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Capitulo 2 La Constituci6n de 1886 Jorge Orlando Melo Un nuevo mundo politico Cm NGfiez pudo anunciar en 1885 que la Constitucion de 1863 habia muerto, estaba efectuando una verdadera revolucion en la organiz cién politica del pais. Entre 1878 y 1885 habia tratado de lograr una re- forma constitucional cuyo contenido apenas vino a precisarse hacia 1884, pero sin que fuera facil advertir me- diante qué mecanismos podfa lograr- Se. Los radicales, aunque a veces ad- mitfan la conveniencia, 1a necesidad misma de la reforma, nunca aceptaron realmente contribuir a una modifica- cién inspirada por Nafez. Los conser- vadores estaban de acuerdo en mu- chas cosas con el politico cartagenero, pero les importaba mucho més, en el Plazo cercano, echarle mano’ a las tiendas del poder. La salida final del impasse la cho la torpeza politica de los radicales, En primer lugar, por su- puesto, de los guerreristas Santande- Teanos, més amigos de gestos y acti- tudes de valor y dignidad que de es- trategias calculadas. Pero los guerre- ristas eran una minoria, y la mayoria Pacifista acabé presa de los partidarios de la guerra, como ocurriria después, en 1895 y 1899. Para los radicales par- tidarios de una negociacién con Ni- fiez, de un acuerdo que habria impe- dido una reforma muy brusca de la Constitucién, la situacién era inma- nejable: para impedir todo acuerdo bastaba un pequefio grupo de oposi- tores, el cual tenia por un lado el de- recho de decir que no colaboraria en la reforma constitucional, lo que la ha- la imposible, y por el otro, el de enar- bolar la bandera del honor, la tradi- cidn liberal, 1a dignidad. Y’ entre los mismos pacifistas, la desconfianza ha- cia Niiiez estaba ya demasiado arrai- gada para seguir a aquellos que con- Sideraban viable una transaccién con el presidente. De este modo, los ra- dicales, sin flexibilidad ni capacidad de maniobra, se fueron al desastre, y proyocaron la guerra de 1885, ‘Triunfador el gobierno, habria po- dido mantener 1a ficcién de Ia legiti- midad, y aprovechar el triunfo para convocar, de acuerdo con la Consti- tucion vigente, una conyencién que la reformara: contaba con la unanimidad de los estados, pues aquellos que ha- bian secundado Ia rebelién habfan sido derrotados y sus jefes civiles y mi- litares habfan sido nombrados por el gobierno central. Como se ha visto, Niiiez prefirié romper toda continui- dad con el 63 y evitar los riesgos de un resurgimiento de la oposicidn antes de que una nueva Constitucion estuviera expedida. Por eso, convocé més bien a un Congreso de Delegatarios, que deberia estar compuesto por dos re~ presentantes por cada estado, uno in- dependiente y otro conservador. Estos deberian ser nombrados por los jefes civiles y militares estatales, que a su vex habian sido nombrados por Nie fiez. Por lo tanto, el Congreso de De- legatarios estaba’ compuesto por die- clocho prohombres que habfan sido escogidos realmente por el presidente de la Republica. Este procedimiento, como fécil- mente se ve, permitfa la més completa ruptura con la Constitucién del 63, con el federalismo y con el radicalis- mo. Ninguno de los representantes de este grupo tendria representacién en el Consejo de Delegatarios: habjan sido derrotados y la nueva Constitu- cién serfa Ia de fos vencedores. Ni quiera se dio una representacin di- recta a los conservadores de Antio- quia, cuyo federalismo era sospecho- so; los representantes de este estado fueron inicialmente José Marfa Cam- po Serrano y José Domingo Ospina Camacho, el primero costefio y el se- gundo bogotano, Panama tampoco era muy confiable, y se nombré dele- gatarios al bogotano Miguel Antonio Caro y a Felipe Paul, este si del Istmo, pero hombre muy cercano personal mente a Niiiez. Es evidente que Né- fiez habja legado a la conclusion de que no habfa mucho que hacer con el radicalismo, y que era indispensable desarraigar por completo del pafs la tradicién federal. Es muy probable que hasta mediados de 1884 todavia dominaran en él algunos de los ele- mentos liberales que lo llevaron a de- cir, al posesionarse de 1a presidencia en agosto, que era irrevocablemente liberal. Los acontecimientos de fines de ese afio no sélo lo entregaron, ob- jetivamente, en manos de los conser- Vadores, sino que Io convencieron de que el radicalismo no debia volver a Jevantar cabeza. Y los elementos del pensamiento conservador, el autori- tarismo, la utilizacion del Sentimiento religioso como elemento de control Nueva Historia de Colombia. Vol. 1 social, el rechazo a la politica apoyada en Jas movilizaciones de los sectores plebeyos, entraron a dominar clara- mente su pensamiento. Era un cambio que venia de antes, es cierto, y existen muchos antecedentes de este pensa- miento en los escritos de Nuitez de 1880 a 1885. Pero es un cambio que toma un ritmo desbordante a partir de finales del 84. El fracaso radical dejaba en manos de Niifiez un inmenso poder, que uti- 1iz6 sin reatos en Jos afios siguientes. El Regenerador, asf como habia sido 1a voz incontrovertible de los indepen- Gientes, pas6 a ser el ordculo indiscu- tido del nuevo sistema politico. El conservatismo Ie debfa la recupera~ cin del poder, y aport6 en los pri- meros afos algunos politicos de im- }ortancia, como don Miguel Antonio 10, el idedlogo constitucional del nuevo régimen, y don Carlos Holguin, el politico por excelencia, el caballero sin tacha, €] amigo personal de libe- rales y conservadores, y el hombre ca- paz de transar y encontrar salida po- Iitica a las situaciones més dificiles Entre ellos y Nailez se sell6 una alian- za que resuitaba imbatible y que poco fa poco desplaz6 Ja influencia de los antiguos amigos de Nuifiez, los inde- pendientes. A ellos se sumaron los ge- nerales conservadores que confirma- ron su prestigio en Ia guerra: Rafael Reyes, José Marfa Gonzalez Valencia y Antonio B. Cuervo. ‘Los independientes, como se vio en el capitulo anterior, tenfan un proble- ‘ma: su liberalismo los hacia proclives a volver al radicalismo, a transar con ély a buscar la unidad liberal, Esto los hacia sospechosos para Niiez y sus hombres més fieles, y durante todos los afios de 1875 a 1885 se vio cémo muchos importantes independientes volvfan al liberalismo tradicional, En 1885, entre los que se mantenfan como independientes tenian_ importancia propia los politicos militares con una base regional poderosa, como Eliseo Payan, de! Cauca, José Marfa Campo, Serrano, del Magdalena, 0 Daniel Al- dana, de Cundinamarca. Justamente | Captuilo 2 su poder los hacfa sosy yan y Aldana se mostr a una reforma constity tralista que los dejara ; del poder que habjan hay que olvidar que Ic ques regionales eran i el poder de los radicale Ja prensa y el debate q\ guinarias regionale. lientes que sobrevivie: de la guerra fueron alg ministradores mas cere Felipe Angulo, quien h tre los arquitectos de 1a conservadores, serfa p pege a su juventud, e} con mayor influencia Otros independientes, bién muy jévenes, que zadio sus carreras al Ja des seflores estatales Otilora o de Wilches, eran Luis Carlos Rico dan © Carlos Calderon heredaban un importar nal, pero mas que elle fidelidad a Nifiez y a ciente y met6dieo trabe Roldan, Rico y Calder ron en los ministros los proximos quince af Lo anterior apunta en la que el poder de politicos, partidos o clu diluido, Los conservac amago de organizacio: suelia después del tri mitir el trabajo sin sos independiente. No e ios, cfrculos ni conven generadores principale: sistema se ponia er Pronto este grupo com «partido nacional» y pc se le dio un director: dancia to disolvi6. Nit ado la importancia de respaldara la Regeners dio el mayor impulso. tener propiamente un politica independiente se concebia a si misme tido tinico, Por tanto, ¢ a 8 > 1 Capitulo 2 su poder los hacfa sospechosos, y Pa- yan y Aldana se mostraban renuentes 4 una reforma constitucional an cen tralista que los dejara sin buena parte del poder que hablan adquirido, No hay que olvidar que los grandes eaci- ques tegionales eran independientes: el poder de los radicales era mis el de la prensa y el debate que el de las ma- juinarias regionales. Otros indepen- dientes que sobrevivieron & la pracba de la guerra fueron algunos de los ad- ministradores mas cercanos a Niifez: Felipe Angulo, quien habia estado en- tre los arquitectos de la alianza con los conservadores, scrfa por varios afios, pese a su juventud, el independiente con mayor influencia del régimen. Otros independientes, casi todos tam: bién muy jovenes, que habfan comen- zado sus carreras al lado de los gran- des sefiores estatales nufistas —de Otélora o de Wilches, por ejemplo—, eran Luis Carlos Rico, Antonio Rol: diin o Carlos Calderon Reyes. A veces heredaban un importante poder regio- nal, pero mas que ello los sostuvo su fidelidad a Nofez y a Caro, y su pa- Giente y met6dico trabajo burocrético. Roldan, Rico y Calderén se convirtic~ ron en los ministros permanentes de los préximos quince anos, Lo anterior apunta a una situacion fen Ja que el poder de los organismos politicos, partidos o clubes estaba muy diluido, Los conservadores tenfan un amago de organizaci6n, pero fue di- suclta después del triunfo para per- mitir el trabajo sin sospechas con los independientes. No existian directo- nos, circulos ni convenciones. Los re- generadores principales hablaban, y el sistema se ponfa en movimiento, Pronto este grupo comenzé a Hamarse partido nacional» y por un momento se le dio un directorio, cuya redun- dancia lo disolvi6, Naiez habia sefia- Jado la importancia de un partido que tespaldara la Regeneracion, y Caro le dio el mayor impulso, Pero ‘no logré tener propiamente una organizacion politica independiente del gobierno, y Se concebfa a sf mismo como un par- tido tinico. Por tanto, quien se opusie~ as a al partido, se oponfa al mismo tiem- po al Estado y a la nacion. Los radicales tardarfan bastante tiempo en reorganizarse, La brusque- dad de la derrota los dejé sin estrate- Bias, sin periddicos, sin direccién. Y mientras no aceptaran Ja inevitabili- dad de Ia nueva Constitucién, sus po- sibilidades de accion politica Scien realmente muy reducidas. Los historiadores han tratado de es- tablecer las relaciones entre los alin- deramientos polfticos de la Regene- racién y las estructuras sociales del pais, con resultados todavia muy pre- carios. La politica era ante todo asun- to de una élite social. No hay que ol- Mosca de miembros ‘del Consejo Nacional de Delexataries, reunido en Bogott e111 de noviembre de 1885 con el fin de expedir wna reve Consituelin. Las delegatarios fueron eteghlos Dor lo Jefes de cada estedo, que “8 ves Iba nombres Nui sine, ‘olgutn Anronio Incipates de la "ci6n, ftzadoe arberon, ie 1892, folguit Final odo de ode le ia por det Ines. vidar que el alfabetismo era todavia un privilegio, que la poblacién vivia en tun medio rural, que el acceso a la es- cuela s6lo lo tenfa un porcentaje muy reducido de los habitantes. Por su- esto, no s6lo los educados y alfa- etas participaban de las pasiones y entusiasmos politicos, Los periddicos podian en épocas candentes leerse en Yor alta para que todos se enteraran, Pero los periédicos eran, aunque mu- chos, dle poca cireulacién; los diarios més exitosos apenas alcanzaban dos 0 tres mil ejemplares. Ademds, pocas cosas de la politica interesaban a los grupos populares. Los artesanos bo- Nueva Historia de Colombia. Vol. { gotanos, por supuesto, se dejaban atracr con las promesas de proteccio- nismo, y amplios sectores de pobla- cién, ante todo rurales pero también ‘urbanos, respondian con solidaridad a Jas Hamadas en defensa de la religion. ‘Los valores liberales, la creencia en Jos derechos individuales, en las nor- mas legales, habfan empapado a una amplia porcidn de la sociedad, pero en general, aparte de la élite, la politica x6lo tena sentido para la mayorfa de la poblaci6n en situaciones criticas: en Ja guerra, cuando se presentaba el fan- tasma del reclutamiento, se ofa en los metcados

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