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ALUN ail (MELE (URNA taco la divisién. Es algo implicito Modernismo, y Pedro S: u EL CONSENSO abe afirmar que fue Rubén Darfo quien le carta de naturaleza en la historia litera mo no se puede usar come modernidad. Eseribia Dario Herrera en esos dias que: embargo, que se han incluido las p vara conservar la coherencia yue se req) conjuncién adorable h: que el verso y la prosa c: buen verso y de la buena prosa frat ‘Ya para 1894 ef 82 et conatrro pe MoDERNISMO #4 LA cRfnIcA sttsPANaCA Sin embargo, la nueva mod: de que lograra la palabra su ridad a ese tie Ja nueva manera, pero tenia una connotacién despectiva. Tam. in se habia empleado “simbolista”” cuant inguia adecuadamente las c escribia, El uso de ésta y otra terminologia* no sélo caracterizaba Ja falta de homogencidad que habia existido desde el c¢ del movimiento, Jos. primeros camente conocido en América bre se queria decir, como cuando algo més tarde simbolivta, y como cuando, en seguida, y por en Th (Buenos Aires: Ediciones y observa que el caso de Gutlres Najera ex (Gel de} Julién del Casat (que es) més decadente que moderniia™ tt coxsens0 2 toria de Ia palabra, sf loge6 latura de Ja historia literaria, El ar, luego, srarias que pudieran darse por clausu- ero muy interesante desde el punto relacién entre el moderniamo y las 3921), p. 201. primera gencracién de poetas modernistas, pero que en rigor son los creadores de Ia. Enrique Anderton Imbert observa un més popular la hizo Max Hi spetido con regulatidad desde foewore de Rubén Dario (Pars, Federico de Onis, 36 EL concEPTO De aobeRKtso ES tA cafrica ausPAvtcA trafiados de civilizaciones exéticas © de épocas pretéritas desecharan del todo otros motives de inspir Jas torturas del alma contemporinea enco ccusiones intensas en esa literatura; y en cuanto a los temas ame- ricanos, raro era el poeta o e totalmente en olvido; pero un segunda etapa se realiza un proceso inverso, dentro del a Ia vez que el personal aleanza.manifestaci ante el eterno m le lograr una expresién namente americano es caen en ambos grupos factoria, muchos crf= mt constxso 3 © solapamiento si se prefiere un término mis neutro, se puece hallar en el cambio temético que tiene lugar entre Jos afios 1880 y 1915. El cambio no es en ningtin se » del primer periodo: Gutiérrer N&jera, Casal y J Valencia, Como en cualquier movimi demnismo son de cardcter social y artistico. Nunca se ha evaluado intento mgerir ni una eseala de mésito ni una proridad por el orden de las figuras enumeradas, mt covseso 39 igrado al desarrolio de la actitud literaria Pero es probable que el mayor ppea y la reaccién a la parte estas dos co ‘ocupan un puesto principal en las miento y, que contribuyeron a Ia nu Mora en su Compendio in por encima de las y excuelas vil de los modelos esp: ‘cambio cultural entre los sefialadamente por los frecuentes a través de Europa, que impres idad de los visitantes, y por el acrecentami ‘Venue Luis Alberto Séncher, Bal for (Santiago: Ediciones Ercilla, 194 40 t4 CONCERTO DE MoDERNISHO EN LA CRITICA MISPANICA y debe acercirsele en términos de cada autor individual los procedimientos y frenos de la hha hecho algo de ese trabajo, pero sén, Mallarmé apenas figuré Diez-Canedo, Gémer Carrillo inleas en su Hbro, Concept y comenta una de las principales difcalt ae cusnte pe 10 de Nifies, de Arce y Campoamor, por una parte; contra low excescs de un romanticsme tasnochado y ‘lends & naftalina, por “1 Jos primeros jiembro de esa generacién, “Yo soy un modernista también; yo pertenezco con toda mi alma a la gran xt y sentido a la evolucién del pensamien- de este siglo; a la re terario y del positivismo sen lo ico, los conduce, tienen de fecundos, a disolverse en Fiay acuerdo general en cuanto al papel que desempefia ta poesia de Bécquor. Es tar sin embargo que algunos exticos opinan ‘que se ha exagerado cenagose, del aire sin adel” naturalisno, 3s expasmot y de [de Verlaine} fue’ para. ellos, 42 nL coxcEeTO DE MODERNIEMO BN LA cxfrICA sISPhNICA ido por el amor a todo francesismo finisecular— y la relegacién inexorable del 10, y con menor fobia, del cl Max He pero clarifica su pe pues, contra el romant sus excesos, y sobre todo, repeticidn de lugares comes e imigenes manid tante, Hentiquer Urofia. hace hi las etapas tempranas del mocie smo que prevalecia Hacer la guerra a mL consenso. 8 fon plena independenci [Los criticos generalments era un rechazo del naturalsno, verso moralista, Es Ia posiciia esidtica que con menos certeza se ha dese aque Dario proclamé al. Romar forma y los descubrimientos concomitantes que de Los métodos y las téenicas de organizar un poema cambian revaluar la profundidad y Ia naturaleza de la rel To que el romanticismo apasionado"; y Ricardo Gi sar que el modernismo , en un contexto diferente: ‘al Romanticismo equi ™ Breve % EL CONGEFTO DE MODERNISMO EN LA culttCA stishnica Ei consenso 4“ solidaridad cultural. sin_ igual “en ico de Espaiia e Hispanoaméica modernista. Se encuentran a menudo referencias preceptos literarios espafioles y los embrutece- ricano, reacciona contra u e suya. Como anteriormente se hi parte del siglo di ueve intentando liberarse culturalmente de Espafia, ahora que ya habia logrado au independencia politica, Ast, se repite y per- RL CONCEPTO DE MODERNISM EN LA onfnICA HIBPARICA tuando se consideran atentament parece claro que la gran sol las implicaciones de esta idad que surgié desp, ia y los Estados Unidos se hizo posible tidad final y separada de los bh de su propia contrib que se aceptara a teratura hispanoamericana llega les ¢ hispanoamericanos van a integrarse en aprecio que crecié del desastre de 1898 result6 en una jorariamente separadas. Las aL consexso 4 una misma literatura como decir que las literaturas de Ingla- terra y los Estados Unidos son una. Hlispanoamérica permanecié independiente como en muchos respectos lo habfa sido durante todo el siglo diecinueve. La orien- tacién literaria de los escritores tendia hacia Francia, los Estados Unidos e Inglaterra, Es ffcil documentar el hecho de que ge- jeralmente no tuvieron éxito en sus esfuerzos de rechazar Ja herencia expaiie ‘embargo, la intencién de hacerlo era fuer- te y bien propagada. Pero no se limitaba la “emancipaci de la imitacién se deriva del ron asimilar con éxit en la manera europea, sino que era algo tun nombre propi losamente csias modas y tendencias des . Era un género que mezclaba maravi ie la hubiera en mayor o menor medida Marti lo fue més ‘querfa, mediante fequivocacién fecunda que se produce en Ia porsla de un pu! tearia plena y de su independencia de los modelos ex por lo pronto mas que susti iega por otra de extranjero la tomo IL, (New York: ratura hispanoamericane, Cygnets end Onl de M. E, Johnson ii Pres, 1956), p. 4; Blanco Fombona, mt condens6 46 Caracteristicas del movimiento Ha cambiado el concepto oficial sobre los méritos y la tras- cendencia del movimiento desde los pi cuando ef diccionario de la Academia y nunciaciones de fuentes eriticas bien establecidas expres niones como las siguientes de Hurtado y Got igirse a un grupo de 10 han hecho siempre los do sus opiniones estén de acuerdo con las sugeridas por el consenso. A pesar de Ta vai sobre el movimiento total, hay, naturalment ‘én en conceptos reas en las que © Historia de ‘mentos del consenso, en cuanto a del movimiento, He tratado de és | tomacdos de esas escuelas extran- jeras, de un ritmo nuevo en la poesta espai jonal, y aun propio a cada uno de los p a independencia en punto aint, el menoyprio de ién, sobre : EL consexso 5 Voluntad a) La renovacién de forma y técnicas Ya se ha aludido en este respecto a los logros, del modemisino fen cuanto a su efecto sobre Ia naturaleza del sus literaturas.** Es imposible en un quier consideracién precisa de las. ver humerosos restimenes y descripciones de los aspectos formales, exclusivamente formal, Se reem toeaduce de-16FEpgonos rom: cuya suntuosidad pronto des Hubo mayor vigilancia y paciencia descuido y la improvisacién: desechése el empleo abusive del mietoplasma, del hipérbaton, de la diéresis. La sustitucin de los pero enriquecié el verso ‘cambiaron, los ritmos, Ia. adjetiva- ent umento conductor. La métrica se dislocaciones, eslabonai y encabalgamientos provocados en sus miembros: el « Huctuante como un reflejo inquiet xno popular; tos de culebra las eesuras_méviles dieron articul ‘ensayado todos los eritcos comentan lax nise- s observaciones de Ventura Garcia, ver dela predisién natu BL consenso 53 forma y estilo. Bra una generacién de expectaci Anderson Imbert, encontraba su proy 1o viejo tanto como Io nuevo, pero las form: ser provocadoras, desafiantes, sorprende positivo: levantar, palabra sobre palabra, rasc novisimos. Ante todo, una portentosa renovaci mis de los ritmos de la lengua, los de la sens miento. Cultivaron juegos de si que no es para sic ‘primero. por un thenieas presentadas par la exploracién del Majo. pal hombre, 54 mL CoNGEPTO DE MODERNISwO EN LA cnfricA ansPAi4oA BL coxseNso al rocoeé del siglo xv1 aristocracia, como el preciosos, museos de arte, cromatismos impres losofias antiburguesas, japonesismos y chinerlas y simbolos de i jcciones variadas han repe pero parece desviar, en su sinbargo, puede incorporarse esta nto, en las obras de Herrera y Riessig. unca se podré encontrar Pero st ocurren cambios b) La actitud de reforma cultural La idea del Tidad o actitud a las primeras desc como la mar de una tona- facional, en su sentido mis extenso, remonta sues del periodo, Se relaciona al momen to alrededor de 1890 cuando la misma palabra modernismo todavia no di , cuando se usaba para tratar de caract yuna acti- wenzaba a prevalecer en la nueva generacién. Es nes, por oposicién a todos fentonces habfan encausa decadentes y_ simbo sus procedimient sntro de la historia de su de expresién, es sentir y de pensar, psicolégica, y cada de manifestarse. El ado de todos les caracteres, rico euyo proceso c aceptar In dispara- jebemos ver que detris feanot Tabla un ef ture (New York: 56 ex concerto pe Epoca de profunda crisis esa que abarca en Frani primeros del xxx, desde las postrimerias del corrompido imperio nnapoleénico, hasta las visperas tumultuosas de la guerra mundial que recién termina, Todas las creencias religiosas, filoséficas y morales en quiebra; falta de u do capaz de dar ento como un estado de ie con el conse “concepto epocal trataré mas adelante. Se pueden considerar como representat las observaciones de Ricardo Gullén: “Podemos identificar a modernistas mediante ripida_confrontacié mnes no lo se advierte en seguida el se pein a Ia corriente transformadora.” # ©) Voluntad de estilo 21 consess0. 7 -os aleances. Sin embargo, la lo contribuye, tal vez més que cualquier otra ‘modemas”." Rafael Maya describe el papel ademnés, en otra ceasién, y con placer intimo, de Ia terra. Nunca he dicho: Valle Tnelén expt nar para acerme en fot otro 5B st concerro ne sonERwtsMo ex LA cnistca msPhstca en el forjamiento de ta actitud y el estilo: “Amar el propio "Yc cultivarlo celosamente, modelarlo como se modela una estatua y ofrecerlo después como norma de universo, y como arquetipo de refinamiento y sutlezas, contra Ta torpe vulgaridad de Tos demis, todo eso fue parte esencial del ideario modernista”. tra vez la opinion mis tardia ismo que ¢s Ta base de la voluntad de estilo y distincién personal. Aunque este impulso es te una perpetuacién de la postura roméntica, resalta de la actitud anterior por su orientacién peculiarmente Titeraria yy su intensidad at dedican casi exclusivamente al fen muchos casos en completa ex sociales o intelectuales. La intensidad de esta dedicacién propésito ha pravocado acusaciones de escapismo y Ia que el modemnismo abandoné sus responsabilidades soci bbasaba esta. interpret j6n de que el cu del arte por si mismo no era una actividad st ‘engagée 0 comprometida. La critica ha descartado en gran parte Alberto Zum Felde anticipa en Ta con ‘remot, pues, en eet voluntad de estilo hispancamericand”, "Sobre el concepto del Imoderniamo”, Espafa..y p. 178 y Aubrun’ “le modernise est un mouvement, non une éoles..; on se fait une réale de la diversité afin dde mieux servi Ia république des Lewes". Histoire... p. 172173. “Loe origenes del modernismo en Colombia (Bogotd: Tmaprenta Na- onal, 1961), p- 4 ‘'Véage ariba "Cotmopolitiemo”, para una consideracién més de- mL conseso 59 este concepto de la relacién de los modernistas para con su socie- dad, Lo ha socavado no silo la aceptacién ct artista en comprensién de buy6 a que el lemista Todas esas escuclas y doctrinas entrafian un principi que las emparenta a pesar de las diferencias, integrant uuna época de Ia civilizacion europea. Ese €l producto mental més genuino y caracteristico smo —en sus diver- 0 que, considerando ilusiones To que el hombre asta entonces por principios inmutables cle su razén y por ideales fundamentales de su existencia, dejé subsistente, como ‘inica verdad, al individuo, al yo, término irreductible de toda realidad... ;Dénde est la base individualista de Ia estética fe? En dos de sus ma lad como clave de su psicologia; y en su divisa: El por el arte, Niegan por la primera el valor racional de las {que mancomunan a los hombres, encerrindose en el 30 sensible, ido rte tud como inconsecuente? Bernardo covate piensa que no: © Compisese las cbservadones de Maya ctadas arriba en Capitulo T, rno como adoro de jévenes desequi- in de extenderse mis allé de los gust y logros de pareceria comin, en una que otra forma, a la mar yoria de escritores y periodos. En el moder tocracia del pensamiento, por Ia nobl del Arte, siempre es el mismo. ecimiento mediocridad, a la madurez Es sélo un paso corto y légica el de esta. cen lo exético y elegante. En A Rebours, Huysmans observa q © De la traduccién inglosa, versién Penguin, Against Nature, p. 101 HL consexso 6 ador comin es la iedad debe quedar yy experiencia del adas por separado mii © hacia lo extraiio y lo di aparta de lo local y comin. De aqui surge el asunto d pismo” y la negacién de lo que es singularmente am puede allegar al problema desde dos posiciones bisicas. Ambas fe relacionan a la nocién que tiene el modernis la propia cultura y de © desapruche de este 0, hasta cierto punto, de Mafiana podremos 5 potesta queda, tres como Jipie 62 nL coxoseTo DE wopeaatsMO EN LA enfric4 amsPintcA BL consexso 6 aprecio de la realidad local ‘ma en términos de otra, entra en una merieano y muy | realidad de la 64 nL CONCERTO Dr moneRNIsMo =x LA enftica ssPAnted Hubo un esfuerzo vigoros mopolitas ent del modernismo de la vida. Todo fen su cerebro y en. ideas contrarias este momento fas nociones de O: respecto, pero las joridad: “La mt consexso 6 La sutileza y I iano del Renacimiento llegé a Al comenzar el siglo xx, wroducen en el c ese fermento, el ,, nervioso y i, proporciones; los mi jan cada vez mis hombres de negocios y ++ pp. 208-204. 66 EL concEPTo De MoDERNISMO EN LA cRiTICA HISPAMICA de aquellos dias, dl materialismo pre a Mallarmé, a Eugenio de Castro, car Wilde, no habjan simpatizado © ie prever que abandonaron, como lo hicieron, i predecesores en la les gustaba el mundo ‘mundo ideal como 1 dinero, En His- tituidos por su lengua, su nacionalidad, su religi6n, su tradicién, e) Estetismo y sensacién cin alguna fuera de sus propios logros. ‘Tien nir al arte como belleza ideal, es decir, como la ausencia de lo vulgar y Io comin. En sus manifestaciones de menos éxito se inelina hacia la lindeza, menudo los cxiticos to despectivo forjado en los pr leseos de Dario y ot lo auditive y demas tivos sensuales, tas los fa tan colorinesca, munca 7,0 que lo hacen } didas poesias de Da rada con el mundo exterior, toda alguien me objete que en los modemistas hay una cuerda 69 tuna interpretacién menos " i fundo, ni cala hondo ni cala ba) 70 m1 concerro DE soneRNisMo uN LA cxinica msPhstca } 1 CONSENSO n Son muy importantes los puntos recaleado 0, el papel que desempeiia la se ‘que los modemistas produjeron arte d reitera Ia tremenda importancia de lo que se ha mismo”, el cultivo de materiales y arti es definir y evocar la sensacién, Este ‘a que Jos elementos conceptu mo es tan significativo en la 4 mente arraigados y al parecer bien se ejemplifica en La gl Bs . simblica, © figurativa que por siglos la habfa ratura ha tenido que luchar debido + 0 logicos estin muy profunda- rextricables de su. naturaleza sujetado, Por otra part inspirada_mayor- wr las teorias de Wagner era otro aspecto de la interre- ss modas artisticas. En comparacién con la experiencia fucrte el estimulo de la literatura pasada dentro 0 tradicin hispénica. Pero tal vez tan sig va fuente de experimentacién era la ten #0 las técnicas de las otras artes. Uno de ‘Véese también, Sime por Ivan Schulman, guay (Montevideo! } Bola y color en la obra de Jord Mari TR ee CONCERTO DE MODERKISMO Ei LA cRITICA msPAstCA ismo que es, como hemos visto, uno de los elementos impor- tantisimos de la estétiea modernist f) La basqueda espiritual y el misticismo icismo estética ue las otras En estudios generales la presencia de un mi en el modernismo ha recibido menos comentari caracteristcas aunque si se ha comentado en cl caso de ciertos poetas."” A pesar de no haber d cho interés hasta el momento™ parece ser un aspecto importante del movimiento que se podria estudiar con gran provecho en ligiosas prevalecien- Rodriguez, un mo- términos de las filosofias y las bogas cuasi- demnista que caracterizd el esplcita del ti hispanoamericana con el movimiento spiritual profu fin del siglo en Europa, y Arstiello describe el interés en el es ritualismo que estaba de moda.™ Juan Valera se inquictaba por Poet (Now York, 1936), por Esher Turner Wellman; 0 Amedo Neroo (New York, 1926), de Goncha Melénder. véase por ejemplo los libres citados en el prefacio N. D. (Enero de 1970), Camino de perfecciin 458-454; Gullén: Snveatgacién, Unat indagac provesros de un entendimiento més comprensivo y ras y materiales alusivos del movimiento. 2 coNsENSO. 3 prima a Dios, © que no se le miente sino para insolentarse con 4, ya con reniegos y maldiciones, ya con burlas y sarcasmos. ¥ 2 Que en ese tenebroso e incognoscible perciba la ima- fragmentos y escombros de religiones muertas, con los cuales procura formar algo como ensayo de nuevas creencias y la provincia de sensaciones que le son pecu como una protesta contra el op de la ciencia y nieve y contra Ja filesofia de Ja sten en la existencia de realidades no descritas por la onto- logia del tiempo, y ven en el arte de acceso a estos otros domi- ‘is ocultos —mundos del espiritu—. ¥ ol artista y ol poeta dotados de la visién especial necesaria para compenctrar smundes. El pocta es ‘un vidente, y el arte es un 0 al conocimiento, Dice Dario: “Pienso que el don del arte es aquel que de modo superior hace que nos reconozcamos El pocta tiene la vision La poesia existird mientras exista el problema de Ta vida y de la muerte, El don de arte es un don superior que permite entrar en Jo desconocido de antes y en To biente del ensueiio o de la meditaci Siendo el arte un camino al conoc convierte en una especie de cuasi resulta ser no sélo una prof la cual el hombre puede belleza lega a ser una indagas medio para encontrar la eter obras imperecederas. morado de después, en el am- Yum arte, sino una Filosofia por su existencia. Ta biisqueda de la oo Be 279, 74 nL CoNcERTO DE MODERKISMO EX LA cninICA IHSPAStCA Como sugiere Luis Alberto Sanchez, los modes gla no eran pensado : vaguedad de sus premisas y tril cionan lo que yo consideraria aspectos de fen relacién a otras caract lacién de las artes, la 1 Vee arriba, nota 62. Ralorial ui EL MODERNISMO COMO ESTETISMO writor americano: Marti y el Modernismo (México: ho, 1958), pp. 23-24

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