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CAPITULO I NOCIONES GENERALES I. MUERTE Y DERECHO 1. Lamwerte forma parte de la vida del hombre La muerte como acontecimiento biol6gico y por su significado es- piritual, muchas veces misterioso y desconocido, ha sido objeto de pre- ocupacién por parte de las diversas disciplinas que componen el saber humano, concentrando el interés dela filosofia, teologia, medicina, mo- ral, biologia y el arte. El Derecho tampoco ha podido escapar a esta inquietud y reco- noce en muchas normas su importancia. Basta ver que la capacidad jurfdica, Ia calidad de persona, la concesi6n de facultades, la imposi- cin de deberes y la persecucién penal del autor de un delito culmina con la muerte. En nuestro ordenamiento juridico la muerte determina la pérdida de la condicién de sujeto de derecho y el tratamiento del cadaver como un objeto de derecho. Las normas y preceptos juridicos se dirigen a los seres humanos vivos, no a los muertos. 2, Lamuerte es un hecho juridico La muerte es un acontecimiento de la naturaleza del cual el hom- bre participa y que el ordenamiento juridico asigna diversas consecuen- cias normativas, ya sea para el propio hombre o para terceros, Frente a 3 José Lus Castiio AWA Detecho PENA. Parte ESPECIAL | ‘un mismo acontecimiento pueden ser distintas las reacciones jurfdicas. En algunas ocasiones se considera que la muerte despliega una serie de efectos en la érbita civil. Ast, por ejemplo, constituye el punto cul- minante donde cesa la capacidad jurfdica que da lugar a la apertura del derecho sucesorio o a la extincién de convenios juridicos como el matrimonio. Enel Derecho penal, la muerte cuenta con un doble interés. Por un lado, representa una causa de extincién de la acci6n penal, lo cual implica que més allé de la muerte no puede haber la persecucién de un delito, El ius puniendi del Estado tiene un limite en este acontecimiento biolégico. Por otro lado, y en lo que aqui nos importa, la muerte deter- mina la consagraci6n del delito de homicidio, si es que una persona mata a otra, En este caso, interesa la muerte que es provocada por el comportamiento, doloso o imprudente, de una persona. No se la mira mas como un puro hecho jurfdico, sino como un acto jurfdico en el sen- tido de acontecimiento provocado por la conducta de un hombre. En este punto, la muerte que es relevante para el Derecho penal es 1a muerte por accién de otro. Sin embargo, para el Derecho penal no toda muerte va a desenca- denar un delito de homicidio‘. La muerte por sf sola, como puro acon- tecimiento biol6gico, no es licita ni antijuridica, pues se trata de un hecho inevitable e ineludible a la naturaleza humana, Si bien no es un hecho indiferente para el Derecho, el cual siempre le establece alguna clase de consecuencia juridica, su presencia no supone autométicamente el despliegue de una sancién juridico-penal, ya sea una pena o medida de seguridad. Para que ello suceda es necesario, por lo menos, que la conducta de una persona ocasione la muerte de otro ser humano?, Mientras que esto no pase, todavia no estén dadas las condiciones y requisitos minimos del delito de homicidio, 1 Cir PeSARANDA Ramos, Enrique, «Le proteccién de la vida y a salud humanas entre ‘us fases prenatal y posnatal de desarrolior, en Revista dle Derecho penal y Criminolagia, 2*época, N11, Madrid, 2003, p. 190 2 Demodo general, Srearewentn, Giinter, Derecho penal, Parte general I rad, Manel ‘Cancio Melié y Marcelo Sancinetti, Hammurabi, Buenos Aires, 2005, 8/15, p. 147 4 HoMeio Nociowes Geneaaces El Derecho no debe, ni puede prohibir la muerte en si misma, en cuanto realidad bioldgica; dado que el legislador debe respetar las estructuras l6gico-objetivas o la naturaleza de las cosas?. Postu- lar una idea distinta serfa traer por tierra y jalar de los cabellos ala naturaleza‘, De allf que la misién del Derecho, y en particular del Derecho penal, respecto a la muerte sea muy limitada y consista en prohibir las acciones dirigidas a quitar la vida a otro ser humano sea cual fuerenlos mecanismos, medios y modos utilizados. De todo ello se deduce: i. Nose prohfbe a la muerte en si. Tampoco se prohibe que alguien muera, 0 lo que es lo mismo, no se prohibe la muerte por accién de otro’, sino a determinadas conductas que hacen sobrevenir 0 aceleran la muerte y que, tanto de modo objetivo y subjetivo, re- presentan una actitud disvaliosa frente a la vida. > Sobre la naturaleza de las cosas, vide Hsxet, Heinrich, Introduccién a la Filosofia del Derecho, Taurus, Madrid, 1968, p.279; Rapsnucs, Gustav, «La ‘naturaleza de la cosa’ como for- ma de pensamiento juridicos, en Reltivismo y Derecho, emis, Bogota, 1992, pp.53y 8, LARENZ, Karl, Metodologia dela cencia del Derecho, Barcelona, Axil, 1980, pp. 414y es, quien lo considera ‘un criterio teleologico-objetivo de interpretacién; Cexe20 Mix, José, «La naturaleza de las cosas yy su relevancia juridican, en Prablemas fundamentoles det Derecho penal, Tecnos, Madeid, 1982, pp. 39 y ss. En sentido critico Cuwseanar Onoasc, Enrique, Conceplo y metodo dela ciencia del Derecho pert, Teenos, Madrid, 1999, p. 9. « Ocomo bien apunta Maccions, Giuseppe, Derecho penal trad. de Jorge Guerrero, + reimpr, Temis, Bogots, 1988, Tp. 257, en el sentido que ela voluntad del ordenamientojuril- co puede en abstracta, hacerlo todo, pero no puedeen concreto ponerseen contra dea realidad de las cosas y subvertir las leyes naturales», Esto es, no puede prohibir el hecho irreversible de toda vida, tanto humana como animal: la muert. 5 Chr Suva Sancnez,Jests Marla, Eldelitode omisién, Conceptoy sistema, Bosch, Barcelo- ‘na, 1986, p. 367. «Aunque asi parece entenderlo Roy Frever, Luis, Derecho penal peruano, Pare especial, 2° ‘ed, Lima, 1986, T.|, p. 61, cuando define al homicidio como «la acca imputable a persona fica que ‘haocesionado la muerte anlijuridica y culpable de un semejantev. Es necesario advertir, ademés de una confusién terminolégica, un grave error juridico-penal, ya que los predicados de antjuridicidad y culpabilidad son caractersticos dea accién y no de 2 i Jost Lus Casmio Auva DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL ii, Loprohibido de modo genérico por el Derecho penal son aquellas conductas (acciones u omisiones) que de un modo violento, cono sin fuerza, interrumpen el ciclo de vida de una persona. iii, Dogméticamente, en materia de proteccién a la vida (homicidio y aborto), lo prohibido por el Derecho penal descansa en las accio- nes u omisiones de una persona que atentan contra la vida de otra. No se castiga las acciones que realiza una persona en des- truccién de su propia vida. Los requisitos minimos del homicidio siendo necesarios no cons- tituyen las condiciones suficientes para la imposici6n de una sancién penal (pena o medida de seguridad). Debe quedar claro, desde un prin- Gipio, que no toda conducta humana que provoque de manera “objeti vamente causal” una muerte determinaré la calificacién por homici- dio. No toda causa (conducta) que genere un resultado (muerte) ten- dré relevancia en el Derecho penal. No toda conducta que provoque natu- ralmente una muerte dard lugar a un homicidio. Estas palabras que hasta hace unas cuantas décadas podia motivar més de alguna sorpresa 0 mirada escéptica, e incluso escandalizar, hoy en dia constituyen un punto de acuerdo entre los cientificos del Derecho penal gracias al enor- me desarrollo alcanzado por las categorfas dogméticas, en especial la teoria de la imputacién objetiva. En efecto, puede haber muertes que si bien pueden ser causa- das por un comportamiento humano, quedan excluidas del Dere- cho penal, y en particular del homicidio en cualquiera de sus for- mas, si es que ellas se producen dentro de una actividad riesgosa pero permitida, respetando los respectivas deberes de cuidado, 0 si de todas maneras se hubiesen producido (comportamiento alterna- tivo conforme a derecho) o porque el resultado se encuentra més allé del ambito de proteccién de la norma o queda fuera de los al- cances del tipo Hay muertes que si bien son causadas por conductas de terce- ros deben ser vistas no como homicidios, sino como simples desgra- cias, hechos lamentables 0 sucesos luctuosos que el Derecho penal no hubiese querido que se produzcan, pero que ante su irremediable 6 Homcoo Nocrones cenenates resencia nada puede hacer. Ello se debe a que hoy se reconoce que no todo acto que causa la muerte se corresponde con un acto de ma- tar, propio del homicidio. 1, BIEN JUR{DICO 1. Generalidades La vida humana, de manera genérica, junto a otras realidades ad- yacentes como la integridad corporal, es el bien jurfdico protegido en ¢l Titulo I del Libro Il del Cédigo Penal, referido a los delitos contra la vida el cuerpo y la salud. Sin embargo, esta indicacién dista mucho de ser exacta si se pretende encontrar el bien protegido en el homicidio, pues resulta evidente que en el Capitulo II del Titulo en mencién, refe- ido al aborto, también se protege a la vida humana. Tanto el homici- dio y el aborto comparten un mismo bien juridico: la vida humana’. Por ello, resulta por lo menos impreciso sostener que solo en el homici- dio se protege este bien jurfdico. Para salvar esta insuficiencia es necesario aclarar que se tratade una vida humana ya formada, apta para nacer o que se encuentra en condiciones de vivir de manera auténoma y cuyo inicio de protec cién comienza con el acontecimiento biolégico del parto. Ello supone reconocer a la vida humana como un proceso biolégico continuo’, pero que bas4ndose en criterias jurfdico-sociales se la valora de mane- ra distinta, segtin su grado de desarrollo o relaci6n’. En nuestro orde- namiento juridico penal esa valoracién distinta comienza desde el momento del parto. : 7 Cf Romeo CasnsowA, Carlos Maria, Los dltos coral ida y Ia integridad persona y los relatioos la manpulacitn genétice, Comares, Granada, 2004 p. 6; Sertano GOwez, Alfonso, Derecho penal, Pare especial, 5 ed, Dykinson, Madd, 2000, p. 6 # Che, FenvAnvez StcAvo, Francisco, El sistema constitucianal espaol, Dykinson, Madrid, 1992, p.197, + Clr, Gracia Maxttn, Luis, Comentarios al Cédigo Penal. Parte especial, Tirant 10 blanch, Valencia, 1997, 71, p. 39; (Den, en Diez Rrottés, José Luis y Gracia Mantis, Luis, Delitos contra bienes juridices fundamentals, Tizant lo blanch, Valencia, 1993, p. 32; Feur{ 7 Jost Lus Castiuo Ava DEnEeCHO PENAL, PARTE ESPECIAL I Siguiendo una tradicién inmemorial, comin a la mayorfa de legislaciones del mundo, la ley peruana considera més reprochable la producci6n de la muerte de una vida humana independiente o ya formada, apta para nacer, (homicidio) que la que se ocasiona a una vida dependiente y que se encuentra atin en el claustro materno (aborto)!*. La protecci6n a la vida no siempre es la misma a lo largo de sus diversas etapas. La separaci6n en cuanto a la proteccién juridica de la vida humana en el homicidio y en el aborto no solo viene dado por un mejor o peor criterio politico-criminal o por una posicién personal del intérprete frente a la vida, sino que obedece, al menos en nues- tro ordenamiento juridico penal, a una enfatica referencia legal jada en la expresiOn “durante el parto”, que se utiliza en la descrip- cién del infanticidio (articulo 110), la cual debe ser vista no s6lo como el limite normativo entre homicidio y aborto, sino como el marco temporal donde comienza la tutela del bien jurfdico en el homicidio". Shnons, en Sava Shncutz, Jess Maria (dit) y Casa Patou, ‘Teresa y Racuts 1 Vasits Rae rmén (coords), Lecionese Derecho penal. Parte especial, Atelier, Barealoa, 2006, p. 26; Jonct Barto, en Roowiouez Movnutie, Gonzalo (dit), Comentrie ol Cigo Pens, Madrid, Civitas, 1997, p. 385; Hunraco Pozo, Jost, Manual de Derecho pena. Parte especial. Homicidio,2* ed Juris, Lima, 1995, p. 6 Pena Cantera, Ral, Trtado de Derecho penal. Pert especial, Edicio- nes Junidicas, Lima, 1992, 7.1 p. 62 © Cfr Hurmaoo Pozo, Manual de Derecho penal. Parte especial. Homiciio, ct, p.7- * Lasiacién de nsesio Derecho contrast en este punto, por ejempla con el Derecho penal espafol cuya doctins en ausencia de un precept como el areuo 11, pero conservan- fo de manera visible Ia infencis dea antiga regulacién del infantil (areal 410® del CP derogado), que hacia referencia al ereiénnacidonconsideraba que el bien jurdico ene homi- sidio empieza desde In exstncia Ge la autonomfa de vida o desde que hay una vida humane independiente, entendiendose por esta a completa salida o separcion de clnustro matemo (Vide, al rerpect, Roonicoes Devs, José Marla y Semtavo Gout Alfonso, Derecho penal espa. fol Pare especial, 17ed, Dykinson, Madi, 199, p.22;De. Rom. JuarVRooncuez Moun, Gonealo\Gowo oat. Rosat, Manel, Derecho penal espaol Parte especial Madr, 196, p. 135; Monatss Pras, Fermin, en Quirexo Ouvanes, Gonzalo (di), Comentarios ala pre esi del Derecho penal, Araraadi Pamplons, 1956, . 27; Catoowets Maru Juan Caries y ConzAusz CusAe, Jost Lu en Comentarios al Chdgo Pera de 1985, Tiant lo Bach, Valonc, 1996, 1p 3% ‘Gaaca Masti, Comentarios al Ciigo Penal Pert spec ct, Ip 43; Cowes, an Jose, «en Coro on. Rosai, Manuel (die), Curso de Derecho penal esp. Parte speci, Mada, Maral Pons, 1996, T. , p. 21. 8 Kowece Nocioves Generates 2. Lavida humana como bien juridico primario En el homicidio se tutela la vida humana ajena™®. La vida humana no es solo necesaria para la existencia del indivi- duo como centro de interferencia intersubjetiva, sino es fundamento insustituible de la colectividad y la organizaci6n jurfdico-politico. La vida es la base fisica y bio-psiquica imprescindible en la construccién de la nocién juridica de la persona; por lo que al brindarse proteccién se tutela también a esta, aun cuando se tenga presente y reconozca la di versa definicién civilista y su construccién eminentemente normati- val. Desde la perspectiva constitucional se destaca que si bien todos los derechos constitucionales requieren en cuanto a su titularidad el ser persona, ello no ocurre con el derecho ala vida, en la medida que atin no siendo persona se puede gozar del derecho a la vida. La vida humana es un bien fin primario', fundante y personalisi- mo” que es el centro y presupuesto de todos los valoresi#y que repre- senta el sustrato material sobre el cual se levantan los dems derechos dela personalidad” y es una condicién para su ejercicio®. La Comisién 1 Ctr. Sincitez Tomas, José Miguel, Derecho penal. Parte especial, Universidad Complutense de Madrid, 1998, Vo. I, p.3. % Ciz Roy Faevne, Derecho penal peruano. Pare especial, ct, T.1,p. 50. \ Cl, FeswAnosz Sesaneco, Carlos, Derecho dels Personas, 9 ed, Grey, Lima, 2004, pp. 2y ss; Esmnoza Esrwoza, Juan, Derecho de es Personas, ed, Rodhas, Lima, 2006, pp. 170 y ss. 1 Ci, Péxez Rovo, Javier, Curso de Derecho constitucional, 9 ed, Marcial Pons, Madrid, 2008, pp. 330 y ss: «Del derecho a Ia vida se es titular por el simple ejercicio dela vida, antes de ‘ser juridicamente persona, es decir, antes de haber franqueado la puerta de acceso al mundo del derecho». ™ Cle Mantovans, Ferrando, Ditto penale. Parte speciale, Delt conto lapersona, Cedar, Padova, 1996 [2005], p. 143, Sreano Licaro, Silvana, en Cass, Alberto/Sreica, Federico/ZuccaLa, Giuseppe (dirs), Commentario breve al Codice Penale, 4 ed, Cedar, Padua, 2008, p. 1768. Ci. Sacds, Nestor Pedro, Elementos de Derecho consttucionnl, 3* ed, Astrea, Buenos ‘Aires, 2001, T. IL p. 317, 18 Ci, Bemwatts Battestenos, Enrique, La Constitucén de 1993. Andlsis comparado, 5*ed., RAO, Lima, 1999, p.113. Cf, Pasta Caanens, Tratado de Derecho penal. Parte especial, cit, T. 1, p. 61; Saunas Siccita, Ramiro, Derecho penal. Parte especial, Idemsa, Lima, 2004, p. 62; Ror Frevee, Derecho 9 Jost Lus Casitio Ava DeRecHo PENAL. PARIE ESPECIAL Interamericana de Derechos Humanos ha sefialado que el derecho a la vida es “el fundamento y sustento de todos los demds derechos”. Tal es su importancia que la integridad corporal y la misma salud no se conci- ‘ben fuera de ella al constituir derechos complementarios". Constituye el maximo patrimonio de la persona”, Una libertad sin la viva es ini- maginable por constituir un absurdo. El poder de ser libre solo se pue- de predicar del sujeto vivo, El ejercicio de la autonomfa personal esta supeditada a la existencia de la vida", ya que no puede haber eleccién de ideales y planes personales sin ella, Desde la perspectiva del Derecho constitucional, la vida es un derecho constitucional fundamental®. Su consagracién trae como correlato la prohibicién de matar, que es un mandato general que rige city TL pp. 80 y 52. En la doctzina brasileia, Fassnint Minastre, Julio, Manual de Direito penal. Parte especial, 8 ed, Atlas, Sio Paulo, 1994, Vol.2, p.46. En la doctrina italiana: Mantovani, Dirtto penale. Parte speciale. Delitti conto la persona, eit, p. 143. Enla doctrina espatiola: Feur1 Sasori, en Suva SANCHEZ eta, Leeciones de Derecho penal. Parte ‘special, city p. 25; Roonlcusz Mouruito, Gonzalo, «Derecho a la vida y ala integridad perso- nal y abolicion de la pena de muertes, en Comentarios a ia legislacién penal, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1982, I, p. 63; Rowso Casson, Los delitos contra la vida y la integri- ad personal y los relativos aa manipuiacin genética, cit, p. 7; Carsowe Mareu/GonzAte2 Cussac, ‘en Comentarios al Cidigo Penal de 1995, cit, T. 1 p. 703; FeenAnoez Seca, El sistema consttucional ‘espatel, cit, p. 197; Roonicuez Zarata, Jorge, Teoria y prictica del Derecho consitucional, Teens, “Madrid, 1996, p.322. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sefalado, respecto al derecho a la vida, en el caso Villagrén Morales y otros versus Guatemala, que: «El derecho a la ida es un derecho humiano fundamental, cuyo goce es um prerrequsito para el difrute de todos los semis derechos humans. De no ser respelad, loos los derechos carecen de sentido, En azén del cardc- ter fundamental del derecho ala vide, no son admisiblesenfoques restictives del mismo, % Cfz, Huarapo Pozo, Manual de Derecho penal. Parte especial, Homicide, cit, p. 3 3 Clix Penez Rove, Curso de Derecho consttuciona, ci. p. 30. 2 Chr SrmavoLicaro,en Cese/SrELAZUCCALA dis), Cemtmerteri reveal Codie Pele, ity pe 1768, > Ctr Manrovane, Dirito penal. Parte speciale, Delt contro la persona, ct, p14. A Chr. Nino, Carlos Santiago, Fundanentos de Derecho consttucina, Depalma, Buenos Aires, 19, p. 221, Cis Huntaco Pozo, Manual de Dench penal Parte especial. Homie, ct, p. 4 Rooncue2 Zavava, Teoria y prctica del Derecho constituconal, ct, p. 323, Sin emberge, no falta quienes ‘legan ala vida la condicién de un derecho, situacién que no io devalia sino que le reconoce un valor previo superior a todo al sistema constitucional de derechos (Tomtes Det Motal, Anto- 1, Prncipios de Derecho consttuciona espaol, UNED, Madd, 1992, TL p, 387) 10 penal peruano, Part esp

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