus hombros
eran anchos.

Dios mío, solo tocar el cuerpo de ese hombre, era...

Yo había elegido esta suerte. No podía arrepentirme. Respiré profundamente de


nuevo, sin embargo, si continuaba respirando la feromona de Keith en mi estado
actual sabía que sería el final así que, contuve la respiración a la fuerza para
bloquear la terrible situación. Mis dedos temblorosos tocaron la piel de Keith, en ese
momento, sentí que mi corazón se había detenido.

No podía contener mi emoción.

Inmediatamente bajé mi palma y presioné su espalda. Había pasado mucho tiempo


desde que ofrecí un masaje, por lo que fue bastante difícil de recordar. Mi cerebro
ardía al tratar de recordar lo que había aprendió. Después de varias presiones a lo
largo de los músculos, pregunté:

—¿Estás bien? ¿Debería hacerlo más fuerte?


Keith parecía estarlo pensando.

Mientras esperaba una respuesta, me quedé con las palmas en su espalda. Quería
sentir este sentimiento un poco más.

—... Sigue.

En ese momento, sentí alegría y vergüenza al mismo tiempo. Mi corazón podría


estallar y morir, moriría feliz en ese momento.

—Entonces, continuaré.

Keith no dijo nada.

Todavía permanecía con los ojos cerrados. Ni siquiera podía mirarlo sin pensar y
de repente abrí los ojos, temí ser atrapado. Mientras tanto, mi mano se movió
mecánicamente. Mis dedos recorrieron sus largos músculos, frotando lentamente,
acariciando su cuello y hombros. Con el paso del tiempo, mi cuerpo comenzó a
recordar. Incluso si traté de no pensar, mis manos se movían naturalmente así que
me sentí cómodo.

De repente, me encontré frunciendo el ceño. Si yo hubiera sido mujer, se habría


acostado conmigo. Si hubiera sido así, podría haberle confesado que me gusta,
podría tocarle y besar su cuerpo sin tener que sentirme de culpable. Aunque sus
relaciones terminaban en unos pocos meses, incluso si eso pasaba no importaba
porque una relación con él sería un sueño.

—... Jaja.

De repente, Keith se rio brevemente. Revisé su rostro. Keith todavía tenía los ojos
cerrados, pero una leve sonrisa en su boca.

Traté de recordar si había pasado algo interesante.

Keith dirigió su mirada hacia mí.


—¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto?

Lo recordé por un momento y luego respondí:

—Han pasado 3 o 4 años, pero solo lo hice a veces durante las vacaciones... Sería
alrededor de un año si contara la cantidad de meses.

Cuando ingresé a la compañía, tuve el trabajo más largo. Dudé y pregunté:

—Bueno, tal vez es incómodo...

—No, buen trabajo.

Keith se rio de nuevo. Estaba emocionado en ese momento.

—Hice un buen trabajo preguntando entonces.

—... Aprendiste mucho.

Keith abrió los ojos mientras hablaba con atención. La pupila púrpura debajo del
párpado medio levantado se volvió hacia mí. Detuve mi mano sin saberlo y lo miré.
Keith estaba realmente cansado, su rostro frío desapareció en cierta medida. Estaba
fascinado y lo miré a la cara.

Caliente.

Sacudí la cabeza y me concentré en el masaje. Keith siguió mirándome. Me esforcé


por mantener una actitud neutra y concentrarme en lo que estaba haciendo.

El silencio incómodo fue difícil de soportar, así que encontré algo que decir
desesperadamente. Apenas se me ocurrió una cosa.

—Has estado conociendo a la Srta. Parker por bastante tiempo.

Estaba ansioso por decirle que me encontraba celoso. Traté de ocultar la expresión
e incliné deliberadamente la parte superior de mi cuerpo para no alcanzar su mirada,
luego me alejé lo más posible.
—¿Quién?

Estaba avergonzado por lo que estaba preguntando. Le respondí dudoso:

—La Srta. Naomi Parker. La persona con la que te encuentras recientemente. La


viste hoy en el hotel —dije y agregué—: ¿Debo hacer una reserva para el hotel
mañana?

—Ah...

Todo interés desapareció de su cara. Me sorprendió su reacción inesperada.

—Está bien mañana.

Keith no era de los que se encontraba con su compañera todos los días. A veces
era una vez cada 3 días y a veces cada 4. Sin embargo, me había sorprendido
porque no había tenido más de tres días en los últimos años, y recientemente había
sido casi todos los días.

Tartamudeé avergonzado:

—Yo, entonces... Es una compañera que te ha gustado, porque la has estado


viendo todos los días...

Keith contestó:

—¿Gustado? ¿Ella?

Cuanto más hablaba, más ganas tenía de estar en un pantano. Murmuré, sintiendo
mi cara arder:

—Supongo, porque te has estado reuniendo durante bastantes días con ella. Lo
siento.

La expresión de Keith cambió. Exactamente se rio de mí.

—¿No has tenido sexo solo porque te divertirte?


Estaba una vez más sin palabras. Esta vez estaba teniendo dificultades para
encontrar qué decir. ¿No era por eso que seguía llamando a Naomi? Además, ¿no
le gustaba el sexo? ¿Solo era diversión? Era como había dicho Stewart, solo era
para sacar las feromonas.

De repente, recordé que Naomi elogió la habilidad de Keith. Lo estaba haciendo


muy bien para solo ser diversión.

Un incómodo silencio fluyó mientras me sentía complicado. Keith todavía me estaba


mirando, como si pidiera una respuesta. Desesperadamente, rodando la cabeza,
apenas respondí:

—Creo que el sexo es con alguien que ames...

—...

Keith no dijo nada. Todavía me miraba con la cara en blanco que decía que era
patético. Por supuesto que era verdad. Yo era un chico realmente patético. ¿Por
qué le había dicho esto a Keith?

Cuanto más largo era el silencio, más avergonzado me sentía.

Keith sonrió con una risa incómoda.

—Pensé que Grayson era el único que vivía en el engaño.

Aparentemente me estaba ridiculizando.

—No es un engaño, es romántico.

Lo sentía, sin embargo, ya era tarde. Keith me miró desagradablemente.

Me apresuré a bajar.

—Lo siento.
Mire a Keith para ver si aceptaba mis disculpas o se negaba a tratar conmigo. Yo,
que me había dedicado al masaje por un tiempo, tomé coraje y abrí la boca. Nunca
hubiera podido preguntarlo si no fuera ahora.

—Si solo es diversión entonces,¿necesitas cambiar de compañera con tanta


frecuencia?

Keith suspiró profundamente.

Abrí mi boca nuevamente para disculparme. ¿Por qué había hecho esta pregunta
inútil? Me arrepentía, pero incluso antes de decir algo, Keith respondió:

—De todos modos, no importa con quién juegues, si sigues tratando con una
persona se pueden equivocar. Además, los medios harán suposiciones inútiles.

Entonces me di cuenta. Él era simplemente molesto.

Solo en dos o tres meses, me había enamorado demasiado de este hombre. No


tuve que pensar en ellos. Incluso me enamoré a primera vista y, ¿cuántos años
había tenido este amor por él? Incluso después de intentar rendirme varias veces.

Además, en estos días parecía un sueño. Vivir en la misma casa que este hombre,
comer juntos y tener una conversación como esta. Incluso me abrazó, aunque fue
un acto que tenía que hacer porque tenía una convulsión, tenía ganas de llorar cada
vez que recordaba el momento. Este hombre hacía latir mi corazón fuertemente
algunas veces, decenas de veces diría, y podía ser que nunca dejara de latir por él.

Si no hubiera sido tan amable, habría creído que este corazón podría algún día
olvidarlo. Me preguntaba, ¿qué pasaría si conociera mi corazón?

Me di cuenta de nuevo cuán lejos estaba Keith. Pensé que era un compañero que
no podía tener. Este hombre no tenía la intención de estar atado a nadie.
Especialmente conmigo, un hombre.
Deliberadamente moví mi mano. Me concentré en el trabajo y aparté mis
pensamientos inútiles.

Entonces, ¿por qué la veía tanto tiempo? Además, el número de veces era más
frecuente que en otros momentos. Definitivamente pensé que ella le gustaba.

Mi mente estaba abarrotada. Moví mi mano mecánicamente, sin saber si lo estaba


lastimando.

Keith de repente suspiró. Dejé de moverme y lo miré a la cara.

—¿Nos detenemos ahora?

El sonido de su aliento estaba fuertemente mezclado con el cansancio. Pensé que


debía irme a dormir, así que pregunté con cuidado y en voz baja porque tenía miedo
de despertarlo.

—¿Está dormido?

Gentilmente levanté mi mano e intenté salir de la habitación, pero de repente atrapó


mi muñeca. Me sorprendió y miré hacia atrás.

Keith me estaba mirando.


Bésame mentiroso • Capítulo 13
Contuve el aliento y lo miré. Keith también guardó silencio.

En silencio, solo la muñeca que sostenía temblaba con una leve sensación de ardor.
Inadvertidamente lamí mis labios secos con mi lengua. Pensé que tenía que decir
algo, pero no me vino nada a la mente. Keith solo me miró.

—Ah... ¿Necesita algo más...?

Al final de la oración, mis palabras parecieron perder fuerza. Keith no debía haberme
escuchado. Sentí que mi corazón iba a estallar en tensión.

—¿...?

Quería preguntarle por qué estaba haciendo eso, pero no hable. Keith miró hacia
abajo enfocando la muñeca que sostenía.

Qué demonios. Su rostro parecía estar enredado con emociones complicadas, las
cuales eran más difícil de adivinar. ¿Por qué Keith no podía abrazarme con esa
mirada?

Keith, que soltó un suspiro de repente me soltó, y me tropecé de regreso a la


realidad.

Keith me rechazó sin verme.

—Está bien, sal.

Después de cerrar la puerta, mi muñeca se tiño de morado. Sentí mi cara calentarse.


Suavemente levanté mi mano y puse mis labios sobre las marcas.

—...Ah.
Suspiros profundos fluyeron. Mi corazón estaba latiendo como loco, no podía
caminar. Me apoyé en la puerta de su habitación, y sin querer tuve que cerrar los
ojos para respirar durante mucho tiempo mientras estaba de pie.

✤✤✤✤✤✤

Intente abrí los ojos por la mañana, sin querer gruñí. Después de algunos intentos,
apenas levanté mis párpados. Cuando revisé mi muñeca sin saberlo, estaba
ligeramente magullado. En silencio, me toqué. Mi pecho latía con fuerza, mientras
estas contusiones permanecían.

Toqué mi muñeca con mis labios, pero de repente escuché un golpe. Aparte la mano
apresuradamente.

Me senté en la orilla de la cama.

Charles, entró.

—¿Estás despierto? ¿Qué te gustaría para el desayuno? El Sr. Pittman dijo que
comerá en su habitación.

—Ah...

Era una voz llena de desilusión incluso para mí.

Apresuradamente salí de la cama.

—Bajaré y comeré. Gracias.

Después de confirmar el pedido como siempre, Charles salió de la habitación.


Después de eso, suspiré y dejé caer mis hombros. La mesa donde desayunaba con
Keith todos los días no era demasiado grande. Era hora de comer juntos una vez al
día, pero por qué me había acostumbrado tan rápido.

—Ah.
Incluso el sonido de un tenedor golpeando la mesa sonó tan fuerte que escupí un
suspiro. Charles se puso de pie a mi lado intentado llenar mi vaso de jugo, me
negué. Cuando regresé a la habitación y terminé los preparativos restantes, de
repente me mareé.

Mientras estaba apoyado en la pared contuve el aliento por un tiempo, sentía una
sensación que sacudió mi cuerpo. Sabía lo que era este sentimiento. A veces
pasaba una vez al mes por un tiempo corto y otras veces, cada pocos meses por
un tiempo prolongado.

✤✤✤✤✤✤

Incluso en el auto que usábamos para trabajar, Keith nunca me vio a la cara. Fingí
trabajar y miré la pantalla de la tableta, luego abrí y cerré el horario sin querer.

El silencio había sido más largo que nunca. De repente, el último día que lo vi me
vino a la mente. Desayunar en su habitación esta mañana podía haber sido un
simple capricho. Sin embargo, cuando recordé el día anterior, sentí algo inusual.
Abrí la boca varias veces y luego la cerré. No era probable que respondiera solo
preguntando por qué estaba de mal humor, ya que solo escucharía palabras
sarcásticas, las cuales me lastimarían. Ya lo había experimentado.

Elegí no preguntar más.

Afortunadamente, era bastante notable que estaba de mal humor sin mucho
esfuerzo. Aunque realmente hoy era extraño.

Mi teléfono celular me sorprendió por las vibraciones junto al sonido de la campana.


Lo saqué tan pronto como confirmé quién era, y contesté:

—Emma, ¿qué pasa?

Le pregunté con asombro.

—¿Puedo no ir a trabajar? Le pediré a Rachel que le dé las instrucciones matutinas.


—Claro no hay problema... ¿Pasó algo? Si necesitas ayuda, dime, Emma —
agregué seriamente a la atmósfera inusual.

Ella respondió con una voz ligeramente suavizada:

—Gracias, Yeonwoo. Lo haré.

Abrí la boca torpemente:

—Emma me dijo que no podía ir a trabajar porque tenía un inconveniente personal.

Keith no dijo nada.

Cuando lo miré, me sentí incómodo y abrí la boca para decir algo nuevamente, pero
fue Keith quien habló primero:

—¿Cuándo vas a mejorar?

De repente me sentí avergonzado por un momento y me quedé sin palabras. Creo


que había mejorado mucho hasta ahora. Le había comentado lo que Steward
mencionó respecto a mi mejora; pero estaba seguro que pronto estaría bien, con
confianza. Repentinamente recordé el ataque de pánico que había tenido cuando
me encontré con Grayson hace un tiempo. No podía. Nunca podría salir de la oficina
sin Keith.

Keith me miró buscando algo que decir, frunció el ceño y giró la cabeza.

—Eres realmente molesto.

De momento, mi corazón se volcó. Había olvidado que me mantuvo cerca por


conveniencia. La mano tierna que me abrazó y la voz suave que me calmo, habían
sido solo una ilusión, tanto que supuse que tendría sentido. Por supuesto que ya lo
sabía. Solo quería fingir que no sabía y estar en esa fantasía por más tiempo.

Aun así, «¿necesitaba repentina y cruelmente llevarme a la realidad?». Pensé


mientras miraba mi rostro seco a través de la ventana. Por supuesto, este tipo no
sabía nada de mi mente. No sabe o no necesita saber que estas palabras me
duelen. Incluso si lo supiera, ¿podría cambiar la actitud de este hombre hacia mí?
No soy nada para él.

—Lo siento por las molestias.

No hablé más y pensé en la próxima consulta, debía pedirle a Steward que me dijera
cuándo iba a estar mejor. ¿No había otro tratamiento? Si había tal cosa, lo aceptaría
y le diría.

La cara que estaba frente a mí a través de la ventana del auto todavía no tenía
expresión. No podía confiar en Keith para siempre. Si este hombre realmente se
cansaba de mí, esta vez iba a rodar hasta el fondo.

✤✤✤✤✤✤

La cita con Chase Miller se decidió después de algunas rondas. También esperaba
que esto fuera difícil.

—¿No dijiste que el miércoles es posible?

No pude ocultar la voz furiosa.

—Así es, el horario está vacío y lo comprobé varias veces, pero de repente hubo un
imprevisto...

—¡Dime por qué, por qué rompiste tu promesa el mismo día!

El agente abrió la boca.

—No tiene ganas de salir...

—¡... !

Tiré de mi cabeza y miré hacia el techo. Tardé unos segundos en suprimir mis
emociones.
—¿Planeas continuar con el contrato?

Me sentí repentinamente exhausto, había preguntado sin dudar. El agente


respondió apresuradamente:

—Por supuesto, Chase está muy satisfecho con el papel. Ah, por supuesto, el papel
anterior.

—¡Pero por qué...!

El gerente dudó:

—Eso es solo que se siente diferente...

—...

Pensé en las citas que leí en alguna parte. Después de pasar mucho tiempo, dije
con calma.

—Entonces, cuando acepte el papel y complete el contrato, reunámonos. Si


pospone una cita más, entonces...

No podría decir nada como romper el contrato a voluntad.

—Si interrumpe una cita como esta, será muy difícil para usted administrar su
agenda...

No había diferencia entre nosotros. Realmente quería consolar, tendría que


programar otra cita con él.

—Por favor, cumpla su promesa esta vez.

Colgué.

Sin embargo, no tenía confianza en sus palabras. ¿Qué iba a decir Keith si le dijera
que le he hecho una cita nuevamente? Últimamente parecía que su mente estaba
en otro lugar, era tan indiferente. Creí que me iba a estallar la cabeza porque estaba
escribiendo el horario restante. A medida que avanzaba, reorganizaba el horario de
Keith, luego comencé a hacer llamadas urgentemente.

✤✤✤✤✤✤

—Vamos, señor Pittman.

El recepcionista, que fue saludado bruscamente, lo guio directamente a la reserva.

Dejando a Whittaker y otros guardaespaldas en la entrada, seguí a Keith.


Estábamos en un lugar en el que había estado muchas veces, pero todavía me
sentía abrumado cada vez que venía. Caminé con la espalda estirada
intencionalmente para no estar abrumado. Las personas comían y bebían café en
lugares como este.

Keith se sentó primero en el asiento al lado de la ventana. Había una silla para
sentarse un poco lejos de él. Me senté en silencio.

Revisé el reloj de pulsera. Hasta esta mañana, mi corazón estaba irritado.


Afortunadamente, en las dos llamadas de confirmación que hice, el agente dijo:

—¡Hoy debe ser!

Respondí con certeza. Esta vez podía creerle, pero estaba ansioso.

¿Chase Miller se apegaba incluso a sus citas? Lo recordaba por su nombre, pero
nunca lo había visto realmente. Era la primera vez que lo vería. ¿Cómo se verá?

A pesar de eso, tenía curiosidad. No era la edad o la situación para gritar de alegría
por las celebridades, pero era cierto. Incluso como secretario del propietario del
grupo de entretenimiento, había conocido a los principales actores. Era una
experiencia inusual verlos de primera mano.

Entonces, me pregunte si Chase Miller había venido a la fiesta el año pasado.


Obviamente se hubiera enviado una invitación. Recuerdo que Grayson asistió, pero
no recordaba algo sobre Chase. Me detuve por un momento, pero de repente vino
un empleado.

—Oh gracias. —Me entregaron el menú, después me dirigí hacia Keith y hablé con
cuidado—. Sr. Pittman, ¿le gustaría un café expreso? ¿O té?

Keith respondió sin mirarme:

—Té.

—De acuerdo. ¿Puedo elegir las hojas?

Keith no dijo nada. Era el significado de su consentimiento. Después ordené que se


mezclaran algunas de las hojas que parecían ser del gusto de Keith.

—Me gustaría lo mismo.

El personal volvió con hojas de té para probar. Me enderecé y miré la espalda de


Keith. Siempre era lo mismo que ver. Su aroma suave y fluido, su cabello oscuro
cuidadosamente recortado, su nuca fuerte, sus hombros duros.

De repente pensé: «Ahora es el momento de aclarar tu mente». Recordé cuando


rompió mi corazón por primera vez, habían pasado años desde ese día. Había
renunciado a la idea de ser amado por él, pero igual habían pasado varios años y
yo aún seguía sin rendirme. No habían sido solo una o dos veces que decidí
terminarlo. Este tonto corazón nunca sería recompensado, lo sabía demasiado bien,
pero no podía dejar de ser estúpido.

Era irónico, yo solo era ahora una molestia para él.

“Eres realmente molesto”.

Cuando volví a tocar mi corazón, cerré los ojos y lentamente los abrí de nuevo. Nada
había cambiado. Keith seguía mirando en la misma dirección, apartado de mí, y yo
miraba su espalda. Pensé que estaba cansado de este amor por primera vez. Me
pregunté si había llegado el momento de cerrar realmente mi corazón.
✤✤✤✤✤✤

El sonido de la taza fue débil. Keith ya había terminado su primer té. Me pregunté
qué debía ordenar. Observé con impaciencia, pero no vi signos de Chase Miller.

¿Había sido un accidente al venir? No podía creer que hicieran esperar a Keith dos
horas.

Al final de los 30 minutos, llamé al gerente, pero él dijo:

—Voy a ir pronto.

Esperé 30 minutos más, pero nuevamente fue lo mismo.

En la siguiente llamada espeté:

—¿De verdad vas a venir?

Estaba perplejo cuando dijo:

—Iré.

Pero no tenía confianza. Ya era la segunda hora. No estaba actuando de nuevo.


Estaba irritado, me volví a mirarlo de nuevo y encontré la taza de Keith vacía.
Rápidamente me levanté y miré a los ojos de Keith. ¿Debía ordenar nuevamente?

—Yo, señor Pittman.

Cuando abrí mi discurso con cuidado, Keith se levantó de repente. Me sorprendió y


retrocedí como si saltara involuntariamente, Keith estaba mal visto por mi tardía
reacción. Miré hacia abajo.

—Lo siento.

Keith se mantuvo en silencio y comenzó a caminar hacia la salida. Perseguí su gran


paso.
—Gracias por venir, por favor regrese de nuevo.

Fue hora de cruzar el pasillo justo después de que el personal de la entrada se


despidiera.

—... ¿Eh?

De repente, un hombre apareció a la vista. En algún lugar, parecía nervioso y


ansioso, cuando se encontró con Keith se detuvo, luego cerró los ojos y juntó las
manos, como en un acto de rezar.

Incliné la cabeza.

—¿Qué...?

Observé con atención, pero Whittaker se acercó de repente y habló en voz baja:

—Yeonwoo, ¿qué sucedió con Chase Miller? ¿No vino? Nosotros estuvimos
custodiando la entrada, pero ni siquiera vimos su sombra.

También parecía tan avergonzado como yo.

Después de tragar la saliva seca, asentí.

—No vino.

—Jesús, ¡cómo así...!

Fue entonces, cuando Whittaker escupió una pequeña blasfemia. De repente, un


hombre sospechoso intervino. Era el hombre que había visto antes, escupí una
breve exclamación. Nadie tuvo la oportunidad de detenerlo. Repentinamente pude
ver su ataque contra Keith tan claramente como una pantalla lenta e incluso vi como
sacaba un arma afilada de sus brazos.

—¡Keith...! —grité fuertemente.


Traducido por Its_Unfortunxte para BLPages@Collection

—Fin del volumen 1—

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