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Los trastornos del vinculo: analisis e intervencion desde la psicomotricidad relacional “Caminando hacia una relacién segura” forillo Lesme Rodrigu Miguel Llorca Linares —-corpora 12__TwAC Momo 1 Liones Li El contenido de este libro esté organizado en cuatro capitulos, dedi cando el primero de ellos a la eoria del apego y la construccién del vin- culo, analizando la importancia de la vivencia corporal en este proceso y a las posibles dificulrades que pueden surgir. El segundo capfeulo abor- da la Psicomotricidad Relacional como estrategia de intervencién y el papel del psicomotricista como figura simbélica maternante que ayuda al nifio o nifia a nutrrse afectivamente, cuando han faltado estos registros, levéndoles a conectar con estados regresivos de relaciones primarias. El tercer capitulo esté dedicado al andlisis de los parémetros de la expresivi- dad psicomotriz en los trastornos del vinculo, reniendo como referenci los diferentes pardmettos de observacién de la expresividad psicomottiz para inalizar, en el cuarto capitulo se intenta conceptualizar sobre I bjetivos, la intervencién del psicomotricista y las principales estrateg! utilizadas, finalizando con una reflexidn sobre la evolucién de est menores a partir de las experiencias de trabajo desarrolladas. Carfruto 1 LA CONSTRUCCION DEL VINCULO 1.1 Concepto y evolucién de Ia teoria del apego El concepto de apego ha ido evolucionando a lo largo de las tiltimas écadas. Tiene su origen en el Psicoandlisis, en particular en la teorfa de las relaciones objetales, traténdose de una concepcién originaria en la obra de Breud (Freud, 1917, 1923), y que ha ido desarrolléndose para dlesignar el modo de relacién del sujeto con su mundo (Abraham, 1916; Klein, 1932; Klein y otros, 1952; Winnicott, 1958, 1971; Fairbain, 1952; Kernberg, 1976; Holmes, 2009). Cuando hablamos de objeto desde esta concepcién teérica nos estamos refitiendo siempre a un objeto humano, que dependiendo de la vivencia y/o modo de relacién puede tratarse de Juna persona, una parte de ella 0 una imagen més o menos distorsionada ile la misma, De esta forma, el objeto se vuelve intensamente personal, \lejando de ser impersonal y reemplazable. No se trata del objeto de una pulsién o un mero requisito para la obtencién del placer, sino un obje- (ode amor o de odio que el yo busca para encontrar respuesta a su nece- sidad de relacién. Y, una vez encontrado, estos sentimientos quedan tan Iiyudos a ese objeto especifico, que sélo a través de un duro y dificil tra- hnajo de duelo podré abandonarlo y volver a colocarse en las condiciones que permitirfan una nueva eleccién (Tubert-Oklander, 1997). De esta forma, cuando se producen procesos de duelo en los primeros afios de vida (separacién, muerte, abandono...), tienden a adoptar un curso pato- ligico y predisponen a la persona a dar una respuesta similar en el futu- to ante otra pérdida de un ser querido (Bowlby, 1986). Hl primer autor que desarrolla una teoria del apego es el psicélogo y pricoanalista John Bowlby, que se interesa a lo largo de su carrera profe- onal por los efectos que se producen en el nifio en funcién de la rela- ‘sin que establece con sus figuras de referencia (1969/1998, 1973/1998, 1980/1997). Bowlby esta influenciado por los estudios realizados desde el campo de la etologla, que versan sobre las vinculaciones que desarro- 18 Tai, Monto Liswe- Jose Sevcinz RoonlourZ - Micues Lionca Lun Lunas de muchas de las emociones del ser humano. Como expone B a cs ano. Como expone Bowl “Existe una intensa relacién causal entre las experiencias de um individ con sus padres y su posterior capacidad para establecer vinculos afectivos, que ciertas variaciones corrientes de dicha capacidad, que se manifiestan problemas conyugales y conflictos con los hijos, asf como en s{ntomas ng "ticos y trasromos de la personalidad, pueden atribuirse a determina variaciones corrientes de los modos de descmpefiar los padres sus cor pondientes roles”. ent teein dleterminar ciertos aspectos importantes de su organizacién psiquica relacién a los vinculos de apego. Esta onganizacién psfquica se manifi ta en determinadas caracteristicas del individuo, tales como las estrate gias que inconscientemente elige en su relacién con los otros, los meca nismos de defensa que tiende a utilizar contra ansiedades relacionad, con su historia vincular, el modo en que procesa las pérdidas y elabo los duelos, o la organizacién cognitiva de tales experiencias, particular mente a través del lenguaje. Bowlby teorizé que esta unién afectiva tiene una funcién evolutiva all servicio de mantener la proximidad del nifio a la madre y que el nifio, de forma inevitable, desarrollaré estrategias para regular la cercania del cuidador. Estas estrategias se conforman, en parte, por la naturaleza del cuidador ala angustia de separacién y alos intentos de restablecer la pro- ximidad (Bowlby, 1988). La interaccién entre el nifio y sus figuras de apego tiende a convertir. Sen un sistema representacional interno, consticuido tanto por la repre- sentacién mental de sf mismo como por la representacién mental de la relacién con las figuras de apego. Bowlby abandons el uso de la palabra objeto, porque considera que se trata de un concepto equivoco que se presta a diferentes interpretacio- nes y; en ver de referirse al cuidador primario como a un objeto externa, utiliza los términos de figura de apego, padre, madre o cuidador. De esta mancra, no considera la representacién interna del otro como un objeto interno, sino que emplea el concepto de modelo operativo interno de las nso be eu: ANAS ATERVINCION DESDE LA KCOMOCRDAD RELACONAL_ 19 Higuras de apego (Marrone, 2001). Para Garcfa Olalla (2007), el mode- We de interaccién entre el nifio y sus padres tiende a convertirse en una ‘etinctura interna, un modelo representacional. Los modelos operativos internos (MOI) son desctitos como esque- ws cle representaciones cognitivas y emocionales que sintetizan las ‘spericncias tempranas con los cuidadores principales, y estén formados jor una representacién de s{ mismo como merecedor de ser cuidado, del iro como cuidador y de la relacién posible entre los dos. La transmisién ile estos modelos tiene mucho que ver con los estilos de apego de las figuras de referencia, y estan relacionados con la capacidad de poder ‘ssptesar y comprender el mundo emocional del individuo (Ibaficz, 2013), Bowlby describe tres categorfas importantes para clasificar los dife- fentes pattones de organizacidn psfquica: el tipo seguro o auténomo, el po inseguro evitativo o elusivo y el tipo inseguro ambivalence 0 preo- supado, Habla de disposicién, ya que, segiin su punto de vista, lo que Jocemos observar en la mayoria de los casos es una disposicién 0 ten- ilencia, mas que una organizacién inmévil. Los estudios de Bowlby acerca del sistema motivacional de apego fuc~ ton revisados posteriormente a través de un amplio trabajo experimen- tal Ilevado a cabo por diversos investigadores, como Ainsworth (1967, 1978), Main y Solomon (1986) o Fonagy et al. (1991), entre otros. Las investigaciones que desarrolla Mary Ainsworth (1967) en Ugan- dh y Baltimore, a partir de la década de los cincuenta, centradas en la interaccién de la madre y el bebé, contribuyen de forma significativa al enriquecimiento de la teorfa del apego. Disefia un procedimiento de luborarorio denominado /a situacién extrafa, donde se observan las res- ppuestas (ante la separacién y reencuentro) de los nifios en un entorno no familiar en el que estén su madre y una persona adulta extrafia. En este estudio, identifica y describe tres patrones organizados de respuestas de los nifios: seguro, ansioso/evitativo y ansioso/resistente (ambivalente), los cuales se relacionan con los diferentes tipos de apego. Existe también ‘ira categoria que formulan més tarde Main y Solomon (1986), que se conoce como apego desorganizado o inresuelto. ‘Asi como Mary Ainsworth junto a otros investigadores (1978), des- criben y aumentan el marco teérico existente sobre los estilos de apego 20 _TWLAC. Monza Lisws - Jostin Stncu RODNICUEZ - Mice. Leones LaNants ‘ys asTORNOS Dal VINCLNOs ANAL ISTERVENGON DESDE LA PSICOMOTRICIDAD RHLAGONAL 21 Fase de formacién del apego o de interaccién privilegiada con las as familiares, pero sin rechazar a los extrafios (desde las seis semanas los seis u ocho meses). En esta etapa se produce un reconocimietito perceptive de la figura de apego (percepcién visual, olfato, voz), y le res- ponde de una forma mds consistente que al resto de las personas, emi- fiendo una sontisa, vocalizaciones y llanto diferencial. Las figuras de ‘pego interpretan que el nifio responde a su carifio y se producen inter- seciones sintonizadas, es decir, un ajuste progresivo de los padres al nifio. ‘in embargo, el nifio atin no muestra ansiedad cuando se le separa de la tucre a pesar de reconocerla, pues es la pérdida del contacto humano lo se atin le puede provocar el enfado. Fase de apego 0 de vinculacién y miedo a los extrafios (entre los seis Hoch meses a los dicciocho o veinticuatro meses). En funcién del de- wrtollo emocional, cognitivo y de la experiencia interactiva, se forman Ios lazos afectivos. A partir de los ocho meses, el nifio manifiesta un vin- silo afectivo més claro hacia la madre y suele mostrar ansiedad ante la in, Cantero y Lafuente (2010). Esta vivencia se intensifica al {inal del primer afio, manifestando incluso rechazo a los desconocidos, ‘Winque empieza a declinar a partir de los dieciocho meses. Cuando tiene wh base segura, el nifio utiliza a la figura de apego como referencia de I exploracién del nuevo mundo fisico y social, activindose ante la pre- ‘reia de la figura de apego y disminuyendo en su ausencia. Las separa- ‘Hones 0 el abandono en este periodo pueden ser nefastas para el bebé, ue todavéa no comprende las ausencias y no tiene interiorizada esca ira, Jase de formacién de relaciones reciprocas. A partir de los dieciocho Wwinticuatro meses de edad. En este periodo aparece el lenguaje y la jcidad de representar mentalmente a la madre, lo que permite prede- #00 vuclta cuando esté ausente, disminuyendo la ansiedad. Hin cl Gltimo tramo de estas cuatro fases, el nifio tiene integrada la uuridad de que su figura de apego le responderé cuando la necesite, lo que no requiere de un contacto fisico permanente, lo que posibi- tuna exploracién del contexto més auténoma, manifestacién de un tulo afectivo més sélido. Si hay una ruptura del contacto con la figu- le apego entre el afio y los dos afios (Reegard, 2010) la nocién de per- iencia, Ia capacidad de autorregularse en un futuro sin la presencia en la infancia, Main, Kaplan y Cassidy (1985) estudian y aportan infor macién sobre los estilos de apego en la edad adulta, Por su parte, Fonagy et al. (1991) también suman conocimient relevantes a partir del desarrollo del concepto de fiencién reflesiva, que refiere, entre otras, a la “capacidad de hacer una evaluacién adecuada la realidad y distinguir lo externo de lo interno” (Marrone, 2001: 121 Sus investigaciones aportan resultados significativos respecto a los mod los de relacién entre padres e hijos, exponiendo que esta funcidn sur en contextos de relaciones de apego seguro, pues “los padres con capac dad reflexiva son capaces de regular sus propias acciones y reacciones relacién al hijo... son capaces de promover un dislogo reflexivo con hijos y su grupo familiar como un todo y, por ende, sus comunicacioi estén exentas de distorsiones serias” (Marrone, 2001: 123). 1.2 Fases en la construccién del vinculo La construccién del vinculo de apego se va desarrollando a lo largo los primeros meses de vida en los seres humanos, no se trata de ui estructura que se establece de forma inmediata, ya que lleva asoci tuna compleja mezcla de conductas y sistemas relacionales entre la fi ta de apego y cl nifio. Segiin Bowlby (1969), el establecimiento del afectivo evoluciona a través de cuatro etapas Fase de pre-apego o de orientacién hacia las personas, pero sin rec nocer a quienes le cuidan (desde el nacimienco hasta las seis pri semanas, aproximadamente). El nifio manifiesca una preferencia p miembros de la propia especie, y su conducta consiste en reflejos a cos (prensién, Moro, succién...) y conductas de apego que tienen gran valor para la supervivencia, capaces de atraet la atencién de ot personas (llanto, mirada...). Ademis, es capaz de responder a los estimn Jos que vienen de otras personas y trata de provocar el contacto fisico. producen las primeras adaptaciones y sincronias madre-hijo, y existe reconocimiento sensorial muy arcaico hacia la madre (seconoce su ol ¥ vor). También hay una intensificacién del llanto ante la falta de puesta, a pesar de que todavia no muestran un vinculo de apego prop mente dicho. XV we 22 TWAAG. Monto Lisi Josh Saveur Roontci- MAGue. LLORCA Lats Jun rstonos ne vivo: ANALSSFEHIVENCION DESDE LA PRCONOTHICDAD REAGIONAL 23 Jr su seguridad. La construccién de ese nuevo envoltorio protector se ‘wsliza a partir de los cuidados y relaciones de amor con sus progenitores. ‘| bebé humano, a diferencia de otros mamiferos, al nacer ain no ‘sti maduro, esté incompleto (no sabe caminar, hablar, etc.), lo que crea ‘una diferencia sustancial que genera la dependencia y relacién fusional n la madte para garantizar la supervivencia durante los primeros meses ‘de Vida. Es a partir de las primeras relaciones corporales del bebé con la udre como éste puede empezar a tomar conciencia de las diferentes = de su cuerpo (a través del vestido, los masajes, el bafio, ecc.), pues madre nombra y toca al bebé, ayudndole a construir una conciencia ‘de su tealidad corporal (Lapierre, 2008). La toma de conciencia de su ‘Mentidad corporal se produce sobre el octavo mes de vida, en un estadio que Lacan denomina el estadio del espejo, donde el bebé comienza a jomar distancia de la madre a través de los mediadores (Sénchez y Horca, 2009). Bowlby (1986) expone que es tan importante el respeto de una madre ‘ile un padre por los deseos de apego de un hijo, como el tespeto por wu deseo de explorar, investigar, conocer y ampliar gradualmente sus ‘elaciones, tanto con sus iguales como con las personas adultas. Es fun- sinental, para entrar en relacién con el contexto y con las personas que ‘bin en éste de manera positiva y eficiente, que el nifio o la nifia tenga | posibilidad de dejar su huella, de transformarlo, “Las interacciones y ty uansformaciones reciprocas permiten que la madre inunde a su bebé ‘won su afecto de placer, de esta manera el bebé puede descubrir a st vez ‘que sus transformaciones son fuente de placer para el otro” (Aucouturier, 1004:29). Cuando el bebé es capaz de vivir el placer de actuar y el pla- fer de su transformacién interna, comienza a descubrir que posee un nierior que le permite diferenciarse de la madre e iniciar el proceso de separacién (Aucouturier, 2004). Los procesos de transformacién son, for tanto, fundamentales para que el nitio o la nifia puedan acceder a la sonstruccién de su identidad, asf como también lo es el proceso de vi sulacién con las figuras maternantes. "Una madre suficientemente buena ayuda a su bebé a diluir y a con- Sener los fantasmas destructores dirigidos a ella en un registro simbélico, y wumbién le ayuda a integrar una culpa aceprable que genera un grado de angustia de pérdida del objeto asumible y que permite una dinamica constante y fisica del cuidador puede quedar comprometida, y la coi ciencia social y la empatfa no se desarrollarin adecuadamente. Asimi ‘mo, las capacidades ejecutivas de planificar, secuenciar, perseverar autorregular la conducta y los impulsos pueden estar funcionalmen alteradas (Gonzalo, 2015). 1.3 La funcién materna, la funcién paterna y la ubicacién del nifio en ef tridngulo familiar Las relaciones de apego no son exclusivas del bebé con la madre, como tampoco son exclusivas de la mujer. Si bien es cierto que la tel cién con la madre supone un elemento fundamental en la construc psiquica del bebé, la presencia de otras figuras como el padre, herman u otras personas cercanas a la familia, también desempefian un pay importante en el cuidado del nifio (Stern, 1997). Este hecho cobra vez mds relevancia en nuestra cultura, en ka que los modelos de famili son cada vez, mds diversos (familias monoparentales, homoparen reunificadas, etc:). A continuacién haremos un esbozo de las funciones de las figuras referencia para con el bebé, centrindonos en la relacién materna co! lugar de anclaje y presentacién del bebé al mundo para, a continuaciés transitar a un espacio de socializacién a partir de la presencia de un cero, el padre, en la relacién. Los ya citados trabajos de Ainsworth y 9 colegas (1978) concluyen que el nifio usa a la madze como una b segura desde la cual explorar. Posteriormente, la capacidad de la m: para experimentar como empitica, pero separada del bebé, crea la di tancia necesaria que empuja al bebé hacia la separacién. Estos fendi nos representan la transicién del bebé de un estado en que se encuent fusionado a la madre a uno de relacién con ella como algo exterior separado. Para Aucouturier (2004) el bebé existe desde antes del nacimien pues es pensado y softado por sus padres, convirtiéndose en un cor fiero de comunicacién, Durante la fase prenatal esta resguardado tant nivel bioldgico como en el imaginario de sus padres y, una vez llega mundo, debe sentir la continuidad de ese equilibtio pi 24 __ TAC. Monto Less Josiene Soxciez Ropnicuez - Micutt. Luonca Lunas de busqueda de procesos de aseguracién frente a las angustias” (Aucou: turier, 2004: 63), En la sala, la persona psicomotricista “ha de dejarse transformar po el nifio a nivel ténico, a nivel emocional, a nivel sensorial, y también nivel intelectual. En esca transformacién el nifio comprueba su compe tencia y su poder de actuacién’” (Garcfa Olalla, 2007: 77). ‘Tras la primera etapa de relacién fusional, la presencia de un terce permite que madre y bebé continiien el proceso de separacién, prop ciando la creacién de un espacio fusional (espacio de comunicacién palabras de Lapierre, 2008) que se va ampliando para llegar, posterio ' mente, a la fase pre-edipica y edipica. Se trata de una etapa en la que toma conciencia de la no exclusividad y se produce la identificacibn tuna de las figuras de referencia para luego pasar a adquirir su identida 4 ‘como persona y su propia identidad sexual (Sanchez y Llorca, 2009). ‘Sin embargo, la presencia del tercero en la relacién no se produce manera esponténea, se trata de un lugar que debe otorgar la madi haciendo una presentacién de la otra persona (el padre) y reconocien lo como tal, pues durante los primeros meses, el padre es un sustituto Ja madre, ya que a nivel neurolégico el bebé atin no tiene acceso a la imas gen familiar. Se trata de un “..padre maternal, porque su. modo de interaccién con el bebé es estatu . riamente el mismo que el de la madre. El padte entra en el psiquismo nino, directamente por los canales de comunicacién sensorial, del mismé modo que la madre: responde a las mismas leyes biolégicas” (Cyrulail 2008: 111). Las condiciones que marcan el nacimiento del padre son, “el desat llo de las vias visuales del nifio que le dan acceso a la imagen, la histori de las interaeciones tempranas que dan a la madre su efecto tranquiliza dor, y Ia estructura del inconsciente materno que, por su fantasmati gestual, presentaré a ese hombre que la rodea y le dard su condicién padre” (Cyrulnik, 2008: 114). A partir del sexto mes, la madre, que se encuentra en disposicién familiatizar a su hijo con el rostro del hombre, puede bautizarlo con nombre de papé. Se trata de un paso trascendental que permitiré al bebé, |v asToRNos DEL VINCULO: ANAUISISEINTERVENGIN DESDE 1A SICOMOTRICIDAD RELACIONAL. 25. syacias también a la maduracién progresiva del sistema neurolégico, ‘ntegrar a esa figura como diferente de la materna y con un lugar signi- ficativo dentro de la relacién. Si la madre no reconoce al padre como tal, se queda como un objeto instrumental, sin poder llegar a tener una exis- tencia propia, sin poder llegar a convertirse en un objeto de afectividad (Lapierre, 2009), Cada manera de acompafiar @ nuestros hijos en el momento de sepa- tarse de nosotros para acceder a la conquista de otras experiencias y otras telaciones es absolutamente particular de cada historia paterno-filial (Garcia Olalla, 2007). Sabemos que existen maneras de acompafiar este proceso de separacién-individuacién més saludables que otras, y més {icilitadoras para que el nifio inicie el recorrido hacia la busqueda de su propia identidad. Algunas maneras de acompafiar pondrin al nifio en ‘special dificultad, como cuando la madre se aferra a su hijo y no lo deja tmarchar, 0 cuando el padre no esté presente para poner limites a esta relacién fasional, etc. En Ia relacién triangular el nifo lleva a cabo relaciones de competi- ‘i6n, oposicién e identificacién, descubriéndose como un ser auténomo iliferenciado del objeto primario. *...La representacién, del padre es importante por su efecto triangulador, que permite el acceso al pensa- miento abstracto. La percepcién de la presencia del padre da acceso a la socializacién por su efecto separador y, sobre todo, por la etapa interme- illa que oftece, entre la seguridad del cuerpo materno y la angustia dese- aula de la conquista social” (Cyrulnik, 2008: 121) Fl padre entra en la relacién para reapropiarse de su pareja y recobrar, ide esta forma, la relacién que tienen entre ellos, Es una relacién donde tl bebé no existe y donde la mujer deja de ser solamente madre, lo que provoca que el hijo tenga que compartir ese femenino con el padre, momento a partir del que comienza a tomar conciencia de que la mujer ‘ho es totalmente suya, y es en ese no existir donde se crean fantasfas rela- sionadas con las vivencias de separacién (Lapierre, 2009). Los hombres también poseen una estructura orginica que les permi- Ae implicarse en las atenciones de los ilifrente a la de las mujeres, pues tienen influencias hormonales distin- {us, pero de un valor importante y de necesaria complementariedad para ear una base sana y productora de buenos tratos. Por ejemplo, los 26 _Tnift C Monitio Less -Jostrna Stncaitz Rooricuez- Micln. Liokes Lunanis hombres pueden ser excelentes organizadores y animadores de los ju 0s, ademiés de ser estimulantes y vigorosos en el trato, lo que crea u contexto mds rico y estimulante para el desarrollo del bebé, quien 1 sita momentos excitances para madurat. Los cambios culturales prom: vidos por los movimientos en defensa de las mujeres, han hecho q muchos hombres puedan desprenderse de los condicionantes patti les y situarse en el lugar de cuidadores, sin que por ello pierdan el cars ter especifico de su funcién (Barudy, 2009). Explicar c6mo el niio construye la identidad de su tridngulo prim: rio ¢s un proceso vinculado a la construccién de la identidad, don segiin Lapierre (2008), el nifio pasa por una serie de fases en su desa lo que va desde la etapa fusional que se inicia en el 5° mes de vie intrauterina a la fase oral, anal, filica, de latencia y adolescencia. Est proceso de vinculacién y diferenciacién para la construccién de su ide tidad estd marcado por la expresién y regulacién de las pulsiones de age sividad y de amor, que se van a proyectar en la sala de psicomotticil ante la presencia de una situacién de juego libre y un adulto disponibl corporalmente al encuentro de la relacién. En su obra “El adulto fr teal nifio de cero a tres afios", André y Anne Lapierre (1982) analizan evolucién de los nifios y niftas de estas edades en relaci6n a la figura d adulto, tratando de verificar si esta relacién refleja la construccibn vis cular que ha realizado el nifio con sus figuras de apego en los proceso de vinculacién y diferenciacién, in los primeros meses de vida, a pesar de no existic una conciencia de ad ni de poder hacer representaciones, el bebe tiene experiencias y nl ‘ones con su entomo. Sin embargo, al no disponer atin de un sistema ps ‘uieo, las vivencias se inscriben en el cuerpo en forma de engramas, Lstos _ iedlen ser “engramas de accién, ..ligados al afecto de placer y que ...abren )nifio al mundo de las representaciones inconscientes y a los intercambios son el mundo exterior” (Aucouturier, 2004: 31); 0 “engramas de inhiba- ‘dn’, que son engramas dolorosos, pues “...ctean un bloqueo neurobiolé- ico que detiene, inhibe, la circulacién de los engramas de accién y el afec- Jw le placer” (Aucouturier, 2004: 32). ‘Todos los engramas “...se interrela- fiinan y forman la estructura ténico afectiva bésica de cada individuo; una ‘einuctura en la que afecto de placer y afecto de displacer son dependientes na inrerrelacién constante, una estructura en la que también esté pre- Jente la estructura ténico afectiva de la madre (Aucoututier, 2004: 33)". la vivencia del cuerpo, su manera de expresarse ante las actividades Motoras y relacionales ponen de manifiesto las dificultades y competen- sins que ha adquirido el nitio en el desarrollo de la vinculacién, De ssuerdo con este presupuesto, la Psicomotticidad utiliza los términos de fantasmas y angustias corporales para dotar de sentido ‘a la expresividad Jricomotriz infantil, Dolto (2007) expone que la imagen del cuerpo es siempre imagen potencial de comunicacién en un fantasma, pues pata la persona “...es a da instante la representacién inmanente inconsciente donde se origina su leseo” (Dolro, 2007: 30), HI concepto de fantasma de accién posibilita entender la expresién Jwis inconsciente de la actividad infantil, pues “...es una representacién \nconsciente de la accién, es el deseo y el placer de recuperar el objeto y We actuar sobre él” (Aucouturier, 2004: 52). Se trata de una ilusién que fwace a rafz del placer de Ia accién pulsional en la relacién del nifio con Iv madre, se forman alrededor del sexto mes y a partir de ellos se estruc- Jurarin los diferentes periodos de la evolucién psicoldgica. Hay fantas- nas cle accién relacionados con la absorcién (devoracién y destruccién), on la prensién (apresamiento), con la movilizacién del cuerpo en el sspacio (clevacién, vuclo, cafda, balanceo, envoleura), fantasmas surgi- a expulsién anal (dat, recibir y retener) y finalmente los que sur- 1.4 La vivencia corporal en Ia creacién del vinculo Los conocimientos aportados desde la psicologia evolutiva nos dic que al nacer somos seres indiferenciados, y que necesitamos vincularn & una persona que nos aporte cuidados afectivos y materiales para pod sobrevivir y ayudarnos a tomar conciencia, primero de nuestra identida corporal y luego de nuestra identidad como persona diferenciada otto. En este delicado proceso de construimnos como personas pucd curtis muchas cosas que afecten a un desarrollo equilibrado, lo que i voca dificultades que se pueden manifestar de maneras muy diversas, funcién de las earacteristicas de la persona y de su entorno, ov de ela onniralidarl (ruserta w ama’ fe = “TAU C. Mono Las Josera SANCHEZ RooaicUEZ - MicWEL Lionea Lanants DAD RHACIONAL. 29 Aucouturier (2004) analiza las acciones sensotio motrices de! ni ‘como proceso de maduracién y sefiala diferentes pardmetros a tener cuenta, como son: El placer de estar de pie, como forma de vivir st propio equilibria ‘manifestacién de su propia identidad, independientemente de los yos y de los otros. El placer de la caida, pudiendo jugar a perder la ticalidad para volver a recuperarla, perder In posicién erecta porque seguro de haberla conquistado. Son juegos que podemos observar re tidamente en los nifios y nifias en toro a los 18 meses de vida, cuant adquieren la representacién de sf mismos. El placer de corter, co forma de conquistar el espacio, de poder separarse y regresar, sin viv de forma angustiosa. El placer de columpiarse, que de forma similar a anterior permite ir y volver, jugando al reencuentro. El placer de sal en profundidad y ser uno mismo, desprendiéndose de la seguridad otto. El placer de girar, que proporciona la estimulacién laberintica y toma de conciencia de su unidad corporal, con la pérdida momentén de los referentes viso espaciales que se vuelven a recuperar al parat. Estas sensaciones estén relacionadas con la necesidad que tiene niiio de volver a sentir modificaciones t6nicas en su cuerpo que ya provienen directamente de su relacién con cl adulto, sino que se proyectado al espacio y al dominio corporal como tna forma de ir c ando su identidad diferenciada del otro. Para Lapierre (1977; 2013), las dificultades psicolégicas son, en. mayorfa, dificultades de relacién con el otro, con los otros (padres particular) y consigo mismo, aunque también puedan tener causas of nicas o neurolégicas. No obstante, lo que se observa es que, en la m: parte de los casos, el otigen de las dificultades orginicas y neurol6gi hay que buscarlas en las dificultades de la problematica psiquica relaci nal. Esas dificultades de orden psicoldgico no surgen esponténeamen (aunque algunos eventos trauméticos pueden provocar o precipitar surgimiento), sino que son el resultado de la larga evolucién de una de conflictos mal elaborados que se encadenan, con mds frecuencia, partir de la primera infancia. El cuerpo del nifio reflja las vivencias que ha registrado en el pi so de vinculacién y diferenciacién de sus figuras de apego. Esta viver puede contemplarse en la sala desde diferentes modos de expresién: * La vivencia del placer sensorio motor como expresién del apego seguro, * La expresién de los fancasmas de accién como la capacidad que tiene el nifio de recrear y reactualizar sus vivencias de la separacién y | encuentro con sus figuras de apego. * La expresién de las angustias como situaciones desestructurantes de li personalidad, que nos hablan de las vivencias de suftimiento y dis- placer. Lat relacién corporal reposa sobre un intercambio de mensajes corpo- Jules emitidos y recibidos por los diversos compafieros de juego simbé- ho y espontineo. Se trata de mensajes significativos cuyo contenido aleetivo y emocional es decodificado de manera més o menos conscien- ‘IF por el otro, Es0s mensajes que se configuran como gestos, posturas 0 ‘WWimicas son, sobre todo, ténicos, pues son las tensiones ténicas las que sonfieren a los gestos y a las actitudes un significado afectivo. Cualquiera que sea la dificultad que el niffo tenga, la forma que tenga el psicomo- Wieista de establecer una relacién con él podré ser determinante para “Wlomar un proceso de desarrollo psicoafectivo y relacignal (Lapierre, WI3). A través de la piel y de su musculatura interna, el nifio recibe la nformacién tnica cargada de contenidos emocionales que le permite sentirse aceptado o rechazado por el otro, pudiendo revivir y reparar pro- ‘wos de vinculacién o diferenciacién no resueltos. 1,5 La construccién de un continente psiquico 1 este apartado queremos aproximarnos a aquellos conceptos que permiten y sostienen la progresiva construccién del aparato psiquico. Para ello, abordaremos el lugar del cuerpo en la relacién psicomotriz, ast somo la importancia del yo-piel y del didlogo ténico como aspectos que © interrelacionan en la cimentacién de un continente psiquico que con- figura a la persona, Desde la psicomotticidad, nuestra especificidad para abordar las difi- wultades de aprender, de ser y estar, es la mediacién corporal, tratando de entender lo que el individuo nos expresa con su cuerpo y poniendo el 30 _TALAC. Monitzo Less Josey Stic RopNiGutZ- MicutL Lions LUNARES nuestro a su disposici6n, para mediante esta via de relacién, favorecer s evolucién, tratando de respetar las caracteristicas individuales y aferrdn donos a las posibilidades que cada nifio 0 nifia nos ofrece dentro amplio espectro de la diversidad humana en cada uno de sus ambitot (Llorca y Sanchez, 2003). Para Boscaini (2002: 165), el cuerpo no se refiere tinicamente a dato biolégico, ya que también “es un espacio psiquico que se expresa través de las diferentes funciones psicomororas vividas y experiment cn la realidad”, En la sala de psicomotricidad, el cuerpo “se utiliza cor mediador pata favorecer la expresién de la personalidad, la represen cién mental de la experiencia y los aprendizajes siempre dentro de relacién significativa psicomotricista-nifio” (Boscaini, 2002: 175). Bl cuerpo es el lugar donde vive, siente y existe la persona, por lo q no se trata de un mero instrumento, sino que también es fuente de cot cimiento, de comunicacién, de afecto y de relacién. Es un “lugar desco, de placer, de sufrimiento, lugar de mi identidad, de mi ser. cuerpo, dominado por sus sentimientos y sus pulsiones, escapa a la rac nalizacién porque, precisamente, él es irracional” (Lapierre, 2008: 16). “Tal y como afirma Lapierre (2013), el cuerpo es un lugar de expt sién y respeto de aquello que se puede mostrar y exteriorizar acerca estado interno, pero también sobre aquello que se tiende a olvidar, p Jo que es tn lugar de marcas ¢ inscripciones psfquicas relacionadas lo que es posible recibir, integrar y asimilar. La gestualidad no es la si ple reaccién nerviosa a un estimulo, sino la respuesta de un cuerpo mundo y la representacién simbdlica en sf misma. Es por eso que comunicacién corporal es una comunicacién cargada de valores y co ponentes emocionales, es la expresién del imaginario consciente inconsciente (Lapierre, 2008). j La intencién del psicomotricista relacional es establecer una relacic con el cuerpo del nitio, més alld de la funcionalidad corporal, pues ti otra finalidad que es la construccién de su identidad corporal y fis Por tanto, el didlogo corporal psicomotor constituye el centro de intervencién, donde el psicomotricista intentaré construir una histoi ténico-emocional con el nifio (Lapierre, 2013). Existe una gran cantidad de conceptos que se ponen de manifiesto la prictica psicomotriz a través del cuerpo. Berruezo (2001) realiza furan 19. msTOMNOS DEL VINCULO: ANKLSISF INTTAVENGION DESDE LA PSICOMORICIND RIAACIONAL SI ‘uyrupamiento en corno a cuatro dimensiones corporales, donde seftala ‘ujuellos contenidos més relevantes que se trabajan dentro de la sala: el tuerpo que se mueve, vinculado con contenidos referidos a aspectos Ineramente motores (conductas mottices bésicas, conductas neuromo- Uuices y perceptivomotrices); el cuerpo que conoce, con contenidos que we refieren a aspectos de claboracién, de representacidn o de control cog- Aitivos del movimiento; el cuerpo que se relaciona, cuyos contenidos se iefieren a la dimensién relacional © comunicativa del movimiento; y el uietpo que siente, con contenidos que tienen que ver con los aspectos ano ales 0 afectivos del movimiento. a imagen del cuerpo es la sintesis viva de nuestras experiencias emociona- les... €8 2 cada momento memoria inconsciente de toda la vivencia relacio- , yal mismo tiempo es actual, viva, se halla en situacién dinamica, a la narcicistica e interrelacional”. Ademés, “..es propia de cada uno: esté ida al sujeto y a su historia” (Dolto, 2007: 30). “Gracias a nuestra ima- gen del cuerpo portada por ~y entrecruzada con— nuestro esquema corpo- ral, podemos entrar en comunicacién con el otto. ‘Todo contacto con el ‘otro, sea de comunicacién o de evitamiento de comunicacién, se asienta en la imagen del cuerpo; porque no es sino en la imagen del cuerpo, soporte «lel narcisismo, que el tiempo se cruza con el espacio y que el pasado incons- lente resuena en la relacién presente” (Dolto, 2007: 39). Por su parte, la piel es el envoltorio que contiene a la persona, que Jecubre su cuerpo y, por tanto, supone un Himite, una frontera, entre el Alentro y el fuera. Es tanto el escaparate en el que nos mostramos como gar donde se manifiestan diferentes estados emocionales. ‘Anzieu llama Yo-piel al “entorno maternante, porque rodea al nifio tuna envoltura externa de mensajes que se ajusta con cierta suavidad dejando un espacio disponible a la envoltura interna, a la superficie del suerpo del bebé, lugar e instrumento de emis worlo, existiry ser un yo “es la capacidad de emitir sefiales que los demés feciben.” (Anzieu, 2007: 72) in de mensajes”. De este 1a organizacién del Yo-piel estd vinculada a la necesidad de una envol- isista que asegura a la persona la certeza y constancia de un grado A bienestar basico, y sirve al nifio pequefio para representarse asi mismo ‘somo un yo capaz de contener los contenidos psiquicos a partir de sus 32 _ TALC. Monto Lis Jost Soxcitz2 RODRIGUEZ - MIGUEL LLORCA LUNARUS expetiencias corporales. Este autor expone una serie de funciones qui estén al servicio de la pulsién de apego y la libido, al servicio de la coi truccién del psiquismo. En la piel quedan inscritas las huellas de n tras relaciones corporales, Ia forma en que hemos sido tocados por otro y la asociacién de afectos y respuestas se actualiza en la piel. En est sentido, Anzieu hace referencia a este continente ps{quico, el Yo-pi como espacio para auto contenernos y sostener nuestras emociones partir de la funcidn de sostén del psiquisme y la fancién contenedo! Ademds, sefiala cémo el Yorpiel también tiene una funcidn de re libidinal que nos conecta a la relacién corporal placentera con el ot (Anzieu, 2007). Otros autores, como Farré et al. (2015) plantean que cuando se ‘mite que madre y recién nacido pasen las dos primeras horas de vida contacto piel con picl de forma ininterrumpida, y sin ser molestados, interaccidn un afio después del parto es més reciproca y coordinada, decis, es mejor. Camps (2013), plantea que el psicomotricista debe ayudar al nifio a construccién, apropiacién o reparacién de una envoltura corpos propia, a través de la que pueda sentirse contenido, tanto a nivel psig co como corporal. Para ello, debe cumplir las siguientes funciones: al + Funcién de sostén, contencién e interacciones reciprocas. poder intervenir de forma integral en el desarrollo del nifio y ayu lea construir una envoltura o continente corporal y ps{quico. + Funcién separadora de los limites (individuacién). El psicomotici ta favorece las separaciones progresivas para ayudar a interiorizar nifio la seguridad de la relacidn y a construir su propia identidad. + Funcién del juego psicomotor compartido. Se trata de una de claves en la constitucién de una envoltura continente, una forma integrar los limites psiquicos y corporales que permiten acompafiar nifio en su proceso madurativo. + Funcién separadora y contenedora del terapeuta. Hace referen por una parte, a la estructura espacio temporal de las sesiones, q lis restoRNOS bit VINCULO: ANALISSFINTERVENGION DESDE 1A SICOMOTRIIDAD RELAGIONAL. 33 hacen posible la expresién del cuerpo en un contexto seguro} ¥, por ‘otra parte, al encuadre del psicomotricista (disponibilidad psiquiica y conporal) que garantiza que la seguridad no se ponga en peligro, “Una ver establecida la relacién entre el nfo y el terapeuta, y por tanto, la fantasia de una piel comin, es el momento de ayudar a la separacién y la individuacién, separacién que deberd ser gradual y progresiva. La relacién deberd evolucionar hacia la autonomia y la construecién de la identidad en nitfo” (Camps, 2013: 32). En la piel y en los receptores interoceptivos que se activan en el nifio. er sostenido, contenido y movilizado por el adulto en una relacién Inaternante, se sitéan los registros primarios del didlogo ténico, Este did- logo nos permite sentir en el cuerpo todo un repertorio de gestos que han quedado grabados de modo inconsciente y que han formado parte dle las relaciones corporales, orales y gestuales donde la tensién o disten- sién han acompafiado situaciones de malestar, agresividad, abandono, ernura y afectividad. Los inicios de lo que supone el didlogo ténico comienza desde antes del nacimiento, pues ya el ttero ofrece una pre- sin constante sobre la parte posterior del bebé (espalda; nalgas y nuca) Ji sobre esta base de tensién permanente, los movimientos de contrac- ci6n del dtero envian a la espalda del bebé un masaje postural, que cons tituye la pri jera via de comunicacién sensorial (Cyrulnik, 2008). ierra (1993; citado en Camps, 2007), el didlogo ténico Para Aju consiste en un intercambio corporal de informacién que se produce entre hn madre y el nifio recién nacido y que fundamentalmente se expresa por ‘estados de tensién-distensién muscular que reflejan sensaciones de pla- cer-displacer y que provocan reacciones de acogida-rechazo en el otto. “E! establecimienco de un adecuado dislogo eénico es imprescindible para 1a construccién de la identidad personal, ya que permite al nifio realizar el proceso de separaci6n c individualizacién de sus figuras parernasy diferen- ‘iar el yo del no-yo, con la construccién de un continente psiquico, que tiene su otigen en las interacciones ténico-emocionales del nifio con sus personas de referencia, las transformaciones mutuas, las modificaciones de su sensibilidad y la grabacién de huellas de placer y displacer en el cuerpo del bebe” (Camps, 2007: 16). 34__TaL C. Monuso Les - Joseiva Savon: RopalGuEz - MIGUEL Luoma LNA {o-astonNos bit cutee ANALISS EL INTEAVENCION DISDE LA FSICONOTRICIDND RELACIONAL, 35. La intervencién psicomorriz la haremos mediante el tratamiento los fantasmas de accién vinculados a la motricidad, la respuesta a expresién de las angustias arcaicas y el reconocimiento de las competen: cias sensorio motrices del nifio (Aucouturies, 2004), asf como directa mente sobre el cuerpo del nifio con el que entramos en relacién a tra de nuestro tono, nuestra vor, nuestra mirada y nuestros gestos; en defi nitiva, de nuestra afectividad (Lapierre, 2010). ues el individuo necesita de otras personas con las que vincularse, que le ayuden a diferenciarse para empezar a tomar conciencia de su yo cor- jonal, Esta vinculacién se favorece gracias a la actitud empética de la ‘madre en relacién a los aspectos fisicos y emocionales, que debe tener la ‘apacidad ajustada para estimularle mediante la presentacién de objetos, si como las respuestas de acogimiento y de frustracién, que ayudarén unio a la diferenciacién entre dl y su madre, como entre él y el mundo. sta dependencia inicial sieia la vivencia corporal en un primer plano del desarrollo del psiquismo y, durante los primeros meses de vida, serén las sensaciones de placer y displacer las que iran constituyendo su yo cor- ‘oral, siendo la madre la mediadora entre el bebé y su relacién con el fintorno, dependiendo de ella que lo descubra como confiable, ordena- Alo y bueno, o bien como caético, confuso y peligroso. Winnicott (1982) plantea que en este proceso es fundamental la fun- vién de maternaje, entendida como una presencia que da vida median- fe la contencién afectiva y emocional, pero también como una madre luficientemente buena que frustra la satisfaccién del deseo inmediato, obligindole a esperar, permitiendo durante esa espera que la necesidad. se clabore como deseo, facilitando el proceso de simbolizacidn ¢ indivi ‘duacién, $i un nifio tiene siempre completamente satisfechas sus necesi shades, diftcilmente podré producirse la separacién al permanecer fast tnido a su madre, pues contintia en su estado simbiético anterior al naci Imienco, que no le ayuda a diferenciarse, Por el contrario, una madre sufi- sientemente buena esperard a que exista una demanda clara por parte de su hijo para satisfacerla, creando en él la ilusién de que con su actuacién, (llanto, agitacién...) puede transformar el mundo, permitiendo al nifio arse cuenta de la realidad del otro (Camps, 2002). Iistas experiencias de placer y displacer que ocurren en Ia relacién con su madre no tienen representacién psiquica, puesto que todavia no esté vonstituido el yo, pero dejan una huella en el inconsciente que impulsan | nifio a buscar nuevamente situaciones placenteras, facilitando la for- nacién de un continente psiquico y la constitucién de su totalidad cor- poral. Por el contrario, la reiterada insatisfaccién de sus necesidades ori- ina la grabacidn de huellas de displacer y la falta en la totalidad corpo- fal (Aucoucurier, 2004) y por lo tanto la fragilidad 0 ausencia de un con- Hinente psfquico. 1.6 Evolucién de la expresividad psicomottiz. del nifio. La construccién de la identidad personal. La construccién de la identidad personal es un proceso complejo q no depende exclusivamente de la persona, sino que es muy important la respuesta que le devuelve el entorno en el que se desarrolla (Llorca Sanchez, 2008). “Lo importante es que yo s0y no significa nada a no s que, en un comienzo, yo sea uno junto con otro ser humano que atin no ha diferenciado” (Winnicott, 1998: 29). Cuando nace, el bebé esté totalmente indiferenciado y dependient de su madre, Se trata de una dependencia fisica y afectiva que requis de un entorno maternante que cubra sus necesidades para poder sob: vivir y ayudarle a diferenciarse como persona. Después del nacimien el bebé necesita, por una parte, reencontrar sensaciones fusionales en contacto corporal y, por otra, la envoltura aseguradora que le proporci na el cuerpo de la madre como continente para este cuerpo sin limit (Lapierre, 2008; Aucouturier, 2004). El bebé nace con una serie de ref jos arcaicos, como la succién y el agarre, asi como con pautas condut tuales inherentes a la naturaleza humana, como pueden ser cl llanto, movimiento o la actitud corporal reflejada en st tono muscular, que sionan una respuesta por parte de su madre que de forma ajustada le s tiene y mueve, favoreciendo la creacién de los vinculos primarios Funda mentales para el apuntalamiento de la construccién del psiquism« Como afirma Bowlby (1969), las personas nacemos preparadas para vi culamnos y, en funcién de la respuesta que se encuentre en el entorno, estos mecanismos se desarrollardn y diversificarin o se irdn inhibiends Asi pues, la capacidad para sentir y pensar no es una conquista natu 36_Tuma C. Monto Les Josunnea Savcitez RODRIGUEZ. - MIGUEL LLOHCA LLKARES Las experiencias de displacer, ocurridas durante los seis prim meses de vida, al no disponer de un lugar psiquico para su elaboracié: dejan una huella indeleble en forma de angustias arcaicas que lue; 2004). Las angustias que mis frecuentemente nos podemos encont hhacen referencia a la angustia de separacién con mai chuparse los dedos, pufios cerrados 0 necesidad de uni angustia de caida, producida por la falta de sostén y contencién, q ocasiona que los nifios experimenten miedo a caer, a descoyuntatse, busquen la seguridad aferréndose a un objeto, una miisica, un soni tuna actividad rfumica o recurrir a constantes estimulaciones bucales; angustia de disolucién y de derramamiento, como consecuencia de ausencia de una envoltura bien constituida, con muestras de fascinaci hacia lo que se derrite, se vacia 0 se derrama; la angustia de despelle} miento, como consecuencia de una separacién brusca, realizada sin p caucién y que puede manifestarse a través de enfermedades dermatol sgicas (dermatitis que ocasionan auténticas fracturas de la piel) y que 0 sionan deseos en el nifio de buscar envoleuras que le cubran y manifi to temor a desvestirse; la angustia de fractura, con miedo a que se cu po se fragmente, jugando a que se rompen por la necesidad de reuni carse, de recomponerse con la ayuda del otro; la angustia de explosié similar a la anterior y manifestacién de una identidad frdgil con miei a desintegrarse como algo que explota, asociado al temor ante los nui intensos o las explosiones. En el segundo semestre se avanza hacia la constitucién de una prim ra identidad, partiendo de la organizacién de las sensaciones internas tomo al sf-mismo (yo corporal) que da paso a la constitucién del yo psi quica y la apertura al mundo de los demas. Pese a seguir dependiendo su made, en este estadio empieza a estar separado corporalmente, prod cigndose la toma de distancia progresiva de su madre utilizando en pi mer lugar los mediadores corporales, mirada y voz fundamentalmente, posteriormente los objetos como mediadores de la relacién (Lapiet 2008). Como reaccién a la pérdida del objeto primario surgen los juegos seguradores de aparecer y desaparecer, propiciando la creacién del lus ustonvos be VINCULO: ANMISS EEFERVENEION DESDE LA PACONOTHICIDAD RMLAGIONAL_ 37 julo de la madre ausente, del objeto que desaparece, al igual que ocurre an el resto de juegos de contenidos pre simbélicos (vaciar y Henat, api- lucy tiras, dispersar y agrupar, etc.) (Aucouturier, 2004; Rota, 2012). La Witiosidad se desplaza hacia el mundo externo y del otro, jugando la nadre nuevamente un papel fundamental que desde su seguridad afec- Aiva favorece el desarrollo de los deseos del nifio por descubrir su entor- wo, Cada ver es mds capaz.de moverse y alejarse de su madre experimen- undo emocién y excitacién, pero le tranquiliza poder regresar a la segu- | que le proporciona esta figura. el segundo afio, se afiade el interés por explorar el mundo, empie- wa a andar, cactse y tropezar, descubriendo los limites de su yo corporal ¥ las coordenadas espacio-temporales. Estas posibilidades de movimien- Wo inicialmente amplfan su radio de accién, aunque estén dirigidas fun- sJomentalmente hacia su madre a la que regresa una y otra vez, pasando Jor otra parte del juego de meter y sacar, al de entrar y salir, en sefial de ‘una independencia simbélica. in relacién a los objetos, se consolida su permanencia y aunque se le seconda, él continéa con el recuerdo de haber tenido algo en la mano y lo reclama. Si se le pide algo, lo da, pero a condicién de que si le piden ‘ora cosa, quiere recuperar la anterior: es un juego de fas juntamos y nos wolvemos a separar, juegos reaseguradores que van consolidando su iden- \ilad, separndose del otro, utilizando cada vez més los mediadores y ‘ypareciendo justamente en este momento el lenguaje, que se desarrolla 10 un procedimiento expresivo para la comunicacién de estados emocionales de la mente. in esta etapa, las piernas son esenciales porque dan la posibilidad de sostenerse y no caerse. Ademés de ser la parte del cuerpo més relaciona- su con la separacién, con ellas se separa del objeto, pero también con sllas se puede aproximar a él, manifestandose la consolidacién de la ver- sicalidad y el equilibrio como expresién de su identidad, El nifio progre- sivamente se va reafirmando en su identidad por introyeccién de una tealidad externa més tranquilizadora, que ayuda a la progresién de su indo interno, que a su vez, por proyeccién, mejora su imagen del mundo externo (Herndndez, 2007). Asi pues, la conquista del término yo es la conclusién del estableci- nto de relaciones objerales que comienzan desde el nacimiento y que 38 THAW C. Monitio Lasme Jose Séocatez RooRGUtZ ~ MIGUEL LIOKCA LUNARES le proven de experiencias, soportes y ayudas que hacen posible el sarrollo (Llorca y Sanchez, 2008). Las dificultades en la construccién de identidad personal se ponen. ‘manifiesto en la sala de psicomotricidad a través de la expresividad comotriz del nifio y la nifta, permitiéndonos observar la semejanza muchas conductas en sujetos categorizados con diferentes trastorn que afianza la idea de que las dificultades se sitéan en un continuo mayor a menor afectacién en relacién al proceso de su const como persona. ‘Como afirma Camps (2009), “la intervencién en psicomotricida a ayudar, por un lado, a la estructuracién de un yo corporal ys otro, a la construccién, reconstruccién © reactualizacién del vin afectivo con el otro y del proceso de fusién-separacién, como base fi légica de la construccién de la identidad del 1.7 Los trastornos del vinculo De manera general, podemos afirmar que un vinculo roto, no blecido o deficiente va a cursar probablemente con un nifio inse agresivo o temeroso, tanto del entorno més inmediato como del fut ‘Después pueden aparecer los sintomas de hiperactividad, déficie a nal, inhibicidn o impulsividad como forma de reaccionar aun mi que perciben fuera de su control (Regaard, 2008). Existen diferei ‘maneras de estructurar los trastornos relacionados con el establecimi to del vinculo, y a continuacién describiremos algunos de ellos: En el manual diagnéstico DSM-IV se recoge el trastorno reactivo Ja vinculacién como un trastorno clinico, definiéndose como una cidn social que se manifiesta alterada ¢ inapropiada en la mayor parte Jos contextos para el nivel de desarrollo del sujeto. Por definicién, el tomo se asocia a una crianza claramente patolégica que puede adopt la forma de desatencién persistente de las necesidades emocionales cas del nifio relativas a bienestar, afecto y estimulacién (hospitalizaci prolongada, pobreza extrema, inexperiencia de los padres, etc.). No ol tante, una crianza claramente patolégica no siempre determina el sarrollo de un trastorno reactivo de la vinculacién, pues algunos nif lac educacién familiar. ys 10N0S Dut VNCULO: ANALISSE VTERVENCION DISDE LA FSICOMOTHICIDAD RELACIONNL 39 iblecen relaciones sociales y vinculos estables incluso en situaciones shandono 0 maltrato relevantes. Se inicia antes de los 5 afios de edad discinguen dos subtipos: tipo inhibido, en el que Ia alteracién dominante de la relacién acial reside en la incapacidad persistence para iniciar la mayor parte ule las relaciones sociales, asf como para responder a ellas de modo sulecuado al nivel de desarrollo del sujero. * El eipo desinhibido, en el que la alteracién dominante de la relacién social consiste en una sociabilidad indiscriminada o una ausencia de selectividad en la eleccién de figuras de vinculacién. Ihara su diagnéstico es preciso también descartar a nivel clinico la pre- wa de otros trastornos como el retraso mental o trastornos del espec~ # autisca, lin la posterior revisién de este manual de criterios diagnésticos, el SMV, las altcraciones producidas por las relaciones de apego se reco- cen los trastornos de ansiedad (ansiedad por separacién), en los tras- sos relacionados con traumas y Factores de estrés (apego reactivo y de in social desinhibida), asf como en los problemas relacionados con astorno de ansiedad por separacién. Se manifiesta miedo, evita- cidn 0 ansiedad excesiva, persistente ¢ inapropiada para cl nivel de lesarrollo del individuo, concerniente a su separacién de aquellas personas por las que siente apego. La alteracién causa malestar elfni- Camente significative 0 deterioro en lo social, académico, laboral u otras reas importantes del funcionamiento. La alteracién no se expli- 1 mejor por otro trastorno mental. tastorno de apego reactivo. Presenta un patrén constante de com- portamiento inhibido, emocionalmente retrafdo hacia los cuidadores adultos, asf como alteracién social y emocional persistente. El nifio ha expetimentado un patrén extremo de cuidado insuficiente, lo que syenera la inhibicién, no se cumplen los criterios para el trastorno del 40_ "Tiwi C Moniizo Les -Joseria SiNciz Roalcure - MicUnL Liokca Lunanes espectro del autismo, es evidente antes de los cinco afios y el ticne una edad de desarrollo de, al menos, nueve meses. + Trastorno de relacién social desinhibida, Patrén de comportami to en el que un nifio se aproxima e interacciona activamente adultos extrafios, en el que se incluye un comportamiento social inhibido. El nifio ha experimentado un patrén extremo de cuid: insuficiente, responsable de la desinhibicién, y tiene una edad de sarrollo de al menos nueve meses. * Problemas relacionados con la educacién familiar: problema relacién entre padres e hijos. Esta categoria se debe utilizar cuando principal objeto de atencién clinica consiste en establecer la cali dc la relacién entre padres e hijos, o cuando la calidad de la relaci de padres ¢ hijos est afectando al curso, pronéstico o tratamiento un trastorno mental 0 médico. Habitualmente un problema de relacién padres ¢ hijos va asociado a un deterioro funcional en k dominios conductuales, cognitivos o afectivos. Por su parte en otro manual para la Clasificacién Internacional Enfermedades, el CIE 10, se distinguen dos tipos de trastornos: * Trastorno de vinculacién de la infancia reactivo, Se presenta en edad de la lactancia y en la primera infancia, caracterizado por an ‘alias persistentes en las formas de relacién social del nifio, acomy fiadas de alteraciones emocionales que son reactivas a cambios en circunstancias ambientales. Es manifiesta la presencia de temor y pi ‘ocupacién inconsolables, as{ como una relacién social empobreci Son frecuentes las auto y heteroagresiones, la tristeza y en algun¢ casos un retraso del crecimiento. El s{ndrome se presenta probable mente como consecuencia directa de una carencia parental, abusos alos tratos graves. + Tiastomo de vinculacién de la infancia desinhibido. Forma de com: portamiento social anormal que hace su aparicién durante los prim tos cinco afios de vida. Una vez consolidada, presenta una tendenci nst0N0s bit. VANCULO: ANAL EINFERVENCION DESDE LA PSICOMOTHICIDAD RELAGIONAL_ 4 4 petsistir a pesar de cambios significativos en las circunstancias ambientales. En el perfodo medio y tardfo de la infancia los nifios Alectados pueden haber desarrollado vinculos selectivos, pero el com- portamiento de busqueda de afecto suele persistit y es habitual con los compaficros una relacién pobremente modulada. Dependiendo dle las circunstancias, pueden presentarse ademis alteraciones emo- ‘ionales y del comportamiento, El sindrome ha sido reconocido con mayor clatidad en nifios criados en insticuciones para la infancia, pero se presenta también en otras circunstancias. Suele aceptarse que se debe en parte a una falta de ocasiones para desarrollar vinculos selectivos, que ¢s consccuencia de cambios extremadamente frecuen- tes de personal cuidador. La unidad conceptual del sindrome depen- dle de la aparicién precoz de una vinculacién difusa, de relaciones sociales empobrecidas persistentes y de la ausencia de circunstancias desencadenantes especificas. a psicopatologia del vinculo también ha sido sistematizada y estruc- ‘yurada por Zeanah y cols. (1993), quienes sitdian la presentacién del sin- ana en funcién del vinculoestablecido y realizan la siguiente propues- (Atienza y Blinquez, 2004): * ‘Trastornos del vinculo no establecido. Los problemas emocionales ylo conductuales aparecen antes de que el nifio haya podido estable- cer el vinculo, En esta situacién se enmarca la psicopatologia del abuso, el institucionalismo o la drogadiccién en figuras de referencia con graves trastornos mentales. + Trastornos por vinculacién indiscriminada. Suelen aparecer en los casos donde han existido separaciones largns de la figura de apego, ast como en situaciones de institucionalizacién donde no se da la opor- tunidad de establecer un vinculo estable. + Trastornos por vinculacién inhibida. Se presentan en aquellos casos cn los que no ha existido la vivencia de la disponibilidad parental, 0 las figuras de apego han sido poco estables 0 impredecibles (como en las hospitalizaciones prolongadas o continuas). 42TH, Monae Las Joseria coMoriveDAD MLACONAL 43 + Trascornos por vinculacién agresiva. Se manifiesta en aquellos que viven una relacién en la que predomina un sentimiento de y frustracién en la figura de apego, donde el nifio, consecuent te, desarrollard estos mismos sentimientos, traduciendo su cont en agresiva hacia las figuras de apego. ce, pero buscando su consuelo al regreso, logrando calmarse jver de nuevo a explorar su entorno. Este patrén vincular refleja «J nino ha asociado a esta figura una funcién protectora que le per- Iniciar el conocimiento de su entorno de manera segura y que es lo Jentemente fuerte como para bajar la ansiedad generada por el lo a ser abandonado, Vor lo tanto, el apego seguro se relaciona con el hecho de tener figu- dle apego que cumplen adecuadamente su fancién: estar disponibles, ibir y responder a las demandas del nifio de forma coherente, ser seionalmente estables, mantener formas de interaccién arménicas ¢ mas con sus hijos, etc. Es decis, aquellas personas que permiten al » aprender mental, afectiva y conductualmente que son incondicio- y eficaces (Lépe2, 1998). También se ha relacionado el estilo de 9 seguro con una historia familiar satisfactoria y con un estilo edu- vo cilido, a la vez que exigente y favorecedor de la autonomfa. in cl modelo de apego inseguro evirativo, el nifio simula no alterar- iando la madre sale de Ia habitacién, tratando de entretenerse con objetos, atinque no se observa tan involucrado en el juego y, aunque han observado reacciones bioquimicas de ansiedad, el nifio no parece kcionat a sus sensaciones, provocdndose una desactivacién del sistema ‘apego como recurso para regular el miedo (Riera y Alibés, 2011). Esta sctivacién parece ser el recurso que ha encontrado el nifio para res- {jouer ante una figura con poca disponibilidad. Los nifios con un apego ‘witativo suelen convertirse en adultos despreciadores. 1:1 apego evitativo (Lépez, 1988) se ha relacionada con figuras de ypejo hostiles hacia los nifios 0 con dificultad para expresar afecto y vivir Js intimidad con ellos. La historia familiar suele ser muy poco satisfacto- Jin y las relaciones educativas frfas y hostiles, pudiendo oscilar entre el ‘utoritarismo y el abandono. E| nifio evitativo comprobé a temprana edad que en la relacién con su jgura de apego, cuando trataba de acercarse para obtener seguridad era en sano, pues su figura se mostraba alejada. En cambio, inhibiendo este acer- miento, consegufa una manera de poderse vincular. Son nifios y adul- {os que rehtiyen el lenguaje emocional y la sensibilidad (Gonzalo, 2015). En el caso del patrén vincular ambivalente, la caracteristica funda- ental es que el apego con la madre no resulta suficiente para calmar el * Trastornos por vinculacién invertida. Se presentan en las sit nes en las que el nifio asume el rol parental, manifestando condi extremas de dominio y de hipercontrol hacia la figura de apego, + Trastornos de ansiedad de separacién. Pueden darse las si situaciones: ~ El nifio es fuente de seguridad para la figura de apego. ~ El nifio tiene miedo a que pueda suceder algo a la figura de a durante su ausencia. ~ El nifio teme por su propia seguridad en la ausencia de la fi de apego. ~ La figura de apego teme por la seguridad del nifto. Por tiltimo, nos centraremos en la descripcidn y clasificacién que realiza a partir de las investigaciones de Bowlby, Ainsworth, Mai Lopez, referida a los diferentes tipos de apego. Las diferencias en el estilo de apego se deben a multitud de factor entre las que se han destacado las caracterfsticas de las figuras de api que se han tenido en la infancia, la historia familiar y diferentes varia del sistema familiar, las caracteristicas del propio nifio y algunos fact ‘ransculturales (Lépez, 1998). En la respuesta ante la situacin extrafia que desarrolla Ainsworth, riesgo de perder Ia figura de apego se convierte en una fuente de mic tomando como referencia la capacidad del bebé para responder a miedo y su deseo de aprender, de explorar el entorno. Los nifios c apego seguro se consideran el modelo mas saludable, aquel que tie mis posibilidades de mantener relaciones maduras en la etapa adul (Riera y Alibés, 2011). En este patrén vincular, la presencia de la permite al nifio lanzarse a la exploracién de su entorno y a tener inte accién con la figura extrafa, llorando y mostrando miedo cuando 44 Twin Montuo Lew -Josro Stctz Roafautz - MicueL Lionca Lunas “ov grr 0 iets AMS TINE BEDE LA OMOTHEDAD NACONA. 45 miedo, por lo que esta emocién bloquea las posibil explorar su entorno. La salida de la madre de la habitacién activa tod via més la sensacién de miedo, que se mantiene de forma intensa ct do ésta regresa, por lo que la capacidad de exploracién del entorno se? todavia més interferida, Los nifios con este patrén vincular sienten q su inseguridad nunca puede calmarse del todo, y la tendencia con adultos cs a mantenerse adheridos a relaciones que les generan insatisfa cién y dificultad para vivir solos Para Lépez (1988), el apego ansioso-ambivalente se relaciona con hecho de tener figuras de apego incoherentes en su conducta con k +hijos, frecuentemente inestables emocionalmente, con formas de intial dad muy cambiantes, etc. La historia familiar es mds probable que insatisfactoria, con diferentes formas de inestabilidad y con estilos ed cativos sobreprotectores o incoherentes. El nifio ansioso-ambivalent ccrecerd con la necesidad de controlar a una figura de apego, cree que: cuidador se puede mantener préximo si maximiza sus conductas apego. De esta forma el nifio aprende, a diferencia del apego evitativo, maximizar su emocionalidad y minimizar su independencia. Para ¢ nifio, una estrategia hiperdemandante garantiza con mds probabilidad supervivencia y ser atendido (Gonzalo, 2015). En el patrén desorganizado, el nifio muestra un comportamient relacional sin sentido ni objetivo, no desarrollan una exploracién org nizada del entorno, y ante la situacién extrafia la exploracién contin’ de forma més errdtica, mostrando miedo tanto en su expresién para el nifio, pues a veces cuida, pero otras hace dafio, abu: “pio con conductas de apego desorganizado desarrolla patrones puniti- “ni, coercitivos u oposicionistas, patrones de cuidado compulsive 0 \wones de complacencia compulsiva (Gonzalo, 2015). Si analizamos las diferentes clasificaciones de los trastomnos del vincu- poclemos establecer tna cierta relacidn entre un patron de apego inse- “puro evitativo, que llevard a una expresién inhibida del mismo; el ambi- lente, que puede llevar a una buisqueda de vinculacién indiscriminada ‘wicomo a la ansiedad ante la separacidn; y el apego desorganizado, con Js ausencia de establecimiento del vinculo o el trastorno del vinculo reac- {iyo propuesto por el DSM. c continuacién presentamos un cuadro en el que hemos resumido los wos patrones, haciendo una breve descripcién del tipo de apego, ast 4 de cuiles son sus manifestaciones y el tipo de relacién que se ha ‘wuntenido con las figuras de apego. | GUADRO EXPLICATIVO DE LA CLASIFICACION DE LOS TIPOS DE APEGO DESCRIPCION MANIFESTACIONES RELACION CON LAS FIGURAS DE APEGO Teese vzo ae | Soon co wanna | Emon oben as | | eeseme rercnce res qu tance enon gop i based sepa ens etl conte; nis ‘como corporal. Ante el regreso de la madre, el nifio responde de form tla con enone. {pe en oo eprioncos icles t {Steir pero runsan eile. ambivalente acercaindose y rechazando a la ver a su madre. Este tipo d desorganizacién se da en los casos extremos en los que el nif es ate rizado por su madre, bien porque ésta se encuentra también muy as tada y transmite su miedo, bien porque son figuras maltratadoras (Hes ‘Tendon a mantener aus | Tendenca ano buscar o esperar | En muchos casts, 3 sniron ign apoyo, empl, canoe ni | rads en inland, rechazados 0 ‘ad ania rlaones personales | manlnitosadsancia de manere hinds expecticanen,enloe | 0 menos conaoiepar eu fqu- y Main, 2000). Los nifios que han sido maltratados, que han vivido co eee ace ee terror la relacién con sus figuras de referencia solo pueden disocian atiogrlecri on cnt as lemocones pensas. No pueden elerar su | Rearsonan débiment alas pr propio seriiero éo | cies y apartament hacen valnerabiad process de dul de aj ite Disposién a afemacla | sitad emocoal ropiaindependonca do La roposetacién de las anocio- fos vinclos afectas. | nes @ menudo da urs proce 508 pscosomatons. para sobrevivir: apartarse de su propio cuerpo, de sus emociones y pen cos. Este tipo de apego genera un trastomo disociativo, convi ‘DAH o con un trastorno conductual. Los nifios con un apego desorganizado pueden responder en ocasi nes con un modelo de apego seguro, porque éste responde de diver 46 _Twin C. Momo Less Josunna Sécrrz Roonlcuez - Migurs LuoRca Lunas ‘4srorNos DEL VINCULD: ANAL F INTERVENCION DISDE LA RSCONOTRICIDAD RELACIONAL, 47 1 en las relaciones entre iguales, expreséndose en muchos casos los ilictos y las defensas ante las carencias primarias (Alegret, Castanys y lands, 2010). Yn conclusi6n, son fundamentales la creacién y el desarrollo de un » seguro para un adecuado desenvolvimiento a lo largo de la vida de persona, ya que existe una estrecha relacién entre los diferentes estilos speyo con el desarrollo posterior de las relaciones interpersonales que sstablecen, “Tendon mantener sus_| En ls relcona iterpesora- | La gua de apog ha canducta de apego act | les, mucos de ests hdisuos | logo fstod les condcas ads aun vl alo. | puidenfegrfaciment asta | apoyo. Disposttn a estaticor | tlecermlacones yn emtrgo | Pcbablementshayen exe reaiones ansosas y | enol Serdon a compotarse | dointerapines ena co ‘alent, iouna manera ambiaertey | dias elaoones con os pat Esperan amor yeida- | achesiva, veces con explosi | mais prcbable es que os peo al tempo fe- | nes Fecvenles de aia haya so rita y pac nen miedo a sargrre- | Enver de escondery project ‘os abandons. | su vulnrbiiad, a mangeson le amplsn, Por goer, hacen duos prolonged yd lola eerasa reson, Presenan coraniesrecamos de alenctin y ate, se iegan ‘que sees dj sols y pots lan con mayorc mane ria 8 alone. Expresanconradeoo- | Exist do opresentacones | Hen pasado press tau rnesyripes.enla | y estas menses fagmenta- | coe de pacer severidad en manera orazonar ato | dos o wecndidos, infarc: muete prea de manoj ds dels io, miedo 0 sso como y ante daar do dominant en respuesta a los episode do carder ‘sen, soo velona fen ‘aun, TPODESORGANZADOREACTIO | TIPO INSEGURO ANBVALENTEIANSIOSOINDISCRIMNADO abc pos. nn ated Narr El tipo de apego que establece el nifio condiciona la percepcién tiene de si mismo, como capaz. 0 no de promover telaciones de cui y afecto de su entorno, de sentirse valioso para los otros y de tenet adecuada autoestima (Garcfa, 2008). El tipo de apego que presenta el nifio influye no sélo en el tipo relacién que tiene con sus figuras de referencia, también lo hace, «ejemplo, en su seguridad para situarse en las relaciones con los ig frente a las tareas escolares. La inseguridad personal, fruto de los d en la relacién con las figuras de apego se refleja a nivel escolar miedo que puede presentar el nifio ante las tareas nuevas y su equivocarse. La dindmica de las relaciones primatias se reproduce

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